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LOS HIJOS DEL BOSQUE

de Petula & Paula Martinez

Hansel y Gretel, hermanos: representados por dos mujeres


Hansel: pelo corto , ropa masculina, unos bigotes que se notan pintados.
Gretel: desgreñada, pelo largo, ropa femenina.

TODO NEGRO

Se prende la linterna iluminando el rostro de Hansel, como en un interrogatorio.

Hansel: Hansel.

Se apaga.
Se prende la linterna iluminando el rostro de Gretel,

Gretel: Gretel.

Se apaga.
Se prende la linterna iluminando la cara de Hansel. Mientras habla, el haz recorre parte de su
cuerpo, volviendo cada tanto al rostro.

Hansel: Pasaron como tres semanas de los saqueos y no quedaba nada para comer en la casa. El
comedor de la iglesia ya hacia meses que no funcionaba, asi que la única que les quedaba a mis
viejos era, o ir a pedirle algo a los sicarios del tranza que manejaba el barrio, o robarle comida al
vecino de la esquina: todo el mundo sabia que tenia un monton de latas en el sótano. Era cuestión de
tiempo que lo reventaran.

Se apaga la linterna unos segundos y se vuelve a prender iluminando la nuca desgreñada de


Gretel.

Gretel: Si le pediamos algo a los sicarios del tranza, ellos iban a reclamar su “recompensa” como le
decían. El auto o cojerse a mi vieja.

Se apaga la linterna unos segundos y se vuelve a prender iluminando a Hansel.

Hansel: … Porque se empezó a utilizar el sexo para dominar y humillar. Además de que corría el
comentario de que el semen alimentaba, entoces muchos tipos se aprovechaban.

Se desplaza la linterna, ilumina a Gretel, primero desde una distancia que la muestra casi entera,
luego, acercándose, siguiendo el relato sobre su cuerpo.

Gretel: … Y se la hacian chupar por un monton de minas cagadas de hambre. Hasta que Marta, una
amiga de mi vieja, descubrió que no era verdad ese dato. Y se le terminó la joda a los “mamados”.
Marta era una mina mandona, medio loca. Tenía una casa muy grande, a dos cuadras de la nuestra,
y se mudaba de una habitación a otra todo el tiempo. Un día tenía el dormitorio en el primer piso y
otro dia en la cocina. Un dia el colchón y la mesa de luz en la terraza y otro en el lavadero. Mi vieja
le hacia caso en todo a Marta.

Se apaga la linterna unos segundos, se prende sobre una mano de Hansel. Después, a medida que
se despliega la narración, el pequeño haz se mueve por su cuerpo, cada tanto se apaga unos
segundos, y luego se prende iluminando partes del cuerpo en tensión o detenidas.

Hansel: Todas las minas en el barrio seguian a Marta. Pensaban o intentaban pensar lo que ella
pensaba, y hacían o intentaban hacer lo que ella hacía. Mamá lo intentaba pero no le salía mucho.
Marta estaba harta de los hombres. Y opinaba que era el momento justo para deshaserse de unos
cuentos. Incluso de todos, si se podía. Algunos decían que había matado a su marido para quedarse
con esa casa enorme. Que lo había dormido con sus propios somníferos y después le había sacado
los ojos, y en las cuencas vacías, le había puesto los testículos que le había arrancado, y antes que se
desangrara, le había cortado la lengua y se la había metido en el culo. Otros decían que era una ex
jueza que se había vuelto loca después de un caso en el que había dejado libre a alguien que no
debía. ( Hansel se calla un instante. El haz de luz anda por los zapatos, por las patas de la silla.
Retoma la palabra, como si la actríz recordara súbitamente algo) En eso, los tipos se empezaron a
deprimir. Algunos se ponían violentos, pero la mayoria se deprimió. No tenian nada que hacer y se
estaba terminando la comida.

El haz de la linterna salta a Gretel.

