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REPÚBLICA BOLIBARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “SIMÓN RODRÍGUEZ”

NÚCLEO DE BARCELONA

LOS DERECHOS HUMANOS, COMO DEREHO UNIVERSAL

Revisado por: Realizado por:


Prof. Francisco Hernández Wuilfredo Villarroel
C.I.: V- 18.280.202

Barcelona, 7 de Julio del 2017


INTRODUCCIÓN

Los derechos humanos son un conjunto de derechos inalienables de todo


individuo, tales como derecho a la vida, a la identificación, a la alimentación,
a la educación, a la cultura, a la religión, entre otros. El de la vida se refiere a
la convivencia en una sociedad libre e independiente. El derecho a la
identificación a tener un nombre propio. El de la alimentación en tener
acceso al consumo de los alimentos. El derecho a la educación de educarse,
formarse académicamente hasta un nivel universitario. El de la cultura a
valores de respeto, igualdad y solidaridad y el derecho a la religión se refiere
a tener una devoción a Dios.

Hoy en día, a nivel mundial, se habla mucho de los derechos humanos,


sin tener conocimiento de lo que esto representa, es decir, ni siquiera
conocen de la constitución del país donde vive, sus artículos, ni mucho
menos de lo que contienen sus párrafos. En Venezuela, por ejemplo, se
violan constantemente los derechos humanos de la sociedad, por parte de un
partido político llamado Mesa de la Unidad Democrática (M.U.D.), el cual
llama a sus seguidores a salir a las calles a manifestar pacíficamente en
contra de las políticas aplicadas por el Presidente Nicolás Maduro. En donde
sus protestas se transforman en manifestaciones no pacificas, violentas y
terroristas, las cuales destrozan instituciones públicas, atacan a la Policía y
Guardia Nacional Bolivariana con bombas molotov y hasta muchas veces
queman vivos a los transeúntes. Todo esto genera trancas vehiculares,
pérdidas materiales, caos en calles y avenidas de las principales ciudades
del país, entre otras consecuencias. Estos hechos conllevan a que la otra
parte de la colectividad, que no acude a estos llamados, se les viole sus
derechos humanos como al libre tránsito, a llegar a tiempo a sus trabajos, a
la integridad física, entre otros.

En países como Irak, Palestina, Afganistán, Libia (por nombrar algunos)


se violan constantemente los derechos humanos de esta comunidad, por
parte de países extranjeros pertenecientes a organismos como la Otan.
Estas potencias extranjeras aplican el mismo guion político aplicado en
Venezuela. Con el pretexto de que se violan los derechos humanos de la
población.

Este ensayo tiene como intención informar de los derechos humanos,


como derecho universal, con la finalidad de dejar un mensaje reflexivo de
paz al lector. Para ello se distribuyó en cuatro secciones. La primera sección
trata de una breve definición y origen de los derechos humanos. La segunda
sección de su evolución histórica. La tercera se refiere a la clasificación y la
última sección a la garantía de los derechos fundamentales.
LOS DERECHOS HUMANOS

1. Definición

Los derechos humanos son los más intrínsecamente ligados a la dignidad de


toda persona ya los valores de libertad, igualdad y solidaridad que de ella
dimanan, reconocidos y protegidos, sin discriminación alguna, por el
ordenamiento jurídico-constitucional de los estados democráticos y por la
conciencia colectiva, que se expresa en el derecho internacional de las
Naciones Unidas.

En el proceso histórico de los cuatro últimos siglos, fue generándose la


expresión derechos humanos (human rights en ingles, droits de I´homme en
francés y expresiones equivalentes en otras lenguas), para significar,
sucesivamente y al compás de las diversas concepciones filosóficas, los
derechos naturales o innatos, esenciales, absolutos, de cada persona
individual y de cada grupo humano o de cada pueblo; y, ya en el acelerado
proceso de consolidación de esas aspiraciones y pretensiones, los derechos
constitucionales, como designan en la gran mayoría de las constituciones y
de los pactos o convenios internacionales.

