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L__ Ue a wa fatcled in 7 a0e,e-) 1. MAIZELIS FINALES DE PEONES Ante la escasez de literatura subespectall- zada sobre los finales de partida. el aficio- nado, el jugador medio y hasta el més ele- vado, encontraré en este libro la solucién al problema matemstico de los finales de peones, porque si bien Ja fase inicial del juego es rica hasta el absurdo en variantes y posibilldades, el final de la partida per- tenece al campo en que Imaginaci6n debe ceder ante la técnica, en que el ta- lento es eclipsado por el studio, ins- plracién reemplazada por la transpiracién Intelectual. De ahi que la aparicién de esta nueva edicién abra un nuevo y amplisimo campo de investigacién al aficiont con- clenzudo asi como al maestro. quien ne- casita depender cada vez més del andlisis de laboratorio para el remate de sus par- tidas. Desde que Philidor («los peones son el alma del ajedrez+) revaluera el concepto medieval del pe6n y lo democratizara has- ta despertar al mundo ajedrecistico a la reslided aplastente de su importancia, son muchos los autores que progresivamente Penetraron en los misterios de esta figu- ra primaria del ajedrez. Berger, en su obra monumental, y més tarde Euwe, Robino- vieh y Fine contribuyeron amplismente 8 este fogro tedrico. Maizells, en el presente volumen, ofrece al aficionado un resumen de estas tendencias, a veces diferente: y aunando estos estudios a Ia clésica In- vestigacién de Dedrle sobre la teoria de Jas casillas criticas, presenta el tema sobre la ba una teoria cnica de finales de pe6n, He aqui su mérito, Cublerta de G. Mart ‘Si usted desea estar informado de nuestras publicaciones, slrvase remitimos su nombre ¥ direccién, o simplemente su tarjeta de vi indicindonos los ternas que sean de su imerés. Ediciones Martinez Roce, S. A Dep. informacién Bibliogratc Gran Via, 774 08013 Barcelona 1. MAIZELIS FINALES pe PEONES I, MAIZELIS FINALES DE PEONES \QUES: EDICIONES MARTINEZ ROCA BARCELONA FINALES pr PEONES J. Maizelis Traducci6n directa del ruso de Lypia Kuper DE VELASCO y AnpRES FIERRO MENG Proemio de JAIME LLADO LUMBERA Maestro Nacional de Ajedrez Revision técnica de Jost M2 JUSTE BoRRELL © 1969 por EDICIONES MARTINEZ ROCA S. A Gran Via, 774, 72 - 08013 Barcelona RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no puede ser reproducido en todo, ni en parte, sin permiso IMPRESO EN ESPANA > PRINTED IN SPAIN ISB Depésito Legal: B. 17054-1988 Libergraf, S. A. - Constitucié, 19 - 08014 Barcelona PROEMIO En realidad, este libro no necesita presentacién de ninguna clase. Viene precedido det suficiente prestigio internacional para que lo mismo el profesional que el aficionado, que incluso aquel que por primera vez asoma su curiosidad al campo de batalla, tan incruento como apasionante, del ajedrez, le dé no sélo como bueno sino como ejemplar y ainico hasta ahora. Pero me parece oportuno aducir agut el argumento de que, entre los numerosos Libros que tratan de ajedrez, son pocos — por lo menos que yo conozca— los consagrados a los finales de partida. Yo sé de esa especie de angustia que se le presenta al ajedrecista cuando, previendo ganada la partida, se ve en el trance de elegir. Muchas, muchtsimas veces, la eleccién Uega a sus dedos como por divina inspiracién. Pero no es eso. Dejar que et azar intervenga, aunque sea para traerle el triunfo, no conjuga ni atin de lejos con lo que constituye para el jugador la esencia misma de su personalidad: lo exacto. Lo que esté en sus manos evitar, 0 provocar. Se hacta precisa una sistematizacién de la experiencia en esta ma- teria, hasta — si ello era posible — convertirla en sencilla, pura y simple teorfa. Y tenfa que ser un hombre de la talla de un Maizelis quien consiguiese un propdsito de tanta envergadura. Este libro, FINALES DE PRONES, recoge y remata cuanto sobre ello se ha experi- mentado. Lo més dificil del propésito era conseguir una claridad a> expo- sicién tal que Uegase a la comprensién inmediata incluso del profano. En este sentido, la obra de Maizelis puede presentarse como un modelo de la didéctica. Es clara, es eficaz; es poco menos que exhaustiva. Jammy L1apé Lumnera Maestro Nacional de Ajedrez va INDICE Proemio Introduccién Casillas crfticas © clave. Puntos de invasién Distancias, oposicién y casillas conjugadas Capitule primero: REY Y PEON CONTRA REY Capitulo I, REY Y DOS PEONES CONTRA REY Capitulo III: PEON CONTRA PEON 1. Peones en la misma columna 2. Peones en columnas vecinas 3. Dos peones pasados Capitulo IV: DOS PEONES CONTRA UN! 1. Peones ligados cee 2. Peones aislados : 3. Peones aislados doblados Capitulo V: DOS PEONES CONTRA DOS PEONES 1. Finales con peones pasados ace 2. Fimales sin peones pasados Capitulo VI: TRES PEONES CONTRA DOS PEONES Y CON. TRA TRES Diese). 1, Finales con peones pasados 2. Finales sin peones pasados Capitulo VII: DESARROLLO DE LA TEORIA DE LAS CA- SILLAS CONJUGADAS en 1. Oposicién corriente (sistema rectangular) 2, Sistema del cuadrado y el triéngulo 1x < Bow Bx8s BKB B & 107 120 143 143, 160 179 180 184 3. Sistema de las ocho 4. Sistema «T» ae es Algunas observaciones y conclusiones Capitulo VIII: FINALES DE MUCHOS PEONES 1, Algunos procedimientos técnicos . . 2. Ventajas y desventajas de posicién 3. Ejemplos de la lucha de maniobra Apéndice: FINALES DE PEON QUE PASAN A SER FINALES DE DAMA rrr ———— 1, Dama contra peén . 2. Paso al finaldedama . . il 196 207 212 220 221 235 246 263 264 270 A la memoria de mi esposa Evguenia Mijailovna Zoetkova-Maizelis. 1. Mazes. INTRODUCCION La famosa expresién de Philidor «los mes son el alma del ajedrezs conserva toda su actualidad, pero ahora se da una interpre- tacién distinta —no del todo philidoriana— y mas profunda al papel de los peones en el juego. _ De ordinario, los peones constitnyen Ia base de la posicién y deter- minan, en gran’ medida, sus peculiares caracteristicas. Tiene extracr- dinaria importancia el papel de los peones en la fase final del juego, cuyo objetivo fundamental es la conversién del pedn en Dama. La mayorfa de los finales son de peones, y hasta en los de figura es preciso calcular las posibilidades de nn final puramente de peones. Tras la aparente sencillez de los finales de pedn, suele ocultarse una gran profundidad. Sin embargo, su cardcter original, a veces incom- prensible, se explica por las leyes generales por que se rigen y a cuya comprensién se va acercande poco a poco la teoria ajedrecistiea. El desarrollo de la teorfa de finales de peén es un proceso largo y complejo, de particularidades diffciles o tal vez impostbles de precisa. Fue extremadamente largo el perfodo de acumulacién inicial de mate- tiales y su comprobacién analftica. El libro de J. Berger, que podemos considerar como la primera experiencia de sistematizacién cientifica del ajedrez, significé un cierto resumen de esta labor. Mas tarde, se publi- caron los trabajos de Rabinovich, Euwe, Fine y Cheron, pero cada uno de estos autores estaba mis o menos influido por sus antecesores. En las obras enumeradas no se habia intentado signiera esbozar ni desarrollar los problemas generales de la teorfa de finales de pedn. Para Berger, lo fundamental era el concepto de «oposicién» y la aplicacién practica de este métodox. Rabinovich, ademAs de esto, aplicaba el método de «casillas conjugadas». No obstante, seria vano buscar en las obras de ambos autores una fundamentacidn tedrica de los métodos indicados. Esta falta de fundamentacién tedrica y de base tinica de exposicién constituye un defecto de las obras indicadas que, aparte de eso, son sit- mamente valiosas Hoy dia, la teorfa dispone de métodos que le permiten hacer una sintesis mas amplia y sentar reglas que facilitan, en cierto modo, el desarrollo practico de muchos finales de peon, El objetivo de este estudio es dar a conocer estos métodos a los lectores. Es el prime: intento que se hace de exponer el tema sobre 1a base de una teorfa tinica 1 de finales de pe6n, en la medida que pueda considerarse establecida actualmente. La teorfa de finales de peén se formé sobre la base de la experiencia prctica de los maestros de ajedrez y del estudio analitico de numerosos ejemplos. Fue también muy considerable la aportacién de los teéricos, a los que se deben art{sticos andlisis, tanto de algunos aspectos de esta fase del juego, como de ciertas leyes gencrales. En este trabajo se dan Jos nombres de los autores de las posiciones (0 de su solucién). Han contribuido activamente al desarrollo de esta teorfa general: F, Durand, que en 1860 y 1874 publicé unos ensayos sobre casillas criticas; Dedrle, que profindizé considerablemente esta teorfa en 1921 y 1925, y Grigériev, que fue el primero en estudiar Ia teorfa de las casillas conjugadas (1922). Pero el mérito de Grigériev no radica sola- mente en eso: destacado investigador y fino artista, contribuyé sin- gularmente al estudio de los finales de peén y de sus leyes. El tema principal de todos los finales de peén es su transformacién en Dama. Como ¢ logico, sélo ofrecen interés las posiciones donde este objetivo se consigue superando las dificultades, cuando resulta impo- sible a causa de una defensa acertada, o bien en algunos otros casos, debido a las peculiaridades de 1a posicién. Los finales de peén pueden subdividirse en dos grupos: «dinamicos» y ebloqneados». En el primer grupo, juegan un papel importante los peones méviles, secundados habitualmente por el rey. En el segundo grupo, los peones permanecen inméviles: bien por bloquearse mutua- mente, bien por no poder moverse bajo la amenza de captura evidente. Como ‘es légica, en finales de este iiltimo tipo maniobran tan s6lo los reyes, tratando de ocupar ciertas posiciones decisivas y ventajosas. En la practica se conocen posiciones de tipo eintermedio» ; su inclu- sion en uno de tos dos grupos fundamentales depende del grado de movilidad que atin poseen los peones. Sin embargo, en todas las circunstancias, os decir, en finales de cual- qquier, tipo, los reyes desempefian un papel importante y con frecuencia lecisivo, atacando (también contraatacando) y defendiendo los puntos débiles, es decir, criticos, de Ia posicién. Estos puntos, cuya ocupacién determina el resultado de la partida o, por lo menos, 1a realizacin de un importante objetivo intermedio, suele Hamarse puntos clave. Un factor decisivo del juego stele ser el grado de proximidad o Iejania de los reyes de los puntos criticos .o clave, debido a lo cual nace el concepto de edistancia critica». Las posibilidades de transformar el peén, los puntos claves de la posicién, las distancias que median entre los reyes y ess puntos determinan, en lo fundamental, el contenido estratégico de casi todos ios finales de peén. En los ejemplos concretos expuestos a continuacién explicamos los principios arriba indicados. CASILLAS CRITICAS O CLAVE. PUNTOS DE INVASION Para comprender mejor los principios fundamentales de Ia teorfa general de finales de ajedrez, examinemos algunos ejemplos elemen- tales. En el ejemplo 1 Jas blancas consigiten triunfar en el caso de que consigan coronar al peén. Moviendo tas blancas, resulta posible: 1 PIAD, RAD; 2. RIC y 3. PSAD. Si el sey blanco ocupase Ia casi 6D, después de 1. PIAD, R2CD, obtendriamos el mismo resultado con 2. RID, Sin cmbargo, si la Salida fuese de las negras, jugando 1... RICD (6 1... RUD estando el rey blanco en 6D) ; 2, PTAD+, RIAD, Jas megras hacen tablas. ¢ Como se explica esto? ‘En el primer caso, las blancas consiguien ocupar con su rey la casilla 7CD (6 7D), asegurando asf Ja coronacién del peén ; en cambio, movien- do Jas negras esto resulta imposible. Estaremos eu lo cierto al afirmar que la ocupacién por el rey de la casifla 7CD 6 7D decide la pastida. Estas casillas se Jaman scriticas, _ya que su ocupacién por el. rey blanco pone a las negras en situacion ‘critica, Més justo seria calificarlas de posiciones «claver, ya que st osesidn asegura el objetivo que se persigue, 8 decir, Ta ‘coronacién jel_peon. shies imbiese tocado jugar a las negras la partida seria nula, ya que el rey negro no habia permitido la ocupacién de Jas casillas clave} la posicién del rey negro frente al blanco se llama, en térmitios ajedrecis- ticos, eoposiciém ‘Asi pues, la «oposiciéns es un procedimiento tactico, un medio de lucha por las posiciones clave (pero, como veremas més tarde, no es, ni mucho menos, el imico). En la posicién vemos que la couversién del peén en dama se reduce ala lucha por la posesién de casillas patticularmente importantes y decisivas. ‘Veamos ahora la posicién 2, Un simple andlisis nos hace ver que las blancas ganan independientemente de la salida; es decir, que en este caso la eoposicién» no juega un papel decisivo. Lo mismo resulta si el rey blanca esté en 6CD o en 6D. Ahora bien, en el 2 las casillas 6CD, 6AD y 6D son también «claves, pues st posesién asegura la posibilidad de ocupar la 7CD y la 7D, ¥ coronar, por lo tanto, el peén. Resultado de ello es que el PSAD, que se encuentra en la otra mitad del tablero, obtiene un sistema de casillas clave indicados en el ejemplo 3, Tan, pronto como el rey blanco ocupe uno de estos 6 puntos, queda asegurada la conversién del peén en dama, independientemente de la posicién del rey negro y de a quién le toque jugar (a excepcién, claro est, de que las negras puedan capturar al peén en la primera movida). La tinica razén de. que las casillas 3CD, 3AD y 3D sean criticas para las negras se debe a que su rey est4 limitado en sus movimientos por su proximidad a la banda del tablero. Eu el 2, donde el peén ha pasado ya de la mitad del tablero, las uegras pierden después de 1. RECD, RICD; 2. P6AD, RIAD; P7AD, las negras pierden por Zugzwang, ya que no tienen casillas para retroceder. En el 4, donde el no ha pasado de la mitad del tablero, el cuadro es totalmente into; después de 1. RSCD, R2CD; 2. PSAD, R2AD; 3. P6AD, las negras juegan 3... RIAD y'hacen tablas. Asi pues, si el rey bianco domina las casillas 5CD, SAD, 5D, la posicién no eS peligrosa para las megras, Son criticas ‘para éllas\ las casillas 3CD, 3AD y 3D, situadas fila por medio del peén en la misma vertical, y en las dos vecinas. La ocupacién de tno de esos campos clave pot el rey blanco asegura a coronacién del peén. Si en el cuadro 4 les toca jugar a las negras, se ven obligadas a ceder inmediatamente al rey bianco uno de los puntos de invasion a la fila siguiente, es decir, la casilla 3CD 6 3D (movimiento envolvente), después de lo cual toda resistencia es vana. Si salen las blancas, no pueden ocupar ninguna casilla clave, ya que el rey negro toma la opasicién y no deja paso al rey blanc: Examinaremos con mas detalle estos finales en el capitulo I. Por ahora nos limitaremos a formular los resultados obtenidos : a) El peén pasado tiene su sistema de escaques critics o de clave. b) Cuando el rey de la parte atacante ocupa una casilla clave queda asegurado el objetivo de dicho final: 1a coronacién del peon. ¢) En esta clase de finales se Incha fundamentalmente por 1a posesién de casillas clave. ‘Examinemos el cuadro 5. En la posicién 5, el plan de las blancas consiste en capturar pri- meramente el peén 4D y, seguidamente, coronar su peén 5D. Una vez 4 capturado el peén 4D (objetivo inmediato de las blancas), se intenta realizar la otra parte del plan. s evidente que si el rey blanco consigue ocupar alguna de las casillas ER, SAR 6 SCR, el pedn negro 4D esth irremisiblemente perdido. Por lo tanto, este peén también tiene sus puntos criticos. La realizacién del primer objetivo (captura del peén) no significa que la otra parte del plan se consiga, Las negras pueden impedir que las blancas coronen su peén.. Por ejemplo, en la posicién 5 las negras, al jugar, pierden la oposicién y no tienen mis remedio que dejar que el rey blanco, ocupe la una casilla clave. En respuesta a . R3R; las Blancas jnegan 2, RSCR (esta maniobra se llama movimiento envolvente, que es tna consecuencia de la pérdida de oposicién. Mas adelante veremos que donde no hay amenaza de rodeo no es obligatorio ocupar la oposicién ; yéase 6). Sigue luego 2.. RAR; 3. RSAR, RID; 4. ROAR, R3AD; 5; ROR, R2A (Las negras entregan el pebn 4D,’ pero no dejan que el rey blanco pase a las casillas clave del peén pasado 4D) ; 6, Rx PSD, R2D y tablas La verdad es que el sistema de casillas clave del peén 5D es mucho mas complejo. Forma un rectangulo 5TD, 7TD, 7CR y 5CR. Lo veremos. claramente en el cuadro Sa, Las casillas ‘marcadas con una cruz en los cuadios 5 y 5a, sefialan el Ifinite de la ezona critica» del peén 4D, la «primera linea>, por decitlo asi, de la defensa de las negras. Como es natural, el peligro maximo: para el peén negro 4D emana del rey blanco situado 5R 6 6R (que son las casillas clave fundamen- tales), pero, como hemos visto ya en el cuadro 3, la ocupacién de la casilla 5CR’ (invasién de Ja zona critica), asegura el dominio de las casillas SR y 6R. El peén blanco 4D en el cuadro 5 también tiene su zona critica simé- tricamente situada, limitada en su parte superior por las casillas 4R, 4AR, 4CR, 4TD, 4CD y 4AD, Por eso, fa situaciém del rey blanco en cualquier punto de la zona critica del peén negro AD no significa Ja captura de esta pieza, ya que el rey negro puede, a su vez, inva Ia zona critica del peén blanco 4D. Vemos, pues, que la distancia hay entre los reyes y fas correspondientes zonas criticas, es decir, casillas clave fundamentales, tiene mucha importancia. Conviene recordar gue en la lucha por tres puntos clave, situados en fila o en columna, el rey consigue triunfar solamente si consigue tomar Ja oposicién. Este es su ainico medio de lucha. Pero si sélo hay dos casillas clave, como ocurre en cl cuadro 6, la defensa por medio de la oposicién deja de ser obligatoria, ya que las blancas no pueden realizar st. movimiento envolvente. Los diagramas 7, 8 y 9 muestran la posicién de los puntos clave en otra clase de finales de pedn. Si en estas posiciones les toca salir a las negras, las blancas se apoderan de las casillas clave y ganan. Con- viene seBalar que, aunque en los diagramas 8 y 9 s6lo hay dos casillas clave, la opgsicign es imprescindible, ya que las negras pueden con- trolar también el peén 3AR, es decir, de hecho, tres casiflas. Mas adelante hablaremos de las particularidades del juego en si- tuaciones semejantes. Por ahora nos limitamos a sefialar io siguiente : hal), Cada disposicion de los peones tiene su propio sistema de caf clave. b) La ocupacién de esas casillas asegura la realizacién del objetivo fundamental (o intermedio) que se, persigue en dicho final. c). La lucha se reduce a la lucha de los reyes por la posesién de e803 puntos clave. En los capftulos siguientes (principalmente en el 7.