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TRABAJO FINAL
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
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como una comunidad natural fundada en la convivencia y asegura el régimen municipal
basado en su autonomía política, administrativa, económica, financiera e institucional”
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las últimas consecuencias”. (Municipalidad de Córdoba, Convención Municipal
Constituyente, 1995)
“Así pues, el cuento de la democracia parece tener un final feliz…” nos dice David
Held y “... sin embargo la historia no puede acabar aquí. La democracia tiene otra
dimensión. De hecho, tiene muchas otras dimensiones. Por ejemplo, existen problemas
complejos relacionados con la dimensión interna de la democracia representativa. Se refiere
a la conexión existente entre la esfera pública y privada, entre las posibilidades reales que el
ciudadano tiene de participar en la vida política y los obstáculos que, para esta participación,
suponen las desigualitarias relaciones de género. También hay que tener en cuenta las
relaciones existentes entre la autoridad pública y el poder económico, entre el desarrollo
social y económico y las limitaciones a la actuación política que resultan ser estructuradas.”
Y continua expresando que “… en una época en la que la idea del “gobierno del pueblo”
goza de mayor popularidad que nunca, se empieza a cuestionar la eficacia de la democracia
misma…” (Held, 2003)
Es en este sentido que durante el primer semestre del año 2008 se sancionan las
ordenanzas números 11.448 y 11.499, que reglamentan las Juntas de Participación Vecinal
(JPV) e instituye el Programa de Presupuesto Participativo Córdoba (PPC) respectivamente.
Si bien en la Ciudad de Córdoba se desarrollaron experiencias desde la microplanificación,
pasando por el Presupuesto Comunitario a Presupuestos Participativos de escala zonal, es
precisamente a partir del año 2008 que se presentan los dos institutos en forma
interrelacionados y articulados: es decir las JPV inician el Programa de Presupuesto
Participativo, a escala de toda la ciudad, con la elaboración del Diagnóstico de Problemas y
luego que mediante el programa se desarrollan las etapas de Priorización de Problemas y
Talleres de Elaboración de Proyectos, vuelve nuevamente la JPV a participar del Control de
la Ejecución de lo presupuestado participativamente.
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Con estos dos institutos la Municipalidad de Córdoba avanza, a escala de toda la
ciudad, en la democracia participativa, en el primero de ellos, las JPV, un instituto de gestión
asociada entre el Municipio, los centros vecinales y las organizaciones de la sociedad civil
sin fines de lucro, con incidencia en la jurisdicción de cada Centro de Participación Comunal
(CPC), similares a “los consejos territoriales… de Noruega (que) se integran por ciudadanos
elegidos en asambleas abiertas a los vecinos, estableciéndose…una interlocución
permanente con el gobierno municipal” (Martinez, 2004). En el caso del segundo instituto el
PPC, sigue los grandes lineamientos acerca del relevamiento de problemas urbanos y
sociales, la priorización de los más urgentes, la elaboración de las alternativas de
soluciones, su presupuesto y la incorporación al presupuesto general de gastos del
municipio para su ejecución al año siguiente de su sanción.
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tuvimos mayor inconveniente ya que, principalmente, los centros vecinales (uno de los
actores colectivos de mayor presencia) acarrean una larga historia de relación institucional
con el Municipio, por lo tanto resultó relativamente fácil remarcar que la puesta en funciones
de estos institutos no venían a reemplazar la democracia representativa, sino que era un
intento de abrir canales institucionales de participación vecinal en la definición de parte del
presupuesto general de la Municipalidad.
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Como se puede apreciar, tanto desde el espíritu de la norma que impulsa el PP,
como desde el marco teórico citado, se puede inferir que las coincidencias son importantes
o por lo menos, y con beneficio de inventario, no hubo contradicciones de consideración, de
importancia. Pero desde la experiencia personal, el intento fue positivo, partió con una
importante adhesión de los centros vecinales normalizados y de una notable incorporación
de organizaciones de la sociedad civil, con personería jurídica y sin ella; esta experiencia no
fue homogénea, sino que tuvo una relación directa con el involucramiento del director/a del
CPC, de acuerdo al relevamiento de datos que tuvimos oportunidad de recoger y presenciar
en cada uno de los CPC.
