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Elizabeth Davis

US Latino/a Writers

Examen final

11 de julio, 2014

Uso del espanglish en la novela Caramelo de Sandra Cisneros

Caramelo es una novela escrita por Sandra Cisneros, narrada casi exclusivamente desde

el punto de vista de Celaya Reyes, mejor conocida como Lala. Lala es de la generación más

joven de una familia mexicana/chicana. Sus abuelos viven en México y su padre nació allí. Su

madre es chicana y sus siete hijos nacieron en los Estados Unidos. Lala narra la historia de

varias generaciones de su familia desde su memoria, añadiendo detalles a su manera para contar

un cuento.

Lala vive entre dos mundos – el mundo latino y el mundo americano. De niña, su mundo

americano es Chicago y de adolescente, es San Antonio. No obstante, su vida en los EEUU tiene

muchos rasgos latinos a causa de su herencia. No hay una distinción rígida entre lo americano y

lo latino en su vida. Durante los veranos, el mundo que la rodea es de México, cuando se va con

su familia a la casa de sus abuelos en la Ciudad de México. Cabe decir, entonces, que en

realidad vive entre tres mundos – el mundo mexicano, el mundo chicano y el mundo americano.

Estos mundos distintos que forman su cultura y su identidad están muy conectados a su lengua.

Habla inglés, habla español y muchas veces mezcla los dos idiomas al espanglish. Según Silvia

Betti, “El espanglish nace como estrategia comunicacional propia de una parte de la minoría

hispánica que expresa también a través de esta conducta verbal su identidad in-between” (36).

Esta cita explica cómo una lengua puede expresar la identidad de una persona. Si la persona usa
dos lenguas a la vez, o combina las dos lenguas en una nueva, su identidad se encuentra entre

múltiples mundos, como la de Lala.

La Real Academia Española define el espanglish como la “modalidad del habla de

algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos

léxicos y gramaticales del español y del inglés.” El espanglish es una lengua híbrida, formada

por una combinación del inglés y del español, con el español como la lengua dominante. A

veces, las palabras son adoptadas y cambiadas de una lengua a la otra. Otras veces, el hablante

cambia de una lengua a la otra sin cambiar las palabras mismas.

El origen del espanglish viene del año 1848, con la firma del Tratado de Guadalupe

Hidalgo, en el que los Estados Unidos adquirió los estados de Tejas, Nuevo México, Arizona,

Colorado, Utah y California. Los hispanohablantes que vivían en esos territorios de repente se

convirtieron en extranjeros en su propia tierra (Betti 34). Según la historia, se les prohibió hablar

el español y se les impuso el inglés como lengua oficial. Para mantener su identidad y al mismo

tiempo conformar con el nuevo sistema, comenzaron a usar palabras del inglés, pero con la

pronunciación española (Betti 35). Y así brotó el comienzo del espanglish y se iba reinventando

a través de las generaciones.

Según Peter Sayer, hoy en día hay por lo menos tres variedades dominantes del

espanglish en los EEUU, correspondiendo a las tres poblaciones principales de latinos. Existe el

espanglish de los chicanos, de los puertorriqueños y de los cubanos. Cabe notar que aún entre

los grupos mismos pueden existir muchas variedades del espanglish. Sayer explica el fenómeno

del espanglish diciendo que cuando la gente que habla lenguas diferentes convive por mucho

tiempo, es natural que las lenguas mezclen, sobre todo a través de generaciones (95). El

espanglish “se puede considerar el fruto del encuentro (o del choque) entre dos mundos, dos
sensibilidades, dos culturas y dos idiomas: el hispánico y el anglosajón. Como tal, este

fenómeno se refiere sobre todo a la experiencia lingüística y cultural de latinos emigrados a los

Estados Unidos” (Betti 41).

En cuanto al estudio científico del espanglish hay mucho debate en el campo de la

lingüística sobre las características técnicas y los términos que definen el espanglish. Mis

investigaciones sobre el espanglish me han revelado que detrás del espanglish existen varios

fenómenos que explican este uso de dos idiomas a la vez. Según Betti, hay cambios

interoracionales, también conocidos como cambios de código, que normalmente ocurren con

hablantes bilingües entre una oración y otra/s, pero también existe el fenómeno de mezcla de

códigos que ocurren a un nivel intraoracionales. Estos cambios suelen ocurrir debido a las

dificultades para acceder una expresión en una lengua que el hablante no domina bien.

