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En el ámbito de las telecomunicaciones y de los dispositivos electrónicos, en general, se

considera ruido a todas las perturbaciones eléctricas que interfieren sobre las señales
transmitidas o procesadas.

También, de una forma general el ruido se asocia con la idea de un sonido molesto, bien
por su incoherencia, por su volumen o por ambas cosas a la vez.

Origen del ruido


Los orígenes del ruido son múltiples, pudiendo citarse como más importantes los
siguientes:

 La agitación térmica producida en las moléculas del material que forma los
conductores y, sobre todo, en las resistencias, por el choque con los electrones
en movimiento.

 El movimiento desordenado, en las válvulas termoiónicas y especialmente en los


semiconductores, de los electrones y otros portadores de corriente, lo que les
lleva a emplear más o menos tiempo en su recorrido de un electrodo a otro. Este
movimiento desordenado de los portadores de carga aumenta considerablemente
con la temperatura.

 La naturaleza discreta de los portadores de corriente de los semiconductores


(Ruido Shoot).

 La irradiación de los cuerpos negros es otro factor importante en el ruido de las


comunicaciones por radio, ya que todos los objetos del universo, dependiendo de
su temperatura, emiten energía en forma de ondas electromagnéticas.

 El ruido producido por fuentes tales como contactos defectuosos, artefactos


eléctricos, radiación por ignición y alumbrado fluorescente, en general
conocidas como señales parásitas.
 El ruido errático producido por fenómenos naturales tales como tormentas
eléctricas con relámpagos y rayos, eclipses y otros disturbios en la atmósfera o
fuera de ella como las manchas solares.

 El ruido generado a causa de la Radiación de fondo de microondas.

[editar] Factor de ruido


La magnitud del ruido generado por un dispositivo electrónico, por ejemplo un
amplificador, se puede expresar mediante el denominado factor de ruido (F), que es el
resultado de dividir la relación señal/ruido en la entrada (S/R)ent por la relación
señal/ruido en la salida (S/R)sal, cuando los valores de señal y ruido se expresan en
números simples:
Sin embargo, como los valores de relación señal/ruido suelen expresarse en forma
logarítmica, normalmente en decibelios, el factor de ruido en decibelios será, por tanto,
la diferencia entre las relaciones S/R en la entrada y en la salida del elemento bajo
prueba ya que:

El factor de ruido cuando se expresa en decibelios se suele llamar figura de ruido.

El factor de ruido es un parámetro importante en los sistemas de transmisión, ya que


mientras el ruido externo nunca se podrá eliminar totalmente, la reducción del ruido
generado por los equipos depende del cuidado de su diseño.

[editar] Medida del ruido en telefonía


Debido a que la forma de onda del ruido es completamente distinta a la de la voz o la
música, el oído no reacciona de la misma forma al ruido que a la conversación. Así, en
los circuitos telefónicos el grado de perturbación que origina el ruido depende en parte
del aparato telefónico empleado, cuya respuesta tampoco es lineal respecto a la
frecuencia. Con el fin de ver el impacto real del ruido sobre la conversación, en Europa
y otras partes del mundo se utilizan la unidades sofométricas, del griego ψωφοs, ruido y
μετρον medida, establecidas por el CCITT, ahora UIT-T.

Figura 1.-Curva de ponderación sofométrica

Para efectuar la medida se utiliza una red de ponderación cuya respuesta de atenuación-
frecuencia es inversa al efecto interferente de las frecuencias de audio contenidas en el
ruido, así las frecuencias que más perturban son menos atenuadas y viceversa. De esta
forma al efectuar una medida con un instrumento, generalmente un voltímetro de
respuesta plana, su indicación nos dará un valor de tensión, directamente relacionado
con el efecto perturbador real del ruido. Este valor al ser conocida la impedancia del
punto de medida es fácilmente convertido en potencia.

Existen instrumentos de medida específicos para el ruido denominados sofómetros.


En la Figura 1 se representa la curva de ponderación de ruido, basada en pruebas
auditivas, con indicación de la interferencia relativa del ruido a distintas frecuencias.

La unidad de referencia en medidas de ruido es el picovatio (10-12 W) con compensación


sofométrica, que se abrevia como pWp. El nivel de referencia de 1 pWp es equivalente a
los siguientes valores:

 Un tono de 800 Hz con un nivel de -90 dBm.


