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La historia del viaje ocednico renace ree eee eterno tensidad, pero pocos, como esta Carta del pn Een era al rey Manuel I, son capaces de recoger, sin ar- PSC EOC ee CeCe ory Paes concn astra tecy privilegiado en que las naves europeas to- Bren od ence Cnn y erect ceercrcnn care América, La Carta, por la que en el afio 1500 el escribano Caminha informa al rey Poe eee ence ay Vera Cruz, es un precoz, impresionistay ri- Piet neces preven eeceerc nen eh ee ety para el pensamiento occidental. La obra eter Soran coe ore migenia inocencia habitado por seres en nee et eee ten oa eis ere et eee s ISBN 9) 6834-91-0 7 | il NPS Ta Saar SEAL OTST ARO RANA ONL TN Péro Vaz de Caminha (Ge iia leluahenelioy nic! aie BEA GUL U Ked ohie Maer lcen ye CL CLD a. PERO VAZ DE CAMINHA CARTA DEL DESCUBRIMIENTO DE BRASIL TRADUCCION DEL PORTUGUES Y PROLOGO DE ISABEL SOLER BARCELONA 2008 j ACANTILADO rituto onicinar Carta de Pévo Vaz de Caminha @ ElRei D, Manuel sobre o achamento do Brasil Publicado por: ACANTILADO Quaderns Crema, $.A.U. Muntaner, 462 + 08006 Barcelona Tel: 934 144 906 - Fax: 934 147 107 correo@acantiladlo.es wwwacantilada.es © de la tradueci6n y del prélogo;2009 by Isabel Soler Quintana © dela imagen de cubierta, Museo Grio Vasco, Instituto clos Museus e da Conservacao, I.P., photo by José Pessoa © de esta edicién, 2009 by Quaderns Crema, $.A.U. Todos los derechos reservados: Quademns Crema, 8.A.U. ISBN: 978-84-96834-91-0 S1TO LEGAL! B. 2,026 - 2009 En la cubierta, Adoragao dos Magos, de Vasco Fernandes AIGUADEVIDRE Gréfica QUADERNS CRENA Composicidn ROMANYA-VALLS_ Impresién y encuedernaciéin PRIMERA EDICION diciembre de 2008 Bajo las sanciones establecidas por las lees, ‘quedan rigurosamente probibidas, sin la autor por escrito de los titular del copyright, la reproduccidn rotal © parcial de esta obra por cualquier medio 9 procedimiento mecénica 0 clectrénico, actual o futuro—inclayendo ls fotocopiasy la difusion através de Internet—, la distribucién de ejemplares de esta edicién mediante alquilero préstame pablices CONTENIDO Prdlogo por ISABEL SOLER 9 Bibliografia 82 CARTA DEL DESCUBRIMIENTO DE BRASIL 89 CARTA DEL DESCUBRIMIENTO DE BRASIL Shai aoc Santo Ape Teeea de : Vers Crus Monte Paced y (avistade redeabil e500) yd bit de 1500 Ruta de la flota de Pedro Alvares Cabral entre Lisboa y Brasil 90 Seiior, Por bien que el capitan mayor de esta vuestra flota y asi los otros capitanes esctiban a Vuestra Alteza la nueva del hallazgo de esta vuestra tie- rra nueva que ahora en esta navegacién se ha ha- lado, no dejaré tampoco de dar cuenta de eso a Vuestra Alteza asi como mejor pueda, aunque para bien contar y hablar lo sepa hacer peor que todos. Pero tome Vuestra Alteza mi ignorancia por buena voluntad, la cual bien cierto crea que ni por adornar ni por afear haya aqui de poner més que aquello que vi y me parecié. Del mari- naje y singladuras del camino no daré aqui cuen- taa Vuestra Alteza porque nolo sabré hacer y los pilotos deben estar a ese cuidado, y por tanto, Seftor, de lo que he de hablar comienzo y digo. Que la partida de Belém,' como Vuestra Al- " Esta antigua feligresia de la aldea del Restelo ya es en la actualidad un barrio de Lisboa, Desde alli partfan y regresaban las naves de Ia Carrera de Indias, pasaban las obligatorias cuarentenas y tramitaban la documentacién aduanera. Bl infante D. Henrique mand6 construir una 91 teza sabe, fue el lunes 9 de marzo,’ y el sébado 14. de dicho mes, entre las ocho y las nueve horas, nos hallamos en las Canarias, mas cerca de Gran Canaria, y alli anduvimos todo aquel dia en cal- ma avistindolas obra de tres 0 cuatro leguas,” y el domingo 22 de dicho mes, a las diez horas poco mas o menos, avistamos las islas del Cabo Ver- de, scilicet [esto es], la isla de Sao Nicolau’ se- giin dijo el piloto Péro Escolar.’ Y durante la no- pequefia iglesia consagrada a la Virgen y tutelada por los frailes de la Orden de Cristo, donde Jos capitanes de las flotas velaban las armas la noche antes de la partida. Poste~ riormente, en 1502, el rey D. Manuel I hizo edificar alli el imponente monastetio de los Jerénimos de Santa Maria de Belém. " La flota tendria que haber zarpado el dia 8 de mar- 20, pero por falta de viento, se pospuso la partida un dia > Una legua marina equivale a 5,5 kilémetros. > Ha llegado ala actualidad la primera hoja del borra dor con instrucciones que Vasco de Gama escribié para facilitar el viaje de Pedro Alvares Cabral a la India, y en ella aconseja ira la isla de Santiago, pero, en el margen de Jahoja y tachado, se informa de una enfermedad o epide: mia en esta isla, por lo que recomienda ir a abastecerse de agua a la de Sao Nicolau. 4 Es el piloto mas experimentado de toda la armada, también conocido por Péro 0 Pedro Escobar, caballero de 92 che siguiente, en la madrugada del lunes [23 de marzo], se perdié de la flota la nave de Vasco de ‘Ataide' sin que hubiera tiempo fuerte ni contra- rio para poder perderse. Hizo el capitan sus dili- gencias para hallarlo en unas y otras partes pero no aparecié, Y asi seguimos nuestro camino por este mar Ja Casa del Rey. Participé en el descubrimiento de Mina, en el golfo de Guinea, en 1471, en una de las exploracio- nes de Fernao Gomes, a quien habia sido concedida la explotacién comercial de una basta zona costera de Af ca durante cinco afios a cambio de descubrir cien leguas de costa por afio. Se le atribuye el descubrimiento de Sao ‘Tomé, Ano Bom y Principe; acompaié al navegante Dio- 190 Cio al Congo y participé en la expedicin de Vasco de Gama a la India, pilotando la nave Bérrio bajo el mando de Nicolau Coelho. ' Miembro de una importante familia noble, los Atai- de, con experiencia de navegacién en las costas canarias y guineanas desde 1445. En décadas posteriores los Ataide desempefiarin cargos destacados en la administracién del Estado Portugués da {ndia. Vasco de Atafde capitaneaba una de las naves de Ia armada de Cabral, y un hermano suyo, Pedro de Ataide, gobernaba la Sao Pedro (una de las pocas de las que se conoce el nombre), Este moriré en Mo- zambique en el viaje de regreso de su segunda expedicis ala India, tras un naufragio en 1503, 93 de largo’ hasta el martes de octavas de Pas que era 21 de abril, en que encontramos algu- nas sefiales de tierra, siendo de dicha isla, segin decian los pilotos, obra de seiscientas sesenta 0 sciscientas setenta leguas, las cuales eran mucha cantidad de hierbas largas alas que los marean- tes llaman sargazo y asi otras que también Ila- ua,” © Cuando el mar o el viento legan por la aleta de la nave, la parte que queda a ambos lados de la proa. Sin em- bargo, el autor también podria querer decir «mar largo», refiriéndose a las olas ocednicas, mucho més grandes y alargadas que las del Mediterrnco, o asimismo, anunciar que la armada inicia la Hamada volta grande 0 pelo lar- go, el amplio arco en mat abierto para rodear los vientos de notte y del este del Atléntico norte y evitar la extensa zona de calmas ecuatoriales, aprovechando la fuerte co- rriente marina al oeste de las Canarias que alejaba los barcos de la costa, pero permitia una navegacién segura y répida. * Los ocho dias desde el Domingo de Resurreccién hasta el segundo domingo de Pascua. Para aprovechar tanto los vientos propicios atlénticos como l monzén del snroeste en el océano [ndico, las naves solfan partir de Lis- boa no mas tarde de mediados de matzo o principios de abril para llegar en agosto o septiembre ala India, Este ca- lendario obligaba a celebrar las liturgias de Semana Santa en alta mar durante el primer o segundo mes de viaje. La armada lleva veintinueve dias de navegacién atléntica. 