°), veremos que los campos clave pueden estar en distintas filas o columnas y separados unos de otros. DISTANCIAS, OPOSICION Y CASILLAS CONJUGADAS En los ejemplos arriba examinados las negras estaban condenadas q una defensa pasiva y Inchaban s6lo por conseguir tablas, para lo Cual su maximo esfuerzo consistla en no dejar pasar el rey ‘contrario a las casillas clave. Pero las negras disponen con frecuencia de posibi- lidades de contrataque, es decir, que a su vez pueden atacar a los peones blancos. En estos casos Se hace preciso calcular la distancia que media entre los reyes y los peones o los escaques clave, asi como Ta que hay entre los peones y Ia fila de coronacién. Examinemos los siguientes ejemplos : a 1 a4 a En la posicién 10 las blancas necesitan 7 jugadas para capturar al peén 3TR'y coronar el peén STR. La dinica defensa de las negras es ae be a 6 contraatacar el pen 47D, pero nccesitan 8 jugadas para convertir sw pen en dama; por lo tanto, pierden Tas negras, aunque les toque mover, no ganan si signen atacando al peén 41'D, ‘pero pueden hacer tablas’ si se oponen a la coronacion del pedn STR, impidiendo que el rey blanco ocupe_la_casilla clave 7CR. Por ejemplo: 1... R4AD; 2. R5AR R4D!; 3. R6CR, R3R; 4. Rx P3TR, R3AR; 5. RITR, R2AR; 6. P6TR, RIAR; 7. R6CR, RICR. El rey bianco puede ir Racia el peén TD, pero de todas formas son tablas, ya que el rey negro, una vez capturado el peén 6TR, tiene tiempo de impedir que el rey’ blanco domine 1a casilla clave 7CD, ocupando la 1AD. (En el 151 explicamos el modo de calcular répidamente estas posi- ciones.) En el 11 las negras, en respuesta a la 1.R4R o R4D, juegan 1... R3R 6 1... R3D, ocupando Ja oposicién y defendiendo las tres casillas de Ja fila quinta que atacaba el rey blanco. En el caso de que 1. R4AR, RR, el rey negro sdlo defiende dos casillas (SR_y 5AR); la tercera casilla, SCR, estA defendida por el peén negro 3TR. Después de la 2.R4R, las blancas pasan a la oposicién, pero el cAlculo de las distan- ciag demuestra que después de 2... R3AR, lo mejor para las blancas es jugar 3. R4AR y hacer tablas. ‘AI hacer el cdlculo de las distancias no hay que perder de vista algunas peculiaridades egeomeétricas del tableros. ,_ En el diagrama 12 las casillas 1R y 'D_ se hallan en distancia diagonal. El rey puede alcanzar 1a casilla STD en 4 jugadas. Resulta evidente que el camino en diagonal es el mds breve de todos las posibles. Las casillas 1R y 8R estdn situadas en linea recta, en la vertical del R. El rey blanco, avanzando por ella, alcanza la casilla 8R en 7 jugadas. Es evidente que el rey podfa haber segnida otro camino. El lector quedaré seguramente sorprendido al saber que, ademas de ese camino, hay otros 392 (!) que le permiten alcanzar 1a casilla 8R en las mismas 7 jugadas. El rey puede avanzar hacia esa casilla por los caminos mas fantasticos y zigzagueantes, con tal que se encuentren en el marco del paralelégtamo dibujado en el diagrama 12 (representa 7 las distancias diagonales mas breves) y de que el rey pase cada vez de una horizontal a la siguiente. De esta forma, el movimiento del rey en linea recta (vertical u hori- zontal) puede sustituirse, cn caso de necesidad, por un movimiento en zigzag. (Una ilustracién prictica de este importante principio la tenemos en el diagrama 58.) Pasemes a estudiar tas diversas formas de oposicién; de paso, expondremos algunas ideas importantes para el enfoque teédrico ge- neral de este problema. El esquema 13 nos presenta el cuadro completo de tollas clases de oposicién posibles. Decimos que hay oposicién cuando los reyes estén colocados frente a frente, en linea recta o diagonal con un ni- mero impar de casillas (1, 3, 8) entre ellos. La situacién de cualquier rey negro en cl 13 respecto al rey blanco situado en ICD es de oposi- én; cuando entre los dos reyes solo media una casilla, decimos opo- sicién inmediata, vertical, horizontai o diagonal, pero’si son 3 6 5 casillas las que hay entre ambos, hablamos de oposicién distante Tomar la oposicién es ventajoso, ya que coloca al adversario en tuacién de zugzwang y asegura la ‘invasion del rey propio gracias al movimiento envolvente. Por ejemplo, si tomamos la posicién RICD- R6CD, Jas negras, al jugar, se ven obligadas a ceder al rey blanco Ja casilla 21D 6 2CD, después de lo cual no pueden impedirle que avance como quiera. En el ejemplo 15 se representa el mecanismo de este avance. Estudiando la situacién de los reyes en un tablero sin peones, vemos que solamente la oposicién vertical u horizontal es la verdadera y efectiva; la oposicién diagonal es tan s6lo una posicién virtual, que permite pasar a la oposicién real (por ejemplo, si examinamos la osicién RICD-R6D, entonces a la jugada 6A 6 7D, responden las Blancas con 1A 6 2¢); la oposicion diagonal es incapas de impedir el avance de tn rey contrario activo. En la posicién RIC-RGD, los reyes estan situados en diagonal en los Augulos del cuadrado 1C-3C-3D-1D, constituido por un ntimero impar de casillas (3x3=9) ; las cuatro casillas angulares de este cua- 8 drado son del mismo color. Estas mismas particularidades caracterizan las oposiciones distantes y virtuales, es decir, cuadrados con reyes situados en ICD-4AR (5x5=25) y iCD-2TR (7x7=49). En ciertas posiciones el saber utilizar estos indicios caracteristicos tiene gran importancia prictica (véase ejemplo 185). Si tomamos, por ejemplo, tipos de oposiciones distantes, como RICD-R4CD 0 RICD-R2CD, veremos que, en cierta medida, también son virtuales, pues dan paso a la opbsicién inmediata. Las maniobras istancia no constituyen un objetivo por sf solas. Teniendo la opo- sicién distante, el rey blanco la puede convertir siempre en inmediata y ilevar a cabo Iuego Ja invasién (véase ejemplo 15). Lo caracteristico de 1a oposicién consiste en. que conserva toda su fuerza si la distancia entre los reyes disminuye 0 aumenta en un né- mero par de casillas («ley de dos casillas»). La distancia entre los reyes se determina con las cifras 1, 3, 5; cuando los dos reyes se aproximan ganando una casilla cada uno, la oposicion sigue en pie. Esto que, al parecer, no supone ninguna no- vedad, se convierte en un principio importante, que se aplica en la iréctica durante 1as complejas maniobras.en las posiciones bloqueadas {capitulo 7). Estudiando la posicién de los reyes en el esquema 14, vemos que solamente la ‘ién de arriba, R6CD-RIAR, posee los caracteres de una oposicidn real. Los cuatro éngulos del’ rectingulo tienen el mismo color, es impar el ntimeto de casillas (3x5=15). Lo tinico que falla_es que’ los reyes no estan el uno frente al otro. Es la Namada oposicién virtual, a la que Hamaremos «conjigacién rectangulars (*). Sin embargo, sigue conservando toda su importancia la sitacion de Jos reyes; en el caso que analizamos, a las negras no les conviene salir, ya que después de R2R (R2AR, R2CR), las blancas ocupan una oposicién efectiva jugando R7TD (R7CD, R7AD) ; en respuesta a RIR, las blancas, con R6AD, se posesionan de la oposicién inme- diata diagonal. V la jugada 1... RIC; 2. R6A, RIT; 3. R6D significa un aplazamiento qtie en sf no’ cambia la situacién. En el esquema 13 se ha sefialado con puntos las posibles situaciones det rey negro que le colocan en ; las negras carecen de un campo andlogo y se ven obligadas a buscar su equivalencia en una de Jas casillas de Ia zona «principal». Las blancas juegan ahora 3. R4A, amenazando la casilla 5A 6 5D, pero el rey negro ya no tiene segundo escalén que le permita pasar a 2A 6 1A, la equivalente de Ja casilla 4A es la 2C 6 2D, pero son inacce- sibles a las negras que pierden la conjugacion y, por culpa de ello, la irtida. Putas! pues, la parte pasiva pierde cuando séio ung casille suya es 1a conjugada de dos colindantes del adversario (Grigériev, 1922). Repetimos brevemente 1a solucién: 1. RSD, RIA; 2. R4D, RIC; 3. 3... RIA (pierde la conjugacién) ; 4. R5D (las blancas toman la conjugacién en la zona principal), R2A; 5. R5A, y ganan. Se habfa obtenido la posicién inicial, pero con la salida de las negras. Para ganar tiempo (dejar la salida ai adversario), las blancas han utilizado el tridngulo formado por las casillas 5D, 4D y 4A. La razdn de este pro- cedimiento, practicamente importante, reside en la necesidad de una mayor libertad de maniobra del rey activo que conduce al adversario ala pérdida de la conjugacion, Hemos visto que el juego en el 17 no se atenia a las reglas de la oposicién. Algunas casillas conjugadas (1, 2) respondian a los requeri- mientos de Ia «oposicién verticaly ; otras, ia 4D y la 1C, a los de eopo- sicién rectangulars, y las casillas 1A se encontrahan a larga dis- tancia de caballo. La jugada 3 de lis negras, RIA (en respuesta a 3, R44}, con la cual habian tomado la oposicion distante, significd el desmoronamiento de la defensa, Resulta evidente que el concepto de 13 casillas conjugadas es mas amplio y supone un método mas general de juego que el concepto de oposicién; cabe decir que éste viene a set st parte integrante. 2 li, “ih a 4 Ae © Bu i i, BS a wal eee a. 27 En el 18 la y coposicién» (es decir, con- jugacién en linea recta) no hay diferencia de principio. Es muy curio- jo el hecho de haberse encontrado en un manuscrito del siglo XV un parecer por primera vez, robarlo se vio que las letras indica- ban casillas que estaban en oposicin inmediata y distante (de tres escaques). EI método de Ia oposicion es un cierto sistema cideal de juego en el tablero vacio; el de conjugacién, en cambio, es de juego en condi- ciones reales. Por ello, las leyes de 1a oposiciéa conservan su fuerza cuando Ios peones que hay en el tablero no influyen en las maniobras de los reyes (véase 15) y, por el contrario, se modifican o alteran cuando la estructura de peones se hace sentir de alguna manera. Sa bemos, por ejemplo, que tas leyes de la oposicién no rigen, habita mente, en las columnas donde hay vallas o casillas inaccesibles (15). Sin embargo, siguen actuando, en clerta medida, en posiciones donde. por una u otra razén, conviene que medie entre los reyes un mimero impar de filas, que no de casillas (377). Mas adelante nos encontrare- mos con esta accién refleja de tas leyes de la oposicién, en particular cuando estudiemos la maniobra distante en posiciones bloqueadas. En todo caso, podemos consignar que en posiciones de conjugacién sigue ri- giendo, en una u otra forma, Ia «ley de las dos casillas», que puede enunciarse del siguiente modo: Ia conjugacién se conserva cuando se modifica en un numero par de casillas Ia distancia entre los reyes 0, mis exactamente, su distancia de los escaques de zugzwang, situados junto a los puntos de invasién. Este problema se estudia’ con més detalle en el capitulo 7. Para resumir, diremos que el método de conjugacién es parte inte- grante de una #eorla més amplia (que, tal vee, deba ser considerada como teorfa tinica para toda clase de finales) de lucha por los puntos clave de una posicién, La teorfa de los puntos clave no es més que un ‘an paso en la creacién de una teorfa general de finales de peon ; no llega a la categoria de teorfa general, pues no establece con exactitud en qué condiciones y limites tigen sus tesis y métodos ; tampoco ha podido precisar ni formular definitivamente la esfera y los métodos de su aplicacién prictica, Es cierto que en el capitulo 7, que se titula «Desarrollo de la teorfa de las casillas conjugadas», el lector vera lo mucho que se ha hecho en el terreno del desarrollo del método de equivalencia, esa arma fundamental de la teorfa de puntos clave, pero, al mismo tiempo, se dar4 cuenta de los muchos problemas todavia pendientes de solucién y del camino en que debe orientarse su estudio. Por las causas arriba expuestas, la teorfa de los puntos clave y el método de conjugacién se aplican’con ciertas limitaciones en los. ca- pitulos que siguen. Sin embargo, el lector encontrar en el capitulo VII explicaciones complementarias para ejemplos mas complicados. En los capitulos siguientes la exposicién se hace, donde ¢s posible y racional, a base de los principios teéricos arriba explicados. Y si no Se consigue abarcar del todo la infinita diversidad de los finales de 16 se debe a que muchas clases de finales cuentan con sus leyes propias, no establecidas ni estudiadas todavia. En estos casos no queda otro recurso que atenerse al modo analitico de solucién. Bl autor se planteaba como objetivo hacer un resumen general de tode Jo conseguido por la teoria en este terreno, a base de un estudio deta- Wado de la literatura especializada, de numerosas revistas, publica- caciones, etcétera, que permiten, pese a todos los fallos inevitables en esta suerte de empresas, ver claramente no sélo lo ya conseguido, sino también las «manchas blancas» que atin quedan. La plenitud de exposicién (alrededor de 850 ejemplos, de ellos mis de 400 en diagramas, fruto, naturalmente, de una concienzuda seleccién de un ntimero mucho mAs clevado de posiciones) puede satisfacer todos los requerimientos del investigador. E} autor ha procurado presetitar el desarrollo de la teoria de finales de ajedrez en su perspectiva bistérica y recoger en este sentido todo cuanto pudiere ser de alguna utilidad. Para completar la seccién dedicada a finales, hemos incluido un Apéndice titulado «Finales de peones que pasan a’ser finales de daman. CaPiTuLo PRIMERO REY Y PEON CONTRA REY Con estas piezas se pueden dar mas de 80.000 posiciones diferentes {exceptuando las simétricas en Jos flancos de la ma y del rey). Sin embargo, en cada una de ellas podemos determinar al instante el resultado final, es decir, si se a 0 se hacen tablas. Para ello nos fijaremos en dos cosas: '1) en ef «cuadrado» del peén, y 2) en sus ca- sillas clave o crfticas, Se sobreentiende que con un peén de mAs s6lo se gana en el caso de convertirlo en Dama. Cuando el pedn se halla alejado, como vemos en el 20, lo decisive es «a distancia», Saliendo las Dlancas, el peén llega a la octava casilla sin impedimento, Pero si les toca jugar a las negras, el rey tiene tiempo de capturarlo. Para enjuiciar previamente la situacion se recurre a la eregla del cuadra- do», es decir, se calcula si el rey psdes en caso de salir primero, legar al ccuadrado» del peda (en dicho caso 3T-8T-3A-8A). Mas sencillo es trazar mentalmente una Ifnea, la diagonal del cuadra- do. Por él nimero de casillas 1a diagonal es igual a mm lado del cuadrado. No se debe olvidar que el ccua- Arado» del peén ZT (por su opcion a salida doble) es igual al cuadra- do del 37. El peén 21 y 37 Wegan 18 @ la octava casilla en las mismas cinco jugadas. La existencia de otros peones en el tablero pnede impedir, como es natural, la entrada del Rey en €1 ecuadrado» del pedn, pasado. 20a, — R. Bianchetti, 1925. Blancas: RIAR, PTD, PaD; negras: R6AR, PSR, P2AR. Ga- nan blancas. 1, PSD!, PxP; 2. PAT y ganan, Sino estuviese el peén negro en 2A, ademas de PSD, se ga- naria jugando 1. PaT, R5R; 2. PST, R4D; 3. R2R (no se debe perder, tiempo, jagando POT ?); j... R3A; 4. R3R, etc. Mb. — A. Troitzki, 1913. Blancas: RICR, P2TD, P2CD, P5AD, PSD, PSAR. ‘Negras: RSTR, P5CD, P2AD, P2D, P2CR, PICR, P2TR. Ganan blancas. 1, P6AR, PxP {se ha interceptado la diagonal 4T-8D; las blancas deben salvar todavia la amenaza R4T-3C); 2. RxPIC, RSC; 3. PAT, PxP; 4. PxP, R4A; 5. PAT, "RAR; 6. PeD!, PxP;'7. P6A!, PxP; 8. PST y ganan. Los nfims. 71, 72a y siguientes, la lucha por 75 y otros ilustran el «cuadrados. Examinemos el caso de cuando el peén precisa del apoyo de su rey para avanzar. Son ejemplos sencillos, pero asi suelen ‘acabar muchos ‘finales complicados. Esta posiciones, desde el punto de vista de la posibilidad o impo- sibilidad de ocupar Ja casilla cla- ve, son estudiadas en otro Ingar (1) Para ganar el pedn debe avan- zar hacia a fila 7 sin dar jaque. Estas situaciones peculiares se deben a que el pen se encuentra en la columna de la torre o del caballo. En el 25 el rey negro debe retro- ceder forzosamente a 1A (después de I, RSC, RIC?; 2. REC no salva; 2... RIT en vista de 3. R7A). En el 26 se hacen tablas jugando 1, .R2C. Si juegen las blancas, 1 REA se puede responder 1... RIA y 1... RIT. a Wa. Va. Wa ao 8 YU 7 a oeee Después de 1, RSD pierden inme- diatamente las negras: 1... RIA, 1 2. REA; no les salva la manio- ra 1... R2D; 2. R5A, RID; 3. R6D!, RIA; 4. REA, etc. Si el peén no estuviese en la fila 6, sino en ta quinta 0 ms lejos aiin de la octava banda, destacaria todavia mas la desventajosa situa- cién del rey propio junto al peén 0 detris de a 19 A pesar de la oposicién las blan- cas no pueden ganar. Si en el 27 desplazasemos toda la posicién ha- cia una fila inferior, serian tablas independientemente de quién ju- gase primero (la partida seria igual a la representada en el dia- grama 28 v 28a). Ordinariamente se debe procu- rar que el rey propio esté colocado delante del pebn, para asegurar su posibilidad de avance. Como he- mos explicado ya en el Prélogo, el objetivo de este tipo de finales tadica en dominar las casillas clave © criticas del pedn. Estando el peén en 2C, sus ca- sillas clave resultan las 4T, 4C y 4A, Si las blancas consiguen octl- par con su rey alguna de esas ca- sillas (y éste debe ser su objetivo inmediato), ganarén independien- temente de Ia salida y de la opo- sicion. En el 29 las blancas, en caso de salir, consiguen su objetivo en 20 tres jugadas, Si salen las negras, on tres jugadas colocan su rey en 4C (6 47, 4A, tomando la oposi cién frente al rey blanco), no permitiendo que las blancas ‘ocu- pen alguna de las casillas critic: (Hemos dado unas variantes sen- cillas después del 32.) A cada movimiento del peén, los campos criticos se desplazan jun- tamente con él: para el peén 3C, las casillas criticas gon la ST, 6C y 5A; y para el peén 4C, la’ 6T, 6c _y 6A. ee ‘Citando el peén Mega a la quinta fila, al rey negro le queda poco sitio para maniobrar y el niimero de casillas erfticas pasa a ser de seis (esquema 30). Si el rey pro- pio ocupa nna de ellas, Ia victoria est& asegurada, sea cual fuere la oposicién. 