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Tratamiento de la denuncia por falta:

dificultades y propuestas de solución

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Mario Lohonel Abanto Quevedo

Universidad Privada del Norte (Perú)
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 Actualidad

Penal Derecho procesal penal

DOCTRINA PRÁCTICA
Doctrina práctica

Tratamiento de la denuncia por falta:

Dificultades y propuestas de solución
Mario Lohonel Abanto Quevedo
Juez del Cuarto Juzgado de Paz Letrado Penal de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca

1. Introducción
SUMARIO

2. Breve revisión sobre la regulación procesal de la denuncia por falta

3. La denuncia del agraviado y la del querellante particular
4. La «denuncia tácita» por lesiones dolosas agravadas
5. La denuncia por falta hecha por un fiscal sin titularidad de la acción penal privada
6. Conclusiones
7. Lista de referencias

1. Introducción las causas que compromete la eficacia de

En anterior oportunidad expusimos la escasa
1 principios como la oralidad, la inmediación,
regulación del proceso penal por falta en el
Código Procesal Penal de 2004 (CPP 2004).
Esta orfandad, en palabras de Castro2, se expli-
ca por la tendencia minimizante de las faltas
en comparación con los delitos, que se ma-
nifiesta en el plano normativo y jurisdiccional
a través de un generalizado descuido. En una
publicación más reciente, pero referida a la
Ley N.o 27939, Torre3 expone las dificultades
del procedimiento penal de faltas establecido
en esa ley y lo contrasta con el que consignó
el Código de Procedimientos Penales. Advierte
que la celeridad que persigue el legislador
para el proceso penal por faltas, es una de
1 ABANTO QUEVEDO, Mario Lohonel, “Formas de cul-
minación del proceso penal por falta. Una propuesta
de integración normativa”, en Gaceta Penal & Procesal
Penal, Gaceta Jurídica, Lima, octubre de 2012, Tomo
40, p. 304.
2 CASTRO TRIGOSO, Hamilton, Las faltas en el ordena-
miento penal peruano. Un estudio sustantivo y procesal,
Grijley, Lima, 2008, pp. 21 a 26.
3 TORRE MUÑOZ, Sonia Bienvenida, El proceso penal
de faltas, Grijley, Lima, 2013, pp. 273 y ss.
concentración y publicidad4 en ese proceso
penal. En igual línea se pronuncia Machuca5 al
comentar la regulación de las faltas anterior a
la vigente en la mayoría de distritos judiciales.
Este poco interés se revela no solo en las dis-
posiciones legales que conforman la expresa
regulación del proceso penal por falta sino
también en la existencia de otras disposicio-
nes vigentes que se refieren a segmentos de
este proceso penal especial de forma distinta
a como lo hace la legislación especialmente
diseñada para regularlo.
En esta ocasión expondremos dos situaciones
que se producen cuando los funcionarios y
servidores competentes conocen denuncias
por faltas, antes de que el juez de paz le-
trado lo haya hecho. Estas situaciones están
marcadas por la confluencia de dos o más
4 CASTRO TRIGOSO, Las faltas en el ordenamiento penal
peruano. Un estudio sustantivo y procesal, cit. p. 275.
5 MACHUCA FUENTES, Carlos, Faltas contra la integridad
física y el patrimonio. Manual teórico práctico. Ediciones
Legales, Lima, 2014, p. 43.