Sin embargo, es necesario notar que el significado que se da a las expresiones como

cambio de códigos, alternancia de códigos, mezcla de códigos, conmutación de códigos y al

término espanglish, varía según los investigadores. Como este trabajo no es una investigación

lingüística técnica, no voy a intentar de diferenciar entre los términos. Mi intención es

desarrollar el fenómeno del espanglish, su definición ya establecida, en la novela Caramelo.

Se ve principalmente el uso correcto del inglés entre la generación más joven de la

familia, que incluye Lala, sus hermanos y sus primos. También la mamá de Lala habla inglés

bien porque ella es chicana, nacida en los EEUU. Para ella y los más jóvenes, es muy fácil

intercambiar el inglés por el español porque se criaron con las dos lenguas. En el capítulo uno,

las hijas del tío Baby dicen: “¡Daddy, please!” cuando él maneja demasiado rápido (Cisneros 5).

Vemos otro cambio de código en el capítulo 3 cuando Amor dice, “Shut up stupid,” y Paz le

contesta en español: “Te voy a acusar. Ma, Amor me dijo ‘Cállate, estúpida.’” (12) Hay una
mezcla de códigos entre el espanglish y el inglés en esta misma oración de Lala: “¡Plis, plis,

pleeeeease!” (41) Todas las canciones que lo niños cantan en el viaje a México están en inglés,

de los programas y las comerciales en la tele. La televisión les es una ventana al mundo inglés.

A la abuela enojona, le fastidia que sus nietos hablen el inglés. “La propia abuela

enojona se ha dado cuenta de cómo estos niños criados del otro lado ni siquiera saben cómo

contestar ‘¿Mande usted?’ a sus mayores. ‘¿What?’ decimos en ese idioma horrible que la abuela

enojona oye como ‘¿Guat?’” Piensa que sus nietos son “una generación de changos” (29).

Aunque los jóvenes tienen facilidad para cambiar entre el inglés y el español, a veces

pierden los dos idiomas y no pueden expresarse bien. Por ejemplo, cuando Lala quiere decirles a

los adultos que el techo del comedor de la casa de la abuela se ha caído, dice “No tengo las

palabras para lo que quiero decir. Ni en inglés, ni en español.” Quiere decir “ceiling,” pero no

puede ni en inglés ni en español. Esta falta de vocabulario resulta en una conversación confusa y

cómica, con todos mezclando las dos lenguas (62).

Los mayores muchas veces intentan usar el inglés pero les sale mal. Cuando los

hermanos renuncian a sus trabajos les dicen al jefe, “Hell yu… Get outa…Ful of chit” y “Go

hell… Guat’s a matter… ¡Seim to yu moder!” Repiten frases que han oído sin entender

realmente las palabras ni cómo pronunciarlas bien (8-9). En una instancia, Lala describe el

inglés de su papá como “gótico” cuando él dice, “Oh, my Got” (16). Sin embargo, el tío Chato

usa la palabra brother bien cuando llama a su hermano: “Quihubo, brother, vámonos” (7). Los

adultos dominan mejor el uso de palabras individuales en inglés. También utilizan mucho la

palabra “¡Okey!”

Vemos un ejemplo de los mundos distintos en los que vive la familia en el capítulo dos.

El contexto es la casa de la tía Licha y el tío Chato: “En español del radio de la cocina, en inglés
de las caricaturas de la tele, y en una mezcla de ambos de sus niños que piden un nicle para

limonada italiana.” (6). Aquí, no hay cambio de código sino una palabra verdadera del

espanglish, porque no es una palabra ni en inglés ni en español. Toman la palabra “nickel” del

inglés y la pronuncian en español. Un ejemplo de un cambio cultural debido relacionado con la

lengua es en el cumpleaños del papá de Lala, cuando se levantan con “Las mañanitas” y no con

el “Happy Birthday to You” porque la abuela enojona pone el disco de Pedro Infante cantando

“Las mañanitas” (48).

A veces se traduce mal una frase del español al inglés, o al revés. Cuando desean un feliz

cumpleaños al papá de Lala, algunos dicen “¡Felicidades!” mientras otros dicen “¡Happiness!”

(49). En otro ejemplo, el abuelo le llama a Lala su cielo, pero cuando lo traduce dice, “You are

my sky.” En inglés, suena mejor decir “You are my heaven,” pero como la palabra “cielo” en

español puede significar las dos cosas en inglés, el abuelo se confunde. Una persona con buen

manejo de los dos idiomas sabe que a los dichos y refranes no se les puede traducir literalmente.

