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Todo ser humano tiene derechos fundamentales, pero el más

importante de ellos es el derecho a la vida, pues sin esta no sería posible


que gozara del resto de los derechos universales.

"Se puede definir el término vida como la capacidad de nacer,


crecer, reproducirse y morir. En este sentido, la vida es aquello que
distingue a hombres, animales y plantas" (Julián Pérez y María Merino,
2010, página Definición.De).

Sin duda alguna el ser humano es la creación más perfecta del


mundo, pues además de tener vida, puede darla, ya sea mediante el
contacto sexual entre un hombre y una mujer, también conocido como
procreación natural, o con ayuda de los avances tecnológicos. Es
importante destacar que a pesar de esto el número de personas infértiles
aumenta cada vez más, y es por ello que muchas personas se ven
obligadas a buscar otras alternativas para formar una familia.

La maternidad de alquiler se ha convertido en la primera alternativa


para quienes desean tener un hijo y no pueden concebir, pero
indiscutiblemente este método genera mucha polémica y confusión en el
entorno social, puesto que juega con la vida del ser humano.

Cuando se habla de la polémica en torno a este tema, se hace


referencia al hecho de que alquilar un vientre puede traer consigo muchas
repercusiones a futuro, pues al conocer toda la historia, la persona
concebida sentirá la necesidad de saber quién lo llevó en su vientre.

“Dado que los procesos de vientres de alquiler son relativamente


recientes, falta aún por determinar en qué medida afectan a los niños fruto
de la subrogación. Desde hace décadas, los expertos han insistido en la
importancia de los lazos que se crean entre la madre y el hijo durante el
embarazo y su importancia en el futuro desarrollo de hijo. Así pues, cabe
presuponer que un embarazo considerado como un negocio y la relación
con un hijo al que se renuncia de antemano y al que se considera como un
producto y una fuente de ingresos, pueda afectar al correcto desarrollo
psicológico del niño, más aún cuando sepa cuál es su origen”. Profesionales
por la ética, 2015, libro vientre de alquiler (una nueva forma de explotación a
la mujer y de tráfico de personas).

Por otra parte es importante destacar que el deseo de traer un hijo al


mundo no desaparece aunque se tenga una pareja infértil, lo cual ha sido el
motor fundamental para que el hombre desarrolle métodos como la
inseminación artificial, pero por ser un proceso costoso muchos han optado
por alquilar un vientre, lo cual es considerado por la sociedad como una
práctica antiética.

Este método que se utiliza en la actualidad para dar vida a un nuevo


ser se ha convertido en un negocio, puesto que consiste en prestar el
vientre a cambio de altas sumas de dinero.

La principal causa de rechazo a la maternidad de alquiler no es el


hecho de que la mujer haga un negocio con su cuerpo, sino que incluya en
el mismo, la vida de una criatura que cuenta con el derecho de ser amada,
respetada, y de conocer a sus padres biológicos.

"La maternidad subrogada puede ser fruto de un contrato en el que se


establece un precio o puede deberse a una acción altruista, generalmente
propia de un familiar o pariente. Cuando se realiza mediante compensación
económica son los interesados o contratantes, quienes corren con los
gastos que conllevan tanto el embarazo, como el parto, al igual que
cualquier complicación, por lo cual puede decirse que es un proceso
costoso". (Carmen Moreno, 2016, página webconsultas).

No existe justificación alguna para ponerle valor a la vida de una


persona, y mucho menos de un bebé que aún no nace.

"El valor de la vida es incalculable y por eso con el paso de los años
se ha venido construyendo todo un sistema mundial de protección de los
derechos humanos, entre los cuales está el derecho a la misma" (Pablo
Pérez, 2015, El Nacional).
Las personas no son objetos, por lo cual no se puede comercializar
ni con su cuerpo, ni con su vida. Se debe entender que la vida es una
sola, y al morir no se recupera.

“La maternidad de alquiler no constituye ningún proceso ni avance


social, al contrario, no es más que una nueva forma de explotar a la mujer y
un tráfico de personas, puesto que convierten a los niños en productos
comerciales.

Supone por lo tanto, una flagrante violación de la dignidad de la


madre y el niño”. Profesionales por la ética, 2015, libro vientre de alquiler
(una nueva forma de explotación a la mujer y de tráfico de personas).

La maternidad de alquiler pone a todas luces la explotación y


cosificación de seres humanos, pues al incurrir en este método el niño se
convierte en un producto de mercado que se encarga, se compra y se
vende, e incluso se devuelve o se cambia si no satisface al cliente.

“La mujer alquila su cuerpo, Y de esta manera lo convierte en un


mero envase, (un horno gestional). Todo eso da pie a un sin fin de formas
de explotación, presión, comercialización y tráfico de seres humanos que se
ceba especialmente en las mujeres de países pobres o menos
desarrollados, que junto con los niños fruto de la subrogación, son una vez
más, privadas de dignidad y víctimas de situaciones injustas y de flagrante
violación de los más básicos derechos humanos”. Profesionales por la ética,
2015, libro vientre de alquiler (una nueva forma de explotación de la mujer y
de tráficos de personas.

El derecho a la vida está vinculado al carácter humano y a la dignidad


de la persona. Todo ser humano merece respeto incondicional por el simple
hecho de existir y tener vida, ya que esto los aleja totalmente de ser objetos.

En síntesis las personas deben ser admiradas por su valor, ese valor
que va más allá carácter monetario, que abarca la parte física y sentimental
del individuo, y que además resulta de mayor importancia que el costo o
valor económico que puede tener cualquier pieza u objeto en la vida
común.

Por estas y muchas otras razones que caracterizan a los seres


humanos la maternidad en alquiler es juzgada y rechazada socialmente
desde una perspectiva ética, moral y religiosa.

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