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UNIVERSIDAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES Y SOCIALES

MAESTRIA EN CIENCIAS CRIMINOLÓGICO-FORENSES/2006

Asignatura: “Introducción a la historia de las ideas


psiquiátricas y criminológicas”

Docente: Dr. Julio César Ríos

Alumna: Lic. Patricia Inés Martínez Llenas

Trabajo monográfico de investigación intitulado:

“LA SIMULACIÓN EN LA LUCHA POR LA VIDA Y LA LOCURA,


DESDE JOSÉ INGENIEROS A NUESTROS DÍAS”

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LA SIMULACIÓN EN LA LUCHA POR LA VIDA Y LA LOCURA,
DESDE JOSÉ INGENIEROS A NUESTROS DÍAS

 Siguiendo a José Ingenieros:


“Conocida es la propensión de los neurópatas y las histéricas a fingir toda clase de
afecciones, sin excluir la locura; famosos son los falsos demoníacos y los falsos
inspiradores, que en todo tiempo han simulado ese estado mórbido de la mente que
permite el éxtasis, la profecía, la posesión por seres sobrenaturales, la comunicación
con entidades invisibles; en cuanto ese estado mental puede mirarse como patológico,
los que lo han fingido han sido verdaderos simuladores de la locura.
Tal es la generalidad del hecho que aun en la historia argentina, con ser tan breve,
ocurrió un caso célebre, cuya referencia debemos al Profesor Ramos Mejía, que lo
conoció por Vicente Fidel López. Durante la dictadura de Rosas, uno de los jesuitas
afiliados a la Sociedad Restauradora cometió un delito vergonzoso contra un niño, que
se educaba en un claustro donde él era preceptor; descubierto el hecho, y temeroso del
castigo del tirano, dio el fraile en simular que era loco, creyendo eludir así la pena
capital, al mismo tiempo que se ponían en juego las altas influencias de la Curia para
obtener su libertad y evitar el escándalo. Consiguió el malvado que en atención a su
enfermedad mental lo trasladasen a un convento de Santa Fe, para ser asistido, y de
allí se escapó a Chile, donde se le vio en traje civil, sin locura alguna.”

“Más célebre en la historia del arte es Hamlet, el magnífico personaje shakesperiano,


en quien se une la circunstancia de simular la locura a la de estar verdaderamente
alienado, hecho singularísimo que estudiaremos al tratar de la "sobresimulación" de la
locura.”

“Las condiciones de lucha por la vida no son análogas para todos los individuos.
Existen condiciones especiales, determinadas por la particular constitución
fisiopsíquica de ciertos sujetos o por maneras de vivir que los colocan en singular
situación frente al resto del grupo social en que viven, haciendo más o menos
frecuentes los fenómenos que estudiamos, dándoles fisonomía propia. Por ello
separaremos el estudio de la simulación de la locura en tres grupos, para no confundir

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en una misma interpretación fenómenos producidos en distintas condiciones, aunque
obedeciendo a una misma finalidad:

1º Puede simular la locura todo individuo que lucha por la vida, cuando circunstancias
esenciales lo determinen a adaptarse en esa forma: Simulación de la locura en
general

2º Puede producirse en sujetos que se encuentran realmente en el estado patológico


simulado, sin tener conciencia de ello, aunque conscientes de las ventajas de la
simulación: Simulación de la locura por alienados verdaderos ("Sobresimulación").
("Sobresimulación")

3º Puede ocurrir en sujetos que luchan por la vida de manera antisocial, encontrándose
expuestos a la represión penal de la sociedad. Entonces representa la mejor adaptación
a las condiciones de lucha contra el ambiente jurídico: Simulación de la locura por
delincuentes .”1

 La simulación desde la Psiquiatría Forense


El psiquiatra forense argentino, Dr. Alfredo Achával abordó el tema desde las
circunstancias humanas que conllevan a la Simulación y las diversas formas que ésta
reviste. De este modo el Dr. Achával escribió:

“En la Psiquiatría Forense la simulación siempre guarda relación con fingir un estado
mental que no se posee en realidad. Una diferencia grande entre ambas aplicaciones de
la psiquiatría señala también que las conductas humanas tengan diferencia utilitaria de
aparición, ya que la Psiquiatría asistencial se desarrolla en el tiempo y en beneficio del
paciente y la Psiquiatría forense se desarrolla en tiempos muy breves —entrevistas que
no superan casi siempre tres o cuatro encuentros— y que están impulsadas por una
autoridad judicial que marca los tiempos de la relación; lo inmediato del aquí y ahora
es la característica, al igual que la imposibilidad de rectificación que enmarca la
relación pericial.

1
José Ingenieros

3
Relacionada la Psiquiatría forense con un derecho a veces inalienable y personalísimo
como el de defensa, como el de la seguridad social, la simulación debe ser la
consecuencia de un diagnóstico y nunca puede ser una sospecha, una intuición del
médico o un pronóstico. Quizás deba recurrirse aun —en especial con el médico
psiquiatra de menor experiencia— a las conocidas preguntas: ¿Qué se simula?, ¿cómo
se simula?, ¿cuándo se simula?, ¿por qué se simula? y ¿quién simula?”2

El simulador tiende a presentar un cuadro que confunde más, pudiéndose detectar


inconsistencias en la conducta y contradicciones con los complejos sintomáticos
conocidos y consecuentemente sus intentos obvios por engañar.