El uso del espanglish, en esta novela y en la vida real de los latinos, está muy ligado a la

identidad. Una función que tiene el espanglish en fomentar la identidad es que permite que el

latino mantenga tradiciones culturales y lingüísticas mientras muestra que el hablante tiene

conocimientos del inglés (Price 30). La mezcla de lenguas representa lo que es ser latino en los

EEUU. Entre los anglosajones, se ve la inhabilidad de hablar el inglés por parte de los latinos

como una falta de inteligencia y los latinos no quieren que se los vean como menos inteligentes

simplemente por una barrera idiomática. Los latinos ven el inglés como una necesidad para

acceso a la educación, el empleo y el éxito en los EEUU (Price 30). Entonces, los latinos se

esfuerzan a hablar inglés aunque quizás no lo sepan bien.


El papá de Lala es un ejemplo de ese esfuerzo. Él compra el sistema de Inglés Sin Stress

para estudiar en casa porque quiere tener la capacidad de hablar inglés en el trabajo y avanzar en

la sociedad. Hace el esfuerzo de aprender, pero no le sale bien. Su inglés es un inglés fonético;

habla como oye las palabras pero en realidad no entiende lo que dice: “¿Jáu du iú du?” o “Beri

güel, zenc iú.” Como dice su hija, “se esforzaba en su pronunciación y hacía lo posible por

enunciar correctamente.” Sin embargo, “su inglés sonaba raro a los oídos americanos” y cuando

“no podía hacerse entender, recurría a: ‘¿Espic espanish?’ (Cisneros 216).

En este capítulo, Lala compara el inglés al español con el viejo proverbio: “El español era

el idioma para hablar con Dios y el inglés el idioma para hablar con los perros.” Describe el

inglés como “maleducado y al grano” y “un lenguaje bárbaro.” Me parece que, aunque ella

habla bien el inglés, tiene más afecto al español. ¿Sería un indicio de que se ve más latina que

americana? Creo que la lengua es un factor crucial en el desarrollo de la identidad de los

personajes de Caramelo. Lingüista Nieves Jiménez Carra, en su estudio de las dos versiones de

la novela, la inglesa y la española, explica que el espanglish “supone un rasgo de identificación

social y cultural extremadamente importante para los chicanos” (56).

Los múltiples usos del inglés, del español y del espanglish en esta novela representan las

distintas generaciones de la familia. Cada persona tiene su propia forma de hablar, su propia

mezcla de idiomas y su propia identidad.

La traductora Liliana Valenzuela es muy perspicaz en sus comentarios sobre el trabajo

que se enfrentaba al traducir las palabras de Sandra Cisneros: “Recrear este lenguaje de la

frontera, de la manipulación de códigos lingüísticos que se suceden a menudo a una velocidad

vertiginosa en personas que habitan dos mundos a la vez, ha sido mi meta.” Ella entiende la

importancia de mantener la voz del espanglish para la identidad de los personajes, porque “viven
y transitan por dos mundos, dos culturas y dos lenguajes.” Valenzuela, como latina bilingüe,

reconoce que el espanglish es “un lenguaje formado de palabras en inglés y español, el cual

refleja una realidad auténtica y con una personalidad inconfundible.” Finalmente, la traductora

resume bien el trabajo que hizo Cisneros en enfatizar no sólo “las diferencias entre el español y

el inglés, sino también los prejuicios y diferencias entre los que hablan el español de México y

los que hablan el español mezclado con el inglés de la frontera o del interior de los Estados

Unidos.” (Cisneros 466-67).

Como la novela originalmente fue escrita en inglés, yo creo que esta investigación sería

bastante diferente si se hiciera desde la perspectiva de una narradora que hablara inglés. A través

de su narración en inglés, quizás veríamos a una niña que se asociara más con su identidad

americana. Me interesa leer la novela en su versión original para investigar cómo se ve el uso de

las dos lenguas con la narración principalmente en inglés.


Bibliografía

Betti, Silvia. “El spanglish en los Estados Unidos: ¿Estrategia expresiva legítima?” Lenguas

Modernas 37 (2011): 33-53. Web. 4 julio 2014.

Cisneros, Sandra. Caramelo. Nueva York: Vintage Español, 2002. Print.

Jiménez Carra, Nieves. “Estrategias de cambio de código y su traducción en la novela de Sandra

Cisneros Caramelo or Puro Cuento.” TRANS Revista de Traductología 8 (2004): 37-60.

Web. 4 julio 2014.

Price, Tom. “What is Spanglish? The phenomenon of code-switching and its impact amongst US

Latinos.” Début: The Undergraduate Journal of Languages, Linguistics and Area Studies

1.1 (2010): 25-33. Web. 5 July 2014.

Sayer, Peter. “Demystifying Language Mixing: Spanglish In School.” Journal Of Latinos And

Education 7.2 (2008): 94-112. MLA International Bibliography. Web. 4 July 2014.

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