4 DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2018 EL TRIBUNO JUJUY
SERES MÁGICOS
“El diablo embotellado”
i abuelita, contaba que el
M diablo se aparecía vestido
de gaucho, de toro, de chi-
vo o de cómo se le antojaba. Me
contó la historia de una muchacha
muy inteligente que atrapó al diablo.
“Siempre que la muchacha salía
de su casa, un gaucho vestido de ne-
gro, bien elegante y con rastra de
plata la seguía y le hablaba, y tanta
fue su insistencia que la muchacha
aceptó un día ser su novia. Pero ella
era muy lista, se ganó la confianza
del galán y le pidió que la llevara a la
casa donde él vivía. “Si quieres que
sea tu esposa llévame a tu casa, para
conocerla”, le decía ella. El gaucho
aceptó y un día la llevó a una cueva.
Cuando llegaron le dijo a la novia
que allí vivía y que tenía todo lo que
los seres humanos podían soñar y
desear: “Ven Mira. Aquí tengo semi-
llas para lograr las mejores cosechas
del valle. Oro. Cofres llenos de oro
para quien los pida. Monedas y jo-
yas. Tengo disfraces para los artistas.
Vinos de los mejores. Abundantes
comidas. Diversiones. Todo”. “Tú
también puedes disfrutar también
de esto, nada más pídemelo, yo te lo
doy, pero quítate eso que traes en el
cuello”, le dijo una y otra vez.
El diablo no podía hacerle nada a
la muchacha porque ella llevaba una
cadenita de oro con un Cristo que le
CRÓNICAS DEL XUXUI
Exploraciones mineras de
la Puna en época colonial
Según estudios la explotación en la
Puna jujeña se remonta hacia época
colonial y continuando de manera
intermitente hasta mediados del si-
glo XX. Aún no se cuenta con evi-
dencias para postular una explota-
ción anterior a la conquista europea,
aunque sí se ha identificado ocupa-
ciones prehispánicas en la zona.
En la primera mitad del siglo XVII
las explotaciones se habrían concen-
trado en las cercanías del pueblo de
reducción de indios de Cochinoca,
en un yacimiento de plata referido
en documentos como Cerro
Espíritu Santo. También habrían si-
do relevantes las explotaciones aurí-
feras localizadas en las inmediacio-
nes de Santiago de la Rinconada del
Oro, asiento de mineral.
En bibliografía geológica sobre la
historia de explotaciones en el área,
se documenta que la mina de Pan
de Azúcar era conocida “desde el
tiempo de los jesuitas” y que “su mi-
neral era rosicler y sus desmontes,
según cuenta la crónica, produjeron
ingentes marcos de plata a sus tene-
dores, beneficiándose por fundi-
ción” (1). “Los trabajos mineros fue-
ron realizados por la comunidad je-
suita de donde deriva el nombre
caía en el pecho. Además el diablo
era fanfarrón, le dijo a su novia que
él era una persona importante por-
que ayudaba a muchísima gente: a
los artistas, a los magos del circo, a
los que trabajaban en el teatro, y le
homónimo con que luego se identi-
ficara a la veta que afloraba en el
criadero [la veta jesuita]” (2).
Sin embargo, no hay evidencias
concretas de que alguna de las ex-
plotaciones mineras puneñas haya
sido llevada a cabo por la Compañía
de Jesús, sino más bien por mineros
particulares tanto europeos como
indígenas. La documentación de la
época muestra los emprendimien-
tos de varios encomenderos en el
área, quienes invertían capitales,
aportaban la mano de obra indíge-
na de sus encomiendas y se asenta-
ban en la región, incluso con sus fa-
milias (3). Por otra parte, también se
sabe del establecimiento de com-
mencionaba nombres: “Fulano ya
es rico porque yo le ayudo y a
Mengano la fortuna que tiene es
gracias a mi”…
-“Mentira, no te creo”, le contesta-
ba su novia.
pañías entre mineros españoles, be-
neficiados con mercedes de tierras
en el área o no. En cuanto a los mi-
neros indígenas, estos explotaban
minas de forma independiente o a
jornal de mineros europeos.
Según la misma documentación
de inicios del siglo XVII se refiere a
los minerales de Cochinoca, dicien-
do que “prometen mucha riqueza y
se van poblando de españoles que
acuden a poblarlas y trabajar en
ellas” (3). Por otra parte, se sabe de
la instalación de un ingenio en las
primeras décadas del siglo XVII, pa-
ra el procesamiento de los minerales
de plata extraídos en el área. En los
“términos del pueblo de indios de
Para desmostar su poder el diablo
invitó a la muchacha a un circo que
por esos días había llegado al pueblo
“Te voy a llevar para que veas có-
mo trabajo en el circo”, dijo el diablo
a su novia. Ella aceptó acompañarlo.
Cuando llegaron el diablo se sentó
en la luneta: “Ya vengo; búscame allá
arriba. Allá voy a estar”.
La muchacha se divertía mirando
a los payasos y a un oso que bailaba
al compás del pandero; el mismo
animal que actuaba en los cruceros
de las calles y en las plazuelas, du-
rante el desfile del circo.