222 Instituto Pacífico Volumen 7 | Enero 2015


disposiciones legales que parecieran regular
cómo proceder ante una denuncia por falta,
pero el resultado o decisión de la autoridad no
resulta siendo la más adecuada para dotar de
celeridad a la atención del caso o para prepa-
rar el camino a su atención eficaz. Pero no solo
expondremos los problemas y sus causas, sino
que a partir de una actividad hermenéutica,
propondremos sendas respuestas o soluciones
adecuadas a los fines del proceso, que tengan
en cuenta la igualdad procesal y el ejercicio
del derecho a la defensa.
2. Breve revisión sobre la regulación
procesal de la denuncia por falta
Ordinariamente, los jueces de paz letrados co-
nocen el proceso penal por faltas y de acuerdo
al artículo 482.2 del CPP 2004 extraordinaria-
mente lo hacen también los jueces de paz, allí
donde los primeros no tengan jurisdicción6.
Sin embargo, la Ley procesal y la ley N.o
29824 se refieren a «los procesos por faltas»,
no a la denuncia por faltas. Esta diferencia es
importante si se considera que en puridad el
6 Es importante tener en cuenta que, de acuerdo al
artículo 482.2 del Código Procesal Penal, las cortes
superiores en las que rige el CPP 2004 «fijarán anual-
mente los juzgados de paz que pueden conocer de
los procesos por faltas». Esto debiera hacerse a través
de una resolución administrativa emitida a principios
del año judicial, en la que se consigne la relación de
juzgados de paz que en el Distrito Judicial respectivo
son autorizados excepcionalmente para conocer
procesos penales por faltas. Cuando esto no se hace,
además de un incumplimiento flagrante y grave a la
ley procesal, se generan prácticas incorrectas, como
aquella en la que los jueces y juezas de paz de las
localidades cercanas a donde existe un Juez de paz
letrado, le remiten denuncias por faltas pues le
consideran su superior jerárquico. El conocimiento
de dichas denuncias le corresponde a tales magistra-
dos, por mandato del citado artículo del CPP 2004
y por la competencia territorial. Sin embargo, sin la
habilitación de competencia, el juez de paz envía
sus expedientes al juez de paz letrado por motivos
extralegales como la supuesta complejidad, la entidad
del daño, la superioridad jerárquica y otros, que de
estimarse, constituirían avocamiento ilegal. Hay cortes
superiores que sí han cumplido con esta disposición
procesal, por ejemplo, la Corte Superior de Justicia
de Arequipa, cuyas resoluciones administrativas
N.°s 005-2010-CEJD/CSA y 006-2010-CEJD/CSA se
ocupan del asunto.
Volumen 7 | Enero 2015
Doctrina práctica
RESUMEN
La insuficiente regulación específica del
proceso penal por falta y la existencia de
diversas disposiciones legales (no necesaria-
mente de índole penal) que indirectamente
también se ocupan de algunos aspectos de
su desarrollo, afectan la predictibilidad de los
procedimientos que lo integran y su coheren-
cia sistemática. Es propósito de este ensayo
exponer dos dificultades que se presentan al
procesar una denuncia por faltas y proponer
sus respectivas soluciones.
CONTEXTO NORMATIVO
• Constitución Política: Artículo 200.4.
• Código Penal: Artículos 9, 49, 440 y 441.
• Código Procesal Penal: Artículos 107, 108,
109, 110, 332, 482 y 483.
PALABRAS CLAVE
Faltas / denuncia / antinomia / violencia intra-
familiar / querellante particular / policía / fiscal
proceso no empieza con el acto de denunciar,
sino con el ejercicio de la jurisdicción a través
del emplazamiento a las personas para que
ejerzan su derecho de defensa y/o comparez-
can ante el juez7 en audiencia.
El régimen legal de la denuncia por faltas
también se halla en un terreno oscuro. El
artículo 483 del CPP 2004 se ocupa de ella y
si bien el intento regulatorio pareciera claro,
en la práctica no logra imponer una forma de
procedimiento clara sobre cómo realizar una
denuncia por falta, ante qué autoridad o los
plazos de investigación policial.
El primer inciso del artículo mencionado
establece que «La persona ofendida por
una falta puede denunciar su comisión ante
7 Sobre los efectos preprocesales de la demanda, a los
que se asimila la denuncia que nos ocupa, sugiero
revisar GOZAÍNI, Osvaldo Alfredo, Derecho Procesal
Civil, Ediar, Buenos Aires, 1992, T. I, V. 2, p. 480.
Actualidad Penal 223
 Actualidad
Penal Derecho procesal penal
la Policía8 o dirigirse directamente al juez
comunicando el hecho, constituyéndose
en querellante particular». Esta disposición,
en apariencia sencilla, plantea ya diversas
preguntas: ¿solo la persona ofendida por la
falta tiene legitimidad para denunciarla?, ¿re-