31, 1... RIR; 2. P6A. Si salen las blancas 1. R6A, RIR; 2. RIC. 2 32. 1... RIT; 2, POC; 1... RIC; 2. R6C; el juego se complica un poco (debido a la proximidad del PC a la banda); si les toca salir a las blancas: 1. R7A! (de ningdn modo P6C+?, RIT); 1... RIT; 2, ROC!, RIC} 3. RET!, RIT; (0 4. RIT); 4. POC, ete. Estos ejemplos muestran que la posibilidad de dominar las casillas criticas nto es mas que un elemento del objetivo que se persigue; se debe jugar teniendo en cuenta to- das las particularidades técticas (proximidad del extremo del ta- blero, posibilidades de tablas, et- tétera). Volvamos al 29; 1.R2A, R2A R3A, R2C; 3. RAC, R3C (Ias «as han ocupado fa casilla clave; las negras, tomando 1a oposicion, impiden la ocupacin de casillas clave sucesivas); 4. P3C {ahora son clave las casillas ST, 5C y SA; las negras se ven obligadas a ce: det una de ellas, ya que la oposi- cién ha pasado a jas blanca). 4 RST; §. RSA, RAT (si 5... R2C, entonces : 6. RSC!, etc); 6. RGA. Las blancas han asegurado el avance del peén hasta ja quinta fila, después de haber ocupade ia casilla critica, El final viene 2 ser idéntico al 32, Asi pues, el pen debe avan- zarse inicamente después de ha- ber quedado asegurado el dominio de nuevas casillas clave. 33. 1, R3A!, Re? (*); 2. RADI, etc. Cualquier otra maniobra de Jas. blancas habrfa conducido a tablas. (Los ptntos en el diagra- ma indican las posiciones de’es- ra del rey negro saliendo las sfancas.) 34. Si les toca jugar a las blan- cas, no ganan en ninguna de las 8 posiciones del rey negro sefiala- das en el diagrama, ya que las blancas no pueden’ dominar la () EL signow significa jugada de espera. casilla clase; en las restantes po- siciones del rey negro. ganan. Sa- liendo las negras, consiguen ta- blas s6lo si juegan 1... RBA! (2. R2A, R3C!). La casilla clave 5C es la mas distante de las negras; por eso i. R2A, R2R; 2. RIC, RID; 3. RAC, R3A; 4. R4S y ganan (no se debe jugar 1. R2D? por 1... R2R; 2. R3D, R2D!; N.° 34). Con el peén en 4C también se gana avan- zando el rey blanco en diagonal. 38a. Blancas: R6TR, PAAD. Ne- gras: RSTR. Tablas. La «regia det cuadrado» se entrelaza en este caso con la irrealizable aspisacién de las blancas a ocupar el escaque clave 5D. Las tablas son evi- dentes. 35b. Blancas: R4D, P4R. Ne- gras: RIAR. Ganan biancas: 1. RSD! Con un peén de torre el juego se reduce a la lucha por la tinica casilla clave, que es cl punto de invasién, segiin se muestra en .el esquema 36. 2 Se puede ganar sélo en el caso de que el rey negro esté alejado de las casillas IT, 1C y 1A, como se ve en las posiciones 37-42, En el 37, incluso estando el rey negro en 3R, las blancas tienen’ tiempo de coronar el peén. Conviene subrayar en seme- jantes posiciones Ia lucha que se entabla por el dominio de la ca- silla BA. En el diagrama 42 vemos que, 78 saliendo las negras, al rey le da tiempo de ocupar la casilla 1A, haciendo tablas. En algunos casos raros, para evitar tablas, el peén se convierte en torre; por ejemplo, en las a ciones, AR, ey ee R6AD, P7A) ROTD, ROA Cartruo 11 REY Y DOS PEONES CONTRA REY Esta superioridad suele asegurar una victoria facil. Pero Ia situa- cign cambia si se pierden ambos peones 0 uno de ellos y e} otro carece fe del debido apoyo por de su rey. La siones de las posibilidades de le; tida nula depende en oca- ra la situacién de rey ahogado (con peones de torre o peones doblados y en posicién muy avanzada). “ Los peones ligados ganan si uno puede defender al otro, y siempre jue tengan el apoyo de su rey. UB. he RIT, 2 ROD, R2G; 3. PST=D4!, RxD; 4.’ RGA, y 5. PIC. Los peones doblados no tienen de por si defensa frente al atague frontal del rey enemigo. A veces tienen menos fuerza que un “peén s6lo; basta comparar el 44 con el 23, el 46 con el 21 y 22 y el 47 con e1'26. En ocasiones, un pedn de més supone una traba (45); ad- quiere importancia cuando 'per- mite ceder la jugada al adversario (48) o cuando imposibilita a éste Ta ocupacién de algunas casillas (48a). En el 45 las blancas, para ganar, necesitan tener la salida (1. P8C= D+), y en el 46 la salida debe ser del_adversario. En el 47 las negras juegan en las casillas 2C y 1C; a R6A respon- den 1A (o RIT). En el 48 es facil ganar, ya que al tomar las negras la oposicion (R6A-RIA), sigue PSC (46). ‘Asi pues, pudiendo clegir las jugadas no se deben avanzar los’ peones doblados uno tras otro. Como 1a posibilidad de ga- nar est& basada en el zugewang, 23 es preciso dejar un peén detras para tener tiempo de reserva, y también para evitar tablas (véa- se 120). En el 47, con un tercer pedu en 4C se ganarfa después de 6C-7C, ro estas posiciones no tienen immportancia prdctica Tus peottes doblados tienen ana capacidad catacteristica de deten- sa en caso de un ataque lateral. 48a. Grigdriev, 1935 (ejemplo didictico). Blancas: RIAD, P2CR, PSCR; Negras: R4R. Se gana jw gando: 1. P4C! (jugada tnica) 1... R3R; 2, RAD, R2A; 3. R3R, R2C; 4."R4R!, RIC; 8. RAA y ganan (véase N.° 186 a y b). Son més variados los casos de peones aislados. 49. 1... R2C; 2. RED, RIA; 3. PST 6 3. RGA. Tablas. ‘La tenta- tiva 2. Ria, RxP; 3. POT es initil (jpedu de torte!) ; pero si esta posicién se desplaza’a la de- recha, se gana jugando de esta forma (27) 30. 1... Rx P6A; 2. REC 6 1... RIA; 2. R6C. Si ‘son mano las 24 blancas, Ia partida es nula (1 R8T, RIA). Los peones aislados, lo mismo que los ligados, suelen defenderse indirectamente los unos a los otros (ya que el rey, al capturar el peon rozagado, sale’ del «cuadrado» del otro), pero, al revés de los liga- dos, ‘pueden, en algunos casos, avanzar hacia Ta octava fila sin ef apoyo del rey. Sl. Después de 1... RAT; 2 P3A 6 1... R4A; 2. PST, el “rey negro no puede ‘atacar de inme- diato al peén avanzado, ya que su casilla clave de la misima fila est defendida por et otro pedn. Esta circunstancia da tiempo a que se acerque el rey blanco, y esto decide fa partida. 52. 1... R&T; 2. PSD (no con- duce a “nada 2. R2C, RxP; 3. R3A, RAC); 2... RIC y 3... R4A. Tablas, A diferencia del ejemplo anterior, el rey negro ataca répi- damente al peon 5D, cuyo esca- wie etitico (GA) ya’no esta de- fendido por el otto peén. De la solucién se deduce et por- qué la fuerza defensiva de los peo- nes en el ejemplo 52 es inferior al del 51. La distancia de dos casi- Mas entre los peones es Ia menos ‘ventajosa. Una clara explicacién de lo di- cho Ia encontramos en el siguiente e) jlo: 52a. Blancas: R2CR, SEB" pio: Negras: Rac, PSAR, PSTR. Las negras ganan, salga. = ies no podfan avanzar por si Zolos hacia fa octava fila. Muy dis- finta serfa la sitnacién si su ecua- arado comin» liegase a la banda del tablero o pasase de ella. Los peones situados en la mis- ma fila tienen un cuadrado comin, we cambia de situacién a medi- eae st avance (de abt su nombre de cuadrado «erranter), Cuando este cuadrado Mega al extremo del tablero (53) es sefial de que Jos peones pueden avanzar sin apoyo del rey. Situemos, por ejemplo, el rey negro en 2CD en el 53. Las blancas, después de 1. P6D, R3AD; 2. POTD, ganan; lo mismo pasa’saliendo fas ne} después de 1... R3TD; 2. POD, RaCD; 3, POTD+ 6 3. PID, ete. La regla del «cuadrado errante> tiene sus excepciones; por ejem- plo, cuando el rey adversario cap- tura inmediatamente uno de los peones, o la representada en el 34 (ain para las blancas es la posicién del rey negro en 3CD). Por otra parte, hay veces en que los peones pucden avanzar independientemente, aun antes de que su ecuadrado comin» Megue al horde del tablero; por ejemplo en ja posicién P3CD, P3AR de las blancas. Rey negro en 4R se puede jugar: 1. PAC, RSD; 2. P4A. Asf, pues, si la posicién Io e3 ge, los peones deben mantenerse én’ la misma fila, adelantando el rezagado a fin de poder avanzar uno cuando sea atacado el otro. Se debe avanzar primero el peén que esté mas alejado del rey adversa- rio (véase 206). 25 Cariruzo II PEON CONTRA PEON La igualdad material hace suponer que los finales de peén contra peén deben producir partidas nulas; en efecto, asi ocurre en muchos casos. Pero de hecho no es la igualdad material lo decisivo, sino la ventaja posicional de una de las partes. Las formas de esa superioridad son muy diversas. Suele manifestarse en un peén mas adelantado, en una posicién mejor del rey, y en otros factores, imposibles de incluir en una férmula general; para explicarlo mejor daremos ejemplos con- cretos. A sar del ntimero limitado, minimo, por decirlo asi, de piezas (ya ‘himos visto que en los finales con un peén solo, capitulo 1, no hay ningdn misterio), en los finales de ped contra pedn se encierra una asombrosa variedad de ideas y numerosos rasgos peculiares. Estas ideas, que constituyen la base de finales més complejos y nutridos, merecen ser estudiadas con la maxima atencién. ‘Al analizar los finales ser& conveniente dividirlos en tres grandes grupos: 1) Peones en la misma columna; 2) Peones en columnas ve- Cinas, y 3) Los dos peones pasados. 1, PEONES EN LA MISMA COLUMNA Con peones inméviles, bloquea- dos, el juego, como es natural, se reduce a las maniobras de los’ re- yes con el fin de capturar el peén del adversario y coronar luego su propio peén. Después de 1. RSC, es decir, una vez dominada una de las ca- sillas clave (véase el Prdlogo), el destino del peén 4D esta decidido, por ejemplo: I... R2R; 2. R5A, R3D; 3. ROA, R2D; 4, RSR, R3A; 5. ROR. Las negras no tienen mas remedio que seguir maniobrando asi para impedir que una vez cap- turgdo el pedn 4D, el rey blanco ‘ocupe alguna de las casillas clave 6 del peon do 4D (6A, 6D y GR), a saber=5... R2A; 6. Rx PAD, R2D!, tablas. De esta forma vemos que la posibilidad de ocupar uno de los escaques clave del peén bloquea- do 0, por el contrario, la posibili- dad de su defensa eficaz, puede servir de buen punto de referencia para precisar el objetivo de Ia maniobra y establecer de antema- ano si se pitede o no ganar el peén bbloqueado. $Sa. Blancas: R3CR, P4CD; Negras: RITD, P3CD; ‘las blan- cas gaan si son las primeras en r; si lo hacen las negras es Eifine: ‘Después det: PSC” las blancas se posesionan de las casi- las criticas del pedn 3C y lo cap- turan, y como el peén de las blan- cas se encuentra en la fila quinta, Ja partida se puede considerar ga nada. Si juegan las uegras, en- tonces despuce de 1... P&C! siem- Pig,podrin responder a Rx, con 20 y tablas. Pese a lo elemental de este pro- cedimiento, no se tiene en cuenta muchas veces, Sb. Blancas: RID, P2AD; Negras: R7CD y P4AD; tablas. En una partida jugada'!. R2D hizo perder a las blancas después de 1... P5A, Se hacen tablas ju- gando 1, P4a! 5c, Yates-Tartakower, Bad Homburg, 1927. Blancas:’RICD, PACD; Negras: R4D, PACD y P6CD. Después de 1. R2C, R5A; 2. R3T, P7C las blancas se salvan del mate gracias a una jngads no Prevista por las negras; 3. R2T! El limite de la zona critica para Peén GD esta constituido por las casillas 6R, 6A y 6C (véase 5). Si juegan las blancas, ganan ocu- indo el escaque critico: 1. RSC!, 2A; 2. RSA, ete. (56). Si salen Jas negras consiguen, utilizando el método de la oposi- cién cortiente, defender las casi- las de invasién; 1... RLA!, asi, r ejemplo, 2.'R5C, R2C’6 2. 5A, R2A, Se ve claramente que en este caso no se trata de la opo- sicién, sino de la defensa de las casillas de invasién, pues si tras- Jadamos el rey blanco a 4T, mo- viendo las negras son igualmente buenas las jugadas 1... RIA como 1... R2A, a7 Un, a, Y Y g aS GD ae El rey blanco se encuentra ya en la zona critica del peén 3D, mientras que el rey negro sigue sin haber penetrado en la zona critica del peén 5D. En esta posi- cién las blancas tienen ventaja porque ambos reyes se encuentran a la misma distancia de los peo- nes. Se debe jugar 1. R7R! (pero no R6R?, R4A! y ganan); en 21 cambio, si 1... R4A o R2A, sigue 2... ROR. En el 57 las blancas se valen de que su rey tiene acceso a dos ca- sillas crfticas del peén 3D (a sa- ber, 6R y 7R), mientras que el rey’ negro sélo dispone del escape 4 Se comprende que si el rey es- tuviese mds lejos de los peones, en 5CR, por ejemplo, se ganaria sélo en el caso de que jugaran las blancas; saliendo fas negras, las blancas ‘serfan mate. Si el_rey negro estuviese en 4CD (57a), las posibilidades de ambos bandos estarfan equilibra- das y todo dependerfa de la salida. 37. A. Chéron (sistema Sal- violi_y Berger), 1926. Blancas: RAAD, PAR; Negras: RIR y P3R. Ganan blancas. 1. PSR!, RZA ( R2D, R5C!); 2. RSA,’ R3C! R6A', RAC; 4. R7D!, Ra ROD y ganan. (Véase 188c.) 57c. I. Moraviets, 1952. Blan- cas: R3AR, P2D; Negras: R7TD y P4D. Ganan biancas. 1. R4A! (después de 1, P4D?, R6C, las blancas deben buscar las tablas) ; 1... RC; 2, RSR, RSA; 3. PAD y ganan. 57a. A. Mandler, 1949. Blancas: R2CR, P4AD; Negras: R&D, foe Tablas. 1. R2A! (No se debe jugar R3A ?, pues le seguiria RD, como. tampoco. 1, RIA?, P4A); 1... RID; 2. PSA, RED, RIR, 'tablas. La proximidad del extremo del tablero aporta, como regia, sus en- miendas en casos de posi ahogado. En la situaci gjemplo: Blancas Negras: RIAR, P2CR. Como es natural, no se puede hablar de ca- sillas criticas y es evidente que la partida seré aula. Con peones cn’ 1a columna de torre, la posibilidad del rey aho- gato impone, a veces, maniobras je un tipo especial. RID, PECR. 28 El peén negro 2T est indefenso y a las negras no les queda mas Temedio que responder a la juga- da inevitable Rx P2T, con R2AD (pero la aproximacién del rey negro al peon 6T por las colummnas def A y del C no mejora Ja situa- cién, como se ve claramente). Si el rey blanco elige el camino de 6R-6D-6A-7C, el rey negro deber& avanzar irremisiblemente por Ia Mnea quebrada 6A-SD-4R-3D-2A. La defensa consiste en responder a R6D con RSD, y a R6A, con RAR (jrodeo!). Pero como las blancas no tienen un itinerario impuesto, pueden acercarse al peén utilizando los més diversos medios (58). Para ganar se debe jugar: 1. R6R RGA 2. RSD!; 1a imposibilidad pa- ra las negras de jugar RSD les re- sulta funesta (*) (*) La posicién 68 estd tomada de Ja partida Snage-Auhes (1921), que acabé en tablas vilgares después de 1. ROR, RGA; 2. R6D?, RBD; 3. RCA, RAR; 4 RIC, RID; 5. RxP2T, ROA’ Maizelis fue’ el primero en dar la solucién justa y por ello se le debe considerar autor de la posicion 58. Rabinévich lo reconoce asien la pri- mera ediciin de su libro «Finales de ajedrem, 19:7. — N. de Ia RB. Este ejemplo es un testimenio Ipable de las particularidades BoE egoometria Hel tableros, de que hablabamos antes. En el’ 58, jas blancas han sustituido el mo- yimiento en horizontal del rey ha- tia el P2T por el movimiento en Iinea quebrada, jen las mismas 8 jugadas! Pero las negras, para it desde la casilla 7C a la 4R debian hacerlo sélo en diagonal, ya que les era imposible seguit otro camino con el mismo ni- mero de jugadas. La posicion que estudiamos nos da ‘ut ejemplo de maniobra del rey con doble objetivo, igual que en el conocido estudio de Reti (71). Pero el objetivo de las blan- cas es completamente distinto: eapturar el peén y, al mismo tiem- po, impedir el acercamiento del rey adversario. Este procedimien- to suele jugar un gran papel en muchos finales. La idea fundamental de la po- sicién SB fue desarrollada en tos trabajos de Grigériev y también por otros teéricos. Oftecemos a la atencién de nuestros lectores las siguientes variantes : Zakman, 1924; Grigériev, ancas: R8CR, P2TD; Ne- : R3CR, PTD. Tablas. No se lebe jugar R8A, ya que después de 1.. RSA, el Tey negro avanza por el camino mAs corto, en dia- al, hacia la casilla 7C y las lancas no se lo pueden impedir, ro después de I, R8T!, R3A2; . RIT!, al rey blanco le da tiem- po de Hegar a la casilla 2AD. 1925. $8b (tomado de un artfeulo de Grigériev, 1925). En una_partida se dio el siguiente final: Blancas: R8AD, P2TD. Negras: ROR, PSTD. Los adversarios_no supie- ron captar la idea del final y ju- garon erréneamente; 1. R7A? (en vez de R7D!); 1... R6D? (1... RSD!); 2. R6C? (debian ha- ber jugado 2. R6D 6 2.R6A; en esta situacién las blanecas no pue- den salvarse) ; 2... R6A; 3. RSC. PET; 4. RAT, RIC; 5. RAC, Rx y las blancas se rinden. Lo ¢ rrecto habria sido: 1. R7D, RSD; 2. ROR, POT; 3. RSA, RGA; 4. RAR, RIC; 5. RID, etc. Grigd- riev ‘subray6 con mayor expresi- vidad esta bella trayectoria del rey blanco en Ia siguiente posicién. Este final (diagrama 59) resu- me las ideas de las posiciones 57 y 38. La posicién inicial del problema presentado por Grigériev (1931) es la siguiente: Blancas: .R4TR, T8AD, PSCD; Ne; R8TD, POCD, P2CD y PAAD. Tablas. BS cil prever que por el on 6C las Blanche tendvdn "gue abt el Ge tor rre y quedaré un final para el cual las “blancas deben prepararse de antemano. Después de 1, P6C!, PIC; 2. TST +! (es prematuro 2, TxP4A, ya que 2... PBC=D; 3. TST+D7- Tl; 4. TxD+, RxT ¥ el rey negro, queda una jugada mas cer- ca del peén 6C que en la variante fundamental) ; 2... R8C; 3. T8AD!, eee ee TST+, R6C; 6. TSC+, R7A; 7. TxD,'RxT’y queda la posicion representada én el diagrama. En su movimiento hacia 7A 29 pierde el rey blanco, ya que las negras ocuparan la ‘casilla 3T también en 5 jugadas (57). El plan de la defensa consistiré en responder a Rx P6C, R4C. Por eso. 8 R3C!, R7A; 9. R2A, RED (6 9... RID; 10, RIA, R6D; 11. RIR, etc.); 16. RIR, RSA; "Il. RZD, RAC; 12, R3A, RxP; 14. RAC y tablas. 59a. F. Dedrle, 1936. Blancas: R4TD, P6CR; Negras: R8CR, P2CR, tablas. Se trata de la mis: ma terminacién que en el proble- ma de Grigdriev, pero en otro flanco. 