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Hertz en 1887 observó que la chispa saltaba más fácilmente entre dos esferas de

diferente potencial cuando sus superficies eran fuertemente iluminadas por la luz de otra
descarga, y posteriormente comprobó que, de una lámina de zinc cargada negativamente
y unida a un electroscopio, perdía rápidamente su carga al ser iluminada por un arco
voltaico. De todo esto Hertz dedujo que, bajo la acción de la luz, los metales emiten cargas
negativas.

Einstein en 1902 generalizó la hipótesis hecha por Planck de la teoría de los


cuantos o fotones, la cual decía que las células fotoeléctricas son dispositivos basados en
la acción de radiaciones luminosas sobre ciertas superficies metálicas y su efecto puede
ser de tres tipos.

- Efecto Foto emisivo o Foto Externo: Provoca en el metal un arranque de


electrones con liberación de los mismos.
- Efecto Foto conductivo o Foto Interno: Modifica la conductividad eléctrica del
metal.
- Efecto Foto voltaico o Foto interno: Crea una fuerza electromotriz en el metal.

Principio de Funcionamiento.

El Efecto Fotovoltaico.

Conversión de la radiación solar en electricidad, mediante materiales


semiconductores que tienen la propiedad de absorber fotones y emitir electrones. La
materia está compuesta por átomos, los cuales se encuentran conformados por dos partes
que son los electrones y el núcleo con carga eléctrica negativa y positiva respectivamente,
formando de esta manera un conjunto estable y eléctricamente neutro.

Los electrones del último nivel se denominan electrones de valencia y son los
que interactúan con los electrones de otros átomos para formar una red cristalina.

Eléctricamente hablando podemos dividir a los materiales en tres tipos:

Conductores: Los electrones de valencia están pocos ligados y pueden moverse dentro
de una red cristalina con un pequeño agente externo.

Semiconductores: Los electrones de valencia están más ligados al núcleo, pero con una
pequeña cantidad de energía se pueden comportar como conductores.
Aislantes: Tienen una configuración muy estable y sus electrones de valencia están muy
ligados al núcleo y la energía necesaria para separarlos de éste es muy grande.

Lewis en 1926 denominó a los átomos de luz o los pequeños agrupamientos de energía
como fotones. De acuerdo con este autor, los rayos de luz son un flujo de energía o
también una lluvia de fotones que atraviesan una sección determinada.

Los materiales utilizados para la fabricación de las celdas fotovoltaicas son los
semiconductores ya que la energía que une los electrones de valencia con el núcleo es
similar a la energía de los fotones de los rayos solares. En el momento en que los fotones
de la radiación solar inciden sobre un material semiconductor, los enlaces entre los
electrones de valencia y su núcleo se rompen, quedando libres para circular por el
semiconductor.

El espacio dejado por el electrón liberado se le denomina hueco y dispone de


carga eléctrica positiva de igual magnitud que el electrón, pero de signo contrario. En las
zonas donde se ha expuesto un semiconductor a la luz solar ocurre esta generación de
huecos y liberación de electrones. El problema inicial era que los electrones liberados
pasan a ocupar los huecos dejados por otros, este quiere decir que los huecos y los
electrones circulan en la misma dirección, restableciendo el enlace roto sin producir
corriente eléctrica. Para que esto no ocurra se debe generar un campo eléctrico en el
interior del semiconductor, con esto, los huecos y los electrones circularán en sentidos
opuestos produciendo una corriente eléctrica.

El material más utilizado para la fabricación de células fotovoltaicas es el


silicio. Una célula fotovoltaica de silicio está compuesta por dos regiones, para generar
un campo eléctrico dentro de ésta lo que se hace es tratar químicamente diferente a las
dos regiones. A la primera se le han sustituido algunos átomos de silicio por átomos de
fósforo, que poseen cinco electrones de valencia, uno más que el de silicio, quedando así
un electrón libre. A la segunda en cambio se ha sustituido al silicio por átomos de boro,
que posee tres electrones de valencia, uno menos que el silicio, quedando un hueco
disponible. De esta manera se logra que los electrones fluyan desde la zona tratada con
fósforo hacia la zona tratada con boro y los huecos fluyan de manera contraria
produciéndose en la unión un campo eléctrico conocido como unión p-n.
También debemos considerar que para que se pueda liberar el electrón de su
núcleo y generar el par electrón-hueco, necesitamos de una mínima cantidad de energía,
la cual se denomina ancho de banda prohibida, y su valor de es 1,5 eV