sulta indiferente acudir o a la policía o al juez
para comunicar la noticia criminal?, ¿cómo
debieran proceder estas autoridades para
atender la denuncia por falta?, al denunciar,
ya sea ante la policía o ante el juez, ¿la per-
sona agraviada se constituye en querellante
particular o solo es así cuando denuncia ante
el juez?, constituirse en querellante particular
¿significa que la persona agraviada asume los
deberes y obligaciones de ese actor procesal
(y correlativamente también las sanciones
ante su incumplimiento), perfilados desde la
naturaleza penal y procesal de las querellas?
Más adelante nos ocuparemos de responder
a cada una de estas interrogantes, justificando
la opción que se propone al lector.
El segundo inciso del artículo 483 del CPP
2004 pareciera ser lógicamente secuencial
sobre lo anterior, y así dotar de coherencia
al tratamiento de la denuncia por falta. Con-
signa que cuando se presenta la denuncia
ante el juez, si este «considera que el hecho
constituye falta y la acción penal no ha pres-
crito, siempre que estime indispensable una
indagación previa al enjuiciamiento, remitirá
la denuncia y sus recaudos a la Policía para
que realice las investigaciones correspondien-
tes». Se establece la obligación jurisdiccional
de calificar la denuncia, realizando el juicio
de subsunción típica del comportamiento
denunciado en el supuesto de hecho penal,
para cotejar preliminarmente si es que corres-
ponde a una falta previamente establecida en
el Código Penal. Luego, superado este primer
8 La potestad de investigar las denuncias por faltas
y elaborar el informe le corresponde a la Policía
Nacional, pues por mandato del artículo 166 de la
Constitución Política de 1993 y del artículo 7.2 de la
Ley Orgánica de la Policía Nacional, es función de la
Policía Nacional prevenir, combatir e investigar los
delitos y las faltas previstas en el Código Penal y en
las leyes especiales.
224 Instituto Pacífico
examen, el juez deberá atender a la fecha en
que se produjo el comportamiento o al mo-
mento en que sus efectos cesaron, según lo
dispuesto por los artículos 9 y 49 del Código
penal, para constatar que la acción penal
privada no está afectada por alguna causa
de prescripción9 que impida el inicio válido
del proceso penal. Lo siguiente es la decisión
del juez sobre si lo que ha sido denunciado
(puesto a su conocimiento) necesita «una
indagación previa al enjuiciamiento».
Al respecto se hace necesario tomar posición.
Cuando al juez se le comunica un hecho que
califica como falta, confecciona un acta de de-
nuncia que contiene la versión de solo una de
las personas comprometidas, que usualmente
no es acompañada de elementos de prueba
que la doten de un contexto de verosimilitud
(certificados médicos, pericias valorativas,
declaraciones de testigos, fotografías, vídeos
9 Desde el 20 de agosto de 2013, según la Ley N.o
30076 y el criterio de los jueces supremos en lo pe-
nal, que distinguieron que el plazo al que se refiere
el artículo 440 del Código Penal es el plazo ordinario
de prescripción, las reglas proporcionadas con el
Acuerdo Plenario N.o 1-2010/CJ-116 fueron adopta-
das legalmente, equiparándose la reincidencia con la
habitualidad y estableciendo un plazo diferente para
las faltas contra la persona (lesión dolosa, culposa,
maltrato y agresión sin daño) y el patrimonio (hurto
simple y daño, esencialmente), que son equiparadas
al delito. En resumen, son ahora seis las normas pe-
nales interpretativamente deducidas, que se ocupan
de la prescripción de la acción penal privada y de la
prescripción de la pena en faltas, así: 1) La acción
penal y la pena prescriben -ordinariamente- al año
cuando no hay reincidencia ni habitualidad; 2) La
acción penal y la pena prescriben -extraordinaria-
mente- al año y medio cuando no hay reincidencia ni
habitualidad; 3) La acción penal y la pena prescriben
-ordinariamente- a los dos años si hay reincidencia o
habitualidad; 4) La acción penal y la pena prescriben
-extraordinariamente- a los tres años si hay reinci-
dencia o habitualidad; 5) La acción penal y la pena
prescriben -ordinariamente- a los tres años, para faltas
contra la persona (lesión dolosa, culposa, maltrato y
agresión sin daño) y el patrimonio (hurto simple y
daño), cuando no hay reincidencia o habitualidad;
y 6) La acción penal y la pena prescriben -extraor-
dinariamente- a los cuatro años y medio, para faltas
contra la persona (lesión dolosa, culposa, maltrato y
agresión sin daño) y el patrimonio (hurto simple y
daño), cuando hay reincidencia o habitualidad.
Volumen 7 | Enero 2015