39. L. Prokesr, 1947. Blancas: RSTD, P2TD; Negras: R6AD, P3TD} tablas. Los peones todavia no estén bloqueados, pero en el tablero no tarda en’ formarse la posicion, Sb, 1 RIC PAT; 2. Al, PST; 3. RSD, POT (es pre maturo 3... R7IC?; 4. R4A, Rx P 2T; R3A y tablas). 4. R4R, RIC; 5. R&D, ete. 59. I. Moraviets, 1952. Blan- cas: RGAD, P2TD; Negras: RUAR, P2TD; ganan ‘blancas. 1. RIC!" (pero no RSC?, R6R, ta- blas). I... PAT; 2. REC y ganan o... R6R; 2. RxP2T, RSD; 3. R6C y ganan. Si trasladamos el rey negro a 5CR, lo correcto es 1. RSC (pero not. R7C?, PAT; 2. P€T, R4A, tablas). S9d. Pertenece al tipo de po- siciones que analizamos el_anti- wo final de Horwitz y Kling Tisst), Blancas: ROR, PER; Net gtas: RIR, P2R; las blancas no eden ganar. 1: P4R, RIA; 2. “1D, PAR!, tablas (55b). Son ind- tiles todas las tentativas de ga- nar tiempos: 1. P3R, RID; 2, PAR, RIR; 3. PSR, RID; 4. RTA, R2D (en esta posicién habrian ganado Ias blancas, en caso de jugar el ad- versario, pero saliendo las blancas no les queda mas remedio que ha- 30 cer partida nula, teniendo en cuen- ta que 5. P6R+ ? les hace perder) : 5. RBA, R3R; 6, RBR y tablas. Si Ios peones no estén bloquea- dos, su moyilidad equivale a una reserva de tiempos no gastada, que se puede utilizar en cualquier mo- mento y dar resultado sensi- bles modificaciones de la posicién, Si, ademas, los peones se encnen- tran separados por considerable distancia, unos de. otros, la parte atacante, en st intento de captu- rar el peén adversario, deberd pro- curar no perder su propio pedn, que el rey adversario puede atacar por la retaguardia. En estas circunstancias, las ma- niobras de los reyes adquieren en algunas posiciones un cardcter su- mamente complicado y, a veces, resulta muy dificil hacer célculos previos. RSC... es evidente que no con- viene mover el pe6n 2C, ya que el rey negro, después de capturarlo, iene tiempo de dominar, las, po- siciones clave del pen 2C. (Por regla general, a la parte atacada no le conviene, en estas posicio- nes, aproximar los peones, ya que ast facilita ta doble misién lel atacante, que consiste en ga- nar el peén’ del adversario y en defender el suyo.) Sélo queda la ibilidad de rodear el peén ne- . por la retaguardia, ie R5SR 2. REA RAD 3. RIR a Las negras se encuentran aho- ra ante un dilema: o bien seguir desplazando al rey blanco, o bien avanzar el peén 2C. 3. oe R3A Si 3... PAC, entonces 4. R7D, PSC; 5. R7A, R4A; 6. RIC, PEC} 7, ReT, RSC; 8. ROC, RSA; 9. RST y tablas. 4. ROR! Seguir a rajatabla la tactica an- terior serfa funesto para las blan- cas: 4, R8D?, P4C; 5. R8A, PSC nan, ya que eh compafacion Joa la varlante anterior (nase la dada para la tercera jugada), el ‘blanco no dispone de una’ sa- Hida conveniente que le aproxime al peén (60). 4. P3C RIA RSA Pac R6C RIT 6. L 8. 9. . RIA 10. P4C! y tablas. 0a. Grigériev, 1938. La posi- cién es la misma, pero distinta la situacion de los reyes; rey blanco en 3TR y el negro en 7AR. El resultado es tablas, que se consi- guen més ripidamente. 60b. Grigériev, 1938. Rey blan- co en STR; rey negro en SAR. En esta posicién las blancas no se salvan, ya que su rey, avanzando por tna’ diagonal més alejada del » llega tarde: 1. REC, R4R; . RTA, R3D; 3. R8R, PAC; 4. RSD, PSC; 5. RBA, R3A!, ete. Las ‘blancas pierden tiempos en 1a octava fila. 0c. Leyk, 1948. Blancas: R8- AD, P4AD3 Negras: R3AD, P4AD. Las blancas pierden s6lo en este caso y siendo ellas mano, porsjemplo: RED, R&D! 6 1. REC, ICI, ete. Se hacen tablas jugando 1, R2T?, RIC; 2. RIC, ROA; 3. R4A, en vista de que 3... RSR!; 4. R5A, RAR; 5. PAC (REC, RAD); 5... R3R; 6. ROC, RAD. El rey blanco, en su aproxima- cién al pe6n 2C, debe ir creando barreras para impedir que el rey negro se acerque tanto al peén negro como al blanco. ’or eso Jo correcto seria: 1. RIC, RIC; 2. R2A, R6A; 3. R3D!, RSA} 4. R4D, R4A; 5, RSD, RSA! 6. RD, R2A'; 7. PAC! (es' inatil 7. RID, R3A_y mal 7. R7A?, R3R) ; 7... RIR; 8. RTA, PAC; 9. R6A y gana. 61a, Blancas: R3TR, P2CR; Ne- gras: R3TD, P2CR; ganan blan- cas (jugado por Moraviets en 1952 con el rey negro en 2TD). 1. RAC! (no 1. RAT, RAC; 2. REC, R4A 1; 3. PAC, R3D, y no 1. R3C?, R4C; 2. R4A, 'R3A!;3. RSA, RID, tablas) ; 1...’R4C; 2. RSA, le si- 2, PEONES EN COLUMNAS VECINAS Con peones inméviles en colum- nas vecinas, los dinicos casos que ofrecen interés son cuando una de las partes tiene evidente superio- ridad de posicién (mejor situado el rey) y Ja otra no carece de me- dios de defensa. Son relativamente mas sencitlos los finales donde los peones estan To mas cerca posible, es decir, cuando no tienen terreno para mo- verse. Sin embargo, también en estos casos existen diversas posi- bilidades de juego; a veces se de- ben a la proximidad de los peones a'la banda del tablero, y otros a la perspectiva de forzar ei des- miento de las casillas crf- En la posicién 62, después de 1. RIA, RIT! (1... P&T?, 2. PSC); 2. ROC, las negras consiguen ta” blas jugando 2... P4T! (3. RxP, R2T; 3. PSC, Sta, Berger, 1890. Blancas: RIAD, PSCD; Negras: RITD, P2TD. Ganan blancas: 1. R8A, PAT (6 37); 2, POC, PST; PIC+ y mate en tres jugadas. En la posicién 63, las negras amenazan al peén 5D, conservan- do el dominio de las casillas erf- ticas del peén 2A. Las blancas se salvan jugando 1. P6D!, imponien- 32 do un cambio yentajoso de zona critica; 1... Px P; 2, RIC y tablas. (Véase 233b.) 63a, Grigériev, 1933 (final_ del problema 253)’: Blancas P3CR, Negras: RID, P4Al negras hacen tablas. 1... 2.°PxP, RIR y tablas. 118.) 63d. fets, 1952. : RICD, PSAR; Negras: R2D, P2- CR, tablas. 1. R2A, R3D; 2. P6A!, PxP; 3. R2D, tablas. 63c. Moraviets, 1940. Blancas : R3CD, P2R; Negras: RATR, PAD. Ganan blaneas. 1. RAC,’ RAC (RSC) ; 2. RSA, RSA; 3. RAD! y ganan. No se gana si a 1. R3A?, le si- gue 1... POT! La jugada 2. PxP conduce a tablas sin duda alguna; si se jue- 2. P3C, se desplazan las ca- Sillas criticas de este peon a la fila de arriba y al rey negro le da tiempo de defender hasta la ca- silla 4T, que es la més alejada de 41, ya que las blancas se ven obli- gadas a jugar (jperdiendo tiem- pos!) R2A, RIC, R2T. No condu- ce a nada 2. PAC, ya que las blan- cas mo podrén dominar los esca- ques critices 6T, 6C y 6A. Por eso lo cofrecto seria jugar 1, RIC!, P6T!; 2, P3C!, RAR; 3. R2T, RAD; 4. Rx P, RIA; 5. RAT, RAC} 6. RAC y ganan 4a. Moraviets, 1952. Blancas: RIAR, P2CR; Negras: RIAD, P¢TR. Ganan blancas. 1. R2At {amenazando 2. R3C); 1... PST; 2 RIC!, ete. lo mismo que en ei n@mero anterior, Se trata de una interesante profundizacién de Ia posicién 64. 64b. Moraviets, 1952. Blancas: R2AD, P2CR; Negras: RSTD, PSTR. Ganan las blancas. 1. R3D, RAC (SC) ; 2. RAR, R4A; 3. RSA (no 3. R4A?, POT! y tablas) ; 3... R3D; 4. RAC! 6 3... POT; 4. Px P, RID; 5. R6A y ganan. ‘Si los peones’ no estén tan cer- ca, la posicién resulta mds inte- resante por la reserva de tiempos de que se dispone y Jas posibili- dades de sobrepasar el pedn de la parte atacante por la retaguardia. El juego suele tener el mismo cardeter que en finales andlogos con peones en la misma columna. 1. RTA Las blaneas deben evitar, ante todo, que las negras a Rx P3T, respondan con RSA. Por eso pre- cisamente no se consigue ganar con un ataque en linea recta al 3T, como, por, ejemplo: |. RID, R3C; 2. R6R, R4A; 3. RSA, RSD; 4. ROC, ROK; 5. RxP, Rsal y a Es prematuro también i. fh ee RST Si el rey juega 1T, acaba ga- nando el peén a 4C. Esta circuns- tancia determina el resto de la partida. 2. R6A RAT 3. RSA. RST 4. Rta ROT 5. R3A, RIT 6. R2A R6T Es mala jugada 6... R8T por 7 PAC 0 la 6... PAT, por la 7. R3D, eteétera. 7, Paci! a Este modesto movimiento del peor ey gf ue decide ta partida. i 7. PAC ?, entonces SC; 8, R3D, R4A ;'9. RAR, R3D; 10. RSA, PATH; 11. PxP, R2R’y el rey alcanza a tiempo la casilla salva- dora 1A. La jugada de espera 7. P3C evita el sactificio del PAT. ‘boo RIT yuivocadamente, au- tor de esta posiciin a Dedrle, quien Ya utilizé en uno de sus artfettos sin referencia de origen (1991). En. rea, Tidad la posicién RIAD, PACD, PER - RAD, PSTD se dio en una partida. Un tal doctor Kassidi indieé en 1864 el modo de ganar: 1. RIC! (Rste fi- hal fe utilizado aquel mismo aio por el famoso analista Horwitz, que ideé toda la. partida.) La variante publi cada en Ta antologla de Tattersoll se diferencia de la imicial por estar algo mis reducida, Ahora la jugada 7... RSC, etc., pierde sentido y las negras’ vuel- ven a la idea del rodeo por la re- taguardia (8. R3D, RIC). 8. PAC! y ganan, Grigériey indica que si la posi- én ficial del peén blanco estu- © viese en la tercera fila, seria imposible ganar. 65a. Gorgufev, 1936. Blan- cas: RITR, P3TD. Negras : R8AR, P3cD; tablas. Este problema co- rresponde a la afirmacién de Gri- goriev y no tiene interés propio. Leyk, 1948, Blancas : R2R, 3 Negras: R6TR, P3TD. Leyk propuso esta posicién, plan- teando la siguiente pregunta: gen qué posicién del rey ganan ‘las blancas, teniendo la salida? La respuesta es como sigue: las blancas ganan si consiguen captu- rar el pedn 3T en 4 jugadas, o bien, ocupar a la primera jugada la casilla 2A, colocando asi a las negras en situacién de zugzwang. Estando el rey en 2R gana. I. R2A!, pero serfa erréneo jugar 1. P4C (esto se ve en el 65). Si en la posicién inicial el rey blanco esta en 2A, son las blancas quie- nes estan en zugzwang y no pte- den ganar. Son muy aleccionadores los si- gitientes ejemplos de Moraviets, 1982. 65c. Blancas : R5CD, P2CR; Ne- 27D, PSTR. Ganan blan- . R6A. (pero no 1. R5A?, 2, R6D, RIA! 3. RIR, , RAR; 7. ROC, RIA); 1... RIC; 2. R7D'!, R2C} 3. ROR y gana. 65d, Blancas: R7TR, P2D. Ne- R2AR, P5AD, 'tablas; 1 65e. Blancas: R5CD, P2CR. Ne- 34 s: ROTD, PSTR. Ganan blan- as. 1. R4A, RIC; 2. RID, RBA; 1. R2R (no R3K?, RSD); 3... 4, R3A y ganan. (La mis: ma idea que en ef 60 b.) 6 1. RAD! Esta es la dnica jugada. Las blan cas interceptan el camino de ata que a su peén por la retaguardia y de paso colocan el rey en una diagonal cémoda para atacar el peén 3C. Si 1. P4A, la respuesta de las negras ser 1... RSA, ya 1, R5D?, se consiguen tablas’ju- gando 1... RSC!;"2. RAD; 2.. R6C!; 3. P4A, R7A. Un ejemplo tpico' de maniobras con duble cb- jetivo. (Véase-58.) 1... 2. RSR 3. P4A y ganan. Esta posicién fue Ppublicada en el afio 1926 por Dobiash, y aquel mismo afio Prokop Propuso un problema, cuyo final tenia una icién andloga. Blancas: R4AD, 2CD. Negras: R4AR, P3TD con la misma solucién (1. R4D!, et- cétera). 66a. Moraviets, 1952. Blancas : RICR, P2CR. Negras: R2TD, P3TR. Ganan_ blancas R2A, RSC; 2. R3R, R4A; 3. RAR, R5At 4. PAC y ganan. R3A RIA 3. DOS PEONES PASADOS Si los dos peones son pasados, ambas partes se esfuerzan en co- fonar lo antes posible su peén e impedir que lo haga el adversario. ‘A veces resulta imposible impedir ai coronamiento del peén enemi- go, pero, en compensacién, se consigue un mate forzado o se ga- na la dama con golpe doble («ja- de rechazo»). Si no hay con- Uciones para ello o si no se puede convertir el peén en dama, la par- tida, como es natural, termina en tablas. ‘Las maniobras de los reyes en los finales que estamos estudiando obedecen plenamente a las consi- @eraciones generales arriba indi- cadas. Los ejemplos que citamos a continuacién nos dan a conocer las diversas clases de maniobras que se hacen para conseguir los siguientes objetivos: mejorar la posicién del rey propio, ganar tiempos, atraer_ al rey adversario a una casilla desventajosa (para coronar el peén propio y dar jaque © capturar la dama adversaria con doble jaque), desplazar .al rey contrario 0 interceptarle el cami- no, tomar la oposicién, dominar un escaque clave o conjugado. Hay, asimismo, un grupo de movimientos complejos realizados Y ll - La g Te 0, 2 sen Qo 77 ot, Wes reyes Mamados emanio- ras con doble objetivo». En algunos casos el rey manio- bra teniendo en cuenta el final futuro, Estos finales los estudia- remos en el Apéndice. En el diagrama 67 las blancas necesitan abrir el camino que con- duce a su peén a la octava fila, se debe meditar muy bien la jugada del rey: el objetivo que se pltea exige que el rey vaya a derecha, pero la contraamena- za por parte del peén negro im- Rone una moderacién imprescin- ible. 1. RADI... Es mala Ja jugada 1. RSD por la respuesta 1. PAT, 2. PAS, PST. En el caso de 1. RAC se pierde 1 R6R? (67a), pero con 1... RSR 2. P4A, RARI; 3. RSC, R3D! 6 3. PSA, R3R! se hacen tablas. No basta tampoco 1, RSC, ya que 1... RSR; 2. P4A, RSD; 3. RAC, PAT + 63. P5A, R4D!; precisamente es- ta posicién de los reyes, pero sa- Hiendo el adversario, y con un pedn en 5A constituye en estas va- riantes la esencia de la Icha. Thee RSA 2. PAA R4A 3. RSD R3A A3... PAT, sigue 4. PSA, PST; 5, POA y lag blancas coronan su peén y dan jaque. 4. R6D R2A Si ahora 4... P4T, sigue 5. PSA, PST; 6. P6A y las’ blancas hacen dama en la diagonal 8T-IT. 5. P5A. RIR 6. RTA Pat. 7. P6A PST 8. RIC y las blancas ganan coronando eI peén y dando jaque. 67a, Grigériev, 1931. Blancas: RACD, P2AD. Negras R6R, P2TD. Ganan blancas. P4A, 35 RSD; 2. P5A, R4R !. (mejor relati- vamente; si 2... R4D, entonces 3. RSC! y a la 2... PaT+, sigue 3. RSC, PsT; 4. P6A, P6T; 5. PIA, PIT; 6. PBA=D, PST=D; 7. DE T+); oe ee ee R4D; 5. RSC, R4R o R3R; 6. ROA, PAT; 7. RIC y ganan. 67. Grigériev, 1931, Blancas: RiR, PTR. Negras: RITD, P2CR y P2TR. Ganan blancas. La idea de este final es coronar el peén y dar jaque. 1. PAT! (no 1. RTA?, PAC!; 2. RIC, ROC; 3. Rx Py RSA; 4. R6C, P5C!, este pedn dis- trae ia ‘atencién del rey blanco a fin de liberar el camino hacia la IT a su rey. 5. RSA, RAD); 1... PaT! (i... PIT; 2. PST); 2, RBAT! (si 2. R7A2, entonces 2... PAC! 3. PP, PST y tablas; en cambio, ahora, en caso de 2... PAC las blan- cas coronan pedn con jaque) ; 2. P3C; 3. R7R y ganan. 67c, Damiano, 1512, aproxima- lamente. Blancas: R5R, P4AD. Negras: R4CR, PATR. A princi- pios del siglo xvr se conocia ya esta _partida, donde se da_jaque con la dama en 8C y 8T. En los roblemas actuales este _ataque final no siempre resulta tan evi- dente. 674. Moraviets, 1952. Blancas: R4AD, PACD. Negras: RSAR, P4TR.’ Ganan’ blancas. 1. PSC, RAR; 2, PEC!, R3D; 3. RSC, PST; 4 R6T y ganan. Aunque las blancas coronan st pesn con jaque, pero después de 1. PAC, PAC; 2. PSC, PSC; 3. POC, P6C+, ‘las negras, gracias al jaque (jganancia de tiempos !), cofonan su peén antes; 4. R3A, PICD; 5. PIC, P&C=D;; Ie signe 6. P8C=D+, RBT! y fa partida acaby en tablas. La$ blancas sortean esta difi- cultad con una habil maniobra: 1. R3A! Ret ced RST Las blancas disponen ahora de suficiente amplitud para seguir jugando con cl rey. 3. PAC Pac + 4. R3D! R6T Las negras pierden tiempos, ya que a_la inevitable 4... PSC, le signe 5. R2A. 5. PSC PSC 6. PEC PEC 7. PIC PIC 8. R2A! RIT Los reyes han vuelto de nuevo a la posicion inicial, pero la situa- cién_es distinta. 9. P8C=D+, dando mate a la jugada siguiente. 68a, Grigériev, 1928. Blancas: R3D, P2AR. ‘Negras: RSTD, P3CD. Ganan blancas. 1. R4D!, PAC (6 1... RAC; 2. RSD!, R3T; 3. PAA! Roi R2A; 5. R6R! RID; . - PSC; 8 RIC y ganda; si 2. RST, entonces 3. P4A, P4C; PSC; 5. R4A, PEC; 6. RIA, ROT; 7. P6A y ganan, lo mismo que en la variante fundamental) ; 2. P4A, PSC; 3. PSA, P6C; 4. R3A, ROT; 5. P6A, PIC; 6. PIA, P8C=D; 7. P8A=D + ; entonces bien 7... RST; 8. D8T+, ganando la dama, o bien 7, R7T; 8. D8T++. 68b. Breniev, 1931. Blancas: ROR, P2TR. Negras: R7R, P2CD. Ganan blancas. 1. PAT, P4C; 2. RSD, RED (el secreto consiste en flevar al rey negro a 3D); 3. PST, ee eee 6 PET=D, PeC=D; 7. DIT +. 68¢, Mandler, 1938. Blancas: RIAD, P2AR.’ Negras: RTD, P2CD. Ganan blancas. 1. R6D!1, ROT!; 2. R5A!, RST; 3. P4a, PAC; 4. PSA, PSC; 5. R4A!, PEC} 6. R3A, ROT; 7. PeA y ganan. 684. Prokop, 1943. (Terininacién del problema). Blancas: RSD, P3D. Negras: R4AR, P2TR. Ta- blas. 1. R4D! (no R5A?, PAT; 2. PaD, PST; 3. PSD, POT; 4. POD, RBR'ty ganan). ¥ tablas, ya que es impos jaque al rey blanco. Pierden las blancas, ya que 1. RST?, P4A ; 2. PAC, PSA; 3. PSC, RA! 4. P6C, R3A; 5. ROT! POA; 6. PIC, PIA; 7. P8C=D, POA=D+; 8 RST, DET+. Se consiguen tablas mediante un juego muy sutil: 1, R3C!, R6ED (no... P44; 2. R2A); 2. R2T!, P4A; 3. PAC, RSA; 4. PSC, RxP} 5. RAC y tablas. @9a. Moraviets, 1952. Blancas: RSCD, P2CD. Negras: R4R, PAD. Tablas. 1. R&C! (pierde i. PAC?, en vista de 1... PSD; 2. R4A, RSR; 3. PSC, PSD, ete.) ; 1... RED (6 1... RSR; 2. 'R3A, "RE; 3. R2A, RIR; 4. R3A); 2. RST! y tablas, 69. Moraviets, 1952. Blancas: RSCR, P2R, Negras: R2D, P3TD, tablas. 1. R7A, R3D; 2. R6A, RAD; 3. RSA,’ PAT; '4. “PARY, R3A!; 5. PSR!, PST; 6. R6C! Tablas. Para terminar este apartado reproducimos un grupo de posi- ciones que ilustran las maniobras del rey con doble objetivo. Las combinaciones mas frecuen- tes de objetivos son las siguientes : a) _capturar el_peén contrario, dificultando al mismo tiempo el acercamiento del rey adversario, con el fin de evitar tablas o deten- der st propio peén (este procedi- aniento lo hemos visto en los ejem- plos 58, 61, 65 y 68); b)_asegurar el avance del peén propio, oponiéndose a las ma- niobras del adversario (67 y 68 a; uno de los ejemplos mas aleccio- nadores y antiguos es el reprodu- cido en fa posicién 70) ; ¢) amenazar el peén del_ad- versario, apoyando al mismo tiem- po el avance del pedn propio, o apoyar el peén propio con el tin eutralizar ef contrario (Ty 1, RSA! (70) Es Ja jugada clave de las blan- cas; el rey se adelanta lo suficten- te para poder oponerse al acerca- miento del rey negro (1. R4A? lo habria Nevado a una partida nu- la) ; en cambio, ahora, después de i... PAC, sigue estando en el cua- drado det peén y a las blancas tes da tiempo de jugar 2. P4C, por ejemplo: 2... PSC; 3. R4D, 37 RSA; 5. P6C y el peén se convierte en dama, dando jaque); 5. R3R, RSC;'6. PEC, RET; 7.PIC, PIC; 8. R2A y ganan. eee R3C 2. PAC R2A 6 2... R3A; 3. RED! 3. PSC R2R 4. R6A! Claro que no 4. P6C?, R2D! 4. RID 5. RIC PAC 6. P6C PSC 7. RIT (8T) y las blancas ga- nan, coronando su peén y dando jaque. A primera vista parece imposi- ble que las blancas consigan ta- blas y, sin embargo, las hacen, avanzando el rey por la diagonal con el doble fin de neutralizar el pedn en torre de rey y apoyar el suyo. 1, RIC PST En caso de 1... R3C, las blancas juegan 2. 