Para los psiquiatras forenses argentinos Antonio H. Bruno y Javier Cabello 3, la


definición de simulación:

“Podemos concebirla como la actitud psíquica consciente y voluntaria donde se


representa plásticamente un determinado evento mórbido con la intencionalidad y
finalidad utilitaria de engañar a un tercero.
Los rasgos distintivos señalados en la definición se pueden sintetizar de la siguiente
manera, a saber:

a) Actitud psíquica: se caracteriza por una activa disposición mental cuya motivación
radica en obtener un beneficio secundario a través del engaño.

b) Conciente y voluntaria: vale decir la capacidad psíquica para discernir y ejecutar


un acto previamente elaborado y planificado.

c) Representación plástica: consiste en hacer presente por medio de la expresión


psicomotriz el evento mórbido que se utiliza para el engaño.

d) Evento mórbido: es decir la patología que se desea representar.

2
Alfredo Achával
3
Antonio H. Bruno y Javier Cabello

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e) Intencionalidad y finalidad utilitaria de engañar: es la actitud utilizada por el
simulador para obtener un beneficio legal vinculado a su situación jurídica.”

Estos autores describen diferentes modalidades de simulación, que se llevan a cabo


por una persona con la finalidad de obtener un beneficio secundario relacionado al
proceso judicial en curso.

Disimulación
Es aquella donde el enfermo oculta la patología que padece con el fin de obtener cierto
beneficio personal o de convalidar futuros actos jurídicos. Surge con mayor asiduidad
en pacientes internados y que desean lograr el alta médica

Parasimulación (Para: junto o al lado)


Esta modalidad se da cuando el individuo representa un evento mórbido distinto al que
ya padece. Sobre este punto cabe señalar que se utiliza el término ¨parasimulación¨
para diferenciarlo de la sobresimulación, entendiendo que esta última es una variante
de aquella . Es de relativa relevancia médico legal, suele verse en pacientes internados
y que desean obtener beneficios secundarios por medio de simular síntomas ya
padecidos o vistos en terceras personas.
Ejemplo de ello podemos encontrarlo en aquellos pacientes que además de padecer su
cuadro psícotico, simulan síntomas extrapiramidales con la intencionalidad de obtener
algún beneficio asistencial, generalmente para que le retiren o cambien la medicación.

Sobresimulación (Sobre: además de o encima de)


Como se ha dicho, es una variante de la anterior donde se exagera o sobreactúa la
sintomatología de un evento mórbido que padece o que está simulando.
Es posible detectarla en la población carcelaria que desea ser trasladada al Hospital o
a la U 20 con el fin de mejorar sus condiciones de reclusión o en aquellos internos que
intentan modificar su calificación penal y ser declarados inimputables en instrucción o
durante el juicio oral.

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Metasimulación ( Meta: más allá o después)
Se caracteriza por la actitud psíquica voluntaria e intencional de sostener en el tiempo
la sintomatología del cuadro psiquiátrico ya desaparecido.
Se observa con mayor frecuencia en el Fuero Civil cuando debe determinarse el
porcentaje de incapacidad.

Presimulación ( pre: antelación o prioridad)


Consiste en simular una enfermedad antes de la comisión de un acto antijurídico con el
fin de poder liberarse de la responsabilidad legal que en tal sentido le cabe. Si bien no
es frecuente se puede llegar a advertirse en causas penales.”

 Signos para la detección de simulación


Para las autoras colombianas Angela Tapias, Diana Patricia Bello, Jeymy Leandra
Gonzalez, Vanessa Jeanine Vesga 4, “existe un buen número de pistas que se pueden
aplicar apropiadamente en la detección del engaño, en documentos no publicados
sobre simulación por la Academia Americana de Psiquiatría y Leyes, escritos por
Vicary y Maloney; referenciados por Jaffe y Sharma (1998) se reportó que el
conocimiento que tienen los clínicos tiene una gran ventaja en la detección de la
simulación; y para Marco y col. (1990), Rogers y col. (1996), Jaffe y Sharma (1998),
Irruarizaga (1999) y Stuart y Clayman (2001) existen los siguientes signos como
evidencia objetiva de la simulación:

1. Retención de información y Falta de cooperación:


La memoria de un simulador tiene vacíos importantes, es cauteloso y piensa que entre
menos información tenga el examinador, es mejor. Con frecuencia afirman haber
olvidado muchas cosas o no saber. (DSM- IV, 1998) Hay el temor de que una
evaluación rigurosa detecte la enfermedad que está simulando. Los sujetos parecen
seguir todas las indicaciones médicas pero toman una actitud totalmente antagonista;
tratan de tomar el control de la entrevista y se comportan de una manera intimidante,
gastan tiempo para pensar las respuestas que van a dar. Presentan abundancia de
4
Ángela Tapias y coll.

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respuestas evasivas si están dirigidas a una cuestión vital para el simulador;
contestaciones burlescas, irónicas y ridículas; ausencia del trastorno de la afectividad.

2. Exageración:
Los simuladores creen de forma equivocada que entre más extraños parezcan, más
creíbles son. Clemente (1995) lo denominó elevación del número de dramatismos.

