Está en la página 1de 44

ESTUDIO DEL CUIDADO ENFERMERO DEL ADULTO MAYOR CON

CRANEOENCEFALIO COMPLICACION HEMATOMA SUBDURAL CRONICO

PRESENTADO POR:

Mileidy Hurtado Prado

Darling Ibarguen

Janny Mosquera

Angie Samboni

PRESENTADO A:

Aracely Tenorio

UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI

ENFERMERIA VIII

FACULTAD DE SALUD

SEPTIEMBRE DEL 2015


INTRODUCCION

El hematoma subdural crónico (HSDC) ocurre por lo general en los ancianos, con
una edad promedio de 63 años aproximadamente (excepción, Subdural de la
infancia). El trauma craneoencefálico se identifica en menos del 50% (algunas
veces debido a un trauma trivial). Otros factores de riesgo: Abuso del alcohol,
convulsiones, derivaciones de LCR, coagulopatías (incluyendo terapia
anticoagulante), y pacientes con riesgo de caídas (ej. pacientes con hemiplejia
secundario a un ECV previo), los HSDCs son bilaterales en 20-25% de los casos.

El hematoma subdural crónico (HSC) fue descrito en 1857 por Virchow, quien
haciendo notar su origen hemático, le llamó "Paquimeningitis Hemorrágica Interna.
Generalmente ocurre en el adulto mayor observándose actualmente un aumento
en su frecuencia, probablemente debido a las mayores expectativas de vida y a
los adelantos experimentados en los exámenes de neuroimagen que permiten
evidenciarlo con facilidad.

El grosor del hematoma tiende a ser mayor en pacientes ancianos debido al


decremento del peso del cerebro y al aumento del espacio subdural que ocurre
con la edad.

La mejor comprensión de su fisiopatología, la identificación de factores de riesgo,


el avance en los medios diagnósticos y el progreso en las opciones terapéuticas
han mejorado notablemente el pronóstico.

Sin embargo, la inespecificidad y heterogeneidad del cuadro clínico


ocasionalmente dificulta su reconocimiento. Por otro lado, los malos resultados
observados en la evolución de algunos pacientes han llevado a plantear diversos
tratamientos, algunos de los cuales son discutidos.

El HSC es una enfermedad prevalente, que en la mayoría de los casos puede ser
tratada en forma eficaz.
Debe ser sospechada especialmente en pacientes que cursan con síndrome
demencial aunque sean de edad avanzada. Aunque menos frecuente, debe
investigarse ante un paciente que presente déficit neurológico transitorio. El
examen de elección es la TC.

El proceso de enfermería permite al profesional asegurar la calidad de atención de


los individuos, familia y comunidad, por ser un método en el que se puede analizar
ordenadamente los aspectos de la salud que están alterados para poder intervenir
y luego evaluar el impacto de la intervención de enfermería, además proporciona
la base para el control operativo y el medio para sistematizar y hacer investigación
de enfermería.

Como punto importante en el desarrollo del presente trabajo se lleva a colación la


anatomía y fisiología del sistema nervioso, para lograr en los estudiantes
adecuados conocimientos y el desarrollo de competencias para la elaboración del
presente trabajo.

La rehabilitación de un paciente hematoma subdural crónico dependerán del


cuidado brindado por los profesionales y la educación que estos brinden a sus
cuidadores, logrando entonces mejorar la calidad de vida de estos pacientes,
teniendo en cuenta los aspectos biopsicosociales que determinan a cada paciente.

.
JUSTIFICACION

La incidencia del hematoma subdural crónico se ha estimado en 1.7/100.000


habitantes/año. De esta manera en Colombia se calculan alrededor de 680
hematomas subdural crónicos por año. El pico de incidencia de esta patología
ocurre en la sexta y séptima década de la vida.

La forma más común de presentación es la alteración del estado mental que


ocurre en el 50% al 70% de los casos. Puede manifestarse con grado variable de
confusión, somnolencia o coma. El delirio agudo puede ser difícil de diferenciar del
que se observa en los trastornos psiquiátricos. Los autores recuerdan que, en la
era que precedió a la tomografía computada, un estudio posmortem en 200
pacientes psiquiátricos reveló 14 hematomas subdurales de los cuales sólo uno
había sido diagnosticado en vida.

En el 58% de los pacientes, el HSDC se manifiesta con hemiparesia. La debilidad


de los miembros comúnmente es leve pero la somnolencia es desproporcionada
en relación con el grado de déficit neurológico, por lo general, contralateral. Los
síntomas comienzan en forma insidiosa y progresan gradualmente.

La incidencia de cefalea varía según la serie, desde un 14% a un 80%. Es menos


común en personas de edad avanzada que en pacientes más jóvenes. La mayor
predisposición a caídas es una manifestación frecuente y se comprueba en casi el
70% de los casos. Históricamente se ha considerado que la epilepsia no es una
forma común de presentación pero, en pacientes con episodios convulsivos
previos puede haber aumento en la frecuencia de convulsiones. Las convulsiones
simples parciales pueden hacer suponer un accidente isquémico transitorio.

Entre las manifestaciones clínicas atípicas, los autores recuerdan el vértigo,


nistagmo, parálisis oculomotora aislada y síntomas Extra piramidales
(parkinsonismo).
OBJETIVOS

Identificar las posibles alteraciones en el hematoma subdural crónico en el


adulto mayor, con base al sustento teórico, científico, en el abordaje de un
cuidado individualizado teniendo en cuenta similitudes y diferencias del
mismo a través del proceso de Enfermería.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Realizar un caso clínico a cerca de la enfermedad de hematoma subdural


crónico con el fin de obtener un plan de atención de enfermería que cubra
las necesidades del paciente.

 Detectar factores de riesgo y necesidades que el paciente presenta en el


deterioro de su patología.

 Realizar una revisión bibliográfica sobre el hematoma subdural crónico en


el adulto mayor y los cuidados brindados por parte del profesional de
enfermería.
PROBLEMA

ANTECEDENTES HISTORICOS

El hematoma subdural crónico (HSDC) corresponde a una entidad reconocida


desde hace mucho tiempo. Virchov en 1857 ya se refería al HSDC como una
paquimeningitis hemorrágica interna. Tiene una incidencia de 1-5 cada 100.000
personas/año. En mayores de 70 años esta incidencia aumenta a 58/100.000. La
edad promedio es de 62-75,5 años. La relación sexo masculino-femenino es de 2-
4 a 13,4. Se reconoce un antecedente traumático, generalmente leve en un 50 al
79,6% de los casos5-9. En 9,7% a 29,5% de los casos el HSDC es bilateral.
Existen diversos factores de riesgo reconocibles clínicamente para el desarrollo de
un HSDC como el alcoholismo, alteraciones de la crasis sanguínea, consumo de
antiagregante o anticoagulantes, hemodiálisis, edad avanzada o presentar un
quiste aracnoideo. En menor entidad el antecedente de una derivación
ventriculoperitoneal u otros procedimientos neuroquirúrgicos. Como factores de
riesgo de mal pronóstico se cita la edad mayor a 70 años y el pobre estado clínico
preoperatorio. La bilateralidad se asoció a mayor riesgo de recurrencia.

