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Viveros forestales.

Los bosques y selvas son comunidades biológicas, es decir, conjuntos de poblaciones


que interactúan entre si; a su vez, la población se define como un grupo de
organismos vivos de la misma especie que ocupan un lugar determinado. Las
poblaciones tiene atributos biológicos que no comparten con los individuos como son:
la densidad, la natalidad, la mortalidad, clases de edad, distribución, potencial biótico,
dispersión, forma de desarrollo, adaptabilidad, capacidad reproductiva y persistencia.
El conocimiento y registro de estos atributos permiten establecer la dinámica de la
población y a partir de ésta, diseñar con bases ecológicas su aprovechamiento. El
registro y resumen de estos atributos constituyen las llamadas “tablas de vida” de la
población que, paradójicamente tiene como componente principal al índice de
mortalidad.
Con la anterior información, se identifican los puntos críticos de la dinámica
poblacional en los que ocurre la mayor pérdida de individuos, para el caso de los
pinos, la mayor mortalidad se presenta entre la maduración de la semilla y los
primeros años después de la germinación, por esta situación, los viveros buscan
disminuir el índice de mortalidad de las poblaciones de pinos y de paso mantener la
biodiversidad de las comunidades vegetales.

Los viveros. El vivero es un conjunto de instalaciones que tienen como propósito


principal la producción de plantas. El cumplimiento de este objetivo, nos lleva a la
protección de las plantas en sus primeros días de vida, que son los más críticos para
su supervivencia, para esto debemos controlar los efectos de los depredadores y de
enfermedades que las afectan en esta etapa.
La realidad forestal del país nos indica la existencia de fuertes problemas de
deforestación, pérdida de biodiversidad y la consecuente necesidad de reforestar, los
viveros deben funcionar no solamente como reproductores de plantas sino como
fuentes de investigación y generación de conocimientos sobre el manejo especies
nativas y en peligro de extinción y también como sitios de capacitación y promoción de
las técnicas generadas. Sin embargo, el común denominador del viverismo en México
es el aislamiento de conocimientos y experiencias de los técnicos. Por otro lado, los
objetivos de producción no siempre están bien definidos con base en las necesidades
de plantación, por lo que en general no hay claridad en ellos.

Tipos de viveros forestales. Por la forma de producción, los viveros de pueden


clasificar en:
a) Viveros fijos en suelo o a raíz desnuda. En estos viveros la producción de plántulas
se lleva a cabo directamente en camas de crecimiento como las utilizadas en las
hortalizas, con protección en las orillas o sin ella; una de las actividades importantes
en este tipo de vivero es la poda de raíces y la preparación de la plántula para su
transporte al sitio de plantación; entre sus ventajas está la posibilidad de mecanizar la
producción y abatir con esto los costos, sobre todo en el rubro de mano de obra y en el
transporte tanto de materiales al vivero como de las plántulas a los sitios de
plantación; entre sus desventajas están las sociales al contratar poca mano de obra y
un alto índice de mortalidad al transplante, más aun si no se maneja adecuadamente
la plántula en la extracción y el transporte.
b) Viveros volantes o en envases. En estos viveros se producen plántulas en envase
con la finalidad de llevarlos al campo con una cantidad de suelo cubriendo la raíz
(cepellón); el envase utilizado en la mayoría de los casos es la bolsa de polietileno
negro de diferentes dimensiones, también se han utilizado otro tipo de contenedores
de plásticos rígidos, de unicel, de papel y de cartón; algunos de estos envases
permiten una cierta mecanización de la producción pero su uso es aún limitado; entre
las ventajas de este tipo de vivero es la utilización de mano de obra local al menos
temporalmente, eleva las probabilidades de prendimiento de la plántula al disminuir el
estrés del trasplante y facilita algunas labores de cultivo entre otras; sus principales
desventajas son las necesidades de transporte de suelo en grandes cantidades, alto
consumo de mano de obra y alto costo en el transporte a los sitios de plantación.
De acuerdo con su permanencia, los viveros se clasifican en:
a) Viveros permanentes. Se establecen para producir por periodos de más de cinco
años, cuentan con instalaciones permanentes y su producción es generalmente de
alcance regional.
b) Viveros temporales o transitorios. Se establecen para cubrir necesidades
específicas de reforestación en sitios de difícil acceso, su periodo de producción es de
hasta cuatro años; su ventaja principal es la aclimatación de las plántulas al sitio de
reforestación.