3. Llaman la atención sobre su enfermedad:


Según Ritson y Forest (1970), citados por Marco et al. (1990) los simuladores están
ansiosos por llamar la atención sobre su enfermedad, lo cual contrasta con la conducta
de los enfermos reales que a menudo, son reticentes a hablar de sus síntomas. El
auténtico enfermo sin proponérselo puede presentar abandono en su cuidado físico
tener el pelo largo, aparecer sin afeitar, con las ropas sucias, desaliñado, con
abandono de su limpieza; mientras que el que finge se pone ropas extravagantes; la
camisa al revés; la bufanda fuera de su sitio con vestimentas artificialmente alteradas;
a menudo, esa alteración de su aspecto exterior sólo se da durante los reconocimientos
médicos o declaración ante funcionarios judiciales. (Delgado y col., 1.994)

4. Los acusados actúan comúnmente como sordos y tontos:


Se muestran excesivamente psicóticos, intelectualmente impedidos y con amnesias y
delirios. Las personas que fingen actúan como "tontos y locos" por que ellos creen que
las personas mentalmente enfermas son tontas.

5. Ausencia de alteración afectiva clínicamente asociada con la enfermedad que


simula:
Falta el típico contenido afectivo de ansiedad en alucinaciones y delirios; o el tono
afectivo de temor, rabia o depresión asociado a cualquier diagnóstico. Si hay auto
lesionismo, éste no reviste gravedad, estando bien calculado el acto. En caso de dolor
la persona puede argumentar el máximo de severidad del dolor, pero la discrepancia es
que psicológicamente se presentan libres de todo síntoma.

6. Ausencia de perseveración:

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La perseveración es un signo de consistencia en la personalidad y/o en la patología,
por tanto es una conducta que debe presentar constancia en el tiempo, rara vez se ve en
los simuladores. (Marco y col., 1990)

7. Incoherencia entre resultados de pruebas y funcionalidad del evaluado: La falta de


coherencia entre los resultados de test formales y la funcionalidad real del sujeto en su
vida cotidiana. Ej. El simulador puede asegurar o mostrar una incapacidad para
trabajar, pero mantiene la capacidad de su esparcimiento como por ejemplo disfrutar
del teatro, ver TV, jugar cartas, etc. La inconsistencia entre las respuestas del sujeto
referida a ejecutar correctamente ejercicios complejos e incorrectamente ejercicios más
sencillos que implican los mismos procesos cognoscitivos y el fallo en ítems muy
simples.. Otros indicadores de este signo son el rendimiento por debajo de lo esperado
al azar en pruebas de elección entre dos alternativas, la inconsistencia en la ejecución
de diferentes pruebas que exploran las mismas funciones, el bajo o nulo rendimiento en
pruebas neuropsicológicas que la mayor parte de los pacientes con lesiones cerebrales
graves realizan correctamente. La alta incidencia de respuestas "aproximadamente
correctas" en oposición a las "claramente correctas" Iruarrizaga (1999).

8. Alteraciones del lenguaje no verbal:


El tono y la intensidad de la voz varían significativamente ante la mentira, la velocidad
de fraseo es lenta y evasiva, el evaluado tarda en responder porque necesita pensar
varias veces para contestar con coherencia, produce pausas y errores en el discurso,
además es de carácter indirecto, las expresiones faciales varían contingentemente con
el contenido temático. Rogers (1998), Hall y Pritchard (1996), Nies y Sweet (1994),
Eckman (1992) entre otros, citados por Iruarrizaga (1999) Las características de la
mirada tienen mucha importancia: la del auténticamente trastornado se caracteriza por
su mirada fija y expresión extraviada; la mirada del simulador es menos franca, se
muestra con una expresión de desconfianza como temeroso de ser descubierto. Un buen
signo es la discordancia entre la expresión facial y el tono y contenido del lenguaje
(paraminia y paratimia), con una excepción: la esquizofrenia, en la que ese signo
puede ser de patología real. (Delgado, y col., 1.994)

9. Los síntomas del simulador son generalmente inconsistentes con los síntomas
legítimos de la enfermedad mental:

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El simulador actúa de manera normal cuando no se percata de que está siendo
observado, por lo cual hablar con el personal que tiene oportunidad de observar al
preso es útil para descubrir su comportamiento inconsistente. Los síntomas del
simulador son generalmente inconsistentes con los síntomas legítimos de la enfermedad
mental: Por ejemplo un farsante dice que no puede recordar su nombre o la fecha de
nacimiento, pero si es capaz de recordar otros eventos pasados, como la dosis de los
medicamentos que ingiere. El simulador por lo general confunde los síntomas
psicóticos con los impedimentos cognoscitivos y cree que la persona que escucha voces
no sabe en que año está. Los amnésicos auténticos generalmente recuerdan cosas
como: nombre, edad, fecha de nacimiento, dirección, nombre de la madre, de familiares
cercanos y lo que desayunaron; lo cual es lo que pretenden olvidar los farsantes; y es
muy raro que finjan amnesia global. Los simuladores pretenden tener alucinaciones
visuales o auditivas y hablan con personas imaginarias. En la exploración clínica de la
simulación se señalarán las intermitencias y modificaciones inexplicables del síndrome
mental exhibido; inexistencia de la relación entre el síndrome o enfermedad aparente y
la causa etiológica presumible.

