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Q2º6a.-081027-PPAE-Ondícula, Incertidumbre, C.E. Subniveles, Bohr
Q2º6a.-081027-PPAE-Ondícula, Incertidumbre, C.E. Subniveles, Bohr
Octubre 2008, EEM nº 14, 2º 6ª.- HuSoc QUÍMICA Práctica previa a evaluación Prof. A. Rodríguez del Rey
ALUMNO: LOS DISTINTOS TIPOS DE LETRAS Y SUBRAYADOS SON PARA LLAMARLE SU ATENCIÓN.
Lo extraño de todo este proceso o de la explicación de Planck es que no existen posiciones intermedias, es decir no existen medios cuantos o
un cuarto de cuanto. Es como si en el caso del termómetro no existiera la fracción de grado, simplemente la temperatura que está en 20º
pasa de golpe a 21º. Decimos extraño porque lo que el sentido común indica es que la temperatura de un cuerpo aumenta cuando éste recibe
energía en forma de calor; si el cuerpo está en 20º y le damos calor en una pequeña cantidad, no será suficiente para que aumente en un
grado a 21º, pero sí para que algo aumente. Sin embargo…
En el mundo cuántico es como si esas pequeñas cantidades se van almacenando en algún lugar sin
manifestarse de ninguna forma (sin evidencia del aumento de la temperatura del cuerpo),
para que de repente cuando la cantidad de calor transmitida alcanzó un valor tal, el termómetro de
golpe muestra ahora sí un aumento de 1º, marcando 21º.
Ahora, ¿qué pasó en el medio? Bueno, esto que en realidad no ocurre en el caso de la temperatura, es solo una analogía para entender que
es lo que efectivamente ocurre en el mundo cuántico . Todas las partículas que componen el universo físico se deben mover en
saltos cuánticos. Un cuerpo no puede absorber o emitir energía en cualquier cantidad arbitraria , sino solo como múltiplos enteros de una
cantidad básica o cuanto.
Volviendo a la extrañeza de estos fenómenos, imaginemos por un momento otra analogía: estamos arrojando piedras en un estanque de agua
tranquilo. El sentido común, dado por la experiencia que acumulamos en el tiempo, nos dice que al hacer esto se producirán ondas en el
estanque que son producto de la energía que la piedra transmitió al caer al agua. Un estanque cuántico, se comportaría de diferente forma:
al arrojar una o varias piedras nada ocurrirá,
y de repente sin que medie ninguna conexión entre la causa (arrojar piedras) y el
efecto (generación de ondas en la superficie), el estanque comenzará a vibrar con
ondas,
hasta que de golpe se tranquilizará nuevamente por más que en ese momento estemos
lanzando piedras.
Si todas las piedras son del mismo tamaño, y arrojadas desde la misma altura, entregarán al caer la misma cantidad de energía al agua. Si
dicha cantidad de energía resulta ser inferior al cuanto de energía, entonces debemos arrojar más de una piedra para iniciar el movimiento.
Quiero recalcar la extrañeza de este fenómeno, llamando la atención sobre el hecho de que el cuanto no es una cantidad que pueda
subdividirse; es decir, el concepto de continuidad pierde significación, pues entre 0 y el cuanto no existe nada, y tampoco existe entre cada
cantidad entera de cuantos. Son estados que la naturaleza no permite. Esta es la característica esencial del descubrimiento de Planck al
estudiar ciertos fenómenos como el de la radiación del cuerpo negro : existe un límite inferior al cambio de energía (absorción o emisión
de energía en forma de luz) que un átomo puede experimentar.
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Antes empleamos la palabra “diríamos” cuando hablamos de continuo. Esta palabra tiene relación directa con “a qué consideramos un cuanto”.
La significatividad de estos cuantos puede ser importante y/o útil, o no serlo. Por ejemplo, al medir grandes cantidades de arena, se pueden
considerar sus masas como continuas aunque su composición granular es evidente. Pero si la arena fuera una sustancia que se hiciera muy
cara y las balanzas empleadas para pesarla fueran muy sensibles, cada grano sería muy importante por lo que nos veríamos obligados a
considerar cambios de masa según el número entero de granos por más pequeños que ellos fueran. La masa de uno de estos granos sería en
este caso el cuanto. De este ejemplo se ve cómo al aumentar la precisión de nuestras medidas, se puede descubrir que cierta magnitud,
considerada hasta el momento como continua, tiene en realidad una estructura discontinua.
