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Revista POSTData: Revista de Reflexión

y Análisis Político
ISSN: 1151-209X
cruzfacu@gmail.com
Grupo Interuniversitario Postdata
Argentina

Attias Basso, Aarón


DOS. LA MÁQUINA DE LA TEOLOGÍA POLÍTICA Y EL LUGAR DEL PENSAMIENTO.
Roberto Esposito, Amorrortu, Buenos Aires, 2015, 269 páginas.
Revista POSTData: Revista de Reflexión y Análisis Político, vol. 21, núm. 2, octubre,
2016, pp. 598-600
Grupo Interuniversitario Postdata
Buenos Aires, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=52248494011

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DOS. LA MÁQUINA DE LA TEO- de la máquina teológico-política al ex-
LOGÍA POLÍTICA Y EL LUGAR DEL presarse en sus mismos términos.
PENSAMIENTO Este nuevo libro se inserta con la
totalidad de su obra, pero sobre todo
Roberto Esposito, Amorrortu, Bue- con Tercera Persona. Política de la vida y
nos Aires, 2015, 269 páginas. filosofía de lo impersonal y su primer li-
bro editado al español, Categorías de lo
Luego de muchos años de olvido, impolítico. En este último ya había to-
la noción de “teología política” ha vuel- cado el tema de la justificación teológica
to a despertar el interés de los teóricos del poder, viendo como el mismo se
de la política. En línea con los escritos ejerce en nombre de Dios, quien lo im-
de Giorgio Agamben y Gianni Vattimo, pone a los hombres como una obliga-
pero desde un enfoque diferente, ción. Esta justificación conduce a la
Esposito presenta un nuevo libro dedi- sacralización del poder o, lo que es lo
cado a esta cuestión que conduce a mismo, a la unión del poder con la idea
pensar, desde una perspectiva original, del bien.
las raíces teológicas del poder, la in- En Dos. La máquina de la teología
fluencia de lo teológico en lo político, política y el lugar del pensamiento, el au-
la legitimación religiosa del poder y el tor retoma un principio que recorre sus
carácter político de la teología. Con el escritos: todo lo que separa se consti-
recrudecimiento del llamado “terroris- tuye a la vez en un punto de unión por
mo islámico” y la cabeza del papado ubicarse en el límite entre el adentro y
en manos de un latinoamericano un tan- el afuera. Esposito explica que dicha
to incómodo para el poder económico máquina funciona sometiendo una par-
concentrado, pensar estas cuestiones te al dominio de la otra, unificando
desde la filosofía política se vuelve cada aquello que divide y separando lo que
vez más necesario. declara unir. Teología y política están
El autor parte de la siguiente pre- en constante competencia buscando
misa: si después de un siglo de discu- subsumir la otra dentro de sí, haciendo
siones no hemos logrado una definición del Dos un Uno mediante la negación
estable del concepto de “teología-po- del otro, que incluso entonces lo habita.
lítica”, es porque el léxico filosófico Para Esposito no debemos enten-
desde el cual lo pensamos está tan uni- der la teología-política como una cate-
do con este concepto que no podemos goría ni como un dato histórico sino
distanciarnos para criticarlo; si no po- como un mecanismo. Por ello no habla
demos penetrar en el horizonte de la estrictamente de la politización de la
teología política es porque ya estamos teología ni de la legitimación religiosa
en su interior. En ese sentido resulta del poder como dos extremos de la
vano introducirse en el debate acerca teología-política, dos maneras separa-
de la secularización, desmagización, das de entenderla, sino del “efecto
desencantamiento, reconfiguración de performativo que cada uno de los tér-
lo sagrado o como quiera llamársele, minos determina en el otro, cambian-
ya que dichas categorías están presas do su sentido” (96). Ahora bien, esta