10. La simulación es más difícil de mantener por períodos largos:


El hecho de simular exige una extremada concentración y resulta extenuante por lo
cual la persona sana requiere períodos de descanso. Por eso también hay más
oportunidad de descubrir el engaño durante una entrevista larga.

11. Dificultad para fingir síntomas fisiológicos:


Generalmente el simulador desconoce los síntomas fisiológicos de la enfermedad y por
eso no los actúa, si llegara a simularlos puede ser descubierto porque los sobreactúa o
tiene dificultades para hacerlo. Por ejemplo el que simula depresión puede fingir
astenia pero no finge frío en las manos, que es un síntoma que se le asocia. (Rogers y
col., 1996)

12. Simulan síntomas evidentes y en relación con el conocimiento previo de la


enfermedad:
Los simuladores tienden a fingir los síntomas más conocidos y característicos de la
enfermedad dejando de lado otros que están asociados con el mismo pero no son tan
conocidos u observables. Por ejemplo en Trastorno disociativo de la personalidad

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pueden fingir las personalidades múltiples, pero no saben de las amnesias y no las
simulan (Aunque no en todas las expresiones de este trastorno se manifiesta la
amnesia). En personas preparadas académicamente en temas relacionados (psicólogos,
psiquiatras, médicos, etc.) es más difícil detectar la simulación de psicopatologías que
en personas que no tienen una preparación académica extensa o de éste tipo. (Rogers y
col., 1996)

13. Se fingen más síntomas que cuadros diagnósticos íntegros:


Los simuladores pueden no ajustarse a ninguna entidad diagnóstica conocida. Los
síntomas pueden haberse elegido de varias enfermedades y por ello pueden presentar
quejas inusuales, atípicas, inexplicables o inconsistentes con los desórdenes conocidos.
Las personas que fingen síntomas muy específicos (falta de concentración) y
desórdenes específicos (depresión mayor).(Marco y col., 1990). Mezclan síntomas
pertenecientes a diversos síndromes o entidades gnoseológicas; y a ninguna entidad
clínica en particular.

14. Informan síntomas severos con aparición aguda en contradicción con el


desarrollo crónico conocido por los clínicos:
Los simuladores pueden afirmar haber tenido delirios (o síntomas en general) de
comienzo repentino, cuando en realidad los delirios sistematizados tardan normalmente
varias semanas en sistematizarse. Pueden informar que los síntomas de "locura"
comenzaron cuando el imputado tenía 40 años, poco antes del incidente judicial y el
clínico sabe que la esquizofrenia tiene un inicio cerca de los 20 años y la enfermedad se
desarrolla crónicamente.

15. Discrepancia entre el auto- reporte y los archivos médicos:


Los evaluados afirman severidad en síntomas en ausencia de tratamiento psicológico,
psiquiátrico, medicación y hospitalización; cuando el perito sabe que la severidad de
síntomas generalmente se asocia a consulta temprana con los expertos y con la
existencia de una historia clínica previa. (Stuart y Clayman, 2001; Marco et al, 1990 e
Iruarrizaga, 1999). Los acusados pueden argumentar alguna psicopatología pero no
informan haber estado en un tratamiento previo, y cuando tienen una cita para un
tratamiento de salud mental o para una evaluación la cancelan o llegan más de una vez

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tarde a las citas y no cooperan durante el examen psicológico, además, también fallan
en seguir un plan de tratamiento para un diagnóstico.

16. Los simuladores parecen no tener ningún motivo o comportamiento psicótico


asociado a sus ofensas:
No relacionan los delitos con sus síntomas o alteraciones como cometer asesinato con
agravantes arraigados, por ejemplo existe relación entre el síntoma y la conducta del
homicida como beber la sangre de la víctima que asesinó porque creía que los
extraterrestres le estaban quitando la suya propia.

17. Evidencia de complicidad:


En los casos en los que se alega que el acusado presenta un determinado tipo de
patología mental, se sospechará simulación si hay un cómplice implicado en el crimen.
En efecto, como dice Resnick (1984) citado por Marco y col., (1990), la mayoría de los
cómplices de inteligencia normal no participarán en crímenes motivados
psicóticamente.

18. Engaños anteriores:


Las investigaciones retrospectivas algunas veces revelan evidencias de engaños
pasados, como utilización de alias, escapes de la prisión o mentira en un negocio; es
común encontrar un patrón de comportamiento antisocial engañoso. La enfermedad
actual es tan sólo otra instancia de éste patrón.

19. Historia laboral incoherente con la enfermedad:


Según Resnick (1984), citado por Marco y col. (1990), los simuladores pueden tener un
historial laboral desfavorable "la persona que siempre ha sido responsable, honrada,
miembro adecuado de la sociedad es menos probable que simule". Aunque la
estabilidad laboral puede ser positiva previa al aparecimiento de la enfermedad y
deteriorarse desde entonces, si se alegan síntomas crónicos esto alteraría también
crónicamente el historial laboral, también puede ser indicador de simulación, ya que
una persona que padece una enfermedad mental, difícilmente puede tener un óptimo
funcionamiento laboral.

