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Carlos Maturana T.
Universidad de Concepción
2015
A) NACIONALIDAD.
- Toda persona tiene derecho a contar con una nacionalidad. El Derecho rechaza la
situación de las personas apátridas, es decir, que carecen de nacionalidad. Por ello se
consagra como derecho fundamental precisamente el derecho a una nacionalidad y, en caso
1
Enciclopedia Jurídica Omeba. Tomo XX, 1963, Buenos Aires, página 34. Citado por Verónica PASTORINI
RIQUELME, Pluralidad de nacionalidades en Chile y su comparación con otras legislaciones. Memoria de
prueba, Universidad de Concepción, 2004, pág. 16.
1
de no ser aplicable ninguna otra fuente de nacionalidad, el derecho a la nacionalidad del
Estado en cuyo territorio se nació2.
También se señalaba, como principio, que toda persona tenía derecho a una sola
nacionalidad, es decir, en general no se aceptaba la pluralidad de nacionalidades. No
obstante, en nuestro sistema, y a partir de la reforma constitucional de la ley Nº 20.050, ese
principio se ha relativizado bastante, como tendremos oportunidad de examinar.
Las fuentes originarias, también llamadas naturales o biológicas, son aquellas que
atribuyen la nacionalidad por el hecho del nacimiento, distinguiéndose el jus (ius) soli (o
derecho del suelo) y el jus (ius) sanguinis (o derecho de la sangre). El jus soli atribuye a la
persona la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nace; en cambio, el jus sanguinis
atribuye a la persona la nacionalidad que los padres tienen al momento del nacimiento,
independientemente del lugar en que este último ha ocurrido.
Las fuentes derivadas, legales o adquiridas, por su parte, asignan a una persona la
nacionalidad de un Estado en razón de circunstancias posteriores al nacimiento. En nuestra
Constitución se consagran la nacionalización por carta y la nacionalización por ley.
Debe tenerse presente que la Constitución chilena sólo puede determinar quienes
tienen la nacionalidad chilena, pero no le es posible atribuir la nacionalidad de terceros
Estados. Quienes no tengan la condición de chilenos para nuestro derecho serán
simplemente extranjeros, y su nacionalidad efectiva, si la tienen, deberá ser determinada
por aplicación de los otros ordenamientos jurídicos que resulten pertinentes. Por ello, el
artículo del Código Civil prescribe que “Son chilenos los que la Constitución del Estado
declara tales. Los demás son extranjeros”. De este modo, entonces, los apátridas son
también extranjeros para nuestro sistema normativo.
2
Pacto de San José de Costa Rica, artículo 20, números 1 y 2.
3
Pacto de San José de Costa Rica, artículo 20, número 3.
2
1.1. Fuentes originarias en la Carta de 1980.
a) Jus soli.
De este modo, para adquirir la nacionalidad chilena por esta fuente es necesario que
se cumplan los siguientes requisitos:
3
de las inviolabilidades diplomáticas y de la inmunidad de jurisdicción 6, no obstante lo
cual, en la materia que tratamos, los efectos de una y otra son los mismos.
Debe señalarse que el jus soli es una fuente imperativa, por cuanto, concurriendo los
requisitos indicados, se atribuye al recién nacido la nacionalidad chilena
independientemente de la voluntad de los padres, y sin que pueda rechazarse.
Todos estos requisitos deben darse al momento del nacimiento, sin importar las
situaciones anteriores o posteriores al mismo.
Además, se sostiene que la voz Gobierno debe entenderse referida a los órganos
encargados de las sub funciones ejecutiva, administrativa y política, es decir, en el mismo
sentido que la emplea el Capítulo IV de nuestra Constitución; y no como referencia a todos
los órganos del Estado10.
6
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, edición 2006, obra citada, página 107.