Gretel: Los que no se suicidaron, quedaron o encerrados en su casa o perdidos yendo y viniendo
de acá para allá hasta que se perdían o se morían. (Gretel se calla, se levanta, el haz queda posado
en la silla vacía.) Papá aguantó lo mas que pudo. Sobre todo con el auto. (El haz va a las manos y
luego a los brazos de Gretel.) Era lo único que nos quedaba. (El haz recorre el cuerpo, cada tanto
se fija, muy cerca, en el rostro.) De noche recorriamos los tachos de basura con el auto, papá decia
que asi le ganábamos a los que andaban a pie o en bicicleta. Más que nada buscábamos comida,
pero siempre encontrábamos algo más que nos gustaba y lo llevábamos. Ropa, electrodomésticos
rotos, libros. Hasta que empezamos a no encontrar comida y nada más encontrábamos estas cosas
“que nos gustaban”.

Gretel consulta su libreto mientras dice esto último; lo sabemos por un ruido de papeles.
Se apaga un momento la linterna. Silencio.
Se prende sobre Hansel. Después salta a Gretel, y luego a Hansel, y a Grtel, y así, etc...

Hansel: Cuando nos quedaba un bidon de nafta...

Gretel: Una noche...

Hansel: Mamá le dijo a mi viejo...

Gretel: No era nuesta mamá.

Hansel: Ehhhh (como si ¿dudara? la actríz)

Gretel: Esa señora se casó con mi papá cuando mamá se fue.

Hansel: Le dijo que le tenía un regalo. Y le trajo a papá un fermentado de cáscara de papa y arroz
podrido que había preparado en el bidón que antes tenía nafta. Mamá se tomó un vasito nomás y
papá se tomó todo el resto.

Gretel: A la madrugada, esa señora, mi vieja, le dijo a papá que subieramos al auto y que fueramos
todos al bosque.

Hansel: Marta les había dicho a algunas mujeres del barrio, a sus más cercanas, que esa noche, ahí
en el bosque, unos cazadores autoconvocados iban a carnear un montón de animales domésticos sin
dueño.

Gretel: Si uno no tenía problemas con eso, era carne...

Hansel: Cuando papá le dijo que mejor nosotros esperáramos en casa mientras ellos iban a ver si
conseguían algo, mamá le contestó que Marta les había dicho que los iban a cocinar ahí mismo...

Gretel: Así que nos subimos todos al auto y nos fuimos.

Hansel: A un asado de mascotas en el bosque.

Gretel: Cuando estábamos por las últimas cuadras de ciudad, mi vieja le dijo a papá que mejor
manejaba ella a partir de ahí, porque él estaba muy cansado...

Hansel: Papá estaba totalmente borracho.

Gretel: (La actríz, como corrigiendo el texto) Mi papá estaba totalmente intoxicado.

Hansel: Se quedó dormido...

Gretel: Roncaba...

Hansel: Y mamá se metió por caminos cada vez más angostos entre los árboles y la basura...

Gretel: Al borde de un barranco que daba a un charco, en el que había una heladera sin tapa tirada
boca arriba, ella nos hizo bajar...

Hansel: Nos dijo que vayamos a buscar algo que había en la heladera.

Gretel: Nos dijo que fueramos los dos, así uno se metía al charco y se embarraba los zapatos, y
cuando salía del charco, metía sus zapatos embarrados en una bolsa que ella nos iba a dar, y el otro
compartía un zapato limpio con su hermano...

Hansel: Y volvíamos los dos, con un pie cada uno, agarrados como siameses.

Gretel: Nos pasó una bolsa, salimos, y puso el auto en marcha.

Hansel: Se fueron.

Gretel: Papá iba dormido.

Se apaga la linterna. Silencio. Dura como un punto y aparte.


Se prende, ilumina un costado de Hansel.

Hansel: Caminamos. Salió el sol. Caminamos más, mucho más. Los árboles me parecieron cada
vez más grandes. Se volvió a hacer de noche. Y seguimos caminando. Teníamos frío, hambre y sed.
Sobre todo teniamos sed.
El haz salta a Gretel. A la distancia. Mientras habla, se acerca, hasta la boca, permanece ahí.

Gretel: A mí se me ocurrió que podíamos ir guardando saliva de los dos en la bolsa. Teniamos que
caminar escupiendo adentro y listo. Para cuando tuviéramos un montón, seguro estábamos más
cagados de sed, y estaba fresca, la íbamos a tomar con gusto.

Se apaga la linterna.
Se prende sobre el rostro asqueado, un poco exagerado, mal actuado por la actríz, de Hansel.

Hansel: No le expliqué porqué me parecía una estupidez su propuesta. Seguí caminando. Estuve
callado hasta que encontramos un arroyo...