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Los signos de simulación ya enunciados son generales y se pueden encontrar en el
fingimiento de cualquier enfermedad, sin embargo también la literatura reporta signos
de simulación específicos para algunos cuadros diagnósticos.”

 La Simulación en la Psicología Forense desde el auxilio de las técnicas de


exploración psicológica

Los fenómenos de simulación y de disimulación en el ámbito forense deben ser siempre


tenidos en cuenta por el perito como muy probables, al tratarse de un estudio al cual el
sujeto no concurre por propia voluntad, y además por ser la prueba pericial posible de
arrojar resultados que comprometan los intereses de la persona en su libertad,
patrimonio, medidas de seguridad, alteración en el ejercicio de sus derechos, etc.

Debe sospecharse la existencia de simulación o disimulación si hay:

 Problemas judiciales de por medio, y su aparición en contextos de evaluación


psiquiátrica o psicológica.
 Discrepancia marcada entre los hallazgos clínicos (datos de la entrevista y
técnicas administradas) y las quejas referidas.

 Escasa colaboración con el examen y con el tratamiento.

 La presencia de trastorno antisocial de la personalidad.

 Antecedentes de permanencia prolongada en establecimientos de detención.

 Buena capacidad intelectual.

Además de basarse en la entrevista psicológica y en otros indicadores presentes durante


la evaluación, las técnicas de exploración psicológica son útiles para detectar fenómenos
de simulación o disimulación.

El MMPI-2 ofrece elementos que permiten establecer la tendencia del sujeto en


exagerar la sintomatología que efectivamente tiene (indicador de simulación) o la
proclividad de aportar una imagen positiva de sí mismo (indicador de disimulación). La

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escala F es de suma utilidad para detectar simulación ya que su aumento (T=100 ó más)
es indicativo de una patología psíquica de suma gravedad (que en el simulador no se va
a corresponder con otros datos obtenidos de la entrevista o anamnesis) o evidencia de
que el sujeto quiere aparentar mayor enfermedad de la que realmente lo afecta. En
disimuladores la escala F se va encontrar disminuida (T=50 ó menos). La escala L
(sinceridad) se va encontrar aumentada en los disimuladores (T=70 ó más). La escala K
va a estar aumentada en los disimuladores (T=71 ó más) y disminuida en los
simuladores (T=40 ó menos).

Simulación F (T=100 ó más)

K (T=40 ó menos)

Disimulación F (T=50 ó menos)

L (T=70 ó más)

K (T=71 ó más)

El Bender también es útil para determinar simulación, ya que el sujeto tiende a


reproducir las figuras con signos indicativos de patología psicorgánica que no se
correlaciona con las producciones de otros gráficos. Algunos elementos de interés son:
 Micrografía o inhibición en el trazo.
 Figuras bien logradas que coexisten con otras en las que francamente se altera
de forma patológica la guestalt (Incluso puede realizar bien figuras complejas y
fallar en las más simples).

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 Simplificaciones o incompletudes: el sujeto realiza sólo una parte de la figura y
no la completa. Estas producciones deben diferenciarse del signo de
fragmentación ya que aquí el sujeto intencionalmente no realiza la figura de
modo completo.

El Psicodiagnóstico de Rorschach también aporta elementos importantes para


detectar simulación. Así, en los expedientes por Daños y Perjuicios a consecuencia
de accidentes de tránsito el sujeto puede dar contenidos, que si bien suelen aparecer
en personas que tienen secuelas por el trauma sufrido, en los casos en que nos
hallamos ante la presencia de simulación llaman la atención por su dramatismo tales
como “sangre”, “explosión”, “choque”, etc. en respuestas confabuladas y
acompañarse de verbalizaciones que remiten al fenómeno especial de agravamiento,
autorreferencias ligadas al accidente de autos, disminución de la conciencia de
interpretación, etc.
En otras causas, en el intento de mostrar poco para no ser sorprendido en sus
intenciones de engaño, asistimos a un protocolo reducido en el número de
respuestas, preeminencia de las respuestas populares, el Índice de estereotipia
aumentado (ya que es el contenido animal el que con más frecuencia se da en
Rorschach), aumento del determinante forma y contenidos que sugieren tendencia a
la ocultación o enmascaramiento (máscaras, capuchas, vestidos o ropajes que
cubren, etc.).

 La Simulación como respuesta a la entrevista pericial coactiva


De la práctica pericial psicológica en ámbito penal en aquellos casos de delitos
por homicidio cometidos por enfermos mentales, me ha llamado la atención la dificultad
mayor que se manifiesta en las entrevistas psicológicas practicadas por algunos peritos
oficiales del Cuerpo Médico Forense en cuanto éstos se colocan en un rol de policía,
otorgando a la relación transferencial con el imputado un carácter de interrogatorio, re-
editando lo que fuera la declaración indagatoria.
Sabido es que la entrevista psicológica semidirigida no es un mero recabar
información a través de preguntas cerradas o abiertas, sino que es una técnica
psicoclínica que respeta ciertas metodologías derivadas de otras escuelas teóricas de
psicología, siendo una de las más importantes las técnicas que derivan del psicoanálisis,