Células Fotovoltaicas

Son dispositivos formados de material semiconductor, normalmente de silicio,


que son capaces de transformar los rayos del sol en energía eléctrica. Aunque el silicio es
el material más abundante en la tierra después del oxígeno, para la fabricación de las
células fotovoltaicas se le necesita en su forma cristalina y sin imperfecciones. El proceso
para llevar al silicio en su forma cristalina es complejo y costoso.

Las células fotovoltaicas están compuestas por una delgada capa de material
tipo n (electrón libre) y otra de mayor espesor de material tipo p (hueco disponible), en la
unión de estas capas se forma el campo eléctrico. Además, se coloca un conductor externo
que conecta la capa negativa a la positiva, generándose así un flujo de electrones o
corriente eléctrica desde la zona p a la zona n. La superficie de la zona n es la de la cara
que se ilumina y mientras siga siendo iluminada por la luz del sol habrá corriente eléctrica
y su intensidad será proporcional a la cantidad de luz que reciba.
Existen varios tipos de células fotovoltaicas y depende de los materiales
semiconductores con los que han sido fabricadas y son las siguientes:

Células de Arseniuro de Galio: Son las más recomendadas para la fabricación de


módulos ya que en su versión monocristalina el rendimiento llega hasta el 28%. El
principal problema es el elevado costo de este material. Sus principales características
son su elevado coeficiente de absorción y sus bajas pérdida de eficiencia a elevadas
temperaturas, por lo que son muy utilizadas en sistemas de concentración. Actualmente
se investiga en combinar el arseniuro de Galio con silicio para llevar a rendimientos por
sobre el 30% y se han tenido resultados exitosos.

Células de Sulfuro de Cadmio y sulfuro de Cobre: Su ventaja es que utiliza muy poco
material para su fabricación, por lo contrario, su rendimiento es muy bajo, llegando a
valores de 5%. El mayor problema es su degradación en el transcurso del tiempo y la
tecnología con la que se producen no están desarrolladas así que se necesitan muchos
estudios para mejorar esta técnica.

Células Bifaciales: Están fabricadas con una doble unión del tipo n-p-p de tal manera
que la célula puede absorber radiación por sus dos caras, aprovechando también la que es
reflejada desde el suelo. Su rendimiento es mayor que la de las células mono faciales,
pero sus costos de fabricación también se elevan. Por estos motivos actualmente se
encuentran en desuso.

Células de Silicio Amorfo: La gran ventaja de éstas es que el espesor de las células
fotovoltaicas puede ser de 50 veces más fino que el del silicio monocristalino, presentan
un alto grado de absorción y al ser compuestas por menos cantidad de material se
fabricación es más económica. Sus desventajas es que su rendimiento es menor al 10%,
mucho menor que las de silicio monocristalino (15-18%), y su alto grado de degradación
al entrar en contacto con el sol. Actualmente son muy utilizadas en calculadoras y relojes.

Células de Silicio Policristalino: Su proceso de fabricación es similar al del silicio mono


cristalino, pero no se necesita un riguroso control de temperatura en su etapa de
enfriamiento. Su rendimiento llega al 14%, su costo es ligeramente más económico que
el del monocristalino y su ventaja es que se pueden producir directamente células de
forma cuadrada sin necesidad de cortes posteriores. Anteriormente estas células no eran
muy utilizadas ya que la diferencia de coste con respecto a las monocristalinas era
mínima, pero estudios actuales indican que hay nuevas tecnologías que harán que las
células policristalinas vuelvan a competir con las tecnologías tradicionales.

Células de Silicio Monocristalino: Son las células más utilizadas, su estructura es


completamente ordenada y periódica, los átomos están dispuestos simétricamente. El
proceso para llegar a la mono-cristalización requiere de mucho tiempo y energía, por esta
razón su elevado costo, además existe una demanda muy pequeña para los paneles solares.
Se le obtiene dopando silicio puro con boro y su rendimiento llega hasta 18%.
Actualmente se está investigando en procesos de bajo costo que aumenten su rendimiento
mediante la utilización de nano partículas de plata, llegando a aumentarlo hasta en un
2,3%.

