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La visita del Papa Francisco a Chile, el conflicto Mapuche y la crisis de la Iglesia chilena.
Ahora es el turno de Chile y Perú, donde el Papa Francisco estará a partir del próximo
15 de enero cumpliendo su agenda prevista. Compartirá un encuentro con pobladores
de la Araucanía y de la Amazonia respectivamente, continuando con la idea de una
Iglesia que quiere estar cerca de los pobres, buscando caminos de encuentro con los
pueblos postergados, sometidos e ignorados de América Latina. Enfocaré el análisis en
la situación de Chile, para que pueda visualizarse que esta noble intención del Papa,
también se encontrará con sus contradicciones.
La Araucanía, cuya capital, Temuco, visitará el Papa, es hoy la región más pobre de Chile
con un 26,2% de pobreza multidimensional, según la Nueva Encuesta Suplementaria de
Ingresos 2017 y una mayoría de mapuches residentes. Es el corazón del conflicto por las
tierras entre el Estado chileno y el pueblo Mapuche. Por eso es que, mirada desde el
pueblo Mapuche, la cosa no será tan idílica como parece. El conflicto es muy antiguo,
violento y generador de una profunda injusticia que lleva más de 150 años. Esos miles
de hectáreas que antes eran parte de la vida de los pueblos de origen, son ahora
propiedad de familias multimillonarias y corporaciones multinacionales que depredan
los recursos del bosque nativo. Fueron propiedad de los Mapuche hasta la llegada de los
españoles, que arrasaron su cultura y sus tierras condenándolos a la muerte y al exilio.
Otro telón de fondo a la llegada del Papa, es la crisis de la Iglesia chilena. Un síntoma,
quizá superficial, que emerge a simple vista es que –según el diario La Tercera- la
encuesta Cadem arrojó que un 50% de los chilenos aseguran que la visita del Pontífice
es poco o nada importante y un 80% rechaza que el Estado financie 7 mil de los 11 mil
millones de pesos chilenos (18 M U$S) que cuesta la visita del Sumo Pontífice en temas
de seguridad y logística, según datos de La Tercera. Una contradicción difícil de soslayar.
El Papa Francisco alude en defensa de Barros que no ha tenido nunca en su contra una
denuncia de abuso. Pero el problema es que resulta muy poco probable que Barros nada
hubiera sabido de los delitos de Karadima siendo su secretario y colaborador. Y si llegado
el caso, realmente no se hubiera dado cuenta de nada, eso habla mal de sus condiciones
psicológicas para ser obispo. En un video difundido por “Ahora Noticias” de Mega en
mayo pasado, el Papa Francisco dice a unos peregrinos que “Osorno sufre sí, por tonta,
porque no abre su corazón a lo que Dios dice y se deja llevar por las macanas que dice
toda esa gente”. Para Costadoat, “el Papa ha tratado a la gente de Osorno de “tonta”.
Debiera pedirle perdón. Urge, además, que encuentre una solución al problema creado.
Los laicos están airados, los curas divididos y deprimidos, y los jóvenes no quieren recibir
(el sacramento de) la confirmación (de manos) del obispo Barros”.
Observamos expectantes si en esta visita a Chile el Papa, con sus palabras y gestos,
puede ofrecerles a los creyentes una Iglesia cercana, humana, abierta, autocrítica,
conectada con la justicia y la verdad, comprometida con la realidad y las urgencias, las
angustias e ilusiones de los pobres y solidaria con las víctimas.
https://www.publimetro.cl/cl/publimetro-tv/2018/01/08/pobladores-villa-francia-
hacen-mural-recibir-al-papa-francisco.html
Marcelo Ciaramella
Cura en la Diócesis de Quilmes, Argentina. Miembro del Grupo de Curas en la Opción
por los Pobres. Lic en Ciencias Sociales y Humanidades. Párroco en Quilmes Oeste.
Docente en la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Miembro del CELS.