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es decir, la libre asociación de ideas, la atención flotante, la relación transferencia-
contratransferencia, el Sujeto del Inconsciente.
Desde el cumplimiento del rol de Perito de Parte cuya función es de la contralor
y garantía en el desarrollo del proceso pericial, como reza el principio del “justo
proceso” he advertido innumerables veces en la relación transferencial-
contratransferencial el desarrollo de coacción ejercida por los peritos oficiales frente a
los silencios, actitudes defensivas, olvidos y confusiones en las respuestas de los
peritados/imputados, que abrumados por tal presión coactiva, desarrollan finalmente
conductas de simulación, disimulación o sobresimulación, cuando se sienten
atropellados en sus derechos constitucionales de no declarar contra sí mismos.
¡Cómo puede ser posible que a un esquizofrénico paranoide se le pregunte de
forma coactiva si escucha voces, si son esas voces las que le ordenaban matar, si eran
voces claras o murmullos que lo insultaban a él desde afuera o desde dentro de su
cabeza, qué hizo con el arma y por qué la tenía consigo, y contame, contame … porque
hoy no contás nada, pero en la entrevista anterior nos dijiste otras cosas que ahora no te
acordás…! ¡Francamente pareciera estar frente a miembros de las SS hitlerianas en
lugar de peritos psicólogos!
Más de una vez he observado manifestaciones de angustia en imputados que
una y otra vez que se les pregunta y repregunta sin mediar el tiempo y el silencio
necesario para elaborar una respuesta, la mejor posible desde ellos, y así se los fuerza al
acting como respuesta del acting del interlocutor ávido de obtener información, sin
importar demasiado el grado de afección emocional que se le ha infligido al imputado…
y de no responder, eso es tomado en cuenta como SIMULACIÓN, RESPUESTA
PSICOPÁTICA, MENDACIDAD, etc., etc., y así es informado al juzgador.
El diagnóstico de simulación debe ser demostrado, no pudiendo ser tan sólo una
intuición o creencia del perito entrevistador, y menos aún, ser una respuesta provocada
por la impericia de quién lleva adelante el estudio pericial. Esto de ser así, debe ser
denunciado y penalizado.
Esta situación está magníficamente ejemplificada en el filme “Ciudadano X”,
dirigida por Chris Gerolmo y protagonizada por Stephen Rea, Donald Sutherland, Max
von Sydow, Jeffrey DeMunn, que trata la historia criminal del asesino serial Andrei
Chikatilo, quién luego de numerosos asesinatos de niños en su gran mayoría, es
finalmente detenido, esto transcurre en Rostov, Ucrania, de la Unión Soviética cercano
a los tiempos previos del cambio del régimen comunista. La película muestra con gran

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lucidez la total impericia del interrogador que pretendía arrancar la confesión de los
crímenes cometidos. El interrogador ejercía una poderosísima coacción impiadosa
sobre el imputado Chikatilo logrando con ello respuestas de disimulación por parte de
este último, fracasando una y otra vez en su cometido, lo que reforzaba tanto la
coacción como método de entrevista, como también la negativa de colaboración y la
consecutiva medida defensiva a través de la disimulación en el imputado que era
portador de trastornos mentales severos. El filme muestra cómo al cambiar de
interrogador y de método de intervención, siendo el nuevo interrogador un médico
psiquiatra que pacientemente había hecho el perfil psico-criminológico del asesino, y
que al entrevistarlo se muestra respetuoso de la individualidad peculiar del inculpado a
quién poco a poco condujo a través de una hábil entrevista psiquiátrica, sin
coaccionarlo, y ejerciendo una relación transferencial contenedora y eficaz, pudo
obtener del asesino el relato más detallado de sus crímenes y de los lugares donde se
hallaban escondidos los cuerpos.
Este caso fue trascendental en la historia de la criminología que se dedica a la
construcción de Perfiles Criminales.

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 Diagnóstico diferencial de la Simulación con otras psicopatologías

“Neurosis de deseo: este cuadro presenta como síntoma principal una gran angustia
debida a la sobrevaloración de la sintomatología y de las funciones somáticas, puestas
en marcha de modo puramente psíquico por accidentes u otros sucesos indemnizables,
sin correlato somático que las justifiquen en realidad, causadas por actitudes erróneas.
En cambio el simulador no presenta angustia, y tiene clara conciencia de los actos que
está realizando de manera tendenciosa.

Neurosis por accidente: es la fijación neurótica en la alteración funcional de un


órgano o miembro que al examen médico aparenta estar rehabilitado; esta fijación está
dirigida a una indemnización. En este cuadro el individuo llega a engañarse a sí
mismo, cayendo en su propia fijación, manifestando una intensa angustia, sin realizar
una "represión neurótica". El paciente está convencido de tener una limitación
funcional, incluso puede presentar tendencia querellante, pero en general no hay afán

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Jorge Araujo, Eric Wainwright

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de lucro, a diferencia del simulador a quien no le interesan sus síntomas sino como el
medio de obtener beneficios.

Neurosis de renta de compensación o rentosis: estos pacientes utilizan


inconscientemente su problema orgánico para obtener una ganancia, que le permita
evadir sus obligaciones o solucionar algún problema. Por su parte, el simulador utiliza
y sobreestima su problema conscientemente, con una meta clara, el diagnóstico
diferencial es muy dificultoso.

