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1. GENERALIDADES
Nuestra Constitución se refiere a quienes prestan servicios al Estado en general utilizando los
términos funcionarios y trabajadores o servidores públicos. Define la situación orgánica de los
altos funcionarios, incluyendo a los gobernantes, quienes ejercen función pública con
atribuciones precisadas en el texto constitucional. Por ello reconocer las diferentes relaciones
orgánicas y jurídicas del personal al servicio del Estado.
En la Ley 11377 se usó el término “empleado” para referirse al llamado “personal del servicio
civil”, término de origen anglosajón que identificó el cuerpo de servidores del Estado diferente al
personal de las fuerzas armadas y policiales.
El Estado utiliza sus diversas estructuras orgánicas para cumplir el rol que se tiene asignado y
son los funcionarios quienes se hallan situados en las altas esferas de la estructura estadual.
Se trata del personal que cumple una función de suyo significativa, relevante y de suma
importancia, sobre todo si apreciamos que sus prerrogativas o atribuciones y su actuación está
reglada por las disposiciones constitucionales. Este personal no hace carrera pública y no
siempre la profesionalización o tecnificación caracteriza o condiciona el ejercicio de las
funciones.
Siguiendo el criterio expuesto podemos considerar la siguiente clasificación:
Comprende a quienes se incorporan al servicio del Estado para desempeñar cargos de poder
o políticos, según la posición en que se ubiquen, independientemente de sus atributos
profesionales o capacidades técnicas que le son útiles en su quehacer habitual, laboral o
empresarial. Por lo mismo no hacen Carrera Pública.
- Presidente de la República.
- Representantes ante el Congreso.
- Ministros de Estado.
- Miembros del Jurado Nacional de Elecciones.
- Miembros del Consejo Nacional de la Magistratura.
- Miembros del Tribunal Constitucional.
- Contralor General de la República.
- Superintendente de Banca y Seguros.
- Presidente del Banco Central de Reserva.
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También debemos considerar a aquellos funcionarios de confianza como Presidentes o Jefes
de los organismos públicos descentralizados (OPD), como la SUNAT, organismos reguladores,
entre otros).
Esta clase de personal se rige por sus leyes específicas y por excepción hace carrera pública
conforme a las disposiciones de sus leyes orgánicas, más no se trata de carrera administrativa
sino de manera especial se trata de carrera pública judicial y fiscal.
3. SERVIDORES PÚBLICOS
Comprendemos en esta clasificación toda posición laboral que tiene función administrativa
pública, vinculándose al Estado en una prestación de servicios que tienen las características y
los elementos esenciales de una relación laboral.
Es el llamado personal del servicio civil o cuerpo laboral de todas las entidades de la
Administración Pública comprometido con los servicios públicos, que realizan actividades
administrativas en estricto, de trabajo en expediente administrativo y/o de escritorio. No
comprende a quienes realizan función especializada.
En principio ha sido la Ley N° 11377 la que estableció una Ley de Carrera que fue actualizada
por el Decreto Legislativo N° 276 y sus Reglamentos, y luego por la Ley del Empleo Público N°
28175. La Ley Nº 30057 del 03 de julio del 2013 constituye el nuevo régimen aplicable a los
servidores públicos, que con esta ley se denominan servidores civiles.
Se trata del personal académico que ejerce funciones de servicio docente en las universidades
estatales en carrera pública, regulados por la Ley Universitaria N° 30220 y los Estatutos de
cada Universidad, situación ésta que se sustenta en el Art. 19° de la Constitución.
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Hace carrera pública magisterial y su situación está regulada por la Ley de la Carrera Pública
Magisterial Nº 29062 y las demás complementarias. Se sustenta esta situación en el Art. 15º
de la Constitución.
Comprende a los profesionales del Sector Salud como médicos, estomatólogos, enfermeros,
obstetras u obstetrices, técnicos y asistenciales de la salud, cuya situación particular se regula
por las Leyes Nos. 23536, 23728 y 24045 y 28498
4. SITUACIONES PARTICULARES
Además de los funcionarios y empleados públicos que sirven al Estado en los cuadros
orgánicos, esto es en plazas presupuestadas y por tanto dentro de las planillas de
remuneraciones, encontramos dos grupos de personas que no están en plazas o puestos de
trabajo sin costo remunerativo para el Estado, es decir no se vinculan a éste en una relación
funcionarial o de empleo subordinado, aun cuando prestan importantes y significativos servicios
cumpliendo funciones por delegación, en otros casos determinadas labores por imposición de
la ley o como iniciativa propia.
Igual ocurre con estudiantes de las Facultades de Derecho, como es el caso del Servicio Civil
de Graduandos (SECIGRA) o, en su defecto el programa de Pasantía, para obtener el título de
Abogado. En el primer caso se les procura una asignación efecto remunerativo; en el segundo
caso no se otorga contraprestación económica. Esta situación también le significa ahorro al
Estado porque los estudiantes realizan labores sujetas a horario y supervisión, es decir
realmente son trabajadores.
Son prestaciones personales que responden a la voluntad de quienes se identifican con ciertos
valores y principios dignos de elogio, como el Cuerpo General de Bomberos, cuya dignidad de
los miembros que se incorporan debe ponerse en relieve.
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Comprendemos en este grupo al personal de tropa o soldados de las fuerzas armadas,
aquellos jóvenes que a temprana edad se incorporan voluntariamente al ejército, marina o
aviación para prepararse en técnicas de defensa de la soberanía nacional.
Se trata de situaciones muy particulares como de los notarios. peritos, martilleros y traductores
públicos que no tienen vínculo de servicio dependiente con el Estado, vale decir que no existe
relación de subordinación laboral porque sostienen su oficina y su propio personal, sin embargo
el ejercicio de su función se oficializa por el Estado mediante norma legal expresa.
