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Informe Especial Líderes 30 03 17 1 PDF
Informe Especial Líderes 30 03 17 1 PDF
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INFORME ESPECIAL DE RIESGO:
“VIOLENCIA Y AMENAZAS CONTRA LOS LÍDERES SOCIALES Y LOS
DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS”
Marzo 2017
Bogotá D.C., Colombia
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DEFENSORÍA DEL PUEBLO Carlos Alfonso Negret Mosquera
Defensor del Pueblo
3
georreferenciación.
El presente informe contó con la colaboración y aporte del doctor Jorge Enrique Calero
Chacón, Vicedefensor del Pueblo (E) y del doctor Mateo Gómez Vásquez – Asesor del
Despacho del Defensor del Pueblo.
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TABLA DE CONTENIDO
Presentación
1. Metodología de trabajo
2. Localización del Riesgo
3. Población en situación de riesgo
5. Valoración estadística
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PRESENTACIÓN
Otro factor que incide en los ataques en contra de los líderes sociales y los defensores de
derechos humanos, tiene que ver con los intereses de élites y grupos de poder regionales
que han manifestado su oposición a los acuerdos de paz y a las reformas y cambios que
estos conllevan, especialmente en lo atinente a medidas de retorno, restitución y
reparación en materia agraria. Algunos de estos actores al parecer asociados a grupos
armados ilegales, estarían promoviendo amenazas, ataques y atentados en contra de
defensores de derechos humanos, líderes de organizaciones de víctimas, organizaciones y
movimientos políticos de oposición, expresados en situaciones de estigmatización,
panfletos amenazantes, homicidios y desapariciones.
La Defensoría del Pueblo ha venido haciendo llamados a las autoridades nacionales para
que adopten medidas urgentes de protección a la vida e integridad personal de los líderes
y defensores de derechos humanos, así como acciones que rodeen de garantías el
desempeño de su labor.
Como lo ha señalado en reiteradas oportunidades la Oficina del Alto Comisionado para los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas2, los líderes y defensores de derechos humanos
juegan un rol fundamental en la sociedad, pues son quienes promueven y protegen los
derechos fundamentales de los sectores más débiles, llevando la vocería frente a
problemáticas tan diversas como los riesgos para el derecho a la vida y la seguridad
personal, la alimentación y el agua potable, la salud, la tierra, la educación y la lucha
contra la discriminación, entre otras.
Son numerosos los líderes sociales y defensores que dedican sus esfuerzos a defender y
representar a las víctimas de crímenes de Estado y de la violencia sociopolítica. Cuando
investigan y ponen en evidencia estos crímenes, no solo contribuyen con la justicia sino
que al mismo tiempo trabajan para evitar que estas conductas se repitan.
1“Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”
2En: http://www.ohchr.org/SP/Issues/SRHRDefenders/Pages/Challenges.aspx
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Otros muchos líderes y defensores impulsan la apertura de espacios democráticos. Esta
labor hoy en día es decisiva para el futuro del país, pues el compromiso adquirido por el
Gobierno nacional en los acuerdos de paz, establece la necesidad de ampliar la
participación de la población y de actores políticos de oposición en la gestión de los
asuntos públicos y en decisiones que deben implicar transformaciones en las condiciones
sociales, políticas y económicas de los territorios.
Desde este punto de vista, la labor de estas personas, es ni más ni menos que uno de los
pilares fundamentales para afianzar la paz a nivel nacional y regional, todo ello integrado
al trabajo cotidiano que realizan, sensibilizando a la sociedad sobre la necesidad de
garantizar y hacer efectivos los derechos humanos.
No todas las actividades llevadas a cabo por los líderes sociales, comunitarios y
defensores/as de derechos humanos suponen un riesgo para ellos, sin embargo, como se
ha indicado, su labor está más expuesta en territorios bajo control de organizaciones
armadas ilegales o donde poderes tradicionalmente ligados a fenómenos de corrupción y
concentración de capitales a partir de procesos económicos legales e ilegales, los ven
como una amenaza a su estabilidad y continuidad. En estos escenarios, los voceros
comunitarios, defensores y representantes de víctimas y otras poblaciones vulnerables, no
solo se arriesgan a represalias y ataques por las denuncias que interponen o por la
reivindicación de derechos comunitarios, sino que este riesgo aumenta al no contar con
un marco de protección y garantías legales e institucionales que disuadan a quienes
conspiran para agredirlos; sin que las autoridades logren disminuir efectivamente la
impunidad por los ataques y atentados.
Es así como los líderes sociales y defensores son constantemente objeto de amenazas y
hostigamientos directos contra ellos, sus familias o las organizaciones de las que hacen
parte. A ello se suman estigmatizaciones, calumnias, vigilancia y seguimientos ilegales,
hurto de información, violación y allanamiento ilegal de sus domicilios y oficinas, torturas,
lesiones personales, detenciones arbitrarias y persecución judicial. Prácticas coronadas
en muchos casos, con la desaparición y el homicidio.
Toda esta violencia termina por desestructurar y disolver los procesos organizativos,
dejando a las comunidades sumidas en la zozobra y la incertidumbre. La violencia contra
los líderes y defensores de derechos humanos logra su cometido de aterrorizar a la
población, limitando sus libertades básicas de circulación, expresión, asociación y
reunión, así como los derechos políticos y de participación. En el caso de las mujeres
líderes, los ataques contra ellas revisten especial gravedad, pues además buscan
humillarlas y generar un escarmiento frente a la comunidad, al atentar contra su
integridad física y psicológica, conculcando su derecho al honor, intimidad y pudor, a
través de violaciones y atropellos sexuales contra ellas, sus hijas u otras mujeres de su
entorno familiar.
El Defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, ha señalado que “Los líderes y
defensores de DD.HH. hoy en día se encuentran expuestos a un riesgo inusitado por cuenta
de la violencia que atemoriza los territorios más vulnerables del país, pero a su vez son
los más comprometidos con la paz y la reconciliación nacional (…) las muertes de
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líderes(as) sociales y defensores(as) de derechos humanos son, además de un atentado
contra la vida, una violación directa del derecho a pensar y opinar libremente, a participar
en los asuntos públicos y a defender los derechos humanos. Es, en general, un atentado
contra el derecho a la paz de todas y todos los colombianos”.
Desde la Defensoría se ha hecho un llamado a las autoridades nacionales para que, “(…)
tras el reajuste anunciado a las medidas de protección otorgadas a personajes públicos
que no las necesitan, se mejoren las condiciones con las que se garantiza la vida e
integridad personal de líderes(as) sociales y defensores(as) de derechos humanos. La
Defensoría ha pedido a las autoridades aumentar las medidas de protección para los
líderes sociales, al mismo tiempo que ha reiterado que en el país no puede haber más
crímenes de líderes sociales o defensores de derechos humanos (…)”.
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1. METODOLOGÍA DE TRABAJO
En este sentido se acoge lo que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos
Humanos de las Naciones Unidas (OACNUDH), en aplicación de la mencionada
declaración adoptó como concepto sobre quienes son defensores y defensoras de
Derechos Humanos, siguiendo lo dispuesto en el artículo primero de la Declaración
que establece “el derecho de todas las personas a promover y procurar la protección
3 “Los defensores abordan cualesquiera problemas de derechos humanos, que pueden comprender desde las ejecuciones sumarias hasta la tortura, la
detención y prisión arbitrarias, la mutilación genital de las mujeres, la discriminación, las cuestiones laborales, las expulsiones forzadas, el acceso a la
atención sanitaria o los desechos tóxicos y su impacto en el medio ambiente. Los defensores actúan en favor de derechos humanos tan diversos como
el derecho a la vida, la alimentación y el agua, el nivel más alto posible de salud, una vivienda adecuada, un nombre y una nacionalidad, la educación,
la libertad de circulación y la no discriminación. Algunas veces defienden los derechos de categorías de personas, por ejemplo, los derechos de la mujer,
el niño, los indígenas, los refugiados y desplazados internos, y de minorías nacionales, lingüísticas o sexuales”. En: Los Defensores de los Derechos
Humanos: Protección del Derecho a Defender los Derechos Humanos. Folleto informativo Nº 29
http://www.ohchr.org/Documents/Publications/FactSheet29sp.pdf
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y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos
nacional e internacional, tanto de forma individual como colectiva”.
4 En: Documento interno – no circular. Metodología de trabajo en el seguimiento a casos de homicidios de líderes y lideresas. Oficina del Alto Comisionado
para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Colombia.
5 [CIDH, Segundo informe sobre la situación de las defensoras y los defensores de derechos humanos en las Américas, OEA/Ser.L/V/II.Doc 66, 31 de
activistas sociales y políticos, líderes ambientales, campesinos, comunales, comunitarios, culturales, sindicales; afrocolombianos, indígenas, de población
LGBTI, de mujeres, de víctimas, de restitución de tierras, de desplazados, de juventud e infancia, de salud, de ONG; periodistas, abogados, servidores
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Finalmente, la Defensoría del Pueblo, ha emitido instrucciones permanentes a sus
directivos y funcionarios en relación con la necesidad de brindar acompañamiento a
la gestión de los líderes sociales y defensores de derechos humanos, promover e
impulsar espacios de participación e instar a las autoridades para que garanticen
medidas adecuadas de prevención y protección para el desarrollo de sus actividades.
públicos y cualquier otra persona cuya actividad ha sido reconocida por una colectividad y que contribuye a la promoción, respeto y protección de los
derechos humanos (…)”. En: Documento interno – no circular. Metodología de trabajo en el seguimiento a casos de homicidios de líderes y lideresas.
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Colombia.
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2. LOCALIZACIÓN DEL RIESGO:
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DEPARTAMENTO MUNICIPIO DEPARTAMENTO MUNICIPIO
Tubará Puerto Nariño
BOLÍVAR GUAINÍA
Achí Inírida
Arjona GUAVIARE
Barranco de Loba San José del Guaviare
Cantagallo HUILA
Cartagena de Indias Campoalegre
Córdoba Hobo
El Carmen de Bolívar Íquira
Magangué La Plata
Mahates Neiva
Maria La Baja Santa María
Morales Suaza
Norosi MAGDALENA
San Estanislao Aracataca
San Jacinto Chivolo
San Juan Nepomuceno Ciénaga
San Pablo El Piñón
Santa Rosa del Sur El Retén
Simití Fundación
Talaigua Nuevo Pivijay
Tiquisio (puerto Rico) Plato
Turbaco San Sebastián
BOYACÁ Santa Marta
Chiquinquirá Tenerife
Cubará META
Mongua Acacías
Paipa El Castillo
Paya La Macarena
Sogamoso Lejanías
Tunja Mapiripán
CALDAS Puerto Concordia
Anserma Puerto Gaitán
La Dorada Puerto Lleras
Manizales Puerto López
Marmato Puerto Rico
Pácora Uribe
Riosucio Villavicencio
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DEPARTAMENTO MUNICIPIO DEPARTAMENTO MUNICIPIO
San José VistaHermosa
Supía NARIÑO
CAQUETÁ Barbacoas
Montañita Colón
Morelia El Charco
San José del Fragua Francisco Pizarro
San Vicente del Caguán La Tola
Valparaíso Mosquera
CASANARE Olaya Herrera
La Salina Policarpa
Monterrey Santa Bárbara
Paz de Ariporo Tumaco
Sácama NORTE DE SANTANDER
San Luis de Palenque Ábrego
Villanueva Bucarasica
Yopal Cúcuta
CAUCA El Carmen
Almaguer El Tarra
Argelia El Zulia
Bolívar Hacarí
Buenos Aires La Esperanza
Cajibío Los Patios
Caldono Ocaña
Caloto Puerto Santander
Corinto San Calixto
El Tambo Sardinata
La Sierra Teorama
Mercaderes Tibú
Miranda Villa del Rosario
Páez QUINDIO
Popayán Armenia
Rosas Calarcá
Santander de Quilichao Circasia
Sotará Córdoba
Sucre Génova
Villa rica La Tebaida
CESAR Montenegro
Aguachica Pijao
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DEPARTAMENTO MUNICIPIO DEPARTAMENTO MUNICIPIO
Agustín Codazzi Quimbaya
Astrea Salento
Becerril RISARALDA
Chimichagua Belén de Umbría
Chiriguaná Dosquebradas
Curumaní Guática
El Paso Mistrató
Gamarra Pereira
La Gloria Pueblo Rico
La Jagua de Ibirico Quinchía
La Paz Santa Rosa de Cabal
Manaure TOLIMA
Pailitas Ataco
Pelaya Cajamarca
San Alberto Chaparral
San Diego Coyaima
San Martín Espinal
Tamalameque Ibagué
Valledupar Lérida
SUCRE Líbano
Los Palmitos Natagaima
Ovejas Ortega
San Benito Abad Planadas
Sincelejo Rioblanco
LA GUAJIRA Roncesvalles
Barrancas Saldaña
Fonseca VALLE DEL CAUCA
Maicao Bolívar
Riohacha Buenaventura
SANTANDER Cali
Barrancabermeja Cartago
Bucaramanga Florida
Cimitarra Pradera
Floridablanca Tuluá
Girón VAUPÉS
Piedecuesta Carurú
Puerto Wilches Mitú
PUTUMAYO VICHADA
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DEPARTAMENTO MUNICIPIO DEPARTAMENTO MUNICIPIO
Mocoa La Primavera
Puerto Asís Puerto Carreño
Puerto Leguízamo Santa Rosalía
Valle del Guamuez
Villagarzón
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3. POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE RIESGO:
Los líderes(as) sociales y los(as) defensores(as) de derechos humanos que han sido
objeto de amenazas, atentados, homicidios y desaparición forzada, hacen parte de las
siguientes organizaciones sociales, comunitarias y defensores de derechos humanos:
Amazonas:
1. Asociación indígena Tikuna, Cocama y Yagua de Puerto Nariño – ATICOYA
2. Asociación de Autoridades indígenas de La Pedrera –AIPEA
3. Mesa departamental de participación de víctimas
Antioquia:
1. Fenalpaz Antioquia (Bello)
2. Comunidad indígena Omagá (Cáceres)
3. Colectivo Voces de Paz (Don Matías)
4. Asociación de hermandades agroecolígcas y mineras de Guamocó – Ahermigua
5. Asociación de campesinos del Bajo Cauca – ASOCBAC
6. Corporación Acción Humanitaria por la convivencia y la paz del nordeste
antioqueño -Cahucopana
7. Movimiento Marcha Patriótica
8. Unión Patriótica
9. Juventud Rebelde
10. Líderes indígenas
11. Mesa de derechos humanos del Valle de Aburrá
12. Comité de mototaxistas de “La Coquera” (El Bagre)
13. Asociaciones mineras del Nordeste
14. Movimiento Ríos Vivos
15. Líderes de Juntas de Acción Comunal
16. Representantes de víctimas.
17. Mesa de derechos humanos de los periodistas de Medellín y Antioquia -
MESDHUPERA
Arauca:
1. Comité permanente por la defensa de los derechos humanos CPDH
2. Asociación Nacional Campesina – ASONALCA
3. Asociación Campesina de Arauca – ACA
4. Mesa de organizaciones cívicas y populares de Arauca – MOCIPAR
5. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano -MUCAPOC
6. Movimiento Marcha Patriótica
7. Juventud Comunista
8. Unión Sindical Obrera – USO
Atlántico:
1. ASOTRACAMPO
2. Asociación de familias unidas por un solo dolor – AFUSODO (Barranquilla)
3. Partido Comunista Colombiano
4. Movimiento Marcha Patriótica
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5. Iniciativa Ciudadana “Paz a la Calle”
6. Coordinación Colombia Europa Estados Unidos
7. Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado – MOVICE
8. Central Unitaria de Trabajadores – CUT
9. Fundación Comité de solidaridad con los presos políticos
10. Confluencia de Mujeres
11. Fundación para la paz, la democracia y los derechos humanos –
Fundemocracia
12. Mesa de participación de víctimas del distrito de Barranquilla
13. Mesa departamental de víctimas
Bogotá DC:
1. Central Nacional Provivienda – CENAPROV
2. Asociación Sindical de Profesores Universitarios - ASPU
3. Comisión Colombiana de Juristas
4. Fundación Manuel Cepeda Vargas
5. Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo
6. Organización Nacional Indígena de Colombia- ONIC
7. Plataforma Colombiana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo
8. Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos –ILSA
9. Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento – CODHES
10. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
11. Corporación para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos –REINICIAR
12. Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos –CSPP
13. Comité Permanente para la Defensa de los DHH- CPDH
14. Central Unitaria de Trabajadores CUT
15. Sindicato nacional de trabajadores de la industria de alimentos -
SINALTRAINAL
16. Tierrra Digna
17. Fundación por la defensa de los derechos humanos y el DIH del Oriente y
Centro de Colombia - DHOC
18. Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular
19. Unión Sindical Obrera – USO
20. Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios – ACEU
21. Federación de Estudiantes Universitarios – FEU
22. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano -MUCAPOC
23. Movimiento Marcha Patriótica
24. Movimiento de víctimas de crímenes de Estado - MOVICE
25. Organizaciones de Mujeres y Organizaciones de personas con orientación
sexual diversa
26. Juntas de Acción Comunal de Bogotá
27. Red de maestros La Roja
28. Red de medios alternativos
29. Corporación Sisma Mujer
Bolívar:
1. Organizaciones sindicales:
18
- SINALTRAINAL
- SUTIMAC
- ANTHOC
Unión Sindical Obrera –USO.
Sintraelecol
Sintraunicol, y
Sintrabiofilm.
2. Movimiento Pacífico de la Alta Montaña
3. Mesa de víctimas de los municipios de Carmen de Bolívar y Córdoba Tetón
4. Mesa departamental de víctimas
5. Consejo comunitario PUA II (Cartagena)
6. Asociación de Consejos comunitarios de Cartagena
7. Colectivo de seguimiento al Auto 092 (Cartagena)
8. Liga de mujeres desplazadas de Bolívar
9. Asociación de campesinos afrodescendientes – ASOCAAFRO (María La Baja)
10. Cabildo indígena Talaigua Nuevo
Boyacá:
1. Juntas de Acción Comunal de los municipios: El Cocuy, Güicán de la Sierra,
Chiscas, El Espino, Susacon, Chita, Jericó, Socota, Socha, Tasco, Mongua,
Aquitania, Pesca, Pisba, Paya, Labranzagrade y Pajarito
2. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano -MUCAPOC
3. Mesas de víctimas de los municipios de Chiquinquirá, Mongua, Paipa, Sogamoso
4. Mesa departamental de víctimas
5. Corporación Social para la Asesoría y Capacitación Comunitaria - COSPACC
Caldas:
1. Autoridades tradicionales y comunidades indígenas del departamento:
a) Cabildos de: Totumal, La Albania, Dachi Joma y Parcialidad de Cartama en
Marmato
b) Resguardos: San Lorenzo, Cañamomo Lomaprieta en Riosucio, resguardo
Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, comunidad de La Albania.
2. Colectivos sindicales y defensores de derechos humanos:
- CUT
- CPDH
- EDUCAL
- SINDESS
- SINTRAELECOL
- MANE
- ACEU
- MOVICE
- ASOFADES
3. Comité Permanente de Derechos Humanos
4. Movimiento Marcha Patriótica
5. Líderes estudiantiles
6. Mesas de víctimas de los municipios de La Dorada, Pensilvania y Pácora
7. Mesa departamental de víctimas
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Caquetá:
1. Asociación de cabildos indígenas de San Vicente del Caguán – ASISC.
2. Corporación Caguán Vive (San Vicente del Caguán)
3. Polo Democrático Alternativo
4. Asociación Ambiental Losada Guayabero –ASCALG (San Vicente del Caguán)
5. Proceso comunitario Junta de Acción Comunal vereda Platanillo y vereda La
Victoria (San Vicente del Caguán)
6. Líderes de juntas de acción comunal
7. Movimiento Marcha Patriótica
Casanare:
1. Juntas de Acción Comunal, particularmente en los municipios de Yopal,
Aguazul, Trinidad, San Luis de Palenque, Paz de Ariporo.
2. Mesas de participación de víctimas
3. Movimiento Marcha Patriótica (La Salina, Sácama, Recetor, Chámeza, Yopal,
Aguazul)
4. Congreso de los Pueblos (La Salina, Sácama, Recetor, Chámeza, Yopal,
Aguazul)
5. Asociación de veredas de Cumaná – ASOVEC
6. Asociación Nacional Campesina José Antonio Galán Zorro – ASONALCA
7. Asociación Nacional de jóvenes y estudiantes de Colombia – ANJECO
8. Asociación de mujeres unidas por Casanare – ASMUC
9. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano –MUCAPOC
10. Organización regional indígena de Casanare –ORIC
11. Asociación “Defendamos a Casanare”
12. Comité “Yopal somos todos”
13. Corporación Social para la Asesoría y Capacitación Comunitaria - COSPACC
Cauca:
1. Asociación Campesina de Caloto
2. Proceso comunitario vereda La Arrobleda (Caloto)
3. Asociación de trabajadores campesinos de la zona de reservas campesinas del
municipio de Caloto- ASTRAZONACAL
4. Resguardo indígena de Rioblanco (Popayán)
5. Asociación de trabajadores campesinos de la Zona de Reserva Campesina del
municipio de Corinto – ASTRAZONAC
6. Comité Regional Indígena del Cauca - CRIC
7. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria – FENSUAGRO
8. Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiana –PUPSOC
9. Movimiento Marcha Patriótica
10. Comunidad educativa y bomberos voluntarios de Cajibío
11. Proceso comunitario Junta de Acción comunal del corregimiento de Fondas
(El Tambo)
12. Comité de integración del Macizo Colombiano – FUNDECIMA (Almaguer)
13. Asociación Campesina de trabajadores de Argelia – ASCAMTA
14. Pro Asociación Campesina de Sucre (Bolívar)
20
15. Asociación de Juntas comunales de los ríos Mira, Nulpe y Mataje – ASOMINUMA
(Mercaderes)
16. Asociación Campesina de Piendamó
17. Asorenacer Siglo XXI (Suárez)
18. Asociación indígena Avelino Ur (Toribío)
19. Asociación de trabajadores campesinos de Totoró – ASOCAT
20. Asociación Campesina Inzá Tierradentro – ACIT (Inzá)
21. Mesa regional de organizaciones sociales, campesinas, indígenas, juveniles de
la Baja Bota Caucana, Jardines de Sucumbíos, Ipiales, Nariño y Putumayo
22. Partido Comunista Colombiano
23. Mesas de víctimas
24. Unión Patriótica
25. Asociación de Usuarios de Servicios Públicos (Popayán)
26. Federación de Estudiantes Universitarios – FEU (Popayán)
Cesar:
1. Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar – CISBCSC
(Chiriguaná, Curumaní, Chimichagua, Pailitas, Pelaya, La Gloria, Gamarra,
Aguachica y San Martín)
2. Movimiento de trabajadores campesinos y comunidades del Cesar – MTCC
(Gamarra, La Gloria, Pailitas, Pelaya y Curumaní)
3. Asociación de campesinos desplazados al Retorno – ASOCADAR (Aguachica, La
Gloria, Tamalameque y Pelaya)
4. Asociación de campesinos y comunidades sin tierra del Cesar – ASOCAMTICE
(Valledupar, El Copey, San Diego, Agustín Codazzi, Becerril y La Jagua de Ibirico)
5. Asociación colombiana horizonte de población desplazada – ASOCOL
(Aguachica, La Gloria, Tamalameque y Pelaya)
6. Movimiento fuerza unitaria de territorios unidos y regiones organizadas –
Futuro (Chiriguaná, Curumaní, Chimichagua y Pailitas)
7. Mesa regional de la zona de reserva campesina del Perijá – MRZRCP
(Chiriguaná, Curumaní, Chimichagua y Pailitas)
8. Asociación Campesina de la Serranía del Perijá (Manaure Balcón del Cesar, La
Paz, San Diego y Agustín Codazzi)
9. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria – FENSUAGRO (Valledupar,
La Jagua de Ibirico, Pailitas, San Diego)
10. Corporación Defensa del agua, territorio y ecosistemas – CORDATEC (San
Martín)
11. Junta de acción comunal de El Hatillo (El Paso)
12. Cooperativa multiactiva de trabajadores de El Hatillo –COOMULTRAHA (El
Paso)
13. Asociación campesina de productores y productoras de El Hatillo –
ASOCAPROHA (El Paso)
14. Consejo comunitario de comunidades negras de La Sierra, El Cruce y La
Estación – CONESICE (Chiriguaná)
15. Congreso de los Pueblos
16. Movimiento Marcha Patriótica
21
Chocó:
1. Líderes étnico territoriales, autoridades indígenas, procesos organizativos
reivindicatorios de derechos sociales, principalmente en las zonas rurales de los
municipios del Alto, Medio y Bajo Baudó, Litoral de San Juan, Nuquí y Juradó.
2. Personeros municipales de Litoral de San Juan y Bajo Baudó.
3. Movimiento Marcha Patriótica
4. Coordinación Nacional de Pueblos Indígenas de Colombia – CONPI
5. Comité cívico departamental por la salvación y dignidad del Chocó
Córdoba:
1. Líderes de Juntas de acción comunal
2. Cabildo indígena Zenú Tierra Santa (La Aparatada)
3. Líderes indígenas Zenú (Canalete, Montelíbano, Puerto Libertador, Tierralta)
4. Líderes estudiantiles de la Universidad de Córdoba
5. Fundación Social Cordobexia (Montería)
6. Movimiento Marcha Patriótica
7. Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC
8. Asociación campesina para el desarrollo del Alto Sinú - ASODECAS (Tierralta)
9. Mesa municipal de víctimas de Tierralta
10. Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba - ASCSUCOR
Cundinamarca:
1. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano –MUCAPOC
2. Mesas municipales de víctimas de Granada, Sivania y Cabrera
3. Movimiento Marcha Patriótica
4. Juventud Comunista
5. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria – FENSUAGRO
6. Sindicato de pequeños agricultores de Cundinamarca - Sinpreagricun
7. Líderes estudiantiles (Soacha)
8. Líderes comunales (Soacha)
Guaviare:
1. Líderes del pueblo indígena Jiw
2. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano –MUCAPOC
3. Asociación de Trabajadores Campesinos del Bajo Guaviare -ASOTRACAGUA
Guainía:
1. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano -MUCAPOC
Huila:
1. Corporación casa de la memoria Quipu Huasi (Neiva)
2. Proceso Juntas de Acción Comunal del asentamiento Alto Mirador (Neiva)
3. Central Unitaria de Trabajadores – Huila
4. Sindicato de trabajadores de la Caja de Compensación Familiar del Huila
5. Fundación Comité Permanente por los derechos humanos
6. Mesa departamental de participación efectiva de víctimas
7. Mesas de víctimas de los municipios de Neiva, Pitalito, Iquira, La Plata
22
8. Proceso Junta de Acción comunal del barrio Falla Bernal (Neiva)
9. Junta de Acción Comunal de la vereda Bajo Quebradón (Algeciras)
10. Resguardo indígena Pijao (Santa María)
11. Comunidad docente de la escuela Yu Luucx Pihau del resguarto Tame (La
Plata)
12. Resguardo Nueva Esperanza (La Plata)
13. Mesa municipal de víctimas de La Plata
14. Asociación de calandreros del río Magdalena y pescadores de Hobo
15. Asociación Nacional de Usuarios Campesinos – Huila
16. Movimiento Marcha Patriótica
17. Personero municipal de Suaza
La Guajira:
1. Mesa de concertación Wayúu
2. Fuerza de mujeres Wayúu
3. Líderes indígenas
4. Movimiento Marcha Patriótica
Magdalena:
1. Sindicato Nacional de la Salud y la Seguridad Social
2. Líderes de juntas de acción comunal
3. Respeto por las víctimas (Tenerife)
4. Fundación províctimas de La Secreta
5. Asociación de desplazados de El Retén
6. Mesa departamental de víctimas
7. Mesa de víctimas del municipio de Pivijay, Fundación, Santa Marta, Chibolo, El
Piñon y Plato.
