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Guía de lectura ayudantía Sociología Curso D.

Bachillerato 2009.

Camilo Araneda C.

Habíamos dicho respecto a los tipos ideales que consisten a grandes rasgos en construir
modelos con arreglo exclusivamente racional. De esta forma se cuenta con una
herramienta científica capaz de aprehender la diversidad de los fenómenos concretos
debido fundamentalmente al ejercicio de abstracción que lo construyó.

Así Weber reconoce que existen 4 tipos puros de acción. ARCAF, ARCAV, A.
tradicional y A. afectiva.

Dice Weber que toda relación social ocurre con “arreglo” a alguna de estas formas
dónde por lo general está presente más de una pero lo que guía el sentido es cual de los
tipos predomina.

De esta manera el campo social queda configurado en su dinámica por los cuatro tipos
de acción que están referidos a cuatro núcleos de motivación: el cálculo (racional de
acuerdo a fines); la vocación (racional de acuerdo a valores); la costumbre (acción
tradicional) y la pasión (acción afectiva). La sociedad estructura las múltiples acciones
organizándolas entorno a una fuerza que se constituye en las relaciones sociales. Esta
fuerza estructurante es la dominación, más exactamente las relaciones de dominación

Poder.

Acción social  Relación Social  Asociación  Tipos de Dominación.

Cuadro 1.1

Teoría de la dominación.

La base de la teoría de la dominación, la constituye la noción de poder. Tal como se


expresa en el cuadro 1.11 Weber se da cuenta que en un tipo de relaciones sociales (que
son las asociaciones) no hay horizontalidad. Hay imposición de una voluntad sobre otra.

1
Respecto al diagrama que aparece en el cuadro 1.1 es necesario hacer ver que sólo tiene un afán
didáctico y que no constituye en modo alguno una especie ni de resumen ni de sistematización del
pensamiento weberiano.
El poder, entendido en un sentido sociológico significa: la probabilidad de imponer la
propia voluntad dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera
sea el fundamento de esa probabilidad

El que el poder sea una fuerza que estructura la sociedad le da preeminencia a las
formas de acción social que son en definitiva las que posibilitan y determinan las formas
de poder predominantes en la sociedad.

Sin embargo, el concepto de poder es “amorfo” ya que la imposición de la propia


voluntad puede basarse en una infinidad de atributos o circunstancias tanto del que
ejerce el poder como del que lo acata pero nada nos dice respecto de los fundamentos de
ese poder. Este terreno tan laxo dificulta el análisis de los fenómenos socio-culturales,
por ello Weber acuña el concepto de “dominación”, que tiene la propiedad de ser más
preciso ya que él implica la probabilidad de que un mandato sea obedecido.

Claramente, esta probabilidad sólo opera en la medida que los agentes se encuentren en
un plano desigual. Si las relaciones sociales fuesen horizontales, no habría posibilidad
de encontrar obediencia, este fundada en intereses o en el arraigo de la costumbre.

Así, la dominación se define entonces como la probabilidad de encontrar obediencia a


un mandato de determinado contenido entre personas dadas. Se trata de alguien que
manda eficazmente a otro ya sea porque su mandato está respaldado por un aparato de
administración del poder o en virtud de la pertenencia a la comunidad organizada dentro
de la cual se manda.

Esto pone de primera línea el concepto de “asociación”, como una forma específica de
relación social en la cual se puede desarrollar la dominación como fenómeno que
expresa la articulación de los innumerables tipos de acción que puede darse en la vida
colectiva. En definitiva, el fenómeno de la dominación es una consecuencia de la
articulación de las distintas acciones humanas que conforman la “estructura social”.

Por “asociación” Weber entiende una relación social con una regulación limitadora
hacia afuera, cuando el mantenimiento de su orden está garantizado por la conducta de
determinados individuos destinada a ese propósito: un dirigente y, eventualmente su
cuadro administrativo.