El haz se desplaza de un hermano al otro cuando hablan, haciendo foco en partes. Se podría decir
que por momentos el pequeño haz de luz comienza a planear sobre los cuerpos.

Gretel: No estaba muy limpio, pero igual tomamos hasta que nos dieron arcadas. Como era de
noche, no veíamos como estaba exactamente de sucio.

Hansel: Nos quedamos dormidos ahí nomás, al lado del arroyo.

Se apaga la linterna.
Se prende, oreja de Gretel, que se sostiene y retuerce el pelo.

Gretel: Me desperté por una música.

El haz salta a la oreja de Hansel.

Hansel: Era más que nada percusión.(El haz se aleja de la oreja de Hansel en línea recta. Se
detiene a cierta distancia. Hansel hace un medio giro y queda mirando la luz de la linterna.
Mientras habla, camina hacia la luz.) Siguiendo el sonido, llegamos a una construcción que parecía
una cabaña (Queda con los ojos muy cerca de la luz, medio cegados por eso)...

La cabeza de Gretel corre a la de Hansel y queda en la misma posición, los ojos muy cerca y de
frente a la luz.

Gretel: Pero estaba hecha de metal y vidrio.

Hansel: (Fuera de la luz, quizás más como la actríz que como Hansel) Hierro y vidrio sobre una
base de hormigón. (La linterna se retira de los ojos de Gretel y va a posarse en la mano en la
rodilla de Hansel. La rodilla tiembla.) Golpeamos. Cada vez más fuerte porque seguramente no nos
escuchaban por el ruido de los tambores electrónicos. (El haz de luz se empieza a desplazar por el
cuerpo de Hansel, se va deteniendo en tics que comienzan a aparecer aquí y allá.) Hasta que
apareció la dueña de casa.

Luz a Gretel. Los movimientos del haz a partir de acá se vuelven un poco más desordenados,
aleatorios. Va y viene de Hansel a Gretel.

Gretel: Nos hizo pasar y nos dijo que se llamaba Tonina. Nos dijo que ella era “un
neurotransmisor” y nos preparó unos sanguches con verduras salteadas. Hacia meses que no
veíamos verduras así. La cabaña era muy grande, y estaba muy limpia. Habían escaleras y
entrepisos. En varias habitaciones tenía masetas grandes con plantas. Y al medio de la construcción,
un patio interno con techo de vidrio en el que había un jardín.
Hansel: Ese primer día, después de comer y bañarnos, lo pasamos (el haz ensaya unos movimientos
frenéticos, un poco espasmódicos después) bailando y tomando por la nariz. No cocaina. Era otra
cosa. No sé qué era. Pero ese día también tomamos unas pastillas rosadas y triangulares.

Gretel: Y al otro día tomamos un jarabe temprano, y nos quedamos toda la tarde jugando a un juego
electrónico en el que teníamos que... que... queee...

Hansel: (Le dicta a su compañera, la actríz) “Evitar que se detone una bomba que llevamos dentro,
una bomba-chip que nos instaló una corporación.”

Gretel: ¿Qué estaba diciendo? (Como medio perdia, ¿Gretel?, ¿la actríz? Andá a saber. Como que
otea más allá de la luz, al público.)

Hansel: Los días pasaron, pasaban, no nos dábamos cuenta, o sí, pero... No sabíamos bien...
Queee... Porque tomamos, al otro, no, al otro día... una mezcla de hongos con floripondio. Y...
Bueno, (Hansel se mueve de un lado a otro y el pequeño haz de luz lo sigue, lo busca, lo intersepta,
lo detiene, lo vuelve a perder, lo atrapa, etc... De un hermano a otro, así, cada vez más desvarío.)
Pasa que estabamos ahí. Solos. Escuchábamos música. Bailábamos. Jugabamos a los juegos
electrónicos de consola. Tonina nos contaba de otras épocas, donde todos eran libres, y jugaban
todo el tiempo no importaba la edad que tuvieran, y se comunicaban telepáticamente...

Gretel: Inventaban nuevas formas de comer, de dormir, de tener sexo... En lo que nos contaba
Tonina nunca estaba ella. Ella era una narradora ausente. Eran cosas que habían pasado pero no era
su recuerdo. O tal vez sí, pero se había borrado... con una goma, no, con el maus... Jajajajaj. Es que
después, cuando empezó a darnos de fumar esas plantas. No, no era marihuana. Era... Eran unas
enrredaderas que tenían unas flores naranja fosforescente, y olor como a menta...