7
Seguimos en este punto a José Luis CEA EGAÑA, Derecho Constitucional Chileno, obra citada, Tomo I,
página 294.Según algunos autores, el concepto se restringe sólo a las naves y aeronaves de guerra.
8
Id. anterior.
9
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, edición 2006, página 109.
10
CEA EGAÑA, José Luis. Derecho Constitucional Chileno, obra citada, Tomo I, página 295.
4
2.- Los hijos de extranjeros transeúntes.
Derecho de opción.
Ahora bien, para que se adquiera la nacionalidad chilena, la opción debe ser ejercida
en ciertas condiciones, previstas en el D. S. Nº 5.142, de 1960, del Ministerio del Interior,
que fija el texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de extranjeros, y que
son las siguientes:
- El interesado debe hacer una declaración expresa en el sentido que opta por la
nacionalidad chilena.
- La declaración debe efectuarse dentro del plazo fatal de un año, contado desde que
la persona cumple los 21 años de edad.
11
En sentido contrario, es decir, que se es chileno desde el nacimiento, José Luis CEA EGAÑA, Derecho
Constitucional Chileno, Tomo I, obra citada, página 295.
5
Además, por el hecho de adquirir la nacionalidad chilena entendemos que no se
pierde cualquier otra nacionalidad que la persona pudiere haber adquirido con anterioridad
a la opción, ya que la Carta no exige renunciar a la eventual otra nacionalidad que se
tuviere.
b) Jus sanguinis.
Esta redacción fue fijada por la reforma constitucional del año 2005, que sustituyó
las dos fuentes de jus sanguinis que reconocía el texto original por la fuente única que
acabamos de transcribir.
1.- La persona debe nacer en el extranjero, es decir, fuera del territorio del
Estado de Chile, ya que en caso contrario se aplicaría la fuente del jus soli.
2.- Se requiere que cualquiera de los padres sea chileno, por cualquier fuente.
Cabe señalar que este último requisito lo puede cumplir uno de los padres y, en caso
de no ser así, se recurre a los ascendientes.
Todos estos requisitos deben existir al momento del nacimiento, siendo irrelevante,
para efectos de la nacionalidad, las situaciones de sus padres y abuelos antes y después de
dicho evento.
La norma en comentario consagra el jus sanguinis en forma más pura que el texto
original, dado que el único elemento que considera, para atribuir la nacionalidad chilena, es
la nacionalidad de los padres y, eventualmente, de los abuelos12.
12
Antes de la reforma del 2005, el jus sanguinis, además del nacimiento en el extranjero y la nacionalidad
chilena de uno de los padres, exigía la prestación de servicios a la República, por uno cualquiera de los
padres, o el avecindamiento por al menos un año en Chile.
6
Concurriendo los requisitos señalados, la persona adquiere la nacionalidad chilena
desde el nacimiento, independientemente de la que pueda corresponderle por aplicación del
sistema jurídico vigente en el país de nacimiento.
2.- El extranjero debe tener más de cinco años de residencia continuada en Chile.
3.- Se exige, además, ser titular del permiso de residencia definitiva. Este permiso
es una autorización otorgada por el Estado a un extranjero, a través del Ministerio del
Interior, que le permite radicarse indefinidamente en el país y ejercer actividades
remuneradas13.
13
Ver artículo 41 de la ley de extranjería (D. L. Nº 1.094).
7
Como aparece de la normativa expuesta, esta fuente opera a solicitud del interesado,
debe haber una manifestación expresa del extranjero en orden a querer obtener la
nacionalidad chilena, y, consecuencialmente, la concesión de la nacionalidad no es un
derecho del extranjero, sino que un privilegio, beneficio o gracia que otorga el Estado14.
Ahora bien, el mismo D. S. Nº 5.142, en su artículo 3º, establece que son inhábiles
para nacionalizarse:
1. o Los que hayan sido condenados y los que estén actualmente procesados por
simples delitos o crímenes, hasta que se sobresea definitivamente a su respecto.
