Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Análisis de Música para Cuerdas, Percusión y Celesta de Bartók
Análisis de Música para Cuerdas, Percusión y Celesta de Bartók
ANÁLISIS MUSICAL II
CURSO 2006-2007
PROF. DRA. CHRISTIANE HEINE
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL ARTE Y MÚSICA
HISTORIA Y CIENCIAS DE LA MÚSICA
La obra fue compuesta en 1936, y estrenada el 21de junio de 1937 en Basilea, por
encargo de Paul Sacher (1906-1999) para que fuera interpretada por la Basel Chamber
Orchestra, fundada por él en 1926 y dedicada sobretodo a la interpretación de música
antigua y contemporánea, extendiendo su repertorio en los últimos años al repertorio de
vanguardia. Música para Cuerdas Percusión y Celesta suele encuadrarse dentro del
Neoclasicismo practicado por Prokofiev, Shostakovich, Stravinsky y otros, y que tiene
como principal fundamento la vuelta a la objetividad que en Alemania se llamó Neue
Sachkiechkeit asociada con un deseo de claridad y orden; de hecho se estrna el mismo
año que Pedro y el Lobo de Prokofiev, Quinta Sinfonía de Shostakovich y el Carmina
Burana de Carl Orff, obras tod as ellas enmarcada s dentro del Neoclasic ismo. A pesar
de esto el universo personal de Bartók y su particular visión de la tonalidad y del
II. CONTEXTUALIZACIÓN
Forma
Instrumentación
Predomina una textura contrapuntística imitativa que contrasta con pasajes en los
que predomina la homorritmia imitativa. En la exposición de los motivos la
presentación de estos se hace de manera homorrítmica y en unísono, que se van
desarrollando a través de técnicas imitat ivas y en ocasiones contrapuntísticas. Se
aprecia esto en el inicio de la obra, compases 1-18.
Figura 4. Célula melódica (cc. 19-21). Figura 5. Célula melódica (cc. 154-158)
Esta cuestión se aprecia por ejemplo en la breve frase ascendente del piano durante
los compases 19-25, que repetirá el mismo instrumento en el compás 154 en una quinta
ascendente. Estas sección de puente entre los dos subgru pos motívicos se caracteriza
también por el empleo del estilo imitativo de las voces, donde las breves célula s
motívicas son presentadas con un creciente sentido de aglutinación, es decir, la
persecución característica de los pequeños núcleos motívicos repartidos entre las voces
se estrecha progresivamente.
El siguiente subgrupo motívico es a’), que tiene especial relevancia al estar
construido por uno de los intervalos constructivos más importantes de la obra, la cuarta
justa descendente. Este material aparece a lo largo de todo el movimiento de manera
incesante; además es este uno de los pasajes más característicos del movimien to por su
riqueza contrapuntística y su fuerza expresiva, que deriva a partir del compás 56 en una
zona cadencial que evidencia el paso hacia el siguiente grupo motívico B.
B se extiende desde el compás 68 hasta el final de la exposición, que en sí mismo
contiene un desarrollo motívico al que he llamado puente y que ocuparía los compases
94-114, en los que se pasa del eje de tónica al de dominante.
variación de la tesitura, pasando del violín primero y violonchelo del primer grupo de
cuerdas a la viola y el violonchelo del segundo. Otra de las características es cierto aire
de hoquetus al comenzar su exposición, así como una gran carga rítmica y un sentido
melódico con aire de danza popular.
Tras el puente comienza b’) que lo considero emparentado con a’ por estar
construido a partir de cuartas descendentes y ascendentes con carácter de dominante.
Este subgrupo motívico b’) se extiende desde los compases 114 al 154, con uso
recurrente de acordes mayores/menores, estilo fugado y abandono del uso antifonal de
los grupos de cuerdas.
Es otro de los puntos álgidos de la obra, en los que la estética utilizada es cercana a
lo expresionista por lo extremo de su amplitud, expresividad, inquietud armónica y los
acusados saltos en los intervalos; este motivo se va disolviendo a través de la primera
célula motívica presentada en este segundo movimiento, el intervalo de tercera menor
en glissandi, esta vez usado de manera imitativa cuerda por cuerda; poco a poco se va
integrando a otro subgrupo motívico que quizás podría considerarse como un puente a
pesar de su carácter temático, ya que media entre la exposición y el desarrollo. El
puente o subgrupo c’) (cc. 154-187) vuelve al carácter antifonal del movimiento y usa la
pequeña célula motívica del compás 19 para introducir de nuevo al piano, que se
distingue por un ritmo fuerte en ostinato. Es destacable cómo ahora las cuerdas parecen
imitar la frase propuesta por el piano, en lugar de imitarse unas otras como en el resto de
la obra, este momento insólito se refuerza por la única entrada de la celesta durante todo
el segundo movimiento. Tras esto se inicia una sección de tutt i de cuerdas en ostinato
sobre el acorde de Sol M que indica el final de la exposición y el comienzo del
desarrollo en la tonalidad de la dominante como es norma en la sonata clásica.
En cuanto al uso del folklore, importantes autores nos hablan de las grandes
diferencias en el tratamiento de los materiales folklóricos que se hace durante el periodo
del Romanticismo con respecto al uso que de ellos hacen los del posterior
Neoclasicismo; la diferencia básica estribaría en el deseo de objetivación de los últimos,
que se apoyan por las fuentes directas, por el trabajo de campo y el desarrollo de la
1
Stephen Downes, Analysing Bartók’s Visions: Portals to Modernism and the doors of Reception. Music
Analysis, 23/ii-iii (2004).
Rasgos armónicos
El sistema axial
También puede observarse en la relación entre los dos coros de cuerdas. En los
compases que siguen al compás 200, por ejemplo, observamos un contraste entre un
centro tonal sobre mi bemol en el primer coro y un centro tonal en la en el segundo
coro, creando un juego sonoro entorno al tritono.
Figura 9. Sistema axial utilizado como superestructura. Contraste entre Mi bemol y La.
El sistema tonal
En los compases 397-404, por otra parte, la tonalidad será utilizada como medio de
señalar una cadencia y cambio de motivo, jugando un papel más importante las
funciones tonales de Tónica y Dominante, si bien reformuladas.
Es caracterísco también el uso por parte de Bartok de acordes mayores/menores,
como podemos observar en los compases 466-467.
Figura 11. Acorde Mayor / menor (cc. 466-467).
El sistema modal
Una gran parte del movimiento se caracteriza por el juego continuo entre los dos
primeros patrones compositivos (sistema axial y sistema tonal) mediante una
bitonalidad provocada por la superposición de ambos sistemas compositivos en
diferentes agrupaciones paralelas (cc. 199-242; 518-520; ver figura 9). En las secciones
iniciales y finales de la obra, por otra parte, tiene una especial importancia el sistema
axial, cuyo intervalo principal de cuarta aumentada juega un papel estructural (cc. 1-20;
40-43; 494-508).
Downes Stephen, “Analysing Bartók’s Visions: Portals to Modernism and the doors of
Reception”. Music Analysis, 23/ii-iii (2004), pp.389-401.
www.paul-sacher-stiftung.ch