RENDIMIENTO

El rendimiento de las células fotovoltaicas está definido como el resultado de la


división entre la máxima potencia de generación eléctrica y la potencia luminosa que se
aplica sobre una célula fotovoltaica. Por ejemplo, si una célula tiene un rendimiento del
10%, esto quiere decir que por cada 100 vatios que recibe, solamente genera 10 vatios.

Los factores que hacen que los rendimientos de las células fotovoltaicas sean
bajos son los siguientes:

Energía de los fotones incidentes: Quieren decir que los fotones de luz solar no tienen
la suficiente energía para romper el enlace del núcleo con el electrón y no permite la
generación del par electrón-hueco. O puede pasar también que los fotones de luz tengan
demasiada energía, en este caso lo que pasa es que la energía excedente se desperdicia en
forma de calor. Por este factor, se puede perder hasta un 50% de rendimiento en la
generación de energía eléctrica de una célula.

Recombinación: Por razones atribuibles al proceso de fabricación, una parte de los


electrones liberados se vuelven a combinar con huecos cercanos sin generar corriente
eléctrica. Por este factor se puede perder hasta un 15% de rendimiento.

Reflexión: La luz del sol es reflejada por la célula, aunque actualmente se está
investigando en varios recubrimientos que bajan el valor de las pérdidas en un 10%.

Otros: Por calentamiento del silicio se estima que se pierde un 2%. Por las sombras
generadas por los contactos eléctricos por los que circulan los electrones liberados se
estiman pérdidas del 10%.
Después de restar todas estas pérdidas nos queda como resultado el porcentaje
de rendimiento de las células fotovoltaicas. En la actualidad se están realizando
numerosas investigaciones para poder bajar estos porcentajes de pérdidas y lograr células
más eficientes.

Radiación Solar.
Es importante conocer el comportamiento de la radiación solar ya que es el
combustible de las células fotovoltaicas y sin ésta no se produciría el efecto
fotovoltaico.

La radiación solar es un factor que depende de la posición del sol y de la tierra


que se mueven siguiendo leyes físicas y también depende de la atmósfera de la tierra que
poseen cualidades que permanecen constantes y otras que son totalmente aleatorias.

Para medir la radiación solar existen dos términos con lo que se les puede hacer
y estos son:

Irradiación: Es la cantidad de energía recibida en un periodo de tiempo y su unidad de


𝑊.ℎ
medida es el .
𝑚2

𝑊
Irradiancia: Es la potencia recibida en un instante y su unidad de medida es 𝑚2 .

Es importante saber que la irradiancia que emite la superficie del sol es de


𝑘𝑤 𝑘𝑤
63 500 𝑚2 , pero al exterior de la atmósfera de la tierra llega solamente 1,37 𝑚2 ,, esto es

aproximadamente un 3,3%. Además, cuando la radiación solar atraviesa la atmósfera


terrestre se produce una pérdida de energía por fenómenos de reflexión, difusión y
absorción. En promedio la irradiancia media que llega a la superficie de la tierra es de
𝑊
630 𝑚2 ..

Existen tres tipos de radiación solar en función de cómo inciden sobre la


superficie de la tierra y son:

Radiación Directa: Es la que pasando por la atmósfera llega directamente desde el sol
hacia un punto en la superficie de la tierra.

Radiación Difusa: Es la que pasando por la atmósfera y teniendo que pasar por
obstáculos como las nubes, llega a la superficie de la tierra.
Radiación Reflectada o Albedo: Es la que pasando por la atmósfera es reflejada por el
suelo o cualquier otra superficie cercana.

La cantidad de radiación solar que puede recibir un punto en la superficie de la tierra


depende de muchos factores:

Condiciones Meteorológicas: La radiación solar en un mismo punto de la tierra puede


variar si es un día nublado o soleado, en el segundo caso la radiación directa puede llegar
a ser el 90% del total.

Inclinación del sistema de captación: Un plano horizontal recibe la mayor cantidad de


radiación directa y la menor cantidad de radiación reflejada y viceversa. Debemos regular
la inclinación del captador dependiendo del tipo de radiación que nos interese captar.