propios o de seguridad ciudadana, actas de
constataciones, dosajes etílicos, etc.). Ya que
la impronta de los derechos fundamentales
es transversal y entre ellos el debido proceso
es una garantía no solo procedimental sino
también sustancial de los derechos10, la deci-
sión del juez debe optimizar principios como
el de igualdad de las partes, derecho a la
defensa, aproximación a la verdad material,
imparcialidad11 y justicia. Si tales son los es-
tándares a tener en cuenta, la decisión sobre
la necesidad de la indagación previa siempre
tiene que ser positiva.
El artículo 440, inciso 6 del Código penal,
modificado por Ley N.o 29407 y luego por
Ley N.o 30076, señala que en hechos de
faltas, «La investigación está a cargo de la au-
toridad policial y el juzgamiento corresponde
a los jueces de paz letrados o a los jueces de
paz». Según el artículo 332 del CPP 2004, en
todos los casos en que intervenga la Policía,
10 Sentencia del Tribunal Constitucional (STC) en el Exp.
N.° 1209-AA/TC, FFJJ 28-31.
11 Responderemos aquí a la pregunta acerca de si re-
sulta indiferente acudir o a la policía o al juez para
comunicar la noticia criminal. Consideramos que la
posibilidad de que el juez (de paz o de paz letrado)
reciba la denuncia por falta implica una afectación
a la imparcialidad judicial, pues en el actual modelo
procesal penal de corte acusatorio o predominante-
mente acusatorio (Sánchez Velarde, Pablo Wilfredo.
El nuevo proceso penal. Lima: Editorial IDEMSA,
2009, pág. 27) se establece la separación de las
funciones de investigar y juzgar, pero también el
fortalecimiento de las garantías procesales a favor del
agraviado y el imputado, en paridad de condiciones
y posibilidades de intervención. ¿Cómo brindarle al
imputado la posibilidad que ya tuvo el agraviado, de
presentarle primero su versión al juez, de forma vívida
e impresionarlo subjetivamente en igual proporción?
Creo que si la denuncia va a llegar a la Policía para su
investigación, pero a la vez existe la disposición legal
para que alternativamente el juez también la reciba
y en el corto plazo no es posible eliminar esta dispo-
sición procesal. El mecanismo para compatibilizarla
con los principios del proceso penal sería disponer que
la denuncia sea recibida en el Juzgado por el auxiliar
jurisdiccional, evitando el contacto con el juez, que
solo firmará la documentación necesaria para que el
hecho sea investigado por la Policía Nacional. Esta
propuesta responde también a la pregunta planteada
líneas arriba por cómo debiera proceder el juez al
atender la denuncia por falta.
Volumen 7 | Enero 2015
Doctrina práctica
elaborará un informe policial que contendrá
los antecedentes que motivaron su interven-
ción, la relación de las diligencias efectuadas
y el análisis de los hechos investigados, abs-
teniéndose de calificarlos jurídicamente y de
imputar responsabilidades. Al informe policial
se adjuntarán las actas levantadas, las mani-
festaciones recibidas, las pericias realizadas
y todo aquello que considere indispensable
para el debido esclarecimiento de la imputa-
ción, así como la comprobación del domicilio
y los datos personales de los imputados.
¿SABÍA USTED QUE?
Cuando al juez se le comunica un
hecho que califica como falta, con-
fecciona un acta de denuncia que
contiene la versión de solo una de
las personas comprometidas, que
usualmente no es acompañada de
elementos de prueba que la doten
de un contexto de verosimilitud
(certificados médicos, pericias va-
lorativas, declaraciones de testi-
gos, fotografías, vídeos propios o
de seguridad ciudadana, actas de
constataciones, dosajes etílicos,
etc.).
Por eso, recibida la denuncia, considero que
el juez deberá enviar inmediatamente el acta
con la que se dejó constancia de su interpo-
sición y su documentación adjunta –si se ha
presentado–, a la sección de investigación de
delitos y faltas de la Policía Nacional para
que realice la necesaria investigación sobre la
veracidad de la imputación verbal expresada.
3. La denuncia del agraviado y la del
querellante particular
Al llegar a este punto, continuaremos res-
pondiendo a las preguntas planteadas en el
tercer párrafo del punto dos, que se derivan
de la interpretación del artículo 483 del CPP
2004. Específicamente sobre si al denunciar,
ya sea ante la policía o ante el juez, la persona
Actualidad Penal 225
 Actualidad
Penal Derecho procesal penal
agraviada se constituye en querellante parti-
cular o solo sucede esto cuando esa persona
