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EL BAUTISMO Sacramento del Pacto de Gracia Pierre CH. Marcel Doctor en Teologia / Pastor de la Iglesia Reformada de Francia 1968 Fundacion Editorial de Literatura Reformada En él también fuisteis circuncidados con circuncisién no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la cir- cuncisién de Cristo; sepultados con él en el bautismo. Colosenses 2,11-12 Porque pata vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estan lejos; para cuantos el Sefior nuestro Dios lla~ mare. Hechos 2,39 Depésito Legal B. 18748 - 1968 Cumplidos los requisitos del Depésito previo a la difusién exigido por el ar- ticulo 12 de la vigente ley de Prensa ¢ Imprenta. Impreso en Talleres Graficos Angel Estrada, Rabassa, 11, Barcelona (12), Espafia. FUNDACION EDITORIAL DE LITERATURA REFORMADA STICHTING UITGAVE REFORMATORISCHE BOEKEN Apartado 4053 Rijswijk (Z.H.) Pafses Bajos CONTENIDO pe Prefacio del autor a la edicién espafiola ..... sie wae Meas sole, 7 Wnt iC CGI sass sesnisserraraean nae niacie ase saeaiatn maa teecnua tae toa AR rAra ea ASEAN, 9 Primera parte Estudio general de los sacramentos.........6. 6.000 e eee eee ees 25 Segunda parte EL PACS ME PIACA ssc 4 6 hPa HAAG Ee ehd werns ty seaa Ae adeacti cota 39 Tercera parte E] bautismo, sacramento del pacto de gracia.... 62... 0... eee 129 IngiceMEREl.5 5500555 ikapyeees ones e Sess s LAR 251 PREFACIO DEL AUTOR A LA EDICION ESPANOLA = Al redactar en tres meses, y en medio de una intensa labor pastoral, mi estudio: «Le Baptéme, Sacrement de I’Alliance de Grace», voluminoso fasciculo de la revista que entonces empezaba a publicarse, La Revue rmée, s6lo pensé en dar cuerpo a un escrito polémico de alcance limitado, con el proposito de detener una violentisima campania que se estaba levantando dentro de la iglesia reformada de Francia contra el bautismo de los hijos de los creyentes. Como otros muchos, yo también tengo motives para estar satisfecho del resultado de esta polémica. Pero, sobre todo, fue para mij una verdadera sorpresa poder comprobar como este estudio mio sobre el bautismo ha traspasado rapidamente las fronteras de la iglesia reformada francesa, y como ha suscitado numerosos comentarios en mi propio pais y en el extranjero. Su publicaci6n en inglés ha contribuido grandemente a su propagacion, hasta el punto de que han aparecido dos ediciones casi seguidas. Hace algunos afios iba yo en mi coche a Chateau de Paron —escuela franco-holandesa— para asistir a un Congreso organizado por la Sociedad Calvinista de Francia cuando a lo largo de la carretera vi, uno tras otro, gran numero de autostopistas. Me detuve junto al ultimo de una larga fila yle hice subir conmigo, Se trataba de un escocés muy callado, que respondia a mis amables preguntas con monosilabos. Después de un cuarto de hora de silencio se fijo en mi documentaci6n de propietario del coche, situada sobre la guantera, y, venciendo entonces su mutismo, me dijo: «Yo también conozco a un tal Pierre Marcel». «Pues no hay muchos Marcel — repuse— El bautismo - (Podria ser yo Pierre Marcel?» Y él me replico, muy seguro de lo que decia: «Oh, no! Tenemos en Edimburgo un profesor de teologia que nos ha hecho leer y estudiar The Biblical Doctrine of Infant Baptism y que aprecia mucho al profesor Marcel...» Este es uno de tantos ejemplos por el que puedo dar gracias a Dios, pues nos hace ver cémo un modesto trabajo, redactado ocasionalmente y por obligacién, ha sido util a muchas personas. Pero he aqui una nueva sorpresa para mi: la presente traduccién espafiola. Los reformados franceses llevamos muy dentro del corazon a los protestantes espafioles —y a todos los de habla hispana— a causa de su historia y de los muchos sacrificios que han tenido y tienen que soportar todavia para permanecer fieles a la fe evangélica. Me produce una intima satisfacci6n pensar que por gentileza de la {glesia Reformada Libre de Rijswijk-ZH, Paises Bajos, puedo desde ahora ponerme en contacto directo con los hermanos en Cristo que van a leer el presente libro y asociarme, tratandose de un tema tan fundamental como éste, a la consideracion detenida de sus iglesias, para las que pido la bendicion de Dios. La vida de los tedlogos se halla hoy dia llena de peligros espirituales que surgen tanto desde fuera como desde dentro de la misma iglesia. Por ello me atreveria a pedir a cuantos hermanos lean estas paginas que no cierren este libro sin antes interceder por mi, para que el Seftor me guie y ayude en mis obligaciones y cargas. Ser para mi una intima alegria poder contar con su comuni6n y su fraternal intercesion. De antemano, jgracias a todos! PIERRE CH. MARCEL, D.T. 15 de octubre de 1963 Saint-Germain-en-Laye, Seine-et-Oise, Francia INTRODUCCION Be Los sinodos regionales, que celebraran sus sesiones proximamente, y el sinodo nacional de 1951, tendran que hacer frente a uno de los problemas més importantes que hayan figurado en el orden del dia desde hace mucho tiempo. Se trata, en efecto, de una cuestion de doctrina y disciplina que abarca toda la teologia y, en consecuencia, su confesién de fe. ¢Es legitimo el bautismo de nifios? {Tiene fundamento biblico? ;Debemos continuar bautizando a los nifios? ¢A todos? FE. Lovsky nos ha pintado el panorama de «la inquietud contra el bautismo de nifios desde los tiempos de la Reforma»,' y el pastor Conord, secretario general de la iglesia reformada de Francia, nos ha dado un breve resumen de la cronologia de los acontecimientos ocurridos en los ultimos veinte afios.