Norman (1956) señaló que el hematoma subdural primero tiene forma falciforme,
siguiendo el contorno de la superficie del cerebro, y su contenido no es fijo, sino
que cubre a modo de manto una amplia superficie del hemisferio cerebral. Luego
la colección se localiza y se forman las membranas fibrosas en torno del
hematoma, primero por fuera y después por dentro. Al aumentar el volumen del
hematoma bien sea por mecanismo osmótico o por sangrado repetido de
pequeños vasos o por ambos mecanismos empieza a asumir su familiar
configuración fusiforme o en forma de lente biconvexa en vistas coronales,
pasando por un período de media luna, que luego, en unas 4 semanas se hace
fusiforme.
SITUACION ACTUAL

El hematoma subdural crónico es un reto terapéutico en todas las edades. El


hematoma subdural crónico es una enfermedad fatal sin un tratamiento quirúrgico.
Una variedad de opciones terapéuticas se revisaran brevemente. En el hematoma
subdural crónico, la resolución espontánea con tratamiento conservador no ha
sido un método terapéutico usual debido a la alta mortalidad, el requerimiento de
largos periodos de tiempo y finalmente la necesidad de tratamiento quirúrgico.

DEFICINION
Hematoma: Tumor producido por una contusión.
Hematoma Subdural: Colección de sangre debajo de la duramadre
El hematoma subdural crónico es una acumulación de sangre y de productos de la
descomposición de la misma, de origen venoso que se acumula lentamente entre
la duramadre y la aracnoides, desarrollándose cuando las venas circundantes que
corren entre la duramadre y la superficie del cerebro presentan ruptura como
consecuencia de una fuga de sangre por el resultado de una lesión en la cabeza,
tanto frente al punto de impacto del traumatismo como a distancia, por el
mecanismo de contragolpe. Después de un tiempo el coagulo que se formó a
causa de esta lesión se licua formando una seudomembrana sobre la superficie
liquida del coagulo: los capilares de la neo membrana son anormalmente frágiles.
La licuefacción del coagulo, la fibrinólisis y la aceleración anormal del coagulo, se
presenta en combinación con unos capilares frágiles resultando en micro
hemorragias episódicas dentro de la cavidad del hematoma obteniendo como
resultado repetidas hemorragias de los vasos de neoformación de la capsula del
hematoma con llevando al aumento paulatino del volumen de dicho hematoma.
PREGUNTA PROBLEMA

Cuál es la importancia de enfermería en el manejo, rehabilitación, tratamiento y


recuperación en el paciente con hematoma subdural crónico?
MARCO DE REFERENCIA

MARCO TEORICO

El HSC (Hematoma Subdural Crónico) en la mayoría de ocasiones se empieza a


originar por un golpe en la cabeza, el cual ha sido muy fuerte. En muchas
ocasiones nos golpeamos duro en el cabeza pero al ver que no nos pasó “nada”
“qué no sangramos” creemos que estamos bien y no prestamos atención al golpe,
pero lo que no sabemos es que internamente en nuestro cerebro puede estar
presentándose una serie de acontecimientos. En el instante en que nos
golpeamos la cabeza el hueso se mueve rápido, pero el cerebro se mueve a
diferente velocidad y tiempo. Esto hace que se tensen muchas de las venas de
drenaje. Si el golpe es suficientemente fuerte y las venas ya están tensas por la
distancia entre corteza cerebral y hueso, debido a la atrofia, se puede producir una
rotura de dichas venas ocasionando el origen de una hemorragia, es a partir de
esto que inicia la formación de un Hematoma subdural.
La hemorragia que se produce en primera instancia es pequeña, puesto que las
venas que se rompen así lo son y esta sangre queda en un espacio que puede
aumentar de tamaño, por lo que no se provoca ningún tipo de lesión o compresión
cerebral. Es decir, hay un periodo tras ese golpe de cabeza banal en que no
sentimos nada y seguimos nuestra vida normal. Después de un tiempo la sangre
que ha salido al espacio subdural se coagula y posteriormente va sufriendo la
degradación, como cualquier coágulo, con la intención de poder ser reabsorbido.
Para Cambier, Masson y Dehen. Este proceso de degradación supone una rotura
de las grandes moléculas proteicas, lo cual lleva a un gran aumento de moléculas,
causando un aumento de la presión osmótica en el contenido líquido de la cavidad
donde está el hematoma. Este aumento de presión osmótica atrae el agua que se
encuentra en los espacios colindantes convirtiendo al hematoma más líquido pero
también más grande. Dándose un aumento en la presión osmótica también se da
un aumento en el volumen lo cual conlleva a que se inicie una compresión del
cerebro subyacente y en algunas situaciones se presenta una presión intracraneal
(PIC), que mantiene esta situación de presión del cerebro sobre el hueso,
"aplastando" el espacio subdural; en otras situaciones el cerebro se aleja del
hueso, aumentando el espacio subdural (disminución del volumen).