Conclusión: CIERTAS MAGNITUDES FÍSICAS CONSIDERADAS HASTA AHORA COMO CONTINUAS, ESTÁN COMPUESTAS DE CUANTOS.
Así, la masa hasta el presente la considerábamos como continua pero si pensamos, por ejemplo, en la sustancia menos densa tal como es el
hidrógeno, y recordando que el átomo es la porción de materia más pequeña que puede participar en una reacción , vemos que el átomo de
hidrógeno haría el papel de cuanto. Su valor es:
1,7 ∙ 10-24 g ó 0,000 000 000 000 000 000 000 001 7 g
La masa es, pues, una magnitud discontinua. Pero no tenemos que preocuparnos de ello al efectuar una medición de la misma. Aún la más
sensible de las balanzas está muy lejos de alcanzar el grado de sensibilidad que pueda poner de manifiesto la discontinuidad en la variación de
la masa, es decir que no existe balanza alguna que pueda medir la masa de un átomo ni cercanamente. Entonces, el átomo de todo elemento
constituye su cuanto.
Por supuesto que en electricidad, pese a que hablamos de “fluido o corriente eléctrica”, también existe un cuanto de electricidad que es el
mismo electrón pues no se conoce otra cantidad menor de electricidad igual a:
1,9 ∙ 10-19 coulomb = 0,000 000 000 000 000 000 19 C
Entonces toda carga eléctrica se compone de un gran número de cargas iguales, es decir por cuantos elementales de electricidad llamados
electrones. En fin, toda la materia nos parece continua, pero sus propiedades se explican con un modelo corpuscular o granular,
tal como es la teoría atómica. ¿O quizás alguien piensa “granularmente” cuando observa la continuidad de su piel, de una hoja de su
carpeta, de la madera de su banco, del agua que contiene un vaso o el mismísimo vaso? Y sin embargo cada cosa nombrada está formada por
átomos que prácticamente están vacíos, ya que sus núcleos –como hemos estudiado- tienen un diámetro entre 10 000 a 100 000 veces más
pequeño que el del propio átomo. Entonces, ¿dónde está la supuesta continuidad?...
Conclusión: tanto la masa como la electricidad que hasta ahora “nos parecían” continuas, tienen una estructura granular, es decir que sólo
pueden variar de una manera discontinua, a saltos... ¡por cuantos!
Y aunque parezca mentira, la vida humana tiene su cuanto, ¿porque quién conoce a alguien menor que una persona?...
Un cuanto es una unidad elemental: la cantidad más pequeña de algo, el “paquete” más diminuto de cualquier cosa.
PREGUNTAS
1) Contestar V verdadero o F falso agregando la letra correspondiente en los paréntesis que anteceden a las siguientes proposiciones:
a) ( ) el nivel de energía 4 tiene un máximo de 50 electrones; b) ( ) la capa M tiene un máximo de 8 electrones; c) ( ) se
conocen actualmente átomos que en una capa o nivel de energía poseen más de 32 electrones; d) ( ) la cantidad de máxima de
electrones permitida en una capa o nivel de energía, puede calcularse por la fórmula 2 n2, donde n es el número cuántico principal; e)
( ) el subnivel de energía p puede tener un máximo de 10 electrones; f) ( ) el subnivel de energía f puede tener un máximo de 14
electrones; g) ( ) la capa N puede alojar un máximo de 32 electrones; h) ( ) el nivel de energía 2 puede contener un máximo de 8
electrones; i) ( ) la capa L tiene un máximo de 8 electrones; j) ( ) el nivel de energía 3 puede contener un máximo de 18
electrones.
2) Indicar cuál es la cantidad máxima de electrones en: a) la capa M; b) el nivel de energía 4; c) el subnivel de energía f; d) la
capa L; e) el nivel de energía 5; f) el subnivel p.
3) Describir la configuración electrónica, C.E., usando subniveles de energía (s, p, d y f), de los siguientes átomos: a) 5B, boro; b)
10Ne, neón; c) 19K, potasio; d) 28Ni, níquel; e) 40Zr, zirconio; f) 82Pb, plomo; g) 92U, uranio. Recuerde que la “regla de las diagonales” la
tendrá que construir.
5) Completar sobre la línea de puntos: “Los isótopos son átomos que tienen .................... cantidad de protones
y ................................ cantidad de ............................ . Es decir, son átomos que poseen idéntico número ............................
y ................................. número másico.”
