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El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes es un tratado global para proteger la salud humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos persistentes, que son químicos tóxicos que permanecen en el medio ambiente por largos períodos de tiempo y se acumulan en los tejidos de los organismos vivos. El tratado busca eliminar o reducir las emisiones de 12 contaminantes peligrosos y establece un sistema para abordar otros químicos dañinos, además de limpiar existencias ob
El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes es un tratado global para proteger la salud humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos persistentes, que son químicos tóxicos que permanecen en el medio ambiente por largos períodos de tiempo y se acumulan en los tejidos de los organismos vivos. El tratado busca eliminar o reducir las emisiones de 12 contaminantes peligrosos y establece un sistema para abordar otros químicos dañinos, además de limpiar existencias ob
El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes es un tratado global para proteger la salud humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos persistentes, que son químicos tóxicos que permanecen en el medio ambiente por largos períodos de tiempo y se acumulan en los tejidos de los organismos vivos. El tratado busca eliminar o reducir las emisiones de 12 contaminantes peligrosos y establece un sistema para abordar otros químicos dañinos, además de limpiar existencias ob
El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos
Persistentes (COP) es un tratado mundial para proteger la salud
humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos persistentes (COP). Los COP son productos químicos que permanecen intactos en el medio ambiente por largos períodos de tiempo, son ampliamente distribuidos geográficamente, se acumulan en los tejidos grasos de los organismos vivos y son tóxicos para los seres humanos y la vida silvestre. Los contaminantes orgánicos persistentes circulan a nivel mundial y pueden causar daños dondequiera que viajen. En la aplicación del Convenio, los gobiernos deben adoptar medidas para eliminar o reducir la liberación de contaminantes orgánicos persistentes en el medio ambiente. El Convenio de Estocolmo fue adoptado y abierto a la firma en una Conferencia de Plenipotenciarios, celebrada del 22 al 23 de mayo de 2001 en Estocolmo, Suecia. Entró en vigor el 17 de mayo de 2004.
El Convenio de Estocolmo tiene como objetivo eliminar o reducir
las emisiones de 12 contaminantes orgánicos persistentes, la llamada "Docena Sucia". Establece un sistema para hacer frente a otros productos químicos inaceptablemente identificados como peligrosos. Reconoce que un esfuerzo especial puede a veces ser necesario para eliminar algunos productos químicos de ciertos usos y trata de asegurar que este esfuerzo se realize. Asimismo, canaliza los recursos para la limpieza de los vertederos y las existencias de contaminantes orgánicos persistentes que dañan el paisaje mundial. En última instancia, el Convenio señala el camino a un futuro libre de contaminantes orgánicos persistentes peligrosos y promete reconfigurar nuestra dependencia económica de las sustancias químicas tóxicas.
El Convenio de Estocolmo es tal vez mejor interpretado a través
de sus cinco objetivos esenciales:
Eliminar los contaminantes orgánicos persistentes peligrosos,
comenzando por los 12 peores Apoyar a la transición a las alternativas más seguras Seleccionar los COP adicionales para los cuales deben tomarse medidas Limpiar las existencias obsoletas y equipos que contengan COP Trabajar juntos para un futuro libre de contaminantes orgánicos persistentes El fondo para el Medio Ambiente (FMAM) es el mecanismo financiero provisional designado del Convenio de Estocolmo.