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Hempel - Logica de La Explicación
Hempel - Logica de La Explicación
. Puesto que la explicacién cientifica utiliza de modo esencial
las oraciones generalizadas, deben excluirse los conjuntos de leyes
de esta naturaleza; esto se logré antes combinando todas las oracio-
nes generalizadas del explanans en una sola conjuncién, T, y estipu-
34, En (6.6) (2) es necesario estipular que Tes una teorfa y no simplemente
que sea verdadera, porque sein se ha visto en la secién 5, las orsciones genera
lizadas que ocurren en un explanans deben constitur una teoriay no toda oracién
esencialmente generalizada que sea verdadera es realmente una teoria, es decir,
‘una consecuencia de un conjunto de oraciones generalizadas puras verdaderas,
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lando que T debe ser esencialmente generalizada. Nuevamente, pu‘
to que la explicacién cientifica utiliza de manera esencial las oracio-
nes generalizadas, E no debe ser consecuencia de C sola: la ley de
gravedad combinada con la oracién singular «Maria es rubia y de ojos
azules», no constituye un explanans para «Maria es rubia>. La tlti-
‘ma estipulacién en (6.5) introduce la restriccién requerida, y prohibe
asi la autoexplicaci6n completa del explanandum, es decir, Ia deriva-
cién de E de una oraci6n singular que tenga a E por consecuencia.
Esa misma restriccién elimina también la necesidad de un requisito
especial en el sentido de que T debe tener un contenido féctico si (T,
C)ha de ser un explanans potencial de una oracién empirica E. Pues
si E es féctica, entonces como E es una consecuencia de T'y C uni-
das y no de C sola, T también debe ser factica.
Sin embargo, nuestras estipulaciones en (6.5) no excluyen lo que
podria denominarse autoexplicacién parcial del explanandum. Con-
sidérense las oraciones T, = «(x) (P(e) > Q(x)}»s C, = «Ra, b) +
Pla)», E, = «Q(a) * R(a, b)>. Estas oraciones satisfacen todos los re-
quisitos establecidos en (6.5), pero no parece intuitivamente adecua~
do decir que (T;, C;) explique potencialmente a E,, porque la ocu-
rrencia del componente «R(a, b)» de C; en la oracién E, importa una
explicacién parcial del explanandum por si misma. No seria posible
excluir, mediante una estipulaci6n adicional, todos aquellos casos en
que E comparte parcialmente su contenido con C, es decir, donde C
y E tienen una consecuencia comtin que no es formalmente verda-
dera en L? Esta estipulacién seria equivalente al requisito de que C
y E tienen que ser alternativamente exhaustivas, en el sentido de que
su disyunci6n es formalmente verdadera pues el contenido que dos
oraciones cualesquiera tienen en comtin se expresa mediante su dis-
yuncién, Pero la restriccién propuesta, sin embargo, seria demasia-
do severa, ya que si E no comparte por lo menos algo de su contenido
con C, entonces C es completamente innecesaria para la derivacién
de Ea partir de Ty C, es decir, E puede inferirse de T sola. Por con-
siguiente, en toda explicacién potencial en que no se pueda presci
dir del componente singular de! explanans, el explanandum esta
aplicado parcialmente por sf mismo. Témese, por ejemplo, la expli-
cacién potencial de E, = «Q(a)» mediante T, = «(x) [P(e) > Q(x)}> y
C, = «P(a)», que satisface a (6.5) y que con seguridad es intuitiva-
mente inobjetable. Sus tres componentes pueden expresarse de
modo equivalente por las siguientes oraciones:
363«(x) [~ P(e) v Q@e)}>5
C2= [P(a) v Q(a)] - [P(a) v ~ Q(a)}>s
E%= «{P(a) v Q(a)] * [~ Pa) v Qa)}>.
Esta reformulacién demuestra que parte del contenido del expla-
nandum esta incluido en el contenido del componente singular del
explanans y, en este sentido, se explica por sf mismo.
_ Nuestro andlisis ha legado aqui a un punto en que la idea co-
rriente ¢ intuitiva de explicacién es demasiado vaga para proporcio-
nar més orientaci6n hacia una reconstruccién racional. En realidad,
el:iltimo ejemplo sugiere de modo muy claro que tal vez.no haya un
limite definido que separe los tipos de autoexplicacién parcial intui-
tivamente admisibles de los que obstaculizan la intuicidn, pues has-
ta la explicacién potencial recién considerada —que es aceptable en
su formulacién original— podria juzgarse segiin bases intuitivas
cuando se transforma en la versién equivalente que se acaba de dar.