8. Asociación de mujeres desplazadas del Magdalena (Fundación)
9. Asumidos por Fundación
10. Personeras y personeros municipales
Magdalena Medio:
1. Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos –CREDHOS
2. Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra – ACVC
3. Asociación Regional de Víctimas de Crímenes de Estado en el Magdalena Medio
-ASORVIMM
4. Mesa Comunal por la Vida Digna de la región de San Pablo y Cantagallo
5. Asociación de desplazados asentados en el municipio de Barrancabermeja-
ASODESAMUBA-
6. Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar - CISBCSC
7. Movimiento Marcha Patriótica
8. Movimiento Juventud Rebelde
9. Asociación Nacional de Ayuda Solidaria - ANDAS
10. Unión Sindical Obrera – USO
11. Corporación Acción Humanitaria por la convivencia y la paz del nordeste
antioqueño –Cahucopana
12. Líderes de Juntas de Acción Comunal
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13. Federación Agrominera del Sur de Bolívar- Fedeagromisbol
14. Mesa municipal de víctimas de Cantagallo, San Pablo, Barrancabermeja
15. Espacio de trabajadores de derechos humanos
16. Asociación de Campesinos de Buenos Aires - ASOCAB (EL Peñon)
17. Observatorio de Paz Integral del Magdalena Medio
Meta:
1. Sindicato de trabajadores agrícolas independientes del Meta - SINTRAGRIM
2. Líderes de Juntas de Acción Comunal
3. Asociación de campesinos trabajadores y productores de la región del río
Guayabero - ASCATRAGUA
4. Asociación de Mujeres desplazadas del Meta - ASOMUDEN
5. Unión Sindical Obrera -USO
6. Mesa departamental de víctimas
7. Comité Cívico de Derechos Humanos del Meta
8. Corporación de Juntas del área de influencia directa – CEJAID (Acacías)
9. Asociación agropecuaria de Reserva Campesina del Alto Duda -ARCADUDA
10. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano –MUCAPOC
11. Movimiento Marcha Patriótica
Nariño:
1. Asociación de Consejos Comunitarios de la Ensenada de Tumaco – ASOCRET
2. Asociación de Consejos de Comunidades Étnicas (Tumaco)
3. Mesa municipal de víctimas de Tumaco
4. Reguardo Awá Hojal (Tumaco)
5. Organización Unidad Indígena del Pueblo Awá – UNIPA (Tumaco)
6. Consejo Comunitario Rescate Las Varas (Tumaco)
7. Asociación de trabajadores campesinos de Nariño –ASTRACAN (La Unión y
Leiva)
8. Resguardo indígena El Gran Cumbal (Cumbal)
9. Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano – PUPSOC (Barbacoas,
Francisco Pizarro y Policarpa)
10. Fundaprogreso (Jardines de Sucumbíos)
11. Asociación de juntas comunales de los ríos Mira, Nulpe y Mataje –
ASOMUNUMA (Tumaco)
12. Movimiento Marcha Patriótica
13. Movimiento Juventud Rebelde
14. Movimiento de víctimas de crímenes de Estado – MOVICE
15. Comité permanente de derechos humanos – CPDH
Norte de Santander:
1. Líderes de Juntas de Acción Comunal
2. Asociación de pequeños productores del Catatumbo – ASOPROCAT (Tibú)
3. Mesa departamental de víctimas
4. Asociación de desplazados de El Zulia
5. Organización Asofazul (El Zulia)
6. Asociación Campesina del Catatumbo – ASCAMCAT
24
7. Comité de Integración social de Catatumbo – CISCA
8. Movimiento por la Constituyente Popular –MPC
9. Unión Sindical Obrera – USO
10. Mesas de participación de víctimas de los municipios: Puerto Santander, El
Zulia, Cúcuta, Villa del Rosario, Sardinata y Tibú.
11. Personeros y personeras de los municipios de Tibú, Hacarí, Teorama, El
Carmen, El Tarra y San Calixto.
Putumayo:
1. Asociación de autoridades tradicionales y cabildos de los pueblos indígenas del
municipio de Leguizamo y Alto Resguardo Predio Putumayo – ACILAPP (Puerto
Leguizamo)
2. Cabildo indígena Awá Mayaskare (Mocoa)
3. Resguardo Nasa Jerusalén Alto Picudito (Villagarzón)
4. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria – FENSUAGRO
5. Zona de Reserva Campesina de la Perla Amazónica (Puerto Asís)
6. Asociación de trabajadores campesinos del Alto Mecaya – ATCAM (Puerto
Caicedo)
7. Mesa regional de organizaciones sociales, campesinas, indígenas, juveniles de
la Baja Bota Caucana, Jardines de Sucumbíos, Ipiales, Nariño y Putumayo
8. Sindicato de trabajadores campesinos agrarios de Putumayo – SINTRACAP
(Orito y Valle del Guamuez)
9. Movimiento Marcha Patriótica
10. Asociación sindical agroecológica de trabajadores campesinos del Putumayo –
ACSOMAYO (Puerto Asís)
11. Red de derechos humanos del Putumayo (Puerto Asís)
12. Asociación campesina del suroriente del Putumayo – ACSOMAYO (Puerto Asís)
13. Sindicato de trabajadores campesinos del cordón fronterizo del Putumayo –
SINTCACFROMAYO (Puerto Asís)
14. Asociación de trabajadores campesinos de Nariño –ASRTRACAN (Puerto
Leguizamo)
15. Asociación de trabajadores de los pueblos de frontera del Putumayo –ATP
(San Miguel)
16. Colectivo tierra y memoria (Villagarzón)
17. Fundación Comité permanente por la defensa de los derechos humanos
18. Mesa de organizaciones sociales del Putumayo – MEROS
Quindío:
1. Defensores y defensoras de derechos humanos en los municipios de: Armenia,
La Tebaida, Montenegro, Quimbaya, Circasia y Calarcá.
2. Líderes de organizaciones indígenas, campesinas y de población con
orientaciones sexuales diversas
3. Representantes estudiantiles
4. Líderes de Juntas de Acción Comunal
5. Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos - ASFADDES
6. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria – FENSUAGRO
7. Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC
25
8. Movimiento Marcha Patriótica
9. Asociación nacional de desplazados - ANDESCOL
10. Semillas y Memoria
11. Democracia Comunal y ASOGUARANI.
12. Mesa departamental de víctimas
Risaralda:
1. Organizaciones sociales, étnicas y populares en defensa del territorio
2. Comunidades indígenas de Quinchía y Guatica
3. Líderes de Mistrato, dignatarios de Juntas de Acción Comunal de los barrios El
Plumón y San Nicolás en Pereira
4. Población Embera Katío del Resguardo Gitó Dokabú en Pueblo Rico
5. Organizaciones estudiantiles:
- ANDES en Dosquebradas
- FEU en la Universidad Tecnológica de Pereira
6. Mesa de víctimas de los municipios de Belén de Umbría, Dosquebradas,
Mistrató, Pereira
7. Líderes de juntas de acción comunal
8. Comité Regional Indígena de Risaralda - CRIR
Sucre:
1. Movimiento de víctimas de crímenes de Estado – MOVICE
2. Mesa Sucreña por la paz
3. Líderes de la Finca La Alemania (San Onofre)
4. Líderes de la Finca La Europa (Ovejas)
5. Asociación Nacional de Usuarios Campesinos – ANUC
6. Organizaciones de población LGBTI: Sucre Diversa y Sucre Alternativa
7. Organización de mujeres Esfuérzate
Tolima:
1. Movimiento Marcha Patriótica
2. Asociación de trabajadores campesinos del Tolima – Astracatol
Urabá:
1. Comunidad de Paz de San José de Apartadó
2. Autoridades étnicas y líderes de los pueblos Embera y Wounaan
3. Organizaciones afrodescendientes y Consejos Comunitarios, en particular los
Consejos comunitarios de: Pedeguita Mancilla, La Larga Tumaradó, Los Guerreros
y Apartadocito.
4. Foro Interétnico Solidaridad Chocó
5. Reclamantes de tierras
6. Unión Patriótica
7. Organizaciones campesinas, en particular la Organización Campesina de San
José de Apartadó.
8. Defensoras y defensores de derechos humanos, organizaciones sindicales
9. Movimiento Marcha Patriótica
26
Valle del Cauca:
1. Fundación Valle sin fronteras y servicios amigables (Tulúa)
2. Fundación Triunfando en Dios por Colombia (Cali)
3. Mesa departamental de víctimas
4. Consejo Comunitario Playa Renaciente (Cali)
5. Movimiento Marcha Patriótica
6. Organización regional indígena del Valle del Cauca –ORIVAC
7. Fundación tutela del menor e iglesia cristiana (Calima)
8. Mesa de víctimas de los municipios de Cartago y Cali
9. Comunidad Wounáan desplazada de San José del Palmar (Buenaventura)
10. Espacio humanitario de Puente Nayero (Buenaventura)
11. Resguardos indígenas de los corregimientos Bendiciones, Joaquincito y La
Delfina (Buenavenutura)
12. Asociación de Cabildos indígenas del Valle del Cauca – ACIVA
13. Coordinación Nacional de organizaciones y comunidades afrodescendientes –
CONAFRO (Buenaventura)
14. Asociación Campesina del Valle del Cauca – ASTRACAVA (Buenaventura,
Palmira, Pradera, Sevilla, Tulúa)
15. Mesa agropecuaria y popular de interlocución y acuerdos – MIA
(Buenaventura, Palmira, Pradera)
16. Coordinación Campesina del Valle del Cauca
17. Coordinadora Estudiantil de la Universidad del Valle
18. Red de derechos humanos Francisco Isaías Cifuentes (Cali)
19. Federación de Estudiantes Universitarios – FEU (Cali)
20. Resguardo indígena Kwet Wakla (Pradera)
21. Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC (Tulúa)
22. Congreso de los Pueblos
Vichada:
1. Mesa de unidad cívica, agraria y popular del Oriente Colombiano -MUCAPOC
27
4. CONTEXTO GENERAL DEL RIESGO PARA LOS LÍDERES Y DEFENSORES DE
DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA
Desde finales del año 2015 el país asiste a un preocupante incremento de las amenazas y
asesinatos de líderes sociales, situación que ha sido reconocida por el Gobierno Nacional,
por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y
por diferentes organizaciones defensoras de derechos humanos.
Desde que el 26 de agosto de 2016 se dio a conocer en La Habana (Cuba), el Acuerdo final
para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, en
distintas regiones del territorio nacional arreciaron las amenazas y atentados en contra
de líderes sociales y comunitarios, especialmente aquellos que desarrollan actividades
asociadas a la defensa de sus territorios, de oposición a proyectos extractivos y
particularmente, en relación con aquellos dedicados a hacer pedagogía para la paz y a
apostar por la construcción de la paz territorial en el marco del Posacuerdo con las FARC
EP.
8 “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”
28
anterior, originado en la creciente visibilidad que últimamente han venido alcanzando
distintos procesos campesinos, agrarios y comunitarios que convergen en alguna de estas
organizaciones, lo cual se ha comenzado a traducir en intimidaciones, hostigamientos y
amenazas.
5. VALORACIÓN ESTADÍSTICA
En un primer recuento de estos hechos, la Defensoría del Pueblo, a través del Sistema de
Alertas Tempranas, señaló10 que en el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2016 y
el 20 de febrero de 2017, se registraron al menos 120 homicidios, 33 atentados y 27
agresiones. Las víctimas de estos hechos correspondían a líderes sociales y defensores de
derechos humanos quienes desarrollaban sus actividades en los departamentos de
Antioquia, Arauca, Atlántico, Bolívar, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba,
Cundinamarca, La Guajira, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Risaralda,
Santander, Tolima y Valle del Cauca.
Esta nueva información, contrastada y verificada por la Defensoría del Pueblo, permite
observar que durante el año 2016 fueron asesinados 134 líderes sociales, comunitarios y
defensores(as) de derechos humanos en Colombia. Del total de víctimas, el 31% de los
casos [41] ocurrieron en el departamento del Cauca, 18 en Antioquía, 8 en Cundinamarca,
8 en Norte de Santander, 7 en Nariño y 7 en el Valle del Cauca. Estos seis departamentos
reúnen el 66% de las muertes violentas cometidas contra este sector de la población.
Por otra parte, entre el primero (01) de enero y hasta el cinco (05) de marzo de 2017 se
habían registrado 22 homicidios contra líderes sociales en los departamentos de Antioquia
29
[7], Arauca [1], Caldas [1], Cauca [3], Cesar [2], Córdoba [2], Bogotá DC [1], Chocó [2],
Meta [2] y Risaralda [1]
30
Se han documentado por lo menos 500 casos de amenazas contra líderes sociales,
comunitarios y defensores de derechos humanos, de las cuales 61 corresponden a
amenazas colectivas.
31
32
GRÁFICOS REPRESENTATIVOS DE LA PROBLEMÁTICA
Durante el período que cubre este Informe, 1 de enero de 2016 a 5 de marzo de 2017, la
Defensoría del Pueblo documentó 156 homicidios contra líderes sociales, comunitarios y
defensores de derechos humanos que se concentran en 98 municipios de 14 departamentos
del país.
33
34
A su vez, se registraron 33 atentados en 27 municipios de los departamentos de Antioquia,
Arauca, Atlántico, Caquetá, Casanare, Cauca, Córdoba, Cundinamarca, Huila, La Guajira,
Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander. Putumayo, Quindío, Risaralda, Sucre y Valle
del Cauca.