6: ; 3._R5R {amenazando R4A); 3... P6T; 4. ROD, PIT; 5. PT y tablas, R2C; 6. RID Ta 2. RA P6T Si ahora jnegan 2... R8C. si- gne: 3 R5R! y tablas como antes. 3. RGR (7R!) Tablas. La original solucién de Reti produjo en su tiempo una gran impresién e impuls6 a la basque- da de posiciones andlogas, enri- queciendo considerablemente 1a teoria de los finales. Mas tarde, Reti volvié a este tema y propuso nuevas posiciones, sumamente va- Tiosas. Son también interesant los trabajos de otros autores (Vv se los diagramas), que en su con- junto nos sirven de palmaria ilus- tracién de las inagotables posibi- Haades del juego de ajedres. Tia, 1. POA!!, PAT; 2. RIC!, R3C (6 2... PST; 3. R5A!, POT. “ ROD, 2 tablas) ; 3. R4A!, PST; 4 (amenaza RAR); 4... forts RED, tablas. Si 1...’ R3C, entonces 2. RAC, PAT (2... Ru P} 3 BAA, Pats 4. RAD). 3. R4A, eer; RSD. Tablas. asi las tablas parecen ain ms inverosimiles. Después de 1, ROC son posibles tres continua- 3 2.RxP, PAT; 33. R6A, PSA; Ve, a aie, -- PAT; 2. Rx P2C, PST; 3. y tablas; c) 1... P4A; 2. RxP, PSA; 3. R6A, P6A (63... ges: 4. RSR); 4. R6R- (7R), ta- as. Tle. 1. PAT, ROC; 2. PST, REA (62... R5A; 3. P6T, R6D; 4. P7T, PIA; 5. P8T=D y 6. DOT+); 3. RIC (no 3. P6T ?, RID, ni tampoco 3. R3C?, R5D!; 4. POT, R6R y tablas) ; 3... RSD 5. RIA, y ganan. 714, J. ROC, POT; 2. RBA, POTS 3. RGR, tablas, o R3C; 3. RSR/, POT (3. RxB; a “RAD) 5 4. R6D, tablas. Tie. RTA, (amenazando con pa- sar al cuadrado del peén con la fogada 2. ROR; cs mala jugada PAA 32. RTA, RSAI); Pak (pero no 2. R6R, PST; 3. PAA, POT; 34. Per, ROR; a que 2... 4. PSA, PTT; 7 P6A, PeT=Dj P8T=D; 6. P7A, DAR J. ‘RBA, RAT 6 RAC y ganan) 5's, Pat =D; 6. P7A, tal pit 1, RSC {amenazando com 2. P4T; 2. R6A! y o bien Abit 3 RICy bien 2). RIA: 3. RSD y tablas. He aqui unas posiciones mas. 71g. Feiter, 1939. Blancas: R8- TD, P4AR; ‘Negras: R4CD, P3- ‘TD. Tablas. 1. RIC, PAT; 2. RTA, las. ! PST; 3, PSA); 3. RID, R4D; 4. RIR, RSR; 5. ROR! RXxPs 6. RSD, y tablas. (Véase 2.) 71h, Moraviets, 1952. Blancas: RSTD, PACD. Negras: R4D, P2D. Tablas. Se juega lo mismo que en el Tig). 1. RIC, RSA; 2. RTA, P4D; 3. RGA, y tablas, 7M. Moraviets, 1952. Blancas: R3TR, PSR. Negras: RIAD, P2TD: Tablas. 1. RAC, PAT; 2. RSA, PST (existla la amenaza de 3. RAR); 3, R6C!! Tablas. 71]. Moraviets, 1952. Blancas: net R3TR, bz. Negras: _RSTD, P2CD. Tablas. | 4C, PAC; 2. P4D, PSC; 3. PSD!, RAC; 4. P6D!, RSA; 5. RSA, POC (... RxP; 6, RAR}; 6. ROR, y tablas. El interés de este ejemplo con- siste en que su autor Jo ha anali- zaddo con el rey en diversas post ciones, Las blancas no pueden ganar, esté donde esté su rey. Bierden en el caso de que su rey ccupe una de las signientes seis casillas: 8T, 8C, 8A, 3CR, ITR, 8TR. En todos ‘los demfs casos la partida es nula. Por ejemplo, con el blanco en 2TR: 1. P4C, RSA; 2. PSC! RxP; 3. RBC, ¥ tablas. Con el rey en 8D se hacen ta- blas moviende el rey con doble objetivo: 1. PAC, RSA; 2. RIKI, PAC; 3. RGA!, R'xP (3... PSC; 4. PSC); 4. RSR'y tablas, lo mismo que en el Tig. Esta idea fue Nevada a la pric- tica por Las y después se ha vuelto a repetir en reiteradas oca- siones. 72a, Lasker-Tarrasch. San Pe- tersburgo, 1914. Blancas: RICR, P2CD, P3CD, P2TR. Negras R4AR, PATD, PACD, P4AD. Des- és de t. PAT!, RSC; 2. ROC!, xP; 3. RSA, Se han’ cambiado tas tornas y ahora son las segias esfuerzin por hacer farshall. Carlsbad, 1929. Blancas: R4D, D3D, P2AR. RITD, PSTD, PACD. A uivocada’ 1, R4A?, Pot; 2. 'DxD+, RxD; 3. RAG, le sigue 3... R7C!; 4. RxP- BT, R6A, y tabias. 7%. Grigoriev, 1930. Blancas: R8AD, P4TD, PACR. Negras: R4D, P3AR, P4CR. Ganan blan- cas, 1. PST!, R3A; 2. R8C!, RAC; 3. RIC!, Rx PST; 4. R6A, P4A; 72a. Gorguiev, 1931. Blancas: RETD, P2TD, PSAD. Negras: RIAD, P2TR. Tablas. 1. P6A!, P3T!;'2. P3T!, R2A (las negras no han consegtido ganar tiempos y Ja segunda jugada conduce a tablas, 2... PAT; 3. PAT, PST; 4. PST, POT; 5. POT, P7T; 6. PIT, P8T=D, Tablas); 3. PAT, Rx P- 6A; 4. PST, R4C; 5. RIC, Rx PST; 6. R6A y tablas. (Véase 75.) Log ejemplos postetiores son, en realidad, repeticiones. Ze. Prokesh, 1937. Blancas: R8CD, P2TD. Negras: R2D, P2- TR, tablas. 1. P4T, R3A; 2. PST, RAC; 3. RIC. Signe como Grigé- riev'y Gorgufev. 72f. Prokesh, 1947. “Blancas: R8D, PSTD. Ne- gras: R3D, P2TR.’ Tablas. 1. RBA, R3A; 2. R&C, y sigue el tmismo juego 72h. Korolkov, 1950. Blancas: RICD, PSTD, PSD, PSR. Negras: R4AD, P6D,'P2TR. Ta- blas. Después de 1. P6R, RID; 2. PTR, RxP; 3. RTA, PID; 4. P6D+, R3K; 5. PID, P8&D=D; 6 P8D=D, 'DxD+; 7. RxD, R3D y se obtiene la posicién re- preseatada en 72f Lo nuevo de esta partida es su introduccién. 4a CaritvLo IV DOS PEONES CONTRA UNO La practica ha demostrado que la existencia de un peén de mis tiene tanta mayor imtportancia cuantos mas peones hay en el tablero. Por eso, dos peones contra uno supone una superioridad material minima. De ordinario, esta superioridad resulta, sin embargo, suficiente para_ga- nar, atinque hay muchas excepeiones. A la parte fuerte le conviene que sus peones estén lo més alejados del peén contrario y que el rey se encuentre delante. Por lo tanto, hay que evitar el acercamiento prematuro de los peones y, sobre todo, su bloqueo. Los ejemplos que vamos a examinar estén subdivididos en tres grupos fundamentales: 1) peones ligados; 2) peones aislados, y 3) es doblados. El problema teérico a resolver consiste en delimitar en cada uno de esos grupos los casos en que la posibilidad de tablas est& condiciona- da por Ia propia posicién y aquellos en que se logra (o se evita) utili- zando métodos determinados de juego. 1, PEONES LIGADOS Si todos los peones son pasados, el tinico problema que se plantea es si podré el rey de la mas so normal del juego, como ciertas excepeiones debidas, fundamen- talmente, a la proximidad del ex- fuerte detener ef pen pasado del adversario en su camino hacia la casilla de promocién. En caso afir- mativo, el juego se reduce al sen- ilo final ‘de trey y dos peones ligados contra rey». Si es imposi- ble detener el pedn, la superiori- dad material, como es légico, pier- de su importancia’ y gana la partida quien primero corona el Los ejemplos que damos a con- tinuacién ilustran tanto el proce- 42 tremo del tablero. En el 73 el rey negro se enfren- ta con un problema superior a sus fuerzas: impedir el avance de los peones blancos y defender su pro- pio pedn. Si Salen las negras, jierden en seguida: 1... RAR; 2 iC, R3A; 3. PST. Por cousi- guiente, las biancas, teniendo la salida, deberdn limitarse a cedér- sela al adversario, lo que se con- sigue por el procedimiento del triangulo. Por ejemplo: 1, R2A, RBC; 2, R2R!, R4A; 3. RIR y ganan. En el 74, después de 1... PTR, las blancas tienen tiempo de rea- lizar la maniobra 2. +, RIT) 3. RIA, P8R=D; 4. PIC+' y m: te en dos Jugadas. Si la salida fuese de las blancas, cabe otra maniobra: 1. PIC,. PIR. 2. R6C, PER=D; 3. PIT+'+. En el 75 tenemos un ejemplo de cuando la parte mas fuerte se ve Sbligada a'Iuchar para evitar el mate, 1. PAC + RxP No se consigue nada renuncian- do al sacrificio: 1... R4C, 2, RIC! (pero no 2, PAT + ?, en’ vista de 2... RxPT; 3. REC, RxP; 4. R6A, R5A;'5. ROR, 'RSR y nan); 2... P4A; 3. PAT 4+! y ‘si 3... Rx PT, entonces 4. R6A, PSA; 5. PSC, v si 3... Rx PC, entonces 4. ROC, Rx P; 5. RSA. 2. REC PAA Si_no se inega asf, seguirfa 3. ROA. 3. PAT! y tablas (72). 75a, Jachek. Blancas: R8TR, P2CR, "P4TR. Negras: R4TR, PSR. Tablas. 1. RIC, PAR; 2. PACH, Ry PC. 3. REC 62. RxPT; 3. REA. 75b. 1... Prokesh, 1948, Blancas: RB8AR, P4D, P3R. Negras: R5R, P2CD. Tablas, t. R7R’ (amenaza de 2. R6R); 1... RAD; 2. RID}, x oe ee Las posiciones que examinamos (es decir, con varios peones pa- sados) conducen frecuentemente a finales de dama. Si la parte mas fuerte, de dos peones ligados, tiene uno’ solo pa- sado, son posibles dos clases de estructtras de peones: 1) inmévil, cuando el peén de Ja parte débil se encuentra blo- quead 2) mévil, cuando todos los peo- nes pueden moverse, En el primer grupo de finales {con dos peones bloqueados), 1a parte mds fnerte posee un peén pasado y defendido, que limita la movilidad del rey adversario, por Jo cual a la ventaja material se une la superioridad de posicién. Sin embargo, hasta en este caso son posibles las partidas nulas, sobre todo si fos peones se hallan en_los flancos. Examinemos ahora la siguiente distribucién de peones: e] peén 43 pasado y defendido se halla pro- ximo al centro, y el peén inmévil que le apoya esta més cerca del extremo del tablero. En estas posi- ciones, el rey de la parte més fuerte apoya directamente al peon pasado, cosa que, por regla, ase- gura una répida victoria.’ Hay Excepciones en casos de peones muy ayanzados en los flancos 0, por ¢l contrario, en peones que no ‘an sido movidos todavia. ‘Estudiatemos primero las posi- ciones de flanco, que son las mas frecuentes y, por lo tanto, mas importantes para la prictica, sin olvidar que las peculiaridades que se originan por la proximidad de Jos peones al extremo del tablero, desaparecen cuanto mas cerca estén de las columnas centrales. En el 76 las blancas ganan, ocu- pando con su rey, en determina das condiciones, ‘la casilla 5A. Las negras pueden oponerse s6lo temporalmente. R4A; 2. R3D, R&D; 3. R3R, RAR; 4. R3A, RAD. Como es natural, cl rey debe permanecer en el ‘cuadrado del pen. SC. 5. RIA, R3D5 8. RAR, 3R; 7. RAD, R3D; 8. R4A, R2A; 9. RSD! No conviene jugar de golpe 9. RSA por 8. RIC; 10. POC? RST y tablas, Las blancas deben 44 ecupar el escaque SA, estando el rey negro en 2C, Se’ comprende ye ex ina posicién andloga, pero lesplazada a la derecha, el rey ahogado es imposible, y tampoco son necesarias estas maniobras. 9... R&C (6 9... R2D; 10. PEC, RIA; I. R6A); 10. R6D, R2C; 1, RSA, R24; 12. PéC+, R2C; 13. R5C'y ganan. Por el final de esta solucion se deduce que con esta posicién si- tuada en la fila superior (77) es imposible ganar, ya que las ‘lti- mas jugadas conducen a tablas. En el 76, las maniobras de los reyes pneden resultar algo mas complicadas. 76a. Grigériev, 1930 (la termi- nacién del problema véase en 138) Blancas: ROR, P5SCR, PATR. Ne- gras: R3CR, P4TR, Ganan blan- cas. 1, R6D! (no se consigue nada con 1. R5R, R2A!); 1... R2A; 2. RID, RIA (o 2... RIC; 3. RIR. R3C; 4. ROR); 3. ROR, R2C; 4. R5A'y ganan. El tey ahogado explicado en las observaciones a la 9 jugada en el ejemplo 76, se consigue con ma- Yor rapidez en algunas posiciones. 76b (ideado por Troitzki), 1930, Blancas: R3AD, PaTD. Negras RSR, P2TD, P3CD. Tablas. 1. PsT!, PAC; 2. POT!, RAD; 3. RAC, 'R3A; 4. RST, R4A y tablas. Si’ desplazamos la posicién 77 a la columna de la derecha, vere- mos que las blancas ganan fécil- mente, sacrificando en el momen- to oportuno su peén lo e in- vadiendo la zona erithea del negro. Por ejemplo: 1. RSD, RIA; 2, RED (6 2. ROR, R2A; 3. R7R, RIA; 4, PIA); 2... RID; 3. FIA+, RIA; 4. ROR, RxP; 5. RIR, ete. Si desplazamos esta posicion a la segunita columna de fa derecha, se hace posible otra solucién mas : las blancas colocan su rey en STD, y_en respuesta a R2C, continéan PTD, Teniendo un pedn pasado - defendido en Ia fila 6, éste sacri- ico es un procedimiento tipico mprescindible. las posiciones de flanco del ipo 76 las tablas son evidentes, y 2 mismo ocurre en la posicion ntada en el 78. Pero si la esplazamos a la columna de la ferecha, ya no serén tablas, pues a blanco consigue efectuar el odeo por la inquierda, Lo mismo ocurre si colocamos as abajo la posicién 79; saliendo as negras, las blancas no pueden janar, pues tan pronto como se parte sti rey, las negras consi- jen capturar el peén blanco y oronar el suyo. ‘Lo mismo ocurre si desplaza- nos la posicién 79 a la columna fe Ja derecha. Sin embargo, si la colocamos en a segunda columna de la dere- ha, las blaneas tienen Ja pers- ectiva de rodear por la izquierda ganar Ja partida; ejemplo: oe ROR, 2 RID, yal 2. BOD, mtonces 3. R2R, y si uegan 3. RIA, etc, Pero también en este caso hay xcepciones. Grigriev enriquecio @ teorfa de estos finales con un o ReA, detaile interesante que subraya la importancia que tiene, ademas de la estructura de peones, la situa- cién de los reyes. Con el rey negro en 5D, las blancas, en este ejemplo, habrian nado, como hemos dicho ya. ero como el rey negro esti en 5A, las cosas cambian. Dos factores determin: sibilidades de Ia defen: gras deben evitar que el rey blan- co pase a 2R (con amenaza de pasar a 3R) y que rodee el esca- que 2T (amenazando R3C); cosa que evitan jugando Ri Pueden impedir la jugada R2R, tomando la oposicién: 1... R6R, pero esta jugada resulta un craso error, ya que 2. RID, RSD (en caso de 2... R6A; 3. RAI, las negras no Iegan a tiempo a 8C); 3. y ganan. Ya que 1... ROR? no sirve, y es. imprescindible impedir R2R, no queda mas remedio que 1... R6A, ¥ esta jugada es efectivamente sai- 2.2, RID, sigue 2... R6l 3 4. RIC, R4A; ro si 2. RIA, enton- ROR; 3. R2C (8. RIR, . RID y tablas. La jugada 1..; ROR? en el 80 es un ejemplo de oposicién «per- judicials, Sin embargo, con otra estructura de peones puede resul- tar acertado tomar la oposicién en vez de jugar con el rey ea distan- cia de caballo», Es preciso, natu- ralmente, obrar siempre de acuer- do con lo que la situacién exi en dependencia de ella clegir los medios técnicos de defensa: Ja oposicién o la distancia de ca- ballo. La posicién del ejemplo 80 tie- ne dos puntos de invasién (dos casillas eriticas para las negras) : 2R y 3C, El camino més corto en- tre ‘ellas es: 1D, 1A, 1C, 2T. A este camino, formado_ por casillas negras, le corresponde otro, «el corto», de las negras, tam- bign constitnido por 4 casillas ; 45 6R, 5D, 4A y SC. Las casillas de Jos «camminos mas cortos» guardan entre si estricta equivalencia: 1D-6R; 1A-5D, ete. Por eso deci- amos que es mala jugada 1... R6R, porque permite a las blancas con- seguir la eequivalencias con 2. RID; en cambio, es buena 1... R6A!, ya que después de 2. RID, ROR, Ia «equivalenciay queda en poder de las negras. (Véase 332.) Ofrece interés la posicién 81. La estructura de peones es la misma, pero estén situados en la fila in- tnediata_superior. En «Finales», de Rabindvich (1938) esta posicién se enjuiciaba como tablas, en vista de la si- uiente variante: I. R2D, RSR; . R2R, RSA; 3. R2A, RSR; 4. RSC, ROD; 5. PSD, Rx P; 6. PED, R7C;, 7. P7D, P6A; 8. P8SD=D, P7A y tablas, pues las negras tie- nen pedn de alfil y el rey blanco -esté lejos. Euwe, en 1940, sefialé que para ganar era preciso jugar 1. RIA, ya que con esta fa las blancas seguian a la misma distancia de las casillas 2D y 37, y, en cam- dio, las negras se vefan obligadas a apartarse de una de las casillas conjugadas, la 5R 0 la 4C (la mis- ma idea que en el 80), ejem- plo: 1... RSR (si no 2. RAD y 3. 46 R3R) ; 2. RAC, ete, Chérom (1952) reiterd la afirmacién de Euwe, y otros autores insistieron en que 1, RIA era la Gnica jugada que permitia ganar. Pero en realidad gana cualquier jugada del rey blanco. La mas sencilla de todas es: 1. RIA!, pero también son buenas! 1. RID 1, R2D. Por ejemplo: 1. RID (en ei 80 las blancas no tenian esa posibilidad de maniobra por la retaguardia) ; 1... RSR; 2. R2D o bien 2... R4D; 3. R3R,’o bien 2... RSA; 3. R2A; 6 1. R2D, R5R; 2. RID, R4D; '3. R2R, RSR;’ 4. R2D, etc. (la misma’ utilizacion del triéngulo que en el 73). Lo exptesto en los ejemplos desde el 76 hasta el 81 demuestra ue cuanto mas lejos del extremo det tablero se encuentren los peo- nes, menos posibilidades tiene de hacer tablas la parte mas débil; con peones situados en el centro (en las columnas de la D y del R), estas posibilidades désapa- recen. Si ei pedn pasado y defendido esté mas cerca del extremo y el inmévil mas cerca del centro, el rey de la parte fuerte no presta St apoyo directo al pebu pasado y las maniobras de los reyes tie- hen un catdcter completamente distinto. [os bg rasgos maniobras del rey negro Jimitadas por el pen pa- ado 47. no tiene otro recurso que ermanecer en su cuadrado y de- tmder, ademas, las casillas ‘clave el peén propio 4C. Las casillas Ay 5R, 5R y IR forman el limi- Pde la zona Critica de las negras, | borde delantero de su linea de ejemplos 82 y 83 muestran fundamentates de estas 2. ‘En los antiguos manuales de se aconsejaba, en estos 908, «tomar la oposicién_y con- ervarla en cada jugaday. Pero en 2 posicién que analizamos, esta egla falla. Salicndo las blancas 1, RSC), tomar a oposicién es far sin pensar en ella. lo J RAR, ocupando el es- sare ole aque clave. Mas clara atin es la ituacién; si salen las negras: R3A} (jtoma de oposicion!) jierden, mientras que con 1... BD! (jrenuncia de oposicién!) acen tablas. Es un ejemplo elo- uente de lo perjudicial que es el mpleo mecénico de la oposicién ino se ahonda en la esencia de x posicién. ‘Bn el ejemplo 82, las negras de- en limitarse a defender ias casi- las de invasién y, siendo mano, meden hacer frente a esta mo- esta tarea. Grigétiev sefialé, en 1922, que aientras el rey blanco mani n la la segunda fila, al rey ne- zo le basta con recorrer Tas easi- 3D y 3R, pero tan pronto co- ao el rey blanco salj ila, el rey n¢ elegir obli- ‘atoriamente la casilla conjugada. «RGR 6 R3C, las negras deben ontestar R4R!, y a R3D, R3A RST, la dinica respuesta es RAD! ‘or esta raz6n, las negras procu- arin ocupar lo antes posible la asilla 3D 6 3R, sin pensar ert la pero es mucho mas ala tercera Posicién, Ahora se comprende por qué sa- liendo las negras es preciso jugar 1... R3D! El rey blanco ya esté a umto de pasar a la fila tercera; jicho con otras palabras, el juego se traslada al «borde delantero» y Jas respuestas de las negras deben méxima precision, por . RIC, RAR!; 3. R3A, 4. R4A, RSD!; 5. RSA, (claro que no 5... R6A?? ete. El hecho de que conjugadas estén en el borde delantero. de la defensa coincide plenamente en este caso con el concepto de la oposicién, constituyendo asi el caracter pe- culiar de esta posicién. En el caso de la errénea jugada de las negras 1... R3A, las blancas continéan de forma que las ne- no puedan tomar la oposicin inmediafa: 2. R3C! (no 2. R3A?, RAD) ; 2... R4A (si 2... R3D, en R4A!, RAD; 4. RSA con ma en la zona critica; en cambio, ahora a 3. R4A?, le signe 3 3. R4C!, (valiéndose de que Ja casilla 4A es inaccesible a las negras) ; 3... R3A; 4. R4A! (amenazando con 5. R4R); 4. R4D/ 5. RSA y ganan. Las blan- cas han tomado la oposicién en una de las filas principales (en este caso son tres: la 5, la 6 y la 7)_(véase 15). Damos a continuacién cuatro ejemplos de Dedrle, 1925, con la misma distribucién de ' peones, pero con reyes en distinta posi- cién, que nos muestra la _posibili- dado imposibilidad de tomar la oposicién en la fila principal. 