2. Los derechos humanos y su evolución histórica

En la historia de la humanidad se pueden señalar antiguos antecedentes de


algunos de los que en la actualidad se denominan derechos humanos
fundamentales, tales como el derecho a la vida, a la libertad personal, a la
libertad religiosa o de conciencia, al asilo en caso de persecución, a un
proceso judicial ecuánime, al trabajo, al matrimonio, a la educación, a la
participación en la vida política, etc. Son conocidos algunos textos
normativos de los siglos XII al XVI: los decretos de Alfonzo IX en las Cortes
de León, de 1188; la Carta Magna inglesa, de 1215; los fueros de las Cortes
de Aragón, durante el reinado de Pedro IV y sus sucesores; las leyes de
Indias tras el descubrimiento de América, y otras de alcance semejante.

Del siglo XVI al XVIII sobresalen los textos que impulsaron el humanismo
renacentista, la reforma de las iglesias cristianas disidentes y las nuevas
corrientes de la filosofía social, jurídica y política de la Edad Moderna.
Podemos citar el Bill of Rights, de 1689, ligado a la revolución inglesa; la
Declaración del Buen Pueblo de Virginia, de 1787, y la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, de la Revolución Francesa, de 1789.

Todo esto significó un enorme avance que posibilitó el establecimiento de


las constituciones de signo liberal del siglo XIX (entre ellas la de Cádiz de
1812, en España) que, aun emanando de corrientes ideológicas
contrapuestas (conservadora o liberal, por ejemplo), proclamaban los
derechos fundamentales.

Entre las constituciones creadas durante el siglo XX, destaca la alemana


de 1919 y la española de 1931, éstas de carácter demo-liberal, y las
colectivistas creadas en México y la URSS.

Puede añadirse el ascenso de ese movimiento doctrinal y operativo al


plano supranacional con la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de las Naciones Unidas, que fue aprobada, después de largos debates, por
la Asamblea General de la ONU en París, el 10 de Diciembre de 1948.
Cuarenta y ocho estados votaron a favor y ocho se abstuvieron (URSS,
Polonia, Checoslovaquia, Ucrania, Bielorrusia, Yugoslavia, Unión
Sudafricana y Arabia Saudí). «La asamblea General proclama la presente
Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que
todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que, tanto los
individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella,
promuevan mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades y aseguren, por medidas progresivas de carácter
nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales, tanto en
los estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su
jurisdicción.» Esta declaración está profundamente inspirada en la francesa
de 1789, cuyo alcance universal subraya. Como requisito indispensable para
el ejercicio de los derechos políticos, proclama para todos los hombres el
derecho a la educación y a la cultura, ya reconocidos de hecho, por la
Declaración de 1793. En 1966 fueron aprobados por la Asamblea General de
la ONU los pactos internacionales de los derechos económicos, sociales y
culturales, y el de derechos civiles y políticos, para reforzar la Declaración.
En 1968, declarado Año Internacional de los Derechos Humanos, la
conferencia reunida en Teherán (84 países representados) aprobó una
declaración de 19 puntos que actualizaba los principios contenidos en el
documento de 1948, y se refería a la discriminación racial, la
descolonización, los derechos de la mujer y del niño, la educación y la
planificación familiar. España, que ratifico en 1976 la adhesión a la
Declaración, estableció en la Constitución de 1978 que las normas relativas a
los derechos y libertades fundamentales se interpretaran de conformidad con
la Declaración Universal de Derechos Humanos y a los acuerdos
internacionales ratificados.

