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Algunas ideas
sobre jóvenes y liderazgo
Probablemente seas de esas personas a las que todavía les sorprende mucho que le
digan que tienen capacidades de liderazgo. “¿Líder yo?” es lo primero que te preguntas.
Pero antes de que brinques de nuevo por no considerarte a ti misma una persona
líder,* déjanos presentarte una definición de liderazgo.
Se entiende por liderazgo “la capacidad de movilizar a otras personas para luchar por
aspiraciones compartidas”, de manera que, si alguna vez has logrado movilizar la
voluntad de alguien para trabajar por algo en común, entonces muy probablemente sí
cuentes con el potencial para convertirte en una persona líder.
Así pues, podemos afirmar que el bien más preciado de una persona líder es su equipo,
ya que éste la complementa y, a la vez, favorece el surgimiento de nuevos liderazgos.
Pero una persona líder no es sólo una manipuladora que dice qué hay que hacer y qué
no. Hay otras características que la hacen ser precisamente una líder, y éstas son:
En cuanto a las habilidades de las personas líderes, éstas pueden variar según el cargo
que cada líder ocupe (no hay que olvidar que un liderazgo no es sinónimo de puestos
directivos sino un conjunto de prácticas y comportamientos), aunque generalmente las
más útiles son:
• Saber escuchar. Una persona líder debe saber cómo incorporar las
preocupaciones y sugerencias de la gente con que trabaja. Ésta es una de las
razones por las que la gente confía en ella.
• Diplomacia. La forma de decir las cosas suele ser importante, lo mismo si se
trata de una reunión interna de grupo que si se trata de una discusión pública o
de un debate con alguien de opiniones contrarias a las nuestras. Esto no
significa que se tenga que andar por las ramas: se puede ser una persona
directa y, al mismo tiempo, tener tacto.
• Reclutamiento. Ésta es una habilidad indispensable que, si no se tiene, se debe
adquirir con prontitud. Sus resultados son la medida de la capacidad del
liderazgo: “Dime cuánta gente te sigue y te diré quién eres”.
• Organización personal. Las personas líderes deben contar con buenos sistemas
de seguimiento de las reuniones y de sus compromisos con la gente.
Frecuentemente se les disculpa porque están muy ocupadas o con una agenda a
reventar, pero eso es tanto como reconocer que no cuentan con la ayuda
adecuada, que no confían lo suficiente en las personas como para delegar
ciertas tareas, o bien que han tomado una responsabilidad mayor de la que
pueden cumplir.
• Formarse constantemente. Las personas líderes deben hacer un esfuerzo
constante de actualización que implica leer, formarse e informarse, conocer lo
que está pasando. Una persona líder está en la punta y usa esa información
para resolver problemas, para adelantarse a situaciones, para proponer
soluciones distintas, para explorar nuevas alternativas. Esto implica, a su vez,
tener un alto grado de autodisciplina y control.
• Nunca perder de vista los objetivos. El trabajo de las personas líderes se debe
guiar por objetivos realistas y observables. A veces se tienen demasiadas
actividades, aunque no siempre se tiene claro en qué medida se dirigen hacia la
consecución de ciertos objetivos.
Marta Lamas, una de las líderes feministas más reconocidas en México, hizo un
documento breve llamado “Las doce claves del liderazgo” que resumen lo que hemos
dicho antes. Aquí lo reproducimos:
Marta Lamas
• Pensar en tu pasado.
• Determinar qué tienes y quieres lograr (personal y colectivamente).
• Escribir algunas ideas sobre cómo podría lograrse un cambio.
• Actuar con base en tu intuición.
• Probar tus suposiciones.
• Intentar ser futurista.
• Escribir un enunciado corto con tu visión.