Los hematomas ocurren en todos los grupos de edad, aunque son más frecuentes
entre los ancianos, en los alcohólicos crónicos y en los pacientes que están
recibiendo medicación antí- coagulante. Se reconoce también la elevada
frecuencia en la lactancia de colecciones subdurales de líquido rico en proteínas o
bien hematomas subdurales verdaderos como secuelas de Meningitis, en
particular por Haemophilus Influenzae. Como causa menos frecuente está la
ruptura de Aneurismas, en esta condición, generalmente agudo. El hematoma
ocurre como resultado de: un trauma cerrado sin fractura, puede estar asociado a
una fractura simple abierta, o deprimida, con herida penetrante o trauma durante
el nacimiento. El sitio del hematoma no coincide necesariamente con el del trauma
o fractura y con frecuencia los traumas indirectos determinan la aparición del
hematoma subdural contralateral. Así es como actúa el mecanismo de
contragolpe. Existe otro factor determinante de la aparición del hematoma: el
aumento súbito de la presión intracraneana en pacientes con árbol vascular muy
lesionado, como es el caso de los ancianos. El Hematoma Subdural Crónico fue
reconocido por primera vez en el siglo XVII por Wepfer yen 1747, Morgagni, le
atribuyó un origen inflamatorio. En 1857, Virchow acuñó los términos:
Paquimeningitis Interna Crónica y Paquimeningitis Hemorrágica que explican su
concepción inflamatoria del hematoma, además describió la membrana que lo
circunscribe como debida a depósito de fibrinas organizada. Goodell y Mealey
sugirieron una fisura dentro de la duramadre como lecho del coágulo. Robertson
en 1900, relacionó la formación de la membrana con hemorragia traumática y
sugirió que era causada por la ruptura de venas piales en el espacio subdural.
Pero solo hasta 1914Trotter relacionó el hematoma crónico con el trauma y en
1925 Cushing reafirmó esta apreciación. En 1932, Gardner explicó la cualidad
expansiva de la lesión como correspondiente a un mecanismo osmótico, donde se
ejerce una alta presión osmótica relacionada con el alto contenido de proteínas del
coágulo presente en el hematoma; el cual actúa atrayendo lí- quido tisular y del
LCR que migra a través de la aracnoides y de los vasos de la cápsula, (que son en
este caso la membrana semipermeable) , determinando aumento en el volumen
de la co- HEMATOMA SUBDURAL CRONICO 193 lección subdural hasta producir
desplazamiento importante del cerebro y con éste, signos y síntomas. Esta el
concepto clásico más aceptado. Se ha sugerido también que después de la
formación del hematoma, la iniciación de los síntomas se debe a hemorragias
recurrentes de los vasos venosos desgarrados o de los vasos de neoformación de
la membrana externa con el consiguiente aumento de volumen dentro de la
cápsula. En 1978, Ito, Komai y Yamamoto cuantificaron las enzimas fibrinolítica
existentes en diversos sitios del hematoma. Encontraron que la membrana externa
contenía tres veces más activador tisular del plasmigeno que la duramadre,
mientras que no estaba presente en la membrana interna y concluyeron que el
activador tisular de la membrana externa (extremadamente vascularizada) activa
la plasmina que a su vez rompe la fibrina induciendo hemorragias continuas que
juegan papel importante. En la formación, persistencia y progresivo agrandamiento
del hematoma. El hematoma subdural crónico ocurre aproximadamente en el 5 %
de los traumas craneanos. Las variedades agudas y subagudas de hematomas
subdurales se presentan más comúnmente en la convejidad y resultan de la
hemorragia por desgarro de venas corticales en su desembocadura en el seno
sagital superior y proceden de focos de contusión cerebral y hemorragia
intracerebral voluminosa que drena a la superficie hemisférica y en la fosa
temporal donde las venas paríetoesfenoidales son las responsables de la
hemorragia. Menos comunes son las variedades interhemisférica que se originan
en hemorragias del seno sagital superior o de venas tributarias y las de fosa
posterior (raros) originadas en hemorragia de la vena de Galeno, seno transverso,
de las venas cerebelosas, del seno sigmoide o de sus tributarias. El hematoma
subdural crónico puede ser bilateral aproximadamente en el 20% de los casos,
más comúnmente es unilateral y ocupa la convejidad en la región fronto-parieto-
temporal, pero puede estar situado en cualquier parte de la cavidad craneana. Se
han encontrado hematomas sobre el quiasma óptico y sobre la cisura silviana. El
hematoma subdural crónico se sitúa con más frecuencia en la porción superior del
hemisferio sobre las regiones frontal posterior y parietal. Esta cualidad pone de
manifiesto que el mecanismo de producción es diferente. El hematoma subdural
crónico pasa por varias etapas: en la etapa aguda está constituido por sangre pura
que al principio aparece coagulada, pero más o menos a los 10 días empieza a
licuarse. Al cabo de dos semanas la cápsula estará ya formada y será observable
en el tiempo de la cirugía. Si continúa evolucionando el pigmento sanguíneo es
reabsorbido en su totalidad y en ese momento solamente se distinguirá de un
higroma por la presencia de las membranas. Después de varios meses puede
solidificarse o calcificarse el coágulo mismo, o sus membranas, o aún ambos
componentes

