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El Agua y la Salud

Por Hermógenes Ruiz, F.R.C.

¡Vaya una simplicidad! Hablar del Agua, del elemento que todo el mundo conoce. Hasta el
más infeliz selvático y hasta los animales y los pájaros, conocen dicho elemento. El H-2-O
de los químicos y uno de los cuatro elementos primordiales de la naturaleza, que tanto
quehacer da a los sabios, de la antigüedad como de los tiempos modernos. El Agua, que la
encontramos en los mares, en los ríos, en los lagos; la encontramos en las nubes, en el aire
y en todo. Por donde quiera que vayamos, encontramos y necesitamos agua, agua y más
agua; es un elemento indispensable para la vida de los humanos y para la vida de todos los
seres orgánicos y aún más, para los inorgánicos, porque hasta las piedras tienen y
necesitan del agua.

Así como el organismo humano necesita de su sangre y esa sangre es vida, así la
Naturaleza ha creado y sustenta el agua como elemento de Vida. Sin agua no hay vida y al
hablar del agua, queremos hablar de la vida.

Los antiguos sabios se preocuparon muchísimo por el estudio de dicho elemento y el filósofo
milesiano Tales que vivió hasta 541 antes de Cristo, que fue un hombre de vastas y
múltiples actividades, un financiero que acaparó el aceite de oliva, que era un ingeniero que
desvió el curso del río Halis y era astrónomo que predijo un eclipse el año 585 antes de
Cristo, este griego invicto, preguntaba muchas veces ¿Cuál es la substancia de que están
formadas todas las cosas?

Y él decía, "el Agua"; porque viéndolo y pensándolo bien, todo, absolutamente todo está
ávido de agua hasta el Sol parece estar constantemente absorbiendo el agua de los mares.
Al hacer el análisis de cualquier cuerpo sólido, siempre entre sus componentes aparece el
agua, de donde se deduce que no hay en la naturaleza ningún cuerpo, por duro que sea,
que no contenga dicho elemento.

Los hindúes hacen una apreciación del agua de una manera maravillosa y la califican de
precioso don que la naturaleza nos confiere a los vivientes. La sed se mitiga con el agua y
sólo las malas costumbres hacen que el niño poco a poco vaya aprendiendo a tomar, para
mitigar sus sed, otras bebidas inapropiadas y hasta embriagantes, quebrantando así las
leyes naturales. El agua se debe tomar aunque no se tenga sed, para usarla en el
organismo como un coadyuvante de la máquina orgánica, como lo es el aceite en la
máquina de hierro y acero.

Del 70 al 80% del peso de nuestro cuerpo es agua y como constantemente la estamos
eliminando, también constantemente debemos irla sustituyendo. La sed es una necesidad,
es el pitazo de la máquina que pide ese elemento que escaseó; pero no debemos dejar oír
ese pitazo. El agua de nuestro organismo se expele ya por la transpiración o por el sudor,
ya por la orina y por otras vías. Es tal la importancia de la transpiración, que se cuenta que
en los festivales de Roma, pintaron a un niño con oro para que representara a un dios y que
en esa forma no pudo transpirar libremente y antes de poder quitarle lo dorado, como se le
interrumpió el funcionamiento normal de su organismo, falleció y el alma del niño abandonó
su carnal morada.

El sudor y la transpiración, según el análisis químico, llevan en el agua los desechos del
organismo, es decir, todos los residuos nocivos que lleva la sangre venosa en su circulación
y que deben salir y desecharse, porque son células muertas, porque son perjudiciales y si
no salieran, ocasionarían graves trastornos y enfermedades, porque entran en putrefacción.
He allí por qué es indispensable el baño, he allí, por qué las personas que se bañan
continuamente, permanecen lozanas y llenas de salud. Así como las flores, que si no las
riegan se marchitan y mueren, y si las bañan, es decir las riegan, brotan llenas de vida y de
contento, luciendo los variados colores que Dios el Creador les confirió.

Como la tendencia de nuestra existencia es luchar por conservar la vida, esta vida material
que para algunos es el todo y para otros es nada; debemos obedecer a las leyes de la
naturaleza y vivir limpiamente para poder llegar a una vejez saludable, sin grandes dolores
y sin grandes quebrantos, obedientes hasta el fin a los mandatos divinos. Para aclarar estas
ideas diré que este cuerpo material es el casuchón maravilloso que el Artífice Supremo
construyó para su vivienda. Allí mora Él, allí permanece todo el tiempo, mientras las casa
está tranquila, sana, desinfectada, es decir, bien cuidada. Si así no es, ese Espíritu Divino
sale de allí y vuela a los espacios cósmicos, para buscar otra morada. La obediencia a las
leyes divinas es la felicidad del hombre; la obediencia a la naturaleza sin quebrantar sus
leyes; la obediencia, la humildad y la concordia, hacen contemplar el maravilloso reino de la
Luz.

Cualquiera que lea algo sobre el agua dirá que es un artículo baladí, que no tiene nada de
utilidad; pero sí la tiene y es necesario tomar nota de esto para conservar la salud.

Se sabe que el 90% de los casos de estreñimiento, constipación y obstrucción intestinal son
ocasionados por falta de agua en la digestión, de allí la necesidad de tomar agua suficiente
para fluidificar y franquear el rápido movimiento peristáltico del intestino.

Los que no beben agua, suelen ser flacos (algunos), tienen poca sangre, son pálidos o
anémicos, piel ardorosa febricitante y tienen escasa transpiración. Parecen fruta que va a
secarse y que necesita un suficiente remojón para poder recobrar su lozanía primitiva.

Los que no toman agua dejan acumularse en el intestino grueso las substancias
excrementicias, los desechos orgánicos, que entran en putrefacción, son absorbidos así y de
allí vienen el mal aliento, la fetidez de la transpiración, la orina espesa y ardorosa y la
lengua reseca como de loro. Se ha dicho que "la sangre es vida" y lo es en realidad; pero
mejor se dijera que el agua es la vida, porque sin ella, fuera la sangre polvo. ¿Quién será
capaz de negar o escatimar el agua a su organismo físico?...

Los hindúes dicen que la única manera como hace daño el agua es tomarla cuando se está
masticando, porque entonces se mezcla con la saliva y diluye sus propiedades diastásticas.

En resumen, el agua es la vida y queda demostrado que no hay cosa material en donde no
intervenga el agua.

Sin agua no habría ni electricidad, ni nubes, ni relámpagos, ni truenos, ni rayos. Y como dijo
un poeta, el rayo "limpia y purifica el cielo"; así el agua "limpia y purifica el cuerpo"

Este artículo fue publicado por primera vez en la revista "El Rosacruz" Vol. II No.1 Editado
en Diciembre de 1948

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