Neurosis traumática: estrés postraumático o trastorno por estrés agudo (más breve)
para el DSM-IV, este trastorno es causado por una experiencia traumatizante de
intensidad desmedida, en que la persona ha sido amenazada en su integridad física,
respondiendo con temor, desesperanza o horror intenso. Se presentan como personas
emocionalmente lábiles, hipersensibles, que vuelven a experimentar el suceso
traumático en forma periódica, como recuerdos intrusivos o angustiantes, pesadillas,
imágenes retrospectivas, crisis de ansiedad ante hechos simbólicos. Hay evitación del
recuerdo. Presentan síntomas disociativos (embotamiento, desapego, desrealización,
despersonalización, amnesia disociativa) y aceleración o retardo psicomotor, la apatía
puede llegar al estupor, son habituales las pesadillas recurrentes con relación al hecho,
fatigas, algias, síntomas de la serie gastrointestinal, accidentes conversivos histéricos
(astasia-abasia), depresión atípica o fobias. Este cuadro puede evolucionar de diversas
maneras: resolverse, neurastenia postraumática, histeria o enquistamiento caracterial
(actitud regresiva y reivindicatoria). En estos pacientes existe una legítima intención
compensatoria, la que puede llevar a exagerar el problema, si esta tendencia se
prolonga demasiado y el terreno está predispuesto. Puede llevar a la neurosis de renta
o incluso a un delirio razonado, de reivindicación patológica o la sinistrosis (Brissaud).
En el caso de una simulación, la experiencia no llega a ser de gran intensidad, pese a
que el individuo brega por que así parezca y es rara la presencia de pesadillas
recurrentes.

Síndrome subjetivo de los traumatismos craneales: son trastornos funcionales que


incluyen cefaleas localizadas en el punto de impacto, pueden ser difusas y variables,
hay sensaciones vertiginosas con trastornos neurovegetativos, fácil fatigabilidad física
e intelectual, alteraciones del carácter, labilidad afectiva y trastornos del sueño.

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Histeria: en ella la dificultad surge por cierta teatralidad que viene del modo de estos
la "belle indiference" ante los propios síntomas deficitarios. Se debería a un bloqueo
inconsciente del sistema nervioso, que desaparece al cesar la represión o refuerzo a que
estaba sometido. En estos casos hay antecedentes de personalidad histérica. En
oposición, el simulador conscientemente debe engañar a los profesionales para obtener
un beneficio tangible, éste no se presenta indiferente ante sus síntomas, por el
contrario, los remarca y llama la atención sobre ellos.

Síndrome de Ganser: son pacientes que presentan amnesia, desorientación,


alteraciones sensoperceptivas, síntomas conversivos, fugas y utilizan respuestas
aproximadas. Algunos autores lo incluyen dentro de las histerias.

Trastorno Facticio (DSM IV): producción intencionada de signos o síntomas físicos o


psicológicos, pero sin objetivo externo alguno.

Trastornos somatoformes: de la clasificación norteamericana, divididos en:

1) Trastorno Corporal Dismórfico o Dismorfofobia: es la preocupación excesiva por


tener un defecto imaginario que afecta una parte del cuerpo, las ideas no llegan a ser
delirantes.

2) Trastorno de Conversión: es la disminución involuntaria en la función motora


voluntaria o sensorial de un órgano o miembro.

3) Hipocondría (neurosis hipocondríaca): es el miedo o el convencimiento de sufrir


una enfermedad grave que no se relaciona con la realidad.

4) Trastorno por Somatización: son síntomas somáticos múltiples y difusos sin


correlación con cuadros clínicos conocidos.

5) Trastorno Somatoforme Doloroso: hay preocupación por el dolor sentido, sin un


cuadro clínico que justifique su intensidad.

Trastornos Psicosomáticos: son enfermedades somáticas, ocasionadas o agravadas


por factores psicológicos. Presentan ciertas características de personalidad, ejemplo
tipo A: irritabilidad, sobreexigencia, agresividad y escasa tolerancia a la frustración,
habría conflictiva inconsciente que ocasiona ansiedad.

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Reacciones Vivenciales Normales: son formas de respuesta con una motivación
vivencial coherente, sentimentalmente adecuada a dicha vivencia. De estos
sentimientos surge una tendencia o una contratendencia, a actuar de alguna manera.
De aquí surge que la reacción es secundaria a la vivencia que la originó, y se relaciona
directamente a su causa, y cesa cuando ésta desaparece. Puede verse una labilidad
afectiva, que depende del trasfondo emocional del paciente, el cual determina el humor
psíquico.

Por lo general, no hay, en el simulador, una correlación entre la motivación de la


vivencia y la duración o intensidad de la reacción presentada.

Reacción Vivencial Anormal: en este cuadro se ve que siempre es la personalidad la


que reacciona. Ciertos sujetos reaccionan siempre de manera aguda y persistente,
independientemente de la intensidad del motivo que la ocasionó. Kretschmer las
denominó "reacciones primitivas". En el simulador, la diferencia radica en que la
respuesta patológica se presenta exclusivamente ante el motivo actual, sin antecedentes
similares.

