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Universidad de los Andes

Persuasión Política
José Romario Minotta Palacios
201530224

Clientelismo (caso Córdoba)

Este texto tiene como propósito ejemplificar a través del caso del departamento del Córdoba
el surgimiento del clientelismo moderno. Para cumplir con dicho propósito, en primera
medida se contextualizara brevemente que es el clientelismo moderno según Leal y Dávila.
Segundo, de acuerdo con Ocampo se enmarcara el surgimiento del clientelismo en esa región
y cómo se profesionalizó la política. Después, en concordancia con la delimitación hecha por
Leal y Dávila sobre el clientelismo moderno, y las relaciones entre hacendados y la población
descrita por Ocampo se ejemplificara cómo se evidencia el clientelismo moderno. Por último,
se concluirá con una pequeña retroalimentación del caso de Córdoba, respecto el esquema
analítico de Leal y Dávila.

A continuación, según Leal y Dávila quienes abordan el clientelismo como un fenómeno


propio de relaciones sociales de cualquier naturaleza y no solamente político en el siglo XX.
Incluso, este se gesta a partir de la falta y escasez de prestaciones de servicio sin olvidar el
cubrimiento de las necesidades de la población. Aunque, en el caso particular de Colombia
el clientelismo es el medio mediante el cual los dos partidos tradicionales continúan con el
control del régimen político. A partir del cual, califican como clientelismo moderno a la
forma en que las relaciones de poder entre los hacendados y los trabajadores se relacionan
mediante administradores en un estilo antiguo de clientelismo (patronazgo), que para efectos
modernos se separa el Estado, sociedad civil y las organizaciones capitalistas a mediados del
siglo XX. Permitiendo así, que el clientelismo sea el soporte principal del funcionamiento
político, y no obstante, también este dirigido por los patrones de una organización capitalista.
Debido a, la modernización del clientelismo surgen unos cambios en los partidos y las
instituciones. El principal cambio generado con la modernidad del clientelismo es el
surgimiento de las jefaturas dentro de los partidos, que a su vez rigen la política nacional pero
deben negociar y/o mediar con las élites regionales. En las regiones seguían dominando los
terratenientes que bien lograron imponerse en la directriz política del territorio regional. La
re-estructuración de las instituciones experimentó la eficacia del régimen y dispuso las
intenciones de una nueva sociedad capitalista. Del mismo modo, los cambios (estructurales,
sociales, políticos y económicos) aumentaron los intercambios preferenciales de obligaciones
estatales, asegurando los intereses individuales como fin último e implementando la
profesionalización de la política. Pues ésta permitirá a las estructuras clientelistas dotarse de
técnicos y profesionales en distintas áreas, que pueden llevar a cabo las políticas del Estado
en las diferentes regiones. No obstante, las insuficiencias en el sistema no han dado solución
a la gran crisis nacional, lo cual una vez más favorece y facilita la participación de la sociedad
civil en las políticas públicas del Estado. Pero, a estos cambios se le suma, la pauta real para
la reproducción de las maquinarias clientelistas del sistema dictada por el congreso mediante
la reforma constitucional de 1968 donde se ubicó al poder ejecutivo como preeminente sobre
el resto.

Asimismo, después de los cambios en las estructuras de los partidos y las instituciones se
generaron cambios en la economía nacional del país, pues el ascenso social se posibilito a
través de la política profesional, que no satisfecha con generar escalamientos sociales
permitiría conseguir intereses individuales mediante disposición de engranajes electorales y
movilización de representación de sectores sin presencia Estatal. La economía, permitió el
crecimiento de las instituciones del mismo modo como habilito la expansión comercial,
urbanización e industrialización. Incluso, la descentralización amplio la posibilidad de dirigir
los recursos del Estado para ser empleados en las regiones, independientemente que
finalmente esos recursos se emplearan en interés privados o individuales.

Ahora bien, el esquema analítico de Leal y Dávila puede demostrar la relación clientelar en
el departamento de Córdoba y su cambio hacia la modernidad. Los cambios no solo fueron
sociales y económicos, sino también estructurales pero primordialmente políticos mediante
la creación en primera instancia la creación del departamento que es una unidad
administrativa. Es gracias a la creación del Departamento en 1952 que se da inicio a la
modernidad, no solo mediante mejor representación en el Congreso que sin duda es clave en
todo el andamiaje político. Sino que además, genera y permite mejor la redistribución de los
recursos del Estado dispuesto para el departamento, que ahora bien, estos recursos se
disponen para los fines individuales en el acenso político y social en la región partiendo de
principios económicos.
De igual manera, las relaciones asimétricas pre-establecidas antes de la formación del
departamento se mantienen, mediante la evolución en representantes políticos y dirigentes
regionales, como también intermediarios entre el Estado y la población por parte de los
hacendados y las antiguas élites. De igual importancia, cabe resaltar la profesionalización de
la política mediante la generación de nuevas relaciones tanto nacionales como regionales por
medio de la asistencia a las universidades, generando de este modo profesionales en distintas
áreas principalmente abogados. Después, de la profesionalización de la política, ésta y la
economía dejaron de ser actividades paralelas y se articulan mediante la clientela.
Finalmente, es pertinente revisar el punto de vista de los autores Leal y Dávila frente al
clientelismo y el análisis del mismo. Debido que, por un lado la forma en cómo se aborda
hoy día en la región e incluso en el país, las relaciones sociales y económicas dentro del
ámbito político, ya no responden completamente al papel de intermediario entre el Estado y
la población, y por otro lado la configuración de las instituciones estatales de cara a la faceta
de la corrupción dentro del fenómeno del clientelismo no es suficientemente fuerte para
controlar los índices de corrupción dentro de la red clientelar.
BIBLIOGRAFÍA:
· Leal, Francisco y Andrés Davila. 1990. Clientelismo. El sistema político y su expresión
regional. Bogotá: Tercer Mundo.
· Ocampo, Gloria Isabel. 2014. Poderes regionales clientelismo y Estado. Etnografías del
poder y la política en Córdoba. Cinep: Bogotá.

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