* Los impugnadores del bautismo de ninos han publicado estudios que han tenido, y tienen todavia, una gran resonancia. Ante ciertas actividades cada vez mas conclusivas, y ante «la inquietud que hoy dia se manifiesta en muchos respecto al significado del bautismo»,’ se hacia indispensable que la iglesia estudiase el problema. En 1946, por mandato del sinodo nacional de Lyon, el consejo nacional de Ja iglesia reformada constituy6 una Comision del Bautismo, encargada de estudiar todas las cuestiones suscitadas al respecto. Sus conclusiones fueron enviadas a principios del presente afio a los consejos presbiterales encargados de «Notes d'Histoire pour contribuer 4 étude du probléme baptismal», Foi et Vie, enero 1950. Christianisme au XXe siécle, 23 febrero 1950, p. 69. Decision XX VII del sinodo nacional de Lyon, 1946. El bautismo estudiarlas, cada uno por separado, segtin la disciplina de nuestra iglesia, y de hacer llegar a los consejos regionales sus observaciones respectivas. Después de oir a un ponente encargado de presentar las observaciones de los consejos presbiterales, cada sinodo regional votard a su vez sus propias conclusiones y observaciones, que seran luego recibidas por el sinodo nacional, el cual decidira finalmente segtin las normas acostumbradas de su propia disciplina. Asi pues, el estudio del bautismo ha sido incluido en el orden del dia de la iglesia por el sinodo nacional, en cumplimiento de lo ordenado por sus delegados, por el consenso general de la iglesia. Aparte del gran ntimero de fieles que se interesa por la cuestién, pues los asuntos de la iglesia son sus propios asuntos, mas de seis mil consejeros presbiterales y pastores han estado y estan Ilamados, en virtud de sus cargos eclesiasticos, a estudiar con la ms absoluta seriedad, y ante Dios, la cuestion del bautismo de nifios. Esta claro que un tema de tanta importancia no puede ser estudiado por los fieles ante una simple mesa con una voluminosa Biblia delante de cada cual. Tan sdlo para conocer los datos biblicos mas sencillos y sus multiples articulaciones, serian necesarias, ademas de un espiritu bien dispuesto, muchas semanas de trabajo. Es Principio fundamental de la teologia reformada que los doctores de la iglesia deben pensar con el pueblo y el pueblo con los doctores. ;Quién entendera y predicara la Palabra sino el pueblo de Dios, que es un solo cuerpo aun con sus diferentes funciones y Organos? La literatura de los impugnadores del bautismo infantil se ha visto enriquecida en estos tiltimos diez afios con obras importantes, facilmente accesibles a todo el mundo. Es de suponer que sus autores estan satisfechos de tales trabajos, y estiman que por dicho medio los creyentes se hallan suficientemente informados del fundamento de sus convicciones. Con pena comprobamos que no ocurre lo mismo con los que abogan por el bautismo de nifios. Se dice: «Parece evidente que la mayoria de los miembros de nuestras iglesias se inclinan por la administracion del bautismo a los recién nacidos».* Pero esto no es una prueba decisiva de su legitimidad. Lo que esta claro es que los tedlogos partidarios del bautismo infantil no han puesto a disposicion de la iglesia tratados 0 libros debidamente respetuosos a la Palabra de Dios que permitieran a ésta emprender su estudio. Sdlo el excelente trabajo exegético del profesor O. Cullmann y la respuesta dogmatica del sinodo de la iglesia reformada holandesa* destacan claramente sobre un conjunto de Conclusiones de la Comision det Bautismo, § {11 Es muy lamentable que este estudio, que ha llegado a nosotros muchos afios antes de que el tema acaparara la atencién general, haya pasado casi inadvertido. A excepcion de A. Benoit en su articulo, nadie lo ha citado nunca. A peticin nuestra, unos hermanos han trabajado para nosotros, y no hemos tenido en cuenta su labor. 10 Introduccion publicaciones que adolecen de extrema brevedad o de referirse solo a un aspecto de la cuestion, En nuestra opinion, ninguna de estas publicaciones se ajusta a la tesis reformada ni a los que han sido y siguen siendo sus argumentos. En el estado actual de la bibliografia en lengua francesa, no podemos saber lo que en realidad piensan los teélogos reformados. Nuestra Comisién del Bautismo ha cedido a iniciativas privadas’ la tarea de facilitar esta documentaci6n, y no ha puesto a disposicién de los consejeros de los presbiterios, ni de los fieles (jlos pastores también tenemos gran necesidad!