94 man rabo de asno.' Y el miércoles por la mafiana [22 de abril] encontramos aves a las que llaman fura-buchos,’ y en este dia a hora de visperas’ avistamos tierra primeramente de un gran mon- te muy alto y redondo y de otras sierras més ba- jas al sur y de tierra llana con grandes arboledas. Atal monte alto el capitan le puso el nombre de Monte Pascoal, y ala tierra, Terra da Vera Cruz.* " Posiblemente se refiera a una planta medicinal, equiseto mayor, también llamada cola de caballo 0 rabo de lagarto, conocida por su efecto diurético y reminerali- zante y utilizada para contener hemorragias. Sin embar- g0, lo més probable es que se trate de una angiospetma marina de la familia potamogetonaceae, planta que crece en las roeas, pero que puede desprenderse y flotar llevada por las corrientes. En el litoral del nordeste brasilefio, en la playa Coroa Vermelha y en Santa Cruz de Cabrilia se han encontrado especies. La armada debfa de estar cerca delos 17° 8, empujada por un viento del este que favorece la aproximacién a tierra y obliga a llevar un rumbo préxi- mo al sudoeste cerrado sobre la costa. * O viracbuchos, debe de referitse a los llamados pé- jaros bobos 0 sulas, 0 a alcatraces. > Entre las quince y las dieciocho horas. * Lallamada «Costa dos Descobrimentos» se extien de aproximadamente desde la desembocadura del rio Cahy hasta la bahia Cabrélia, yes un area de caracteristi- cas marcadamente diferentes respecto al resto de la zona 95 Mand6 lanzar el plomo y hallaron veinticineo brazas,' y puesto el sol, obra de seis leguas de tierra, lanzamos anclas en diecinueve brazas con fondeo limpio. Alli permanecimos toda aquella noche, y el jueves por la mafiana hicimos vela y seguimos derechos a tierra, con los navios pe- quefios delante yendo por diecisiete, dieciséis, quince, catorce, trece, doce, diez y nueve bra- zas hasta media legua de tierra donde todos lan- zamos anclas frente a la boca de un rio,” y llega- riamos a este fondeo a las diez horas poco mas o menos. Y alli avistamos hombres que andaban por la playa, obra de siete u ocho, segtin dijeron costera brasilefia, definida por los sedimentos terciarios de la Formacién Barteitas con terrazas o tabletos costeros y acantilados, y por posteriores arrecifes coralinos, playas y zonas pantanosas o lagunares. Estas formaciones geolé- gicas originaron montes escarpados que sobresalen de la planicie de los tableros costeros; el monte Pascoal del que habla Caminha es uno de ellos. " Unidad de medida de longitud néutica usada para caleularla profundidad del agua, Equivale mas 0 menos, a alongitud de dos brazos extendidos. Parece que la braza postuguesa equivalia a unos 2,2 metros (la espafiola, a 1,6 metros). * Posteriormente recibird el nombre de rio do Frade 96 los navios pequefios por haber llegado primero." Alli lanzamos los bateles y esquifes, y ense- guida fueron todos los capitanes de las naves a esta nave del capitan mayor, y alli hablaron y el capitén mandé a tierra en el batel a Nicolau Co- elho’ para ver aquel tfo. ¥ en cuanto comenz6 a ' Eran tupiniquines, grupo tribal de la rama tup/inte- gtada en Ja familia tupi-guarant originaria de la Amazonia, La imprecisién de los documentos y la escasez de elemen- tos de origen indigena, ademas de la movilidad de los dife- rentes grupos autéctonos debido alos enfrentamientos en- tre las diferentes tribus, dificultan su definicién territorial. Sin embargo, cuando la armada de Cabral Ileg6 a Santa Cruz, tupis y guaranies luchaban entre ellos por controlar el litoral y ganar el dominio de una zona de abundante e imprescindible alimento para la dieta proteinica aborigen (pescado, tortugas, moluscos, crustaceos y sal) * Habja sido el capitén del Bérrio, la mas pequefia de las cuatro naves que constitufan la expedicién de Vasco de Gama a la India en 1497. En ese viaje, como en éste, se encargé de las misiones de reconocimiento: la aguada en laisla de Santa Helena, el sondeo del canal de Mozambi- que. Durante el regreso, debido a un temporal en Cabo Verde, se separé del resto de las naves y fue el primero en llegar a Lisboa y anunciar el éxito del viaje, Volvié a Orien- te con la atmada de Cabral y en 1503 regresé una vez mas con Afonso y Francisco de Albuquerque (viaje en el que se constituird el llamado Estado Portugués da India); mo- 97 ir para alla, acudieron a la playa hombres, aho- ra dos, ahora tres, de manera que cuando el ba- tel Iegé a la boca del rio habia alli dieciocho 0 veinte hombres pardos, todos desnudos sin nin- guna cosa que les cubriera sus vergiienzas. Lle- vaban arcos en las manos con sus flechas, venfan todos directos hacia el batel y Nicolau Coelho les hizo sefial de que depusieran los arcos y ellos los depusieron, Alli no pudo entre ellos haber habla ni entendimiento que aprovechase porque el mar quebraba en la costa; solamente les dio un birrete rojo y una caperuza de lino que lleva- ba en la cabeza y un sombrero negro. Y uno de ellos le dio un sombrero de largas plumas de ave con una copa pequefia de plumas rojas y pardas como de papagayo, y otro le dio un collar gran- de de menudas cuentas blancas que quieren pa- recer de adorno,' piezas que creo que el capitan rind en un naufragio en el viaje de regreso capitaneando la nave Fatal © Caminha emplea la palabra aljaveira. Puede que se refiera a las simientes de alguna planta no localizada en la actualidad con las que los indigenas confeccionaban colla: resy adornos. O como apunta Jaime Cortesio en la nota 13, de su edicién de la Carta de Péro Vaz de Caminha, podria tratarse de alj6far, perlas pequefias e irregulares. Aunque 98 manda a Vuestra Alteza. Y con esto se volvié a as naves, por ser tarde y no poder haber mas ha- bla entre ellos por causa del mar. La noche siguiente soplé tanto sudeste con chubascos que hizo [que tuviéramos que] cazar’ las naves, especialmente la capitana, Y el vier- nes por la mafiana [2.4 de abril], alas ocho horas poco mas o menos, por consejo de los pilotos mand6 el capitan levar anclas y hacer vela, y fui- mos alo largo de la costa con los bateles y esqui- fes amarrados por la popa contra el norte para ver si hallabamos algein abrigo y buen poso® don- de recogernos para tomar agua y lefia, no porque nos faltara, sino para orientarnos alli. Y cuando hicimos vela, habria ya en la playa asentados cer- ca del rio unos sesenta o setenta hombres que alli uizés, en realidad sea un derivado de «alhaja» (alfaia, en portugués), «cosa valiosa», Podria ser una deformacién de aljava, aljaveira, que en portugués moderno es algibeira (abolsillor), cuya etimologia arabe es al-baba, «utensilio valioson. " El viento obligé a garrar las naves: cejarlas atras- trando el ancla, por haberse desprendido a causa del tem- poral. * Lugar donde descansar o detenerse con un buen fondo para anclat las naves. 