2. o Los que no estén capacitados para ganarse la vida.
3. o Derogado.
4. o Los que practiquen o difundan doctrinas que puedan producir la alteración
revolucionaria del régimen social o político o que puedan afectar a la integridad nacional.
5° Los que se dediquen a trabajos ilícitos o que pugnen con las buenas costumbres,
la moral o el orden público y, en general, aquellos extranjeros cuya nacionalización no se
estime conveniente por razones de seguridad nacional.
A lo anterior habría que agregar que son también inhábiles para nacionalizarse los
que hayan perdido la nacionalidad chilena por cualquier causa, ya que ellos, conforme al
artículo 11 de la Constitución, sólo pueden recuperar la nacionalidad chilena por ley.
Como se aprecia de la simple lectura del precepto, también esta es una fuente
graciosa, se concede a voluntad del Estado de Chile, pero, a diferencia de la anterior, no es
necesaria solicitud del extranjero ni está sujeta al cumplimiento de requisitos específicos.
14
En forma excepcional, según lo dispuesto en el artículo 11 del DFL Nº 69, de 1953, del Ministerio de
Hacienda, los extranjeros con visa de inmigración, tienen derecho a la nacionalidad chilena, si durante cinco
años hubieren permanecido ininterrumpidamente en el país, demostrando buenas costumbres, ejercitando
actividades lícitas y siempre que no se encuentren procesados ni hayan sido condenados por delito que
merezca pena aflictiva.
15
Conforme lo dispuesto en la ley Nº 16.436, de 1966, los decretos que otorgan y deniegan la nacionalidad
chilena se firman por el Ministro del Interior bajo la fórmula “Por orden del Presidente de la República”.
8
Al respecto, se ha señalado que “como se trata de un honor, se concede a quienes
han prestado grandes servicios al país. Estos servicios pueden ser de cualquier naturaleza.
Pero la doctrina está conteste, que puede tratarse de servicios prestados también a la
Humanidad, los que motivan el honor de la nacionalización por ley”16.
En general no hay diferencia entre los chilenos, en razón de la fuente por la cual
hayan adquirido la nacionalidad.
- Sólo los chilenos por jus soli o jus sanguinis pueden ser candidatos a Presidente
de la República (artículo 25).
- Los chilenos por jus sanguinis y los nacionalizados por ley sólo pueden ejercer
los derechos derivados de la ciudadanía después de un año de avecindamiento en
Chile (artículo 13).
- Los nacionalizados por carta tienen opción a cargos públicos de elección popular
sólo después de 5 años de estar en posesión de sus cartas de nacionalización
(artículo 14).
La reforma del año 2005 eliminó la regulación de la doble nacionalidad, por lo que,
hoy en día, esa materia queda entregada exclusivamente a los tratados internacionales
suscritos o que, a futuro, pueda suscribir Chile17.
9
renunciar a la nacionalidad chilena. Lo dicho, sin perjuicio que, por aplicación de distintas
fuentes originarias, una persona pueda tener, por su nacimiento, más de una nacionalidad
simultáneamente.
Al igual que ocurre con las fuentes, el constituyente señala taxativamente las
circunstancias que provocan que una persona pierda la nacionalidad chilena, y se
encuentran contempladas en el artículo 11.
10
Extranjería y Migración del Ministerio del Interior o en la Oficina de Extranjería de
la Gobernación Provincial correspondiente, si la persona se encuentra en Chile.
Por su parte, los servicios pueden ser de cualquier naturaleza, no sólo bélicos
(venta de armas y suministros, espionaje, provisión de tecnología e insumos, etc.), aunque
estimamos que deben excluirse aquellos servicios humanitarios que siempre corresponde
prestar, aunque se trate de enemigos.
11
artículo 10, regulación que hoy se encuentra contenida en el D. S. Nº 5.142, de 1960, ya
citado con anterioridad.