}, los estudios necesarios. Deberia ser impuesta a todos la lectura de dichos estudios, que nos habrian permitido afrontar el problema en toda su envergadura. Es muy lamentable que se haya descuidado esto. En efecto, es facil comprobar que gran numero de consejeros de los presbiterios, asi como pastores, no han tenido en sus manos los documentos principales del debate ni se han sentido obligados a conocerios. En muchas sitios se ha tratado la cuestién sin documentaci6n alguna. El tinico documento oficial que hemos recibido consta de tres paginas de multicopista con las conclusiones de la Comisién sobre doctrina, administracion y disciplina de! bautismo. Las tesis de los tres grupos de la Comision (no se nos dice quien las haya redactado) se presentan resumidas en cincuenta lineas. Los resimenes son tan concisos que resulta muy dificil percatarse de la gravedad y multiplicidad de las cuestiones en juego. El vocabulario empleado es de una imprecisi6n desconcertante, y no se cita Dice el pastor Conord (articuto citado, nota 2): «Es ciertamente deplorable que a causa de la carestia del material impreso, y de que ciertos informes no hayan sido redactados en su totalidad, los trabajos llevados a cabo por la Comision no hayan podido ser publicados». a) Sin el menor espiritu cxftico, dnicamente porque nos tomamos muy en serio la labor de nuestras comisiones y la importancia del papel que éstas deben desempeniar en la iglesia, no podemos dejar de hacer las observaciones siguientes: a) Pata que la Comision pueda de verdad trabajar es imprescindible que los trabajos que le son presentados estén redactados en su totalidad, que se hagan copias de los mismos + se pongan a disposicin de cada uno de sus miembros, para que puedan hacer un examen minucioso y reflexionar sobre ellos profunda y extensamente, En casos como éste no puede permitirse la improvisacion, b) Enel seno de la Comision, mayoria y minoria deben, cada una por su parte, redactar el fruto de sus estudios en un informe detallado y preciso. ©) Finalmente, la Comision tiene el deber de presentar a la iglesia, que ha sido quien Je ha encomendado el estudio, sus diferentes informes publicandolos integramente. El conocimiento de estos trabajos pertenece a ta iglesia, y 0 @ tinas cuantos privilegiudos. 4) Cierto que el coste de impresion es elevado, pero zquién se atreveria a afirmar que este argumento ticne algun valor delante de nuestro Senor en una cuestidn que, segun Ja opinién unanime, concierne a la gloria de Dios? Hubiera sido facil sufragar los gastos de un volumen impreso a gran tirada y de venta asegurada en las iglesias iacales. La iglesia reformada no vacila en publicar, todos los anos, un volumen de doscientas paginas con el contenido de las actas ¢ intormes del sinodo nacional. W El bautismo ni un solo texto biblico. Estimamos que las tesis del Primer Grupo —los partidarios del bautismo infantil—, condensadas en dieciocho lineas, no evocan mas que de una manera harto imprecisa los argumentos de la teologia reformada. Las justificaciones aducidas en pro de la legitimidad del bautismo de nifos tan s6lo ofrecen al lector una ligera idea de lo que pueden ser y son sus fundamentos biblicos y teolégicos, y tampoco trata suficientemente las consecuencias multiples que entrafia el rechazo de dicho sacramento. Tomando como base este documento, las consultas de los consejos presbiterales no han podido ser llevadas conscientemente a feliz término, excepto en aquellos casos en que ciertos consejeros 0 pastores se han sentido constrefidos a realizar un trabajo personal de gran envergadura. Pero en la mayoria de los casos nos presentaremos ante los sinodos sin haber cumplido nuestro cometido con la seriedad propia de nuestra vocacion. Los que han sentido esta conviccién, y sufren bajo su peso, son muchos mas de lo que se cree. Dada la falta de publicaciones al alcance de los fieles, se nos ha pedido repetidas veces que expongamos con cierta amplitud la consideracién general de la cuestion y aportemos el material que justifica la teologia reformada. Bajo el doble peso de esta responsabilidad y de la premura de tiempo, hemos reconocido en este llamamiento exterior una exigencia de Dios yr seguin nuestra capacidad, hemos compuesto el presente estudio con la idea de que pueda aparecer ante los sinodos, y con la esperanza de ser tomado en consideracién junto con los demas trabajos ya publicados. Este trabajo no es exclusivamente el reflejo de nuestro sentimiento personal, ya que desarrolla la tesis reformada en el cuadro del ecumenismo reformado y de la teologia reformada, que no distingue hoy, mas que otras veces, fronteras nacionales o iglesias constituidas. Si junto con las conclusiones del sinodo nacional de la iglesia reformada de los paises bajos hubiéramos recibido también informes de los sinodos de las iglesias reformadas del mismo pais (Gereformeerde Kerken), de las de Escocia, Hungria, Estados Unidos, Sudafrica, etc., no cabe la menor duda de que sus puntos de vista habrian sido idénticos en todo lo esencial.’ La iglesia reformada de Francia no puede tratar la cuestién del bautismo como algo La decisién XXVIII del sinodo nacional de Lyon, 1946, en el parrafo b, precisa: «El sinodo... encarga al consejo nacional... tomar, juntamente con esta comision, la iniciativa de una encuesta entre las iglesias reformadas extranjeras, dentro del cuadro de actividades del movimiento ecuménico». S6lo conocemos la respuesta del sinodo de la iglesia reformada de los Paises Bajos. Cudles han sido las otras iglesias extranjeras consultadas? ¢Cuales son las que, habiendo sido consultadas, no han enviado su respuesta? ;Existen otras respuestas recibidas por la comision que no se nos hayan dado a conocer pablicamente? 