Superficies Reflectantes: En el caso en que las superficies cercanas al captador sean más
reflectantes como la nieve, por ejemplo, tendremos más radiación reflectante que si
tenemos superficies como tierra o césped.

Posición de la tierra con respecto al sol: La mejor manera de aprovechar la radiación


del sol es hacer que los rayos del sol incidan perpendicularmente a las superficies. La
inclinación en el eje de rotación de la tierra con respecto al plano de su órbita alrededor
del sol hace que un mismo punto en la superficie reciba los rayos solares a distintas
inclinaciones. Por estas razones un mismo punto recibe irradiaciones diferentes
dependiendo de la época del año. En la siguiente imagen se puede ver el movimiento del
sol en diferentes latitudes y en diferentes épocas del año.
𝑘𝑊.ℎ
En la siguiente figura veremos los valores de radiación solar en 𝑚2 𝑑𝑖𝑎 sobre la superficie,

tomando en consideración la inclinación más favorable en el mes más favorable.

En esta imagen podemos ver que las zonas que están situadas en las latitudes próximas al
ecuador son las más favorecidas por la radiación solar, lo que indica que son las zonas en
las que mayor provecho se puede obtener.
Los semiconductores son especialmente tratados para formar dos capas
diferentes dopadas (tipo p y tipo n) para formar un campo eléctrico positivo en una parte
y negativo en otra parte. Los terminales de conexión de la célula se hallan sobre cada una
de estas partes del diodo: la cara correspondiente a la zona P se encuentra metalizada por
completo (no tiene que recibir luz), mientras que la zona N el metalizado tiene forma de
peine, a fin de que la radiación solar llegue al semiconductor. Cuando la luz solar incide
en la célula se liberan electrones que pueden ser atrapados por el campo eléctrico,
formando una corriente eléctrica.

Desafortunadamente no existe un material ideal para todos los tipos de células


y aplicaciones.
Además de los semiconductores las células solares están formadas por una malla
metálica superior u otro tipo de contrato para recolectar los electrones del semiconductor
y transferirlos a la carga externa y un contacto posterior para completar el circuito
eléctrico. También en la parte superior de la célula hay un vidrio u otro tipo de material
encapsulado transparente para sellarla y protegerla de las condiciones ambientales, y una
capa anti reflexiva para aumentar el número de fotones absorbidos.

Radiación Solar.

El sol se comporta prácticamente como un cuerpo negro que emite energía siguiendo la
ley de Planck a una temperatura de unos 6000K. La radiación solar se distribuye desde
infrarrojo hasta ultravioleta.

No toda la radiación alcanza la superficie de la tierra, pues las ondas ultravioletas, más
cortas, son absorbidas por los gases de la atmósfera fundamentalmente por el ozono.

Construcción:

Las células fotovoltaicas comerciales se fabrican con lingotes de silicio de alta pureza
(material muy abundante en la arena). El lingote es rebanado en forma de placas delgadas
llamadas obleas. El espesor típico es del orden de 0.3 mm. Una fracción muy pequeña de
tal espesor es impregnado con átomos de fósforo. A esta capa se le conoce como tipo-n.
El resto de la oblea es impregnado con átomos de boro y se forma la capa conocida como
tipo-p. Estas capas forman un campo eléctrico (voltaje interno construido) dentro de la
oblea y cerca de la superficie que recibe la luz del sol. Dicho voltaje es responsable de
separar a las cargas fotogeneradas positivas (huecos) y negativas (electrones).

Sistemas Fotovoltaicos.

Conjunto de componentes mecánicos, eléctricos y electrónicos que concurren para captar


y transformar la energía solar disponible, transformándola en utilizable como energía
eléctrica. Se pueden dividir en dos categorías.

Aislados: (Stand Alone).

Conectados a la Red (grid connected)

Los sistemas aislados están equipados con sistemas de acumulación de energía, el campo
fotovoltaico debe estar dimensionado de forma que permita, durante las horas de
insolación, la alimentación de la carga y de la recarga de las baterías de acumulación.
Los sistemas conectados en red en cambio, la energía producida durante las horas de
insolación es canalizada a la red eléctrica; al contrario, durante las horas de insolación
escasa o nula, la carga viene alimentada por la red.