99 se fueron juntando poco a poco. Fuimos cos- teando, y mandé el capitan a los navios peque- fios que fuesen mas cerca de tierra, y que si ha- llaban poso seguro para las naves, amainasen. Y yendo por la costa obra de diez Ieguas desde donde levamos anclas, hallaron dichos navios pequefios un arrecife con un puerto dentro muy bueno y muy seguro con una entrada muy ancha, y se metieron dentro y amainaron. Las naves arribaron sobre ellos, y un poco antes dela pues- ta de sol amainaron obra de una legua del arre- cife y fondearon en once brazas. Y estando Afon- so Lopes, nuestro piloto, en uno de aquellos na- vios pequefios por mandato del capitan, por ser hombre vivo y diestro para eso, se metié en un esquife para sondar el puerto por dentro y reco- gié de una almadia’ a dos de aquellos hombres de la tierra, mancebos y de buenos cuerpos, y uno de ellos llevaba un arco y seis o siete flechas. En la playa andaban muchos con sus arcos y fle- chas, aunque de nada les sirvieron. Los llev6 en- "Las naves superan la barra de Buranhém y encuen- tran el artecife Coroa Vermelha, que protege la bahia Ca- brilia * Canoa, balsa. 100 seguida, ya de noche, al capitan, donde fueron recibidos con mucho placer y fiesta. Son de facciones pardas, como rojizas, de buenos rostros y buenas narices bien hechas, an- dan desnudos sin ninguna cobertura ni estiman en nada cubrir ni mostrar sus vergiienzas, y tie- nen respecto a eso tanta inocencia como en mos- trar el rostro. Llevaban los bezos de abajo agu- jereados y metidos ahi sendos huesos blancos de largura de un palmo y de grosura de un huso de algodén, agudo en Ja punta como un punzén. Los meten por la parte de dentro del bezo, y lo que queda entre el bezo y los dientes esta hecho como las torres del ajedrez, y de tal manera lo lle- van alli encajado que no les molesta ni les estor- ba nial hablar ni al comer ni al beber. Sus cabe- Ios son lisos, y van esquilados, de esquila alta, més que una peineta de buena medida, y rapa- dos hasta por encima de las orejas. Y uno de ellos llevaba por debajo de la solapa,' de sien a sien y " Modo de peinar por el que parte del pelo cae sobre la frente y parte sobre el resto de la cabeza. Caminha iden tifica y asimila el corte de pelo indigena con el que era co: min en Occidente en aquella época tanto entre religiosos como entre laicos, llamado «a la taza, con la nuca afeitada y respetando la medida del pelo desde la coronilla hasta 101 hacia atrds, una especie de cabellera de plumas amarillas de ave que seria de largura de un coto,' muy espesa y muy cetrada, que le cubria la nuca y las orejas, la cual llevaba pegada alos cabellos, pluma a pluma, con una textura blanda como de cera, y no lo era,’ de manera que quedaba la ca- bellera muy redonda y muy espesa y muy igual, que no hacia falta lavarla para que se levantase. El capitan, cuando Hlegaron, estaba sentado en una silla con una alfombra a los pies por es- trado, y bien vestido, con un collar de oro muy grande en el cuello. Sancho de Tovar’ y Simao las orejas. La «solapa» seria ese pelo suelto que cubre la parte superior de la cabeza hasta la mitad del créneo. * Medida lineal de medio palmo, aproximadamente la formada por los cuatro dedos de la mano cerrada, sin contar el pulgar. * Los indios llevaban el pelo impregnado de resina pistacia o de almaciga, que se obtiene del lentisco. » De origen espafiol y huido a Portugal tras atentat contra el juez que habia mandando ajusticiar a su padre, Martin Fernandez de Tovar, partidario dea causa de Jua- na la Beltraneja frente a Isabel, se integrard en la corte de D, Joao II (algunas de sus composiciones poéticas y musi. cales seran recogidas por Garcia de Resende en el Cancio- neiro Geral). El rey D. Manvel lo nombraré comandante de la flota de Cabral y responsable de la nave E/-Rei. Una 102, de Miranda’ y Nicolau Coelho y Aites Correia’ y nosotros que aqui en la nave fbamos con él es- tébamos sentados en el suelo en esa alfombra. Se encendieron antorchas, y entraron y no hi- vez en la India, Sancho de Tovar desempefiard un papel destacado como militar, y en el viaje de regreso dirigira la escala y exploracién de Sofala (importante nticleo comer- cial de oro en Mozambique), Zimbabue (la antigua Mo- nomotapa de las crénicas) y Madagascar (bautizada en ese aiio 1500 como isla de Sao Lourengo). '’Simio de Miranda de Azevedo, hidalgo de la Casa Real y yerno del feitor Aires Correia. Volvera ala India en 3512 al mando de una de las naves de la armada de Jorge de Melo, y morira en Sofala en 1515 » Feitor veal, viaja en la armada con la misién de esta- blecer una feitoria en Calicut que represente los intereses comerciales y diplomaticos de los portugueses en la India y organice el aparato burocrético, militar y financiero ne- cesario para mantener una presencia estable. Es una de las personalidades més importantes que integran la arma- da porque representa directamente al rey. Una vez en la India, sus primeras acciones tendrén cierto éxito, pero el desconcierto mercantil que supone la intervencin portu- guesa, sobre todo entre las potentes comunidades musul- manas, desencadenaré protestas y revueltas sociales que culminan con el ataque a la fertoria, donde motirén Aires Correia y cuarenta portugueses mas. Péro Vaz de Cami- nha es escribano 0 notario de Aires Correia, y parece que también fallecera en la refriega. 103 cieron ningun ademan de cortesfa ni de hablar- le al capitan ni a nadie, pero uno de ellos puso el ojo en el collar del capitan y empez6 a sefialar con la mano hacia tierra y después hacia el co- Har, como diciéndonos que en tierra habia oro; y también vio un candelabro de plata y asi mismo sefialaba hacia tierra y después hacia el cande- labro como si hubiera también plata. Les mos- traron un papagayo pardo que aqui tiene el ca- pitén, lo cogieron con la mano y sefialaron hacia tierra como que los habia alli; les mostraron un carnero y no hicieron de él mencién; les mostra- ron una gallina y casi tenfan miedo de ella y no la querian tocar con la mano y después la cogie- ron como espantados. Les ofrecieron pan y pes- cado cocido, pasteles de almendras, miel e higos secos, yno quisieron comer de aquello casi nada, y si probaban alguna cosa, la escupfan ensegui- da, Les trajeron vino en una copa, y apenas po- ner la boca, no les gust6 nada ni quisieron més. Les trajeron agua en una alcarraza,’ y tomando sendos sorbos, no la bebieron, solamente se la- varon las bocas y la escupieron, Vio uno de ellos * Vasija de arcilla que conserva fresco el liquido en el interior. 104 unas cuentas blancas de rosario, sefialé para que se las diesen y le divirtieron mucho y se las puso en el cuello y después se las sacé y se las enro- 116 en el brazo y sefialaba hacia tierra y [hacia] las cuentas y el collar del capitan, como dicien- do que darian oro por aquello. Esto lo tomaba- mos nosotros asi porque lo desedbamos, pero si él queria decir que se llevaria las cuentas ademas del collar, esto no lo queriamos entender porque nose lo habiamos de dar. Y después devolvié las cuentas a quien se las habia dado, y entonces se estiraron asi de espaldas en la alfombra a dormir sin tener ninguna manera de cubrir sus vergiien- zas, las cuales no eran circuncidadas y [tenian] el vello bien rapado y afeitado. El capitan mandé que les pusieran en las cabezas sendos cojines, y el dela cabellera se preocupaba de no romperla, y les pusieron un manto encima y ellos lo consin- tieron y yacieron y durmieron. El sabado por la mafiana [25 de abril] man- d6 el capitan hacer vela y fuimos en busca de la entrada, la cual era muy ancha y alta,' de seis a siete brazas, y entraron todas las naves dentro y " Honda, profunda. Caminha destaca la idoneidad natural de Porto Seguro. 