82a. Blancas: R2CR. Negras: RSR. Tablas, independientemente de la salida.' (1... R5D!; 2, R2A, RSR!, etc.) 82b. Blancas: R3CR. Negras: RAR. Ganan blancas en el caso de que salgan las negras. 82c, Blancas: R4CR. Negras: R3R. Ganan “blancas, independiente mente de la salida (jcasilla criti- ca 4R!). 82d. Blancas: R6CR. Ne- 41 gras: R3AD. Ganan blancas, in- dependientemente de la salida. 1. RSC!, R4A; 2. RAC! La oposi- cidn inmediata (R6C-R3R) daria tablas, y la distante (R6C-R3A) hhace perder a las negras por la existencia del escaque 4 El dltimo ejemplo muestra que sien el #2, después de 1... RID; 2. R3T; R4D!, las blancas avan- zan su ‘rey por la columna de Ja ‘TR, las negtas deberan mantener el suyo en Ja columna de la D conservando siempre la posibili dad de tomar la oposicién inme- diata, por ejemplo: 4. R&T, RSD !; 4C, RSR!; 6. RST, R4D1; 7. ROT, R3D!; 8. ROC, R3RI, ete. Si cl peén pasado y defendido Wega a Ja fila quinta, es decir, deja atris la mitad del tablero, una de las casillas clave del peén adversario (en dicho caso 5R) queda fuera del cuadrado en habiendo peones bloqueados el tablero. Esta estructura mé- il, en Ja cual todos los peones ueden moverse, posee ciertas sculiaridades que fueron estu- iadas en los trabajos de Grig6- ev. En el 86, saliendo las blancas \ victoria se consigue sencilla- tente con 1. R2D, Inego 2. R&D, ic. Pero si la salida es de las , pueden hacer tablas ju- tudo agi: 1. R6A!; 2. RID lo MC), PéD; 3. PxP, RxPD! 3 RPC) estando el rey blanco ac). Fracasa el intento de romper imediatamente la fila de peones ya lancos jugando 1... P6D?, we 2. P4Ay ganan. Pero sid lazamos esta posicién a la fila ¢ arriba, veremos que el peéu de Gl ya no posee la salida doble las negras pueden empezar en ez de 1... RSA, con I... PSD. A 12. Px®, sigue 2... RSA! y las lancas se encuentran en “zug- wang; si 3. R2D, entonces 3. txPD; y si 3, R2C, entonces _RxPC y tablas. Si en esta’ situacién (R2A, PAC PAD de las blancas y el rey ne- fo en 5A) saliesen las negras, se wontrarfan con el zugzwang y ererfan ta partida después de = RxPD (6 1... RPC; 2. R3D!); 2. RIC}, RAD; 3. RAT, etcétera. 86a. Grigériev, 1933, Blancas: RSAR, P2D. Negras: RIAR, P2R, P3AR. Tablas. De las observa nes hechas al 86 se deduce que después de 1. R6R!, RIR, las blancas deben avanzar su pedn de dama de forma que su jugada P6D coincidan con el rey ne- gro en ID 6 (A (pero no en IR). Por eso 2. P3D!, RID; 3. PAD, RIR; 4. PSD, RID; 5. POD, Px P; AaB a! Estos célewlos para el avance de un peén o de varios peones son tipicos de ciertos finales; para facilitarlos conviene guiarse por el siguiente principio: Estando en 1R, el rey negro ocuparé las ca- sillas 1D 6 1A coincidiendo con el niimere impar de jugadas ; por lo tanto, el pebn blanco, en su avan- ce hacia la casilla 6D, debera ha- cerlo en un miimero par de juga- das. Si saliesen las negras, antes de que el peén empezase su avan- ce, el rey negro ya estaria en 1D o en 1A-y volveria a ocupar esas casillas en un néimero par de ju- gadas; por eso las blancas debe- tan jugar (P2D)4D1, a fin de al- canzar el escaque 6D en un nie anero impar de jugadas. Esta indicacién tiene cardcter general, pues prevé también los casos de avance de dos peoues blancos (ntimeros 131, 132 y 133) Pero en el 86a, donde s6lo avanza un pe6n, el célculo resulta mas sencillo:’si salen las blancas y el rey negro no esté atin en la casilla precisa, hay que colocar el peén én la casilla del mismo color que en dicho momento ocupa el rey adversario. Una vez explicada la idea fun- damental de los finales anali: dos, se comprenderén facilnente las ‘maniobras de las partes en 1a posicién 87. 1. RIT! 49 Es un camino original para ga- par, pero como 1. R2C?, P5D; 2. RIA, R6A, lo mismo que 1. RIC?, R6A1; 2. RIA (2. R2T, Rx P2A); 2... PSD conduce a tablas. a R6A 61... PSD; 2. R2C. 2, RIC RSC 6 2... PSD; 3. RIA. 3. RIA R6A 3. RID PSD 5. RIA y ganan, 87a, Grigériev, 1933. Blancas: RD, PACD, P3AD. Negras: R4- CD, 'P2D. Ganan las blancas, in- cluso si salen las negras. Después de 1... RSA, resulta la misma si- tuacién, mas 0 menos, que en el 87, después de la cuarta jngada de’ las blancas, pero es preciso tener en cuenta la posibilidad de movimiento simple 0 doble del peén dama 2. RID o RIA (pero no R2A?, pues le seguiria P4D! y tablas). 2. R&C; 3. R2A1, RSA (no se debe permitir que el rey blanco pase a 3D) ; 4. R2D (recu- triendo al «triéngulo», las blan- cas han ganado tiempos, cediendo Ja mano al adversario) ; 4... P3D (si jugasen 4... P4D, ganarfan las blancas en seguida;'5. R2A, aho- ra deben ganar tiempos por se- tunda vez); 5. RID, R4C; 6. 2A, RSA; 7. R2D, PAD; 8. R2A y ganan. La posicién final del zugawang pierde su caracter _obligatorio {aunque sea parcialmente) si hay en el tablero otros peones. 87b. Alatérzev, tomado de una partida correspondencia en 1934-1935. Blancas: R2R, P4TD, P3R, P4AR. Negras: RSR, PATD, P4D. Salen blancas: 1. RIR! (es la Gnica jugada), y queda recha- zada la amenaza de PSD. 50 Para completar el 87a, nos que- da por examinar el caso de cuan- do os _peones estin distribuidos en la fila inmediata superior. 87e. Moraviets. Blancas: RID, PSD, PAR. Negras: R2AD, P2AR- Ganan blancas. 1. R2R, R3D; 2. R3A, R4R; 3. RAC!” PIA; 4. Ret}, P4A; 5. P6D, Rx PD; 6. PxP'y ganan. Es muy interesante e instructi- va la partida de este ejemplo. 1, R2D No se puede jugar 1. P4C?, ya que 1... PAT. ow. RIA 2. R3R oe No basta 2. R2R?, por 2... RSR y 3.. PAT 6 2, R&D? por 2... PAT; 3. R3R, RSC; 4. RAR, Rx Pac. Qo P3T Pierde inmediatamente -2... P¢T por 3. R3A, asf como 2... RSC, a causa de 3.'R4R. Ahora ya no se puede jugar 3, R2A por 3... PAT. 3. R2A! RSC Si 3... RSR, entonces 4. R2C, PAT; 5. R3T, R4A; 6. RAT, R3C} 7. PEAY y ‘por el’ peén de alti, Jas blanca’ obtendrfan el peon de torre, aduefidndose al mismo tiem- po de las casillas criticas del peén 3C. 7Qué deben hacer ahora las blancas? La situacin es comple- tamente distinta que en 87 y 87 Hx evidente que obtener ta’ posi- cién de «rey blanco en 2C, peén negro en 47, incluso saliendo las negras», 0 cs ventajoso, ya que Jas. negras pueden jugar PST, wali€ndose de que después de PxP, el peén pasa a ser de torre xyse hace posible la réplica Rx PA. Conviene orientarse a la coro- macién del peén de alfil, tanto mas que el rey blanco, a diferen- cia de las posiciones 87 y 87a, ma- tiobra al otro lado def peén pa- sado. Ya que en el caso 4. R3R, PAT, fas blancas quedan en zugewang, no queda otra solucién que jugar: 4, RIR! 04... RAA; 5. RIK, RSC; 6. RAR. Abora son jas negras’ quienes estén en zugzwang. PAT. 5. R&R RxP pedespués de 6. PSA, PST: 7. PA, 38. PTA, P7T; 9. P8A=D, PRT=D, las blancas ganun (véase 3 en eAnexo»): 88a, Leyk, 1939. Blancas: R4- CD, P4D, P3R. Negras: R4D, P2AR, Ganan blancas. Lo mismo que en el ejemplo 88, pero en las columnas centrales, donde el jue- 0 requiere menos precisién. 1. R3A, P3A (1... RSR?; 2. RAA y ganan). R2D (a diferencia del 88, aqui es posible también 2. R2A) ; 2.. R5R; 3. RIR (cabe jugar 3. RID); 3... R4D; 4, R2R, R5SR; 5. R2A, P4A ; 6. R2R y ganan. Aunque la idea del sacrificio det pedn pasado por el del adversario se ha explicado en el ejemplo 88 (observaciones a la tercera juga- da), reproducimos aqui algunos ejemplos para mayor claridad. 89. (Herberg, 1936): 1. R3Ct (no 1. P3C, por 1... RSC y P2A, 4A, 5A), 1... PAA (si 1. P3A, entonces 2. R3T, P4A; 3. P3C) ; 2. R3A!, Rx P4T; 3. R4A y ganan. Al principio, el autor habia des- plazado esta ‘situacién a la se- anda columna de la izquierda. Como se comprende, en este caso, ademds de 1. R3R, gana también 1. P3R; por ejemplo: 1... R5R; ae eee R2R, RSR; 4. R2D, ete. 89a. Ebersz, 1942. 1. PAT, RSC; 2. R&D, RAT!; 3. R3A!, Rx PAT 4. R4A, RAT; 5. RxP, y ganan. Hasta ahora hemos ' éstudiado las posiciones de dos peones li- gados contra uno, teniendo la par- te fuerte un pebn pasado. Pasemos a los casos en que no hay peén pasado. También aqui caben dos clases de estructuras de peones: 1) inmévil, con dos peones blo- queados, y 2) mévil. Los finales con peones bloquea- dios y sin. peén pasado son, como st es natural, meuos favorable para la parte més fuerte. Se ganan, de finario, independientemente de la salida, si uno de los peones li- gados llega a la fila 6, 0, dicho de otro modo, si el peén adversario se halla todavia en su casilla ini- cial. En los restantes casos, el uae del juego se determina icin de los reyes y la Poids Ben ine posiciones de flan- co, las maniobras suelen tener el mismo caracter que en situacio- ues del tipo 82. Pero si los peones se encuentran en las columnas del aifil de dama o alfil de rey, el caracter de las maniobras cambia, debido a la existencia de puntos de invasién en ambos flancos. xaminemos, primero, las po- siciones en que un peén rezagado {avs se del iende) de la parte ierte se encuentra cerca de las columnas centrales, En este caso, el rey ike atin esta en condi- ciones de prestarle cierto apoyo. En el 90 el peén negro sigue en su casilla inital y las blaneas ga nan, salga quien salga. Por ejem- plo: 1... RIA (si 1... R2R, enton- ces 2. PGA); 2. RER! (peto no 2. POA?, RIC y tablas) ; 2... RID; 3. ROD, RIA; 4. RIR, RIC; 5. RID, RIT; 6. P6A!,’PxP; 7. RTA’ y mate en tres ju; Si las blancas tienen la salida, utili- zan el tridngulo a fin de pasar la salida a las negras: 1, R5R, R3A; 2, R4D, R2D; 3. R5D_y’ ganan (pero no 1, P6A+?, RIA!; 2. R6D, RIC! y tablas). Los peones de torre suelen dar las ‘excepciones habituales. En la 82 osicién 91, veremos que después 1... RIC (1... R2D?; 2. P6C 2. RGD, RIT, se hace evidente ef resultado nulo de Ia partida. Desplacemos ahora ambas posi- ciones a la fila inmediata interior. En el ejemplo 92 tas blancas, a diferencia dei 90, no pueden ganar teniendo la salida, por ejempt: RAR, R3R! (claro que no I... R4A?, que permitiria a las blan- cas la utilizacién dei «tringulo» ; Jas negras, en este caso, no tienen por, ug femer Ia incursions, 2 SA). 2. R4A, RSD; 3. RAR, RR} 4. R3R,'R2R o'R2D. Ta- blas.’ Conservar la oposicién es obligatorio sélo en la eprimera If- near de la zona critica (lo mismo que en el 82); a R4R, las negras tesponderén con RGR; y a R&D o R4A, con R3D. Si la’salida la tienen las né (ejemplo 92), pierden la partida: eee 2R ; 2. RSR (se puede juger también 2. PSA); 2... R2D; 3, RSD (domi- nando las casillas criticas del peon 6C), 6 1... R2A; 2. RSR! Hs evidente que en el ejemplo 92 el resultado del juego no cam- bia si la posicién se desplaza ha- cia_abajo. an gambio, en el 93 (0 en una desplazada hacia Bie Jo mismo que en el 91, las blas Son inevitables, salga quien ig a: a R3D es inatil 2. PSC; Si juegan jas blancas, a 1. RAD, se puede replicar 1... R3D ¢ inclu: 50 1... R&C (2, R3A, R3A), ya que ra las negras no es peligroso perder Ia oposicion 93a. E) rey negro esta en IAD. ‘tablas. (Véase 325.) Saliendo las megtas eS preciso, a fin de defen- der las casillas ctiticas 6C, 6A ¥ 8D, jugar: 1... RID! (2. RSA, R2A 6 2. RSD, R2D). (Véase 94.) ‘Si desplazamos la posicién 90 a Ja derecha, el resultado det juego no varia: las blancas ganan, salga quien saiga (saliendo las blaneas, ademas de 1. RSA, resulta posible nna jugada mds sencilla: 1. P6- Dy!). Tampoco varia el resultado de 1a partida si el ejemplo 92 se des- plaza a la derecha; ganan blan- fas, si son mano las negras. Lo interesante de esta posicién es que los reyes han salido ya a la «primera iinea». Pero si esto no se ha dado afin, el resultado del juego se detetmina por la situa- Gi6u de los reyes y sus correspon dientes maniobras, como vemos en Jos ejempics siguientes Maniobrando en la retaguardia, las negras pueden desentenderse de la oposicién ; tan sdlo en RAR © R4A deberdn’replicar, respecti- vameute, R3R 0 R3A. No condu- ce a nada Ja tentativa de envolver Por la derecha: a R4C, las negras responderan R3R, con amenaza de R4D. Si las blancas intentan el rodeo por la izquierda, necesitaran 4 jugadas para Slegar a Ja casilla 81; por consiguiente, el rey ne- gro, para Megara tiempo a 2C, puede estar en la columna dei alfil. En eso radica toda la idea de la.defensa de las negras. c R2Al No se debe 1... R2D?, por’ 2. R4A!, RIR (no se puede hacer otra cosa) ; 3. R4R, Rip; 4. RSA, 63... RIA; 5. PSD y ganan. 2. RBA R2R! Jac tablas son evidentes: 3. R&C, R3R!; 4. R4A, R3A!; 5. R3IR, R24 (o R2R);'6 RID, RI (0 R2D). Ta posicin siguiente muestra los grandes recursos que tiene la defensa, donde la parte ms fuer- te tiene incluso tiempos de te- serva. 94a. Ebersz, 1942. Blancas: R3- CR, P3AD. Negras: R3AR, PSAD, P3). Tablas. Las blancas no d ben larvar su rey de primera in- tencién a la linea avanzada. Si 1. R4A?, entonces 1... PAD; 2. R3A (2.'RAC, PSD); 2... R&A; 3. R3R, R4R o 1. R4C?, PAD; 2. R4A, R3R; 3. RBA, RA; ganan. A 1. R3A, la soluciém es L.. RAR, y si 1. R2C?, entonces 1. R4A%; 2. R3A, PAD y ganan. Lo correcto es 1,’ R2A! "(en este caso la defensa tiene casualmente forma de oposicién) ; 1... R&R. 2. RR (tiene gran importancia ractica y de principio el hecho le que, ademas de esta solucién dada por el compositor, cabe tam~ bién 2. R3R); 2... RA; 3. R3R, RAR; 4. R3A, RAD; 5.'R4A (se uede jugar también'5. R3R); 5... 3A ( si 5... R3R, entonces 6. 6. R4R, R4A; 7. R3R, RAC; 8. R4D); 8. R2D, 33 RAC; 9. R2A, RST; 10. RAC y tablas. Qué explicacién tiene, esta diferencia de resultado (95) en comparacién con e] 94? Como el peén de la parte mas débil es central, las negras tienen que defender en el flanco de da- ma_un frente mas amplio: tres casillas en lugar de dos. Con el rey blanco en SC resulta insufi- ciente la réplica R2A, por R6T; a RSC es preciso responder R2C. Por consiguiente, el rey negro no yuede retroceder’a la columna del R, ya que desde allf a la casilla 2C hay 5 jugadas, mientras que el rey blanco, para alcanzarla, pre- cisa lo mismo que antes: 4 ju- gadas. ‘TTeniendo la salida, las negras jerden: 1... R2R; 2. RACI, 6 1. 2C; 2. RIR!, R2A; 3,’ RID {pata replicar a's... RBA; 4. RAD, AC; 5. PSR); 3... ROR; 4. R4A. Pero si salen las blancas, la par- tida resulta nula. Salva a Jas ne- el conservar Ia oposicién (en las columnas principales del alfil de rey y caballo de dama). 1. R3C, Boe! (go R3T, R3A!; 3. R3C, ''(pero no 3... R4C?, ya que después de 4. R3A, la casilla 5A es inaccesible para las negras) ; 4. R2A, R3A 0 RIA; 5. R3R, 54 R2R; 6. R3D, RAD(1D) ; 7. RAD, RID (2D), ete. Amaticenios’ ahora las posicio nes en que el peén rezagado (que se defiende) se encuentra proxi- mo al extremo del tablero. Esta estructura de peones es, en cierto rado, atin menos favorable para ia parte mas fuerte. Se explica en lo fundamental, por el hecho de que el rey no esté al lado de su peén rezagado y por eso el avan- ce, a veces posible, de este alti- mo, pierde eficacia, En el 96 es imposible sacar el rey negro de su rincén ae 2, R6D, RIC; 3. RID, RIT; 4: P6T, RIC! y tablas. Si desplazamos hacia abajo esta posicién en una o varias filas (97) el resultado sigue siendo el mis- mo: 1... R3RI; 2, R4R, R3D!, tablas. (Después de 3. RSA, R4A, ya son las blancas quienes deben procurar tablas.) 97a, Blancas: R5R, P4TD, PSCD. Negras: R2R, P3CD.. De- cide el resultado el turno de sa- lida. En esta posicién de los re- es 0 mas distanciados entre si, la lucha se Ieva por los escaques eriticos del peén 6C(3C). Es in- negable que las posiciones de este tipo, en comparacién con el 82, son mucho menos peligrosas para las negras. 97b. Blancas: R4D, P3TD, PSCD. Ney R3R, P3CD. Ta- blas. Ni siquiera la reserva de tiempos de las blancas modifica este resultado. 1. R4A, R3D; 2. RAC, las negras pueden jugar 2... RZD para replicar a 3. PAT con &.. R2A. Pero también pueden “ R2A} 3. PéT, R2C, ya que después de 4. R4A, R2A} 5. RSD, ab, Jas negras liegan tiempo de ja te p defender las casillas criticas y reserva de tiempos de las blan- ‘ya esta agota Pero otro resultado se obtiene en esta posicién desplazada a la fila inmediata inferior (98). Esto ge debe a que el peén 2T conserva a opcién a la jugada doble. & RAD R3A, Las jugadas de las negras son cas, ya que no pueden permi- tir la posicién del rey blanco en 4D ni en 6D, por el peon (2T)3T. Las casillas ‘3D, 3A y 3C de las cas son las conjugadas de las negras 4R, 4D y 3; En esta posicién las blancas ga- nan fécilmente si consiguen pa- sar la jugada al adversario, Fl método ‘habitual para _conseguirlo € el etridngulos, es decir, la uti- Vizacién en este caso de las casi- Was de retaguardia 2C y 2A. Para conservar el equilibrio, las negras hacer lo mismo én um tridn- gulo similar. Pero en_ respuesta a3. R2A 0 a 3, R2C, las negras no pueden utilizar Tos escaques, de retaguardia 2A 6 2D por la jugada “del rey blanco (3A)4D, que les darfa la victoria, y tam- poco disponen del triéngulo 3A, 4A y 3D, porque les es inaccesible la casilla 4A, Por consiguiente, no les queda mas que el triéngulo 3D, 4D y 3A; pero si colocan su rey en 4D (6 3A), permiten que ef rey blanco-ocupe Ia casilla con- jugada 3A. 6 3C, y por ello pier- den. En los manuales se dice erré- neamente que se gana tan sdlo jugando 3. R2C y que 3. R2A conduce a tablas. Pero, en reali- dad, ambas jugadas son equiva- lentes. 