El punto ilustrado por el iiltimo ejemplo se expone de manera
mis explicita en el teorema siguiente, que formulamos aqui sin de-
mostracién:
(6.7) Teorema. Sea (T, C) un explanans potencial de la oracién
singular E. Existen entonces tres oraciones singulares, E,, Ey y Cj,en
L tales que E equivale a la conjuncién E, + E,3 C equivale a la con-
juncién C, » E, y E, puede derivarse en L de T sola.
En términos més intuitivos, esto significa que si representamos la
estructura deductiva de una explicacion potencial dada mediante el
esquema (7, C} ~ E, entonces este esquema puede reexpresarse en
la forma {7, C, » E,) > E, * Ey donde E, se deduce de T sola, de
modo que C; es totalmente innecesaria como premisa; en conse-
cuencia, el esquema deductivo que estamos considerando puede re-
ducirse a {T, E,] > E, + Ey que puede descomponerse en los dos es-
35. En la formulacién del teorema dado y en el texto siguiente, los simbo-
los de enunciados conectivos se emplean no slo como signos en L sino tambi
de manera auténoma al hablar acerca de expresiones compuestas de L. Asi,
cuando «S» y «7> son nombres o variables nominales de oraciones en L, su con.
juncién y disyuncién se designarén por «S « T> y «S v T>, respectivamente; el
condicional cuyo antecedente es Sy el consecuente T serian designados por «S
3 To, y la negacién de $ por «~ S». (A propésito, esta convencién ya ha sido
utilizada una ver, de modo técito, en la nota 33.)
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quemas deductivos {7} — E; y {Ei} - E;. El primero de estos es-
quemas podria denominarse una explicacidn te6rica pura de E, por
T,y el segundo, una autoexplicacién completa de E,. En otras pala-
bras: el teorema (6.7) demuestra que toda explicacién cuyo expla-
nandum es una oracién singular puede descomponerse en una ex-
plicacién puramente teérica y en una autoexplicacién completa. Y
cualquier explicacién de esta clase en que el componente singular del
explanans no sea completamente innecesario implica una autoexpli-
cacién parcial del explanandum.
Prohibir la autoexplicaci6n parcial significarfa por lo tanto, la li-
mitacién de la explicacin a una explicacién teérica pura. Esta medi-
da parece una restriccién excesivamente severa. Por otra parte, no
parece que esté justificado el intento de delimitar el grado admisible
de autoexplicacién mediante alguna regla especial, porque, como
hemos visto, el uso corriente no proporciona ninguna orientacién
para tal delimitacidn, y porque al parecer no se obtiene ninguna ven-
taja sistemética mediante el trazado de una linea divisoria arbitraria.
Por estas razones, nos abstenemos de introducir estipulaciones que
prohiben la autoexplicacién parcial.
Las condiciones establecidas en (6.5) fracasan en excluir otro tipo
inaceptable de argumento explicativo que esté estrechamente vincu-
lado con la autoexplicacion completa, y que debera proscribirse por
medio de una estipulaci6n adicional. En suma, el punto es que si
aceptéramos (6.5) como una definicién de la explicacién potencial,
en lugar de considerarla como una enunciacién de las condiciones
36, La caracteristica a que nos hemos referido como autoexplicacién parcial
debe distinguirse de lo que a veces se denomina la circularidad de la explicacién
cientifica. Esta frase ha sido empleada para expresar dos ideas distintas: a) una
de ellas es la aseveracién de que los principios explicativos aducidos al explicar
‘un fendmeno especifico se infieren del mismo fendmeno, de modo que todo el
proceso explicativo es circular. Esta ereencia es falsa, ya que las leyes generales
no pueden inferirse de oraciones singulares; b) también se ha argiido que en
una explicacién seria el contenido del explanandum esta contenido en el del ex-
planans. Esto es correcto, pues el explanandum es una consecuencia légica del
explanans; pero esta peculiaridad no hace trivialmente circular a la explicacién
cientfica, puesto que la leyes generales que ocurren en el explanans van mucho
sds alld del contenido del explanandum especfico. Para un andlisis més com-
pleto de la objecién sobre la circularidad, véase Feigl (1945, pags. 286 y sigs.) en
donde se trata con mucha claridad este punto.