No obstante, la dominación no está incondicionalmente unida ni a la existencia de un


cuadro administrativo, ni a la de una asociación. Puede estar basada en uno o en otra
indistintamente. El clásico ejemplo de Weber es el del patriarca, que domina sin cuadro
administrativo, en tanto una asociación de dominación lo es por la simple existencia de
su cuadro administrativo.

La dominación legítima__________________________________________________

La dominación puede fundarse sobre principios materiales (intereses) o sobre la


tradición (validez del orden dado su regularidad). Sin embargo, si la relación de
dominación se fundara exclusivamente en estos elementos sería relativamente frágil,
debido a la posibilidad de que los intereses cambien o que una personalidad carismática
remueva las bases de la “tradición”. Por esto, visto sociológicamente, el fenómeno de la
dominación posee otro elemento que asegura su permanencia y regularidad. Este es, la
legitimidad o validez del orden. En una relación de dominación, el gobernante debe
legitimar su situación dominante para de esa forma asegurar su continuidad.

El que un orden sea legitimo se manifiesta en la necesidad de ocultar la trasgresión de


ese orden, o bien, de validarlo como legítimo bajo otro orden. (acá pusimos el ejemplo
de los encapuchados)

No obstante lo anterior, para la Sociología no representa dificultad el reconocimiento de


que distintos órdenes contradictiorios entre sí puedan “valer” unos al lado de otros
dentro de un mismo circulo de hombres. Este es, por el contrario, un terreno fértil para
la disciplina.

De hecho, la teoría de la dominación se mueve en torno a 4 ejes, igualmente importante


todos para la coherencia interna de la teoría pero de los cuales sólo nosotros nos
centraremos en uno.

i. El primero está centrado en la relación inseparable que existe entre “poder” y


“coerción”. Cuando atendemos al modo de coerción, ya sea física o “psíquica” el
análisis de poder nos lleva a las formas de dominación institucionalizadas en el
Estado (que pretende monopolizar el poder de coerción física) y en la Iglesia
(que pretende monopolizar el poder de coerción psíquica). Ambas formas
suponen que la aplicación de la coerción es reconocida como legítima. Las
pretensiones de legitimidad de uno u otro tipo de coerción, corresponden en
Weber a la dominación política y la dominación hierocrática respectivamente.
En este eje está el fundamento de la teoría del Estado
ii. Un segundo eje está centrado en la noción de legitimidad, que es la creencia en
la validez del orden. Esta noción permite conceptualizar una forma específica
del poder que es la dominación legítima (la autoridad) dando origen a la famosa
elaboración weberiana de los tipos de dominación legitima: legal-racional;
tradicional y carismática. Este eje es el que concentra la atención de esta
ayudantía y ahondaremos más adelante sobre lo mismo.
iii. Un tercer eje desarrolla las formas de “dominación no – legitima” (dominación
desprovista de “autoridad”, que puede ser concebida como simple dominación
de hecho) {dominación de facto} que en Weber están referidas a los fenómenos
de concretización de la actividad económica, entendidos principalmente bajo la
idea de localización de los mercados.
iv. Un cuarto eje está centrado en la noción de distribución del poder y sus
factores condicionantes. Estos factores son las clases, los estamentos y los
partidos, conceptos que están teóricamente referidos al mercado, al prestigio y al
poder social respectivamente.

Como dijimos antes, para los efectos de esta ayudantía sólo nos centraremos en el punto
2 que se refiere exclusivamente a las dominaciones “legitimas”.

Es bueno hacer ver que la “dominación legítima” (o sea el poder en cuanto autoridad)
on se da nunca fuera de una asociación de dominación (en otras palabras no se nunca
fuera de una estructura de relaciones sociales). Y esto no es sino la consecuencia de que
el poder sea entendido como una fuerza esencial para la construcción de la estructura
social. Las relaciones de dominación constituyen por tanto el soporte de toda la
conceptualización del poder, pues a través de ellas se organiza la vida social.