3. La clasificación de los derechos humanos

Para la clasificación de estos derechos se pueden considerar los siguientes


criterios:
a) Por la índole del sujeto activo o titular del derecho:
 Derechos de las personas individuales.
 Derechos de las personas colectivas o grupos humanos intermedios
(minorías, etc).
 Derechos de los pueblos.
 Derechos de la comunidad internacional.
b) Por la índole del bien o el interés humano a que corresponde el derecho:
 Derecho a la vida y a la integridad física.
 Derechos económicos, sociales y culturales: al trabajo, a la libre
sindicalización y a la huelga; a una propiedad humana con fin social, a
la seguridad social; a la educación y a la cultura; a la protección de la
salud; al consumo; al medio ambiente; derechos de la juventud y de la
tercera edad, etc.
c) Por el grado de protección que les otorga el ordenamiento jurídico:
 Derechos fundamentalísimos, tutelados mediante un especial
procedimiento judicial: recurso de amparo u otro semejante. Así, en
España, los derechos tipificados en los artículos 14 a 30.2 de la
Constitución.
 Derechos fundamentales, pero que no gozan de esa protección
especial, sino la que se regule en las leyes que se desarrollen (artículos
31 a 38 de la Constitución Española).
 Derechos fundamentales in fieri, reconocidos constitucionalmente y que
habrán de ir siendo recogidos en la legislación positiva, y tenidos en
cuenta en la práctica judicial y en la actuación de los poderes públicos
(artículo 53.3), pero que carecen todavía de efectividad generalizada
(en la Constitución española son los que se engloban bajo el titulo
Principios rectores de la política social y económica, del capítulo 3, del
título 1; esto es, los derechos económicos, sociales y culturales, del
pacto internacional de la ONU de 1966 y de la Carta Social europea de
1961).

4. Garantía de los derechos fundamentales

Los datos empíricos que se recogen en todos los países del mundo y que
ponen de relieve el desfase entre el reconocimiento constitucional de esos
derechos y la realidad de sus infracciones, tanto los de carácter cívico y
político como, sobre todo, los de índole económica, social y cultural, obligan
al perfeccionamiento del sistema de garantías del disfrute de estos derechos,
no solo en lo que concierne a las acciones de protección, sino también a los
cambios sociales y culturales, indispensables para la promoción de su
efectivo disfrute, a la luz, en España, de lo que proviene el artículo 9 de la
Constitución.

Todos los poderes públicos tienen la inexcusable obligación de proteger el


conjunto de esos derechos fundamentales, y cada uno de ellos de modo
singularizado; para España así lo determinan inequívocamente los artículos
9, 10 y 53 del texto constitucional.

La importancia de los derechos fundamentales hace que las


constituciones y los pactos internacionales prevean garantías para los
mismos, incluso en los casos de las llamadas situaciones excepcionales,
cuando haya riesgos importantes para la vida de una nación determinada.
Declarada una de esas situaciones de emergencia, algunos de esos
derechos pueden ser limitados o suspendidos en su ejercicio, pero no los
que más íntimamente se ligan a la dignidad de la persona y, además, aun en
esos casos, se establecen garantías consistentes en intervención
parlamentaria o judicial para evitar extralimitaciones o abusos del poder
ejecutivo.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial se dieron pasos importantes


para la protección supranacional de los derechos fundamentales, al
adquirirse cada vez más clara conciencia de que estos no pueden quedar
restringidos a la órbita domestica de cada Estado, puesto que son patrimonio
común de la humanidad. El progreso más importante en ese sentido lo
produjo el Consejo de Europa, con la aprobación de la Convención de
salvaguardia de las libertades y derechos fundamentales, de 1950, y el
establecimiento de dos órganos jurisdiccionales: la Comisión Europea de
Derechos Humanos y la Corte Europea de Derechos Humanos, que
permiten, incluso, la demanda individual de un ciudadano contra el Gobierno
de su propio Estado.

Como perspectiva final, debe reflexionarse sobre la conexión inseparable


entre vivencia de los derechos humanos fundamentales, en todas las
regiones del mundo, y la construcción de una autentica paz. Como expresa
el preámbulo de la Carta funcional de la Unesco:

«si la guerra nace en el corazón de los hombres, es en el espíritu de los


hombres donde han de construirse los baluartes de la paz. La justicia es la
única garantía para la paz y, por tanto, para la protección de la dignidad
humana y de todos los derechos que le son inherentes».
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. El Nacional y Banesco. (2005). Gran Enciclopedia Espasa 6. Editorial


Planeta Colombiana S.A. Colombia.

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