Si bien aún persisten algunos aspectos oscuros en la fisiopatología del HSDC, se


ha avanzado en los últimos años en el conocimiento de la misma y por ende en su
correcto tratamiento. Se considera que a partir de un traumatismo
encéfalocraneano (TEC) se produce un sangrado a nivel subdural; éste
desencadena un proceso inflamatorio local en la duramadre, con proliferación
celular reactiva que determina la formación de una membrana externa
vascularizada y una membrana interna avascular
Existe un aumento del VEGF y de las IL-6 y IL-8 (mediadores inflamatorios) que
favorecen el proceso inflamatorio y la angiogénesis. En dicha membrana externa
existen macrocapilares con uniones endoteliales frágiles que favorecen la
ocurrencia de microsangrados y exudación que favorecen el crecimiento del
hematoma. Demostraron la presencia de glóbulos rojos marcados en el líquido del
hematoma y que el sangrado diario a través de la cápsula contribuye al 10%
aproximadamente del volumen del mismo. Si bien este proceso inflamatorio tiene
como objetivo reabsorber el sangrado, se producen fenómenos locales en algunos
pacientes, por motivos no aclarados completamente, que hacen que el hematoma
crezca. Existe un desbalance en el proceso de coagulación y fibrinólisis a favor de
esta última lo que favorece la perpetuación del proceso . En el propio HSDC así
como en la membrana externa existe una alta concentración de activador tisular
del plasmigeno que contribuye a la fibrinólisis y al sangrado intermitente o
continuo desde la mencionada membrana. La sola remoción del líquido del
hematoma aun dejando la membrana externa con sus macrocapilares favorece la
curación al producirse la coagulación y fibrosis.
Los hallazgos imagenológicos son muy variables y esto se debe a que el proceso
fisiopatológico no sigue parámetros claramente definidos. La fibrinólisis puede ser
más o menos intensa, puede haber mayor o menor fragilidad de los
macrocapilares. De todas maneras, los hallazgos de imagen pueden orientar al
proceso fisiopatológico que se está produciendo en determinado paciente.
Nakaguchi estudia la arquitectura interna del HSDC y se extensión intracraneana
por Tomografía computada de cráneo (TAC) y lo correlaciona con el riesgo de
recurrencia. De acuerdo con la arquitectura del hematoma define 4 tipos: el tipo
homogéneo, el laminar, el separado y el trabecular. Estos 4 tipos se corresponden
con posibles estadios de la historia natural del HSDC. El primero se caracteriza
por ser tomográficamente de densidad homogénea, ya sea baja o alta densidad.
El laminar se caracteriza por tener un área hiperdensa adyacente a la membrana
interna; el separado tiene dos densidades claramente separadas por un límite
entre sí con un área de mayor densidad por debajo de una de menor densidad
(efecto hematocrito) y el trabecular corresponde a aquel hematoma con tabiques
hiperdensos entre la membrana interna y externa con un contenido que va del
hipodenso al isodenso. De acuerdo, la extensión intracraneana los divide en:
puramente de la convexidad; aquellos con extensión a la base y el tercer tipo son
los que presentan una extensión interhemisférica.
Plantea que el estadio inicial es el homogéneo que evoluciona hacia el tipo
laminar, luego al tipo separado y finalmente al trabecular.
En el estadio inicial habría un equilibrio entre la coagulación y la fibrinólisis
(homogéneo). En el tipo laminar el área hiperdensa sobre la membrana interna
correspondería a coágulos. El riesgo de recurrencia en esta etapa se eleva
probablemente debido a la mayor vascularización de la membrana externa con
respecto al tipo homogéneo. En el estadio separado aumenta la fibrinólisis. Aquí el
riesgo de recurrencia es el mayor. Al tipo trabecular lo considera como el estadio
resolutivo (el riesgo de recurrencia fue 0 en su serie). Explica la mayor recurrencia
de los HSDC extendidos a la base por un mayor espacio subdural, mayor dificultad
quirúrgica y mayor extensión de la red vascular creada a partir de vasos de la
arteria meníngea media. Encontró que la recurrencia era significativamente menor
si el diagnóstico se realizaba en los siguientes 60 días que si era antes de 60 días
luego del TEC, probablemente porque la cápsula es más inmadura, hay menos
fibrosis y hay una mayor tendencia al resangrado.
Nomura clasifica a los HSDC en 5 tipo de acuerdo a sus características
tomográficas: Hipodenso, Isodenso, Hiperdenso, Mixtos y "Layering hematoma"
que es aquel hematoma que presenta un sector declive hiperdenso por debajo de
un sector hipodenso ("efecto hematocrito") que corresponde al tipo Separado de la
clasificación de Nakaguchi. Estudió las concentraciones de fibrinógeno,
monómeras de fibrina y dímeras D en estos tipos de HSDC de forma de analizar el
porcentaje de resangrado, coagulación y fibrinólisis respectivamente. Encontró
que los hematomas de Tipo Mixto y Separado presentaban la mayor tendencia al
sangrado, siendo en el tipo Separado la fibrinólisis más intensa. Concluye que
este tipo de hematoma tiene una alta tendencia al resangrado y una actividad
fibrinolítica aumentada. El Mixto tiene una alta tendencia al resangrado y una
actividad fibrinolítica más baja que en el tipo separado. El HSDC Hipodenso tiene
una baja tendencia al resangrado y una baja fibrinólisis. En los hematomas Mixtos
la actividad de la coagulación tiene que ser mayor que en el tipo Separado para
que se formen coágulos o por lo menos la actividad fibrinolítica no ser tan intensa.
Frati et al plantean que los HSDC con mayor proceso inflamatorio presentan mayor
tendencia al sangrado, lo que se verifica sobre todo en el tipo Laminar y luego en
el tipo Mixto. Ambos presentan una mayor recurrencia luego del tratamiento.
Otros autores también encontraron que los HSDC del tipo Mixto presentaban
mayor riesgo de recurrencia seguidos por el tipo Separado de Nakaguchi en
comparación con el Hipo o Isodenso.
Tsutsumi realiza un estudio comparando la imagen por IRM preoperatoria y el
riesgo de recidiva en 199 pacientes. Determinó que el riesgo era de 3,4% si el
HSDC era hiperintenso en T1, y de 11,6% si no era hiperintenso. Asimismo
estudió de forma prospectiva y randomizada los resultados de la colocación de
drenaje subdural y el riesgo de recurrencia. A aquellos pacientes a los cuales se
les colocaba un drenaje subdural postoperatorio tenían una menor recurrencia
luego de evacuados por orificio (3,1% vs 17%) que los que no se les colocaba. A
su vez aquellos pacientes con hematomas hiperintensos a los cuales se les
colocaba drenaje tenían la menor recurrencia (1,1%). Aquellos pacientes con
hematomas no hiperintensos y sin drenaje tenían la tasa de recurrencia mayor
(23,1%). Dichos resultados fueron significativos desde el punto de vista
estadístico. Los HSDC hiperintensos en T1 se asociaron más a hematomas hipo a
isodensos en TAC sin haber una asociación claramente definida. Si bien
encontraron mayor recurrencia en pacientes con hematomas de densidad
heterogénea por TAC, los resultados no fueron estadísticamente significativos.
Plantean que los pacientes con hematomas hiperintensos en T1 (aprox. 50% de
los pacientes operados) presentan menor recidiva debido a que la membrana de
estos hematomas no está en etapa proliferativa como sí lo está en los hematomas
Isohipointensos en T1 (sangrado reciente) los cuales tendrían mayor propensión al
sangrado por mayor fragilidad capilar. Concluyen que los hematomas
hiperintensos en T1 (metahemoglobina) probablemente crezcan por otro
mecanismo como la trasudación de plasma y macromoléculas y no tanto por
microsangrado por tener una membrana externa más madura. Imaizumi et
al encontraron asociación entre la presencia de una banda hipointensa sobre la
membrana interna de los HSDC en las imágenes ponderadas en T2 en IRM y el
crecimiento del HSDC. Los HSDC sintomáticos se asociaron con mayor frecuencia
a la presencia de dicha banda hipointensa en T2. Dicha banda se asoció a HSDC
mayores a 20 mm y heterogéneos así como a mayor recurrencia. Probablemente
corresponda a deoxihemoglobina (o menos probablemente a ferritina) sobre la
membrana interna. Tanikawa.
CUADRO CLINICO

El diagnóstico del hematoma subdural crónico requiere gran conocimiento de la


sintomatología y alto índice de sospecha. La cefalea seguida en poco tiempo por
aparición gradual de disminución de la conciencia, de estupor y coma sugiere el
diagnóstico. En ausencia de antecedente de trauma craneano, un paciente con
nerviosismo, irritabilidad y estupor puede ser mal interpretado como síntomas
correspondientes a un síndrome demencial de origen no orgánico Se presenta
generalmente en personas de edad, pero también puede ocurrir en los jóvenes,
'los pacientes sufren traumatismos craneanos en la mayoría de los casos de poca
intensidad con período asintomático que va desde semanas o meses y en algunos
casos incluso años. La sintomatología que más frecuentemente se asocia al
hematoma subdural crónico corresponde básicamente a dos cuadros clínicos: El
paciente joven con antecedente traumático que después de varias semanas
comienza a presentar cuadro clínico de síndrome de hipertensión endocraneana,
con cefalea de tipo progresivo y vómito, que se acompaña de disminución del
estado de conciencia de rápida evolución y alteraciones motoras que varían del
tipo de la hemiparesia o hemiplejia hasta la rigidez de descerebración uní o
bilaterales, en estos casos puede llegar el enfermo al Servicio de Urgencias en
estado de coma y con frecuencia se hace el diagnóstico de A.C.V. La fundoscopia
mostrará papiledema y algunas veces anisocoria, asociada a reflejos patológicos
de Hoffman y Babinski de localización unilateral con hemiparesia de tipo
espástico. El paciente anciano con o sin antecedente traumático, que muchas
veces lo tiene y no lo recuerda porque fue leve, que comienza a presentar
cambios progresivos de la personalidad varias semanas después del trauma
craneano consistentes en: desorientación en tiempo y espacio, pérdida de control
de esfínteres y del interés por el medio ambiente, disminución de la capacidad
mental y de la memoria in cuadro de la hipertensión endoneana, asociados a
signos que representan alteración cerebral bilateral como son: la apnea post-
hiperventilación, reflejos de chupeteo, formación de hocico, paratonia, reflejos de
extensión asimétricos, que se mezclan con los síntomas iniciales del síndrome de
herniación central. Hay un signo de gran valor diagnóstico que es la retropulsión,
la cual aparece aún con los ojos abiertos, a veces lateropulsión y en estados
avanzados franca ataxia del tronco. Inicialmente se manifiesta por alteraciones en
la marcha, que se describe como atáxica. Este síntoma aparece en un 75 a 80 %
de los pacientes y no se asocia a otro tipo de lesiones expansivas
supratentoriales. No existe una explicación clara desde el punto de vista
fisiopatológico, pero podría deberse a compresión del braquium conjuntivum
contra el borde de la tienda del cerebelo o a compromiso de las vías
Irontotalámico cerebelosas que corresponden a la ataxia frontal. Los síntomas de
un hematoma subdural crónico tiene tendencia notoria a fluctuar en el tiempo. Al
hacer el diagnóstico de hematoma subdural crónico no se puede depender de las
anomalías pupilares distintivas, presentes en los síndromes de herniación central y
uncal. La mayoría de los pacientes tienen pupilas pequeñas y reactivas
correspondientes a etapas iniciales del síndrome central.