Repasando algunos elementos de la dominación legítima podemos decir que en esta


dominación el poder es entendido como autoridad, es decir “se cree” en la validez del
orden. Los mandatos son obedecidos no sólo por la potencial coerción física o los
eventuales inconvenientes que la desobediencia puede acarrear, sino por sobretodo por
que se consideran válidos. Se debe obedecer por que así debe ser. Esta creencia en la
validez del orden legitima también la coerción, en caso de desobediencia.

La dominación legítima tiende siempre a operar dentro de una asociación de


dominación. Una asociación se da cuando el actuar de los sujetos partícipes de ella se
encuentra regulado. La garantía de ese orden se encuentra representada por el cuadro
administrativo, que es un grupo de personas cuyo actuar está dirigido al cumplimiento
del orden que rige la relación social.

Así, las asociaciones políticas no se definen nunca por los fines sino por el modo de
dominación

Elementos presentes en una dominación legítima:

 un gobierno integrado por uno varios miembros con la posibilidad de existencia


de un cuadro administrativo
 un grupo que reconoce la autoridad del gobierno, es decir los gobernados
 una manifestación expresa del gobierno de dominar a los gobernados
 una aceptación subjetiva explícita de los gobernados de someterse al dominio
del gobierno

Los modos de dominación.________________________________________________

En función de lo dicho en la ayudantía anterior, es necesario recordar que los


tipos que Weber distingue como tipos de dominación corresponden a tipos puros, por lo
que es poco probable que se encuentren en la realidad con todos los rasgos que suponen
su pureza, es decir, su carácter ideal. (Para entender los fundamentos de esta técnica
metodológica (tipos ideales) los remito al documento anterior que envié sobre Weber)2

Habiendo dicho esto, podemos decir que Weber propone tres tipos ideales de
dominación legítima, según los principios que apoyan la validez del orden determinado,
a saber;

I. Dominación legal-racional

La autoridad se expresa en un sistema de normas racionales estatuidas. Se obedece a las


normas y no a las personas. Existe una regulación jurídica formal con respecto a la
administración del orden. Las personas que gobiernan son funcionarios que hacen
cumplir la ley, no por su persona sino por su puesto de poder. La expresión máxima de
esta idea es la Burocracia (como cuadro administrativo). A esta forma de dominación se

2
Cfr. Max Weber – Sociología comprensiva y Tipos Ideales.
le asocia la idea del “imperio de la ley” y que es por cierto la que gobierna en nuestros
tiempos.

II. Dominación Tradicional

La dominación se efectúa por la fuerza de la tradición, de la usanza de realizar las cosas


de un modo determinado. Se actúa de acuerdo a costumbres profundamente arraigadas.
El titular del poder es un señor, el cuadro administrativo, si existe, esta compuesto por
servidores, vasallos, etc. La autoridad personal de quien domina está legada de la
costumbre, de aquellos que “siempre ha sido así”.

III. Dominación Carismática

Las personas obedecen a un líder carismático, es decir, personas que destacan por su
éxito con las multitudes. Se les sigue por que se cree en ellos, por su extraordinaria
personalidad, sus seguidores son devotos y confían en ellos. Estamos en presencia de
fenómenos como el profeta, los héroes, los visionarios, los redentores, etc.

El líder carismático no está ligado a un ordenamiento jurídico de ningún tipo, ni un


orden legal, ni un orden consuetudinario. El carisma es un reconocimiento que los
demás le otorgan o confieren a un sujeto como portador de “lo extraordinario”. La
forma carismática de dominación se apoya en la autoridad no fundada en la razón ni en
la tradición de personalidades concretas.

El carisma es un factor que rompe el orden racionalizador, es altamente inestable, a


pesar de que si se mantiene en el tiempo se rutiniza, ya sea porque se racionaliza o se
tradicionaliza.

Tanto la dominación tradicional como la legal poseen estabilidad, son regulares y


continúas. Su instauración supone una mantención de orden de validez relativamente
estable; corresponde a lo “normal”. Por su parte la dominación carismática es un suceso
no esperado, se relaciona con un evento extraordinario por lo que Weber dirá que en el
carisma está la fuente de las grandes revoluciones que remueven un orden establecido
para lentamente instaurar otro.

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