denuncia ante el juez. En ya dos resoluciones
de vista12 emitidas en febrero y setiembre de
2014 por el juez del Primer Juzgado Penal
Unipersonal de la Corte Superior de Justicia
de Cajamarca, este interpreta que el inciso
uno del artículo 483 del CPP 2004 establece
la posibilidad de pedir el pronunciamiento del
juez respecto a una falta mediante dos formas:
1) ya sea denunciando ante la Policía o 2) en
forma directa ante el juez, constituyéndose
en querellante particular y cumpliendo con
las exigencias que el artículo 108 del mismo
código procesal establece. Se advierte que
esta interpretación, amparada en la estructura
sintáctica de la redacción del inciso comen-
tado, propone apreciar que el agraviado
denunciante solo será considerado querellante
particular cuando presenta su denuncia ante
el juez de paz (letrado).
Cuando así lo hace, siguiendo la interpre-
tación del juez unipersonal, el juez de paz
(letrado) procederá como comentamos en
la parte final del apartado anterior y una vez
que recibe de vuelta el expediente, con el
informe policial, dictará la resolución con la
que cita a la audiencia única a las personas
comprometidas, siempre que: (i) los hechos
constituyan falta, (ii) la acción penal no haya
prescrito, (iii) existan fundamentos razonables
de su perpetración y (iv) de la vinculación del
imputado en su comisión.
Añade que el juez de paz (letrado) puede
admitir o rechazar la denuncia al verificar la
concurrencia o no de los cuatro elementos
mencionados y no de algún otro (como podría
ser la exigencia, fundada en el cumplimiento
del artículo 108.2.c del CPP 2004, de presen-
tar el escrito de denuncia -querella- precisando
la pretensión penal y civil que deduce, con la
justificación correspondiente, bajo sanción de
inadmisibilidad). Sostiene el juez penal uniper-
12 Re s o l u c i o n e s j u d i c i a l e s d e l o s ex p e d i e n-
t e s n . o s 0 0 2 6 1 - 2 0 1 3 - 0 - 0 6 0 1 -J P- P E - 0 4 y
00096-2014-0-0601-JP-PE-04 de la Corte Superior
de Justicia de Cajamarca.
226 Instituto Pacífico
sonal que esta afirmación tiene sustento en lo
señalado por el primer inciso del artículo 483
del CPP 2004 cuando señala que la persona
ofendida por la falta puede dirigirse directa-
mente al juez «comunicando» el hecho. De esto
entiende que la mera comunicación no supone
cumplir con una carga adicional a narrar el
hecho en su contexto o circunstancias para ser
recibida por el juez. Consecuentemente, el juez
no debe exigir al denunciante otro requisito
sino tan solo su concurrencia a la audiencia
única y su participación en el debate, pues el
segundo inciso del artículo comentado esta-
blece el procedimiento que debe observarse
para la realización de una diligencia previa al
enjuiciamiento en la que el juez puede pedir la
constatación del hecho y delimitar el principio
de imputación necesaria.
Concordamos con el razonamiento formulado
por el juez penal unipersonal, pues se inscri-
be en la regla de seguir las reglas ordinarias
del proceso común pero adecuándolas a la
brevedad y simpleza13 del proceso especial
por faltas, como señala expresamente el artí-
culo 484.4 del CPP 2004. Esto tiene asidero,
además, en la realización de los derechos
fundamentales al acceso a la justicia14 y a
la tutela jurisdiccional efectiva15, quitando
13 Características presentes desde el Código de Pro-
cedimientos Penales de 1939 respecto al entonces
llamado «juicio por faltas». Véase: GARCÍA RADA,
Domingo, Manual de derecho procesal penal, Editorial
EDDILI, Lima, 1998, p. 375.
14 Cronológicamente, el Tribunal Constitucional se ha
encargado de desarrollar el reconocimiento del de-
recho de acceso a la justicia en la sentencia del Exp.
n.o 010-2002-AI/TC FJ 89, su variante en el acceso
a la justicia internacional en el Exp. N.° 5854-2005-
AA/TC FJ 24 e incluso su relación con el derecho de
asociación en el Exp. N.° 5212-2009-PA/TC FJ 7.
15 Regulada en la legislación nacional en el artículo
139.3 de la Constitución Política de 1993 («Son
principios y derechos de la función jurisdiccional:
La observancia del debido proceso y la tutela juris-
diccional»), en el artículo I del Título Preliminar del
Código Procesal Civil («Toda persona tiene derecho
a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o
defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a
un debido proceso»), en el artículo 7 del TUO de la
Ley Orgánica del Poder Judicial («En el ejercicio y de-
fensa de sus derechos, toda persona goza de la plena
Volumen 7 | Enero 2015

