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Avances y desafíos a futuro del Plan El Salvador Seguro

El pasado 9 de noviembre del corriente año, FESPAD dirigió misiva al presidente de la República
Salvador Sánchez Cerén en nuestra calidad de organización integrante del Consejo Nacional de
Seguridad Ciudadana y Convivencia (CNSCC); la opinión estuvo orientada a brindar aportes en
relación a avances y desafíos a futuro, de los cinco ejes del Plan El Salvador Seguro –prevención
de violencia; control y persecución penal; rehabilitación y reinserción; atención y protección a
víctimas; y fortalecimiento institucional–.

FESPAD da a conocer a la comunidad nacional e internacional, los aspectos abordados en la


referida misiva:

En términos generales constatamos algunos avances significativos como son los espacios
de diálogo que se han establecido de manera formal, y algunos otros con fundamento en
Decretos Ejecutivos para la construcción de diálogos sociales como es el Consejo Nacional de
Seguridad y Convivencia y las Mesas de Abusos Policiales y Desplazamiento Forzado Interno.

Específicamente, haremos mención a dos de los ejes contemplados en el Plan El


Salvador Seguro en los que FESPAD interactúa, a saber:

Eje de prevención de violencia


Se debe destacar el lugar preeminente que ha sido otorgado en el Plan El Salvador
Seguro para el trabajo en prevención, debido a que supera una falencia en la inclusión sobre el
abordaje integral de la problemática que había sido ignorada en el diseño e implementación de
políticas públicas de seguridad ciudadana en el pasado. En lo dispositivo, la mejora en la
coordinación de los Consejos Municipales de Prevención de Violencia -CMPV- con el Gobierno
central y los liderazgos comunitarios, significa un avance que debe permitir superar la falta de
coordinación y articulación entre los distintos niveles donde se realiza la intervención. Lo
mencionado está propuesto en la iniciativa de Ley de Prevención de Violencia trabajada por
FESPAD y presentada el 14 de marzo del presente año al presidente de la Comisión de
Seguridad Pública y Combate a la Narcoactividad de la Asamblea Legislativa, señor José Antonio
Almendariz, que a la fecha no conocemos de avances en su estudio.

Un elemento clave que ha quedado pendiente de mejor desarrollo, es la apuesta por el


empleo juvenil, que se estimaba en 250,000 personas con un porcentaje importante de mujeres.
Dentro de la prevención, es relevante abordar los factores de riesgo asociados al delito, como
por ejemplo, la disponibilidad de armas de fuego que ha quedado fuera del abordaje realizado.
La inversión en prevención situacional es necesaria, pero debe ir acompañada por trabajo
organizativo que permita el fortalecimiento del tejido social para darle sostenibilidad a la
intervención. En suma, la prevención debe ser la apuesta del presente, mejorando los
mecanismos de articulación y fortaleciendo la inversión que permita transformar las distintas
violencias que existen en los territorios.

Eje de atención y protección a víctimas


A pesar que se han tenido grandes avances en este eje, como por ejemplo la creación del
protocolo de atención, y la apertura de las oficinas de atención a víctimas en diferentes
municipios del país, es importante establecer que aún se carece de un sistema nacional que
garantice los derechos de las víctimas, que debe ser apuntalado por una política nacional que
oriente un trato diferenciado hacia las personas que sufren las distintas violencias en el país.
Situación que debe complementarse con un presupuesto suficiente que permita una respuesta
pronta y adecuada.

Como FESPAD, consideramos, que estos esfuerzos serán una realidad, sólo si se parte
de la construcción de una política pública sobre víctimas, creada bajo los estándares de
derechos humanos propuestos a nivel internacional; así mismo, esta política pública, debe
orientarse fundamentalmente a la creación de un verdadero sistema integrado de protección y
atención a personas afectadas por la violencia social.

El trabajo de construir una sociedad salvadoreña que priorice la NO-VIOLENCIA como


valor fundamental, como herramienta medular para la consecución de sus fines, no debe ser
sencillo, máxime cuando partimos de una sociedad que aún valora positivamente diferentes
muestras de la violencia o ve como héroes o líderes a aquellos que han hecho uso de la misma,
frente a otros más débiles.

El reto más difícil es cambiar ese imaginario social en las mentes de todos, lograr
deslegitimar la violencia de tal forma que la sola presencia de una manifestación de la misma
sea, no sólo no ensalzada, sino firmemente desaprobada, sea aquella una manifestación de
violencia directa, estructural o cultural. Para ello es absolutamente necesario un compromiso
político y social con la no-violencia que permita la permeabilización de ésta en todos los
estratos/niveles de poder, de toma de decisión, en todos los estamentos políticos, técnicos,
sociales, culturales y económicos. Se trata de un cambio de paradigma, un cambio de modelo,
quizá de sistema socio- político-económico.

La priorización de construir una sociedad que sea respetuosa y garante de derechos


humanos como fundamento de la paz y a la urgente y apremiante aprobación de la Ley de
reconciliación y reparación integral de las víctimas.

Además, expusimos los diversos retos y respuestas a la violencia que como FESPAD
consideramos oportuno retomar y que han sido considerados en su Plan Quinquenal de
Desarrollo y en las estrategias de los cinco ejes del Plan El Salvador Seguro:

Es urgente la construcción de cinco políticas con sus planes y presupuesto a nivel


nacional en los siguientes aspectos:

1. Política nacional de atención a víctimas y familiares de la violencia social.


2. Aprobación de la Ley de prevención social de las violencias, reinserción y rehabilitación
social.

3. Reforma fiscal que permita financiar los esfuerzos del Estado en materia de seguridad.

4. Fortalecimiento a controles internos a la Policía Nacional Civil y erradicación de abusos


a los derechos humanos por los cuerpos de seguridad.

5. Transformación del sistema penitenciario con la participación y contraloría social.

Como FESPAD vemos relevante el traslado de propuestas concretas que puedan ser
retomadas por el Gobierno para el análisis y debate que coadyuven a la búsqueda de soluciones
más integrales e inclusivas; por ello damos a conocer las propuestas de Ley de Prevención de
Violencia; y de atención a víctimas.

Además reconocemos la apertura del Gobierno, que propicia a las organizaciones de


sociedad civil, participar en el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia, como
un espacio orientado al diálogo con los distintos actores. Siempre que hay diálogo, los avances
son más significativos, duraderos y se garantizan de mejor forma los derechos humanos.
Constatamos que cuando prevalece el diálogo hay más paz.

San Salvador, 14 de noviembre de 2017

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