105 fondearon en cinco o seis brazas, y este fondea- dero es tan grande y tan hermoso y tan seguro que pueden permanecer en él més de doscientos navios y naos. Y en cuanto las naves quedaron posadas y fondeadas vinieron todos los capita- nes a esta nave del capitan mayor, y desde aqui ordené el capitan a Nicolau Coelho y a Bartolo- meu Dias’ que fuesen a tierra a llevar a aquellos dos hombres y los dejasen ir con sus arcos y fle- chas, alos cuales mandé dar sendas camisas nue- vas y sendas capuchas rojas y dos rosarios de cuentas blancas de hueso que ellos Ilevaban en los brazos y sendos cascabeles y sendas campa- nillas. Y envio con ellos para que se quedara alli a un mancebo degradado,* criado de D. Joao Escudero de la Casa Real y navegante de larga expe- riencia por las costas occidentales africanas, fue quien en 1487 consiguié circunnavegar el continente y confitmar la unién entre el Atlético y el Indico. Pasé el cabo, al que llamé de las Tormentas, y siguié por la costa hasta el rfo do Infante (hoy Great Fish River). No formé parte de la posterior expedicién de Vasco de Gama, pero si de la de Alvares Cabral, como capitan de una de las naves. Tras zarpar de las costas brasilefias rambo a Sudéfrica, cuatro delas naves desaparecieron durante un fuerte temporal, y una de ellas era la de Bartolomeu Dias. » Delincuentes condenados a la deportacién 0 reos 106 Telo, al que laman Afonso Ribeiro, para que an- duviera con ellos y aprendiera su vivir y mane- ras. Y a mi me mandé6 que fuera con Nicolau Coelho. Fuimos as{ répidamente directos a la playa, y all{ acudié enseguida obra de doscientos hom- bres todos desnudos y con arcos y flechas en las manos. Aquellos que nosotros llevabamos les hi- cieron sefias de que se apartasen y depusieran los arcos, y ellos los depusieron pero no se aparta- ron demasiado, En cuanto bajaron sus arcos, sa- licron los que nosotros llevabamos y el mance- bo degradado con ellos, los cuales, asf como sa- lieron no se detuvieron, ni esperaba el uno por el otro sino a quien mas corria. Y cruzaron un rio de agua dulce’ que por ahi corre con mu- cha agua y les legaba por la braga,’ y otros mu- chos con ellos, y fueron asi corriendo més allé del de muerte a los que se les conmutaba la pena para que, abandonados en tierras por explorar, establecieran los pe- ligrosos primeros contactos, aprendieran las lenguas nati- vas, recabaran informacién y actuaran de enlaces entre los portugueses y las gentes de aquellos lugares ala llegada de posteriores flotas, Rio Buranhém, * Calzones. 107 rio entre unas matas de palmas' donde estaban otros, y alli se detuvieron. Entretanto, el degra- dado se fue con un hombre que en cuanto salié del batel lo agasajé y lo Ilevé hasta alla, pero en- seguida nos lo retornaron, y con él vinieron los que nos habiamos Ilevado, los cuales venfan ya desnudos y sin las caperuzas, Entonces empeza- ron a llegar muchos. Se acercaban por la orilla del mar hacia los bateles hasta que ya no podian més, y trafan calabazas de agua, y cogfan algunos barriles que llevabamos y los Ilenaban de agua y los traian a los bateles. No Ilegaban del todo a la borda del batel, pero se acercaban y nos los lanzaban con la mano y nosotros los cogiamos, y nos pedian que les diésemos alguna cosa. Lle- vaba Nicolau Coelho cascabeles y manillas, y a unos les daba un cascabel y a otros una manilla, de manera que con aquel ardid casi nos querian dar la mano. Nos ofrecian aquellos arcos y fle- chas a cambio de sombreros y caperuzas de lino o por cualquier cosa que alguien les quisiera dar. De ahi partieron aquellos dos mancebos y ya no Jos volvimos a ver. * Posiblemente se refiera a Attalea funifera Mart., es- pecie frecuente en las playas al sur de Bahia. 108 Muchos de ellos, o casi la mayor parte de los que andaban por alli, Ilevaban aquellos pi- cos de hueso en los bezos, y algunos que anda- ban sin ellos trafan los bezos perforados y en los agujeros unos tapones de palo que parectan tapones de borracha;' y algunos de ellos trafan tres de aquellos picos, sc#licet, uno en el medio y otros dos en los extremos. Y alli andaban otros de ellos cuarteados a colores, scilicet, la mitad de su propio color ya otra mitad de pintura ne- gra un poco azulada, y otros a cuadros como de escaque.’ Alli andaban entre ellos tres 0 cuatro mozas, bien mozas y bien gentiles, con cabellos muy negtos y largos por las espaldas, y sus ver- giienzas tan altas y tan cerraditas y tan limpias de vello que, de lo mucho que las miramos, no tenfamos ninguna vergitenza. Alli por entonces no hubo mas habla ni entendimiento con ellos, por su barbarie ser tamafia que no se entendia ni se ofa nadie.’ Les indicamos que se fueran, y " Tapones de bota de vino, odre de cuero. * A modo del tablero de ajedrez, » Caminha usa el término berberia, aplicado en la época a los bereberes, a los marroquies 0 a los musulma nes en general, entendido como alos que hablan a gritos o vocean» 109 asi lo hicieron y pasaron al otro lado del rio. Y salieron de los bateles tres o cuatro hombres de los nuestros y llenaron no sé cuantos barriles de agua que nosotros llevébamos, y volvimos a las naves. Y mientras en eso estébamos, nos indi- caron que regresaramos. Lo hicimos y ellos nos devolvieron al degradado y no quisieron que se quedase con ellos, el cual Ilevaba una bacia pe- quefia y dos o tres caperuzas rojas para ofrecer al sefior, si lo hubiese. No cuidaron de sacar- le nada, y asi lo mandaron con todo, Entonces Bartolomeu Dias lo hizo volver otra vez para que les diese todo aquello, y él volvié y, ante nuestra vista, entregé todo a aquel que lo habia agasaja- do la primera vez; después regresé y nos lo tra- jimos. Este que lo agasajé era ya de dias' y an- daba todo por lozania,* Ileno de plumas pega- das por el cuerpo que parecia asaetado como un San Sebastian. Otros llevaban caperuzas de plu- mas amarillas y otros rojas y otros verdes. Y una de aquellas mozas estaba toda pintada de arri- ba abajo de aquella pintura; y ciertamente esta- ba tan bien hecha y tan redonda, y su vergiienza, * Era de edad, ya era un hombre mayor. * Se exhibia con orgullo, altivez.o vanidad 110 que ella no tenia, tan graciosa, que muchas mu- jeres de nuestra tierra, viéndole tales facciones, sentirian vergiienza por no tener la suya como la de ella. Ninguno de ellos estaba circuncidado, sino todos asi, como nosotros.’ Y con esto nos volvimos, y ellos se fueron. Por la tarde salié el capitan mayor en su ba- tel con todos nosotros, y con los otros capitanes de las naves en sus bateles, a holgar por la bahia, frente ala playa, Pero nadie bajé a tierra, por no quererlo el capitan que fuera alguien alli. Sola- mente bajé, con todos, a un islote grande* que esta en la bahia y que en la bajamar queda muy vacio,’ pero que esta cercado de agua por todas partes, por lo que nadie puede ir hasta él si no es en barco 0 a nado. Alli holgamos él y noso- tros durante una hora y media, y unos marine- ros que por ahi andaban pescaron con un cl ‘ Caminha se esmera en destacar una de las diferen- cias entre musulmanes, y africanos islamizados, y cristia- nos. Al no estar circuncidados, los indios no son infie- les, Se trata de uno de los grandes islotes de la barrera coralina Coroa Vermelha, en el extremo sur de la bahia Cabralia. } Deseubierto, chorro' pescado menudo, no mucho. Y enton- ces nos volvimos a las naves ya bien de noche. El domingo de Pascua por la mafiana [26 de abril] determiné el capitdn ir a oft misa y plega- ria a aquel islote, y ordené a todos los capitanes que se reunieran en los bateles y fueran con él, y ast se hizo. Mandé armar en aquel islote un pa- bellén, y dentro, levantar un altar muy bien arre- glado, Alli con todos nosotros hizo decir misa, que fue dicha por el padre fray Henrique,” en yor entonada, y oficiada con esa misma voz por los otros padres y sacerdotes que estaban todos alli, y segtin mi parecer, esta misa fue ofda por todos con mucho placer y devoci6n. Alli estaba con el capitan el estandarte de Cristo con el que zarp6 de Belém, el cual estuvo siempre alto du- Red pequetia > Fray Henrique de Soares, natural de Cofmbra, con- fesor de D. Joto II, seri embajador en Inglaterra, Castilla y Roma, inquisidor general y obispo de Ceuta. Es respon sable en la armada de Cabral de los ocho franciscanos destinados a las misiones en Oriente y tiene la orden de comisionar los conventos mendicantes que la Corona pre~ tende edificar. Labor que no podré cumplit por el tajante enfrentamiento entre musulmanes y portugueses en Ca- licut, donde cinco de los frailes moritén, Fray Henrique conseguird salvar la vida y regtesar a Portugal. 