6) Contestar C correcto o I incorrecto, agregando el comentario en el caso de que sea incorrecto: a) ( ) los espectros de los átomos
son continuos; b) ( ) según Bohr los electrones describen órbitas donde los electrones no emiten energía; c) ( ) conforme al
modelo de Rutherford, el electrón caería sobre el núcleo en fracciones de segundo; d) ( ) según la física clásica o newtoniana, toda
carga eléctrica en movimiento irradia energía; e) ( ) un cuanto es una cantidad pequeñísima definida de energía que una partícula
puede emitir o absorber en forma de radiación; f) ( ) dos elementos químicos pueden tener el mismo espectro de rayas o de líneas;
g) ( ) los electrones absorben o emiten números enteros de cuantos de energía; h) ( ) según Bohr cuando los electrones de un
átomo se hallan en los estados estacionarios o niveles estacionarios, no emiten energía; i) ( ) la capa más cercana al núcleo es la P;
j) ( ) el nivel de energía más alejado del núcleo, es el n = 1; k) ( ) la distancia entre rayas coloreadas de un espectro, indica la
diferencia entre dos niveles de energía; l) ( ) según Bohr, los electrones pueden hallarse en el átomo con cualquier cantidad de
energía; m) ( ) la capa Q tiene como máximo 18 electrones; n) ( ) el nivel de energía 5 tiene como máximo 50 electrones;
ñ) ( ) no se conocen en la naturaleza átomos que posean en alguna capa de electrones o nivel de energía, más de 32 electrones;
o) ( ) los espectros atómicos permiten distinguir a cada elemento químico.
7) Representar por esquemas atómicos de Bohr: a) átomo de boro, B; b) átomo de azufre, S; c) átomo de hidrógeno, H; e) átomo de
fósforo, P.
8) Por medio de esquemas atómicos de Bohr, representar a los siguientes isótopos: a) flúor-17, b) flúor-18; c) flúor-20.
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RESPUESTAS
31 32 34
4) Son isótopos: 16 S; 16 S; 16 S. Son los isótopos del azufre llamados: azufre-31, azufre-32 y azufre-34, respectivamente
6) a) I, porque son discontinuos; b) C; c) C; d) C; e) C; f) I, porque los espectros de líneas son únicos para cada elemento
químico; g) C; h) C: i) I, porque la capa electrónica más alejada del núcleo es la Q; j) I, porque el nivel de energía más alejado del
núcleo es n = 7; k) C; l) I, porque los electrones tienen niveles de energía definidos en cada capa; m) I, porque teóricamente
puede tener un máximo de 98 electrones; n) C; ñ) C; o) C.
7)
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2. PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE
Nadie sabe cómo se ve la estructura interna de un átomo.
¿Vio? Lo escribí con esa letra “tembleque” temiendo que Ud. diría: -¡Pero cómo! ¡Después de tanto hablar meta y meta del átomo, me viene con esto!...
Escuche, es ¡mucho peor! todavía:
otras veces constituyen un andamiaje, es decir una ayuda, que nos permite avanzar hacia otros más complejos,
de tal manera que los modelos contemporáneos del átomo han dado lugar a teorías matemáticas imposibles de representar por medio de imágenes
simples contrariamente de lo que ocurre con los esquemas atómicos de Bohr que nos dan una imagen familiar. Los nuevos modelos implican un modelo
puramente matemático y no visual.
Los nuevos modelos están regidos por la mecánica cuántica uno de cuyos pilares es el PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE, el cual niega la idea de
trayectoria (camino que recorre un cuerpo al moverse) según lo establece la física clásica. Por ella, podemos establecer la posición y velocidad de la
Luna y representar su trayectoria casi como una circunferencia alrededor de la Tierra, pero... si ésta y la Luna tuvieran dimensiones del orden atómico
no lo podríamos hacer. Sólo estaríamos en condiciones de decir que la Luna se mueve dentro del volumen de un casquete esférico casi tan ancho como
la distancia Tierra-Luna y que esta última se halla, en cada momento, en alguna parte (no determinable) de ese “casquete esférico”, lo que resulta
inimaginable o antiintuitivo.