Existen escalas como la escala de Markwalder que permiten estatificar el grado de


deterioro clínico de los pacientes con hematoma subdural crónico
CARACTERISTICAS GENERALES:

1.- Se presenta en personas de edad avanzada o con trastornos que han llevado a
una atrofia cerebral (alcoholismo, por ejemplo). El espacio entre cerebro y hueso
ha aumentado de tamaño.

2.- Se requiere un traumatismo craneoencefálico, aunque no de gran intensidad.


De forma que en muchas ocasiones es difícil registrarlo en la historia clínica o ha
sido aparentemente muy banal, sin pérdida de conciencia.

3.- Hay un periodo de tiempo entre dicho TCE banal y la aparición de los
síntomas, debido a la secuencia fisiopatológica que se produce:
a) Movimiento del cerebro dentro de la cavidad craneal, por su diferente inercia.
Esto provoca rotura de venas puente entre corteza cerebral y duramadre, que
estaban previamente a ligera tensión por la atrofia cerebral.
b) La hemorragia se detiene cuando llena el espacio subdural y aumenta la
presión intracraneal algo por encima de la presión de la vena cortical rota. Esto no
provoca síntomas, al coleccionarse la sangre en el espacio virtual subdural (no es
una hemorragia subaracnoidea que produzca irritación meníngea).
c) Posteriormente se inicia el proceso natural de lisis del coágulo. Aumentan las
moléculas por fraccionamiento de proteínas. Esto aumenta la presión osmótica en
el espacio subdural, por lo que se produce un paso de agua hacia la cavidad que
contiene el hematoma.
d) A medida que pasa el tiempo el hematoma es más líquido, con menor contenido
celular y proteico, pero con mayor tamaño y presión. Esto produce compresión
progresiva del parénquima cerebral.
e) El aumento de la cavidad donde estaba el hematoma separa aun más el
cerebro de la duramadre y puede haber rotura de otras venas, con lo que se
agrava la secuencia fisiopatológica.
f) Excepto que el hematoma haya sido mínimo, la naturaleza no va a poder
reabsorberlo sin pasar por una situación de hipertensión intracraneal grave y
déficit neurológico progresivo que puede incluso llevar a la muerte del paciente.

4.- La clínica es de cefaleas, demencia progresiva, alteración de la marcha e


incontinencia de esfínteres. Posteriormente aparece disminución del nivel de
conciencia y hemiparesia contralateral al hematoma. Por último va a existir una
situación de hipertensión intracraneal grave con midriasis del mismo lado y
entrada en coma.

5.- El diagnóstico se hace mediante TAC cerebral: Imagen uní o bilateral a nivel
subdural, en forma de semilunar. Puede ser híper, iso o hipointensa dependiendo
del tiempo desde al TCE y de la cantidad de hematíes (hemoglobina) que exista
aún en el hematoma). A medida que transcurre el tiempo la imagen tiende a ser
menos densa.

6.- El tratamiento es quirúrgico. Se puede hacer con anestesia local y consiste en


la realización de dos orificios de trépano (frontal y parietal) con la finalidad de
evacuar el hematoma y lavar con suero hasta que desaparezcan los residuos
hemorrágicos. Se dejan drenajes durante 2-3 días, que facilitan la salida del resto
de la colección hemática y permiten la progresiva expansión del cerebro.

SIGNOS Y SINTOMAS

El cuadro clásico que presentan los hematomas subdural crónico aparece y se


agrava de forma progresiva. Ese cuadro incluye cefaleas, que se agravan cada
vez más y se acompañan secundariamente de una alteración también progresiva
de las funciones superiores y/o de la conciencia por ultimo pueden aparecer
signos de localización y en particular, una hemiplejia que se agrava de forma
progresiva en el lado opuesto al del hematoma. Si no se tratan estos signos se
llega a evolucionar a una hipertensión intracraneal con afectación cerebral y riesgo
vital. Cuando se está haciendo una valoración del paciente acerca de un
hematoma subdural crónico suele presentarse un cuadro engañoso. Para dicha
valoración, se tiene en cuenta una serie de síntomas que son los más frecuentes y
son
· Cefaleas este aumenta con las maniobras de vasalva, (disminución del nivel de
conciencia, confusión, y focalidad neurológica)
· Confusión o coma
· Disminución de la memoria
· Convulsiones
· Debilidad o insensibilidad en brazos piernas y rostro
· Dificultad al hablar o deglutir
· Dificultad para caminar

En caso de complicaciones se dan un tipo de sintomatología, como la siguientes;

· Resangrado, fístula de líquido cefalorraquídeo o neuroinfección, daño cerebral


permanente, pérdida de las facultades intelectuales (memoria, orientación,
relación con otras personas) Mareos, Dolor de cabeza, Ansiedad, Dificultad para
mantener la atención, Cambios en el comportamiento, Alteraciones en el
lenguaje , Convulsiones.

DIAGNOSTICO

El HSDC no suele diagnosticarse en un inicio. En una serie de casi 200 pacientes


sólo se sospechó en el 28% de los casos. Los diagnósticos erróneos más
comunes son los tumores (27%), hemorragia subaracnoidea (10%) y accidente
cerebrovascular (6%). No obstante, en la serie reportada previamente por los
autores, el accidente cerebrovascular fue el diagnóstico erróneo más común.

Siempre debe sospecharse HSDC en un paciente que presenta cambios en el


estado mental o empeoramiento de los síntomas neurológicos o psicológicos
preexistentes, déficit neurológico focal y cefalea con o sin síntomas neurológicos
focales. En estos casos, se impone la tomografía computada.

El HSDC es una lesión dinámica y su apariencia en la tomografía depende de su


antigüedad. Así, en la fase aguda, el hematoma aparece como una lesión
hiperdensa en comparación con el cerebro normal, por la presencia de sangre
fresca. En las semanas que siguen fase subaguda hay fibrinolisis de manera tal
que el hematoma tiene la misma densidad que el parénquima contiguo.
Finalmente, hacia el mes posterior al desarrollo (fase crónica) se ve hipodenso
por la reabsorción de fluídos. Sin embargo, nuevas hemorragias pueden generar
lesiones con densidad heterogénea. Un hallazgo específico es el desplazamiento
del parénquima cerebral. Asimismo, existen otros signos tomográficos indirectos
que sugieren el diagnóstico de HSDC.