Las amenazas tienen un alcance más amplio, vinculado con la profusión de mecanismos
de difusión que ya se han indicado, y se registraron en 157 municipios de 27
departamentos.
35
36
La Defensoría del Pueblo observa con preocupación el creciente número de violaciones a
los derechos humanos e infracciones al DIH de que han sido víctimas los líderes sociales,
comunitarios y defensores de derechos humanos durante el último año, materializadas en
amenazas, homicidios, atentados y desaparición forzada.
Se destacan de forma especial los ataques, atentados y violaciones de que han sido
víctimas los integrantes del movimiento político Marcha Patriótica:
Gráfico N°5. Distribución de los tipos de hechos victimizantes para miembros del
movimiento Marcha Patriótica
37
víctimas, organizaciones y movimientos sociales. Especialmente se ha requerido a la
Fiscalía General de la Nación para que estas investigaciones sean asumidas por la Unidad
Especial de Investigación creada por el Acuerdo Final de Paz. Así mismo ha invitado a que
se fortalezcan las labores de inteligencia que permitan desmantelar los grupos armados
que violan los derechos humanos de esta población.
Los líderes sociales y comunitarios que en los últimos meses han sido objeto de amenazas,
hostigamientos y agresiones pertenecen a organizaciones sociales, especialmente
campesinas, que desarrollan o han desarrollado las siguientes actividades:
38
organizaciones sociales, líderes y lideresas en lo local, en momentos previos a su
participación en escenarios políticos, movilizaciones sociales o espacios de exigibilidad de
derechos humanos.
Estos hechos causan zozobra y temor en zonas rurales que cuentan con organizaciones
sociales fuertes, que son constantemente estigmatizados como colaboradores de los
grupos guerrilleros. Con esta modalidad de intimidación, se han expresado amenazas
contra líderes nacionales y coordinadores departamentales y regionales del Movimiento
Marcha Patriótica, amedrentándolos además con el despliegue de un “Plan pistola” en su
contra. Con ello se estaría buscando afectar su labor de denuncia y defensa de los
derechos humanos, al obligarlos a concentrarse en la protección a la vida, integridad y
seguridad, con lo cual se desincentivan los procesos de participación de movimientos
campesinos y étnicos.
ANTIOQUIA
Especial situación de riesgo se evidencia en los municipios del Bajo Cauca Antioqueño, (El
Bagre, Caucasia, Tarazá, Nechí, Zaragoza y Cáceres), en donde se han presentado varios
hechos victimizantes graves, como los consignados en el Informe de Riesgo de Inminencia
No. 007 para El Bagre. Organizaciones como Aheramigua, Asobac, Cahucopana y Marcha
Patriótica, han sido amenazadas en la región por sus constantes denuncias contra las
violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH y por su compromiso con los
Acuerdos de paz.
En la subregión del norte de Antioquia el riesgo recae sobre los defensores de derechos
humanos, líderes de las Juntas de Acción Comunal, miembros del movimiento Ríos Vivos y
militantes de Marcha Patriótica, como consecuencia de las amenazas directas, el
señalamiento y la estigmatización de la que son objeto en razón de su actividad, por parte
de las AGC.
También la orientación sexual e identidad de género de los líderes ha sido una motivación
para generar amenazas en su contra pues persigue un fin ejemplarizante y regulatorio de
la conducta enviando un mensaje sobre que lo que está por fuera de lo “aceptado” no
será “permitido” el grupo armado, en este sentido hay dos casos de miembros de Marcha
Patriótica y otros más que hacen parte de las mesas de participación de víctimas
departamental y de Tibú, Norte de Santander. El caso de Marcha Patriótica tiene más
relación con la estigmatización, así como con la existencia de intereses sobre el territorio,
39
además de las tensiones que enfrentan los líderes en el ejercicio de exigibilidad de
derechos que los coloca en directa oposición a la acción de los grupos armados.
CUNDINAMARCA
CÓRDOBA
Por otra parte, en el Departamento de Córboba la dinámica del conflicto armado se ha ido
transformando en concordancia con el avance en la implementación de los Acuerdos de
Paz, lo que ha llevado a la concentración de los Frentes 5, 18 y 58 de las FARC-EP que
actuaban en el departamento y el incremento de la capacidad militar del grupo armado
ilegal post-desmovilización de las AUC autodenominado, Autodefensas Gaitanistas de
Colombia, AGC, lo cual ha generado la ruptura de los órdenes violentos impuestos por
estos actores armados para el control territorial, poblacional y de las economías ilícitas
que se desarrollan en el sur de Córdoba12.
11 En el informe “Limpieza social. Una violencia mal nombrada”, el Centro Nacional de Memoria Histórica ha conceptualizado el exterminio social en los
siguientes términos: “se está en presencia de un episodio de aniquilamiento social cuando se produce el repetido asesinato en la calle de una identidad
socialmente conflictiva. Son entonces cuatro sus rasgos distintivos: la condición social, la identidad conflictiva; su ocurrencia en la calle; el carácter
repetido y sistemático.” Centro Nacional de Memoria Histórica. Limpieza social. Una violencia mal nombrada. Bogotá: CNMH – IEPRI. 2015, p.45
12 A pesar de la existencia de intereses antagónicos entre ambas agrupaciones relacionados con el control de las economías ilegales del narcotráfico, la
minería del oro y las exacciones forzadas, las afectaciones letales contra la población civil se habían reducido debido a un supuesto acuerdo de
delimitación territorial para las acciones de cada grupo ilegal, lo que permitió la coexistencia de las FARC y las AGC. Dicha coexistencia solo fue
perturbada por las tensiones frente a la disputa por el control de las exacciones y extorsiones bajo amenazas a los sectores productivos legales e ilegales
de estos municipios.
40
paramilitarismo y de las AGC que intentan asumir el monopolio de las economías ilegales
en la zona abandonada por las FARC-EP.
13Sobre los homicidios de líderes ocurridos en el departamento en el último año los organismos de investigación estatal consultados desconocen móviles
y autores, así como la existencia de un hilo conductor que una todos los eventos, sin embargo fuentes comunitarias señalan como posibles autores de
los siete homicidios de líderes sociales y defensores de derechos humanos ocurridos en el último año a presuntos integrantes del grupo armado ilegal
post-desmovilización de las AUC autodenominado, Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Los cuales parecerían estar relacionados con i)
señalamientos hacia los líderes por parte de las AGC de supuestamente poner en peligro la seguridad de la organización ilegal, este podría ser el caso
del Presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento Popayán en el municipio de Canalete, quien supuestamente entregó las llaves de una
instalación comunitaria para el alojamiento de la Policía; ii) en segundo término por señalamientos de poner en riesgo las economías ilegales que
controlan, es el caso del Vicepresidente de la Asociación Campesina para el Desarrollo del Alto Sinú, señor José Yilmer Cartagena, asesinado por apoyar
la política de sustitución de cultivos de coca en el Nudo del Paramillo; iii) por desafiar, oponerse o desconocer las normas de control social impuestas
por las AGC, lo que podría igualmente haber incidido en los homicidios de los líderes de las Asociaciones del sur de Córdoba, ASCSUCOR y ASODECAS,
así como del Presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento Popayán, en el municipio de Canalete.
41
A continuación se presenta la relación de los documentos de diagnóstico y advertencia
formulados por el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo respecto a
los riesgos y amenazas que vienen sufriendo los líderes sociales y defensores de Derechos
Humanos en Colombia:
42
Departamento Municipio Departamento Municipio
San Jacinto Mosquera
San Juan Nepomuceno Tumaco
San Pablo Norte de Bucarasica
Santa Rosa del Sur Santander Cúcuta
Simití Los Patios
Turbaco Puerto Santander
Sucre Ovejas Sardinata
Sincelejo Villa del Rosario
Caldas Manizales Putumayo Leguízamo
Caquetá Cartagena del Chairá Puerto Asís
La Montañita San Miguel
San Vicente del Caguán Valle del Guamuez
Cauca Miranda Quindío Armenia
Cesar Aguachica Calarca
Agustín Codazzi Circasia
Astrea Córdoba
Becerril Montenegro
Chimichagua Risaralda Dosquebradas
Chiriguaná Mistrató
Curumaní Pereira
El Paso Quinchía
Gamarra Santa Rosa de
Cabal
La Gloria Santander Bucaramanga
La Jagua de Ibirico Floridablanca
La Paz Girón
Manaure Piedecuesta
Pailitas Tolima Líbano
Pelaya Valle del cauca Cali
San Alberto El Dovio
San Diego Florida
San Martín Pradera
Tamalameque Vichada La Primavera
Valledupar Puerto Carreño
Santa Rosalía
43
8. ANTECEDENTES. LA ESTIGMATIZACIÓN CONTRA LOS LÍDERES SOCIALES,
COMUNITARIOS Y DEFENSORES DE DERECHOS HUMAMOS EN COLOMBIA
Las organizaciones sociales en Colombia han jugado un papel central como instancias de
configuración de los vínculos comunitarios básicos y de intermediación con el Estado; rol
determinante en las regiones cuyo nivel de integración es menor y donde la violencia ha
tenido su mayor expresión. Así, en buena parte de las zonas rurales y periferias urbanas,
en las que la presencia del Estado ha sido históricamente diferenciada y el acceso a los
bienes y servicios básicos limitado, han sido las comunidades organizadas quienes en
diferentes momentos se han movilizado para reclamar sus derechos y gestionar recursos
frente a las instituciones.
44
En el contexto del conflicto armado, y frente a la necesaria demanda de atención del
Estado a las víctimas, en los últimos años se ha constituido un importante número de
organizaciones en espacios como las mesas de participación efectiva de víctimas. Por su
misma composición, los líderes de víctimas son a su vez líderes de organizaciones
campesinas, sindicales, de mujeres, indígenas, de colectivos de población con orientación
sexual diversa, entre otros. Las reclamaciones en materia de atención y reparación
integral se han constituido en un campo de la movilización social que también ha sido
objeto de constantes amenazas por parte de los actores armados en diversas regiones del
país.
La estigmatización opera como una marca sobre los líderes(as) sociales y organizaciones
comunitarias, y constituye la principal característica de la violencia ejercida en su contra.
En el informe del Grupo de Memoria Histórica, hoy Centro Nacional de Memoria Histórica,
sobre las masacres de Segovia y Remedios – Antioquia14, (que son casos emblemáticos de
ataques contra sectores de oposición en la década de los años ochenta), se describe cómo
la estigmatización contra los sectores poblacionales que reivindicaban demandas sociales,
llevó a que se los considerara como objetivos militares por parte de los actores armados,
y a que el ámbito de las reivindicaciones sociales fuera copado por la dinámica de la
confrontación armada.
Al respecto señala el citado informe: “La marca criminalizante contra la oposición política
de izquierda se propagó igualmente a quienes mantuvieron una militancia visible por los
derechos humanos, configurándose una ecuación triangular, terriblemente dañina para
la democracia y que tiene todavía inquietante vigencia social y política: militante de
izquierda- defensor de derechos humanos – subversivo.” [CNMH, 2014, p. 16]
Un segundo elemento que debe ser considerado es la relación que ha sido documentada
por éste y otros estudios, sobre el vínculo entre las coyunturas históricas de ampliación
del campo democrático en Colombia y la agudización de la violencia política. Así, en la
década de los años ochenta tenía lugar en diferentes regiones del país un proceso de
emergencia de diversos sectores políticos y sociales que consideraban posible el acceso a
instancias de poder local de las que hasta entonces habían estado excluidos, aprovechando
las oportunidades generadas por los procesos de paz en curso con grupos guerrilleros y las
medidas de descentralización política y administrativa, que permitieron entre otras la
elección popular de alcaldes.
14Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación – Grupo de Memoria Histórica. Silenciar la democracia. Las masacres de Remedios y Segovia,
1982-1997. Bogotá, 2010
45
En efecto, este escenario al mismo tiempo que permitió la llegada a las administraciones
locales de fuerzas políticas alternativas, que hasta ese momento no contaban con canales
de participación, tuvo como correlato una intensificación de la violencia contra
movimientos políticos de izquierda como la Unión Patriótica, A Luchar, el Partido
Comunista, el MOIR y el Frente Popular, que con diferencias regionales empezaron a
registrar importantes triunfos electorales y con ello a socavar las bases tradicionales de
la política local.
En los años noventa la situación de riesgo para los defensores de derechos humanos no
cesó. La dinámica del conflicto armado propició la victimización y reiterados ataques
contra la vida e integridad de numerosos líderes y dirigentes sociales y políticos. Los
homicidios y actos de hostigamiento en su contra fueron atribuidos a organizaciones
paramilitares que, en alianza con poderes económicos y actores de la institucionalidad,
los declararon objetivo militar, considerándolos como parte del brazo político de la
subversión.