 Un tono de 1000 Hz con una potencia de -91 dBm.
 El ruido de fondo en una banda de 3 kHz de ancho de banda con una potencia
aproximada de -88 dBm.
 ¿Qué es el ruido?
 El ruido es sonido no deseado. "Ruido" viene del latín, "rugitus", rugido.
 El ruido experimentado por personas que no lo producen se denomina "ruido
ajeno". De la misma forma que el humo de un cigarrillo ajeno, el ruido ajeno
puede tener un impacto negativo sobre las personas sin su consentimiento.
 El ruido es sonido no deseado, y en la actualidad se encuentra entre los
contaminantes más invasivos. El ruido del tránsito, de aviones, de camiones de
recolección de residuos, de equipos y maquinarias de la construcción, de los
procesos industriales de fabricación, de cortadoras de césped, de equipos de
sonido fijos o montados en automóviles, por mencionar sólo unos pocos, se
encuentran entre los sonidos no deseados que se emiten a la atmósfera en forma
rutinaria.
 El problema con el ruido no es únicamente que sea no deseado, sino también que
afecta negativamente la salud y el bienestar humanos. Algunos de los
inconvenientes producidos por el ruido son la pérdida auditiva, el estrés, la alta
presión sanguínea, la pérdida de sueño, la distracción y la pérdida de
productividad, así como una reducción general de la calidad de vida y la
tranquilidad.
 Experimentamos el ruido en diversas formas. En ocasiones, podemos ser a la vez
la causa y la víctima del ruido, como sucede cuando utilizamos equipos
electrodomésticos como aspiradoras, procesadores de alimentos o secadores de
cabello. También hay oportunidades en las que sufrimos el ruido generado por
otras personas, al igual que sucede con el humo del cigarrillo. Aunque en ambos
casos el ruido es igualmente perjudicial, el ruido ajeno es más problemático
porque tiene un impacto negativo sin nuestro consentimiento.
 El aire en el cual se emite y propaga el ruido ajeno es un bien público, de uso
común. No pertenece a nadie en particular sino a la sociedad en su conjunto. Por
consiguiente, ni la gente ni las empresas ni las organizaciones tienen derecho
ilimitado a propalar sus ruidos a discreción, como si esos ruidos se limitara
solamente a su propiedad privada. Por el contrario, tienen la obligación de usar
dicho bien común en forma compatible con otros usos.
 Las personas, empresas y organizaciones que no asumen esta responsabilidad de
no interferir en el uso y disfrute del aire común y en cambio crean
contaminación por ruido, actúan en forma similar a un matón en el patio de la
escuela. Aunque quizás sin proponérselo, ignoran los derechos de los demás y
reclaman para sí derechos que no les corresponden.
 Nos hemos organizado para aumentar la conciencia acerca de la contaminación
por ruido y para ayudar a la comunidad a mejorar su situación en relación con
este contaminante, luchando contra las violaciones del derecho a la tranquilidad.

spaña por ejemplo ocupa el segundo lugar, tras Japón, en el ranking de países más
ruidosos del planeta.

Se calcula que un 70% de los españoles sufren niveles de ruido superiores a los 65
decibelios, el umbral a partir del cual los científicos y expertos sanitarios consideran
inaceptable el ruido.

La civilización moderna somete al ser humano a innumerables servidumbres, y una


de ellas es la de soportar un nivel de decibelios que alcanza en ocasiones
cotas alarmantes y hasta perjudiciales para la salud.

El ruido generado por la actividad humana es el contaminante más frecuente de


nuestro entorno, y de tan familiar que resulta, es el que menos atención suscita.

Se percibe una notoria falta de sensibilidad ante este problema, no sólo en la


Administración, que no adopta medidas eficaces para combatirlo, sino en la propia
sociedad, que protesta ante problemas ecológicos de menor envergadura y guarda
un inexplicable silencio ante la agresión que supone el ruido.

Tan sólo cuando afecta de forma escandalosa a un colectivo o barrio y salta a los
medios de comunicación recordamos que el ruido existe, y que molesta a la quienes
lo padecen.

En la industria se cuentan por miles los profesionales que han perdido la audición
por culpa de ruido en las empresas, pero el ruido ha traspasado los límites de las
fábricas para invadir, calles, domicilios, espectáculos¿

El ruido no solo produce daño en el oído y pérdida de la audición: sus efectos a


corto, medio y largo plazo van más allá y afectan prácticamente a todo el
organismo.