En sujetos con imágenes hipodensas puede ser necesaria la resonancia nuclear


magnética. Se ha visto que esta técnica es superior a la tomografía en la
identificación de colecciones pequeñas y ubicadas en forma transversal, las
cuales no suelen verse en la tomografía. Aunque el tratamiento quirúrgico de los
hematomas no siempre es necesario, la identificación de la lesión es esencial
para evitar complicaciones, por ejemplo, relacionadas con la anticoagulación. A
pesar de que la resonancia puede ser de mayor utilidad en ciertas circunstancias,
los expertos señalan que la tomografía computada es el procedimiento
diagnóstico inicial de elección.

Angiografía En el diagnóstico definitivo, de un paciente con un alto índice de


sospecha es esencial la Angiografía, que sigue siendo hoy en día, el
procedimiento neurorradiológico de elección. En los casos típicos el aspecto de los
vasos piales en la incidencia frontal varía según la duración del proceso y esto
influirá en el diagnóstico radiológico.
Tomografía Computada Este procedimiento es ideal para los hematomas
epidurales y subdurales agudos, pero no ocurre lo mismo con las colecciones
subdurales crónicas. A medida que el hematoma pasa por sus diversas etapas,
primero presenta la densidad de la sangre, pero después va perdiendo densidad
hasta semejarse al LCR. En el primer caso se distingue bien el hematoma porque
posee la densidad de la sangre y el segundo también se ve bien en rastreo de la
Tomografía Computada porque aparece como un área de baja absorción debajo
de la tabla interna del cráneo. En cambio, la densidad del hematoma se confunde
con la del encéfalo circundante cuando llega a la etapa intermedia. La isodensidad
de los Hematoma Subdural Crónico Bilateral demostrado con placa por
compresión. Sin embargo esta evolución de densidad de la sangre subdural puede
ser afectada por nuevo sangrado dentro de las membranas del hematoma. De
esta manera puede encontrarse isodensídad en períodos posteriores de evolución
del hematoma. Si la lesión es unilateral, la compresión ventricular y la desviación
de la línea media nos alertan ante la presencia de una anormalidad. Si, en cambio,
la lesión es bilateral, es imposible el diagnóstico. Se considera que la colección
subdural debe desplazar a la corteza cerebral y como la sustancia gris de la
corteza posee una densidad algo mayor que la de la sustancia blanca, se puede
sospechar el diagnóstico. Cuando se sospecha un hematoma subdural crónico
conviene mantener al paciente en decúbito dorsal 30 a 60 minutos, antes de hacer
el rastreo y llevarlo con cuidado a su posición para no agitar ni mezclar los
hematíes que contiene la colección subdural y se hayan sedimentado lo suficiente
para que la parte más densa se halle en la posición más declive (La Radiografía
Simple del Cráneo Puede mostrar a la pineal, si está calcificada, desplazada
lateralmente pero debe recordarse que puede permanecer en la línea media por la
presencia de hematoma bilateral . Ecoencefalografía Es un método que tiene casi
la misma utilidad y limitaciones que la radiografía simple, excepto porque no
requiere que la pineal esté calcificada. Detecta desviaciones de las estructuras de
la línea media. Electroencefalograma Es una herramienta de gran ayuda
diagnóstica, con un alto índice de anormales y con la limitación de que no se
puede hacer un diagnóstico concluyente, sino sugestivo de hematoma.

Trepanación Diagnóstica Es un procedimiento quirúrgico que puede ser usado


como diagnóstico. Solo debe utilizarse en casos de emergencia cuando no se
dispone de angiografía.

 Hematoma subdural crónico

 Hematoma subdural isodenso

 RM en t1 y t2 donde se observa colección blanca


 tac y pre control postoperatorio de un hematoma subdural crónico. ha
desaparecido y no existe desplazamiento de la línea media

TRATAMIENTO

El hematoma subdural crónico es una emergencia en neurocirugía y su manejo es


quirúrgico, aunque se ha reportado el tratamiento con éxito de manera
conservadora Las técnicas pueden variar desde una pequeña craneostomía burr-
hole hasta una craneotomía. De igual manera se ha mencionado la utilidad de una
craneostomía con broca con sistema de drenaje cerrado. Se ha determinado que
ocurre resolución del hematoma en el espacio subdural después de una
craneostomía burr-hole entre los 10-20 días posterior a la cirugía, esto
dependiendo de la reexpansión cerebral.
También se ha comparado la irrigación versus el sistema de drenaje cerrado en
esta patología, determinándose que ambas son igualmente efectivas y
prácticamente ninguna diferencia se ha hallado en términos de recurrencia. Los
casos de hematoma subdural crónico bilateral deben ser tratados lo más rápido
posible con descompresión simultánea. Actualmente, se considera el tratamiento
quirúrgico como más efectivo frente al tratamiento conservador, debido al éxito
relativo de este último, y después de objetivar que la evacuación del hematoma
reduce el riesgo de resangrado agudo, la amenaza de la enfermedad y el tiempo
de evolución de la misma.

Por otro lado los medicamentos anticonvulsivantes han sido usados


profilácticamente en pacientes con hematoma subdural crónico, aunque no hay
evidencia de su utilidad en el preoperatorio y postoperatorio.

Durante la infancia el tratamiento de los hematomas subdurales crónicos es un


verdadero reto, entre las opciones usadas se encuentran el lavado endoscópico
de la cavidad, como también la utilización de la irrigación continua de la cavidad
del hematoma por medio de un "shunt" subdural colocado hasta por un mes con
excelentes resultados.

En términos generales las técnicas quirúrgicas para el tratamiento del hematoma


subdural crónico son:

 Orificio de trépano con irrigación y sistema de drenaje cerrado: consiste en


realizar 1 o 2 orificios de trépano en la región correspondiente al mayor
grosor del hematoma. Posteriormente se irriga la cavidad subdural con
solución fisiológica hasta evacuar los restos hemáticos, luego a través del
orificio de trépano se deja un drenaje subdural.
 Craneostomía por twist-drill: Con anestesia local. Se labra un orificio con
una broca de 3 mm en la región de mayor grosor del hematoma, por el que
se introduce una sonda de pequeño calibre que se conecta a un sistema de
drenaje cerrado durante unas 36 horas.
 Craneotomía + membranectomía: se recomienda solo en los siguientes
casos, reacumulación del hematoma subdural, hematomas sólidos o
agudos. Se reseca la membrana externa y se evacuan todos los
componentes del HSC, la membrana interna es respetada.
 Tratamiento neuroendoscópico: utiliza un endoscopio flexible en el espacio
subdural bajo continua irrigación con suero, se inspecciona la cavidad del
hematoma y con microtijeras se fenestran y resecan las membranas, y el
contenido es evacuado, por último se deja un sistema de drenaje cerrado.
 Trefina y marsupialización subtemporal: realiza una trefina subtemporal de
3-4 cm., remoción de la membrana externa y del contenido del hematoma y
finalmente marsupialización de la cavidad con músculo temporal, lo cual
provee una continua absorción del fluido residual.