“La reciente escalada de violencia y hostigamiento dirigidos contra los defensores de los
derechos humanos corresponde a la degradación del conflicto durante los últimos años, e
inclusive meses…
… con alarmante frecuencia, los integrantes de las fuerzas de seguridad del Estado y de
los grupos paramilitares presumen, con base en actividades legítimas de fomento y
protección de los derechos humanos, que estos trabajadores se encuentran involucrados
46
en actividades ilegales o se han transformado en combatientes y blancos legítimos de
ataque”.15
En el año 1998 la Corte Constitucional consideró que las personas que ejercían actividades
en procura de la defensa de derechos humanos se encontraban en situación de
vulnerabilidad, en este sentido, declaró el estado de cosas inconstitucional por la falta de
protección a su favor. El Órgano Máximo en materia constitucional en el punto resolutivo
tercero de la sentencia T-590 de 1998 decidió:
Los informes trimestrales del Secretario General al Consejo Permanente sobre la Misión
de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA) daban cuenta de la proliferación de
actos violentos con posterioridad al proceso de desmovilización los cuales obedecían a los
siguientes fenómenos: “(1) reagrupamiento de desmovilizados en bandas delincuenciales que
ejercen control sobre comunidades específicas y economías ilícitas; (2) reductos que no se
desmovilizaron; (3) aparición de nuevos actores armados y/o fortalecimiento de algunos ya
existentes en zonas dejadas por grupos desmovilizados” 17
15 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tercer informe sobre la situación de derechos humanos en Colombia, 26 de febrero de 1999,
OEA/Ser.L/V/II.102. Disponible en el siguiente enlace: http://www.cidh.org/countryrep/Colom99sp/capitulo-7.htm
16 Corte Constitucional, Sentencia T- 590 de 1998, Magistrado Ponente: Alejandro Martínez Caballero.
17 De manera coincidente en los informes trimestrales 6°, 7°, 8°, 9°, 10°, 11° y 12° del Secretario General al Consejo Permanente sobre la Misión de
Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA) emitidos entre el 16 de febrero de 2006 y 9 de febrero de 2009. Disponible en el siguiente sitio web:
http://www.mapp-oea.org/wp-content/uploads/2016/01/VII-Informe-Trimestral-MAPPOEA.pdf
47
garantías para el ejercicio de la participación política y con ello la “proscripción de la
violencia como método de acción política para todas y todos los colombianos18”
Para algunos sectores de las élites locales que se han visto favorecidos con la acumulación
de recursos, entre ellos la tierra, la ampliación del espectro democrático entraña un
peligro para sus intereses, por lo que pueden generar, como lo han hecho en el pasado,
demandas de seguridad privada en el nivel local que derivarían en la reproducción de
ciclos de violencia contra los grupos de población que se consideran como una amenaza a
su statu quo.
Corresponde al Estado Colombiano adoptar todas las medidas que sean necesarias y
pertinentes para proteger efectivamente a los líderes sociales, comunitarios y defensores
de derechos humanos, en particular a quienes residen en las zonas rurales y periferias
urbanas, desde una perspectiva garantista que contribuya a consolidar las condiciones
necesarias para la ampliación de los espacios de deliberación democrática y el ejercicio
de los derechos y libertades fundamentales, entendidas como condición fundamental para
la construcción de paz.
18 Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera. Noviembre 11 de 2012. p.7
48
de violencia contra sus líderes y organizaciones representativas. Ello implica la necesidad
urgente de adoptar medidas por parte del Estado Colombiano para garantizar los derechos
de estas comunidades y con ello generar las condiciones para la construcción de escenarios
de participación democrática y garantía de derechos en los territorios.
La vigencia y el casi pleno acatamiento del cese al fuego por parte de las FARC EP desde
julio de 2015, extendida como medida bilateral tras la firma de los acuerdos de paz en La
Habana en septiembre de 2016, ha implicado una significativa reducción de las acciones
bélicas en las regiones en las que este grupo armado ha tenido presencia. En cumplimiento
de los acuerdos, la mayor parte de las estructuras de las FARC EP se han ubicado en las
zonas veredales transitorias de normalización y campamentos establecidos para este fin
en los departamentos de La Guajira, Cesar, Norte de Santander, Antioquia, Chocó,
Córdoba, Tolima, Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá, Arauca, Meta y Guaviare.
Como es de suponer, este proceso no ha estado exento de disidencias por parte de algunos
integrantes de las FARC EP que ya han expresado el no acatamiento de la decisión de
abandonar las armas y hacer tránsito a la vida civil. En los departamentos de Amazonas,
Guaviare, Vaupés, Meta, Caquetá, Nariño y Putumayo algunas estructuras se han
declarado en disidencia, situación que entraña nuevos riesgos de afectación para la
población civil en estos territorios.
1) mantener los frentes disidentes como reductos de esa guerrilla, incrementando las
prácticas de control territorial y poblacional, incluidas las de líderes sociales y
comunitarios;
49
2) conformar nuevos grupos armados ilegales con autonomía, aprovechando la experiencia
de conocimiento del territorio, el control de la población y las economías ilegales;
3) sumarse a otros grupos armados como el ELN, las AGC o grupos delictivos, quienes los
pueden acoger como combatientes y milicianos con experiencia en la guerra y las
economías ilegales.
El vacío generado por la salida de las FARC EP en algunos territorios en los que fungió
como actor hegemónico en las últimas décadas ha generado un alto nivel de incertidumbre
entre la población, que percibe una ausencia de autoridad en algunos ámbitos que eran
regulados por el actor armado; en zonas de los departamentos de Guaviare y Caquetá esta
situación se evidencia en el incremento de la delincuencia común, especialmente el hurto
de motocicletas y otros ataques contra la propiedad y seguridad individual, la ocurrencia
de homicidios selectivos sin autor identificado, además de casos de amenazas y
desplazamientos forzados al parecer relacionados con el accionar de milicianos de esta
guerrilla. En este escenario es factible que se presenten enfrentamientos entre las
estructuras de las FARC EP y los frentes que se han declarado en disidencia, tal como
ocurrió el día 11 de enero de 2017 en zona rural de San Vicente del Caguán.
Estas zonas han sido consideradas estratégicas al configurarse como zonas de tránsito
hacia el pacífico, permitiendo el abastecimiento de la insurgencia al tráfico de armas,
precursores químicos y droga, así como obtener mejores posiciones para enfrentar a la
fuerza pública.
En distintos municipios de esta subregión, tanto la guerrilla de las FARC como el ELN, han
establecido reglas de facto en la región instaurando normas de comportamiento y castigos
para la población civil. Por su parte el ELN lleva a cabo hostigamientos contra la fuerza
pública para contener los operativos militares en contra del narcotráfico, al mismo tiempo
que son frecuentes los ataques contra unidades del ejército nacional mediante el empleo
de artefactos explosivos no convencionales ocasionando afectaciones a viviendas rurales.
Es común en esta región la ocurrencia de homicidios selectivos así como amenazas hacia
líderes y lideresas que se oponen a la minería ilegal. Práctica económica controlada de
tiempo atrás por el ELN. En regiones como el norte del departamento del Cauca,
caracterizadas por su gran liderazgo étnico, se han incrementado las amenazas y
vulnerabilidad en contra de las organizaciones sociales. Los grupos armados al margen de
la ley que buscan controlar a las comunidades, al mismo tiempo que utilizar el territorio
para dominar los circuitos ligados al narcotráfico, amenazan y atacan en forma constante
a organizaciones y líderes, quienes se oponen y han luchado históricamente por valores
como la autonomía y la defensa del territorio.
50
En el suroccidente y en otras regiones del territorio nacional se evidencia una tensión en
aumento por los intereses en disputa alrededor de la tierra. Estos conflictos tienden a
exacerbarse en el contexto de la paz suscrita entre el Gobierno y las FARC,
particularmente ante la promesa gubernamental de adjudicación de tierras a distintos
sectores rurales. A lo anterior se suman los diferentes intereses de los grupos armados
ilegales nuevos factores de violencia a la conflictividad agraria.
b. Expansión del ELN hacia zonas antes controladas por las FARC EP
Además del ELN, en el Catatumbo tiene presencia el EPL, grupo armado del cual se ha
evidenciado una fuerte expansión en los últimos meses, pasando de tener presencia en un
número limitado de municipios a detentar capacidad de acción en la mayor parte de la
subregión, con proyecciones hacia el Sur del Cesar y hacia la frontera con Venezuela, a
través de incursiones en el área metropolitana de Cúcuta. Además de la vinculación con
la economía cocalera, el EPL ha reforzado los mecanismos de control social, a través del
ejercicio de la violencia contra sectores de la población estigmatizados, en particular las
personas vinculadas con el consumo de sustancias psicoactivas, las personas que ejercen
el trabajo sexual, las personas acusadas de cometer hurtos y otras conductas calificadas
como reprochables.
Se agrega como elemento positivo que en los contextos urbanos, la capacidad de reacción
de las autoridades puede ser más rápida y con mayores instituciones intervinientes, lo que
puede en cierta medida favorecer la protección de los defensores y defensoras de
derechos humanos, y contribuir a salvaguardar su vida e integridad.
51
En las zonas rurales y en municipios pequeños o apartados, la situación de riesgo y
exposición para los defensores y defensoras de derechos humanos y los líderes y lideresas
sociales es más grave. Son constantes los hostigamientos, estigmatización, amenazas,
ataques y homicidios en contra de líderes comprometidos con causas como el acceso a la
tierra, la superación de la inequidad y la exclusión, la sustitución de cultivos de uso ilícito
y zonas de reserva campesina. También son victimizados los líderes indígenas, voceros de
causas como el respeto por los territorios, la ampliación y constitución de resguardos,
consulta previa y la justicia propia. Son perseguidos los afrodescendientes comprometidos
en la defensa del territorio, la consulta previa, y la ampliación y constitución de consejos
comunitarios. También son frecuentemente amenazados y atacados los ambientalistas,
quienes se destacan, entre otras luchas, por la oposición a la explotación minera y
petrolera (fracking), la oposición a la construcción de hidroeléctricas y o proyectos de
gran impacto ambiental, la oposición a la implementación de monocultivos, a la minería
ilegal, y la tala de bosques -extracción de especies nativas19.
Este grupo armado organizado actúa en algunas regiones con hombres armados que portan
uniformes de uso privativo de las Fuerzas Militares, y que ejercen control sobre el
territorio y la población, o a través de redes más pequeñas o instrumentalizando
organizaciones criminales que ejercen coacción sobre la población civil apelando a la
intimidación en territorios que en el pasado reciente estuvieron bajo dominio de las AUC,
donde el nivel de vulneración de derechos y libertades fundamentales fue de tal magnitud
que el recurso a la amenaza logra el propósito de influir en la toma de decisiones
individuales y colectivas.
19 En algunos casos la cooptación o interferencia de la institucionalidad por sectores que se oponen a su labor impiden las actuaciones frente a las
situaciones de riesgo.
52
- Estructuras armadas ilegales y organizaciones criminales en áreas estratégicas para
el control de economías ilegales.
De forma simultánea con las dinámicas indicadas anteriormente, se observa una profusión
de estructuras armadas de diverso orden en los territorios que tienen en común la defensa
de órdenes sociales, políticos y económicos impuestos por la fuerza.
En la labor de monitoreo desarrollada por la Defensoría del Pueblo se evidencia que estas
organizaciones ejercen la violencia contra el liderazgo social y político que se opone a los
intereses de determinados sectores que ostentan el poder en los territorios, lo que
evidencia la continuidad, más allá del nivel estructural, de las prácticas a partir de las
cuales se ejerce la violencia y el propósito de la misma.
53
puntos estratégicos diseminados en barrios, centros poblados y veredas para controlar el
manejo de economías ilegales.
Además de la débil presencia de las instituciones del Estado como garantes de los derechos
fundamentales en amplias zonas rurales y periferias urbanas del país, en las que se
concentra la labor de la mayor parte de los líderes a los que hace referencia este Informe,
existen una serie de factores de vulnerabilidad específica de este grupo poblacional que
generan una mayor exposición al riesgo en un escenario de confrontación y de
recomposición de dominios armados como el actual. A continuación se describe estos
factores:
54
posiciones políticas y las reivindicaciones de derechos deben ser un eje de la
reconciliación y no de la reproducción de la violencia en los territorios. En algunos casos
la labor de los defensores termina en judicializaciones.
En los barrios vulnerables de los centros urbanos, son principalmente los integrantes de
las juntas de acción comunal quienes resultan amenazados y hostigados por oponerse a la
acción de los grupos armados. En estos sectores, los líderes sociales y defensores de
Derechos Humanos se oponen al microtráfico, la prostitución y la extorsión, entre otros.
Esta situación de amenaza en comunas y barrios vulnerables también se presenta contra
la comunidad educativa al interior y en los alrededores de las escuelas y colegios,
principalmente por la oposición al microtráfico y la prostitución en estos lugares. Los
docentes y directivos son frecuentemente objeto de amenazas y señalamientos a causa
de ello.
55
En el caso de las organizaciones defensoras de derechos humanos (organizaciones de
víctimas, mujeres, niños, niñas y adolescentes, LGTBI, ambientalistas, presos políticos,
periodistas, espacios humanitarios, eclesiales, salud, educación, vivienda, vendedores
informales, etc.) y las organizaciones sindicales que realizan su labor en las capitales de
departamento, son constantes las amenazas, los hostigamientos y los ataques sicariales.
Se agrega como elemento positivo que en los contextos urbanos, la capacidad de reacción
de las autoridades puede ser más rápida y con mayores instituciones intervinientes, lo que
puede en cierta medida favorecer la protección de los defensores y defensoras de
derechos humanos, y contribuir a salvaguardar su vida e integridad.
En estas regiones, la presencia de las autoridades que puedan brindar protección es más
baja y su capacidad de reacción también es reducida. Allí, además de las amenazas que
puedan ser remitidas mediante panfletos y mensajes de texto, el terror se hace visible
con pintas alusivas a los grupos armados ilegales que generan los ataques, a través de los
cuales se propaga un mensaje de intimidación hacia el conjunto de la población.
Además de las amenazas, se presenta otro tipo de acciones para amedrentar y hostigar,
como por ejemplo los seguimientos en motocicletas o vehículos con vidrios polarizados,
los allanamientos a las viviendas o sedes de trabajo y los robos de información. Esta
situación puede llevar a los defensores y defensoras a tomar la decisión de desplazarse
forzadamente mientras la situación de riesgo disminuye.
56
Cuando los agresores no logran intimidar mediante la amenaza y el hostigamiento, se
presentan los homicidios. El homicidio es la materialización de la ruptura del trabajo de
defensa de derechos humanos. Con la muerte se desarticulan los procesos que promueven
los líderes y se afecta gravemente la cohesión y continuidad de la organización social,
llevando a su silenciamiento y al desplazamiento forzado de sus integrantes. En otros casos
se presenta la desaparición forzada, como una forma de invisibilizar la acción violenta y
generar un mayor nivel de incertidumbre en las organizaciones sociales y en los procesos
comunitarios.
