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Reflexiones sobre Planeamiento Estratégico en las

Organizaciones

Fernando Noriega

La experiencia ha demostrado que las organizaciones, sea cual sea


su origen, que tienen períodos largos de éxitos a nivel económico,
financiero, operacional, de crecimiento y posicionamiento sostenible
de mercado, siempre trabajan con base a un plan a largo plazo,
también denominado Plan Estratégico; mientras que las
organizaciones que no lo hacen, normalmente no encuentran el
éxito y progresos significativos tan prontamente. Es fácil de
comprobar que este tipo de organizaciones suelen trabajar sin las
herramientas y enfoques que ofrece la administración de empresas
moderna.

Ciertamente que trabajar con perspectiva cortoplazista puede


resultar beneficioso en un año pero a medida que los mercados se
convierten más competitivos, exigentes y las condiciones sociales,
económicas, naturales y políticas empeoran, estos planes no dan
resultados esperados, mientras que aquellos directivos que siguen
un plan a largo plazo tienen el “camino” o la dirección adecuada
para sobrevivir y mantenerse bien posicionados en el mercado,
hasta conseguir el éxito. Solamente habría una posibilidad para no
considerar el proceso de planeación: si los competidores están
haciendo lo mismo, pero el problema es cómo saberlo.

Cuando se debaten temas sobre planeamiento estratégico, muchos


líderes de organizaciones tienen pre-conceptos, ideas pre
concebidas y hasta mitos en sus formas de pensar y actuar lo que,
en muchos casos, puede llevar a las organizaciones al fracaso.

EL Planeamiento Estratégico puede ser de gran utilidad para todo


tipo de organizaciones, sean éstas pequeñas, medianas, grandes,
públicas o privadas. Sin una visión, un plan y una medida de los
resultados, ¿cómo se puede saber dónde está la organización? y
también ¿lo está haciendo bien o mal?. Si no se puede medir el
progreso, es imposible administrar, como lo dicen los profesores
Kaplan y Norton de la universidad de Harvard.

El Planeamiento Estratégico no es un evento único e independiente,


es todo un proceso. La mayoría de las organizaciones realiza su
planeamiento estratégico anualmente, pero es necesario realizar
una revisión cada tres meses acerca de cómo va el progreso, de tal
manera de alinear los recursos disponibles e implementar los
ajustes necesarios.

También se piensa de que un plan estratégico limita mucho la


flexibilidad de las organizaciones. En realidad toda organización
necesita de algún tipo de plan para guiar sus actividades y recursos,
especialmente durante una época de incertidumbre económica,

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política, ambiental, tecnológica, etc. Sin una planeación sobre todo
en esta época, es muy fácil perder la dirección, distraerse y
eventualmente encontrarse atemorizado por lo que pueda suceder.
Sin embargo, un plan estratégico no necesita ser flexible, para
establecer lo que demanda el entorno.

Los directivos y líderes deben buscar ayuda de consultores y


facilitadores para dirigir este proceso en una forma independiente,
equilibrada y sin tendencias, pero no alguien que nos diga cómo
debe ser la estrategia.

El planeamiento es el trabajo más importante en cualquier


organización, ya que determina la dirección y enfoque del resto de
las personas que nos acompañan. Es un verdadero reto y verdadero
trabajo generar un plan y aún es más difícil ejecutarlo. Si deja la
dirección de la organización a la deriva, entonces olvídese del éxito.
En consecuencia, el Planeamiento Estratégico no debe interferir en
nuestro trabajo, debe ser parte de nuestro trabajo en los diferentes
niveles que nos encontremos. Hay que dedicar un tiempo para ello.

El plan inicial debe completarse y renovarse, porque la planeación


estratégica es un proceso, no es un evento puntual. Si no puede ser
repetible, integrado y mejorado, mejor no hacer planeamiento, no
debemos perder el tiempo. Hay que usar lo que se ha desarrollado
al planear. Por otro lado, no se puede afirmar que el Planeamiento
Estratégico no es necesario cuando se cumplen los objetivos, éstos
hay que actualizarlos continuamente y crear otros ya que el medio
ambiente externo y el medio ambiente interno varían con el tiempo
y, aún más, las personas y líderes cambian de perspectivas, de
humor, de sensibilidad, etc.

Como recomendación final, una vez que el plan estratégico se haya


desarrollado, hay que diseminarlo y compartirlo con los directivos,
empleados, colaboradores de diferentes niveles de la organización.
Las investigaciones demuestran que solamente el 5% de los
empleados entienden la estrategia de su organización. Aún el mejor
plan estratégico nunca va a producir los resultados deseados si la
gente no es capaz de ejecutarlo correctamente.

Hay que analizar cómo las actividades de cada día y cada proceso
nos llevan a cumplir los objetivos estratégicos, tácticos y operativos.
Un plan estratégico es la mayor herramienta para alcanzar la visión
que se ha planteado dentro del negocio. Un plan estratégico bien
planteado y ejecutado por los empleados es la mejor protección
contra las amenazas de cambio que provienen del mercado y
entorno externo en general, en una economía tan variable como la
actual. Esto es lo que separa a las buenas organizaciones de las
mejores y a estas de las excelentes organizaciones.

Lima, Abril 2011

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