Por otro lado se han determinado factores implicados en el desarrollo del


hematoma subdural crónico tales como: tamaño del hematoma, desviación de la
línea media, experiencia del cirujano, estado clínico prequirurgicos, grosor del
coágulos (mayor de 20 mm), hematoma unilateral o bilateral, tipo de drenaje y
tratamiento, entre otros. Por otro lado algunos autores han señalado que factores
como la presencia de cefalea entre los síntomas iniciales, la mayor pulsatibilidad
del parénquima cerebral durante el procedimiento quirúrgico y el aspecto isodenso
del hematoma en la TAC pueden mejorar el pronóstico.

Con respecto al tratamiento médico del hematoma subdural crónico, se ha


reportado la utilización de corticoides, Decaux y cols han informado sobre la
exitosa recuperación de dos pacientes tratados con esteroides, y Rudiger y
cols han reportado que obtuvieron mejoría neurológica utilizando dexametasona
en un único paciente que presentaba un hematoma subdural crónico bilateral.
Actualmente no existe evidencia que indique beneficio de utilizar corticoides en
esta patología.

La evacuación quirúrgica es la terapia indicada aunque, como se señaló, algunas


lesiones pequeñas pueden desaparecer en forma espontánea. De hecho, una
investigación reciente reveló que en el 23% de los enfermos no fue necesario
recurrir a la cirugía. Sin embargo, en estos casos, la observación debe ser
continua y se debe repetir la tomografía ante la comprobación de deterioro
neurológico. Aunque algunos estudios sugirieron que los corticoides en altas dosis
eran de ayuda ya que aceleraban la resolución de la colección hemática, no hay
evidencia firme que avale esta teoría.

El procedimiento neuroquirúrgico más común es el drenaje por craneotomía o


craneostomía. La trepanación con taladro se ha asociado con menor índice de
mortalidad y de reintervención en comparación con la craneostomía.

Recientemente, Reinges y colaboradores describieron un procedimiento menos


invasivo: la craneostomía con taladro bajo anestesia local y el drenaje por
gravedad a través de una cánula. Según los autores, la técnica puede repetirse
cuando el hematoma reaparece. En caso necesario puede ser seguida de
evacuación completa o craneotomía.
COMPLICACIONES

Además de la posibilidad de infección y de secreción inadecuada de hormona


antidiurética, la recurrencia, convulsiones y la neumocefalia a tensión son otras
posibles complicaciones.
Hasta en un 80% de los enfermos puede detectarse tomográficamente fluído
residual pero, la mayoría de las veces es asintomática y carece de significado
clínico. Se ha reportado recidiva sintomática en el 8% al 37% de los enfermos,
habitualmente entre el cuarto día y el mes posterior a la intervención.
Aproximadamente un 11% de los enfermos experimenta convulsiones después
de la cirugía y, los pacientes con epilepsia previa, están expuestos a mayor
riesgo. Por tal motivo, algunos grupos sostienen que, en estos casos, está
indicada la profilaxis con anticonvulsivantes que deben mantenerse durante 6
meses. La neumocefalia a tensión es una complicación infrecuente.

COMORBILIDADES

Hematoma epidural: es una acumulación o colección de sangre que ocurre entre


la duramadre que es la capa que rodea al sistema nervioso central y el cráneo.
Las causas más comunes de un hematoma epidural, son fracturas relacionadas
con caídas de motos, caballos, árboles, patinetas, accidentes de automóviles, etc.
Los hematomas epidurales evolucionan con mayor rapidez, Presentando un
cuadro de somnolencia que evoluciona hacia el coma

Hemorragia subaracnoidea: Es el volcado de sangre o un sangrado en el área


comprendida entre el cerebro y los delgados tejidos que lo cubren, llamada
espacio subaracnoideo, donde normalmente circula líquido cefalorraquídeo

Ictus Isquémico: Ictus Isquémico ocurre como consecuencia de la oclusión


Aguda de vasos cerebrales, principalmente por Presencia de trombos o
embolismo.
Tumor (Benigno y maligno): Es un aumento patológico del volumen de
los tejidos, debido a una multiplicación de células la cual no es controlada y es
muy progresiva. Estos tumores crecen de la glía o de las células de apoyo

Demencia: conjunto de signo y síntomas caracterizados por un deterioro global


de las funciones cognoscitivas (memoria, capacidad de ejecución, razonamiento)

La enfermedad de alzhéimer: Se trata de una enfermedad de evolución lenta


acompañada de una perdida de neuronas corticales , que se caracteriza por una
demencia progresiva, con pérdida de la memoria, disminución de la capacidad de
realizar tareas rutinarias, desorientación en el espacio y el tiempo, cambios de la
personalidad, y trastornos del lenguaje.

Hemorragias intraparenquimatosa: Es un sangrado que se produce dentro de


la sustancia cerebral, su causa más frecuente es la hipertensión arterial, iniciando
con un cuadro agudo de debilidad, pérdida de la sensibilidad.

PRONÓSTICO

La morbilidad y mortalidad del HSDC varían ampliamente en la literatura. Se


estimó una mortalidad intrahospitalaria del 15%. Sin embargo, la evolución
posquirúrgica suele ser buena.

El estado mental en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico


importante. En cambio, el impacto adverso de la edad es controvertido. La
presencia de patologías médicas asociadas también representa un factor de
pronóstico desfavorable.
TEORISTA DE ENFERMERÍA

TEORISTA DEL CUIDADO

Para este estudio seleccionamos la siguiente teoría

CALLISTA ROY

Su teoría se basa en la adaptación en la cual ella establece 4 modos o métodos:

Las necesidades fisiológicas básicas, la autoimagen, el dominio de un rol o papel,


interdependencia; en las cuales nuestro paciente tiene alteraciones en:

• Necesidades fisiológicas básicas ya que él ha sufrido una alteración


funcional neurológica a causa del trauma cráneo encefálico generando
un hematoma subdural crónico haciendo que desencadene una serie de
síntomas.
• Interdependencia ya que él es una persona adulta acostumbrado
hacer sus actividades solo, pero a partir de la presencia de síntomas
pierde la manera de realizar sus labores de manera independiente.
 la autoimagen: se afecta en él ya que el verse que presenta una
hemiparesia va tener que depender de alguien más para suplir sus
necesidades.
ARTICULO RELACIONADO

NOMBRE CONCLUSION CUIDADOS DE ENFERMERIA BIBLIOGRAFIA


DEL
ARTICULO
Hematoma El HSC intracraneal .Sales Llopis SJ, Navarro M, Nieto NJ, Botella A. Hematoma subdural
subdural es la complicación Tratamiento: generalmente es quirúrgico o medico en el cual se realiza
una craneotomía. crónico. Artículo de Internet:
crónico tardía más frecuente
http://www.neurocirugia.com/diagnostico/hematomasubduralcronico
calcificado de los traumatismos Se debe vigilar
/hematomasubduralcronico.htm
craneoencefálicos.
 Mantener el paciente en cama y con la cabeza horizontal (solo
una almohada
 Hidratación moderada
 Control de temperatura
 presión arterial
 Sedación y relajación
 Valoración neurológica
 Reactividad pupilar

complicaciones

 Hiponatremia
 Falla cardiaca congestiva
 Acidosis hipercloremica
 Flebitis por no usar catéter central
 Trombo embolismo pulmonar
CASO CLÍNICO

Varón de 70 años que acude a urgencias por presentar torpeza con la mano
derecha de forma progresiva así como inestabilidad en la marcha.