Reviste particular preocupación el nivel de afectación sobre los líderes de Juntas de Acción
Comunal, que recogen el mayor porcentaje de víctimas de homicidios y atentados
registrados en el año 201620. El rol que han jugado las Juntas como instancia de
participación, de regulación de la convivencia comunitaria, de mediación con las
20Vale destacar que las Juntas de Acción Comunal son una figura que agrupa los niveles de relacionamiento social más próximos; las veredas en las
zonas rurales y los barrios en las zonas urbanas.
57
instituciones públicas, e incluso de interlocución con los actores armados, ha situado a los
líderes comunales en una posición que les hace altamente vulnerables a las presiones e
intimidaciones de los actores que pretendan intervenir en las dinámicas locales y en el
acceso y distribución de los recursos públicos.
58
14. DINÁMICAS REGIONALES
a. CAUCA
El departamento del Cauca concentra el 31% de los homicidios ocurridos contra líderes
sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos en el año 2016 con 41 casos
registrados en los municipios de Almaguer, Argelia, Bolívar, Buenos Aires, Cajibío,
Caldono, Caloto, Corinto, El Tambo, La Sierra, Mercaderes, Páez, Popayán, Rosas,
Santander de Quilichao, Sotará, Sucre y Villarica. Por lo menos la mitad de las víctimas
son líderes de comunidades indígenas, sector social que tiene una amplia tradición
organizativa y de reivindicación de derechos en esta región del país.
59
La dinámica de la confrontación armada en el departamento del Cauca se encuentra
estrechamente vinculada con los conflictos por la tierra y el territorio, elementos que
tienen profundas raíces históricas y que han configurado órdenes sociales excluyentes para
las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, las que a su vez han
desarrollado procesos organizativos para reivindicar el acceso a la tierra. En el caso de las
comunidades étnicas, la lucha por el respeto a la autonomía y el gobierno propio21.
21Las comunidades indígenas Nasa, Misak, Guaraca y Totoró tienen fuertes procesos organizativos que han planteado sus diferencias con la sociedad
mayoritaria por la tenencia de la tierra y su beneficio, y por las formas de inequidad social, política, económica y cultural, lo que denominan “la construcción
de su proceso ancestral en plena libertad a través de la participación efectiva de la comunidad”. En él plasman los fundamentos de su proyecto colectivo
60
Los grupos armados han pretendido intervenir y doblegar a los indígenas, y éstos, en
resistencia, se han opuesto públicamente manifestando su posición de independencia,
asumiendo el costo de las agresiones y enfrentando los riesgos para la pervivencia de sus
pueblos22.
Los procesos de exigencia de los derechos de los campesinos han estado relacionados con
la superación de la exclusión, la marginalidad, la mala distribución del ingreso, la
contaminación de suelos y aguas, la necesidad de la producción artesanal y pancoger, y la
lucha contra la dependencia y expansión de los cultivos de uso ilícito. Para ello han
adoptado diversas formas organizativas, a través de las juntas de acción comunal,
asociaciones campesinas, zonas de reserva campesina, sindicatos de trabajadores
campesinos, entre otras23.
A partir del proceso de monitoreo realizado por parte del Sistema de Alertas Tempranas
de la Defensoría del Pueblo, se han logrado identificar situaciones críticas que representan
un riesgo para la población civil del departamento del Cauca por efectos directos e
indirectos de la confrontación entre la Fuerza Pública, miembros de la guerrilla y
presuntos grupos posdesmovilización que hacen presencia en la actualidad,
principalmente en la zona rural donde conviven comunidades indígenas, afro y
campesinas.
en función de principios de vida (espiritualidad, reciprocidad, integralidad y uso respetuoso de la tierra) y de los principios organizativos de las
comunidades (lucha por la unidad, el territorio, la cultura, la autonomía).
22 En el caso de las comunidades afrodescendientes, sus reivindicaciones han estado ligadas a la preservación del territorio y los consejos comunitarios.
Recientemente con mayor fuerza, ha habido un movimiento de oposición a la minería ilegal. Los consejos comunitarios y las organizaciones de segundo
nivel han manifestado su “apuesta a la defensa del territorio y la vida de comunidades afrodescendientes, ya que es una organización étnica territorial
que articula y acompaña el fortalecimiento de los procesos organizativos de base desde los consejos comunitarios de pueblos afros, inspirados en la
exigibilidad de los derechos humanos, la defensa del territorio, el fortalecimiento y sostenimiento de la cultura ancestral y el etnodesarrollo propio de las
comunidades”.
23 Procesos organizativos como el Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA) surgen como una “iniciativa campesina originada de acuerdo a
las necesidades de las comunidades rurales debido a la marginalidad y el olvido del gobierno en los municipios del Macizo Colombiano, propiciando la
construcción de alternativas de Estado e institucionalidad propia bajo criterios de autonomía y de independencia para reivindicar los Derechos que el
Estado debe proveer a las comunidades, su labor radica en la defensa de los Derechos Humanos, la lucha por la vida, el fortalecimiento de los procesos
sociales y organizaciones, además busca la formación, prevención y atención en casos de violación de Derechos Humanos y el ejercicio de los mismos,
todo ello en un marco de construcción de democracia”.
61
de control territorial y poblacional con el fin de mantener corredores de movilidad desde
la cordillera hacia las zonas de piedemonte y costeras. Las actividades económicas ilegales
son hoy en día la principal fuente de ingresos de la guerrilla que en la actualidad posee el
control del territorio en disputa por parte de organizaciones posdesmovilización en Guapi
y Timbiquí.
La Defensoría del Pueblo ha conocido información que daría cuenta de las acciones que
desarrolla el ELN para copar las zonas que ha dejado la guerrilla de las FARC EP, con la
pretensión de controlar los mercados ilegales de la droga en la región, facilitado por la
precaria presencia estatal en el territorio. Sumado a ello, se conoce la presencia de
presuntos grupos posdesmovilización que operan bajo diversas denominaciones: Águilas
Negras, Águilas Negras Nueva Generación, Los Rastrojos, entre otros.
Todos los grupos armados ilegales presentes en la zona han amenazado a los líderes
comunitarios y habitantes que se oponen a la minería criminal y a gran escala. Estos líderes
trabajan en la defensa del territorio y el logro de mejores condiciones de vida para los
pobladores.
A pesar de las advertencias realizadas por la Defensoría del Pueblo y los esfuerzos que han
realizado algunas agencias del Estado en la asignación de medidas de protección a
numerosos líderes, el riesgo se mantiene. El alcance de estas medidas resulta limitado
mientras no se conozca y sancione a los responsables de los hechos de violencia y se avance
en acciones orientadas a conjurar los factores de amenaza y vulnerabilidad.
Un caso emblemático es el del coordinador de la guardia indígena del norte del Cauca,
Albeiro Camayo, quien ha sido víctima de dos intentos de homicidio, uno de ellos en su
propia vivienda, lo que ha generado un fuerte impacto sobre la comunidad a la que
pertenece y sobre la organización indígena en su conjunto.
b. ANTIOQUIA
62
2016; al igual que en el departamento del Cauca, la violencia ejercida en contra de
dirigentes sociales y comunitarios ha tenido continuidad en las primeras semanas del 2017
con los homicidios de José Yimer Cartagena Úsuga, ocurrido el 11 de enero en el municipio
de Carepa y de Edmiro Léon Alzate, el 12 de enero en Sonsón.
En Antioquia la dinámica del conflicto armado se encuentra definida por los siguientes
factores:
63
3) Las dinámicas territoriales derivadas del inicio de la implementación del Acuerdo Final
suscrito entre el Gobierno Nacional y las FARC EP.
En particular el escenario regional contó con tres elementos que configuraron la dinámica
de transformación del conflicto: La definición de las zonas veredales transitorias de
normalización, y los procesos en curso de desminado humanitario y sustitución de cultivos
de uso ilícito.
Pese a estos planteamientos, y su solicitud de ser incluidos en procesos similares que les
permitan acceder a determinados beneficios, el Gobierno Nacional ha mantenido la
negación a considerar estos grupos como organizaciones políticas armadas al margen de
la ley, arguyendo que se dedican principalmente a la criminalidad organizada y al
narcotráfico por lo que no habría otro camino que el sometimiento a la justicia. No puede
descartarse que estas organizaciones irregulares, con el ánimo de obtener un
reconocimiento político que les permita las ventajas jurídicas de ser reconocidos como
organizaciones armadas con estatus beligerante, busquen recrudecer la violencia contra
defensores y defensoras de derechos humanos, así como las amenazas, atentados y
homicidios selectivos contra los procesos y liderazgos sociales, políticos y comunitarios.
El riesgo más tangible para la población se relaciona con el alto nivel de impunidad con
que operan los integrantes de estas organizaciones en algunos ámbitos locales, en los
cuales han logrado interferir y cooptar sectores de la institucionalidad y de la economía,
convirtiéndose en parte de la defensa de un orden económico y político que se impone a
la comunidad mediante la coacción y la amenaza.
24 En el caso de las AGC, a partir de la segunda semana de octubre hicieron circular un panfleto en los municipios del Bajo Cauca en el que solicitaban
ser incluidos en los diálogos de paz e invitaban a la dirección colegiada de la Oficina a unirse a un cese de hostilidades los días 16 a 18 de octubre como
muestra de su voluntad. El 3 de noviembre se conoció una carta en la que la Oficina hace lo propio al enviar una carta pública al Presidente de la
República solicitando una negociación para desmontar todas sus estructuras.
25 El Decreto 1175 del 19 de julio de 2016, ha facilitado la entrega de líderes de organizaciones delictivas pertenecientes a la Oficina (8 cabecillas lo
hicieron en los últimos tres meses del 2016), solicitando que se les reconozca como gestores de paz y en tal sentido beneficios especiales que en algunos
casos posibilitan la excarcelación.
64
intereses: sindicalistas, líderes comunitarios, ambientalistas, reclamantes de tierras,
líderes campesinos y mineros, defensores y defensoras son las principales víctimas de
amenazas y homicidios selectivos.
A lo anterior se suma, que el debate en medios y los resultados del plebiscito del 2 de
octubre evidenciaron que Antioquia es el departamento en donde existen amplios sectores
políticos y sociales que no están dispuestos fácilmente a aceptar que las expresiones de
izquierda con un pasado armado, participen abiertamente en el escenario democrático
institucional26.
Por otro lado, el ELN, que históricamente ha hecho presencia hacia el oriente de la
subregión nordeste, ha venido extendiendo su accionar a los corregimientos de La Cruzada
y Santa Isabel en el municipio de Remedios. La confluencia en el territorio de estos dos
grupos armados ilegales, ha generado preocupación en la población ante la posibilidad de
que se presenten acciones hostiles que los afecten directamente.
Los informes de riesgo emitidos por el SAT identifican como las principales conductas
vulneratorias que afectan a defensores y defensoras de derechos humanos, las amenazas,
los homicidios selectivos, el desplazamiento forzado, el confinamiento de las
comunidades, la violencia sexual basada en género y la intimidación.
26Vale decir que en las décadas de los años ochenta y noventa, subregiones como el Bajo Cauca, el Oriente y el Nordeste de Antioquia fueron territorios
de exterminio de la Unión Patriótica. Estas prácticas subsisten y son fuente de riesgo.
65
de un “Plan pistola” en su contra. Con ello se estaría buscando afectar su labor de
denuncia y defensa de los derechos humanos, al obligarlos a concentrarse en el tema de
protección, pretendiendo desincentivar así la participación popular de campesinos y
campesinas.
Especial situación de riesgo se evidencia en los municipios del Bajo Cauca (El Bagre,
Caucasia, Tarazá, Nechí, Zaragoza y Cáceres), en donde se han presentado varios hechos
victimizantes graves, como los consignados en el Informe de Riesgo de Inminencia No. 007
para El Bagre. Organizaciones como Aheramigua, Asobac, Cahucopana y Marcha Patriótica,
han sido amenazadas en la región por sus constantes denuncias contra las violaciones a los
derechos humanos e infracciones al DIH y por su compromiso con los Acuerdos de paz.
En la subregión del norte de Antioquia el riesgo particular que recae sobre los defensores
de derechos humanos, líderes de las Juntas de Acción Comunal, miembros del movimiento
Ríos Vivos y militantes de Marcha Patriótica, como consecuencia de las amenazas directas,
el señalamiento y la estigmatización de la que son objeto en razón de su actividad, por
parte de las AGC.
Con las amenazas y los homicidios se pretende como fin último desincentivar la
participación política y popular de los movimientos sociales de base, instalar el temor
66
generalizado con el ánimo de afectar su labor de denuncia, minimizar sus acciones de
visibilización y diezmar su proceso de reivindicación de derechos.
c. NORTE DE SANTANDER
67
El escenario de riesgo en Norte de Santander se define por la expansión del EPL a través
del Frente Libardo Mora Toro, el reforzamiento de las actividades de control social y
territorial de parte del ELN con sus Frentes Efraín Pabón Pabón, Juan Fernando Porras y
Carlos Germán Velasco y las disputas territoriales entre Los Rastrojos y las Autodefensas
Gaitanistas de Colombia-AGC/Urabeños. La población civil está expuesta a ser víctima de
homicidios selectivos, amenazas, desplazamiento forzado, confinamiento, reclutamiento
y utilización de niños, niñas y adolescentes, extorsiones, desaparición forzada,
restricciones a la movilidad, ataque a bienes civiles, combates con interposición de la
población civil y los efectos de artefactos explosivos de uso indiscriminado.
68
De acuerdo con el monitoreo realizado por la Defensoría del Pueblo, se encuentra que hay
por lo menos tres aspectos por los cuales los líderes sociales, comunitarios y defensores
de derechos humanos son víctimas de amenazas e intimidaciones en el escenario actual:
c) Atacar a los voceros y líderes de la comunidad es el primer paso para poder ejercer
dominio y control sobre la población, pues reduce la capacidad de resistencia y
movilización social.
