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Motivación en la Gestión Organizacional

Desde el comienzo, el objetivo de las empresas es obtener ganancias, aportando valor a

las personas. Para el hombre primitivo, al no tener ninguna facilidad para alguna tarea, ni para la

vida, cualquier herramienta, por mínima que fuera, le aportaría gran valor y ayuda. Sin embargo,

al avanzar la historia, una gran cantidad de deficiencias y necesidades comenzaron a ser

cubiertas: Fuego para cocinar, utensilios para comer, etc. Es por eso, que a medida que fue

avanzando el tiempo cada vez es más difícil generar valor para las personas, esto se ejemplifica

de manera directa en la productividad y eficiencia de las organizaciones: al principio no era

necesario tener una gran productividad, ya que al no haber nada, con lo mínimo era suficiente.

Como constantemente mantener el crecimiento en una empresa se torna más difícil, en el

año 1911, se comienza una gestión científica de las empresas, propuesto por Frederick Winslow

Taylor (Kiechel, 2012). Para utilizar la ciencia en la gestión es necesario crear teorías, las que se

basan en supuestos. Durante la época de las guerras mundiales, se comenzó a utilizar

herramientas matemáticas, como las probabilidades, para crear estrategias. Lo anterior fue

adoptado para la gestión organizacional (Fox, 2015), sin embargo, para ello se debía suponer que

el comportamiento de las personas es racional, lo que para la época era aceptado.

Con todo lo anterior, es posible explicar los hechos ocurridos en el pasado, sin embargo,

estudiar lo que ha pasado antes solamente refiere a buscar registros y conocer la información.

Ahora bien, cuál es la utilidad de conocer el pasado si no se puede aplicar en el presente. Para

eso, se necesita ir más allá y notar por qué se producen los cambios. Todo cambio comienza con

un cuestionamiento, que rompe los esquemas establecidos (Leatherbee, 2016). Para ello, se debe
conocer la real razón de las cosas, y no repetir la receta porque sí. Conociendo eso, se pueden

encontrar ineficiencias y producir el cambio esperado.

Muchas veces, las ineficiencias están al frente de nuestras narices, y no somos capaces de

percibirlas, esto es por las limitaciones propias del ser humano, que, si no son consideradas,

representan una ineficiencia por si sola (Chugh & Bazerman, 2007). Por otro lado, existen

aquellas ineficiencias menos evidentes, que deben ser encontradas mediante elaboradas

investigaciones. Durante las últimas décadas, el tópico más investigado es la estrategia de

gestión (O’Loughlin, 2012), lo que según la organización Nesta asegura una mejor toma de

decisiones, al basarse en evidencias. En la actualidad, la principal estrategia organizacional está

basada en la innovación, como lo menciona Kiechel en su artículo.

Innovación es el concepto que engloba todos los cambios producidos en la historia, y es

lo que la hace tan importante en la actualidad, ya que con ella se tiene la certeza de que se está

avanzando, es decir, asegura el progreso. La innovación va directamente relacionada con la

creatividad en el trabajo, que para producirla hay tres componentes cruciales que se deben

encontrar: Experticia, Habilidades creativas y Motivación (Amabile, 1996). Si bien las dos

primeras partes dependen exclusivamente de la persona, la tercera dependerá también del

contexto.

La motivación se encuentra relacionada con la red de recompensas del cerebro “The

reward Network”, lo que se pudo obtener de años en avances en neurociencia (Waytz & Mason,

2013). A partir de estos estudios, se pudo conocer que muchas de las recompensas que influyen a

la motivación no son explícitas, más bien, muchas veces se dan intrínsecamente en el proceso,

cuando las tareas son interesantes, o las metas de trabajo son más flexibles.
Además de la innovación, que engloba los grandes cambios que se producen en la

sociedad, que explican los escalones en productividad a lo largo de la historia, es necesario

estudiar la productividad a nivel específico, esto es, en el día a día de los trabajadores.

Comparando la productividad con el efecto del movimiento del océano, las tareas de cada

empleado vendrían siendo el movimiento de cada molécula de agua, que en conjunto con las

demás, producen efectos mucho más grandes que por separado.

Si cada tarea se realiza correctamente, se asegura la productividad de una organización.

Existen diferentes formas de buscar la adecuada realización de actividades, entre ellas, el uso de

herramientas más eficientes. Sin embargo, lo principal para que una tarea se cumpla es la

motivación del trabajador mismo en realizar la tarea, esto está directamente relacionado con el

manejo de los trabajadores en la empresa, que no fue investigado hasta 1985 (O’Loughlin, 2012).

En todo lo anterior se ha comentado la gestión en empresas con un enfoque en el

trabajador como individuo, o bien, en la innovación como herramienta de los directivos para

generar productividad. Sin embargo, no se ha mencionado una manera de relacionar todo como

un conjunto, que finalmente es lo que representa una organización. Para eso, es posible comparar

el comportamiento de una organización, para cumplir un objetivo, con el de un grupo en una

expedición. Es posible extrapolar la situación de una tragedia en una expedición con el no

cumplimiento de un objetivo. Esto se hace mediante el estudio de tres perspectivas analíticas:

Nivel Organizacional, Nivel Individual, y Nivel Grupal, que “no son simplemente explicaciones

alternativas a la tragedia. En cambio, factores en cada nivel se refuerzan y relacionan unos con

otros” (Roberto, 2002).


En conclusión, la productividad de una empresa puede encontrarse en decisiones de

acuerdo a los objeticos de una empresa, como la innovación, que en si misma comprende la

motivación con el trabajo, o bien, haciendo más eficientes las tareas realizadas por los

trabajadores, lo que también está relacionado con su motivación. Al tratarse de dos enfoques

diferentes, sin una relación evidente entre ellos, las ciencias en gestión se centraron

individualmente en cada enfoque, lo que con el paso del tiempo y mediante un símil, integra la

relación entre ellos.

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