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LA SIMULACIÓN EN LA LUCHA POR LA VIDA Y LA LOCURA,
DESDE JOSÉ INGENIEROS A NUESTROS DÍAS
“Las condiciones de lucha por la vida no son análogas para todos los individuos.
Existen condiciones especiales, determinadas por la particular constitución
fisiopsíquica de ciertos sujetos o por maneras de vivir que los colocan en singular
situación frente al resto del grupo social en que viven, haciendo más o menos
frecuentes los fenómenos que estudiamos, dándoles fisonomía propia. Por ello
separaremos el estudio de la simulación de la locura en tres grupos, para no confundir
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en una misma interpretación fenómenos producidos en distintas condiciones, aunque
obedeciendo a una misma finalidad:
1º Puede simular la locura todo individuo que lucha por la vida, cuando circunstancias
esenciales lo determinen a adaptarse en esa forma: Simulación de la locura en
general
3º Puede ocurrir en sujetos que luchan por la vida de manera antisocial, encontrándose
expuestos a la represión penal de la sociedad. Entonces representa la mejor adaptación
a las condiciones de lucha contra el ambiente jurídico: Simulación de la locura por
delincuentes .”1
“En la Psiquiatría Forense la simulación siempre guarda relación con fingir un estado
mental que no se posee en realidad. Una diferencia grande entre ambas aplicaciones de
la psiquiatría señala también que las conductas humanas tengan diferencia utilitaria de
aparición, ya que la Psiquiatría asistencial se desarrolla en el tiempo y en beneficio del
paciente y la Psiquiatría forense se desarrolla en tiempos muy breves —entrevistas que
no superan casi siempre tres o cuatro encuentros— y que están impulsadas por una
autoridad judicial que marca los tiempos de la relación; lo inmediato del aquí y ahora
es la característica, al igual que la imposibilidad de rectificación que enmarca la
relación pericial.
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José Ingenieros
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Relacionada la Psiquiatría forense con un derecho a veces inalienable y personalísimo
como el de defensa, como el de la seguridad social, la simulación debe ser la
consecuencia de un diagnóstico y nunca puede ser una sospecha, una intuición del
médico o un pronóstico. Quizás deba recurrirse aun —en especial con el médico
psiquiatra de menor experiencia— a las conocidas preguntas: ¿Qué se simula?, ¿cómo
se simula?, ¿cuándo se simula?, ¿por qué se simula? y ¿quién simula?”2
a) Actitud psíquica: se caracteriza por una activa disposición mental cuya motivación
radica en obtener un beneficio secundario a través del engaño.
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Alfredo Achával
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Antonio H. Bruno y Javier Cabello
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e) Intencionalidad y finalidad utilitaria de engañar: es la actitud utilizada por el
simulador para obtener un beneficio legal vinculado a su situación jurídica.”
Disimulación
Es aquella donde el enfermo oculta la patología que padece con el fin de obtener cierto
beneficio personal o de convalidar futuros actos jurídicos. Surge con mayor asiduidad
en pacientes internados y que desean lograr el alta médica
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Metasimulación ( Meta: más allá o después)
Se caracteriza por la actitud psíquica voluntaria e intencional de sostener en el tiempo
la sintomatología del cuadro psiquiátrico ya desaparecido.
Se observa con mayor frecuencia en el Fuero Civil cuando debe determinarse el
porcentaje de incapacidad.
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respuestas evasivas si están dirigidas a una cuestión vital para el simulador;
contestaciones burlescas, irónicas y ridículas; ausencia del trastorno de la afectividad.
2. Exageración:
Los simuladores creen de forma equivocada que entre más extraños parezcan, más
creíbles son. Clemente (1995) lo denominó elevación del número de dramatismos.