El mayor obstáculo y que en gran medida generó desconfianza en los vecinos y por
lo tanto alejo los objetivos buscados por la norma, se presentó frente al no cumplimiento, en
tiempo y forma, por parte del Estado Municipal, al momento de ejecutar los proyectos
urbanos y sociales aprobados por los vecinos.
De los materiales leídos, quería destacar como muestra, dos fenómenos que
pudimos verificar de forma empírica uno lo describe Ramón Maíz y contraria nuestro
optimismo en su momento y es respecto a “…la motivación ciudadana incluso en las
mejores condiciones participativas, es la tendencia a la sustitución de los ciudadanos
comunes por “ciudadanos participativos especializados” (Maíz, 2006). Fenómeno que
pudimos verificar en los años siguientes. Y el otro tiene que ver con la participación de la
mujer, fue de tal magnitud y protagonismo, si bien la norma preveé la discriminación positiva
al momento de la elección de los delegados, no evitó “…la tensión permanente entre los que
abogan por las igualdad de oportunidades y los que enfatizan la importancia de la
discriminación positiva es un ejemplo de la brecha que existe entre la antidiscriminación
liberal y los mecanismos que asegurarían activamente una igual representación de las
mujeres”. (Phillips, 2003)
CONCLUSIONES
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La creación de nuevas oportunidades (instituciones) a nivel local para encontrar
soluciones a los problemas urbano-barriales, con la mirada devenida de las acciones de los
actores sociales y/o movimientos sociales, abre la puerta o marcan el sentido de caminar
hacia una nueva forma de gobernar la ciudad basada en tal vez en una suerte de
cogobierno o gestión asociada entre el gobierno local y los actores de la sociedad civil,
como forma de reforzar la democracia representativa con la participación ciudadana.
En este sentido afirma Hugo Quiroga cuando expresa que: todo esto exige repensar
filosóficamente la democracia, cuyo punto de partida –pero nunca de llegada– es la
democracia electoral; sin el propósito de crear nuevos rótulos, sino tratando de describir y
comprender la actual dinámica democrática, sus interacciones, y las formas reales de tomar
decisiones que crean obligaciones políticas...En definitiva, la toma democrática de
decisiones es la solución lenta del amplio y complejo problema del gobierno, que no es otro
que conciliar las libertades fundamentales con un sistema de igualdad social. (Quiroga,
2011)
Finalmente, y desde una mirada política partidaria, cierro tomando las reflexiones
finales de la Comisión Consultiva de Expertos al expresar en su Dictamen que “los
problemas de la democracia se solucionan con mejores partidos no con outsiders, con
política de mejor calidad, no con antipolítica. De ahí la importancia de recuperar la
credibilidad en la política, de mejorar su calidad, de hacerla más transparente, de volverla
más eficaz, de acercarla a la ética, pero sobre todas las cosas de reconectarla con la
gente… (a modo de)… coadyuvar al desarrollo de una democracia de ciudadanos y
ciudadanas y no sólo de electores”. (Cingolani, Mónica; Belisle, José; Liendo, Nicolás, 2007-
2008)
Bibliografía
Cingolani, Mónica; Belisle, José; Liendo, Nicolás. (2007-2008). Así no va más. Diagnóstico y
propuestas de reforma política electoral de la Provincia de Córdoba. Córdoba: Poder
Legislativo de la Provincia de Córdoba.
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Municipalidad de Córdoba. (11 de Noviembre de 1995). Convención Municipal
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Phillips, A. (2003). Democracia y feminismo: ¿Qué tiene de malo la democracia liberal? En
R. Del Águila, R. Vallespin, & otros, La democracia en sus textos. (págs. pp 319-339).
Alianza Editorial.
Quiroga, H. (2011). Ciudadanía y democracia en Argentina. Problemas de representación en
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América Latina. Buenos Aires: Prometeo.