En cuanto al Consejo de Ministros, cabe acotar que éste no existe como órgano en la
estructura del Ejecutivo, por lo que la referencia debemos entenderla efectuada al conjunto
de Ministros de Estado. El acuerdo de los Ministros es previo a la emisión del decreto, y no
implica que dicho decreto deba ser firmado por todos ellos.
La ley a que elude el precepto es una ley ordinaria o común, ya que no se exige
quórum especial para su aprobación18.
Recuperación de la nacionalidad.
Dispone el artículo 11, en su inciso final, que los que hubieren perdido la
nacionalidad chilena por cualquiera de las causales establecidas en ese artículo, sólo podrán
ser rehabilitados por ley.
18
Ver ley N° 20.826 que revoca la nacionalidad chilena concedida por gracia a don John Joseph Reilly
(nacionalidad que se le había concedido por ley N° 20.311).
12
Quien fue chileno y perdió la nacionalidad, por cualquiera de las causales
examinadas, sólo puede recuperarla mediante una ley, que también será ordinaria o común.
13
B) CIUDADANIA.
1. REQUISITOS.
Esta exigencia encuentra su fundamento en que “la ciudadanía otorga los derechos
políticos, y la nacionalidad es la mayor garantía de fidelidad en el ejercicio de esos
derechos”19.
c) Por último, la Carta exige un requisito negativo, esto es, no haber sido
condenado a pena aflictiva21.
Respecto de las personas que reúnan los dos primeros requisitos mencionados, la
condena opera como una inhabilidad, como un impedimento que obsta a la atribución de la
ciudadanía.
19
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, 2006, obra citada, página 131.
20
La Carta de 1925 utilizaba la misma expresión, sin embargo en un principio se entendió que comprendía
sólo a los hombres y que el constituyente había habilitado al legislador para determinar, en el futuro, la
incorporación de las mujeres a la ciudadanía. De hecho, el voto femenino en las elecciones municipales se
consagró recién en 1934 (ley 5.537) y el sufragio en las elecciones presidenciales y parlamentarias se
reconoció en 1949 (ley 9.292).
21
Según el artículo 37, del Código Penal, “Para los efectos legales se reputan aflictivas todas las penas de
crímenes y respecto de las de simples delitos, las de presidio, reclusión, confinamiento, extrañamiento y
relegación menores en sus grados máximos”.
14
Ahora bien, se señala que el artículo 13 es incompleto en este último punto, por
cuanto, posteriormente, el artículo 17 de la Carta establece como causal de pérdida de la
ciudadanía el haber sido condenado por delito que la ley califique como conducta terrorista,
sin atender a la entidad de la pena. De lo anterior se concluye que si la condena por delito
de terrorismo configura una causal de pérdida de la ciudadanía, aún cuando se trate de
una pena no aflictiva, también debe ser considerada como un impedimento para
adquirirla.
Además, otorga el derecho de sufragio pasivo, esto es, el derecho a optar a los
cargos de elección popular. En todo caso, en este aspecto hay que tener presente que para
los cargos de elección popular no basta la sola condición de ciudadano, sino que la
22
Se discute por algunos autores la actual pertinencia de esta exigencia. Por ejemplo, ver Pablo MARSHALL
BARBERÁN, “La pena y la ciudadanía: problemas constitucionales”. En “Estudios Constitucionales”, K.
Cazor y C. Salas, coordinadores, Librotecnia, 2010, página 249 y siguientes.
15
Constitución incorpora mayores exigencias. Así, por ejemplo, para ser candidato a
Presidente de la República es necesario tener 35 años de edad y ser chileno por jus soli o
jus sanguinis.
Estos son los principales derechos que otorga la ciudadanía, no obstante que pueden
mencionarse otros, como el derecho a formar partidos políticos o a actuar como apoderado
de una candidatura en una elección o plebiscito de reforma constitucional.
