Está en la página 1de 2

CHOQUE TERMICO

El concepto de colapso térmico o choque térmico se refiere al rompimiento de


algún material al sufrir un cambio drástico de temperatura, es cuando un material
sólido se quiebra al someterse a un brusco aumento o descenso de la temperatura.
Objetos de vidrio o cerámica son vulnerables a este efecto debido a su bajo nivel
de tenacidad, a su baja conductividad térmica y a su alto coeficiente de
expansión térmica. La variación de temperatura causa que diferentes partes de un
objeto se expandan más que otras, la tensión del objeto no es lo suficientemente
fuerte y entonces se quiebra.

La cerámica y los vidrios de borosílice como el pyrex, están hechos para resistir a un
colapso térmico mejor que otros materiales gracias a su combinación de un
coeficiente de expansión bajo y una alta dureza, en el caso de la cerámica, se
cuenta con un coeficiente de expansión negativo.

El carbono reforzado es extremadamente resistente a un colapso térmico debido


a la tan elevada conductividad térmica del grafito, a su bajo coeficiente de
expansión y a la dureza de la fibra de carbono (la cual es uno de los componentes
del carbono reforzado).

Algunos materiales, como el vidrio o los refractarios cerámicos, pueden sufrir roturas
o desconchados por choque térmico cuando aparece un gradiente de
temperaturas en el material.

El estallamiento o rotura debida al choque térmico es un fenómeno que aparece


asociado con cambios bruscos de temperatura, especialmente en materiales
frágiles como vidrios y cerámicas.

Un cambio brusco de temperatura, por ejemplo, un enfriamiento, provoca que las


partes exteriores del material reduzcan su temperatura más rápidamente que el
interior. Como consecuencia de la contracción térmica, la superficie tiende a
contraerse más de lo que lo hace el núcleo, que restringe la libre contracción
superficial. El choque térmico es un fenómeno que aparece como combinación
de:

a) restricciones a la dilatación o contracción

b) gradientes de temperatura en el material

c) cambios bruscos de fase (sólo en casos específicos)

d) baja ductilidad en el material


La resistencia al choque térmico se puede medir experimentalmente por diversos
procedimientos. Uno de ellos es la determinación del máximo salto de temperatura
que puede soportar una pieza sin fracturarse al sumergirla en agua a temperatura
ambiente. En los vidrios, en cambio, se determina por el número de sucesivos ciclos
térmicos, inmersión en agua desde una temperatura dada - calentamiento, que es
capaz de aguantar sin fracturarse.

En el caso de materiales refractarios para servicio a alta temperatura (>1000°C)


puede, sin embargo, determinarse un índice analítico de resistencia al choque
térmico Ir que permite comparar materiales con fiabilidad, y cuyo valor depende
tanto de características mecánicas como de las propiedades térmicas del
material.

Una alta conductividad térmica favorece la conducción y la rápida eliminación de


los gradientes de temperatura en el material.

Una alta carga de rotura R permite soportar tensiones más altas sin fractura.

Las tensiones por dilatación o contracción son proporcionales a * E, por lo que


una reducción en este factor permite reducir la dilatación o contracción y, por
ende, las tensiones térmicas generadas.

La resistencia al choque térmico de un material depende directamente de la


conductividad térmica k e inversamente del coeficiente de dilatación y del calor
específico Ce.
Las roturas por choque térmico son características de materiales frágiles sometidos
a fuertes gradientes de temperatura, como es el caso de los vidrios y cerámicas
refractarias. En estos materiales, la resistencia al choque térmico es un parámetro
fundamental de diseño.

Ir = k · R / E Ce
Dónde: k es la conductividad térmica
R, la carga de rotura
, el coeficiente de dilatación
E, el módulo de Young, y
Ce el calor específico

También podría gustarte