Selección de equipos.

En el sistema solar fotovoltaico que se va a diseñar la energía producida por los módulos
fotovoltaicos es almacenada en baterías de acumulación. La carga es alimentada, a través
del regulador de carga, por la energía acumulada en las baterías.

Regulador de Carga.

Para un funcionamiento satisfactorio de la instalación fotovoltaica en la unión de los


paneles solares con la batería ha de instalarse un sistema de regulación de carga. Este
sistema es siempre necesario, salvo en el caso de paneles autorregulados.

Su función es impedir que la batería siga recibiendo energía del colector solar una vez
que ha alcanzado su carga máxima. Si, una vez que ha alcanzado su carga máxima, se
intenta seguir introduciendo energía, se inicia en la batería procesos de gasificación
(hidrólisis del agua en hidrógeno y oxígeno) o de calentamiento que puede llegar a ser
peligroso y, en cualquier caso, acortaría sensiblemente la vida de la misma.

Otra función del regulador es la prevención de la sobrecarga, con el fin de evitar que se
agote en exceso la carga de la batería, siendo éste un fenómeno, que como ya se ha dicho,
puede provocar una sensible disminución de la capacidad de carga de la batería en
sucesivos ciclos. Algunos reguladores incorporan una alarma sonora o luminosa previa a
la desconexión para que el usuario pueda tomar medidas adecuadas, como reducción de
consumo u otras.

Los reguladores más modernos integran las funciones de prevención de sobrecarga, y que
además se pueda incorporar un sistema que sustituya a los diodos encargados de impedir
el flujo de electricidad de la batería a los paneles solares en la oscuridad, con un costo
energético mucho menor. También es interesante incorporar modelos de regulación que
introducen modos de carga “en flotación”, lo cual permite una carga más completa de las
baterías y un mejor aprovechamiento de la energía de los paneles. Las características
eléctricas que definen un regulador son su tensión nominal y la intensidad máxima que
es capaz de disipar.

Inversor de Voltaje:

Este aparato tiene la finalidad de adaptar las características de la corriente generada a la


demanda total o parcial para las aplicaciones, en determinadas aplicaciones que trabajan
en corriente continua, no es posible hacer coincidir las tensiones proporcionadas por el
acumulador con la solicitada por los elementos de consumo.
En otras aplicaciones, la utilización incluye elementos que trabajan en corriente alterna,
puesto que tanto los paneles como las baterías trabajan en corriente continua, es necesaria
la presencia de un inversor que transforme la corriente en alterna.

La eficiencia del inversor varía en función de la potencia consumida por la carga. Esta
variación es necesaria conocerla, sobre todo si la carga en alterna es variable a fin de que
el punto de trabajo del equipo se ajuste lo mejor posible a un valor promedio especificado.

Aspectos importantes que habrán de cumplir los inversores para instalaciones autónomas
son:

- Deberán tener una eficiencia alta, pues en caso contrario se habrá de aumentar
innecesariamente el número de paneles para alimentar la carga. No todos los
inversores existentes en el mercado cumplen con estas características.
- Estar adecuadamente protegidos contra cortocircuitos y sobrecargas. Un inversor
es la solución fácil para convertir toda la salida del sistema solar a una potencia
AC estándar, pero tiene desventajas.
- Para muchas aplicaciones no es necesario en lo absoluto utilizar un inversor.
- Aumentar el costo y complejidad de sistema.
- Un inversor también consume energía y por tanto disminuye la eficiencia general
del sistema.

La ventaja del inversor es que el voltaje de operación es mucho más alto y por tanto puede
evitarse el uso de cables gruesos. Especialmente cuando deben usarse cables largos podría
ser económicamente viable utilizar un inversor.
Baterías o Acumuladores

En las instalaciones fotovoltaicas lo más habitual es utilizar un conjunto de baterías


asociadas en serie o en paralelo para almacenar la energía eléctrica generada durante las
horas de radiación, para su utilización posterior en los momentos de baja o nula
insolación. La fiabilidad de la instalación depende en gran medida del sistema de
acumulación.