Estas causales se interrelacionan, algunas de ellas están presentes en los hechos que se
han conocido durante 2016 y que han implicado el homicidio, las amenazas y el
desplazamiento forzado así como la desaparición forzada de líderes sociales, comunitarios
y defensores de derechos humanos, además si la defensora de derechos humanos es mujer
se suman otros factores a los ya mencionadas y que tienen que ver con por ejemplo: el
papel de liderazgo que desempeña no coincide con los estereotipos de género.
69
sujeto de reparación colectiva por los daños generados en el período de la violencia
paramilitar.
Como se ha dicho, la acción de los grupos armados en contra de los voceros y líderes de
las comunidades y el sector víctimas no son aisladas, tienen el claro propósito de generar
temor entre la comunidad, impedir que “obstaculicen” las acciones armadas y puedan
hacer resistencia a la dinámica violenta a través de la cual se mantienen y reproducen
estas estructuras. En el caso de los municipios del Catatumbo se ha observado que las
amenazas persiguen desalentar los procesos organizativos y generar ruptura dentro de las
comunidades y los espacios de representatividad; en el caso de los municipios del área
metropolitana de Cúcuta, la situación está relacionada con la operación de estos grupos
en el territorio, en donde tienen intereses estratégicos por la zona de frontera y persiguen
el sometimiento de las comunidades a las dinámicas propias de sus ejercicios violentos y
la dependencia de la economía ilícita que ellos regulan y de la que se financian, para lo
cual recurren al sometimiento a través de las amenazas, homicidios selectivos y
desplazamiento forzado.
También la orientación sexual e identidad de género de los líderes ha sido una motivación
para generar amenazas en su contra pues persigue un fin ejemplarizante y regulatorio de
la conducta enviando un mensaje sobre que lo que está por fuera de lo “aceptado” no
será “permitido” el grupo armado, en este sentido hay dos casos de miembros de Marcha
Patriótica y otros más que hacen parte de las mesas de participación de víctimas
departamental y de Tibú. El caso de Marcha Patriótica tiene más relación con la
estigmatización, así como con la existencia de intereses sobre el territorio, además de las
tensiones que enfrentan los líderes en el ejercicio de exigibilidad de derechos que los
coloca en directa oposición a la acción de los grupos armados.
Los personeros municipales de acuerdo con sus competencias legales son garantes de los
derechos humanos y defensores de la ciudadanía para el ejercicio y goce de sus derechos,
a pesar de estar investidos como funcionarios públicos también son objetivo de la acción
de los grupos armados ilegales y no resultan ser funcionales a sus intereses. En Norte de
Santander se han presentado casos de amenazas contra el ex personero de Sardinata en
octubre de 2015 y en el 2016 contra los personeros de Tibú, Hacarí, Teorama, El Carmen,
El Tarra y San Calixto, todos integrantes de la Asociación de Personeros del Catatumbo.
Con base en lo anterior, se puede observar que existe una situación de riesgo para los
líderes sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos sea cual sea el espacio
en el que se desenvuelven e independiente del actor armado que tenga presencia en el
70
territorio; es claro que la defensa de derechos de manera intrínseca conlleva una
exposición mayor de la organización y sus individuos frente al conflicto armado y ese
riesgo no se mitiga ni se reduce mientras no exista una política del Estado orientada a
propender por una cultura de los derechos humanos ni si las medidas de prevención y
protección no se ajustan a las dinámicas territoriales ni atienden a aspectos culturales y
sociales propios. Un cambio en el lenguaje institucional también resulta clave a fin de
prevenir la estigmatización y el señalamiento que posteriormente pueden llevar a
justificar acciones violentas en contra de los defensores y defensoras al pretender
desvirtuar su carácter de población civil y vincularlos con la acción de alguno de los
actores armados.
De igual manera se debe tener en cuenta que a la luz de la fase de transición actual, la
situación para las comunidades y líderes que se relacionan en el territorio con las FARC
EP implica un inmenso riesgo si no se trabaja en los factores de amenaza que representan
los demás grupos armados ilegales que operan en el territorio, puesto que la comunidad
está expuesta a nuevas oleadas de violencia cuando el actor que era predominante en el
territorio sale de la escena y no es reemplazado por la autoridad del Estado sino por otros
actores armados. Allí necesariamente y a la luz del escenario actual, el Estado se enfrenta
a un reto fundamental para prevenir la no repetición de los hechos, para lo cual la lucha
contra la impunidad en los casos denunciados y la terminación del conflicto armado son
indispensables.
d. CUNDINAMARCA
71
Como se describió en la Nota de Seguimiento N° 013-16 emitida por el SAT el pasado 20
de octubre de 2016 para el municipio de Soacha, presuntos grupos armados
autodenominados Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AGC han ampliado el control
territorial en aquellas zonas donde pretenden manejar los circuitos asociados al tráfico
de sustancias psicoactivas. La impronta de violencia ejercida por este grupo
posdesmovilización de las AUC se hace evidente con las amenazas, desplazamientos
forzados y homicidios contra sectores poblacionales a fin de legitimar su actuación en el
territorio al presentarse como presunto regulador y garante del orden a nivel comunitario.
Esta práctica no ha sido ejecutada de forma aislada o independiente por parte de esta
agrupación armada, sino que es desarrollada con asocio de bandas y grupos locales de
delincuencia quienes, a partir del ejercicio propio del control en las fronteras establecidas
en el territorio y la instrumentalización por parte de los primeros, son referidos como
autores directos de las mismas.
72
Gaitanistas de Colombia (AGC); las Águilas Negras, podría estar inmersas en una oferta de
servicios que puede ser conveniente para una estructura con mayor grado de organización
a nivel nacional como las AGC, en la medida en que facilita su hegemonía sobre los
circuitos locales y regionales de actividades ilegales, sin llamar la atención directa de las
autoridades sobre su posible responsabilidad en actos delictivos. Con respecto a Los
Rastrojos, se advierte sobre la persistencia en la implementación de pautas de
intimidación contra población en situación de desplazamiento, líderes y lideresas sociales,
y defensoras y defensores humanos. No obstante, es factible que debido a la presencia de
las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia esta agrupación armada ilegal
se encuentre neutralizada.
Las amenazas en Soacha, por parte de grupos armados ilegales continúa siendo una forma
de violencia que frecuentemente vulnera los derechos fundamentales de líderes y
lideresas comunales, defensoras y defensores de derechos humanos, activistas sociales
líderes y lideresas de las víctimas del conflicto armado, entre otros, con el propósito de
generar terror e intimidación en la población y desincentivar la denuncia frente al
cumplimiento de sus objetivos en el territorio. Durante el 2016, las amenazas que
afectaron a la comunidad de defensores en el municipio de Soacha, tuvieron una
naturaleza especialmente verbal (al respecto ver Nota de Seguimiento 013-16).
En otros municipios como Villeta, Paratebueno y La Mesa, en el primer semestre del 2016
aparecieron panfletos firmados por presuntos integrantes de las Águilas Negras y Los
Urabeños, con amenazas contra poblaciones socialmente estigmatizadas; aunque a la
fecha no se ha conocido que defensoras o defensores de derechos humanos de estas
jurisdicciones hayan sido objeto de violencia por medio de amenazas, no es nuevo que
presuntos actores armados ilegales amenacen primero a poblaciones estigmatizadas
socialmente para promover una falaz “aceptación” de la población civil y, acto seguido,
suscitar hechos de violencia contra quienes en procura de generar acciones tendientes a
la protección de sus comunidades, son señalados como delatores de su accionar, esto es,
líderes y lideresas comunales, activistas sociales, que generalmente en defensa de los
derechos humanos de la población y por su posición de liderazgo advierten a la autoridad
sobre la consumación de afectaciones a los derechos humanos de los pobladores de sus
localidades.
27En el informe “Limpieza social. Una violencia mal nombrada”, el Centro Nacional de Memoria Histórica ha conceptualizado el exterminio social en los
siguientes términos: “se está en presencia de un episodio de aniquilamiento social cuando se produce el repetido asesinato en la calle de una identidad
socialmente conflictiva. Son entonces cuatro sus rasgos distintivos: la condición social, la identidad conflictiva; su ocurrencia en la calle; el carácter
repetido y sistemático.” Centro Nacional de Memoria Histórica. Limpieza social. Una violencia mal nombrada. Bogotá: CNMH – IEPRI. 2015, p.45
73
políticos de izquierda e incluso la presencia de personas desconocidas que se han
presentado como presuntos “paramilitares” ante la población.
e. NARIÑO
74
El escenario de riesgo del departamento de Nariño, está determinado por la persistencia
de una crisis humanitaria generada por el conflicto armado interno, que afecta de manera
diferencial a las comunidades afrodescendientes, indígenas, y defensores de derechos
humanos.
75
1) No ha habido información suficiente a las autoridades locales, organizaciones
comunitarias, y habitantes en general, acerca de los impactos y funcionamiento de las
zonas veredales;
2) No se ha activado planes de contingencia que aseguren la convivencia y la seguridad en
las zonas veredales;
3) Algunos integrantes de las FARC EP (presuntamente milicianos y algunos combatientes)
que no quieren acogerse al proceso de paz, pretenden conformar nuevas estructuras que
mantengan las rentas de economías ilegales y el control de territorios y poblaciones
estratégicos para ese fin.
El ELN tiene interés en la ocupación de algunas zonas abandonadas por las FARC EP para
sus actividades político-militares, así como para fortalecer las finanzas que les permitan
la expansión en la Costa Pacífica nariñense. En este sentido el ELN ha consolidado su
presencia en la subregión del Sanquianga, en donde se han enfrentado a la Fuerza Pública,
provocando desplazamientos; se han ubicado en la parte media del río Patía, municipio
de Magüí Payán; la cuenca del río Telembí, municipios de Barbacoas y Roberto Payán,
donde se ha incrementado los casos de extorsión y amenaza, incluso de las autoridades
municipales. Igualmente han creado milicias en los corregimientos de La Guayacana,
municipio de Barbacoas y han fortalecido sus estructuras en el piedemonte costero:
municipios de Ricaurte y Mallama; han registrado avanzadas sobre los municipios del norte
del departamento y avanzan paulatinamente hacia la zona de frontera: municipio de
Cumbal.
Por otro lado, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) buscan consolidar su
presencia en Tumaco, Barbacoas y municipios vecinos. La presencia de las AGC se percibe
con mayor fuerza en los municipios de Tumaco y Barbacoas desde el mes de enero de
2016.
A mediados del mes de noviembre de 2016, la Armada Nacional realizó una operación
contra el narcotráfico en la vereda Teherán, parte media del río Mira en Tumaco. En esa
ocasión se incautó más de 1,6 toneladas de clorhidrato de cocaína, armas de fuego, y se
capturó dos (2) personas. Por efectos del temor se desplazaron de manera paulatina y
masiva, al menos 20 familias hacia la cabecera municipal de Tumaco, pero la cifra podría
estimarse en 70 familias. El grupo armado ilegal que podría haber estado involucrado en
estos hechos sería las Autodefensas Gaitanistas de Colombia – AGC.
76
Igualmente, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, bloque Pacífico Sur, han logrado
consolidar su presencia en el municipio de Barbacoas, ejerciendo control territorial sobre
la carretera que conduce hacía la cabecera municipal de dicha localidad, y sobre la cuenca
del río Telpí, continuando su avance sobre la cuenca del río Guelmambí, sometiendo a la
población civil a limitaciones a la movilidad mediante la instalación de retenes ilegales,
secuestrando y despareciendo pobladores, cometiendo homicidios, ejerciendo violencia
sexual contra las mujeres, y ejerciendo cobro de exacciones a comerciantes, mineros, y
narcotraficantes. A 30 de noviembre de 2016 las AGC podrían haber asesinado 11 personas
de 15 homicidios reportados desde el 1° de enero de 2016.
Son frecuentes los relatos de quienes transitan por la vía hacía la cabecera municipal de
Barbacoas, quienes padecen la instalación de retenes ilegales por parte de integrantes de
las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, en las veredas Tinajillas, Carcuel, Jaboncillo,
Cruces, Florida. Los integrantes de las AGC, registran a los pasajeros de los buses de
servicio público o particulares. En dichos retenes, han identificado a algunas personas, a
quienes han asesinado, a otras las han secuestrado a cambio de sumas de dinero que piden
a sus familiares, a otras las han desaparecido forzadamente. Se han registrado casos de
violencia sexual contra las mujeres por parte de integrantes de las AGC.
Los pobladores han comenzado a observar, en sus territorios, a hombres con armas largas
de los cuales no se tiene certeza a qué organización pertenecen. Se teme entonces el
incremento de las disputas entre disidentes de las FARC EP, el ELN, las AGC y otros grupos
ilegales, que podría implicar el recrudecimiento de la violencia, de las vulneraciones a los
derechos humanos y posibles infracciones al DIH.
En otros municipios de Nariño han sucedido hechos generados por estructuras armadas,
sin que haya certeza su origen, pero que han afectado a las comunidades. Por ejemplo,
el 28 de noviembre de 2016, fue objeto de un ataque con explosivos el señor Gobernador
del resguardo indígena de Los Pastos: El Gran Cumbal, señor Jorge Humberto Chirán, quien
había sido objeto de amenazas y extorsión a través de un panfleto signado por las “Bloque
Militar del Pacífico Sur Occidente de Nariño-Águilas Negras”, el 3 de noviembre de 2016.
77
presentó en Bogotá DC, seguida por los departamentos de Valle del Cauca, Antioquia,
Cauca y Norte de Santander.