La familia refiere traumatismo craneal leve hace un mes al resbalarse en la calle.


No presentó heridas ni pérdida de conciencia.

Está en tratamiento con antiagregante (aspirina) por antecedentes de patología


cardiaca. Consciente, desorientado. Tendencia al sueño.

Se aprecia hemiparesia derecha con imposibilidad para caminar.

Por el antecedente del traumatismo y la toma de aspirina se sospecha un posible


hematoma en el espacio subdural por lo que se realiza un TAC craneal.
Se realiza un TAC craneal, en el que se observa lesión isointensa con el
parénquima, muy extensa, en hemisferio izquierdo que desplaza la línea media,
en algunos cortes parece existir un componente hemorrágico agudo. Compatible
con hematoma subdural crónico-subagudo.

HALLAZGOS

• hemiparesia derecha
• inestabilidad en la marcha
• desorientado
• tendencia al sueño
• lesión isointensa con el parénquima, muy extensa, en hemisferio izquierdo
PLAN DE ATENCION DE ENFERMERIA

Dominio 4 actividad y reposo


Limitación del movimiento independiente, intencionado, del cuerpo o de una o de más extremidades

DIAGNOSTICO NOC NIC EVALUACIÓN

Deterioro de la  Involucrar a la familia  Apoyar la La movilidad física del paciente mejora


movilidad física, R/C o persona más movilización al proporcionándole un estilo de vida
Hemiparesia derecha cercana al paciente menos cada 2 horas, productivo.
E/P perdida e en el apoyo para su vigilando la correcta
incapacidad para rehabilitación física alineación anatómica
movilizar las y proteger
extremidades.  Intervención con protuberancias
fisioterapia. óseas.

 Valorar y proteger la
integridad de la piel
cada vez que se
movilice al paciente.
Dominio 6: autopercepción autoconcepto

Definición: según la NANDA confusión en la imagen mental del yo físico.

DIAGNOSTICO NOC NIC EVALUACION

Trastorno de la imagen Ayudar a que el paciente  Educar al paciente y al Paciente que logra una
corporal R/C baja no llegue a un estado de familiar acerca de su aceptación de su estado
autoestima E/P depresión lesión de salud.
enfermedad actual  Interdisciplinar con
Psicología
 Como continuar y retomar
su vida cotidiana
 Buscar grupos de apoyo
 Hacer sentir útil al
paciente
Dominio: 11: seguridad / protección

Definición: riesgo de aumento de la susceptibilidad a las caídas que pueden causar daño

DIAGNOSTICO NOC NIC EVALUACION


 educar a la familia o
Riesgo de caída R/C Reducir y evitar caídas en al cuidador acerca El paciente no presenta
incapacidad para realizar el paciente del manejo del ninguna caída logrando
sus actividades diarias paciente y las identificar los lugares de
(hemiparesia) normas de riesgo y evitarlos al
seguridad para máximo.
evitar caídas
 Evitar pisos
mojados o que sean
resbalosos.
 Enseñar al paciente
cuando debe pedir
ayuda para
movilizarse
 Evitar obstáculos
por donde se
moviliza el paciente
Dominio: seguridad y protección
Definición: Ausencia de peligro, lesión física o trastorno del sistema inmunitario, prevención de las perdidas y
preservación de la protección y seguridad

DIAGNOSTICO NOC NIC EVALUACIÓN

Riesgo de ulceras por Disminuir el riesgo  Cambios posturales cada Paciente no presentó
presión R/C estadía en ulceras por presión dos horas ulceras por presión
cama.
 Masajes

 Hidratación de la piel

 Vigilancia de la piel

 Colocación de colchones
antiescaras

 Educación a la familia
Dominio 4 Actividad/reposo.
Clase: 4 respuesta cardiovasculares/respiratorias.
Definición: mecanismos cardiovasculares que apoyan la actividad y reposo

DIAGNOSTICO NOC NIC EVALUACIÓN

Perfusión tisular ineficaz


R/C hematoma subdural -Valorar el estado - Se valora al paciente cada El paciente no presenta
crónico E/V pruebas neurológico 15 minutos para saber si ningún cambio
diagnósticas y -Valorar signos vitales hay algún cambio a nivel neurológico durante las
manifestaciones del -Mantener vías aéreas neurológico valoraciones
paciente despejadas y - Se valora signos vitales El paciente tiene un
permeables con ayuda avance favorable
- Se le brinda apoyo al
de oxígeno a necesidad
paciente con oxígeno a
del paciente
-Administrar necesidad
medicamentos según - Se le administran
prescripción medica analgésicos y antibióticos
al paciente según
prescripción medica
- Mantener vías aéreas
despejadas y permeables
CONCLUSIONES
El presente trabajo nos permitió aplicar los conocimientos previamente adquiridos
sobre el cuidado al adulto mayor con hematoma subdural crónico.

El HSC es una enfermedad prevalente, que en la mayoría de los casos puede ser
tratada en forma eficaz.

La intervención de la enfermera radica en proporcionar cuidados específicos de la


respuesta humana, ante la presencia de un problema o enfermedad. Por lo tanto,
en la profesionalización de enfermería es indispensable contar con bases
científicas y humanísticas. Pará proporcionar un cuidado específico y eficaz.

Las acciones más recomendadas para su manejo por parte del profesional de
enfermería, se basan en una alimentación adecuada, la práctica de ejercicios
físicos, la atención psicológica, además de cuidar la seguridad del enfermo en su
entorno y así mejorar su calidad de vida.

RECOMENDACIONES
 Incentivar a que se realicen investigaciones acerca de la enfermedad en
Colombia.

 Los profesionales de enfermería se apropien de la rehabilitación de estos


pacientes, conservando los campos de aplicación de nuestra disciplina.

 Establecer acciones encaminadas a la mejoría de la calidad de vida no solo


del paciente sino de todas las personas involucradas en la enfermedad.

 Crear grupos de apoyo para estas familias y sus pacientes donde ellos
puedan asistir para solucionar sus dudas o requieran de algún consejo en
cuanto al manejo del paciente en casa.

También podría gustarte