Hansel: (Desde el suelo) Para ese entonces yo me metía cada tanto ketamina, y uno que otro
derivado de la morfina. No, no era de la morfina...

Gretel: (Sigue de acá para allá) Casi no comiamos. Cada tanto una ensaladita, algo liviano.
Teníamos la idea, seguramente alentada por Tonina, de hacernos cuerpos que se vieran bien en dos
dimenciones. Éramos formas y más que nada nos relacionábamos con formas planas. Tampoco
saliamos a caminar al bosque como los primeros días. Dormíamos y nos dábamos con nuestros...
emm...

Hansel: (Parándose de pronto con algo parecido a un salto) Cocteles. Nuestros cocteles. Cocteles.
De costillas. Viene de ahí. Las costeletas del encierro.

Gretel: Nos quedábamos. Ahí, en las habitaciones. Nos quedábamos mirando. Nos quedábamos
quietos.

Hansel: Hasta que las costillas del encierro se expandían, se expandían, se expandían, y nos hacían
caer por un tobogán en el pecho.

Gretel: Yo tragaba aire y me... me... Hacia calor a veces. Hacía calor, pero me queria meter
adentro... Adentro del calor, un noche que hacía calor...

Hansel: Muchas noches hizo calor... Y mi hermana... A veces la tocaba y era... como un reptil...

Gretel: (Como leyendo una didascalia, con otra voz) “Se retuerce de deseo... de placer perdido.”
Hansel: “De placer olvidado: Adios serotonina.”

El haz de luz se dirije al público, a intentar cegarlos, que más no sea de a uno. Las voces de los
hemanos estan agitadas, atrás.

Gretel: Adios serotonina.

Hansel: Adios dopamina.

Gretel: Chau dopamina.

Hansel: Y a otra cosa, patadas al viento del pasado... Tres cosas eran las que...

Gretel: No, cuatro cosas, cuatro cosas nos había dejado anotadas cuando la encontramos muerta.

Hansel: La nota estaba en la puerta de la heladera.

Gretrel: Ehhh, no me acuerdo cómo terminaba ese juego.

El haz de luz vuelve a posarse sobre Hansel.

Hansel: Esta heladera sí que tenía puerta.

Pasa el haz, relajado, a Gretel.

Gretel: Las heladeras son máquinas del tiempo muy truchas: apenas lo retrazan un poco.

Se apaga la linterna.
En la oscuridad la voz de Hansel:

Hansel: Cuando se apaga la luz el oido sigue despierto.

Un silencio en la oscuridad, que dura lo suyo.


Se prende la linterna.
Gretel con un bebe alzado. Parece que está mamando.
Se apaga la luz.
Se prende sobre el rostro inexpresivo de Hansel.

Hansel: 1) Antes de ustedes, ubieron otros, iguales a ustedes. Ellos, en un momento, se fueron. Éste
es su momento. 2) Vayan hacia donde se esconde el sol. Síganlo. Regresen. Las sociedades
humanas se degradan y se regeneran solas, como la cabeza de la Hydractinia, un animal marino del
tamaño de una pestaña de bebe. 3) Rieguen las plantas antes de irse. 4) Esa tipa, Marta, no es ni la
asesina de su marido ni una ex mujer de leyes. Es un ser andrógino y perdido que como brújula
utiliza el dolor. Traten de no escucharla. Adiós.

Se apaga la linterna.
Se prende sobre Gretel. El bebe parece chupar más abajo de la teta, en la panza.
El haz de luz se acerca hasta el rostro de Gretel. Abre bien los ojos.
Se apaga la linterna.
Se escucha despacio una especie de succión y gruñido. Este ruido lo hace quien sostiene la
linterna.
Se prende la linterna sobre Hansel, que está inmovil, con los ojos bien abiertos. De pronto, sangre
que cae de su boca.
Se apaga
Se prende sobre Gretel. El bebe se convulciona y jadea sin dejar de deborarle las tripas. Su boca
chorrea sangre.
Se apaga.
El ruido mezcla de succión, gruñido y jadeo continua un rato en la oscuridad.

TODO NEGRO.

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