365necesarias, entonces, y como consecuencia de (6.6), cualquier hecho
concreto dado podria explicarse por medio de una oracién legal ver-
dadera, cualquiera que fuese. Expresado de manera més explicita: si
E es una oraci6n verdadera —«L.a cima del monte Everest esta cu-
bierta de nieve», por ejemplo— y T es una ley —como «Todos los
metales son buenos conductores del calor»—, entonces siempre
existird una oracién singular verdadera C tal que E es deducible de T
¥.C, pero no de C sola; en otras palabras, que (6.5) sea satisfecho. En
efecto, sea T, un caso particular de T elegido arbitrariamente, tal
como «Si la torre Fiffel es metilica seré buena conductora del calor».
Ahora bien, puesto que E es verdadera, también lo seré el condicio-
nal Ts E, y si hacemos que éste sea la oracién C, entonces T, Cy
E satisfardn las condiciones establecidas en (6.5).
‘A fin de aislar las caracteristicas distintivas de este tipo engafioso
de explicacién, examinemos un caso especialmente sencillo de este
ipo objetable. Sea 7; = «(x) P(x)» y Ey = «R(a, b)», entonces la ora-
cién C, = «P(a) 3 R(a, b)» esta formada segtin las instrucciones pre-
cedentes y 7;, C; y E; satisfacen las condiciones de (6.5). Pero, como
hemos visto con el ejemplo anterior, no dirfamos que (7', C,) cons
tituye un explanans potencial de E;. El fundamento te6rico del vere-
dicto puede exponerse como sigue: sila teoria T; sobre la que se apo-
ya la explicacidn es realmente verdadera, entonces la oracién C,, que
también puede ponerse en la forma «~P (a) v R (a, b)», sélo puede
verificarse —esto es, demostrarse que es verdadera— por medio de
«R(a, b)», es decir, E,. En este sentido mas amplio, E, resulta aqui ex-
plicada por si misma. Y, por cierto, la peculiaridad que se sefala pri-
va claramente a la explicacién potencial propuesta para E, del aleance
predictivo que, como seftalamos en la parte I, es esencial para la ex-
plicacién cientifica: no es posible predecir E, sobre la base de T,y Cy,
pues la verdad de C, no puede investigarse de otra manera que no in
cluya la verificacién de E;. Por lo tanto, seria preciso complementar
a (6.5) por la estipulacién de que si (7, C) puede ser un explanans
potencial de E, entonces el supuesto de que T'es verdadera no debe
implicar que la verificaci6n de C requiera la verificacién de E.”
37. Es importante distinguir claramente entre los dos casos siguientes: a) si
Tes verdadera, entonces C no puede ser verdadera sin que E sea verdadera, yb)
si T es verdadera, C no puede verificarse sin que E sea también verificada. La
condicién a) debe satisfacerse por toda explicacién potencial; la condicién b),
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Cémo podria expresarse esta idea de modo més preciso? El es-
tudio de un ejemplo nos sugerira una definicién de la verificacién
para las oraciones moleculares. La oracién M = «{~P(a) - Q(a)] v
R(a, b)» puede verificarse de dos maneras distintas, sea determinan-
do la verdad de las dos oraciones que la componen, «~P(a)» y
« + “[Pa) v~Qla))> y «[P(a)v Q(@)] - [~P(a) v Qa)»,
respectivamente; en Z., cada una de esas mismas oraciones tiene for-
mas minimas normales consistentes en 128 oraciones minimas con-
juntivas. Si una oracién es formalmente verdadera en L, su contenido
€s cero, y no puede representarse por una conjuncién de oraciones
‘minimas. Ser conveniente, sin embargo, decir que la forma minima
normal de una oracién formalmente verdadera en L es la conjuncién
vacua de oraciones minimas, que no contiene ningiin término.
‘Como consecuencia del principio mencionado, cualquier clase de
oraciones singulares que no sean todas formalmente verdaderas pue-
371de representarse por una oracién de forma minima normal. Pode-
‘mos expresar ahora la idea basica ya esbozada para la explicaci6n del
concepto de poder sistematico mediante la siguiente definicién:
(7.1) Sea T cualquier oracién en L y K cualquier clase finita de
oraciones singulares en L que no son todas formalmente verdaderas,
Si K’es la clase de oraciones minimas que ocurren en la forma mini-
‘ma normal de K, consideremos todas las divisiones de K’ dentro de
dos subclases reciprocamente excluyentes, K’, y K’y de modo que
toda oracién K’, sea deducible de K’, por medio de 7: Cada divisién
de este tipo determina una relacién n (K’;) / n (Kes decir, la canti-
dad de oraciones minimas en K’; dividida por el niimero total de
oraciones minimas en K’, Entre los valores de estas relaciones, debe
haber uno que sea mayor; s(T, K) debe ser igual a esa relacién méxi-
ma. [Nétese que si todos los elementos de K fueran formalmente
verdaderos, n(K’) seria Oy la raz6n a que nos referimos no se podria
definir.]