6. Ausencia de perseveración:
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La perseveración es un signo de consistencia en la personalidad y/o en la patología,
por tanto es una conducta que debe presentar constancia en el tiempo, rara vez se ve en
los simuladores. (Marco y col., 1990)
9. Los síntomas del simulador son generalmente inconsistentes con los síntomas
legítimos de la enfermedad mental:
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El simulador actúa de manera normal cuando no se percata de que está siendo
observado, por lo cual hablar con el personal que tiene oportunidad de observar al
preso es útil para descubrir su comportamiento inconsistente. Los síntomas del
simulador son generalmente inconsistentes con los síntomas legítimos de la enfermedad
mental: Por ejemplo un farsante dice que no puede recordar su nombre o la fecha de
nacimiento, pero si es capaz de recordar otros eventos pasados, como la dosis de los
medicamentos que ingiere. El simulador por lo general confunde los síntomas
psicóticos con los impedimentos cognoscitivos y cree que la persona que escucha voces
no sabe en que año está. Los amnésicos auténticos generalmente recuerdan cosas
como: nombre, edad, fecha de nacimiento, dirección, nombre de la madre, de familiares
cercanos y lo que desayunaron; lo cual es lo que pretenden olvidar los farsantes; y es
muy raro que finjan amnesia global. Los simuladores pretenden tener alucinaciones
visuales o auditivas y hablan con personas imaginarias. En la exploración clínica de la
simulación se señalarán las intermitencias y modificaciones inexplicables del síndrome
mental exhibido; inexistencia de la relación entre el síndrome o enfermedad aparente y
la causa etiológica presumible.
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pueden fingir las personalidades múltiples, pero no saben de las amnesias y no las
simulan (Aunque no en todas las expresiones de este trastorno se manifiesta la
amnesia). En personas preparadas académicamente en temas relacionados (psicólogos,
psiquiatras, médicos, etc.) es más difícil detectar la simulación de psicopatologías que
en personas que no tienen una preparación académica extensa o de éste tipo. (Rogers y
col., 1996)
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tarde a las citas y no cooperan durante el examen psicológico, además, también fallan
en seguir un plan de tratamiento para un diagnóstico.
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Los signos de simulación ya enunciados son generales y se pueden encontrar en el
fingimiento de cualquier enfermedad, sin embargo también la literatura reporta signos
de simulación específicos para algunos cuadros diagnósticos.”
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escala F es de suma utilidad para detectar simulación ya que su aumento (T=100 ó más)
es indicativo de una patología psíquica de suma gravedad (que en el simulador no se va
a corresponder con otros datos obtenidos de la entrevista o anamnesis) o evidencia de
que el sujeto quiere aparentar mayor enfermedad de la que realmente lo afecta. En
disimuladores la escala F se va encontrar disminuida (T=50 ó menos). La escala L
(sinceridad) se va encontrar aumentada en los disimuladores (T=70 ó más). La escala K
va a estar aumentada en los disimuladores (T=71 ó más) y disminuida en los
simuladores (T=40 ó menos).
K (T=40 ó menos)
L (T=70 ó más)
K (T=71 ó más)
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Simplificaciones o incompletudes: el sujeto realiza sólo una parte de la figura y
no la completa. Estas producciones deben diferenciarse del signo de
fragmentación ya que aquí el sujeto intencionalmente no realiza la figura de
modo completo.
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es decir, la libre asociación de ideas, la atención flotante, la relación transferencia-
contratransferencia, el Sujeto del Inconsciente.
Desde el cumplimiento del rol de Perito de Parte cuya función es de la contralor
y garantía en el desarrollo del proceso pericial, como reza el principio del “justo
proceso” he advertido innumerables veces en la relación transferencial-
contratransferencial el desarrollo de coacción ejercida por los peritos oficiales frente a
los silencios, actitudes defensivas, olvidos y confusiones en las respuestas de los
peritados/imputados, que abrumados por tal presión coactiva, desarrollan finalmente
conductas de simulación, disimulación o sobresimulación, cuando se sienten
atropellados en sus derechos constitucionales de no declarar contra sí mismos.
¡Cómo puede ser posible que a un esquizofrénico paranoide se le pregunte de
forma coactiva si escucha voces, si son esas voces las que le ordenaban matar, si eran
voces claras o murmullos que lo insultaban a él desde afuera o desde dentro de su
cabeza, qué hizo con el arma y por qué la tenía consigo, y contame, contame … porque
hoy no contás nada, pero en la entrevista anterior nos dijiste otras cosas que ahora no te
acordás…! ¡Francamente pareciera estar frente a miembros de las SS hitlerianas en
lugar de peritos psicólogos!