trabas a la persona agraviada por la falta y
propiciando la solución a su conflicto penal
ante la jurisdicción.
IMPORTANTE
La naturaleza, derechos, faculta-
des y sanciones procesales que son
propias del querellante particular
se encuentran desarrollados en el
propio CPP 2004 pues a él se hace
imperativo recurrir en aplicación
de la interpretación sistemática de
las disposiciones legales de carác-
ter procesal.
Sin embargo, esta argumentación no escla-
rece por qué solo se consideraría querellante
particular al agraviado por una falta que
la denuncia ante el juez de paz (letrado) y
no a aquel que la denuncia ante la policía
nacional. La diferencia es importante pues
en la argumentación expuesta claramente
se señala que solo en el primer escenario
es posible la exigencia judicial de los de-
beres establecidos en el artículo 108 del
CPP 2004.
Por último, sobre la pregunta acerca de si
la persona agraviada que denuncia la falta
asume los deberes, obligaciones y sanciones
previstas para el querellante particular y per-
filado desde la naturaleza penal y procesal
de las querellas, el juez penal unipersonal
responde así:
Es cierto, que el artículo 483º.1), instituye la
figura del querellante particular, y el artículo
tutela jurisdiccional, con las garantías de un debido
proceso») y a través de las sentencias del Tribunal
Constitucional (STC Exp. N.°s 1209-2006-AA/TC FFJJ
28-31, 2039-2007-PA/TC FFJJ 3-7, 2386-2008-PA/TC
FJ 5, 8495-2006-PA/TC FFJJ 31-34, 01412-2007-PA/
TC FFJJ8-9, 1387-2009-PA/TC FJ 8, 3330-2004-AA/
TC FJ 24, 0090-2004-AA-/TC FJ 23, 0003-2004-AI/
TC FJ 20 entre otras). Además, en la legislación
internacional este derecho está regulado en el Pacto
Internacional, de Derechos Civiles y Políticos (artículo
14. 1) y en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (artículo 8.1).
Volumen 7 | Enero 2015
Doctrina práctica
108º del Código señala los requisitos que deben
observarse en la “querella”, empero en estricto
el proceso por faltas no ha sido regulada (sic)
como querella, como sí lo hace el artículo 459º,
respecto de los delitos de ejercicio privado de
la acción penal. De ahí que una interpretación
adecuada de las instituciones del Código nos
imponen (sic) observar en primer término el
sentido literal de la norma, que respecto del
procedimiento en el proceso por faltas, no admite
ambigüedad alguna.
La figura del querellante puede resultar confusa, en
el proceso por faltas, sin embargo debe entenderse
su marco de actuación dentro de las atribuciones
que le confiere el artículo 109º; admitir lo contrario
sería inaplicar en estricto los alcances del artículo
483º.3).
Una vez más, a nuestro juicio, si bien es
plausible la interpretación propuesta, pues
se asienta en los principios ya citados tres pá-
rrafos arriba, se reitera la inconsistencia, esta
vez más claramente, respecto al artículo 108
del CPP 2004. Ahora, la argumentación juris-
diccional trascrita propone que en el proceso
por faltas, la consideración del denunciante
como querellante particular se realiza solo
cuando aquel formula su denuncia ante el
juez y únicamente respecto a sus facultades,
descritas en el artículo 109 del CPP 2004.
No así respecto a sus derechos, requisitos ni
al desistimiento, de los que respectivamente
se ocupan los artículos 107, 108 y 110 del
mismo código procesal.
La naturaleza, derechos, facultades y sancio-
nes procesales que son propias del querellante
particular se encuentran desarrollados en el
propio CPP 2004 pues a él se hace imperati-
vo recurrir en aplicación de la interpretación
sistemática de las disposiciones legales de
carácter procesal. Ergo, el artículo 483 del
CPP 2004 es una disposición legal remisiva
respecto al Capítulo III (artículos 107 - 110)
del Título IV de la Sección IV de su Libro Pri-
mero, pero también de la Sección IV (artículos
459 - 467) de su Libro Quinto, referido a los
Procesos Especiales (Querella). Basta cotejar
la referencia que entre sí realizan los artículos
citados, en procura de unidad y coherencia
sistemática, para advertir que el objetivo
de la concordancia es eliminar el riesgo de
antinomias o vacíos legales.
Actualidad Penal 227
 Actualidad
Penal Derecho procesal penal
BOBBIO decía:
“toEl para
procedimien-
resolver
una antinomia
procura antepo-
ner una disposi-
ción legal vigente
sobre otra y para
ello, propone
apreciar el criterio jerárquico (lex su-
perior derogat inferiori), luego el
cronológico (lex posterior derogat
priori) y por último, el criterio de es-
pecialidad (lex specialis derogat ge-
”
nerali) .
Partiendo de la intervención del querellante
particular en los procesos por querella (simila-
res al proceso penal por faltas desde su origen
a instancia de parte, no intervención de fiscal,
deber de carga de la prueba, posibilidad de
desistimiento, transacción y conciliación, etc.),
estimamos que es deber del querellante par-
ticular sujetarse a las disposiciones procesales
de carácter público (imperativas) que regulan
su intervención procesal, en el marco de la
garantía sinalagmática del debido proceso,
que debieran funcionar tanto para él como
para el imputado.
En resumen, ha quedado claro que el titular
del derecho a denunciar es únicamente el
agraviado por la falta y que puede hacerlo
o ante la policía o el juez de paz (letrado),
sin exigencia adicional distinta a compare-
cer y debatir. Esto se cumple en la mayoría
de faltas tipificadas, pero hay una sola que
merece un trato distinto, como veremos
inmediatamente.
4. La «denuncia tácita» por lesiones
dolosas agravadas
Entre las faltas contra la persona se presentan
dos modalidades esenciales, la lesión dolosa
y la culposa. La primera se agrava cuando
las lesiones se producen como resultado de
228 Instituto Pacífico
una conducta de violencia intrafamiliar16. Es
común que las denuncias por esta clase de
violencia se presenten ante las comisarías o
comisarías de familia17, cuyos integrantes
saben que su atención debe referirse a una
fiscalía de familia. Elaborado el informe po-
licial (con las actas de intervención policial
y declaraciones, además de los certificados
médico legales, los protocolos de pericias
psicológicas, copias de documentos de iden-
tidad y partidas de nacimiento, entre otros
documentos) aquí se produce un primer
error en el trámite que la autoridad policial
brinda al caso: los policías no informan a la
víctima que el mismo hecho lesivo puede ser
también denunciado paralelamente como
falta contra la persona ante un juez de paz
letrado con competencia penal. Al no hacer-
lo, el personal policial envía el informe solo
al fiscal de familia. Si la Policía, como parte
de la atención a la víctima, le informara de
16 El artículo 441 del Código Penal de 1991 establece
como causa de agravación de la lesión física, entre
otras, que esta se haya producido como consecuencia
de un hecho de violencia intrafamiliar, asignándole
una pena de prestación de servicio comunitario
incrementada a las 80 jornadas. De la redacción del
tipo penal, pareciera que es una pena «tasada», pues
ordena «se incrementará la prestación de servicios co-
munitarios a ochenta jornadas». No obstante, ya que
el extremo máximo de la pena para el comportamien-
to básico es de 60 jornadas de servicio comunitario,
para salvar la discrecionalidad que se reconoce al
juez al determinar la pena, según las disposiciones
de la Ley n.o 30076, ha de considerarse que la pena
para el responsable de ocasionar lesiones agravadas
fluctúa entre las 60 y 80 jornadas de prestación de
servicio comunitario.
17 El Informe Defensorial N.° 119 publicado en 2007
y titulado «Justicia de Paz Letrada en Comisarías: una
propuesta para enfrentar la inseguridad ciudadana»,
da cuenta (pp. 85 y 140) de que entre abril de 2005
y agosto de 2006, la Defensoría del Pueblo realizó
una intensa supervisión de juzgados de paz letrados
ubicados en comisarías de Lima, Arequipa, Huan-
cayo, Cusco y Trujillo. En esa actividad observó que
el 87.5% de procedimientos por faltas empezó en
sede policial, por intervención de oficio de la Policía
o por denuncia de la víctima ante ella. El 24.1%
se inició por la intervención de oficio de la Policía
Nacional en situaciones de flagrancia. Solo el 11.6%
de procedimientos por faltas empezó por denuncia
de parte presentada directamente ante el juzgado de
paz letrado.
Volumen 7 | Enero 2015