12, rante la parte del Evangelio. Acabada la misa, se desvistid el padre y se senté en una silla alta, y con todos nosotros sentados por la arena, pre- dicé una solemne y provechosa prédica sobre la historia del Evangelio, al final de la cual traté de nuestra llegada y del descubrimiento de esta tie- rra, confirmandose con la sefial de la cruz, bajo cuya obediencia vinimos, lo que vino muy a pro- pésito y creé mucha devocién. Mientras estuvimos con la misa y la plegaria, habria en la playa tanta gente poco més o menos como en el dia anterior, con sus atcos y flechas, los cuales andaban holgando y mirandonos, y se sentaron. Y después de acabada la misa, senta- dos nosotros en oracién, se levantaron muchos de ellos y tafieron un cuerno 0 una bocina' y co- menzaron a saltar y a danzar un rato, Y algunos de ellos se metian en dos o tres almadias que alli tenfan, las cuales no estan hechas como las que yo he visto, [sino que eran] solamente tres tra- bes* atados juntos. Y alli se metian cuatro o cin- coo los que querian, sin alejarse casi nada de tie- tra, s6lo hasta donde podian hacer pie. Cuerno, comneta, o posiblemente, una caracola Madero largo y grucso, viga. 113 Acabada la plegaria volvié el capitan con to- dos a los bateles con nuestro estandarte en alto, y embarcamos y fuimos todos hacia tierra para pasar por delante de donde ellos estaban; y por mandato del capitan, iba Bartolomeu Dias de- lante en su esquife para devolverles un palo de una almadia que el mar les habia quitado, y todos nosotros tras él obra de tiro de piedra.’ Cuando vieron el esquife de Bartolomeu Dias se acerca- ron enseguida todos al agua, metiéndose en ella hasta donde mas podian. Les hicieron seftas de que depusieran los arcos, y muchos de ellos los iban enseguida a dejar en tierra, y otros no los deponfan. Andaba ahi uno que les hablaba mu- choa los otros para que se apartasen, pero no me parecfa a mi que le tuvieran acatamiento o mie- do. Y este que asi los andaba apartando Ilevaba su arco y flechas y estaba pintado de pintura roja por el pecho y las espaldas, por las ancas, muslos y piernas hasta abajo, y los vacios* de la barriga y el estomago eran de su propio color, y la pintu- * Distancia aproximada de unos cuatrocientos cin- cuenta metros, recorridos por un proyectil lanzado por una pieza de artilleria llamada pedreto. * Espacios no pintados, 114 ra era asf [tan] roja que el agua no la comia nila deshacia, sino que cuando salia del agua era mas rojo. Salié un hombre del esquife de Bartolomeu Dias y andaba entre ellos sin entender éstos que tuvieran que hacerle mal, sino que le daban cala- bazas de agua y sefialaban a los del esquife para que fueran a tierra. Con esto regresé Bartolo- meu Dias donde el capitan y nos volvimos a las naves a comet, tafiendo trompetas y gaitas, sin darles més opresién,' y ellos volvieron a sentarse en la playa, y asi por lo pronto se quedaron. Eneste islote donde fuimos a oir misa y plega- tia se explaya mucho el agua y descubre mucha arena y muchos guijarros. Mientras estuvimos alli, fueron algunos a buscar mariscos, y no los hallaron, pero hallaron algunos camarones grue- sos y cortos, entre los que aparecié un camarén tan grande y grueso que nunca lo he visto tama- fio. También hallaron conchas de berberechos y almejas, pero no se toparon con ninguna pieza entera. Y en cuanto comimos, vinieron enseguida todos los capitanes a esta nave por mandato del capitan mayor, con los que se apartd, y yo en la * Sin coaccionarlos o molestarlos por mas tiempo. 115 compaiiia, para preguntar asi a todos si nos pa- recia bien anunciar la nueva del hallazgo de esta tierra a Vuestra Alteza por el navio de los man- tenimientos, para mandar descubritla mejor y saber de ella mas de lo que ahora nosotros po- driamos saber por seguir nuestro viaje. Y en- tre muchas hablas que del caso se hicieron, fue por todos o por la mayoria dicho que parecia muy bien, y en esto concluyeron. Y en cuanto la conelusién fue tomada, pregunté ademis si se- ria bueno coger aqui por la fuerza a un par de estos hombres para mandarlos a Vuestra Alte- za, y dejar aqui por ellos a otros dos de estos de- gtadados, A esto acordaron que no era necesa- rio tomar por la fuerza a los hombres, porque era costumbre general de los que asi Ilevaban por la fuerza a alguna parte decir que hay alli de todo cuanto les preguntan, y que mejor y mucha més informacién de la tierra darian dos de estos hombres degradados que aqui dejasen de la que ellos darian si se los Ilevasen, por ser gente que nadie entiende ni ellos tan pronto aprenderfan ahablar para saberlo [tan] bien decir como mu- cho mejor estos otros nos lo dirfan cuando acd Vuestra Alteza lo mande. Y que, por tanto, no curasen aqui de tomar por la fuerza a nadie ni 16 hacer escandalo, sino todo lo mas amansar y pa- cificar, y que solamente dejasemos aqui a los dos degradados cuando de aqui partiésemos. Y asi por mejor parecer a todos quedé determinado. Acabado esto, dijo el capitan que fuésemos en los bateles a tierra para ver bien cémo era el rio, y también para que holgasemos. Fuimos to- dos con los bateles a tierra, armados y con el es- tandarte. Ellos andaban alli en la playa por la boca del rio a la que amos, y antes de que lle- gdsemos, de la ensefianza que de antes tenian, depusieron todos los arcos, y hacfan sefias de que saliésemos. Y en cuanto los bateles pusie- ron las proas en tierra, pasaron todos al otro lado del rio, el cual no es mas ancho que un juego del mancal.’ Y en cuanto desembarcamos, algu- nos de los nuestros pasaron enseguida el ro y se mezclaron entre ellos, y algunos aguardaban y otros se apartaban, pero era la cosa de mane- ra que todos andaban mezclados. Ellos ofrecian esos arcos con sus flechas por sombretos y cape- ruzas de lino y por cualquier cosa que les daban. Cruzaron tantos de los nuestros y andaban asi * Jucgo antiguo parecido alos bolos, cuya area cubria un espacio aproximado de unos ocho metros. 