El sonido, de intensidad variable

El sonido es una vibración del medio, una onda mecánica que se genera y propaga
a través del aire, de los líquidos y de los sólidos.

Del mismo modo que al lanzar una piedra a un estanque se dibujan a su alrededor
ondas que se desplazan hasta llegar al borde, las ondas sonoras viajan a través del
aire hasta el oído.
Aquí son recogidas por el pabellón auricular y conducto auditivo externo.

La intensidad de las ondas sonoras se mide en decibelios.

Para aproximarnos al valor de un determinado número de decibelios, sirvan como


ejemplo la voz hablada, que emite alrededor de 50 decibelios, una trituradora o un
extractor de humos, que alcanzan 70 decibelios y una moto sin silenciador, puede
producir 110 decibelios.

El ruido, sensación subjetiva

No hay una definición exacta para el ruido, pero se admite que se trata de un
sonido que provoca una sensación desagradable en quien lo escucha.

Evidentemente, esta definición se encuentra muy ligada a la subjetividad, ya que


un nivel de 100-110 decibelios en una discoteca resulta aceptable y hasta
agradable para quien se encuentra allí divirtiéndose y, en cambio, 40 decibelios
pueden parecer para esa misma persona insoportables si intenta dormir.

Desde el punto de vista médico, se considera ruido el sonido que puede producir
pérdida de audición, ser nocivo para la salud o interferir gravemente una actividad.

La diferencia entre sonido y ruido es muy subjetiva y depende no sólo de la


sensibilidad de las personas, sino también de las circunstancias en que éstas se
encuentran y de las características del sonido o ruido: intensidad, tono, duración,
variaciones en el tiempo, forma de presentación…

Pérdida de audición en la vejez

Las creencias más extendidas afirman que con el paso de los años se pierde
audición, lo que se denomina presbiacusia o sordera de la vejez.

Pero la realidad es que numerosos estudios han constatado que las personas no
sometidas a ruidos excesivos a lo largo de su vida presentan en la vejez una
pérdida auditiva despreciable, y que la presbiacusia es un fenómeno más unido al
ruido ambiental que al envejecimiento.

Los niños y jóvenes de hoy día soportan desde la infancia niveles de ruido que
sobrepasan muchas veces los niveles, un tanto artificiales y de consenso,
considerados nocivos para la salud

El mundo laboral y la sordera

Desde un punto de vista legal, los efectos nocivos del ruido comienzan por encima
de los 85 decibelios.

A partir de este nivel se aplica en el mundo laboral la legislación referente a


medidas tendentes más a la protección ante el ruido que a eliminarlo.

Cuando se superan los 80 decibelios y la exposición se prolonga durante años,


como sucede en algunas empresas, el oído se va dañando de forma casi
imperceptible, y quien sufre ese ruido se vuelve ¿duro de oído¿, para terminar
padeciendo una sordera cada vez más acusada a las frecuencias agudas y a las
frecuencias conversacionales.
Se trata de un proceso que conduce irreversiblemente a la pérdida de la audición,
ya que no existe tratamiento.

Estas personas precisan que se les hable más alto cada vez, no oyen el timbre de
casa o el teléfono, suben el volumen del televisor y de la radio con la consiguiente
molestia para los demás, y escuchan zumbidos en los oídos, denominados
acúfenos, que pueden ser molestos e incluso alterar el sueño de quien los padece.

Los jóvenes, grupo de riesgo

Los primeros síntomas de fatiga auditiva se detectan precozmente mediante una


audiometría que evalúa la capacidad auditiva.

Este examen permite reconocer las primeras manifestaciones de sordera y adoptar


las medidas pertinentes.

En la actualidad se observan en jóvenes alteraciones audiométricas típicas del


trauma sonoro, debido a que cada vez hay mayor exposición a niveles
absolutamente perjudiciales.

Se han medido más de 100 decibelios en salas de fiesta, bares o cines, sin olvidar
el uso extendido del walkman, cuyos altavoces se introducen en el oído, cerca del
tímpano, y se utilizan a menudo con un nivel sonoro muy elevado.

Tampoco dentro del hogar hay excesivo silencio: televisor, radio, equipos musicales
y otros electrodomésticos provocan niveles que superan los 60-70 decibelios
cuando varios de ellos funcionan simultáneamente.

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