Criterios para el establecimiento de viveros. Una elección inadecuada del sitio de


establecimiento de un vivero y las instalaciones que se realicen, repercute
directamente en la calidad de las plántulas producidas, lo cual se reflejará en una alta
mortalidad en el transplante, por esto es muy importante considerar características
como el acceso, el suministro de agua, el drenaje, la orientación del terreno, la
topografía, el suministro de sustrato, disponibilidad de mano de obra y conocimiento
de eventos climáticos locales.
El acceso debe ser adecuado todo el año y lo suficientemente amplio para que
circulen en dos sentidos camiones pesados.
El drenaje del vivero esta en función de la topografía y de la textura del suelo, así, se
deben procurar pendientes suaves de hasta 3% en suelos que tienden a ser arcillosos
y planos en suelos mayormente arenosos, también se debe cuidar que no se
presenten capas duras o impermeables a menos de un metro de profundidad.
La orientación o exposición del terreno permite una mayor o menos cantidad de
insolación, lo cual repercute en el crecimiento de las plántulas.
El abastecimiento y la calidad del agua debe ser abundante y constante, en cuanto a
calidad se debe evitar los altos contenidos sodio y bajos contenidos de calcio y
magnesio, otro elemento que puede ser tóxico en altas concentraciones es el boro.
El vivero debe ubicarse en sitios donde se tenga disponibilidad de mano de obra para
asegurar que las labores de cultivo se realicen a tiempo.
Es importante que las especies que se produzcan en el vivero estén adaptadas al
clima de la región, también es necesario conocer la posibilidad de ocurrencia de
eventos climáticos locales como las heladas para poder prevenir sus efectos
El tamaño del vivero está en función de la producción anual programada, del tipo de
producción (en envase o a raíz desnuda) y el tamaño de envase a utilizarse; se
considera que para una producción de 1 000 000 de plántulas más un 10% de
reposición, se requiere de una superficie total de 1.6 ha incluyendo instalaciones,
caminos, pasillos y áreas de crecimiento.

Instalaciones del vivero. Con la finalidad de organizar adecuadamente la producción,


el vivero debe contar con las siguientes áreas:
Oficinas administrativas
Bodega de herramientas
Bodega de insumos y equipo
Instalaciones de riego
Semilleros
Área de manejo de sustrato
Área de crecimiento (platabandas)

Registro de cultivo. Con el objetivo de contar con toda la información sobre la forma de
cultivo que se aplica a cada especie o lote de plántulas, se lleva un registro en el libro
del vivero, en él se anotan los datos de los lotes de semilla utilizados, las fechas de
siembra y cantidad de semilla, densidad de siembra, el inicio y finalización de la
germinación, la fecha de trasplante y cantidad trasplantada, las fechas de aplicación
de tratamientos y labores efectuadas, fechas de detección de plagas y enfermedades
y los tratamientos aplicados, así como la descripción de los daños ocasionados y
cualquier información que se considere importante para el cultivo de las plántulas.

Aspectos técnicos generales:


Siembra de semillas. Esta actividad se realiza comúnmente en semilleros, en camas
de crecimiento o directamente en el envase; las camas de crecimiento se utilizan en el
caso de los viveros a raíz desnuda; los semilleros y la siembra directa se usan en el
caso de los viveros en envase, en este caso la decisión se toma con base en el
tamaño y calidad de la semilla, así, las semillas grandes pueden ser colocadas
directamente en el envase. En cuanto a la época de siembra, se recomienda en
términos generales los últimos días del invierno y durante la primavera, esto depende
de las características de crecimiento de la especie que se trate y de la ubicación del
vivero.
Trasplante. El objetivo del trasplante es disminuir la competencia que se origina con la
densidad de siembra, aumentar el espacio libre entre las plantas jóvenes, favorecer el
desarrollo del sistema radical, favorecer el acceso a nutrientes y facilitar el transporte
al sitio de plantación. El transplante debe efectuarse dos o tres semanas después de
finalizada la germinación, cuando empiezan a aparecer las primeras hojas verdaderas;
es preferible trasplantar prematuramente que hacerlo de forma tardía pues se evita el
estrés o crisis del trasplante y se puede colocar verticalmente la raíz sin dañarla.
Desde la siembra de la semilla hasta unos días después del trasplante, se considera el
periodo más crítico de la producción en vivero, pues tanto las semillas como las
plántulas son muy vulnerables a los efectos del ambiente, depredadores, patógenos y
errores de cultivo; las semillas pueden no germinar si no se proporcionan las
condiciones necesarias para cada especie, pueden ser depredadas por ratones,
ardillas, etc. o bien, afectadas por enfermedades de diferente origen y competencia
por malas hierbas. Para disminuir estos riesgos se debe tener cuidado en el riego, el
deshierbe y vigilar la aparición de plagas y enfermedades.
Mantenimiento. Una vez establecidas las plántulas en el envase o en la cama de
crecimiento, se deben mantener las condiciones de desarrollo hasta su transporte al
sitio definitivo de plantación, las tareas básicas de mantenimiento son: a) el riego debe
ser óptimo, es decir, ni deficiente ni excesivo, la deficiencia deseca el sustrato y
provoca estrés hídrico, el exceso favorece la aparición de enfermedades; b) el
deshierbe evita la competencia con especies herbáceas que normalmente crecen más
rápido que los árboles en sus etapas tempranas, generalmente se realiza de forma
manual, debe ser frecuente para evitar pérdidas por extracción conjunta con las malas
hierbas, se considera que el la actividad que consume mayor cantidad de mano de
obra; c) la fertilización es una práctica poco utilizada en viveros forestales ya que en
cada ciclo productivo se cambia el sustrato, en el caso de la producción a raíz
desnuda sí es recomendable y necesaria la fertilización; d) las podas se realizan y son
recomendables para el caso de la raíz, pero para la parte aérea no se recomienda de
ninguna forma para las coníferas y condicionadamente para las latifoliadas (hoja
ancha); e) se recomienda que antes de efectuarse el transporte de la plántula se
aplique un periodo de “castigo de riego” para evitar un estrés mayor en el sitio de la
plantación, sin embargo el día del transporte deben regarse las plántulas para evitar
que se vacíen las bolsas.

Criterios de calidad de las plantas producidas en vivero:


 Altura. Medida del cuello de las raíz a la yema terminal; suele definirse una altura
mínima, esta altura debe corresponder con su robustez.
 Robustez. Medida como el diámetro del cuello de la raíz; la relación entre la altura y
el diámetro varía con la especie.
 Forma del sistema radical. Debe estar ramificada equilibradamente, con numerosas
raicillas laterales y abundantes terminaciones meristemáticas.
 Relación raíz-parte aérea. Se recomienda en términos generales que la relación no
rebase el 1.8 una de otra; se debe establecer la relación para cada especie.
 Hojas y ramificaciones. La planta debe tener ramificaciones, las plantas espigadas
sin ramificar se consideran de mala calidad; las hojas deben tener el color normal
de la especie.
 Estado fitosanitario. No deben presentar signos de enfermedad, deficiencia nutritiva
o ataque de plagas.
La falta de interacción entre viveristas y la falta de un medio de difusión que permita
transmitir y conocer la experiencia generada en el trabajo de vivero ha provocado un
lento avance en el desarrollo de paquetes tecnológicos por especie que permitan tener
al menos un punto de partida para la producción de plántulas; los objetivos de
producción del vivero deben concordar con los de las plantaciones a realizar; en
cuanto a la fertilización y sustratos no hay recetas válidas, se debe realizar
investigación sobre todo para especies de lento crecimiento, para el control de malas
hierbas la actividad manual es la única opción a la fecha; para las enfermedades de
los almácigos se debe esterilizar los sustratos, ajustar su textura y cuidar los niveles
de riego; finalmente se debe probar la producción a raíz desnuda por especie para
abatir costos de producción en el mediano y largo plazos.

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