Está en la página 1de 3

¿Conocen el efecto: "Tu hijo lavó los platos"?

Permítanme explicarlo.

Después de claras indicaciones sobre el "comportamiento en casa


ajena", una madre muy preocupada finalmente deja ir su hijo
adolescente a pasar un fin de semana al hogar de unos amigos

Al otro día decide llamar para indagar sobre el comportamiento de su


hijo y escucha la siguiente notica:
"Tu hijo es increíble, le ha ayudado en la tarea escolar a nuestro hijo
menor, tendió su cama muy bien y ahora mismo está lavando los
platos..."

Sintiendo más curiosidad que alivio, la madre pregunta:


"Oh, qué grata noticia, pero... ¿Estas segura que es mi hijo?"

Bauticé este comportamiento: "El efecto, tu hijo lavó los platos",


Para explicar a los jóvenes la importancia de la proyección o lo que
en psicología llaman los "Posibles yos"
Por ejemplo, al asistir a un campamento de liderazgo de solo dos días,
siento que si me porto bien, si hablo bonito, si soy amable y servicial,
me da la fuerte impresión de que todo lo mundo realmente piensa que
así soy siempre...

Lejos de querer ser falso o un hipócrita, termina siendo casi ético el


dar la mejor impresión en escenarios donde hay tan poco tiempo para
interactuar. Dicen por ejemplo que el noviazgo es el arte de engañar
a otra persona, y está afirmación es por la proyección que tiene el ser
humano de trasmitir "lo que le gustaría ser aunque aún no lo logre".

El problema es que si el tiempo de exposición se alarga, en algún


momento el efecto se termina y las princesas vuelven a ser brujas y
los principies sapos, pues "no podemos contener el aire tanto tiempo
para la foto"
Ahora bien, el punto de este escrito es la PROYECCIÓN. La
importancia de Intentar ser quien aún no somos hasta serlo, es decir,
conforme aumento los escenarios donde representó verdades nobles y
sublimes aumenta también mi progreso, mi cambio, lo que predicó se
torna mucho más que un mensaje, un estilo, un comportamiento. Y
cuando finalmente descubro que soy uno con mi mensaje, nace lo que
llaman coherencia.

Fue Vygotsky quien dijo:


"Lo que un niño puede hacer al cooperar hoy, podrá hacerlo sólo
mañana"

Al principio mi decencia es solo una noble cooperación, pero mañana


será una realidad.

El hombre habla lo que piensa y termina siendo conforme piensa,


entonces hay que pensar y hablar bien hasta que sea tangible en mi
ser, aunque todo mi cuerpo y el de otros aún me digan falso, hipócrita
o mentiroso al principio.

"Hay que hacer lo que NO nos gusta, hasta que sabe a bueno"
dice aún mi madre...

Así, siendo quien no somos por el momento, usando una máscara para
sentirnos más seguros, nos proyectamos. Nos convencemos y hasta
nos comprometemos con el cambio. Y un día, no necesitamos más
máscaras, o tal vez otra con mejor diseño.

Vemos personajes en el escenario de esta vida y decidimos seguir sus


pasos. Al principio los imito, solo soy un actor. Con el tiempo
descubro que interioricé y ahora el personaje es real en mi y así
emprendo una nueva búsqueda.

Se sorprenderían si supieran la cantidad de roles y máscaras que tuve.


Fui payaso de fiestas en Tokio, Vendedor de Cocoa en patines en
Yokohama, Mimo en Shizuoka y en Ciudad Bolivar. También
traductor de religiosos y un misionero social sin título por todo el
mundo.

A nadie le parece esto más absurdo que a mí, pues siempre fui solo
un niño violento, grosero, desobediente y lleno complejos.
Aún me persiguen "mis demonios" y en ciertos escenarios confieso
que ese niño inmaduro sale a hacer estragos, pero aún así, de tanto
proyectarme, le he ganado mucho terreno a mi caótica mente y
destino.

"De tanto creer que Kenji dibuja bien, está empezando a hacer las
nubes bonitas"

Y usted mi querido lector, piensa seguir sumido en la cruda realidad


o se va a permitir fantasear conmigo, que somos reyes o princesas de
este universo.

¿Entendió?
Ni yo!

También podría gustarte