"Los ciudadanos con derecho a sufragio que se encuentren fuera del país podrán
sufragar desde el extranjero en las elecciones primarias presidenciales, en las elecciones de
Presidente de la República y en los plebiscitos nacionales. Una ley orgánica constitucional
establecerá el procedimiento para materializar la inscripción en el registro electoral y
regulará la manera en que se realizarán los procesos electorales y plebiscitarios en el
extranjero, en conformidad con lo dispuesto en los incisos primero y segundo del artículo
18."
16
En relación con la primera exigencia, hacemos presente que la expresión
“avecindados” no tiene un entendimiento uniforme en doctrina. Para algunos autores el
avecindamiento es equivalente a una permanencia estable, aunque no se identifica con el
domicilio civil23; para otros se refiere al domicilio propiamente tal, pues “se trata de un
extranjero cuyo arraigamiento en la sociedad chilena tiene que ser indubitable”24.
3. CARACTERÍSTICAS DE SUFRAGIO.
- Es voluntario.
23
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, 2006, obra citada, página 134.
24
CEA EGAÑA, José L. Derecho Constitucional Chileno, Tomo I, obra citada, página 328.
17
No obstante, por el desarrollo que de estas materias se hiciera por el legislador
orgánico, específicamente en la ley sobre inscripciones electorales 25, finalmente el sufragio
resultó obligatorio exclusivamente para los ciudadanos inscritos en los registros
electorales, ya que la citada ley no estableció sanciones para los ciudadanos que no se
inscribieran. Es decir, y en la práctica, para los ciudadanos rigió un sistema de inscripción
voluntaria y sufragio obligatorio sólo para los inscritos.
Otras características del sufragio, que no aparecen expresas en el artículo 15, son las
siguientes:
- Es directo, dado que en todas las elecciones populares que contempla la Carta, y
en los plebiscitos, el elector vota de un modo inmediato por alguno de los candidatos o de
las opciones en disputa.
25
Ley N° 18.556, Orgánica Constitucional sobre Sistema de Inscripciones Electorales y Servicio Electoral.
26
Publicada en el Diario Oficial del 4 de abril de 2009.
27
Señala esta disposición transitoria: “Las reformas introducidas a los artículos 15 y 18 sobre voluntariedad
del voto e incorporación al registro electoral por el solo ministerio de la ley, regirán al momento de entrar en
vigencia la respectiva ley orgánica constitucional a que se refiere el inciso segundo del artículo 18 que se
introduce mediante dichas reformas”.
28
Publicada en el Diario Oficial del 31 de enero de 2012.
18
de obrar libre y reflexivamente. Es, en este sentido, una institución del Derecho Civil que
produce efectos en el orden constitucional, y por lo mismo su regulación se encuentra en el
código del ramo29.
A objeto de dar precisión a la causal, y evitar posible abusos, se optó por exigir que
la demencia, en los términos indicados, fuera declarada por resolución judicial, evitando así
la intervención de cualquier otra autoridad. Es decir, no basta la sola demencia para
suspender el derecho de sufragio, sino que debe estar declarada judicialmente.
2.- Por hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o por
delito que la ley califique como conducta terrorista.
Ahora bien, para que se produzca la suspensión del derecho de sufragio es necesario
que, alternativamente:
a) La persona sea acusada por delito que merezca pena aflictiva. Se atiende aquí a la
pena asignada al delito.
b) La persona sea acusada por delito que la ley califique como conducta terrorista.
En esta situación sólo importa la naturaleza del delito, sin considerar la pena asignada por
la ley al mismo, la cual podrá ser aflictiva o no aflictiva.
29
Ver Título XXV, del Libro I, del Código Civil, artículos 456 y siguientes.