3. RA 63. RI Y.J8s negras se encuentran inde. fensas, por ejemplo: 3. R2A, R3D (3... R4D; 4. R3A, y si 4... R4R, entonces 5. R&C y 6. PAT, y si 4... R3D, entonee ». RAD; a 4... R3A, se puede replicar también 5. R4D ¥ 5. RSC); 4. RAC, RBA; 5. RIC, RIC; 6. RSA, R3A' 7. RAD, RID} 8. P3T y ganan; lo mismo resul- ta si se juega 3. R2C, RID; 4. R2A, R3A (4... R4D; 5. R3A); 5. R3C y ganan. La solucién propuesta estable- cfa,.con fines metédicos, la equi- valencia de tres casillas funda- mentales (Ia «linea avanzada»). Sabiéndolo se puede acortar en una jugada Ja solucién, utilizando inmediatamente el triéngulo: 1. R2A!, R&D (1... RSD; 2. RIC; 1... RAD; 2. RBA) ; 2, R&C! RAD; 3. R3A, RBA; 4. RSC, ete. Si desplazamos la ‘posicién 96 a Ja columna siguiente o a las posteriores (99), las blancas ga- nan siempre. 35 Saliendo las blancas conviene jugar: 1. R5D (no 1. R5A?, RAD); 1... RID; 2. ROR, RIR; 3 POC y ganan. Sin embargo, si desplazamos la sicién 99a la fila inmediata in- ferior y mAs abajo adn (el pen negro ‘ya no esté en sa casilla inicial) resulta imposible ganar, independientement: de la salida: En una posicién anéloga con peones de alfil bloqueados, pero con un peén en 4D en vez de 4C, Jas blancas podrfan ganar, siem- re que saliesen las negras. A 1... 3A, seguirla 2. PSD. En este caso la incursién 2 PSC pierde efi- cacia debido a que 2.. PxP; 3. PGA, R3R o 3, RSD, PSC. No se consigue nada’con la jugada 1... R3A, pues 2. R4A, R3R; 3. RAR, RBA; 4. RAD, R3R; 5. R4A (con Ja amenaza de 6, PSC); 5... R2D, etcétera (100). Si son mano, las blancas consi- guen rechazar’el rey adversario a la fila siguiente, por serle inac- cesible Ia “casilla’ 6D, pero, no obstante, Ia partida ¢s mula: R4D, R2D! (no 1... R2R?; RSR’ y tampoco 1... R2A?; 2, 56 R4A, R2R; 3. PSC) ; 2. RSR, R2R; 3. RBA, R2A (4. RSC, R3R). En la posicidn siguiente la pai te débil tiene muchas. posibilida- des de defensa en comparacién con el ejemplo 94. 10a, Blancas: R3R, PACD, PSAD. Negras: R2R, P3AD. En el 94 se consiguen tablas com la finica jugada 1... R2A! En cam- bio, en este caso cualquier prime- ra jugada de las negras basta pa- ra hacer tablas. (Sin embargo, cuando el rey negro esté en 1AR SIR fe blancas tengan la sa- Tide, Ja defensa debe ser muy exacta; su indole se deduce de Tas variantes més arriba expues- tas. Si en el ejemplo 98, anterior- mente analizado, desplazamos la posicién a la columna de la dere- cha (obteniendo asi peones de alfil bloqueados), no se modifica ni el resultado ni el caricter del ju i un poco esta posicién y enriquecié 1a teo- rfa con una ‘idea interesante y original, tor Las blancas tienen dos tiempos de ‘reserva, pero, ;c6mo utilizar- log? Esti muy claro que la agre- sidn directa a las casillas criticas 6D, 6A y 6R no promete la victo- ria, pues el rey negro recorreria Yas casillas 3R y 3A (101), redu- géndose la partida al mimero 100. ‘riunfa un plan ingenioso, Ma- niobrando con un objetivo apa- gente, las blancas colocan su rey en ST, provocando la réplica R2C. Pespués de eso invierten uno de gus tiempos de reserva en la ju- P3C_y obligan asi a que Tey negro juegue 2T, cosa que jes permite dominar en el centro elescaque 5R, teniendo otro tiem- de reserva. Para Mevar este ‘a la practica, las blancas ben superar todavia algunas di- ficultades tacticas. 1. RAR R2D Es inttil 1... R2C; 2. R3D, R3T por 3. PAC, RAC} 4. RBA, RST; 5. R4A!, R2C; 6. RAD y ganan. 2 R3D RAR! Es un momento critico. Si 3. R4A, sigue 3... R3R y las blancas ge encuentran en zugewang: 4. RAD (4. RAC, RAD); 4.... R3AT; 5. R3A, R4R!; 6. R4A, R3R! y tablas. Pero para las blancas hay otra solucién. 3. R3A! 3... R2D; 4, RAC. Ahora son las negras quienes estin en zugzwang, Toda la «sal» de las maniobras tac- ticas se basa en la decisiva conju- gacién de las casillas 4A y 6R. 4. RAA! Ja 4... RAR, decide la 5. PAC 6. BSc, continuacién es sencilla: 5. Me R2A ; 6. RST, R2C; 7. P3C!, 3 8. R4C, R2C (6 8... R3T; i RAC, sigue 10. 510. RAA, RIT; 1. PAC) ; 9. R4A, R2A; 10. RAD, R3R RD R2D; tt. R5R, RAR ganan. ‘Si uno de los peones ligados es central, en las posiciones del tipo se gana siempre, independiente- mente de la salida. Si desplaza- mos esta posicién hacia abajo, la parte mds fuerte gana sélo cuando es mano el adversario. 12, Pa y En el 102 (0 en Ia posicin de RSA blancas y R2A negras) se gana nicamente en el caso de que salgan las negras. Después de 1... RSC (6 1... RAR; 2. RSC, R2A; 3. RSA) el rey negro queda dema- siado lejos de Ya casilla 2T (6 jugadas), mientras que el rey blanco alcanza el escaque ST en 5 jugadas. El juego es andlogo al 95, Pasemios ahora al estudio de es- tructuras de peones méviles sin peén pasado, es decir, de casos en aug no hay peones bloqueads. ‘Cuando los peones estn en con- tacto directo cabe el paso a posi- ciones ya examinadas con peones bloqueados. Lo fundamental en esta estrue- tura de peones es que uno de los peones ligados tiene frente a si e6n adversario en la misma co. lumna y el otro se halla en la columna vecina; como éste no tiene enfrente vaila alguna, posee mayor capacidad de avance (es un «candidato» a peén pasado o un «semipasado»). Es evidente que la presencia proxima del rey pro- pio refuerza la importancia del peén dotado de mayor movilidad, 87 y resulta mds ventajosa para la parte fuerte que si el rey estu- viese lejos; hemos visto la con- firmacién de ello en uma serie de ejemplos con peones bloqueados. Otra cosa que tiene muchisima importancia es la reserva de tiem- Pos que tenga la mas fuerte al pasar a una posicién bloqueada. ’a hemos examinado posiciones con una estructura de peones en Jos flancos y centrales. Ahora nos conviene seguir un orden inverso, ya que las estructuras centrales Son, relativamente, més sencillas; tienen més importancia practica Jas posiciones de flanco que, ade- mas, son més complicadas y seen un mayor nfimero de pecu- jiaridades. Si el pe6n de Ja parte débil se encuentra en alguna columna central (de dama-o de rey), se puede evitar el mate en contadisi- mas excepciones. En el caso, por ejemplo, de que el rey adversario se encuenttte muy lejos y no pueda prestar el debido apoyo a los peones ligados. Como regla, la parte més fuerte gana siempre. Lo més sencillo en este caso es 1, R3D (es decir, apoyar el peén jue tiene mayor movilidad) ; 1... 3D; 2. R4A, R3A; 3. PSR y ganan (92). 58 También gana 1, R4A, R3A; 2. RAC (no 3, PSR+?, R2AI, tar blas) ; 2... R2C (a 2. R8C? la jugada decisiva es 3. PSR, ya que en el caso 3... RST las negras no tienen tiempo de defender el flan. co de dama); 3. RSC, R2A; 4. R6T, R3A; 5. PSR+ y ganan, Si’saliesen las negras, entonces a1... R3A, no se debe contestar 2, R4A? por 2... PAR+; 3. PxP+, R3R y tablas. Lo correcto es 2. RBA 4 2. R3D. ‘Como es natural, en la posicién 103 se gana también si se la des- plaza arriba o abajo. Estando el mn negro en 2R (los _peones Blancos en SD y SR) después de 1. RSA, R2A, sé gana también ju- gando 2. POR+. A Ia parte mas fuerte no le con- viene, sin manifiesta necesidad, aproximar demasiado los peones, para tener mas de un tiempo de reserva, Se gana mAs fécilmente si se economizan tiempos (103), 103a, Fine, 1941. Blancas: RAR, P2D y P2R: Negras: R3R, P2R Ganan blancas. La tarea inmedia- ta de las blancas es ocupar con su rey la casilla 6R. 1. P3R, R3D; 2. RSA, R4D; 3. P3D, R3D; 4. PAR, R3D; 5. RSR, RID; 6. ROR, RIR. Ahora el rey debe ocupar 1a casilia 7D 6 7A. 7. PSR (67. PAD); UN a ‘a ee meee “8 6 a Ae W RIA; & RID, R2A. Queda el peén negro; 9. P4D, Be 10. POR y ganan, Een’ algunas posiciones las mna- sigbras de los feyes son mas. com plicadas., a Este ejemplo es una ilustracién manifiesta de un procedimiento €ipico. 1. RSC, R3A; 2. R4A, SR!; ahora 3. Px P? pierde, ya que 3.. POD; 4. RIA, RAR! 5. R2A (6 5. P4R, RSD; 6. PSR, ROA y ganan) ; 8... RSK; 6. RIA, R6A!; 7. RIR, RxP. Es co frecto'3. R3A!, RAR; 4, RORY fablas. Es mauy ilustrativo. el ejemplo 105 (Leyk, 1941); 1. R2A! {no 1, RAR?, ROA; 2. R3R, PARt); 1... R4A;2, RID! (es un error jugar 2. RIA 6 2. RIA, por 2... PAR, que permite a las negras tomar la opo- sicién en la columna principal, lo mismo que en el 15; por ejemplo: 2 RIA, PAR; 3. RID, R3D!; 4. R2D, R2D!; 5. R3A, tas blancas han ‘conquistado Ia fila, pero no Ja oposicign 5.. 2A, tablas); 2... RSD (2... PAR; 3. ROR; 3. R2D!, P4R; 4. ROR! R6A; 5. R3R) ; 3. R2D, PIR (3. R4A; 4. R3R); 4. R2A, RAA; 5. RID, RSD; 6. R2D, R4A; 7, R3R, PAR; 8. R2R, RSD (8... "RSI RSA; 8... RSC; 9. RSA, REA 10. RSR, RSC; 11. PAD); 9. R2D, R4A} 10. R3A y ganan. La posicién que damos seguida- mente es de diffcil solucién. No se consigue nada con la ten- tadora jugada P4R, ya que 1... RIT! (no RIC ?; 2. PSR, P3R; 3. RAC y las); 2. PSR, P3R; 3. R3A (es vana la tentativa de capturar el peén 7D, pues el rey negro tiene tiempo de ocupar la casilla 5D); 3... R6T; 4. R4A, RST; 5. RSA, R6C y ganan. ‘Tampoco salva a las blancas 1. RSA, porque I... RIC; 2. REC, R6A; 3. RTA, PAR (6 3... 4D) ¥ ganat, La tinica posibilidad de la de- fensa cousiste en aprovechar la mala posicién del rey negro. Para este fin no sirve I. R3A?, que deja a las negras la réplica L... RIT. 1. RBC! P3R Si 1... R8C, entonces 2, P4R, R8A (en caso de 2... PIR; 3. PSR, el rey negro no podra abandonar la fila primera); 3. R3A, R8D; 4. R3D, R8R; 5. PSRI (no 5. R3R?, PAR! y ganan); 5... RTA (6 5... P3R; 6. R3R); 6. PER, P3D; 7. R4R, R6C; 8. RSA y tablas. 39 2. PAR! P3D 6 2... R8C; 3. PSR y tablas. 3. PSR! Feta jugada fuerza el resultado aulo, Después de 3... PAD; 4, R3T, el rey negro queda encerrado para siempre y el movimiento del pen de dama resulta inttil. Con un peén de alfil tiene esen- cial importancia para la paite dé bil el hecho de si es central alguno de los peones ligados y en ciertos casos a qué lado de los peones se halla el rey que los apoya y quién 3 mano. La posicién 107 se diferencia de 4a 103 por el hecho de que el rey, por falta de espacio, no puede itrumpir por la derecha, Sin em- go, se gana jugando 1. RAC, R3C; 2. R3A (no 2. P5A+ ?, R2A oO R2C y tablas) ; 2... R2A;3.'R3R; R2R; 4. RAD, R3D; 5. PSA y ga- nam.’ Saliendo las’ negras: 1... R3C; 2. R3C!, R2A; 3. R3A, RAR 4. RBR, R2D} 5. R4D, R3A (5, R3D; 6. PSA); 6. R4A, R3D; 7. RSC y ganan. En cambio, en el ejemplo 108, donde tas blancas no tienen un pe6n central, la partida termina 60 en tablas, independicntemente de la salida’ Cuando se llega a la posicién R4D de las blancas y RAD de las negras se puede con- siderar nulo el resultado dee- és de PSA, RSA o después de 4A, R3A: las blancas podrian ganar sélo si Saliesen las negras (REA, R5R o R6R, R4A) en el flanco de dama, pero conseguir esta situacién partiendo de la po- aicién del 108 es imposible. Si desplazamos el ejemplo 108 hacia arriba, las blancas ganan; silo hacemos hacia abajo, sigue siendo tablas, pero si al mismo tiempo situamos ambos reyes ea Ja columna de dama, las blan- cas ganan s6lo si son mano las negras. Si en el 107 desplazamos Ja po- sicién hacia arriba, la victoria resulta todavia més facil para las blancas. Pero si lo hacemos hacia abajo en una o dos filas, las ne- gras adquieren la sorprendente facultad de poder hacer tablas, si bien en el caso de tener la salida. El secreto de la defensa ra en que las negras deben tener siempre la posibilidad de replicar a RAT con R3C, a RAC con R3A, a R3C con R2A. El rey negro debe estar més cerca del centro que el rey blanco, Ahora explica- remos el porqué de esos consejos. El ejemplo 109 nos Weva rapida- mente a Ja situacién repiesentada en el 110. 1... RAC! (si 1... R3C, entonces 2. RAT y las blancas quedan victoriosas ; como tampoco se puede admitir 3. RST, las ae- ras se ven obligadas a jtigar 2... R5r, pero entonces Tas blancas colocan su rey ea 3D, consiguen la situacién R3D, RSD y ganan mediante P3A, P4A, lo mismo que en el 107. Para defenderse, las negras deberan responder a R3D con R4A!); 2. R2C (2. RSC, P5A+ ; 2. R21, RIC); 2... RAS; 3. R&C _y hemos Iegado al pro- blema de Dedrle (110). La soluci desde el princip: servando la_posil car a 2. R4T con RSC, y a 2. R2C 62, R4A con R3A); 2. R2A, R3R, 3. ROR, RAD(3D); 4. RID (4. R2D, R3D! o R3A!); 4... RAS; 5. R3A (5. PAR, RID!) ; 5... R4D} 6, RAC, PSA! (y en eso reside todo el secréto: si 7. Px P, entonces 7... R3R; si las blancas no toman el m, quedara bastante cerca de la fila de promocién, cosa que m0 existia en el ejemplo 107); 7. PAR+, RSD; 8. RSC, ROR; 9. PSR, RxP3A; 10. POR, RIC; 11. PTR, P6A; 12, P8R=D, PTA y tablas. Saliendo Jas blancas en el 109 rT) Vi na la jugada R3C, R2A, ete., v, Enel 110, AA. Las tablas se consiguen jugan- do 1... RSC; 2. RIC, P6AT Des- ués de 3, PSR, R4A; 4. RIA (4. fer, RSC; 4. RIT, RAC); 4. SR’ (y se reproduce el problema de Grigériew, nimero 80) ; 5. RIR, RGD; 6. RID, RGA; 7. RIA, ROD y tablas. Saliendo las blancas se gana ju- gando: 1, RAC(1C), ete. Si en el 11! cambiamos la posi- cién de los reyes, situdndolos en 2D y 5D, respectivamente, a las as no las salva el tener la salida: 1... RSA; 2. PAR! y ga- gan, ila. Keres, 1943. Blancas: RI- TR, PaR y P2ZAR, Negras: RSCR, P5AR. Ganan blancas: 1. R2T!, R4A; 2, R2Cl, R3A; 3. RIA, RAR; 4. RIR, R5D; 5. R2D, R5A:6, PAR!, RSD; 7. PSA, RSA; 8. R2R, R5D; 9. R2A, R4R; 10. RIA y ganan, lo mismo que en el BL. Teniendo tiempos de reserva es més facil ganar, pero, a veces, resulta bastante complicado. En el 142 la victoria es sencill: 1, R4D, R3D; 2. PAC, R3R (2. R3A; 3. R4R); 3. R5A; 6 1... RIA; 2. RSD, RSC; 3. R6R, Rx P3C; 4. PSA. Saliendo las negras, las tablas se hacen evidentes en el acto. 1... P4A+ (2. R4D, R3D). Analizando este problema, Berger hizo la sen- cilla deduceién de que si el peén estuviese en 2C (113), seria posi- 6t ble 3. P8C y se ganaria indepen- dientemente de la salida. Berger, sin embargo, no ha sefialado cémo se gana en el 113 saliendo las blancas. Fine (1941). propuso la siguien- te solucién para el ejemplo 113: 1. R4D, R4A (1... R3D; 2. PAC) 2, R3R, RSC (2... R3R; 3. R4R) 3._RAR, RST! (no 3... ROC; 4. RSA); 4. R3A! (no 4. RSA?, uz M3 RAT; 8. “RBA, RIC) 9. ROR 5 RA! (pe FO 20 5. P3C+ ?, Re 6, R2A, Ronn: 5... RSC; 6. P3C, R4T (6... R6T; 7. R3A, RUT; 8. PAC); 7. RBA! R3C; 8: R3R y ganan. (Véase 125 y 126b, 1936.) mM nS Este procedimiento de ganar conserva su importancia si, por ejemplo, se da la situacién’ R3R de Jas blancas y R4A de Jas negras o RAR y RSC, teniendo que jugar las negras. Pero en la posicién ini- cial se gana mucho mas facilmen- te (segin Grigériev) jugando: 1. P5SA+!, R3D; 2. R4A!, etc. (101), En el jem lo 114 (Lasker-Ward, 1913) : + condujo a la vi toria debido al error del adver: sario. La posicién es de tablas (108). Algunos opinan y Berger también nos habla de ello, que se puede ganar jugando 1. R2t y si 1... R3T (0 RSC), entonces 2, R2C, RIC; 3. R2A, eteétera, Ne- vando el juego al 112. Leyk opina que en caso 1. R2T las tablas se hacen evidentes después de 1... PAA. Mas decidido es el intenio 1. R2C, pero con una_defensa eficaz nto da resultado. Leyk no ha dado explicaciones para esta filtima variante, y lo hacemos ahora nosotros: 1... RSC! (las de- més jngadas Piston 1... PAA; 2, R3AG 3C; 2. ROA, R4A 3... R3C; 4. RAR); 2. (s R2A, cntonces 2... R6T; 3. R3A, P4A) ; 2... R4AT (Esta es la anica iugada: R6A; 3. R3T; 2 RAT; 3. RIC); 3.’RIC (3. RAC, RSC; 3. R3T, RIC; 4. Res, PAA); 3... R3R! Otra ver la tinica juga: da, pero ahora las negras amena- zan 4... PAA y tablas, y en caso de 4. PC las tablas también son evidentes. En el 115 los peones ligados estén condenados, pero las blancas los sacrifican a fin de desplazar en beneficio propio las casillas clave: 1, P6C!, Px P (si 1... Rx P, Jas blancas tienen tiempo de de- fender el peén 4A) ; 2. P5A, Px P; 3. RIC! y tablas. El problema de Matison tiene la siguiente distribucién: Blan- cas RITR, P4AR, PATR. Negras: RSTR, P2AR, PACR. Después de 1. PTxP+!, RAT, obtenemos 1s posicién representada en el 115. ‘Un complemento del 106 es la siguiente enjundiosa posicién que parece tomada de una partida ju- Pada en la practica. Los peones ligados est’n ame- nazados y tarde o temprano ser& preciso jugar P3A, para rechazar el ataque de R7A ‘mediante PAC; la réplica PSA no es de temer, Ya gue despats, de RAC, al rey anco le da tiempo de Megar a 4D. Sin. embary inmediata de 1. P3 que 1... R6A! , la jugada ‘no sitve, ya 32, RAT (2, RT? incluso pierde espués de 2. PSA) ; 2... RSA, etc., y tablas. Es evidente que ef rey’ blanco, para evitar que lo «encierren», debe to- mar parte del juego, acercindose a fos peones. oe R6R zConviene seguir ahora 2.R5A? hegras amenazan_ ya con 2.. RID; a esto le seguira 3. P3A, RTA} 4. PaC y aqui es donde se manifiesta el riuevo recurso defen- sivo de las negras: 4... P5A!, es decir, la amenaza de hacer tablas contra dama, gracias al peén de alfil. Para evitarlo, el rey blanco debera estar lo suficientemente cerca (casifla 3A !, véase 85 a). Por consiguicnte, por ahora, no se de- be alejar de Ia fila cuarta, El peén, sin embargo, se debe avanzar. 2. P3A RSR Se intenta la salvacién por otro medio. 3. RSC RAR Si 3... RED, entonces 4, RAA! El «paselto» siguiente de los reyes favorece a las blancas; disminuye el peligro para los peones Tigados, y fas blancas, en su plan de ata~ as al pen negro por la retaguar- ia, tendran que «envolvery al rey negro (colocindose a Ja distancia de jugada de caballo); podrén hacer esta maniobra gracias a los tiempos de reserva de que dispo- nen P3C o P4A. El juego que si- gue se comprende, aunque cada variante precisa un célculo exacto. 4. REC RR 5. RIC! S Ain es temprano para jugar 5. P3C por 5... RAR; 6. RTA, PSA! Y se puede seguir: a) 5... ROR; 6. P4A!, R3R; 7. RBA, RAR (7... R3A; 8. PIC); 8 R7R!, R5D; 9. P3C, R6A; 10. R6D y ganan. d) 5... PSA; 6. REC (6. R8A?, RBA, tablas) ; 6... RAR; 7. RSC, RR; 8. R6A!, R6D;’9. R5R, R7Aj 10. R4D,'y ganan. ¢) 5... R4A; 6. RBA! (no se pue- de jugar de otro modo: 6. R7A, P5A; 6. P4A, R5SR; 6. RBC, R3A}); 6... PSA (6 6... RIR; 7. P4A, Io mismo que en ta_variante a); 7. RTA!, R&R; 8. RIR y ga- nan. ‘Como ven los lectores, se trata de unas maniobras complejas en casi todo el tablero. 117 se parece al 90, pero es atin ms favorable para’ las_blancas. 