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Son así llamados todos aquellos poetas que se ganaban la vida actuando
ante un público, para recrearlo con la música, la literatura, la representación, o con la
charlatanería, juegos de mano, acrobatismo, mímica, etc. El hecho de que el oficio de los juglares
fuera distraer, alegrar al público, explica que el término se aplicara como calificativo a todo lo
festivo, alegre, burlón. Por extensión, el vocablo juglaría o mester u oficio característico del juglar,
también sería relacionado semánticamente con la palabra burla o chanza.
Contenido
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1 Artistas
o 1.1 Arquetipos
o 1.2 Clasificación
2 Fuente
Artistas
Este tipo de artista espontáneo, ocurrente y divertido, se valía de muchos recursos para llamar la
atención, desde bautizarse con apodos o sobrenombres sonoros y que dijeran algo de su
personalidad, como Alegret, Alegre, Corazón, etc., hasta usar una vestimenta brillante, de
variado colorido, acorde con una actuación que pretendía hacer feliz al público, pues el grado en
que esto se lograra se revertía directamente en el beneplácito por parte de los espectadores y en
el beneficio económico del poeta.
Los juglares, unas veces, interpretaban poemas ajenos, mientras que, en ocasiones, cantaban sus
propias composiciones, de un modo similar a otros cantores denominados scopas, de
origen bárbaro, que iban de corte en corte ofreciendo su sencillo arte.
Además del nivel de cultura que diferenciaba a los juglares de los trovadores, existían otras
características que distinguían fácilmente a unos de otros. Los primeros eran considerados de
condición inferior, puesto que realizaban su arte por oficio, es decir, como un medio de ganarse
la vida, interpretando versos que eran propios o no; mientras, los segundos actuaban por afición y
pertenecían en muchos casos a elevada posición social.
En ocasiones, el juglar, con respecto al trovador, crea un estado de dependencia, toda vez que el
cantor unas veces interpretaba las composiciones de un trovador, siempre acompañado de un
instrumento musical, y otras se limitaba a acompañar musicalmente la actuación del trovador.
Arquetipos
Los estudios realizados sobre los juglares recogen opiniones acerca de los tipos afines al juglar que
cantaban en España:
el segrier, tipo intermedio entre el juglar y el trovador, que se desenvolvía dentro de
la escuela gallego portuguesa, el cual era superior al juglar por su condición de hidalgo,
aunque su hidalguía no salía nunca del marco del escalón más bajo de su clase y tenía que
ganarse la vida interpretando composiciones, en las actividades de las cortes;
los remedadores, cuyo oficio era imitar; el juglar cazurro; el bufón o loco fingido, que se
caracteriza por sus truhanerías y desvergüenzas;
Durante el siglo XIII frecuentaba diversos lugares, como intérprete del arte juglaresco, un tipo de
juglar femenino, denominado juglaresa o juglara. Las dedicadas a este menester divertían al
público mediante el pago de unas monedas que les permitieran el sustento. Una variante de este
tipo de juglar de sexo femenino era la soldadera, que además de cantar y bailar para divertir,
estaba prostituida moralmente.
En el siglo XIV casi no se conocía a la soldadera; en su lugar eran las cantaderas o danzaderas las
que cantaban y bailaban, acompañadas de un instrumento musical denominado pandero.
Clasificación
La clasificación más corriente de los juglares, basada en los instrumentos musicales que utilizaban
como acompañamiento de sus interpretaciones.
En primer término se debe mencionar a los violeros, denominados así porque su instrumento
musical preferido era la vihuela, especie de violín que, por lo común, se tocaba con arco; otro tipo
estaba representado por los cedreros, que se acompañaban musicalmente con la cedra, y los
cítolas, que tocaban la cítola, la cual, al igual que la cedra, se derivaba de la cythara, utilizada
comúnmente por los griegos y los romanos.
El juglar divertía a todas las clases sociales; asistía a toda clase de fiestas en las cortes de los
grandes señores, en los palacios reales: grandes banquetes, bodas, fiestas propiamente religiosas;
servía, también, como acompañante de las damas y señores de valor, en sus viajes, para
entretenerlos, o como cantante mitigador del dolor de los enfermos.
Fuente
FUENTE: https://www.ecured.cu/Juglar
Edad media
En este periodo la transmisión de las hazañas de los héroes era producida por un juglar, el cual iba
de pueblo en pueblo a relatar lo ocurrido.
La aparición de un juglar era tomada, por el pueblo, como un hecho muy importante, la gente
corría a escucharlo, y en ocasiones agrandaba los sucesos a favor del héroe, por supuesto.
Los relatos tenían que ser escuchados la mayoría, sino se complicaba el entenderlos.
Los pueblos llamaban o pedían un juglar para cada ocasión de fiesta, como bien podía ser una
boda.
El juglar era un informante, el cual lo podemos comparar con los actuales noticieros, aunque hay
diferencias, la más notoria es el tiempo pues mientras el juglar demoraba para relatar un hecho,
los noticieros los relatan a penas suceden, solo basta apretar el botón para prender la tele. En
aquellos momentos era una persona que de pueblo en pueblo iba para mantenerlos
informados(...)
El mester u oficio del juglar tenía lugar frente a diversos públicos, desde plazas, peregrinaciones y
ferias hasta las cortes de reyes o señores y palacios episcopales.
El publico retribuía a los juglares mediante la paga consistente, por ejemplo, en dinero o en un
vaso de vino.
Los textos de este periodo no tiene autor, y poseen un poco de lo fantástico. Algunos eran
improvisados pero otros poseían un grado de cultura.
FUENTE: http://www.artnovela.com.ar/modules.php?name=News&file=print&sid=800