Patomimia (Dieulafoy): puede ser llamada una auténtica fabulación física, que no
presenta correspondencia psicopatológica. En los pacientes que la presentan
predomina la inmadurez afectiva y el sadomasoquismo, además es frecuente que
presenten rasgos histéricos, aspectos perversos, adicciones e intentos de suicidio.
Frecuentemente se ven lesiones cutáneas, abscesos, hemorragias, todas ellas
autoinfligidas. El simulador no presenta alteraciones sadomasoquistas de la
personalidad, ni las lesiones autoinfligidas, tan frecuentes en estos casos.

Síndrome de Münchausen (Asher, 1951): son pacientes que llevan adelante una vida
marginal e inestable, que presentan múltiples intervenciones quirúrgicas, estudios
invasivos o procedimientos diagnósticos invasivos, son a menudo mitómanos (falsa
identidad, etcétera). Son poco constantes en el tratamiento. En el simulador raramente
se ven las cicatrices de múltiples procedimientos médicos que se ven en este síndrome.

Depresión Reactiva: Se distingue la presencia de un episodio que tiende su sombra


sobre toda la esfera psíquica. La tristeza que caracteriza a este síndrome puede variar
en su tonalidad. En otros casos, la astenia domina el cuadro, puede persistir un estado

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de apatía, en este caso el valor operante de la tristeza sobrepasa a la vivencia misma.
Hay múltiples formas de superar estos cuadros, agotamiento, diversión y aturdimiento;
la forma de superación depende de las características de cada personalidad. Otros
pacientes especulan con el propio dolor, esta explotación llega a un máximo en la
simulación, en la que no es imprescindible la presencia de una depresión, sino sólo el
conocimiento de los síntomas. En estos casos no se ve un corte afectivo que marca el
comienzo de la depresión.

Delirio de reivindicación o sinostrosis: son delirios basados en interpretaciones del


prejuicio en general laborativo sufrido, moviliza la hiperastenia, la querulancia y la
agresividad. El paciente busca hacer triunfar la verdad, reparar el perjuicio y castigar
a los responsables y presenta rasgos de histeria e hipocondría con hipertimia
displacentera y con labilidad emocional. Se aceptan varias formas, querulantes
procesuales, idealistas pasionales: inventores ignorados, delirios de afiliación, delirio
de reivindicación hipocondríaca y sinostrosis delirante. En la simulación no hay mayor
interés en castigar a los culpables y la sintomatología cede generalmente al obtenerse
el beneficio buscado, sin continuar las ideas de reivindicación.

Psicosis traumática: son cuadros psicóticos asociados a traumatismos importantes,


con correlato orgánico; estos pacientes se caracterizan por fases de indiferencia e
irritabilidad, en ellos la sintomatología es relativamente fija, hay una notable ruptura
con la personalidad anterior. Puede verse que estos pacientes intentan disimular su
déficit debido al interés en trabajar. El cuadro clínico no varía al obtener la pensión, lo
cual raramente ocurre con los simuladores, quienes se presentan hiperemotivos, con
síntomas imprecisos y exagerados. Además, en el caso de un sujeto que simula, no
puede hallarse una relación directa entre la intensidad del traumatismo y la respuesta
del individuo.

Psicosis epilépticas confusas (estado crepuscular ictal y estado crepuscular postictal):


cuadro dominado por una alteración de la conciencia, agitación psicomotriz,
alucinaciones visuales, y ocasionalmente ideación delirante mal sistematizada, todo el
cuadro cede con brusquedad, con amnesia y se relaciona con el episodio convulsivo. En
estos pacientes, las fallas mnésicas son irreductibles, no hay cambios con el paso del
tiempo, el narcoanálisis, o por hipnosis.

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Los síntomas neurológicos son utilizados con frecuencia con fines fraudulentos, los
descriptos con mayor frecuencia son: las falsas parálisis, astasias-abasias,
pseudotemblores, crisis convulsivas diversas, actitudes viciosas, suspensiones
sensoriales (ceguera, sordera, mutismo simple, etcétera). Se recomienda evaluar la
consistencia de la conducta durante la evaluación, la relación entre las quejas y los
síndromes conocidos, las quejas o conducta durante la evaluación y fuera de ella y la
performance en tests comparándola con resultados conocidos”.

Bibliografía:

(1) José Ingenieros (1877-1925), “SIMULACIÓN DE LA LOCURA/1903”


Octava edición, texto revisado por el autor; Buenos Aires, Talleres Gráficos
Argentinos,1918. http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/ensayo/simulacion/ensayo.htm

(2) Alfredo Achával, “SIMULACIÓN EN PSIQUIATRÍA”,


http://www.aap.org.ar/publicaciones/forense/forense-5/tema-6.htm

(3) Antonio H. Bruno y Javier Cabello, “SIMULACION EN PSIQUIATRIA


FORENSE” www.csjn.gov.ar/cmf/cuadernos/1_2_81.html

(4) Angela Tapias; Diana Patricia Bello; Jeymy Leandra Gonzalez; Vanessa Jeanine
Vesga, “ENSAYO SOBRE CRITERIOS DE SIMULACIÓN DE PSICOPATOLOGÍAS
PARA ARGUMENTAR INIMPUTABILIDAD EN PROCESOS JUDICIALES”,
www.psicologiajuridica.org/psj6.html

(5) Jorge Araujo, Eric Wainwright, “La simulación. Análisis de una casuística”,
http://www.aap.org.ar/publicaciones/forense/forense-4/tema-3.htm

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