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POSTData 21, Nº 2,

máquina teológico-política nunca po- la categoría, el utilitarismo contempo-


dría funcionar si no tuviese como eje el ráneo considera que solo es plenamen-
concepto de persona, ya tratado en Ter- te una persona aquél que se encuentra
cera Persona, que responde tanto al mun- en pleno dominio de sus facultades ra-
do de la teología como al de la cultura cionales. De este modo, queda en sus
ilustrada; designa tanto a la Trinidad manos la posibilidad de dar muerte a
como al sujeto de derecho. quienes no gozan de dicho dominio de
Tomando como punto de partida el sí, es decir, las semi-personas o no-per-
derecho romano, Esposito muestra que sonas, como los viejos, los neonatos o
la categoría de persona revela una equi- quienes sufren de una discapacidad
valencia entre el cuerpo y la cosa, que mental.
habilita la posibilidad de que alguien Todavía nos resta introducir la se-
no deje de ser persona aun cuando ha gunda parte del título del libro que nos
sido cosificada mediante la reducción ocupa: el lugar del pensamiento. Para
a la esclavitud. De este modo, habrá identificar a la persona con el pensa-
distintos grados de personalidad según miento —luego de haber degradado la
se esté sujeto a otro o si se esté en con- parte animal de la vida humana— es
diciones de sujetar a otros, de preciso localizar el pensamiento den-
cosificarlos. Más adelante en el tiem- tro de los límites del sujeto individual.
po, Locke, desde la tradición liberal, Este cercenamiento es el movimiento
también dando primacía a lo racional, constituyente de la persona como dis-
la constreñirá a la identidad, ya que solo positivo y epicentro teológico-político.
mediante ésta es posible asignar a la Para mantener la clausura de otras for-
persona una responsabilidad por sus mas de “pensar el pensamiento” será
actos y, por ende, hacerlo pasible de necesario combatir a quienes creen que
castigos. La persona se define así como no es posible hacer una vinculación di-
propietaria de sí misma y sujeta a de- recta entre la persona y el pensamiento
recho. Kant, por su parte, disecciona y por ende proponen una filosofía de lo
lo humano en dos partes, una sensible y impersonal, rescatando de la tradición
otra inteligible, sometiendo la primera clásica la extrañeza por dichos límites,
al dominio de la segunda y así posteriormente naturalizados por el
cosificando a una parte de esa unidad pensamiento ilustrado. Así, en un reco-
(dividida) llamada “persona”. Lo que rrido por Averroes, Bruno, Spinoza,
aparenta ser uno resulta ser doble. Schelling, Nietzsche, Bergson y
Como en el derecho romano, la cate- Deleuze, Esposito afirma que no hay
goría de persona, lejos de distanciarlo una relación necesaria entre pensa-
de la cosa, realiza un proceso de miento e individuo, sino que respecto
objetivación; aquello mismo que per- del primero, el segundo es ocasión o
sonaliza y automomiza, pone a dispo- intermediario, pero no propietario o
sición del Estado sometiéndolo a un locatario esencial.
orden jurídico. En esta línea que privi- De este modo busca desarmar el
legia la racionalidad a la hora de defi- dispositivo (de la persona) que habilita
nir a la persona pero restringiendo más el funcionamiento de la máquina teoló-

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Reseñas

gico-política. Mediante esta visión del mismo un gobierno sobre la subjetivi-


pensamiento como recurso común, lu- dad del deudor, la governance
gar de tránsito y no de apropiación in- neoliberal reclama soberanía sobre
dividual, se reactiva la potencia colec- absolutamente todos los ciudadanos
tiva del mismo. El procedimiento para del mundo. Pero dado que no hay Es-
avanzar en este horizonte no es la ne- tado que se encuentre fuera de la deu-
gación de la categoría de persona, sino da, todos estarían incluidos y exclui-
una acción que la haga rotar hasta que dos a la vez por las finanzas interna-
permanezca desactivada toda su po- cionales, colapsando la misma posibi-
tencia excluyente. lidad de la exclusión. Esto vuelve po-
El último apartado del libro con- sible una reinterpretación de la deuda
siste en una propuesta del autor res- (que excluye y divide) como deuda
pecto de cómo debemos entender la común (que cohesiona); se abre la po-
deuda soberana en un mundo en que sibilidad de pasar de una cadena de
la misma crece en todas las latitudes. acreedores —cuyo principio está per-
Entendiendo que toda deuda es asi- dido— a un circuito de solidaridad.

Aarón Attias Basso

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