12 Introduccién exchusivo. Su consideracion teoldgica debe hacerse en solidaridad con las demds iglesias hermanas y permanecer en communion de pensamiento y fe con ellas. El presente estudio no va dirigido solamente a los tedlogos, sino también al pueblo de la iglesia reformada, por lo que evitaremos toda erudicion teolégica superflua y un vocabulario demasiado especializado, a fin de que pueda ser facilmente accesible a la mayoria.’ Procuraremos ser escuetos en citas o referencias bibliograficas, limitandonos esencialmente a las Confesiones de Fe de las iglesias reformadas y a las publicaciones al alcance del ptiblico francéfono. En materia de sacramentos lo mas importante es la ensefianza dada al pueblo. Para no sobrecargar y hacer pesado el texto, la mayor parte de las indicaciones concernientes a nuestro acuerdo o desacuerdo con ciertos trabajos se incluiran en notas. Evitaremos, ademas, la tipica expresin «el subrayado es nuestro» cada vez que en una cita deseemos poner de relieve parte de una frase. Pese a cierta complejidad aparente que pudieran notar a primera vista aquellos que no tienen costumbre de estudiar un problema teolégico en sus principales aspectos, estamos convencidos de que todo creyente de nivel cultural medio podra leer este estudio y comprender sus diversas partes. No esta por encima de su capacidad. Dios no nos revela nada esencial en la Escritura que esté por encima de la inteligencia de aquellos a quienes f otorg6 la fe y se afanan en obedecer el mandamiento de amar a Dios «con toda su mente». Solamente el parrafo que viene a continuaci6n tiene, por necesidad, un aspecto algo técnico. El lector que crea no poder entenderlo puede dejar su lectura para mas tarde y empezar ahora con la Primera Parte. Dificultad y complejidad del tema. Ciertas doctrinas nos han sido reveladas muy claramente en las Escrituras, pero todos reconocemos que no contienen una doctrina sistematizada de los sacramentos. En ellas se habla, sin duda, de la circuncision y de la pascua, del bautismo y de la Cena del Sefior, pero no encontramos ninguna teoria general de los sacramentos del Antiguo y Nuevo Testamento, ni se nos presenta ninguna concepcién sintética de las diversas instituciones No hemos podido eludir el empleo de ciertos vocablos. Para quienes no estin acostumbrados a ellos, diremos que neotestamentario significa ‘del Nuevo ‘festamento’; una doctrina neotestamentaria es aquella que esta fundada en textos del Nuevo Testamento; veterotestamentario, ‘del Antiguo Testamento’; paidobautismo, la doctrina referente al bautismo de los nintos y que es adicta al mismo; paidobautistas, los partidarios del bautismo de nifios; antipaidobautistas, los que se oponen al bautismo de nifios. La exégesis es la explicacién detallada de los textos de la Sagrada Escritura y, consecuente- mente, es también la interpretacién que conviene dar a los textos. El exegeta es el experto que se dedica al comentario de los textos biblicos. 13 El! bautismo sacramentales. La cuestién de los sacramentos se trata generalmente en relacion con otro tema, lo cual introduce e impone al autor cierta orientacion de pensamiento (comp. Ro. 6; 1 Co. 12:17-34). La mayor parte de los textos no habla de un sacramento en si mismo, sino de uno solo de sus aspectos. Breves, Ilenos de fuerza y densidad, los textos de la Escritura son generalmente parciales y no ofrecen sino criterios v definiciones también parciales. En la Escritura, parece que mds que el concepto importa el sacramento mismo, sugiriéndonos que el concepto se exprese o deba ser buscado en otro lugar, en la declaracién de otra doctrina fundamental sobre la que se fundamentarian los sacramentos, Sin duda alguna, la mentalidad hebrea se movia mas libremente en estas cuestiones que la nuestra. La ausencia de textos biblicos que abarquen completamente y nos expliquen con claridad el sentido, objeto y modalidad de los sacramentos, abre el campo a un trabajo teolégico que debe ser realizado segtin los métodos propios de la dogmatica y la aplicacién arménica del Soli Deo Gloria. Este lema debe desde el primer momento mover a los llamados a ocuparse de la cuestién a una actitud de modestia y humildad. Entre los que estan de acuerdo en reconocer en la Sagrada Escritura el manantial inspirado y la norma de toda su fe, y confiesan que no es necesario afladir ni quitar nada podrén existir ciertas divergencias. Pero éstas han de ser examinadas en amor: la exclusion, la condena sin apelacion, el sectarismo, estan vedados aqui.’ Algunas de Jas dificultades proceden de nuestras fuentes de informacion, pero hay otras que surgen por culpa nuestra, de nosotros mismos, y por ultimo hay otras que son debidas a la extrema complejidad del asunto. a) Los apriorismos juegan a veces un papel importante en el estudio de los sacramentos. No son las mentes virgenes y los corazones nuevos los que se asoman a este problema, sino las personas que tienen una mentalidad totalmente tributaria de los apriorismos filoséficos, y que marcan instintivamente cuanto tocan con el sello de esta mentalidad. El hecho de que los textos que se citan reciban diferentes interpretaciones por parte de unos y otros se debe principalmente a las ideas aprioristicas, ligadas con filosofias humanas (magia, dualismo, individualismo, romanticismo, misticismo, hiperespiritualismo, humanismo, existencialismo, etg.) Es evidente que quienes interpretan libremente la Palabra de Dios pueden, tanto en ésta como en todas las demas cuestiones, llegar a conclusiones que deben ser enérgicamente denunciadas. La «modestia» a que hacemos referencia no debe inducimos a menospreciar los conceptos biblicos fundamentales. 14 Introduccién desde cuya perspectiva son considerados. Estas ideas aprioristicas explican las diferencias de las traducciones, la exclusion voluntaria de ciertos textos e incluso el que se «olviden» inconscientemente otros que sin embargo son de la mayor importancia."* E] reciente debate abierto en el seno de las iglesias reformadas confirma una vez mas esta observaci6n: estos apriorismos explican también que en el curso de la historia el problema que nos ocupa haya sido estudiado siempre en los mismos términos, sin que se registre progreso notable alguno. Cada cual permanece en posiciones que, por su persistencia, se han convertido en posiciones histéricas. Los problemas contintan confinados en los mismos limites. Hace falta mucha probidad y lucidez de pensamiento para tratar objetivamente los sacramentos. Es una mera cuestion de honradez cientifica el indicar las presuposiciones filoséficas propias, confesndolas claramente, después de haber hecho la necesaria critica reflexiva de los datos . Y por iiltimo (p. 22): «La cuestién del bautismo de nios no debe enfocarse desde el Angulo del testimonio escriturario. ‘Teniendo en cuenta nuestras fuentes, no es posible hallar respuesta si no es partiendo de la doctrina del Nuevo Testamento sobre esta materia. E! problema es, pues, el siguiente: és el paidobautismo compatible con la concepcion neotestamentaria de bautismo?» K. Barth, en su tratado, no cita ni un solo texto del Antiguo Testamento. Unicamente se alude a Is. 40:10ss., pero ello haciendo referencia a la eficacia de la Palabra de Dios. Se trata, sin duda, de un caso tnico en un estudio sobre el bautismo que, por otra parte, soporta un conjunto de afirmaciones tan graves y una cifra tan impresionante de juicios categéricos. En esta cuestin, sobre los sacramentos 0 todo lo que puede relacionarse con el bautismo, el Antiguo Testamento no pinta nada, no existe. Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento hay una ruptura absoluta en lo concerniente a este asunto, @ incluso una franca oposicién (respecto del juicio de K. Barth sobre la circuncision y la anulacién del principio «de generacion en generacion» en el pacto de gracia, volveremos a hablar en otro lugar). Asi pues, en lo tocante a este particular, la Biblia esta cortada en dos; K. Barth desea fundamentar el estudio del bautismo tinica y exclusivamente sobre el punto de vista neotestamentario (p. 32). Por nuestra parte, bien podriamos discutir la elecci6n limitada que el sefior Barth ha hecho de los textos del Nuevo ‘Testamento, asi como la perspectiva de su interpretacion («La interpretacion de nuestro colega no puede, a nuestro parecer, seguirse en sus principales conclusiones, segiin*el Nuevo Testamento» O. Cullmann, op. cit., p. 23). Pero limitémonos a plantear la interrogante: Es valido semejante método de «reflexién dogmatica»? Donde halla su justificacin? {Corresponde a la dogmatica regular? ;O no sera que, al margen de su dogmatica regular, el senor Barth nos ha ofrecido voluntariamente un ejemplo de dogmatica irregular con el propésito de hacer trabajar a la iglesia y de obligarla a reflexionar y considerar su dogmatica? Las Conclusiones de la Comision del Bautismo, en lo que concierne a este particular (Part. Il, preambulo), limitan igualmente la Escritura al Nuevo Testamento. 16 Introducci6n ellos serian tan solo expresién secundaria.’* Intentaremos mostrar que, en efecto, éste es el caso de los sacramentos: se refieren a la predicaci6n, a Jesucristo, al pacto de gracia, temas de los que ya hemos recibido abundante informacién. El célebre tedlogo H. Bavinck ha sefialado muy bien que la doctrina de los sacramentos ha sido siempre el shibolet, la piedra de toque, de todo sistema teoldgico.'S En ellos encuentran su manifestacion practica y concreta los principios que han servido de punto de partida en la iglesia y la teologia, en cuestiones de fe y costumbre. Las doctrinas que nos hablan de las relaciones entre Dios y el mundo, de la creacién y de la regeneraci6n, de la naturaleza divina y de la naturaleza humana de Cristo, de los modos de obrar del Espiritu Santo, del pecado y de la gracia, del espiritu y de la materia, estan todas mas 0 menos presentes € implicitas en la doctrina de los sacramentos. Los diversos senderos de la teologia, quiérase 0 no, poco 0 mucho, consciente o inconsciente- mente, conducen a la encrucijada