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EL ABRAZO

Reflexión esquizoide

Por Cornelio

Estoy solo en mi cuarto leyendo un libro, cuando en un momento me introduzco dentro del
mundo de mi mente,

cosa que hago y repito muchas veces al día.

En esta ocasión es acerca de algo que presencié al estar observando, como siempre, el mundo
de mi alrededor.

Las relaciones sociales son para mí algo difícil de comprender.

Caminando por la acera, de forma automática, con la mirada perdida mientras divagaba en mi
mente,

se cruzó en mi campo visual una pareja de novios, ambos apenas unos adolescentes.

Se encontraban de pie, ella pegada al pecho de él, con su pelo largo ondulado de color negro
cubriéndole el rostro y con sus manos juntas a nivel de su pecho.

Él con los ojos cerrados, abrazándola con una intensidad que parecía estar confortándola por
algo, rodeándola con sus brazos

y entrelazándolos en la espalda de ella.

Rápidamente pensé en las posibilidades y circunstancias que llevaron a este momento…y


conforme me acercaba a ellos

fui desechando teorías, una a una... ¿Falleció algún familiar?, ¿Tuvo un mal momento?,
¿Terminaron su relación?.

Finalmente me quedé con la idea de que posiblemente y a esa edad lo más probable sería
alguna discusión familiar…

Cuando estuve cerca de ellos él abrió los ojos y cruzo su mirada con la mía…

Como siempre que me sucede esto yo desvié la mirada a otro lado.

Pasé junto a ellos, oí cómo ella sollozaba y contaba lo que le pasó…

No me importó saber, continué mi paso y es entonces cuando saltó a mi mente la pregunta de


siempre,

la pregunta que me atormenta, la pregunta a la que llevo años buscándole una respuesta…

¿Cómo iniciaron una relación con otra persona…?


¿Cómo sucede que dos personas que jamás se habían visto, de repente se hablan, salen, y
terminan siendo novios?

No logro comprender cómo funciona esa situación… Para toda la gente es algo tan normal…,
para todos, excepto para mí.

Esto es algo que me es más que difícil comenzar y mucho más difícil mantener, ya que para
mí generalmente no me resulta de mi interés o me es indiferente.

Siempre son otros los que comienzan conociéndome ellos a mi, nunca yo a ellos, siempre se
repite lo mismo:

les soy agradable, interesante…, sólo algo callado, pero la relación no pasa a más…,

pasa el tiempo, pasan los días, las semanas, los meses, los años y no se vuelve a saber de
mí...

He llegado al auditorio. Observo alrededor y busco un lugar donde sentarme, de preferencia


uno en el cual no haya gente a mi alrededor.

Logro ver dónde están sentados mis compañeros de generación, pero decido estar en un lugar
solo, solo, como por años he estado

y no me incomoda ni desagrada, solo como en mi cuarto, mi mejor lugar...

Tomo asiento y nuevamente empiezo a estudiar ese mundo incompresible para mí: veo gente
hablando, en grupo, riendo…

Trato de imaginar qué dirán, de qué hablarán para estar tan centrados en esa actividad…, noto
sus expresiones,

los movimientos de sus cuerpos, sus brazos, la cabeza, ¿Qué los impulsa a juntarse?

¿Y cómo es tan natural en ellos algo que a mí me incomoda? En ese momento pienso que
quizá debería acercarme a ellos y hablar…

Espero y… no nace el sentimiento de hacerlo, me quedo en mi asiento y los sigo observando y


estudiando…

Por Cornelio

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