Si nos referimos a los notarios podemos apreciar que en este caso que la Ley del Notariado fija
el procedimiento de ingreso por concurso público, su nombramiento o designación es por
Resolución Ministerial del Sector Justicia y que es este el sector del Estado el que supervisa
su función y desempeño.
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Desde que se dio la primera normativa sobre servidores públicos y el Estado, en mayo de
1950, con la Ley Nº 11377, en el tiempo transcurrido se ha complicado el tratamiento
regulatorio de los servidores públicos. Actualmente debemos manejar una serie de regímenes
laborales sin una sistemática adecuada, cuando lo recomendable es unificarlos en un solo
cuerpo normativo. Está claro que entre el Estado y sus trabajadores se da una relación de
empleo público, estableciéndose un vínculo jurídico-laboral de carácter público y por tanto debe
estar regulado únicamente por normas de Derecho Público, vale decir de Derecho
Administrativo.
La Ley N° 11377 del 26 de Mayo de 1950, Estatuto y Escalafón del Servicio Civil, constituyó la
primera ley que sistematizó el ingreso, deberes, derechos y responsabilidades de los
servidores públicos (categorizados en esa ley como empleados); luego se dio el Decreto
Legislativo N° 276 en Marzo de 1984, Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de
Remuneraciones, que en el tiempo gradualmente fue sustituyendo a la norma anterior. En
Febrero del 2004 se promulgó la Ley Marco del Empleo Público N° 28175, vigente a partir del
1° de Enero del 2005, pero esta Ley –importante por sus definiciones básicas- no se desarrolló
a plenitud al no haberse promulgado las leyes referidas en su segunda disposición transitoria,
complementaria y final, como la ley de carrera del servidor público, ley de funcionarios, ley de
remuneraciones, ley de gestión pública, y ley de incompatibilidades y responsabilidades.
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Con la promulgación de la Ley Nº 30057 Ley del Servicio Civil (SC), en julio del 2013, se
configura un marco normativo complejo, pues si bien esta ley tiene por objeto “establecer un
régimen único y exclusivo” esto parece más bien un propósito lejano, porque subsistirán por un
buen tiempo los regímenes regulados por los decretos legislativos Nº 276 y Nº 728, así como el
régimen especial de contratación administrativa de servicios o CAS regulado por el D. Leg. Nº
1057. La aplicación del D. Leg. Nº 276 se mantiene vigente porque no se opone al nuevo
régimen del SC; igual ocurre con el D. Leg. Nº 728 porque si bien es propio del sector laboral
privado por norma expresa se aplica a determinados servidores públicos y, el D. Leg. Nº 1057
se creó con el objeto de suprimir la modalidad de servicios no personales (SNP) y que con la
Ley 29846 se le dio el carácter de régimen transitorio.
Excepto el D. Leg. 728, todas las demás mencionadas en el párrafo precedente son normas de
Derecho Público que forman parte del régimen laboral público (RLP). En contrapartida las
normas del D. Leg. Nº 728 son propias del régimen de la actividad laboral privada (RLAP).
Ahora bien, resulta necesario precisar los regímenes genera y especiales aplicables a los
servidores públicos :
a) Régimen general, referido a las normas que se aplican a los servidores administrativos,
vale decir al personal burocrático, vigentes y en orden cronológico.
b) Regímenes especiales
Tratándose del ordenamiento regulatorio de los trabajadores del Estado no tendríamos porque
referirnos a otras normas sino las de carácter público, en este caso de Derecho Administrativo,
sin embargo en la década de los noventa (s. XX) se produjeron cambios que trajeron
problemas antes que soluciones.
En efecto, a partir del año 1990 se dispuso el cambio de régimen legal de un sector de
servidores públicos del régimen laboral público (RLP) al régimen de la actividad laboral privada
(RLAP) y, en otros casos se comprendieron dentro de este último a los servidores públicos que
recién ingresaban a un puesto de trabajo; corriente que ha ido creciendo hasta abarcar ahora a
quienes laboran en el Poder Legislativo, Poder Judicial, organismos constitucionalmente
autónomos como el Tribunal Constitucional, Jurado Nacional de Elecciones, Consejo Nacional
de la Magistratura, Contraloría General de la República, Superintendencia de Banca y Seguros,
Banco Central de Reserva, Defensoría del Pueblo, Ministerio Público, así como a todos los
Organismos Públicos Descentralizados como SUNAT, SUNASS, SUNARP. INDECOPI,
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ESSALUD, ONP, INDECI, COFOPRI, FOANFE, OSIPTEL. En el régimen laboral público han
quedado los trabajadores de los Ministerios, Gobiernos Regionales, Municipalidades y
Universidades. En algunas de estas entidades se da una situación híbrida, existen servidores
sujetos unos al RLP y otros al RLAP.
Esta modalidad, recusable en el campo laboral, ha sido proscrita en el sector laboral público,
según lo prescrito en la cuarta disposición complementaria y final del Decreto Legislativo N°
1057, por lo que no justifica mayor comentario sino por su rasgo histórico y referencial.
Con la dación del Decreto Legislativo N° 1057 del 27 de Junio del 2008, publicada en “El
Peruano” el 28 del mismo mes y año, se crea una modalidad de contratación para sustituir a la
prestación de servicios no personales o SNP, que inicialmente fue definida como la prestación
de servicios no autónomos pero que bajo el criterio del Tribunal Constitucional y la legislación
que en adelante se dictó, al CAS se le define como un régimen especial de contratación laboral
para el sector público.