de los sacramentos. Es muy importante tener esto en cuenta. Es mera ilusiOn querer tratar de tal o cual sacramento in abstracto 0 tomado en si mismo. Toda divergencia de opinién en la manera de concebir los sacramentos tiene su origen en otras doctrinas consideradas de diferente forma. A menos que se llegue al fondo de las cosas, las partes contrapuestas daran la impresion de no entenderse, incluso en la interpretacién de textos a primera vista simplisimos." Todo ello se debe a que, en el fondo, no se entienden tampoco en otras muchas cuestiones antecedentes. Como no nos remontamos a las verdaderas fuentes, el tono de la disputa se eleva y rapidamente adquiere un matiz por demas desagradable. Publicaciones y articulos recientes nos lo prueban con toda claridad. c) La tercera condicién necesaria para ocuparse inteligiblemente de los sacramentos consiste en poseer una visién general de la teologia, una vision perspectiva y panoramica del conjunto del contenido de la tevelaciOn. Sin esa vision uno se condenaré a si mismo a no tratar mas que un solo aspecto de la cuestién y a caer en irremediables ™ Es de actualidad permanente la indicacién de Lobstein: «Si el debate se encamina Gnicamente por el terreno de la exégesis (a saber, neotestamentaria), limitandose a la discusién de algunos textos biblicos, jams podra legar a su fin» («Ensayo de una Apologética del bautismo de nifios», Par le Christ é Dieu, p. 228). % Gereformeerde Dogmatiek, IV, p. 221. © Comp. F. J. Leenhardt, Foi et Vie, «Le Baptéme des enfants et le Nouveau Testament», pp. 78, 89. 17 El bautismo contradicciones internas. Por una parte, cuanto se afirme del bautismo debera estar acorde con las consideraciones mas evidentes de la Escritura y, por otra, hay verdades tan claramente reveladas y tan estrechamente relacionadas con los sacramentos que hacer causa comin con ellas es no solamente un deber, sino una necesidad cientifica. Tenerlas presentes permitira la resolucién de las cuestiones que de otro modo quedarian subordinadas a la subjetividad humana. La teologia del bautismo debe ser una teologia «ordenada». Por su carencia de una vision de conjunto, tanto los contrarios como los partidarios del bautismo de nihios han perjudicado con harta frecuencia la causa que pretendian defender. La idea que uno pueda hacerse de la palma de la mano depende también del conocimiento que se tenga del puro y del brazo que la sostiene, y de los cinco dedos cuyos movimientos coordina. Hablar de la palma en si seria hablar inadecuadamente. Un estudio demasiado especializado Y particular del bautismo sera siempre un mal estudio. Método Es un hecho indiscutible que gran numero de tedlogos y pastores protestantes han mantenido y practicado, y siguen haciéndolo, el bautismo de nifios sin conservar la teologia que ha sido y contintia siendo la base de la justificacion y posibilidad del bautismo de ciertos ninos, a saber, los hnijos de los creyentes. Esta ausencia de base teologica se da bien por haberla negado, bien por haberla olvidado (esto ultimo mas frecuente de lo que se cree). Eso no quiere decir que no hayan tenido ni tengan ya razon alguna para bautizar nitios. Quienes permanecen en estrecho contacto con la Sagrada Escritura, tomada en su totalidad, tienen frecuentemente poderosos motivos internos, fundados sobre el conocimiento y la experiencia de Ia Palabra. Pero, dado que no son motivos teolégicamente explicitos, adquieren un caracter subjetivo y sentimental, por lo que son violentamente rechazados —con raz6n— por los impugnadores del bautismo infantil. Muchos son los que sienten y saben que los adversarios del bautismo de nifios estan equivocados, pero se encuentran ante la imposibilidad de probar teolégicamente cémo y por qué lo estan,” A partir de ese momento la causa del bautismo de nifios esta teolégicamente perdida y sus partidarios, a falta de argumentos tealdgicos, tratan de buscar, un precario refugio en razones y hechos que no pueden aportar la mas * Suponiendo que sea posible probar un articulo de fe, dicha prueba s6lo puede tener lugar én el caso de que se proponga a alguien dispuesto de antemano a creer en la Palabra de Dios y que, una vez admitida, encuentre en su propia verdad la fuerza interna de conviccion. Fl empleo de tal prueba nos conduce de nuevo a la cuestiOn de la eficacia de la Palabra de Dios y de la predicacion 18 Introduccion minima justificaci6n: testimonios histricos, tradicién de la iglesia antigua o tradicién reformada, inscripciones, mosaicos, esculturas, monedas, citas patristicas, etc... gy en qué no han procurado fundamentarse? jCuanta inconsecuencia la de aquellos protestantes que quieren fundamentar el bautismo sobre la tradicién 0 sobre la «autoridad» de los reformadores!"