Más de una vez he observado manifestaciones de angustia en imputados que
una y otra vez que se les pregunta y repregunta sin mediar el tiempo y el silencio
necesario para elaborar una respuesta, la mejor posible desde ellos, y así se los fuerza al
acting como respuesta del acting del interlocutor ávido de obtener información, sin
importar demasiado el grado de afección emocional que se le ha infligido al imputado…
y de no responder, eso es tomado en cuenta como SIMULACIÓN, RESPUESTA
PSICOPÁTICA, MENDACIDAD, etc., etc., y así es informado al juzgador.
El diagnóstico de simulación debe ser demostrado, no pudiendo ser tan sólo una
intuición o creencia del perito entrevistador, y menos aún, ser una respuesta provocada
por la impericia de quién lleva adelante el estudio pericial. Esto de ser así, debe ser
denunciado y penalizado.
Esta situación está magníficamente ejemplificada en el filme “Ciudadano X”,
dirigida por Chris Gerolmo y protagonizada por Stephen Rea, Donald Sutherland, Max
von Sydow, Jeffrey DeMunn, que trata la historia criminal del asesino serial Andrei
Chikatilo, quién luego de numerosos asesinatos de niños en su gran mayoría, es
finalmente detenido, esto transcurre en Rostov, Ucrania, de la Unión Soviética cercano
a los tiempos previos del cambio del régimen comunista. La película muestra con gran
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lucidez la total impericia del interrogador que pretendía arrancar la confesión de los
crímenes cometidos. El interrogador ejercía una poderosísima coacción impiadosa
sobre el imputado Chikatilo logrando con ello respuestas de disimulación por parte de
este último, fracasando una y otra vez en su cometido, lo que reforzaba tanto la
coacción como método de entrevista, como también la negativa de colaboración y la
consecutiva medida defensiva a través de la disimulación en el imputado que era
portador de trastornos mentales severos. El filme muestra cómo al cambiar de
interrogador y de método de intervención, siendo el nuevo interrogador un médico
psiquiatra que pacientemente había hecho el perfil psico-criminológico del asesino, y
que al entrevistarlo se muestra respetuoso de la individualidad peculiar del inculpado a
quién poco a poco condujo a través de una hábil entrevista psiquiátrica, sin
coaccionarlo, y ejerciendo una relación transferencial contenedora y eficaz, pudo
obtener del asesino el relato más detallado de sus crímenes y de los lugares donde se
hallaban escondidos los cuerpos.
Este caso fue trascendental en la historia de la criminología que se dedica a la
construcción de Perfiles Criminales.
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Diagnóstico diferencial de la Simulación con otras psicopatologías
“Neurosis de deseo: este cuadro presenta como síntoma principal una gran angustia
debida a la sobrevaloración de la sintomatología y de las funciones somáticas, puestas
en marcha de modo puramente psíquico por accidentes u otros sucesos indemnizables,
sin correlato somático que las justifiquen en realidad, causadas por actitudes erróneas.
En cambio el simulador no presenta angustia, y tiene clara conciencia de los actos que
está realizando de manera tendenciosa.
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Jorge Araujo, Eric Wainwright
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de lucro, a diferencia del simulador a quien no le interesan sus síntomas sino como el
medio de obtener beneficios.
Neurosis traumática: estrés postraumático o trastorno por estrés agudo (más breve)
para el DSM-IV, este trastorno es causado por una experiencia traumatizante de
intensidad desmedida, en que la persona ha sido amenazada en su integridad física,
respondiendo con temor, desesperanza o horror intenso. Se presentan como personas
emocionalmente lábiles, hipersensibles, que vuelven a experimentar el suceso
traumático en forma periódica, como recuerdos intrusivos o angustiantes, pesadillas,
imágenes retrospectivas, crisis de ansiedad ante hechos simbólicos. Hay evitación del
recuerdo. Presentan síntomas disociativos (embotamiento, desapego, desrealización,
despersonalización, amnesia disociativa) y aceleración o retardo psicomotor, la apatía
puede llegar al estupor, son habituales las pesadillas recurrentes con relación al hecho,
fatigas, algias, síntomas de la serie gastrointestinal, accidentes conversivos histéricos
(astasia-abasia), depresión atípica o fobias. Este cuadro puede evolucionar de diversas
maneras: resolverse, neurastenia postraumática, histeria o enquistamiento caracterial
(actitud regresiva y reivindicatoria). En estos pacientes existe una legítima intención
compensatoria, la que puede llevar a exagerar el problema, si esta tendencia se
prolonga demasiado y el terreno está predispuesto. Puede llevar a la neurosis de renta
o incluso a un delirio razonado, de reivindicación patológica o la sinistrosis (Brissaud).