La mecánica cuántica es un esquema matemático que permite calcular las características de los fenómenos atómicos, que pueden medirse
físicamente: los niveles de energía, la intensidad y la frecuencia de las rayas espectrales. Además, permite predecir: cómo cambiará el color de un
cuerpo al calentarlo, la forma de las sustancias cristalinas, la velocidad de calentamiento, la capacidad de conducir la corriente eléctrica y, finalmente,
gracias a su índole matemática permite realizar con seguridad diferentes cálculos como para: diseñar nuevos CHIPS para PC o CELULARES, permitir
COMUNICACIONES cada vez más eficientes, construir una CENTRAL ELÉCTRICA ATÓMICA (Atucha y Embalse Río 3º, en nuestro país), o un
SUBMARINO ATÓMICO o que a una persona le INYECTEN SUSTANCIAS RADIACTIVAS o RECIBA RADIACIONES, de tal manera que funcionen sin
fallas y no constituyan peligros para la salud... y todo esto sin tener una certeza profunda de la “verdadera” forma del átomo. ¿Sabe por qué?
Porque el fundamento matemático de la mecánica cuántica es tan sólido que permite cálculos extraordinariamente precisos que otorgan seguridad a
todo lo que se base en sus resultados.
El principio de incertidumbre nació al plantearse su autor, Werner Heisenberg, para una partícula atómica:
¿cómo describir su posición?;
¿cuál es el procedimiento indicado para determinar dónde está?
Respuesta obvia: observarla.
Pues bien, imaginemos un microscopio que pueda hacer visible un electrón. Si lo queremos ver debemos proyectar una luz o alguna especie de
radiación (la luz es parte de la radiación electromagnética, nada más que para nosotros es visible, la podemos ver) apropiada sobre él. Pero un electrón
es tan pequeño que bastaría un solo fotón de luz para hacerle cambiar de posición apenas lo tocara y, al ocurrir esto, al mismo instante que intentamos
medir su posición... ¡la alteraríamos!, lo que confirma la imposibilidad de saber lo que realmente sucede.
¿Parece extraño? No, pues lo hacemos a diario. Veamos: a) cuando medimos la presión de un neumático con un aparato adecuado, al colocarlo
dejamos escapar algo de aire por la válvula que ha sido apretada; conclusión: modificamos la presión inicial que tenía el neumático y que era lo que
deseábamos medir en un principio; b) cuando medimos la temperatura de un cuerpo, parte del calor se pierde en calentar el propio termómetro; es
decir que enfriamos al cuerpo con la introducción del termómetro, por lo que éste mide una temperatura distinta a la que se tenía antes de colocar el
termómetro; c) el propio medidor de corriente eléctrica de nuestro domicilio “roba” un poco de corriente para poder moverse a sí mismo, por lo que no
está midiendo el verdadero consumo eléctrico que ocurre con nuestros aparatos electrodomésticos. ¿Lo había reflexionado? De todos modos, los
cambios son tan ínfimos en todas estas mediciones cotidianas que se pueden despreciar, y también se pueden descartar para todos los propósitos
prácticos, cuando determinamos la posición y la velocidad de una estrella, o un planeta, o una pelota, e incluso de un grano de arena sabiendo que, de
todos modos, obtenemos una exactitud absolutamente satisfactoria. Ahora: ¿ocurriría lo mismo si queremos medir la temperatura del café que llena un
pequeño pocillo, con un termómetro de 1 m de longitud y con un bulbo lleno de mercurio de 2 cm de diámetro y 5 cm de largo? ¿No sería mejor elegir
para ello, uno similar a nuestro diminuto termómetro clínico -con la escala apropiada- con el que medimos nuestra temperatura corporal para saber si
tenemos fiebre o, si es posible, todavía más pequeño? Entonces, es importante tener en cuenta qué se mide y con qué, pero ¿en todas las
circunstancias? Porque, por otro lado: ¿dejamos de jugar de noche al ping-pong, porque sospechamos que la luz de la lámpara encendida que ilumina
puede alterar la trayectoria de la pelotita? ¿Ud. cree caminar con menor esfuerzo, durante un día nublado que en otro soleado?... Ahora, cuando nos
ocupamos del electrón, ocurre que nuestro “medidor” es tan grande como el objeto que medimos y no existe ningún agente medidor más pequeño
que el propio electrón. Consecuentemente, nuestra medición debe ocasionar, sin duda, un efecto nada desdeñable, un efecto más bien decisivo en el
objeto medido. También, podríamos imaginar que detenemos el electrón y determinar así su posición, pero... ¡ahora no sabríamos qué velocidad tenía!