* Como si para nosotros los reformados la tradicién pudiera tener algtin valor en si misma y no tuviese necesidad, cuando tal tradicion existe, de ser siempre, incluso hoy mismo, justificada biblicamente y confrontada con la Palabra de Dios en su fondo y en su forma. Ei testimonio de la tradicién puede tener algiin valor para los reformados, pero solamente después de que hayan sido puestos de relieve los fundamentos biblicos. En materia de tanta importancia, una tradicion, ya sea «eclesiastica» 0 «reformada», no prueba ni justifica nada. Dice Calvino «Seria un recurso muy pobre y malhadado el que, para defender el bautismo de nifos, nos viéramos obligados a recurrir a la sola y simple autoridad de la iglesia. Pero se probaré que en modo alguno es éste el caso» (Inst., 1V VIII, 16). Menos atin necesitamos apoyarnos en las tradiciones de los siglos II y Ill, aunque estén firmemente probadas, ya que podria suceder facilmente que en esa época los nifios fuesen bautizados por motivos distintos de los que los tedlogos reformados pueden o deben destacar. Dicho sea de paso, tales motivos son idénticos a los que se aducen, al mismo tiempo, para retrasar el bautismo hasta la edad adulta o hasta la hora de la muerte. A este respecto, los que se oponen al bautismo infantil debieran revisar su método pues tampoco ellos, si son protestantes, tienen derecho alguno a apoyarse en la tradicion. Y si su concepcion del bautismo no es la que predomina durante los siglos IT y IIL, las pruebas histdricas que pretenden inferir respecto al bautismo de adultos y a la raz6n teoldgica del mismo, tal como se practicaba entonces, no son validas para ellos. Desde el punto de vista teoldgico, este método esta doblemente viciado. Tampoco tenemos necesidad de escudrifiar febrilmente los textos de los santos padres para buscar, descubrir 0 insertar en ellos, por medio de complicados comentarios, indicios o sefales del bautismo de ninos. No debemos aventurarnos en este terreno, puesto que tal busqueda nos es totalmente innecesaria. Por esta raz6n, ciertos estudios, al estilo del de Ph. H. Menoud,” cuando son interpretados como un intento del autor de fundar » «Muchos de entre nosotros... invocan la autoridad de los reformadores». Conclusiones de ta Comisién det Bautismo, 11, $1. «Le Baptéme des enfants dans I'Uglise ancienne», Verhur Caro, febrero 1948, pp. 15-26. 19 El bautismo y justificar historicamente el bautismo de nifios, levantan con toda justicia la mas viva oposicion, que nos parece pertinente en su origen.” Ya pueden prestar su testimonio los textos historicos, las inscripciones, los miosaicos, las esculturas, las monedas y todo lo que se quiera, que, si somos reformados, si nos basamos en la Palabra de Dios, no necesitaremos ese testimonio en absoluto. Nos esta vedado, incluso, adoptar una posicion antes de haber concluido nuestra labor como hombres de la Biblia y como tedlogos. Para algunos partidarios del bautismo de nifios el horizonte ha parecido despejarse repentinamente. Los trabajos del profesor J. Jérémias prueban que desde el principio de la era cristiana y para algunos intérpretes primitivos el bautismo de los prosélitos y de sus hijos menores procedentes del judaismo es un hecho incontrastable.”' J. J. Von Allmen cree que la importancia de este optisculo es «decisiva».” Ciertamente, las conclusiones de Jérémias son del mayor interés y, en ciertos aspectos, de capital importancia. ;Pero guardémonos de cantar victoria! Y esto por tres razones, La primera es que, como buenos reformados, no podemos fundar el bautismo de nifos en textos extracanénicos, sea cual fuere su autoridad. E] bautismo infantil, en la iglesia cristiana reformada, debe estar cimentado Y justificado biblicamente. La segunda es que los impugnadores del bautismo de ninos no se han sentido desconcertados en modo alguno por los nuevos hechos que han llegado a su conocimiento. Unos critican la fecha de los textos y la hacen remontarse al principio del siglo II, lo cual nos lleva al problema de la utilizacion de la tradicion;** y otros rechazan su sentido, alcance y valor, cosa en que, desde el Punto de vista metodolégico, hemos de reconocer que tienen razon. La tercera es que seria catastrofico que la consideracion teologica y dogmatica quedase paralizada por estimar que la prueba historica fuese suficiente. Antes al contrario! Esta exigiria imperiosamente su justificacion teoldgica y dogmatica, y obligaria a exegetas y tedlogos a poner manos a la obra. Estos nuevos hechos no cambiaran ni una sola jota de la argumentacién y método polémico de nuestros oponentes: no nos concederan jamas una nueva arma con que hacerles Comp. E Lovsky, «Notes d'histoire pour contribuer a l'étude du probléme baptismal», Folet Vie, marzo 1950, pp. 109-138. ;Pero que nuestros oponentes no se sirvan tampoco de conelusiones historicas para fundamentar teologicamente sus tesis! ¢ 2 Joachim Jérémias: Hat die Urkirche die Kindertau fe getibt? 24 ed., 1949. 