la posibilidad del doble procesamiento ju-
dicial18 del caso, podría recabar su expresa
manifestación de voluntad -en sentido positi-
vo o negativo- para brindarle el tratamiento
oportuno que merece.
Si la víctima dijera que prefiere el doble
procesamiento, la Policía deberá consignar
esta manifestación de voluntad en el acta de
declaración policial, sin necesidad de elaborar
un nuevo documento. Únicamente confeccio-
nará un ejemplar adicional del mismo informe
policial con sus anexos, que enviará con oficio,
al juez de paz (letrado) con competencia
penal. El juez valorará esta manifestación de
voluntad en los términos del artículo 108.2.c
del CPP 2004 [«El escrito de querella debe
contener, bajo sanción de inadmisibilidad:
(...) La precisión de la pretensión penal (...)»].
Esto es muy importante pues solo la persona
ofendida por la falta tiene legitimidad para
denunciarla. No puede hacerlo el fiscal, pues
entre ellos solo el penal es titular de la acción
penal pública y ninguno lo es de la acción
penal privada.
Por el contrario, si la víctima expresa que no
le interesa que el caso se sustancie -además
del proceso civil por violencia intrafamiliar-
18 ABANTO QUEVEDO, Mario Lohonel, “Integración
judicial en el proceso penal por falta del Código
Procesal Penal de 2004. El caso de la prohibición de
conciliación en lesiones agravadas por violencia intra-
familiar, omitida por la Ley N.° 29990”, publicado en
el portal web de Alerta Informativa, el 18 de octubre
de 2013 y disponible: <bit.ly/19odc7V>. «En el caso
del proceso por violencia intrafamiliar, existe interés
público en prevenir y sancionar la violencia (física y/o
psicológica) que se produce al interior de la familia y
que tiene por actores y víctimas a familiares, según
dispone el TUO de la Ley N.o 26260, en cumplimiento
del mandato constitucional establecido en el artículo
4 de la Constitución Política de 1993. En tanto, en el
proceso penal por falta se reconoce un ámbito de pro-
tección individual contra la misma conducta violenta,
refiriéndose solo a la lesión corporal de la persona
agraviada o a su maltrato (sin lesión). Así, el interés
individual queda delimitado por la legitimación que
se reconoce únicamente a la víctima de la agresión,
para denunciar la falta cometida en su agravio. En este
proceso no participa ni el fiscal de familia ni el fiscal
penal».
Volumen 7 | Enero 2015
Doctrina práctica
como uno penal por falta19, también la policía
consignará esta expresión en el acta y enviará
un solo informe policial, únicamente al fiscal
de familia.
Si se informara a la persona agraviada de este
modo, la atención al hecho de violencia y a
las personas implicadas ganaría en celeridad
y además, se conjuraría el riesgo de generar
el siguiente escenario problemático, en el que
se presenta una antinomia normativa.
5. La denuncia por falta hecha por
un fiscal sin titularidad de la ac-
ción penal privada
Ya que hoy la Policía Nacional no informa ni
pregunta a la víctima por el doble procesa-
miento paralelo y envía el informe policial
solo al fiscal de familia, este aplica la previsión
de la parte final del artículo 6 del Decreto
Supremo N.o 002-98-JUS20 (reglamento del
TUO de la Ley de Protección frente a la Vio-
lencia Familiar) y remite copias certificadas
de la carpeta fiscal al juzgado de paz letrado,
pese a que no media denuncia expresa de la
persona agraviada por la falta, para que su
demanda por violencia intrafamiliar se tramite
también como una denuncia por falta contra
la persona.
Sin embargo, con meridiana claridad, el
artículo 483.1 del CPP 2004 reconoce a la
19 La eventual preferencia de la víctima por la vía civil se
podría explicar, porque le son suficientes las medidas
de protección urgentes adoptadas por el fiscal de fa-
milia o no quiera involucrarse en dos procedimientos
judiciales simultáneos. Pero también porque enterada
de que en las faltas (a diferencia de los delitos) no
es posible la sanción de cárcel (sino solo la de multa
o trabajo comunitario gratuito), no le interese seguir
el proceso debido a ello.
20 Artículo 6.- Interpuesta la denuncia por actos de
violencia familiar, el responsable de la dependencia
policial dará cuenta de inmediato al fiscal provincial
de familia, a efectos de que este ejercite las acciones
de protección respectivas.
En caso se determine que los actos de violencia consti-
tuyen delito el fiscal provincial de familia comunicará
lo actuado al fiscal provincial en lo penal, a fin de que
proceda con arreglo a sus atribuciones y al juez de
Paz de la localidad, tratándose de faltas.
Actualidad Penal 229
 Actualidad
Penal Derecho procesal penal
única persona con legitimidad para denun-
ciar una falta: «La persona ofendida por una
falta puede denunciar su comisión (…)». No
le atribuye tal poder a ningún funcionario
público como la policía o el fiscal (que
sí tienen la obligación, precisamente por
su función, de conocer la ley). Así, en los
procesos penales en los que la acción está
reservada al agraviado (como sucede en
el proceso penal por falta21), al denunciar
únicamente esta persona se constituye en
querellante particular (artículo 483.1 del
CPP 2004) y entre las obligaciones de este
actor procesal (artículo 109.1 del CPP 2004)
están (entre otras) ofrecer prueba de cargo
sobre la culpabilidad, la reparación civil y
cuantos medios de defensa y requerimientos
considere, en salvaguarda de su derecho.
Si el juez de paz letrado recibe copias de
una carpeta fiscal que contiene un informe
policial por una investigación de violencia
intrafamiliar que está siendo atendida en la
vía civil y en la que la víctima expresamente
no ha pedido su procesamiento penal, esas
mínimas exigencias legales mencionadas no
se habrían cumplido y no se podría iniciar
el proceso penal.
Siendo posible que la persona agraviada sea
informada por el fiscal provincial civil y de
Familia para que decida si denuncia también
por falta contra la persona, dicho funciona-
rio no lo hace. Los fiscales sí tienen entre
sus «(…) funciones principales la defensa
de la legalidad (…)» de acuerdo al artículo
uno del Decreto Legislativo N.o 052 y como
tales defensores, apreciando que la celeri-
dad es condición de la efectiva protección
de los derechos sustantivos de las personas
agraviadas por una falta, debieran explicar
-en su disposición fiscal- la posibilidad de
que la persona agraviada por una falta (y
solo ella) puede denunciar el hecho que le
21 Pero también por lesiones culposas, delitos con-
tra el honor, violación de la intimidad –básica y
agravada–, revelación de la intimidad personal y
familiar, uso indebido de archivos computarizados,
delitos informáticos y atentados contra el sistema
crediticio.
230 Instituto Pacífico
ha causado perjuicio, directamente ante la
Policía Nacional o ante el juzgado de paz
(Letrado) con competencia penal. Por eso,
los fiscales debieran notificar tal disposición
a la persona agraviada por la falta, poniendo
a su alcance la posibilidad de enviar la docu-
mentación que compone la carpeta fiscal o
dejando a salvo el derecho de esta persona
de finalmente decidir si denuncia o no la
falta (pues ella tiene a su favor el plazo de
prescripción para hacerlo).
Esto varía para las fiscalías civil y de familia
pues se presenta una circunstancia especial,
dada por la confluencia de disposiciones
legales imperativas (operador deóntico:
mandato) aparentemente contradictorias,
situación antinómica que puede resolverse
con facilidad, acudiendo a los principios de
la teoría general del derecho.
Lo invariable es la constatación, por el fiscal
de familia, de que la denuncia por violencia
no le compete por no estar bajo los alcances
del TUO de la Ley N.° 26260 ni su reglamen-
to o que estándolo, también se trataría de
una falta contra la persona, en la modalidad
de lesiones dolosas agravadas por violencia
intrafamiliar.
Las dos consecuencias jurídicas incompa-
tibles que concurren para regular ese su-
puesto de hecho son: 1) aquella dada por
la literalidad del artículo seis del Decreto
Supremo N.o 002-98-JUS, mutatis mutandis:
«en caso se determine que los actos de vio-
lencia constituyen falta, el fiscal provincial
de familia comunicará lo actuado al juez
de paz de la localidad»; y 2) la habilitación
excluyente de competencia sobre la acción
penal privada, que realiza el inciso uno del
artículo 483 del Código Procesal Penal, a
favor del agraviado por la falta: «la persona
ofendida por una falta puede denunciar
su comisión ante la Policía o dirigirse di-
rectamente al Juez comunicando el hecho,
constituyéndose en querellante particular».
No se legitima a ningún fiscal para hacerlo,
sino solo a quien se considera agraviado
por la falta.
Volumen 7 | Enero 2015