Cuando le tocó el turno de los tra-
pecistas y fueron anunciados con
redobles suspensivos, se hizo pro-
fundo silencio. Los circenses subie-
ron al columpio y la novia del dia-
blo identificó a su novio vestido
también de trapecista. Colgando de
las piernas, el diablo lo sujetaba de
los tobillos con una evolución bien
calculada y ejecutada: perfecta. La
gente suspiraba con alivio y
aplaudía entusiasmada, sin saber
que el diablo los divertía transfor-
mado en cirquero.
La muchacha habló con sus pa-
dres y les dijo que se quería casar, y
que su novio era una persona muy
importante. Después de interrogar-
la, sus padres le aconsejaron que no,
que aquel hombre no era bueno y
Cochinoca y Cerro Rico” se cons-
truyó un "ingenio de moler metales
ricos de plata con todas las caserías,
edificios y corrales y tierras", llama-
do San Joseph de Cochinoca
(ABHS, Colección Marquesado
Valle de Tojo -CMVT-, Escribanías
públicas, Año 1737, f. 35). Éste
habría procesado los minerales ex-
traídos en el Cerro del Espíritu
Santo de Cochinoca. Desafortuna-
damente, las investigaciones arque-
ológicas desarrolladas en el área aún
no han permitido la localización de
dicho ingenio, que habría sido
abandonado en 1662.
Otro documento que avala la explo-
ración en la Puna, por parte de euro-
peos en época colonial, se encuentra
en el Archivo General de la Nación
(AGN) donde se halló un expediente,
iniciado por el marqués del Valle de
Tojo, encomendero de la región, don-
de denunciaba que en 1683 “se junta-
ron en el Pan de Azúcar con pretexto
de minas más de veinte hombres faci-
nerosos”, quienes llegaban al pueblo
de Cochinoca “a sacar indios para la
labor de minas del Pan de Azúcar”,
alegando ser primeros descubridores
del yacimiento. Esto, de acuerdo con
el marqués, era ilegal, ya que el “cerro
del Pan de Azúcar es mineral trabaja-
do y tan antiguo que pasa de setenta
años", con "ingenio y trapiches que se
despoblaron como parece de las rui-
nas que de ellos se ve” (AGN, Sala
XIII, Documentos Diversos, Sección
Colonial, Leg. 11, f. 208 y 175-175v).
finalmente la convencieron para
que desistiera.
Así que una tarde, a la hora en que
había quedado de verse con él, la
chica preguntó: “Estás seguro que
puedes hacer todo lo que quieras?”.
“¿Pero aún tienes dudas? Pídeme
algo”, le contestó el diablo.
Ella que tenía preparada una bote-
lla, le dijo: “¿Puedes convertirte en
un gigante?” Y el diablo le contestó:
“¡Por supuesto!”.
Y se estiró hasta pasar el techo de
su casa.
“¡Eso es fácil!. Ahora hazte chiqui-
tito y métete en esta botella. Eso du-
do que lo podrás hacer”.
Yel zonzo del gaucho se trans-
formó en un diablito muy pequeñi-
to y saltó dentro de la botella.
Levantaba la mano y le gritaba
aquí su novia, muy risueño: “Ahora,
¿qué me vas a pedir?”
Y la muchacha agarrando la bote-
lla rápidamente, le puso como
tapón, el crucifijo que tenía en el pe-
cho, y quedo encerrado el diablo en
la botella.
“¡Déjame salir!, Gritaba el pobre
diablo”. Pero la muchacha no se lo
permitió y se lo llevó a su casa.
Mostró la botella a sus asombra-
dos papás, quienes miraban y remi-
raban al gauchito diminuto gritan-
do sin que se le entendiera. Como
no sabían qué hacer se llevaron la
botella a la parroquia de San Benito
y el sacerdote dijo unas oraciones en
latín, la bendijo y la botella se desa-
pareció. Nunca más se supo del dia-
blo vestido de gaucho”.
Referancias
1- Catalano, E. 2004.
Antecedentes y estructura históri-
ca de la minería argentina. En
Historia de la
Argentina,editado por E.
Minería
Lavandaio y E. Catalano, pp. 1-
176. Segemar, Buenos Aires.
2-Segal, S.J. y P.J. Caffe 1999. El
Grupo Minero Pan de Azúcar,
Jujuy. En Recursos Minerales de la
República Argentina, editado por
E.O. Zappettini, pp. 1579-1591.
Segemar, Buenos Aires.
3- Palomeque, S. 2006. La Historia
de los señores étnicos de
Casabindo y Cochinoca (1540-
1662). Andes 17:139-194.
Imagen: Fragmento alusivo.
Mural historia de la minería en
Oruro realizado por los artistas
Tito Yugar, Fineles Llanque, Saúl
Rivera, Giovani Villán, Raúl
Colque, Vanesa Ajuhacho,
Maritza Quispe y Oscar Choque.
(Fuente: Carlos I. Angiorama,
María Florencia Becerra y María
Josefina Pérez Pieroni “El mineral
de Pan de Azúcar. Arqueología
histórica de un centro minero colo-
nial en la Puna de Jujuy
(Argentina)”. Instituto de
Arqueología y Museo, Ises-
Conicet. Tucumán)