1... R2D, ademas de la réplica 63 normal 2. RSD, cabe también 2. PGA, RIR; 3. PxP, R2A; 4.P8C =D’y 5. R6A. El resultado no cambia si tras- ladamos la posicién hacia abajo, a cualquiera de las filas. Las ex- cepeiones que se sefialan para el caso de que las negras tuvieran peén de alfil, no cuentan para este ejemplo. Con peones en ZAR, 2CR y 4CR a 1... RSD la solucion es 2. °P4A! ‘Es muy interesante 1a posicién Gel 118. La salida en este caso no tiene importancia, ya que las ne- gras, igual si salen que si res- ponden, deberan jugar lo mismo; Bor, ciempto: 1. RSD, R2A (I. 2D ti 2, POT). Después de 2. ROD, RIA; 3. R6R se consi; tablas con’ 3... RIR!; 4. RSA, R2A! Seria erréneo, por una aparente analogfa con el ejemplo 96, meter el rey en la esquina antes de la jugada P6C, por ejemplo: ch ao RIC? 4 RR Rat No es una solucién jugar 4. RIT, ya que 5, RTA, R27; 6. POT! (6 Pec+). 5. R8A Se puede también 5, R7A, RIT, pero en vez de 6. P6T?, R2T, se debe jugar 6. R6C!, RIC; 7. PeT, RIT (7... Px 8. RxP; 8 PxP+!, RIC; 9. RET y ganan a RIT 6. P6T y ganan. Si en el 118 colocamos el rey blanco en 4C y el negro en 2f (118a), las negias, moviendo, con- siguen hacer tablas, mediante 1... RIC! Jugando primero las blan- cas, las negras pierden: 1. R5A, RIC (en este caso [... PIC+ no implica tablas, ya que le sigue 2. ROA, PxP; 3 RTA); 2. REC, RIT; 3. RIA! (no 3. P6T?, a cau’ sa de 3.. RIC! y tablas); 3. R2T; 4. P6T, P3C; 5. R6A y ganan, En ia posicién 118, Pospishil, 1955, donde las blancas ocupan! R3CR, P5CR y PSTR. Negras: R4R, P2CR, las blancas no pue- den ganar: i, R4T, R3R! (no 1. R4A%, en vista de que 2. P6C. R3A;’3. R4C y ganan); 2. P6C, R4A tablas; o bien: 1. R4C, R3R; 2. POC, R3A!; 3. R4A, R2R; 4. RSC, RIA; 5. POT, RIC y ts- bias. Se explica porque después de PEC las casillas 4C y 3A, asi como las de 4T y 4A, estan conju- gages (debido Ia’ amenaza de El conservar la qposicién salva a las negras en situaciones seme- jantes, pero trasiadadas a una o varias filas mas abajo. Como las blancas tienen un tiempo de reserva, PSC, las ca- sillas clave, en este caso, som sD, 5R y 5A. (Por eso estando el ‘ey blanco en 5D y SR, con el rey en la séptima fila, las ne- yras pierden). La solucién para filas es conseryar Ja oposicién en ‘as columnas de rey y de dama: 1. R4D, R3D (2. R4A-R4R); (, R4A, entonces 1... R3A, defen- fiendo ‘de 1a invasién el escaque SC. Pero, ¢cémo jugar en respues- a2. RIA? No sirve 2... R3R? a causa de 3. RAR 6 2... ROR, por 3. R3R! y a oposicin est4 en manos de lis slancas. La dmica jugada es 2... R2A! En la columna del alfil no 1s obligatorio mantener 1a oposi- ion por ja existencia de casillas reriticass; si_3. R3C, se puede eplicar 3... R3A, ya que uo se igue nada con 4. R4A, por 4... consi 24C-+. En la columna del alfil, el ‘ey negro encuentra refugio cuan- Jo le amenaza la pérdida de la nposiciu, por ejemplo: 3. R3R, RAR (6 2R); 4. RBA, RBA? Una vez aclarado esto, se com- orenderdé ficilmente el juego en el i19a, En este ejemplo, dicho sea je paso, se manifiesta un nuevo recurso defensivo de la parte més Yébil, estando los peones blancos canto en Ia fila tercera como en la iegunda. Higa. Grigériev, 1938. Blancas: RICD, P3CR, P3TR. Negras: R2CD, PACR (con cambio de co- cores) ; tablas saliendos las negras. Debido a la amenaza PAT, las aegras deben entrar en el cuadra- Jo del peén de torre, es decir, ir aacia la columna del alfil de da- na, pero jueguen como jueguen. @ oposicidn sigue en poder de las slaucas. Hay que buscar Ja salvacién en @ columna del alfil de rey. 1... R2A, RIA (después de 2. R2A, R3A'! la oposicién habria gasado a manos de las negras) ; 2... R2D; 8. RID, R2R; 4. RIR (las blancas siguen sin poder ini- siar la maniobra envolvente; por ejemplo: 4. R2A, R3R!; 5. RBA, RAR; 6. R3D, RAD y tablas) ; 4... R3A’ (ahora’5. R2A, R4A,’ nos habria Hevado a tablas evidentes, ¥ por es0 las blancas inician wna peligrosa_maniobra envolvente) ; 5. R2D (al parecer, las negras se encuentran en un callején sin sa- lida, todas las jugadas del rey pierden); 5... PSC} He aqui la salvacién. Después de 6. P4T, RGR, las negras consiguen la po- sicién del 82 (el peén de torre no ha cruzado el centro del tablero) y para hacer tablas basta que el Tey negro se pasee por las casillas 3D y 3, mientras que el rey blan- co permanece en la segunda fila. La parte més fuerte puede con: fiar mAs en la victoria si los peo- ‘nes no estén en contacto inmedia- to y, sobre todo, si el rey se en- cuentra delante de los peones ligados. ‘En ei 120 no gana 1. PSC? por 1... PSC. Es curioso que Capablan- ca, en la primera edicién inglesa de cAjedrez fundamental», atir- maba (mas tarde rectified) que 1. PSA tampoco gana por 1... P3C (dejaba el desarrollo de la va- Hante para el lector). En relacion con eso presentaba la solucién: 1. RAR, R3R; 2. PSA+, R3A; 3. R4A, ete. Sin embargo, precisa- mente gana antes 1. PSA; si 1 PSC, sigue 2, PxP, R2R’ (6 2... R3R; 3. PSC!, R3R; 4. RSR, RIR; 5. ROR, RIA; 6, R6A, RIC 7, PIC, R2T; 8, P&C=D+!, sa liendo 2... R2R, las negras impul- san a st adversario a que avance 6s rematuramente el peén rezagado : . PSC?, RIA; 4. R5R, R2C; 5. RSA, RIC; 6. R6A, RIA; o RIT y tablas); 3. R5R! y ganan, lo mismo que en la variante arriba indicada. En el 121 todas las jugadas, a excepcién de 1. RST?, conducen al mate, como se deduce de las observaciones para los mameros 118 y 118. En los ejemplos 122 y 123 los peones ligados son més débiles por la posicién retrasada de su propio rey. 122, 1. R2A, R2C; 2, RIC, PAT; 3. RAT; RSC; 4. PIC! y ahora 4... R3T tables. El 123 tiene gran importancia tedrica. 1, R2A, RST (1... R2C; 2, PAC, PST; 3. PSC PAC; 2. P3C); 2. Rac, RAC; 3. RSTI, RAA (6 3... RSA; 4. RAT, R4A3 5. PIC! y, tablas, segin’ Sacconi, 1924, véase 124); 4. R4T!, RSA; 5. PAC!, PxP y tablas. Esta posicién, objeto de nume- rosas discusiones en el pasado, fue solucionada correctamente a los ochenta afios de haber sido publicada. - En contra de la opinién de Lasa (que la propuso en 1843), Berger (1922) y Fine (1941), las blancas no pueden ganar siendo mano las 66 negras, La demostracién que ha- cen de la victoria de las blancas siendo mano, carece de solidez y necesita de algunas correcciones. ‘Berger demostraba erréneamen- te Ia victoria, jugando las blancas mediante: 1. , RAC; 2. P3T, R4T; 3. R3A, RST (o antes 3... RAC; 4. RAR, RST) ; 4. R4A, con- tinuando las negras 4... P4C+ ? 4... RAT?, con lo cual pierden. Sin’ embargo, como ha indicado Sacconi en 1924, 4... P3C, asegura el empate. Chéron (1952), teniendo en cuenta el 123, precisé la solucién: 1. R3C, R4C; 2. PAT 4+!, RAT (6 R4A; 3. R3A, P3C; 4. P3C) 5 . RST, PIC; 4.’ P3C!, PAC; 5. PaC+ y ganan. Es -muy instructiva, aunque més larga, la solucién dada por Sacconi (1924); 1. R3A, R4C (1... P3C; 2. PAT; I... PAC; 2. PACH, reduciendo el juego al 98, pero es més sencillo, naturalmente, 2. RSC y 3. PAT); 2. RAR, RSC; 3. RSR, RAC; 4. RGR, R3C; 5. RR, R2T; 6. RIA, R3T; 7. PAC, R2T (7... RAC; 8. P3T, RIT; 9. PAT); 8. PSC, RIT; 9. R6C 'y ganan. (Véanse las observaciones al 86a ; en este caso, después de 9... RIC, el rey pasa a la casifla que le con: viene para jugar, 4T-3T, y por ello peén debe pasar a un escaque §erotro color: 10, PAT! "Mis complicado es el juego sa- las ne; La variante principal de la solucién que damos $s abajo se ha hecho partiendo de un andlisis de Grigériev que so ha sido publicado*. ho RSA! Después de esa jugada el rey planco mo consigue ponerse de- lante de los peones. 2. RR Si 2. P3C+, para hacer tablas basta cualquier jugada del rey en casifla blanca, por ejemplo: 2... R4A; 3. R3A, RAC, lo mismo que en la variante principal 6 3. P4T, PAC; 4: PST, PSC 6 3. PIT, PAC; 4. R&R, RAR’ (también 4... PSC); 5. P4T, R4R y lo mismo que 119) y tablas. Lo més sencillo de todo és la réplica 3... RSC! a RSR! 3. PIC R4A! Berger y Fine contingan 3... PAC?, que pierde en seguida 4. F3t. También pierde 5. PIC. yaque 4, PaT, Ra (4. RA, . RBA, PAC; 6. PAC + 65... RRS 6. RAC y 7. PST); 5. R3R, PAC @. PST, RAA (6... ESC; 7. POT) P4C+, R4R; 8. R3D (esto es mas sencillo que 8. R3A, R3A). 4. R3A Grigériev habla anotado esta varian- te, sin comentarios, en las mérgenes del libro de Berger (para refutar las deducciones de este ultimo) que me fertenecta a mi. Chéron habia sefia- lado también 1a decisién correcta (1962), citando a Sacconi; pero et andlisis dado por Sacconi es erréneo a partir de la sexta jugada y Wega a la equivo- cada conclusién de que ganan las blancas, Es evidentemente débil 4. P4T, RSC; 5. R2A, por 5... PAC y la continuacién ‘P3T nos conduce, con cambio de jugadas y pérdida de tiempo, a la variante’ principal después de 4... RSR o (no 4... PAC?; 5, RID! y n0 4... P3C 5. RGR!) ; 5. R2A (65. PAT, RA} 6. R3A, PSC!; 7. PAC+, R3Al, 119); 5... R4A; 6. R3R (6. R3A, PACl) ; 6... RAR; 7. R3A, R4A 8. PAC+, RAC! . Ae RAC! Pero no 4... P3C?; 5. PAT y no. 4... PAC?; 5. PAC+’ (08). 5. Pat Si 5. PAT+, juega 5... RAT; 6. R4A, P3C, lo ‘mismo que en el 123 y a 5. PAC sigue 5... RST y tablas. cE cn R4A! Chéron continiia 6. PAT, P3C? (Sacconi analiza tan sélo 6... RSC? y 6.. P4C?); 7. PACH, R3A! y tablas (119)."A este mi mo final nos Teva 6. PAC+, R4 7. R3C, P3C!; 8. PaT+, R3A! El andlisis hecho por Grigériev pone a las negras ante una nueva prueba. 6. R3R RAR 7. R3D Rap! {Cémo se interpreta este signo ae! admiration, puesto por Grige riey sin aclaracién alguna? ‘Se comprende que a 7... PAC, ana 8, R3R; pero si las negras Sejan en reserva un tiempo, ju- gando 7... P3C, las blancas con: guen lo mismo con la réplica sutil ¥ nada facil de 8. RAR!!, siguien- do Inego asf: 8... R5R; 9. PAT; 8... R4A; 9. R3R; 8... RR o R3A; 9. R3A y ganan. oT 8. PAT RAR 9. R3R RA 10. R3A. P3C! i. Pace R3A! y tablas, como en el ejemplo 119. Los 125 y 126 nos ofrecen un ejemplo de maniobra complicada. soStlva a las blancas el ataque a jos peones r el flanco y Ia retaguardta (128), 1, RSD, RSC; 2. R6R!, PAA; 3. R6A, PAC; 4. R5R!, PSA. Las negras han avanzado al m4- ximo sus peones, pero la continua- cién no se presenta ficil: no pue- den capturar el peén 2C ler los suyos, ni cambiar el SA por el 2C’sin perder el 4 5. R6A!, RST; 6. RSA! Esta posicin de los reyes es muy interesante: el que la ha con- seguido con su jugada, coloca al versario en posicién de zug- zwang. 6... RAT; 7. RSR! Otra vez jugada tnica. Si_7. RAR? entonces 7... RSC y_ 8. P6A. En cambio, ahora a 8... RSC, seguiré 8. RAR. 7.,, RC; 8. RARI, R4T (habia la amenaza de 9. P3C) ; 9. RSR! y tablas. ‘No ‘cambia nada si las negras, después de 1. R5D, juegan con mayor reserva, procurando con sus maniobras’desplazar_ al rey blanco de las casillas conjugadas ; por ejemplo: 1... R&C. (1... RIT; 2. R6R, P4Sa; 3. P3C! 6 2... R2C; 3. PaC!; 4... P4A; 2. RGR, PSA ROA, PAC; 4. R5R!);"2. ROR, P4A; 3. RTA, P5A; 4. ROR!, RSC; 5. RA, R4T; 6 RGR! (no 6. RSR?, PAC!) ;'6... RSC; 7. REA, PAC; 8. ROC!, RST; 9. RSA! y tablas 1... RAC; 2. ROR, P4A; 3. RTA, RAT; 4. ROA, RIT; 5. ROR! RAC; 6. RSR, RSC; 7, R6A, RAT (7... PAC; 8. RBR); 8. PIC! y tablas. Si 1. RSD, RSC; 2, R6R!, RAC, entonces 3,’ P3C! 3... PAA; 4. R7A!, RAT; 5. ROA!, RIT; 6. R6R!’y tablas. Es preciso darse clara cuenta de que si las negras, en el ejemplo 125, no pueden ganar, se debe tinicamente a que no disponen de una columna més para poder maniobrar libremente (a la dere- cha de la columna de torre). Una explicacién de ello lo tenemos en Jos ejemplos 125a y 125b. 125a, Spielmann-Rubiustein. San Petersburgo, 1909. Blancas: R6- CR, P2AR. Negras: R4R, P3AR, PSCR. En esta posicién las blan- cas abandonaron. Rabinovich dio, en 1938, la siguiente variante: 1! ROT!, P4A; 2. RST!, RSD!! (es- fa es ‘una jugada qué Tas negras, en el ejemplo 125, no han teni- do); 3, RAE (6 3. RSC, RSR!); 3... ROD! 4, R3C‘o RSC, RSR y ganan. 125b, Halberstadt, 1936. Blan- cas: RICR, PSAD, P3D. Negras: R6CD, P2D. Ganan blancas: 1. R6A, ‘RSC ‘1... R6A; 2. R7R, RSD} 3. RED); 2. PAD, RAC (2... RSA; 3. RSR!); 3. RSA! (no 3. SR? 6 3. R7R? por 3... R3A; 4. RAR, P3D 6 4 ROA, RAD); 3... RSC; 4. RAR!, RSA (4... R&C} 5. RSD); 5. RSR y ganan. 127 En el 126 no se consigue nada jugando 1. P4A 6 1. P3A después del... RIA. (Esto se deduce cla- ramente dei ejemplo 125). Para ganar, las blancas tienen que re- currir al distanciamiento del rey negro. Ce © td) RITR De ninguna manera se debe pemnitir que ol rey negro, pase. a IR, por ejemplo: 2. PAA? R6R; 3. RST, PSC!6 2. P3A2, ROR; 3. PAC, P3C!; 4, RSC, PAC y tablas. 2. PAC! R6D 3. R3A! = Otras jugadas conducen a ta- blag; por ejemplo: 3. RST, RSR 4. R3C, PAC 6 3. P4A, RSR; 4: RIC, PaCt; 6 3. RIC, RSRI; 4. PSA, RAR; 5. PAA, RSR; 6. PSC (si 6. PSA, entonces 6... R&R; 7, RAT, R5R!); 6... RAA; 7. R3A, RBR, ete, 3 ae PAC 4. RIC os No 4. R3C?, por 4... RSR; 5. P3A+, ROR (RAR) y tablas. Bee RSD Si 4... RSR, entonces 5. R3C, RAR (6 6. P4A); 6. R3A, RSD; 7. R&R, R5R; 8. P3A+, RSD; 9 R2D, R4D;"10. R3D y’ ganan. En cambio, ahora nada consi- guen las blancas con 5. R3A, RD, ni 5, R3C, RSR, ni tampoco con 5. RIT, R4R; 6. R3C, RSR. 5. RIA! RAR A 5... ROD, seguiré 6. PAAR 6. RR RSR Si 6... R5A o RSD, entonces 7. P3A. 7. P3A4 y ganan. {Una obra de arte analitica! Ingenioso es el ejemplo 127. 1. BC! (es preciso’ prevenir la amenaza_ del PSC, pero para eso no sitve 1. P4C?, ya que L R3T! y tablas); 1... R4T (1. RST; 2. PAC,’ RIC; 3. REC Y¥ ganan) ; 2. R8C! (no 2. PAC + ?, RST, y no 2, RIC?, PSC; 3. PAA y tablas); 2... PSC (6 2... R3C; 3. P4C); 3. P4A, R3C; 4. RBA, R3A; 5. RSD, R3D; 6. R8R, R3R 7. R8A, R3A; 8. R8C, R3C RST, R3A (9... R3T; 10. PSA); 10, RIT, R2A; 11. ROT, R3A; 12. RST, R4A; 13. R4T, RSA; 14. RST, R&A (L 15. R3C, R4C SR, R&R; 18. RID y ganan, El inerario del rey es de Jo mas cu- ioso, habiendo suscitado no pocas imitaciones. Si la parte débil tiene un peén de torre, el néimero de partidas con resultado nulo aumenta con- siderablemente. Estos finales sue- Jen darse con frecuencia en la practica y merecen por ello una atencién particular. En el 128 no tiene importancia si est4 el negro en 2A o en 2C. Siendo mano, las negras juegan 1... P3T; 2. PEC-+, R2C (77), pero ieden seguir también 1... R2C; . ROR, RIT; 3. R7A, P3T 6 2... RIC; 3. RGA, RIT; 4. P6C, RIC! y tablas. Saliendo las blancas, la Jugada 1, P6T nos Neva al 91. En el 129 no salva a las negras Ja 1... PAT (76), ni 1... R3R; 2. R4R, R3A; 3. RSD, R3C; 4. RSR, R2C} 5. RSA, R2A'; 6, PST y ga- nan, 'Siendo mano fas blancas, 1. PST nos leva a tablas (93). Si los reyes no estin adn todo Jo cerca posible, como ocurre en el 129, las maniobras se efectaan a base de la oposicién corriente (véase 324). En el 1298) al ocupar, el rey blanco la columna del alfil, las negras se salvan tomando en ella 0 la oposicién, Si son mano las ne- gras, se consiguen tablas jugando 7... R3C! En el ejemplo 129b se consigue nar mediante 1. RIA! Saliendo fis negras, se_consiguen tablas jugando 1... R3C 6 RSR. El resultado de la partida no varia si trasladamos la posicin 129 a la fila inferior. Pero si la desplazamos dos filas mas abajo (130), el resultado volverd a ser nulo,’ independientemente de la salida ; por ejemplo: 1... RSR (no 1... P6T?; 2. PIC+, RSC; 3. RIK, RAC; 4. RAD! y ganan); 2. R2R, RSA; 3. R3D, PeT!; 4. P3C+, RBA. 130 131 ‘Ba As{ pues, en las posiciones es- tudiadas (128-130), las tablas son inevitables si el peéu negro 0 los peones blancos no se han movido; en las situaciones intermedias, el resitltado depende del dominio de la oposicién, Con otra distribucién de los re- yes, el resultado del juego puede ser distinto. Por ejemplo, sien el 130 el rey negro est4 en SC, las blancas ganan si son mano. El ejemplo 131 reproduce una situacién curiosa. Si salen blan- cas, con 1. P6C, la partida acaba en tablas; pero'si jiiegan las ne- gras, después de I... RIT, .gana 2. POC. Se trata de una posicién de zugzwang en la cual a ningu- na de las partes les conviene ser mano. La misma posicién existe estando el rey negro en IT y el m blanco en 4C en vez de SC. esulta que cuando los peones ligados estén en escaque de dife- rente color, también los reyes de- ben ocupar casillas de color dife- yente; y si los peones ligados Seupan casillas del mismo color, también los reyes deben ocupar casillas del mismo color. Esta ob- servacion, hecha por Bird en 1936, facilita los cdlculos previos. En el ejemplo 132 el resultado es nulo, independientemente de ja salida. Los peones ligados es- tan en casillas del mismo color; por eso se hacen tablas jugando 1... RIC!; 2. R6Y, RIT! Si 1. P4T, se debe jugar 1! RIT (1A) 15 2. R6T, RIC! Dominando libremente los esca- ues 1C y IT, las negras no pue- yerder, por muchas maniobras que hagan las blancas. En cambio, en el ejemplo 133, donde el peén 2C no se ha mo- vido ain, las blancas pueden siempre inclinar el platillo de la balanza a su favor: les conviene empezar: 1. PAC! (el mismo co- Jor); si son mano las negras, a 1... RIC, seguira 2. P3C! (color diferen Esta eregla del colors permite enjuiciar rapidamente la posicién. as posiciones de los ejemplos 134 y 135 son una excepcién del 133;'en ellas las blancas no pue- m ganar, a pesar de no haber movido todavia un peén. En el 134, las blancas. no. pue- den colocar su tey en 6T sin haber “Se ve ficilmente movido previamente su peén 2C, pero si lo hacen perderan toda su ventaja y hardn tablas, lo mismo que en el 132. A 1. RSA, consigue tablas cualquier jugada de rey, menos ‘I, RST? por 2. RAC, R2C; 3. RSC y les toca jugar a las negras. En el 135, uno de los peones estA demasiado avanzado y las blancas_no tienen tiempos de re- serva, Si 1, RST, viene 1... PIT! y tablas. La posicién 136 resulté en Ja partida Marshall-Schlechter, 1911. WAZ Tas "8 & We WY? os ue en caso de 1... RSC; 2. R2A, ROT; 3. RIC, a las blancas no les da tiempo de ccupar con el rey Ja casilla con- jugada (por el color) IT y pier den. Pero en ver de eso se jugé 1... RBR?; 2. R2A, RED (el rodeo es infitil en este caso); 3. R3A, P4C; 4. R2A, RSR; 5. R2R, RSA; 6. R2A (véase 137); 6... RSC; 7. R2C, PST; 8. PIT + y tablas. Saliendo las uegras, en el 137, como hemos visto ya, no pueden anar, pero tampdco ganan las Jancas en el caso de ser mano: 1, R2C, RSC; 2. RIT (se puede 2. R2A'6 2. RIA); 2... ROA (2... ROT; 3. RIC, 132); 3. RIC, PSC Pst); 4. RIA! (4. RIT?, 5. P3T, P6C 6 5. PAT, ROC) ; 4... BST; 5. RIC (6 5. PST); 5... POC; 6. PxP 66. P3T y tablas. Asi pues, a la parte mas tuerte a

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