Se puede concluir que el observador y sus instrumentos se convierten en parte integral del fenómeno que se investiga y, en todos los casos en el
ámbito atómico, existe una interacción completamente inevitable entre el fenómeno a observar y el propio observador.
Pensemos al revés: ¿qué es la certidumbre? Cuando uno sabe algo fijo y exacto acerca de un objeto, tiene certidumbre sobre características de ese
objeto, sea cual fuere. ¿Y cómo llega uno a saber una cosa? De un modo u otro no hay más remedio que interaccionar con el objeto: hay que pesarlo
para averiguar su peso, golpearlo para ver cómo es de duro, o quizá simplemente mirarlo para ver dónde está. Pero, grande o pequeña, tiene que
haber interacción. En el mundo atómico, esta interacción introduce siempre algún cambio en la propiedad que estamos tratando de
determinar o, dicho de otra manera, querer aprender algo modifica ese algo por el mismo hecho de aprenderlo , de modo que, al fin de
cuentas, no lo hemos aprendido exactamente . ¿Es posible inventar aparatos de medida tan diminutos, sensibles e indirectos que no introduzcan
ningún cambio en la propiedad atómica medida? Heisenberg nos dice que no.
Dijo Heinsenberg: “Nada nos permite suponer que sea posible trazar una imagen del
microcosmos con ayuda de elementos que el hombre toma en préstamo forzosamente de su
macrocosmos. El fracaso de los modelos prueba lo inútil de estos ensayos. Si la física quiere
imaginar un mecanismo explicativo del comportamiento de los electrones atómicos, se
aventura en un dominio donde el control de la observación es impotente para seguirla.”
Este principio implica una cierta “granulación” del universo. Si ampliamos una fotografía de un periódico, llega un momento en que lo único que vemos
son pequeños granos o puntos y perdemos toda idea de conjunto, es decir que ya no sabemos qué estamos mirando. Es verdad que aprendemos
mejor cómo está formada una fotografía , pero ya no sabemos de qué se trata: lo que ganamos en una cosa, lo perdemos en otra. Lo mismo ocurre si
miramos el universo demasiado cerca...
Hay quienes se sienten decepcionados por esta circunstancia y lo toman como una confesión de eterna ignorancia. Ni mucho menos. Lo que interesa
saber es cómo funciona el universo, y el principio de incertidumbre es un factor clave de su funcionamiento. La “granulación” está ahí y eso es todo.
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Heisenberg, y habrá que agradecérselo, lo único que ha hecho es evidenciarlo. Por lo tanto, este principio de incertidumbre no detiene la capacidad
indagatoria de la Ciencia, lo único que logra es hacer tomar más conciencia de la complejidad extraordinaria de la realidad circundante.
En el mismo año, G. P. Thompson (hijo de J. J. Thompson, quien paradójicamente determinó las características de partícula para el electrón) observó
también la difracción de electrones a través de hojas delgadas de metal. Una hoja de metal está compuesta por cristales diminutos orientados al
azar. El diagrama de difracción resultante es un conjunto de circunferencias concéntricas. Desde que G. P. Thompson realizara su experimento se ha
observado la difracción correspondiente a neutrones, protones y otras partículas. Como se aprecia en la figura que sigue no existe ninguna
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diferencia respecto a los diagramas de difracción de rayos X. También se han obtenido diagramas de difracción combinada con interferencia para
electrones que se les ha hecho pasar por un dispositivo de doble rendija.
Diagrama de difracción
interferencia producido por
electrones en un sistema de
doble rendija.
Una de las consecuencias deducidas del Principio de Indeterminación de Heisenberg es que la interacción entre los aparatos de medida y los objetos de
la medición hace imposible determinar simultáneamente y con precisión la posición y la velocidad del electrón. De aquí se sigue la imposibilidad
de hablar de trayectorias: una trayectoria significa el conocimiento de la posición de una partícula en cada instante, y de la velocidad correspondiente a
cada posición. Con este punto de vista, los modelos de Bohr y Sommerfeld, (este científico extendió los conceptos de Bohr a órbitas elípticas) muy
intuitivos, han de parecer forzosamente limitados. En 1924 el francés Luis de Broglie amplía al electrón (y a otras partículas) la noción de dualidad
onda-corpúsculo, según la cual el electrón lleva asociada una onda. La hipótesis ondulatoria de la materia y el principio de indeterminación, alteraron
los conceptos de posición, velocidad y orbita electrónica. Nació así un nuevo dominio de la física, la mecánica cuántica, que explica coherentemente los
fenómenos del microcosmos.