30
El artículo 248 del Código Procesal Penal dispone, en lo pertinente, que “Practicadas las diligencias
necesarias para la averiguación del hecho punible y sus autores, cómplices o encubridores, el fiscal declarará
cerrada la investigación y podrá, dentro de los diez días siguientes: a) Solicitar el sobreseimiento definitivo o
temporal de la causa; b) Formular acusación, cuando estimare que la investigación proporciona fundamento
serio para el enjuiciamiento del imputado contra quien se hubiere formalizado la misma, o c) Comunicar la
decisión del ministerio público de no perseverar en el procedimiento, por no haberse reunido durante la
investigación los antecedentes suficientes para fundar una acusación.”
19
podrá recuperarse el ejercicio del derecho de sufragio o bien configurarse una causal de
pérdida dela ciudadanía, según veremos posteriormente.
Esta causal se refiere a las personas que han sido sancionadas por el Tribunal
Constitucional por haber tenido participación en los hechos que motivan la declaración de
inconstitucionalidad de un partido, movimiento u organización, según estudiáramos al
analizar el pluralismo ideológico.
Agrega el artículo 16 que “los que por esta causa se hallaren privados del ejercicio
del derecho de sufragio lo recuperarán al término de cinco años, contado desde la
declaración del Tribunal. Esta suspensión no producirá otro efecto legal, sin perjuicio de lo
dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del artículo 19”.
3.- Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista y los
relativos al tráfico de estupefacientes y que hubieren merecido, además, pena aflictiva.
La nueva redacción de este precepto fue fijada por ley Nº 20.050, y resulta
francamente deficiente.
Para entender el precepto deben distinguirse las dos hipótesis que contempla.
20
incorporan al numeral tercero para someter a los condenados por estos delitos al
procedimiento agravado de rehabilitación en la ciudadanía, y no al procedimiento general.
6. REHABILITACIÓN EN LA CIUDADANÍA.
Según la causal que haya operado, la ciudadanía se recupera por alguno de los
siguientes modos:
2.- Los que hubieren perdido la ciudadanía por condena a pena aflictiva, la
recuperarán en conformidad a la ley, una vez extinguida su responsabilidad penal.
3.- Por último, los que hubieren perdido la ciudadanía por condena por delito
calificado por ley como conducta terrorista o por condena a pena aflictiva por delito de
tráfico de estupefacientes, podrán solicitar su rehabilitación al Senado una vez cumplida la
condena.
21
C) SISTEMA ELECTORAL PÚBLICO.
Debemos agregar, por otra parte, que el adjetivo de “público” que califica el sistema
electoral nos indica que la normativa que el constituyente ordena establecer se refiere
exclusivamente a las elecciones políticas, o votaciones populares al decir de Silva
Bascuñán, excluyendo los procesos electorales realizados en “la infinidad de grupos
intermedios que conforman la trabazón de la sociedad civil”33.
31
NOHLEN, Dieter. Sistemas Electorales parlamentarios y Presidenciales. En Tratado de Derecho Electoral
Comparado, Dieter NOHLEN, Sonia PICADO y Daniel ZOVATTO, compiladores, México, 1998, página
145.
32
Ver sesión Nº 100, celebrada el 8 de enero de 1980.
33
SILVA BASCUÑAN, Alejandro. Tratado de Derecho Constitucional, obra citada, Tomo IV, página 274.
22
De esta manera, por sistema electoral, en el artículo 18 de la Carta, debemos
entender el conjunto de normas que estructuran los procesos electorales del Estado,
abarcando los distintos aspectos relacionados con una elección o plebiscito, desde la
conformación del cuerpo electoral hasta la proclamación de los candidatos electos. Lo
anterior incluye la organización del proceso, los procedimientos jurisdiccionales de control
y de resolución de conflictos, y los mecanismos específicos de asignación de cargos
públicos.