DATO
Entre abril de 2005 y agosto de
2006, la Defensoría del Pueblo rea-
lizó una supervisión de juzgados de
paz letrados ubicados en comisa-
rías de Lima, Arequipa, Huancayo,
Cusco y Trujillo. En esa actividad
observó que el 87.5% de procedi-
mientos por faltas empezó en sede
policial, por intervención de oficio
de la Policía o por denuncia de la
víctima ante ella. El 24.1% se inició
por la intervención de oficio de la
Policía Nacional en situaciones de
flagrancia. Solo el 11.6% de pro-
cedimientos por faltas empezó por
denuncia de parte presentada di-
rectamente ante el juzgado de paz
letrado.
Entonces, ¿debe el fiscal de familia enviar co-
pias certificadas de su carpeta fiscal al juez de
paz (letrado) con competencia penal o debe
explicar al agraviado por la falta, que tiene el
poder de decidir denunciarla (o no hacerlo),
poniendo a su disposición copias certificadas
de la carpeta y dejando a salvo su derecho?
El procedimiento para resolver una antino-
mia procura anteponer una disposición legal
vigente sobre otra y para ello, propone apre-
ciar el criterio jerárquico (lex superior derogat
inferiori), luego el cronológico (lex posterior
derogat priori) y por último, el criterio de
especialidad (lex specialis derogat generali)22.
Aquí, jerárquicamente se trata de un Decreto
Supremo (002-98-JUS) reglamentario y un
Decreto Legislativo (957). De acuerdo al
Tribunal Constitucional «(...) el artículo 51°
de la Constitución consagra el principio de
jerarquía normativa y supremacía normativa
de la Constitución, y dispone que la Consti-
tución prevalece sobre toda norma legal y la
ley sobre las normas de inferior jerarquía, y
22 BOBBIO, Norberto, Teoría General del Derecho, Temis,
Bogotá, 1999, pp. 192-195.
Volumen 7 | Enero 2015
Doctrina práctica
así sucesivamente. Del mismo modo, el in-
ciso 4° del artículo 200° de la Constitución
establece las normas que, en el sistema de
fuentes normativas diseñado por ella, tienen
rango de ley: las leyes, decretos legislativos,
decretos de urgencia, tratados, reglamentos
del Congreso, normas regionales de carácter
general y ordenanzas» . Ya que el Decreto
Supremo no es considerado por la Consti-
tución Política como una disposición con
rango de ley, sobre él jerárquicamente se
halla el Decreto Legislativo.
Siendo esto ya suficiente para resolver la
antinomia, creo útil también acudir al cri-
terio cronológico. Así, el Decreto Supremo
N.o 002-98-JUS data del 25 de febrero de
1998 y el Decreto Legislativo N.o 957 del
22 de julio de 2004, esto es, vigente más de
seis años después que el primero, por lo que
por este criterio, también prima el último.
En conclusión, ante la constatación por el
fiscal de familia, de que la denuncia por
violencia no le compete al no estar bajo
los alcances del TUO de la Ley N.o 26260
ni su reglamento, sino que se trataría de
una falta contra la persona, debe explicar
al agraviado que es él quien tiene el poder
de decidir denunciarla (o no hacerlo) por
escrito, poniendo a su disposición las copias
certificadas de la carpeta y dejando a salvo
ese derecho. Una variante más eficiente de
esta misma opción, pero que precisa de la
presencia de la persona agraviada (durante
su declaración ante el fiscal o cuando se
acerca a averiguar sobre su caso o a ser
notificada) es informarle verbalmente y
confeccionar una simple acta consignando
su expresión de voluntad, que se puede
confeccionar en el despacho del fiscal y que
este enviará al juez.
Teniendo en cuenta que los documentos ela-
borados por jueces y fiscales están dirigidos a
personas que no necesariamente conocen el
derecho pero que litigan circunstancialmente,
el lenguaje a emplear debe ser sencillo, para
que el mensaje llegue claro a su destinatario.
Por eso, sugerimos que el tenor del párrafo
Actualidad Penal 231
 Actualidad
Penal Derecho procesal penal
informativo en la disposición fiscal, dirigido
a la persona agraviada por la violencia plu-
riofensiva (violencia intrafamiliar y lesiones
dolosas agravadas) podría partir de simplificar
la siguiente redacción: «este sería un caso de
lesiones intencionales que por su levedad no
pueden ser consideradas delito sino falta y
solo la persona agraviada (y no algún fiscal)
puede denunciar una falta ante la policía o el
juez de paz (letrado). Si se presenta la denun-
cia, la persona que la hace debe proporcionar
elementos de prueba que relacionen a la per-
sona denunciada como autor de las lesiones».
CONCLUSIÓN MÁS IMPORTANTE
El proceso penal por faltas regu-
lado por el Código Procesal Penal
de 2004 carece del nivel de detalle
normativo necesario, lo cual no es
un problema irresoluble, ya que la
situación insta al trabajo herme-
néutico de estudiantes, abogados,
fiscales y jueces. Las soluciones que
surjan del debate deben partir por
optimizar el ejercicio real de los
derechos fundamentales.
6. Conclusiones
a) El proceso penal por faltas regulado
por el Código Procesal Penal de 2004
carece del nivel de detalle normativo
necesario, lo cual no es un problema
irresoluble, ya que la situación insta al
trabajo hermenéutico de estudiantes,
abogados, fiscales y jueces. Las solucio-
nes que surjan del debate deben partir
por optimizar el ejercicio real de los
derechos fundamentales.
b) Sin embargo, existe una fuerte tendencia
minimizante sobre las faltas y su proceso
penal, de las que apenas se encargan
escasas publicaciones, varias de reciente
data, que abordan los retos que propone
la escasa, diversa y contradictoria legisla-
ción aplicable.
232 Instituto Pacífico
c) Aún con el modelo procesal de corte
acusatorio se aprecia un fuerte sesgo
inquisitivo en el rol que desempeñan las
personas agraviadas, imputadas, policías,
abogados, fiscales y jueces, que no han
internalizado los principios del actual
proceso penal o que aún tienen en mente
las características del proceso por faltas de
la Ley N.o 27939.
d) Se torna necesario que los jueces de paz y
los de paz letrados, por separado primero
y luego conjuntamente, se reúnan para
exponer problemas, alternativas de solu-
ción, debatir, aprender y unificar criterios
respecto a las faltas y su proceso penal.
Existen vacíos interpretativos por llenar
desde la consideración de la tipicidad
de los comportamientos que calificarían
como faltas hasta las alternativas de fa-
llo en casos de culpabilidad acreditada,
pasando por la declaración de abandono
del proceso a los tres meses o la declara-
ción de desistimiento tácito, la necesidad
de establecer el turno permanente para la
atención de casos de flagrancia e incluso
el ejercicio del derecho a la defensa a
través de defensores públicos.
e) El puntual caso de la denuncia, expuesto
muy brevemente aquí, es solo uno entre
decenas de asuntos pendientes de desa-
rrollo sobre las faltas y su proceso penal.
Es crucial la tarea de revisión de criterios
que se produce debido al obligatorio
mecanismo de la doble instancia, para
favorecer el desarrollo teórico ausente
que la voluntad académica no promueve.
f) La consideración del denunciante como
querellante particular en función de ante
quién presenta su denuncia no es un crite-
rio uniforme y no lo es porque un aislado
pronunciamiento de primera o segunda
instancia no forma jurisprudencia por sí
solo.
g) La aplicación de la ley y el derecho a las
faltas y a su proceso penal no es asunto
exclusivo de las personas en litigio, sus
abogados y el juez, pues también le com-
Volumen 7 | Enero 2015

pete a los fiscales, que deben examinar
más allá de la mera disposición legal,
para apoyar sus disposiciones no solo
en la ley, sino también en el raciocinio
interpretativo.
7. Lista de referencias
ABANTO QUEVEDO, Mario Lohonel, “Formas
de culminación del proceso penal por fal-
ta. Una propuesta de integración normati-
va”, en Gaceta Penal & Procesal Penal, tomo
40, Gaceta jurídica, Lima, octubre 2012.
ABANTO QUEVEDO, Mario Lohonel, “Integra-
ción judicial en el proceso penal por falta
del Código Procesal Penal de 2004. El caso
de la prohibición de conciliación en lesio-
nes agravadas por violencia intrafamiliar,
omitida por la Ley N.o 29990”, artículo
publicado el 18 de octubre de 2013 en el
portal web de Alerta Informativa, disponi-
ble en: <bit.ly/19odc7V>.
BOBBIO, Norberto, Teoría general del derecho,
Temis, Bogotá, 1999.
Volumen 7 | Enero 2015
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Doctrina práctica
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Informe Defensorial N.o 119 «Justicia de Paz
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Actualidad Penal 233