Ejemplo: Supongamos que L; contiene una sola constante indivi-
dual, «a», y s6lo dos predicados, » «Qe, ambos de grado 1. En
L, hagamos T'= «(x) [P(x) > Q(x)]», K = {«P(a)», «Q(a)»). Entonces
tenemos K’= {«Pla) v Q(a)», «P(a) v ~Q(a)», «~ Pla) v Qla)»} A
partir de la subclase K’,, que consiste en los dos primeros elementos
de K’—que juntos equivalen a «P(a)»— podemos deducir, por me-
dio de T, la oracién «Q(a)», y de ahi por pura légica, el tercer ele-
mento de K’; éste constituye el tnico elemento de K’;, No es posible
ninguna sistematizacién «mejor», de donde s(T, K) = 1/3.
Nuestra definicién es independiente del problema, que deja sin
resolver, de si para una K’ dada no podrian existir diferentes divisio-
nes, cada una de las cuales darfa el valor maximo para n(K’,)/n(K’).
En realidad, esto nunca puede suceder: si existe exactamente una
subdivisién éptima de K’dada. Este hecho es un corolario de un teo-
rema general, del que nos ocuparemos ahora, Se advertiré que en el
Lltimo ejemplo, K’; puede deducirse de T sola, sin emplear K; como
premisa; por cierto, «~P(a) v Q(a)» no es més que un caso de susti-
tucién de la oracién «(x) [~P(x) v Q(x)}, equivalente a T. El teore-
‘ma que ahora formularemos y que puede parecer sorprendente al
principio, muestra que esta observacién se aplica de manera andloga
en todos los otros casos.
372,
(7.2) Teorema. Si T es una oracién cualquiera, K’ una clase de
orasiones minimas,y K’ una subelase de K’tal que toda oracién en
K’, sea deducible por medio de T de la clase K - K’, entonces toda
oracién de K’, es deducible de T sola.
La demostracién, en sintesis, es como sigue: puesto que los con-
tenidos de dos oraciones minimas diferentes cualesquiera son reci-
procamente excluyentes, deben serlo también los contenidos de K’,
y K’, que no tienen ninguna oracién minima en comiin. Pero puesto
{que las oraciones de K’, se deducen de K’, y T juntas, deben por lo
tanto deducirse de 7 sola.
Sefialamos las siguientes consecuencias de nuestro teorema:
(7.2a) Teorema. En cualquier clase K’ de oraciones minimas, la
mayor subelase deducible de las restantes por medio de una oracién
Tes idéntica a la clase de aquellos elementos en K’ que son deduci-
bles de T'sola.
(7.2b) Teorema. Si T es cualquier oracién, K una clase de oracio-
nes singulares, K’la clase equivalente de oraciones minimas, y K’,la
clase de aquellas de entre estas iltimas, deducibles de T sola, enton-
ces el concepto s definido en (7.1) satisface la siguiente ecuacién:
3(T, K) = n(K')/n(K)
8. Poder sistemdtico y probabilidad légica de una teoria.
Generalizacién del concepto de poder sistematico
El concepto de poder sistematico esta estrechamente vinculado
con el grado de confirmacién, o probabilidad légica, de una teoria.
El estudio de esta relaci6n esclarecera la definicién de s propuesta,
sugerird ciertas maneras de generalizarla y conducira finalmente a
tuna teorfa general de poder sistematico que es formalmente andloga
ala de la probabilidad l6gica.
El concepto de probabilidad logica, o grado de confirmacién, es
el concepto central de la I6gica inductiva. Carnap,” Helmer, Hem-
pel y Oppenheim’ han propuesto diferentes definiciones explicitas
39. Véanse especialmente 1945, 1945a y 1947.
40. Véanse Helmer y Oppenheim (1945); Hempel y Oppenheim (1945).
Ciertos aspectos generales de la relacién entre la confirmacién de una teoria y
373,de este concepto, para lenguajes de estructura similar a la de nuestro
lenguaje modelo.
‘Mientras que la definicién de s propuesta en la seccién anterior se
apoya en el concepto de oracién minima, el concepto bisico en la
construccién de una medida de la probabilidad ldgica es el de la des-
cripcién de estado 0, como también dijimos, el de la oracién maxi-
ma. Una oracién méxima es el dual* de una oracién minima en L; es
una conjuncién de oraciones atémicas diferentes k(0 = k Sn), y de
las negaciones de las oraciones atémicas restantes m - k. En un len-
guaje con oraciones atémicas 7, existen 2" descripciones de estado.