Es necesario conocer los siguientes conceptos para su utilización:

Capacidad: Es la cantidad de electricidad que puede obtenerse mediante la descarga total


de una batería inicialmente cargada al máximo. La capacidad de un acumulador se mide
en Amperios-Hora (Ah), para un determinado tiempo de descarga, es decir una batería de
130 Ah es capaz de suministrar 130ª en una hora o 13ª en 10 horas.

Para acumuladores fotovoltaicos es usual referirse a tiempos de descarga de 100 horas.


Las baterías tienen un voltaje nominal que suele ser de 2, 6, 12, 24V, aunque siempre
varíe durante los distintos procesos de operación. Es importante el voltaje de carga, que
es la tensión necesaria para vencer la resistencia que opone el acumulador al ser cargado.

Eficiencia de Carga: Es la relación entre la energía empleada para cargar la batería y la


realmente almacenada. Una eficiencia del 100% significa que toda la energía empleada
para la carga puede ser reemplazada para la descarga posterior. Si la eficiencia de carga
es baja, es necesario dotarse de un mayor número de paneles para realizar las mismas
aplicaciones.

Auto Descarga: Es el proceso por el cual el acumulador, sin estar en uso, tiende a
descargarse.

Profundidad de Descarga: Se denomina profundidad de descarga al valor en tanto por


ciento de la energía que se ha sacado de un acumulador plenamente cargado. Como
ejemplo, si tenemos una batería de 100Ah y la sometemos a una descarga de 20Ah esto
representa una profundidad de descarga del 20%.

Es necesario recalcar que cuantos menos profundos sean los ciclos de carga/descarga,
mayor será la duración del acumulador. También es importante saber que, para la mayoría
de los tipos de baterías, un acumulador que queda totalmente descargado, puede quedar
dañado seriamente y perder gran parte de su capacidad de carga.
Debido a que la radiación solar es un recurso variable, en parte previsible (ciclo día-
noche), en parte imprevisible (nubes, tormentas); se requiere de una adecuada selección
de baterías para almacenar la energía eléctrica cuando existe radiación y para utilizarla
cuando se necesite.

Las baterías fotovoltaicas son un componente muy importante de todo el sistema, proveen
un suministro de energía eléctrica estable y adecuada para la utilización de aparatos
eléctricos.

Provee energía eléctrica a un voltaje relativamente constante y permite operar aparatos


eléctricos que requieren una corriente mayor que la que pueden producir los paneles (Aún
en los momentos de mayor radiación solar).

Las células solares están hechas de materiales semiconductores, que poseen electrones
débilmente ligados ocupando una banda de energía denominada banda de valencia.
Cuando se aplica un cuanto de energía por encima de un cierto valor a un electrón de
valencia, el enlace se rompe y el electrón pasa a una nueva banda de energía llamada
banda de conducción. Mediante un contacto selectivo, estos electrones pueden ser
llevados a un circuito externo y realizar un trabajo útil, perdiendo así la energía captada
y regresando por otro contacto a la banda de valencia con la energía inicial, anterior al
proceso de absorción de un fotón luminoso.

Un flujo de electrones en la banda exterior se llama corriente de la célula y su producto


con el voltaje con el que se liberan los electrones por los contactos selectivos determina
la potencia generada. Todo esto ocurre a temperatura ambiente y sin partes móviles, pues
las células solares, que convierten en electricidad solo una parte de la energía de los
fotones absorbidos se calientan sólo unos 25-30°C por encima de la temperatura
ambiente.

La estructura típica de una célula solar es una unión pn similar a los diodos
semiconductores, pero no necesariamente la única posible. En las aplicaciones
fotovoltaicas, las células solares se interconectan y encapsulan en elementos llamados
módulos fotovoltaicos, que es el producto final vendido al usuario. Estos módulos
producen corriente continua que suele transformarse en corriente alterna, más útil,
mediante un dispositivo electrónico llamado inversor u ondulador. El inversor, las
baterías recargables, en el caso de que se necesite almacenamiento, las estructuras sobre
las que se montan y orientan los módulos, así como otros elementos necesarios para
construir un sistema fotovoltaico (FV) se llama BOS (Balance of System), que significa,
sencillamente, “resto del sistema”.

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