5 Eglise primitive et le baptéme des enfants», Verbum Caro, n® 13, pp. 43-47. * Comp. A. Benoit, «Le probleme du pédobaptisme», Revue d'Histoire et de Philosophie religieuses, 1948-1949, n2 2, p. 135. * EJ, Leenhardt, Foi et Vie, (op. cit., p. 90): «No hallo razén alguna para pensar que cuanto Prevalecia en el judaismo, en lo que a rito de purificacion se refiere, tenga valor normativo, ni aun significativo, en lo que conciemne al bautismo cristiano. Por otra parte, no existe ¢l menor indicio que permita liberar semejante relacion del dominio de la pura conjetura» 20 Introduccién frente. Sin abrigar falsas ilusiones o esperanzas engafiosas, debemos desde ahora estar plenamente persuadidos de ello. Pero si nos retrasamos en situar la cuestion del bautismo de nifios en su verdadero terreno biblico y teolégico nuestros contradictores tendran perfecta raz6n en atacarnos, como ya han empezado a hacer, acusandonos de que no podemos defender el bautismo de nifios mas que con una mala conciencia,* sobre un terreno que nosotros mismos reconocemos como «poco seguro», valiéndonos de «una argumentacién tan poco digna de crédito que nuestros fundamentos exegéticos son poco satisfactorios», sin que podamos jamas pretender estar «seguros de nuestra posicion», etc... Confesemos que el vigor y la persistencia de estos ataques han tenido éxito al atribuir «mala conciencia» a ciertos defensores del bautismo infantil que se han encontrado temporalmente ante la imposibilidad de justificar teologicamente sus puntos de vista. Pero, lejos de reprocharselo, debemos dar las gracias a nuestros contradictores. Sefialar al contrincante los defectos de su armadura es siempre hacerle un gran servicio. Es como si se nos gritase: «Ya es hora de levantarnos del suefio» (Ro. 13:11). jEscuchemos este Ilamamiento fraternal! ;Despiértense, pues, los que duermen, fuere cual fuere la causa de su sopor, y dediquen tiempo a rehacer su teologia! Dice J. J. Von Allmen «Si la historia prueba que el bautismo de nifios no es una invencion del precatolicismo, sino que ha sido admitido sin discusién ni reparos en la era canonica, hay que reconocer que existia entonces una doctrina del bautismo en cuyo seno el bautismo de nifios no era ni discordante, ni fraudulento, ni un modo facil y deplorable de asegurar el crecimiento de la iglesia, ni distorsion del Nuevo Pacto entre Dios y su pueblo»(op. cit., p. 47). Con toda nuestra buena conciencia cristiana, con toda nuestra buena conciencia teolégica (que también tiene su valor!), creemos que esta doctrina ha existido y existe, y que ademas es biblica, cristiana y reformada. Trataremos de definir, pues no somos de los que se olvidan de la sana doctrina, y mostrar a cuantos deseen estudiar nuestros argumentos de modo serio y verdadero, que no pertenecemos a esa clase de personas que, por necesidad, se ven obligadas a «arrancar jirones de los textos, a fin de fabricarse con ellos su defensa».* ® Esta es la mas grave acusacién que puede formularse contra hermanos cristianos, iguardémonos de ella! Seria menos humillante que nos trataran simplemente de imbéciles. Comp., por ejemplo, K. Barth, La doctrine ecclésiastique du Baptéme, p. 36, F. J. Leenhardt, op. cit., pp. 66-67. Mas adelante tendremos ocasién de volver sobre estos juicios. * — Tal reproche ha sido formulado textualmente por F. J. Leenhardt, op. cit., p. 67. 21 El bautismo El método del presente tratado es, pues, teolégico. Se apoya sobre los trabajos de la exégesis reformada y utiliza su sintesis segtin los criterios que caracterizan su disciplina. Es decir, no esta ligado al orden nia los métodos de la exégesis critica. La ultima palabra de un estudio exegético sobre el bautismo, a saber, la de que es un sello de la gracia, puede convertirse legitimamente en una de las primeras de un estudio dogmiatico.” Nosotros consideramos la Sagrada Escritura como un todo yla estudiamos segtin el principio clasico de la analogia de la fe. Creemos que si la Palabra de Dios es homogénea en si misma, ella mostrara que el Soli Deo Gloria es también el alma inspiradora de toda doctrina sacramental. Desde el punto de vista filos6fico, no somos individualistas ni subjetivistas, y esto no es porque tengamos una posicién a priori, sino porque no descubrimos en la Escritura el menor signo de ideas individualistas y subjetivistas modernas. Ella nos obliga, por el contrario, a estar muy atentos, de una parte, a la objetividad de la Palabra, promesas y hechos de Dios y, de otra, a las realidades de solidaridad espiritual que sin cesar ponen de manifiesto la unidad de la familia, de la nacién de Israel, de la iglesia visible o invisible, y la intima comunién que objetivamente une al cuerpo de Cristo a los lamados por Dios, no sélo a los elegidos. Esa solidaridad espiritual es algo que experimentamos objetivamente y forma parte de los propdsitos divinos revelados. Mas adelante aportaremos las pruebas biblicas de estos hechos.”* Pero la presién de la filosofia y de las concepciones individualistas ejerce tal influencia sobre la mentalidad de los hijos de este siglo que no estamos seguros de habernos despojado de todo individualismo. Sin duda apareceran sefiales de dicho individualismo en el curso de esta exposici6n, en la que més de una parte podria haber sido presentada en un sentido atin mas biblico. Agradeceriamos que los espiritus perspicaces nos las sefialaran. Ya hemos declarado” el caracter de simplicidad general que deseamos dar a nuestro trabajo. FJ. Leenhardt, Le baptéme chrétien, p. 65, tltima linea. Véase en este mismo libro los apartados: Los nifios en el pacto y Los niftos en la iglesia, ast como todas las ulteriores consecuencias. » Comp. pp. 11-12. 22

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