En el caso de una simulación, la experiencia no llega a ser de gran intensidad, pese a
que el individuo brega por que así parezca y es rara la presencia de pesadillas
recurrentes.
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Histeria: en ella la dificultad surge por cierta teatralidad que viene del modo de estos
la "belle indiference" ante los propios síntomas deficitarios. Se debería a un bloqueo
inconsciente del sistema nervioso, que desaparece al cesar la represión o refuerzo a que
estaba sometido. En estos casos hay antecedentes de personalidad histérica. En
oposición, el simulador conscientemente debe engañar a los profesionales para obtener
un beneficio tangible, éste no se presenta indiferente ante sus síntomas, por el
contrario, los remarca y llama la atención sobre ellos.
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Reacciones Vivenciales Normales: son formas de respuesta con una motivación
vivencial coherente, sentimentalmente adecuada a dicha vivencia. De estos
sentimientos surge una tendencia o una contratendencia, a actuar de alguna manera.
De aquí surge que la reacción es secundaria a la vivencia que la originó, y se relaciona
directamente a su causa, y cesa cuando ésta desaparece. Puede verse una labilidad
afectiva, que depende del trasfondo emocional del paciente, el cual determina el humor
psíquico.
Patomimia (Dieulafoy): puede ser llamada una auténtica fabulación física, que no
presenta correspondencia psicopatológica. En los pacientes que la presentan
predomina la inmadurez afectiva y el sadomasoquismo, además es frecuente que
presenten rasgos histéricos, aspectos perversos, adicciones e intentos de suicidio.
Frecuentemente se ven lesiones cutáneas, abscesos, hemorragias, todas ellas
autoinfligidas. El simulador no presenta alteraciones sadomasoquistas de la
personalidad, ni las lesiones autoinfligidas, tan frecuentes en estos casos.
Síndrome de Münchausen (Asher, 1951): son pacientes que llevan adelante una vida
marginal e inestable, que presentan múltiples intervenciones quirúrgicas, estudios
invasivos o procedimientos diagnósticos invasivos, son a menudo mitómanos (falsa
identidad, etcétera). Son poco constantes en el tratamiento. En el simulador raramente
se ven las cicatrices de múltiples procedimientos médicos que se ven en este síndrome.
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de apatía, en este caso el valor operante de la tristeza sobrepasa a la vivencia misma.
Hay múltiples formas de superar estos cuadros, agotamiento, diversión y aturdimiento;
la forma de superación depende de las características de cada personalidad. Otros
pacientes especulan con el propio dolor, esta explotación llega a un máximo en la
simulación, en la que no es imprescindible la presencia de una depresión, sino sólo el
conocimiento de los síntomas. En estos casos no se ve un corte afectivo que marca el
comienzo de la depresión.
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Los síntomas neurológicos son utilizados con frecuencia con fines fraudulentos, los
descriptos con mayor frecuencia son: las falsas parálisis, astasias-abasias,
pseudotemblores, crisis convulsivas diversas, actitudes viciosas, suspensiones
sensoriales (ceguera, sordera, mutismo simple, etcétera). Se recomienda evaluar la
consistencia de la conducta durante la evaluación, la relación entre las quejas y los
síndromes conocidos, las quejas o conducta durante la evaluación y fuera de ella y la
performance en tests comparándola con resultados conocidos”.
Bibliografía:
(4) Angela Tapias; Diana Patricia Bello; Jeymy Leandra Gonzalez; Vanessa Jeanine
Vesga, “ENSAYO SOBRE CRITERIOS DE SIMULACIÓN DE PSICOPATOLOGÍAS
PARA ARGUMENTAR INIMPUTABILIDAD EN PROCESOS JUDICIALES”,
www.psicologiajuridica.org/psj6.html
(5) Jorge Araujo, Eric Wainwright, “La simulación. Análisis de una casuística”,
http://www.aap.org.ar/publicaciones/forense/forense-4/tema-3.htm
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