Por otra parte, el Tribunal Constitucional estimó que la expresión “una ley orgánica”
que emplea el artículo 18, “no expresa la idea de cantidad sino de calidad, es decir, que
todas las materias regidas por ese precepto son de naturaleza orgánica constitucional y
pueden estar contenidas en una o más leyes de ese carácter” 34. En el mismo sentido señaló
que “para dar fiel cumplimiento al mandato constitucional, el legislador no sólo está
facultado sino, más aún, obligado a legislar sobre todas estas materias, en uno o más textos
legales, pero todos ellos con el carácter de leyes orgánicas constitucionales”35.
Lo dicho, sin perjuicio de las regulaciones contempladas en otras leyes y que, por su
contenido, deben también considerarse parte del sistema electoral público. Así, por
ejemplo, lo dispuesto en la ley Nº 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, en
materia de elección de alcaldes y concejales, y de plebiscito comunal; en la ley N° 19.175,
Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional, en cuanto a la elección
34
Sentencia del Tribunal Constitucional de 8 de septiembre de 1986, rol Nº 38, considerando 8.
35
Sentencia del Tribunal Constitucional del 5 de abril de 1988, rol Nº 53, considerando 3º.
36
SILVA BASCUÑAN, Alejandro. Tratado de Derecho Constitucional, obra citada, Tomo IV, página 275 a
278. A ello habría que agregar las materias específicas incorporadas por la ley Nº 20.337, como todo lo
relativo al financiamiento y gasto electoral.
37
A la ley Nº 18.583 el Tribunal Constitucional le reconoció expresamente su carácter orgánico constitucional,
por formar parte del sistema electoral público. Ver sentencia de fecha 18 de noviembre de 1986, rol Nº 41.
23
de los consejeros regionales; en la ley Nº 18.603, Orgánica Constitucional de los Partidos
Políticos, en cuanto a la participación de estas organizaciones en elecciones y plebiscitos; y
en la ley Nº 19.885, sobre donaciones, en materia de donaciones a candidatos a cargos de
elección popular38.
38
Sobre esta última norma, ver la sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 18 de junio de 2003, rol Nº
377.
39
El artículo 85 original, de la Constitución, disponía en lo pertinente que “Habrá tribunales electorales
regionales encargados de conocer de la calificación de las elecciones de carácter gremial y de las que tengan
lugar en aquellos grupos intermedios que determine la ley”. En su redacción actual, el texto dispone que
“Habrá tribunales electorales regionales encargados de conocer el escrutinio general y la calificación de las
elecciones que la ley les encomiende, así como de conocer de las reclamaciones a que dieren lugar y de
proclamar a los candidatos electos. Sus resoluciones serán apelables para ante el Tribunal Calificador de
Elecciones en la forma que determine la ley. Asimismo, les corresponderá conocer de la calificación de las
elecciones de carácter gremial y de las que tengan lugar en aquellos grupos intermedios que la ley señale”.
24
formulada por la Junta Militar de Gobierno y respecto de la cual, por ende, no hay
constancia en actas u otros documentos40.
No obstante, el sentido natural de las palabras empleadas nos lleva a concluir que la
voluntad expresada por el constituyente se traduce en la obligación para el legislador de
establecer normas sustantivamente similares, para los independientes y los militantes de
partidos políticos, en las distintas etapas de los procesos electorales y plebiscitarios, de
manera tal de no ser admisible el establecimiento de regímenes más gravosos o más
beneficiosos para unos u otros, sino en aquellos aspectos en que, limitadamente, la
condición de independiente o de militante justifica, conforme a la razón, un tratamiento
diferenciado. Así entendido, esta norma encuentra su fundamento en el deber impuesto al
Estado, en el artículo primero de Carta, de “promover la integración armónica de todos los
sectores de la nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de
oportunidades en la vida nacional”, y se relaciona, en forma directa con el artículo 19 Nº 2,
que consagra la igualdad ante la ley, y con el artículo 19 Nº 15, inciso quinto, en cuanto
prohíbe a los partidos políticos “tener privilegio alguno o monopolio de la participación
ciudadana”. La Constitución de 1980 se aleja así, al menos en teoría, de aquellos sistemas
jurídicos que privilegian la participación de los partidos políticos en el acceso a los cargos
de elección popular.