7 [tan] mezclados con ellos, que ellos los esquiva- ban y se apartaban y se alejaban de ellos hacia arriba, donde otros estaban. Y entonces el ca- pitan hizo que dos hombres lo tomasen en bra- zos y paso el rio e hizo volver a todos. La gen- te que alli estaba no seria mas que la acostum- brada; y cuando el capitan hizo volver a todos, se le acercaron algunos de ellos, no por recono- cerlo como sefior, que me parece que no entien- den ni tomaban de eso conocimiento, sino por- que nuestra gente pasaba ya al otro lado del rio Allihablaban y traian muchos arcos y cuentas de aquellas ya dichas, y rescataban’ por cualquier cosa, de tal manera que se llevaron de alli a las naves muchos arcos y flechas y cuentas. Y enton- ces el capitan volvié a cruzar el rfo, y enseguida acudieron muchos junto a él. Alf verfais [hom- bres] galantes pintados de negro y rojo, y cuar- teados asi [tanto] por los cuerpos como por las piernas, que ciertamente tenfan buena aparien- cia. También andaban entre ellos cuatro 0 cin- co mujeres mozas, asi desnudas que no parecfan mal, entre las cuales andaba una con un muslo, desde la rodilla hasta el anca, y la nalga todo pin- * Cambiar o trocat. 8 tado de aquella pintura negra, y el resto todo de su propio color. Otra llevaba ambas rodillas con las curvas asi pintadas y también los tobillos, y sus vergiienzas tan desnudas y con tanta inocen- cia descubiertas, que no habia ahi vergiienza al- guna. También andaba ahi otra mujer moza con un nifio o nifia en brazos atado al pecho con un Pafio no sé de qué del que apenas le aparecian las piernecitas, pero las piernas de la madre y el resto no llevaban pafio alguno. Y después andu- vo el capitén hacia arriba a lo largo del rio, que corte siempre allegado a la playa, y alli esperé a un viejo que llevaba en la mano una pala de al- madia. Habl6, estando el capitan con él ante to- dos nosotros, sin que nunca nadie lo entendiera, ni él a nosotros, cuantas cosas al hombre le pre- guntaba del oro, que nosotros deseaébamos sa- ber silo habia en la tierra, Llevaba este viejo el bezo tan agujereado que le cabria por el agujero un gran dedo pulgar, y tenfa metida en el aguje- ro una piedra verde ruin’ que cetraba por fue- ra ese agujero. Y el capitan se la hizo sacar y él no sé qué diablos decfa ¢ iba con ella ala boca * Sin valor, despreciable. Nose da cuenta Caminha de que esta piedra representa un simbolo de autoridad. 119 del capitan para metérsela, Estuvimos sobre eso tiendo un poco, yentonces se enfadd elcapitén y dejé de hacerle caso, y uno de los nuestros ledio por la piedra un sombrero viejo, no porque ésta valiera alguna cosa, sino por muestra, Después se la entregé al capitan, creo que para mandarla, con las otras cosas, a Vuestra Alteza. ‘Anduvimos por ahi viendo.a ribera, la cual es demucha agua y muy buena. A lo largo de ella hay muchas palmeras no muy altas, en las que hay muy buenos palmitos;’ cogimos y comimos muchos de ellos. Entonces volvié a bajar el capi- tan hacia la boca del rio donde desembarcamos, y ms alla del rio andaban muchos de ellos dan- zando y holgando unos ante los otros sin coger- se de las manos, y lo hacfan bien. Pasd entonces més allé del rio Diogo Dias, almojarife que fue de Sacavém, que es hombre gracioso y de placer, y © Buterpe edulis Mart., conocida como palmitero o palmito » Diogo Dias, supuesto hermano de Bartolomeu Dias, capitaneaba la catabela de las provisiones en el viaje de descubtimiento del cabo de Buena Esperanza (1488), fue elesctibano de la nave So Gabriel de la armada de Vasco de Gama (1497) yen la de Alvares Cabral goberné una de Jas naves. En el viaje desde Brasil hacia el Cabo, su navese 120 Ilevé consigo un gaitero nuestro con su gaita y se metié entre ellos a danzar tomandolos por las manos y ellos gozaban y reian y andaban con él muy bien al son de la gaita. Después de que dan- zaran les hizo alli por el suelo muchas vueltas li- geras y saltos mortales, de los que ellos se espan- taban y reian y holgaban mucho. Y aunque con aquello les dio mucha confianza y los satisfizo, adoptaron de pronto esquivez como monteses y se fueron hacia arriba. Y entonces el capitan cruz6 el rfo con todos separé del resto de la armada y se dio por perdida, pero consiguié legar a la somali Mogadiscio tras navegat por Ia costa oriental de Madagascar (isla a la que llamé Si0 Lourenco). No consiguié llegar a la India pero fue el pri mer portugués en navegar por el mar Rojo; desde alli, el viaje de regreso a Lisboa fue muy duro, y apenas consi- guieron sobrevivir ocho hombres. El cronista D. Joao de Barros lo llama alternativamente Pedro y Diogo; y en ese sentido, por lo comiin del nombre, cabe pensar que Ca- minha puede estar refiriéndose a otto Diogo Dias, almo- jarife, funcionario real encargado de velar por las rentas y derechos del rey, y de cobrar el almojarifazgo, impuesto quese pagaba por las mercancias que entraban osalian del reino o porel derecho a traficar entre puertos, Sacavém es una feligresia préxima a Lisboa, rica en vinos y cereales y perteneciente en la época a la Casa de Braganca. 121 nosotros y fuimos a lo largo de la playa, yendo Jos bateles asi cerca de tierra. Y fuimos hasta una laguna grande de agua dulce que esta junto a la playa, porque toda esta ribera del mar es panta- nosa por encima y sale el agua por muchos luga- res.’ Y después de que pasdsemos el rio fueron unos siete u ocho de ellos andando entre los ma- rineros que se recogian en los bateles. Y se lle- varon de alli un tiburén que Bartolomeu Dias habia matado, y lo sacé y lanz6 a la playa, Bas- te decir que hasta aqui, como quiera que ellos se amansasen un poco, ya de una mano para otra se esquivaban como pardales de cebo.* Nadie osa hablarles duro para que no se asusten mas, y todo pasa como quieren ellos para amansarlos bien. Al viejo con quien el capitan habia habla- do, [éste] le dio una caperuza roja, y con toda el habla que con él mantuvo y con la caperuza que le dio, en cuanto se despidié y empezé a pasar el rio, se fue recatando y no quiso volver més des- de el otro lado a éste. Los otros dos que el ca- * Setrata delas lamadas «Tetras Umidas», areas inun dadas o satutadas por aguas superficiales o subterréncas, donde el nivel freatico domina la superficie del terreno y donde crecen los tépicos manglares o selva inundada, » Referencia a lo asustadizos que son los indigenas 122, pitan tuvo en las manos y a los que dio lo que ya dije nunca mas aqui aparecieron, de lo que deduzco que son gente bestial y de poco saber, y por eso son asi de esquivos. A pesar de todo esto, andan muy bien curados" y muy limpios, y en aquello me parece todavia mas que son como aves 0 alimaiias* monteses, a las que les hace el aire mejor pluma o mejor pelo que a las mansas, Porque sus cuerpos estan tan limpios y tan gor- dos’ y tan hermosos que no lo pueden estar mas, Y esto me hace presumir que no tienen casa ni moradas donde cobijarse y el aire en el que se crfan los hace asf, o nosotros hasta ahora atin no vimos casa alguna ni nada parecido. Mandé el capitan a aquel degradado Afonso Ribeiro para que fuera otra vez con ellos, el cual se fue y an- duvo por alli un buen rato, y por la tarde regres6 porque lo hicieron ellos volvery no consintieron que se quedara, y le dieron arcos y flechas y no Je tomaron nada suyo, antes dijo él que uno de ellos le cogié unas cuentas amatillas que llevaba y huyé con ellas, y que se quejé y los demas fue- Estan muy sanos, son fuertes 0 curtidos, Salvajes o seres irracionales. » Es decir, fuertes. 123 ron enseguida tras él y se las sacaron y se las de- volvieron, y entonces le mandaron regresar. Dijo que no vio alli entre ellos mas que unas chozas de ramas verdes y helechos como las de Entre- douro y Minho.’ Y asf nos volvimos a las naves ya casi de noche a dormir. El lunes después de comer [27 de abril] fui- mos todos a tierra a repostar agua: Alli llegaron entonces muchos, pero no tantos como las otras veces, y traian ya muy pocos arcos y estuvieron asi algo alejados de nosotros, y después poco a poco se mezclaron con nosotros y nos abrazaban y holgaban, pero algunos de ellos nos esquiva- ban enseguida. Ofrecian algunos arcos por hojas de papel y por alguna caperuza vieja o por cual- quier cosa. Y de tal manera esto acontecié que unos veinte o treinta de los nuestros se fueron con ellos a donde otros muchos de ellos estaban con mozas y mujeres, y trajeron de alli muchos arcos y tocados de plumas de ave verdes y otras amari- * Regiones del norte de Portugal, que Caminha co- noce bien por ser de Oporto. Hace uso del tipico recurso comparativo propio de este tipo de textos, para facilitar la interpretacién al lector, y en este caso compara las cons- trucciones portuguesas con las ocas 0 casas comunitarias, caracteristicas de los poblados indigenas. 124 Ilas, que creo que el capitan ha de mandar como muestra a Vuestra Alteza, y segtin decian estos que alli fueron, estuvieron holgando con ellos. Este dia los vimos més de cerca y mas a nues- tra voluntad, porque anduvimos todos casi mez- clados. Y por alli andaban algunos cuarteados con aquellas pinturas, otros de mitad, y otros de tal factura [que parecian] pafios de corte,' y to- dos con los bezos agujereados y muchos con los huesos en ellos y algunos sin los huesos. Algu- hos tenfan unos erizos verdes de arboles que por el color parecian de castafio, aunque eran mas pequeiios y estaban llenos de unos granos rojos pequenos que chafandolos con los dedos hacfan una pintura muy roja de la que ellos andaban pintados, y cuanto més se la untaban, mas rojos quedaban.* Todos van rapados hasta por encima * Tapices, * Se trata de urucii © achiote (Bixe orellana L.), la planta arborescente la que Caminha dedica mayor aten- cién, tipica del bosque tropical hiimedo. Sus frutos, en capsula erizada de pequeiios aguijones (que al escribano Je recuerdan las castafias), contienen unas semillas rojas cuyo jugolos indigenas usaban contra las picadas demos, quito, y como elemento ornamental por su persistencia como tinte o colorante, Actualmente se emplea como co. 125 de las orejas, y asi las cejas y las pestaiias. Traen todos las frentes, de sien a sien, pintadas de una pintura negra que parece una cinta negra ancha de dos dedos.’ Y el capitan envié a aquel degradado Aton- so Ribeiro y a otros dos degradados a que estu- viesen entre ellos, y también a Diogo Dias por ser hombre ledo’ con el que ellos holgaban, y a los degradados les mandé que se quedasen alli aquella noche. Se fueron alla todos y anduvie- ron entre ellos, y segiin dijeron, fueron bien una lengua y media hasta una poblacién de casas en orante para productos alimenticios y cosméticos, y para a industria farmacéutica por sus propiedades astringen- tes, antisépticas, antibacterianas, antioxidantes y cicatri- zantes, entre otras. De sus ramas se obtiene una goma parecida a la goma ardbiga, y su corteza se usa para la cordeleria, "El colorante negro posiblemente lo obtenfan del fruto de la jagua (0 Genta americana L..), un arbol cadu- cifolio cuyas bayas rugosas contienen unas semillas blan- cas que se oscurecen al secar: El fruto tifie de negro la piel, y los indigenas se la untaban con la pulpa como repelente de insectos. Es un buen bactericida por su alto contenido en fenol, y también tiene propiedades astringentes, anti- inflamatorias y antianémicas. » Alegre, simpatico. 126 la que habria nueve o diez, que decian que eran tan largas cada una como esta nave capitana, y eran de madera y [con] los flancos de tablas y cubiertas de paja de razonable altura, y todas de una sola pieza sin ningdn repartimiento, Tenian dentro muchos puntales, y de puntal a puntal, una red alta en la que dormian, atada por los ex- tremos a cada puntal, y debajo, para calentarse, hacian sus fuegos. Y tenia cada casa dos puer- tas pequefias, una en un extremo y otra en el otro, y decfan que en cada casa se recogian trein- ta 0 cuarenta personas, y que asi los encontra- ton. Y que les daban de comer de aquella vian- da que ellos tenian, scilicet, mucho fiame’ y otras ' "Término de procedencia congoledia que responde a un tubérculo comestible de la familia de las dioscoredceas de corteza muy oscura. En Portugal era conocido por los. contactos con los pueblos de las costas guineanas, y por €s0 lo identifica Caminha, confundiéndolo con la yuca (0 Manthot esculenta), un arbusto perenne de la familia de las cuforbidceas autéctono de Sudamérica, Su raiz constituye tuna fuente de alimentacién fundamental por su alto valor nuttitivo en hidratos de carbono. Sin embargo, su jugo es t6xico, contiene cianuro, por eso los indigenas hervian las taices (la fécula se gelatiniza y forma la llamada tapioca) y las dejaban secar para molerlas después y obtener harina (la llamada mandioca). 127 simientes que en la tierra hay y que ellos comen. Pero cuando se hizo tarde los hicieron volver a todos enseguida y no quisieron que alli se que- dase nadie, ¢ incluso, segiin dijeron, se querian venir con ellos. Alli rescataron por cascabeles y otras cositas que levaban de poco valor papa- gayos rojos muy grandes y hermosos y dos ver- des pequeiios,’ y caperuzas de plumas verdes y tun pafio de plumas de muchos colores a manera de tejidos asaz hermoso, segtin verd Vuestra Al- teza todas estas cosas, porque el capitan os las ha de mandar, segtin dice. Y con esto llegaron y nos volvimos a las naves. El martes [28 de abril] después de comer fui- mos a tierra a dar guarda’ de lefia ya lavar ropa. ' Jaime Cortesto entiende que se trata de araras (tér- mino de origen tup{), aves pertenecientes a las psitacifor- mes, abundantes al sur de Bahfa, que por su belleza y vis- tosos colores fueron rpidamente reproducidas en docu- mentos cartogrificos como el temprano y anénimo planis- fetio Canttino (1502) y el espectacular Atlas Miller (1519) elaborado porlos cartégrafos Lopo Homem y Pedro y Jor- ge Reinel, El historiador identifica la especie mas pequeiia que menciona Caminha como cuiubas o tuins, del género Forpus, semejantes a periquitos pero mas robustos. A proteger con las armas a los que recogen lefia y lavan ropa 128 Cuando llegamos, estaban en la playa obra de se- senta o setenta sin arcos y sin nada, en tanto que Tegamos se acercaron enseguida hacia nosotros sin asustarse, y después acudieron muchos, que serian bien unos doscientos, todos sin arcos, y se mezclaron tanto con nosotros que nos ayudaban aacarrear lefia y a meterla en los bateles, y lucha- ban’ con los nuestros y mostraban mucho pla- cer. Y mientras nosotros recogfamos la lefia, dos carpinteros hacian una gran cruz de un palo que para eso ayer se habia cortado. Muchos de ellos venian a estarse alli con los carpinteros, y creo que lo hacian mas por ver la herramienta de hie- rro con Ja que la construfan que por ver la cruz, porque ellos no tienen nada que sea de hierro y cortan sus maderas y palos con piedras hechas como cufias metidas en un palo entre dos féru- las muy bien atadas, de tal manera que [las pie- dras] andan fuertes segiin decian los hombres que ayer fueron a sus casas porque las vieron alla, Era ya la conversacién de ellos con nosotros tanta que casi nos estorbaban en lo que teniamos que hacer. Y el capitan mand6 a dos degradados ya Diogo Dias que se fueran a la aldea, y a ottas * Competian. 