El estado de un electrón se obtendría mediante la ecuación que Schrödinger postula en 1926. Teniendo en cuenta el principio de incertidumbre dichas
ecuaciones no se pueden resolver, pero se obtienen la llamada función de onda, ψ (letra minúscula griega psi), aproximación de carácter estadístico
que nos permite deducir para cada nivel de energía la probabilidad de que los electrones estén en una u otra situación. Las órbitas electrónicas quedan
sustituidas por zonas del espacio en la que existe el 99% de encontrar al electrón, a la que llamamos orbitales.
Orbitales s (1), esféricos para distintos niveles de energía Orbitales p (3), bilobulados
Orbitales d (5), multilobulados. Cada uno se orienta según los ejes Orbitales f (7), multilobulados. Cada uno se orienta según los ejes cartesianos que se
cartesianos que se incluyen para el primer orbital d graficado. indica al principio.
Es importante recordar que, lo mismo que aquí se muestra para los orbitales K, ocurre para los demás en el sentido de que a medida que aumenta el
nivel de energía n, aumenta el tamaño de los orbitales correspondientes. Entonces los orbitales 2p < 3p < 4p < 5p, etc., y también 3d < 4d < 5d y así
sucesivamente.
Como cada orbital solamente puede tener como máximo dos electrones, la suma de cada clase de orbital tiene la misma cantidad de
electrones (e−) que hemos señalado para cada subnivel. Así, a continuación se ve que la segunda columna marca un total igual a lo que se
indica en la última.
Subnivel Cantidad máxima de e- Tipo de orbital Cantidad de Máximo de e− considerando el total de orbitales
orbitales
s 2 s 1 2
P 6 P 3 6
d 10 d 5 10
f 14 f 7 14
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PREGUNTAS
1) ¿Qué es un fotón? 2) ¿Qué es un orbital? 3) ¿Qué expresa el principio de incertidumbre?
5) ¿Qué forma tienen los orbitales s y en qué se diferencian los que pertenecen a distintos niveles de energía?
7) Contestar V verdadero o F falso agregando la letra correspondiente en los paréntesis que anteceden a las siguientes proposiciones:
a) ( ) el nivel de energía 4 tiene un máximo de 50 electrones; b) ( ) la capa M tiene un máximo de 8 electrones; c) ( ) se
conocen actualmente átomos que en una capa o nivel de energía poseen más de 32 electrones; d) ( ) la cantidad de máxima de
electrones permitida en una capa o nivel de energía, puede calcularse por la fórmula 2 n2, donde n es el número cuántico principal;
e) ( ) el subnivel p puede tener un máximo de 10 electrones; f) ( ) el subnivel f puede tener un máximo de 14 electrones;
g) ( ) un orbital es una zona espacial donde existe una probabilidad elevada de encontrar un electrón; h) ( ) los orbitales s tienen
forma esférica; i) ( ) existen 3 orbitales p orientados espacialmente según los 3 ejes cartesianos; j) ( ) la concepción actual del
átomo es aquella donde no existen trayectorias de electrones, sino probabilidades donde es más factible encontrarlos
RESPUESTAS
(1) Se denomina así a cada uno de los corpúsculos que componen la luz, según la concepción corpuscular de la luz que preconiza
Einstein. Puede también decirse que son pequeñísimos paquetes concentrados de energía electromagnética.
(2) Es la zona tridimensional o volumétrica cercana al núcleo atómico, donde existe la mayor probabilidad de hallar un electrón.
(3) No se puede conocer exactamente al mismo tiempo, la posición y la cantidad de movimiento de una partícula.
(4) Que todos los cuerpos, especialmente en el mundo atómico, pueden manifestarse en algunos casos como ondas o fenómenos
ondulatorios y en otros casos como partículas o corpúsculos..
(5) Son esféricos y su volumen aumenta a medida que aumenta el nivel de energía.
(6) Son 3, tienen forma bilobulada y se orientan según los 3 ejes cartesianos formando ángulos de 90° entre sí.
(7) a) F; b) F; c) F; d) V; e) F; f) V; g) V; h) V; i) V; f) V.