Así planteadas las cosas, los problemas concretos en la aplicación del principio de
igualdad en comentario, se han suscitado a medida que se han ido dictando las leyes de
desarrollo del sistema electoral público, por cuanto se ha estimado, en distintas época y por
distintos actores, que algunas normas perjudican injustificadamente la posición de los
candidatos independientes en los procesos electorales.
Sin pretender agotar el tema, podemos sí mencionar tres aspectos en que se aprecia
claramente el conflicto planteado:
25
sólo pueden oponer su votación personal. Esta misma situación se mantiene en la
recientemente aprobada reforma al sistema electoral, y que aún no ha sido publicada.
Finalmente, debe hacerse presente que el inciso tercero del artículo 18 permite al
legislador encomendar a las Fuerzas Armadas labores que escapan a las habituales de estas
instituciones, asignándole funciones de resguardo del orden público durante las elecciones
y plebiscitos. Esta norma de excepción resulta necesaria, toda vez que, de no haberse
incluido, la colaboración que históricamente han prestado las Fuerzas Armadas al desarrollo
42
En las elecciones de concejales se utiliza un sistema proporcional de cuociente electoral. El número
máximo de candidatos que puede presentar cada partido, o pacto electoral, es igual al número de concejales
que se trata de elegir, y que es de 6, 8 o 10, según el número de electores de cada comuna (hasta 70 mil
electores; más de 70 mil y hasta 150 mil, y sobre 150 mil). Las candidaturas independientes sólo pueden
presentar un candidato, cualquiera sea el número de concejales a elegir.
43
Artículo 31, incisos cuarto y quinto, de la ley Nº 18.700.
44
Ver sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 5 de abril de 1988, rol Nº 53.
26
de los procesos electorales, no habría sido posible por lo dispuesto en el artículo 101 de la
Constitución.
D) JUSTICIA ELECTORAL
Integración.
27
la Corte Suprema en la forma señalada en la letra a) precedente, de entre todos aquellos que
reúnan las calidades indicadas.
Duración en el cargo.
Procedimiento.
Competencia.
46
GUERRA, José Guillermo. La Constitución de 1925. Establecimientos Gráficos Balcells & Co., Santiago
de Chile, 1929, página 423.
47
NÚÑEZ VASQUEZ, J. Cristóbal. Tratado de los Recursos Jurisdiccionales y Administrativos. Ediciones
Jurídicas La Ley, Santiago de Chile, 1997, Tomo II, página 667.
28
2.- Efectuar la calificación de estas mismas elecciones, y resolver las reclamaciones
a que dieren lugar.
4.- Conocer del escrutinio general y de la calificación de los plebiscitos, así como de
la proclamación de sus resultados.
6.- Conocer de las apelaciones deducidas en contra de las sentencias dictadas por los
Tribunales Electorales Regionales, en conformidad a la ley.
Integración.
Cabe agregar que la ley creó la figura de los miembros suplentes, designados por los
mismos órganos que designan a los titulares.
Duración en el cargo.
Los miembros de los Tribunales Electorales Regionales duran cuatro años en sus
cargos.
Procedimiento.
Competencia.
1.- Conocer el escrutinio general y la calificación de las elecciones que la ley les
encomiende, así como de resolver las reclamaciones a que dieren lugar y de proclamar a los
candidatos electos. Por ejemplo, los Tribunales Electorales regionales cumplen estas
funciones en las elecciones municipales y en las elecciones de consejeros regionales.
Sus resoluciones serán apelables para ante el Tribunal Calificador de Elecciones en
la forma que determine la ley.
3.- Las demás que determine la ley. Entre estas se cuenta, por ejemplo, declarar las
inhabilidades que se deriven de la aplicación del artículo 23 de la Constitución.
30