Asi, por ejemplo, el lenguaje L, repetidamente mencionado en el pa~
ragrafo 7 contiene las cuatro siguientes oraciones méximas: «P(a) +
QUa)», «P(a) > ~ Qa)», «~ Pla)» Qa)», «~ Pla)» ~ Qa)».
El término , «~P(b)», «~ Qh)»,
s «Q(a) *
~ Pb)», «Q(o», «~P(d)»), T, tendrfa un valor s igual a 1/4, y asi su-
cesivamente. Pero lo que buscamos es una medida del grado en que
tuna teoria dada sistematiza deductivamente un conjunto dado de in-
formacién factica, es decir, un cierto contenido al margen de la es-
structura y agrupacién particulares de las oraciones en que ese conte~
nido esté expresado. Emplearemos, por lo tanto, un método que
representa el contenido de toda oracién singular o clase de oraciones
singulares como compuesto de ciertas porciones minimas de infor
maci6n determinadas tnivocamente. Si aplicamos nuestra idea gene-
ral a estas porciones, obtendremos una medida del poder sistematico
de T en K que es independiente de la manera en que esta formulado
el contenido de K. Las oraciones que expresan esas porciones mi-
nimas de informacién se llamaran oraciones minimas, y una defi
cidn explicita de este concepto auxiliar hard posible una formulacién
exacta del procedimiento propuesto. Ahora desarrollaremos este
punto.
Si, como supondremos aqui, el vocabulario de L contiene niime-
+08 fijos y finitos de constantes individuales y de constantes predica~
tivas, entonces s6lo se puede formular en Lun cierto ntimero finito
—digamos n— de oraciones atémicas distintas. Por oracién minima
en L entenderemos una disyuncién de cualquier mimero de k (OS
k Sn) de oraciones atémicas diferentes y las negaciones de las n - k
restantes. Resulta claro que las oraciones atémicas n determinan ora~
370
ciones minimas 2°. Asi un lenguaje L; contiene exactamenté una
constante individual , «~Pla) v Qa)», «Pla) ¥ ~Qla)e Si otto
lenguaje, L>, contiene ademas del vocabulario de L,, una segunda
constante individual, de grado 2, entonces
L, contiene ocho oraciones atémicas y 256 oraciones minimas tales
como «P(a) v P(b) v ~Q(a) v Q(L) v R(a, a) v R(a, b) v ~ R(b, a) v
~R(b, b)>.
La expresi6n «oraci6n minima» indica que los enunciados estu-
diados son las oraciones singulares en L de menor contenido dife-
rente de cero, lo que significa que toda oracién singular en L que se
deduce de una oracién minima equivale a esa oraci6n minima 0 for-
malmente verdadera en L. Las oraciones minimas tienen, por cierto,
consecuencias diversas de ellas mismas que no son formalmente ver-
daderas en L, pero éstas no son de forma singular; «(Ex) (P(x) v
QG))» es una consecuencia de «P(a) v Qa)» en el lenguaje L, al que
nos hemos referido.
‘Ademés, no hay dos oraciones minimas que tengan ninguna con-
secuencia comtin que no sea formal o légicamente verdadera en L;
en otras palabras, los contenidos de dos oraciones minimas cuales-
quiera son reciprocamente excluyentes.
En virtud de los principios del célculo oracional, toda oracién sin-
gular que no sea formalmente verdadera en L puede transformarse en
tuna conjuncién de oraciones minimas univocamente determinadas;
esta conjuncién se denominaré forma minima normal de la oraci6n.
Asi, por ejemplo, en el lenguaje L.;, al que nos referimos més arriba,
las oraciones
que puede deducirse de a ley (putativa) «Todas las manzanas Winesap
son rojas» en conjuncién con la premisa «Cada manzana que se en-
cuentra ahora en esta canasta es de la variedad Winesap>. Nagel ilustra
este punto con la frase «Todas las tuercas del automévil de Smith estén
oxidadas» que puede deducirse de la ley «EI hierro expuesto al oxige-
no se oxida» en conjuncién con premisas particulares adecuadas.
Lo que excluye a generalizaciones como las dos recién mencio-
nadas de la categoria de leyes potenciales pareceria ser su alcance li-
mitado: cada una pertenece slo a un niimero finito de objetos. Esta
observacién sugiere que el requisito de no limitar el alcance (que en
la seccién 6 se impone a las frases fundamentales con carécter de ley)
deberia extenderse también a las frases derivativas con caracter de
ley. En efecto, Nagel exige que las frases con cardcter de ley en ge~
neral sean También podría gustarte