o Corrí tan rápido como pude q hasta el punto q sentí mi corazón latir y mis
rodillas temblar que no tuve más remedio q ir a refugiarme debajo de una
casucha vieja; ahí sentado no dejaba de jadear y escuche unos pasos que se dirigían hacia mí. Saque mi pistola le apunte y era una mujer de aspecto oriental me paso un trapo para que lo ponga en mi boca para q no haga tanto ruido con mi jadeo. Vimos por una rendija a mis perseguidores pasar de lado a toda velocidad pero algo los detuvo. Era un niño que se dirigía a la casa donde me encontraba llevaba una bandeja de comida se pusieron a hablar con el pero la criatura solo miraba al piso sin responder uno de los falso militares abofeteo al niño tirándolo al piso la mujer de mi lado se puso histérica y empezó a gemir no entendia lo que me decía pero trate de calmarla le agarre de las manos y le hablabla suavemente. Mis captores entraron en mi persecución de nuevo pero alguien se quedo era un tipo alto de aspecto ario y vi como saco su cachiporra tenia los ojos de maldad. Inmediatamente le agarre la cara a la mujer para que me vea y de un momento se escucho un grito fuerte y continuaba. La madre gimio y al ver la escena me entro vergüenza por no hacer nada al final de cuenta todo era por mi. El maldito oyo el gemido de la madre, sonrio y los gritos del niño se hicieron mas fuertes. Mis piernas temblaban y las lagrimas desbordaban mis ojos sabia q si salía seria mi fin. Pense que pasaría si la recuperaba no podría haber vivido con la idea q deje q maten a un niño de una forma tan cruel sin que yo haga algo. Asi que mire a la mujer y le senale para q se quede ahí y corri hacia ese cabron, a unos 20 pasos sobre el, diviso mi presencia e intento sacar su arma pero antes q suceda le eche dos balasos en el pecho mi ira era tal q el niño no me importo ese momento ya no me controlaba y al vernos rostro a rostro agarre su cachiporra y le destroce el cráneo de 3 golpes al ver a mi otros perseguidores darse la vuelta e ir tras de mi sostuve al niño y lo deje a un lado de la calle y me puse a correr con pocas fuerzas que me quedaban sin mucha esperanza de safarme esta vez.