129 silas hubiese de nuevas, y que en cualquier caso no se volvieran a las naves a dormir aunque ellos se lo mandasen, y asf se fueron. Mientras andabamos en la floresta cortan- do lefia, atravesaban por aquellos arboles algu- nos papagayos verdes y otros pardos,' grandes y pequefios, de manera que me parece que habré muchos en esta tierra, aunque yo no vi mas que nueve 0 diez. Otras aves entonces no vimos, so- lamente algunas palomas bravas, y me parecie- ron mayores en buena cantidad que las de Por- tugal.? Algunos decfan que habfan visto tértolas, © Dado que Brasil ostenta la mayor poblacién de psi- tacidos del mundo es dificil saber de qué papagayo verde habla Caminha, pero puede tratarse del més comin en la zona bahiana, el Amazona aestiva, Respecto a la otra espe- cie citada, el término «pardo», tanto en portugués como en castellano, responde a un color oscuto pero indefinido. Existen los llamados loros pardos africanos (Paradoxornis unicolor), ya conocidos en Portugal por aquellas fechas, por lo que quizés Caminha los esta reconociendo en tie~ tras americanas. » Puede que se trate de la Columba picazuro, término guarani que significa «paloma amarga» y es endémica de Sudamérica. Paloma que, en efecto, es mayor que la Co: lumba livia 0 paloma bravia, la especie que debia de co- nocer Caminha. 130 pero yo no las vi, aunque segiin los 4tboles son muy muchos y grandes y de infinitas maneras, no dudo de que por esa floresta haya muchas aves. Al anochecer nos volvimos a las naves con nuestra lefia. Yo creo, Sefior, que no di atin aqui cuenta a Vuestra Alteza de la hechuta de sus ar- cos y flechas: los arcos son negros y largos y las flechas largas y sus hierros' de cafias aguzadas, segiin Vuestra Alteza vera por algunos que creo que el capitén a Ella’ ha de enviar. El miércoles [29 de abril] no fuimos a tierra porque el capitén anduvo todo el dia despejan do de mantenimientos la nave y mandando Ile- var alas naves todo lo que cada una podia trans- portar, Ellos acudian a la playa; muchos, segiin vimos desde las naves, que serian obra de tres- cientos, por lo que dijo Sancho de Tovar, que alli fue. Diogo Dias y Afonso Ribeiro, el degrada- " Se refiere a las puntas de las flechas, porque los tu piniquins no conocian el hierro, segtin apunta Caminha en el episodio referente al interés que suscitan entre los indfgenas las herramientas que los portugueses emplean para confeccionar la cruz. * Blescribano hace uso de la tercera persona, «Ella», como férmula de distanciamiento, subordinacién y respe- to, en sustitucién de Vuestra Alteza 131 do, alos que el capitan mandé ayer que de cual- quiet manera allé durmiesen, volvieron ya de noche, por ellos no querer que alld durmiesen, y trajeron papagayos verdes y otras aves negras casi como cuervos, si no [fuera] porque tenian el pico blanco y el rabo corto." Y cuando Sancho de Tovar se volvia a la nave, algunos querian ir con él, pero no quiso sino a dos mancebos dis- puestos y hombres de pro.’ Los mandé esa no- che muy bien cuidar y tratar, y comieron toda la vianda que les dieron, y mandé que les hicieran la cama con sdbanas segtin él dijo, y durmieron y holgaron aquella noche. Y as{ no hubo mas en este dia que para escribir sea. El jueves, a tltimos de abril [30 de abril], co- mimos enseguida, casi por la mafiana, y fuimos a tierraa por més lefia y agua. Y queriendo el capi- * El japira 0 guaxe (Cacicus haemorrhous) es muy co- man en la Amazonia, vive en grupos y forma colonias, es negro, de pico verdoso y ojos azules, y tiene una mancha de plumas rojas en el lomo. » $i los adjetivos se toman en sentido estricto, San- cho de Tovar elige hombres que le puedan ser ttiles, de provecho. En sentido figurado, ya usado el término en la época, Tovar elige hombres gallardos o que considera dis- tinguidos. 132 tan salir de esta nave, llegé Sancho de Tovar con sus dos huéspedes, y por no haber él todavia co. mido, le pusieron manteles y le trajeron vianda y comié. Sentaron alos huéspedes en sendas sillas y de todo lo que les dieron comieron muy bien, especialmente lacén cocido frio y arroz, y no les dieron vino por Sancho de Tovar decit que no lo bebian bien. Acabada la comida, nos meti- mos todos en el batel y ellos con nosotros. Un grumete le dio a uno de ellos un colmillo grande de puerco montés' bien retorcido, y en cuanto Jo tomé se lo metié enseguida en el bezo, y por- que no se le mantenia, le dieron un poco de cera roja, y él la aderezé por detras para que quedase seguro y lo metié en el bezo asi girado para atri- ba, e iba tan contento con él como si Ilevase una gran joya. Y en cuanto llegamos a tierra, se fue enseguida y no aparecié mas por alli. Cuando llegamos, andarian por la playa ocho 0 diez de ellos, y de ahi a poco comenzaron a acercarse mas, que me parece que vinieron ese dia ala playa cuatrocientos 0 cuatrocientos cin- cuenta, Algunos de ellos Ilevaban arcos y flechas, y todos los trocaron por caperuzas 0 por cual- " De jabali. 133 quier cosa que les daban. Comian con nosotros de lo que les dabamos y algunos de ellos bebian vino y otros no lo podian beber, aunque me pa- rece que se avezaron a él y que lo bebieron con gusto, Acarreaban de esa lefia cuanta podian con muy buena voluntad y la llevaban a los bateles, y andaban ya mas mansos y seguros entre nosotros de lo que nosotros andabamos entre ellos. El capitan con algunos de nosotros anduvo un pedazo por aquella arboleda hasta una ribe- ra grande y de mucha agua, que a nuestro pa- recer era esta misma que llega a la playa y de la que tomamos agua. Alli nos quedamos un rato, bebiendo y holgando a lo largo de ella entre esa atboleda, que es tanta y tamafia y tan vasta y de tanto follaje que no se puede contar. Hay entre ella muchas palmas de las que se cogen muchos y buenos palmitos. Cuando bajamos del batel, dijo el capitan que seria bueno ir derechos a la cruz que estaba apoyada en un Arbol junto al rio para erguirla a la mafana siguiente, por ser vier- nes [1 de mayo], y que nos pusiéramos todos de rodillas y la besasemos para que vieran el acata- miento que le teniamos, y asi lo hicimos. Y a los diez o doce que alli estaban les sefialaron que hi- cieran asi y enseguida fueron todos a besarla. 34 Me parece gente de tal inocencia que, si los entendiésemos y ellos a nosotros, enseguida se- rian cristianos, porque segtin parece, no tienen ni entienden ninguna creencia. Y por tanto, si los degradados que aqui se han de quedar apren- den bien su habla y los entendieran, no dudo que ellos, segin la santa intencién de Vuestra Alte- za, se hagan cristianos y crean en nuestra san- ta fe, a la cual plazca a Nuestro Sefior que los traiga, porque ciertamente, esta gente es bue- nay de buena sencillez, y apenas se ha de infun- dir ligeramente en ellos cualquier cufio que se les quiera dar, puesto que Nuestro Sefior les dio buenos cuerpos y buenos rostros como a bue- nos hombres, y creo que no fue sin causa que EI nos trajo aqui. Por tanto, puesto que Vues- tra Alteza tanto desea aumentar la santa fe caté- lica, debe procurar por su salvacién, y placer a Dios que con poco trabajo asi sea, Ellos no la- bran ni erfan, ni hay aqui buey ni vaca ni cabra ni oveja ni gallina ni ningtin animal acostumbra- do a vivir con los hombres; ni comen nada que no sea ese fiame, que aqui hay mucho, y esa si- miente y frutos que la tierra y los arboles de si lanzan, y con eso andan tales, y tan fuertes y tan nutridos que nosotros no lo estamos tan- 135

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