En conclusión, de acuerdo con lo antedicho, la Defensoría del Pueblo considera que los
líderes sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos en los territorios
referenciados en el presente informe se encuentran expuestos a situaciones de riesgo
exacerbadas en el actual escenario de disputa y reacomodamiento resultado del cese de
la actividad armada, el proceso de agrupamiento y dejación de armas por parte de la
guerrilla de las FARC EP, la expansión del ELN y las AGC, así como la profusión de
estructuras armadas que bajo diversas denominaciones actúan como operadores de
violencia en los territorios. La situación de riesgo para la población civil se acentúa por
las condiciones de vulnerabilidad expuestas, la precaria presencia del Estado como
garante de derechos y la marcada estigmatización que históricamente ha recaído sobre
este sector de la población por parte de diferentes actores sociales, políticos, económicos
y armados.
f. CÓRDOBA
78
A pesar de la existencia de intereses antagónicos entre ambas agrupaciones relacionados
con el control de las economías ilegales del narcotráfico, la minería del oro y las
exacciones forzadas, las afectaciones letales contra la población civil se habían reducido
debido a un supuesto acuerdo de delimitación territorial para las acciones de cada grupo
ilegal, lo que permitió la coexistencia de las FARC y las AGC. Dicha coexistencia solo fue
perturbada por las tensiones frente a la disputa por el control de las exacciones y
extorsiones bajo amenazas a los sectores productivos legales e ilegales de estos
municipios.
79
agresiones del grupo rival o afectaciones a sus intereses en las economías ilegales bajo su
control.
Ante esta situación, las AGC incrementaron su presencia armada en las zonas contiguas a
las que hasta ese momento controlaban los Frentes 18 y 58 de las FARC-EP, así como los
mecanismos de intimidación para evitar que la población civil se relacionara con el ELN.
Esta situación coincidió con el supuesto inicio del desplazamiento de los Frentes 18 y 58
de las FARC-EP hacia los municipios de Ituango y Tierralta; la salida de las tropas de la
Brigada Móvil 16 del Ejército Nacional y su relevo por tropas de la Décima Primera Brigada
del Ejército Nacional.
Con el triunfo del No en el plebiscito de octubre de 2016 los Frentes de las FARC-EP
retornaron al territorio y se restableció el orden preexistente.
En noviembre de 2016, luego de la firma del acuerdo final para una paz estable y duradera
y su ratificación por parte del Congreso de la República se inicia la concentración de los
Frentes 5, 18 y 58 de las FARC-EP y la expansión de las AGC, que ante la aparente ausencia
de oposición de otros actores armados, entraron a asumir el control territorial, de la
población y de las economías ilegales que tienen lugar en el sur de Córdoba.
El ingreso de los presuntos miembros de las AGC a la zona abandonada por los Frentes 5,
58 y 18 de las FARC-EP en el municipio de Tierralta se produjo por las veredas limítrofes
con los municipios de Montelíbano (Córdoba), Apartadó, Carepa, Chigorodó y Mutatá en el
departamento de Antioquia. Para lo cual movilizaron un grupo de hombres procedentes
del Urabá antioqueño en dirección al corregimiento de Saiza, atravesando el corredor
conformado por las veredas El Llano, La Luna, La Estrella, Mutatá, Buche Gallo y la
cabecera corregimental de Saiza; centro poblado donde se empezó a reportar su presencia
armada desde el 7 de septiembre de 2016. Un segundo grupo, fue reportado por fuentes
comunitarias, partiendo desde la antigua zona de ubicación de las extintas AUC, por un
corredor que parte desde los corregimientos Mantagordal y Severinera, atravesando las
veredas Cielo Azul, Betania, Los Patos, Quebrada de Acosta, Corinto, Nuevo Paraíso,
Aguaditas, Quebrada de Atencio, San Felipe de Cadillo, Pecho Candé, Cumbia, Pailitas, La
Chica, hasta llegar al centro poblado del corregimiento El Diamante en Tierralta, desde
donde avanzaron en dos grupos, uno hacia la cuenca de Santa Isabel del Manso y el segundo
hacia los corregimientos de Tierradentro, El Palmar y Puerto Ánchica en el municipio de
Montelíbano, zonas abandonadas por los Frentes 18 y 58 de las FARC-EP.
Desde enero de 2017 los campesinos que ingresan a trabajar a las zonas de cultivo en
Parcelas de Belén, Yupe, Yupecito, El Tigrito, La Barra de Tomasa, Venado, Cañaveral y
Divino Niño en el corregimiento Tierradentro, de Montelíbano, han reportado haber visto
más de 200 miembros de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, procedentes al
parecer de los corregimientos El Diamante y Palmira en el municipio de Tierralta, los
cuales vestían uniformes camuflados y armas largas ingresando al territorio
Testimonios conocidos por la Defensoría del Pueblo en febrero de 2017 indican que un
tercer grupo de las AGC estaría accediendo al departamento de Córdoba desde el
municipio de Peque en Antioquia, el cual estaría conformado por aproximadamente 200
80
combatientes vestidos con prendas militares y portando armas de largo alcance, a los
espacios anteriormente controlados por el Frente 18 de las FARC-EP en los municipios de
Montelíbano y Puerto Libertador. Se rumora que algunos disidentes del Frente 18 de las
FARC-EP se han integrado a esta estructura armada.
En su accionar, integrantes de las AGC se han establecido en algunas veredas para actuar
como vigilantes o campaneros, mientras que estructuras armadas de entre 12 y 18
individuos se movilizan por el territorio, para supuestamente respaldar a los campaneros
y “brindar seguridad a la población civil”.
La práctica de los miembros de las AGC que están ingresando a los corregimientos
Tierradentro en Montelíbano y Juan José en Puerto Libertador, de obligar a que se les
brinde alojamiento y alimentación genera las condiciones para el ejercicio de la violencia
sexual contra mujeres casadas y menores de edad.
81
la organización ilegal, este podría ser el caso del Presidente de la Junta de Acción Comunal
del corregimiento Popayán en el municipio de Canalete, quien supuestamente entregó las
llaves de una instalación comunitaria para el alojamiento de la Policía; ii) en segundo
término por señalamientos de poner en riesgo las economías ilegales que controlan, es el
caso del Vicepresidente de la Asociación Campesina para el Desarrollo del Alto Sinú, señor
José Yilmer Cartagena, asesinado por apoyar la política de sustitución de cultivos de coca
en el Nudo del Paramillo; iii) por desafiar, oponerse o desconocer las normas de control
social impuestas por las AGC, lo que podría igualmente haber incidido en los homicidios
de los líderes de las Asociaciones del sur de Córdoba, ASCSUCOR y ASODECAS, así como
del Presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento Popayán, en el municipio
de Canalete.
Finalmente se puede concluir que esta serie de acciones adelantadas por el grupo armado
ilegal post-desmovilización de las AUC autodenominado, Autodefensas Gaitanistas de
Colombia, AGC, están encaminadas a i) afectar los procesos sociales de reivindicación de
derechos, articulación estado-comunidad y acceso de nuevas colectividades políticas a
espacios de poder y toma de decisiones surgidos de los acuerdos de paz con las FARC-EP;
ii) obstaculizar los procesos sociales tendientes a articularse con el estado para la
implementación de los puntos 1 y 4 de los acuerdos de paz referidos a la reforma Rural
Integral y, Política de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito en los municipios de Tierralta,
Montelíbano, Puerto Libertador y San José de Uré, controlados hasta antes de su
desmovilización por los Frentes 5, 18 y 58 de las FARC-EP y iii) asumir el monopolio del
control poblacional, territorial y de la economía ilegal del narcotráfico en sectores del
Nudo del Paramillo y del territorio colectivo del pueblo Embera Katío en los municipios de
Tierralta, Montelíbano, Puerto Libertador y San José de Uré.
g. CESAR
La Defensoría del Pueblo a través del Sistema de Alertas Tempranas (SAT) emitió el
Informe de Riesgo No. 040 de 28 de noviembre de 2016 de Alcance Intermedio (I.R. No.
040-16.A.I.) el cual, el 1 de diciembre de 2016, fue elevado a Alerta Temprana por la
Comisión Intersectorial de Alertas Tempranas (CIAT) presidido por el Ministerio del
Interior.
82
Detrás de estos hechos victimizantes y violatorios de los derechos humanos estarían
estructuras articuladas a las llamadas AGC,--conocidas bajo distintas denominaciones
tales como Los Urabeños, el Clan Úsuga y más recientemente el Clan del Golfo--, y sobre
todo por una heterogénea y cambiante gama de dispositivos, aparatos y estructuras
armadas y de coerción que se estarían emergiendo al amparo de los cuerpos de vigilancia
y seguridad de ciertos sectores relacionados con el latifundio que se sienten “víctimas de
la ley de víctimas”, ven con recelo los diálogos con la insurgencia y una amenaza directa
contra sus intereses el contenido del punto 1: Hacia un Nuevo Campo Colombiano:
Reforma Rural Integral del Acuerdo de La Habana, firmado en el Teatro Colón.
Con ocasión de la ocurrencia de algunos hechos de violencia que han afectado a lideresas
y líderes sociales y a defensoras y defensores de derechos humanos, tales como
homicidios, agresiones y atentados, amenazas y hostigamientos, todo indica que podría
estarse asistiendo a la agudización de los escenarios de riesgo identificados con suma
claridad en el referido IR. No. 040-16.A.I.
83
a hacer grafitos en las paredes de algunos inmuebles con textos en los que se amenazaba
de muerte a drogodependientes y consumidores; posteriormente al percatarse de haber
sido vistos por un menor de edad ingresaron hasta la vivienda donde él se encontraba y
luego de agredirlo e intimidarlo, le dieron 24 horas para que abandonaran el pueblo,
situación que generó que el menor de edad y su abuela se desplazaran forzadamente.
- Alrededor de las 05:00 p.m. del 13 de enero de 2017, luego de haber participado en una
sesión de la Mesa de Derechos Humanos y Territorios del Cesar, Orlando de Jesús Salcedo
Restrepo de 58 años de edad, fue amenazado a través de una llamada telefónica en la que
lo señalaron de estarse reuniendo con guerrilleros.
- Hacia las 03:40 a.m. del 2 de febrero de 2017 en la Loma de Calenturas, El Paso, en
momentos en que Agustín José Almeida de 38 años de edad, secretario de la Seccional El
Paso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minera, Petroquímica,
Agrocombustible y Energética (Sintramienergética), salía de su residencia con destino a
su frente de trabajo en la mina El Descanso, de la empresa Drummond, fue atacado a bala
por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta; afortunadamente el sindicalista
se percató a tiempo del hecho y logró refugiarse en su casa, la cual quedó con las señales
de tres perforaciones. Este hecho victimizante al igual que otros de similar naturaleza que
afectó a dos sindicalistas en Agustín Codazzi y Valledupar y que se relacionan más
adelante, obliga a incluir dentro de las organizaciones focalizadas originalmente en el IR.
No. 040-16.A.I. a algunos sindicatos y comités sindicales.
- Aproximadamente hacia las 07:00 p.m. del 4 de febrero de 2017 en la vereda Entre Ríos
del corregimiento de Caracolicito, El Copey, Edilberto Cantillo Meza de 55 años de edad,
presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda Entre Ríos e integrante de
la Asociación Veredal de Víctimas de El Copey (Asvervic), fue asesinado por dos hombres
que llegaron hasta la vereda y luego de llamarlo por su nombre y confirmar su identidad,
le dispararon en repetidas ocasiones. Si bien El Copey no fue identificado en el IR. No.
040-16.A.I. muy a pesar que algunas organizaciones focalizadas, entre ellas la Asamblea
Campesina del Cesar por la Restitución de las Tierras y Buen Vivir tienen asociaciones de
base en este municipio, este homicidio, sumado al hecho al que se aludió más arriba en
relación con la aparición de grafitos alusivos a las Águilas Negras y otro que se reseña
posteriormente referido a la difusión de un panfleto con amenazas, lleva a pensar que
parte de los escenarios de riego se han expandido hacia otros municipios.
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- Hacia las 08:45 p.m. del 9 de febrero de 2017, cuando estaba llegando a su residencia
ubicada en el barrio “La Popa” de Valledupar, luego de haber participado en una sesión
de la Mesa de Derechos Humanos y Territorios del Cesar, Alfonso Emilio Barón Sánchez de
45 años de edad, presidente de la Seccional Valledupar del Sindicato Nacional de
Trabajadores del Sistema Agroalimentario (Sinaltrainal) y coordinador regional del
Congreso de los Pueblos (CDP), fue abordado por cuatro sujetos que se movilizaban en dos
motocicletas, uno de los cuales le disparó a quemarropa sin lograr impactarlo, ante lo cual
el sindicalista corrió a refugiarse en una vivienda.
- Hacia las 08:20 p.m. del 11 de febrero de 2017, en momentos en que Carlos Jair Trujillo
Borré, de 38 años de edad, Coordinador del Comité Sindical Clasista y vocero regional del
Congreso de los Pueblos (CDP), se encontraba visitando a su señora madre, un sujeto
desconocido disparó en repetidas ocasiones hacia el interior de la vivienda, hiriendo a su
esposa levemente en una mano.
- En horas de la noche del 26 de febrero de 2017 circuló profusamente en San Martín, San
Alberto y otros municipios del sur del Cesar, un panfleto con el logo símbolo de las AGC a
través del cual se profieren amenazas en contra de lideresas y líderes sociales y defensoras
y defensores de derechos humanos. En el panfleto de marras puede leerse lo siguiente:
“Reiteramos nuestra posición a nivel nacional, departamental y municipal: Ya venimos
exterminando esas ratas izquierdistas, activistas de derechos humanos, líderes indígenas,
sindicalistas, colaboradores de la guerrilla. Ya sabemos cómo se camuflan y cómo operan
en los diferentes pueblos. Declaramos objetivo militar a todos los que se declaran
defensores de los trabajadores agrupados en diferentes organizaciones sindicales, como
los guerrilleros de la Unión Sindical Obrera que están operando en áreas de San Martín y
San Alberto (Cesar), Sabana de Torres y Barrancabermeja (Santander), entorpeciendo el
desarrollo de las empresas y grandes proyectos, por tal motivo ya sabemos sus
desplazamientos y ubicación para darles de baja. Advertidos. Salgan de las regiones, ratas
hijueputas. Estado Mayor. Autodefensas Gaitanistas de Colombia”.
Altamente preocupados por la situación de riesgo que presentan las lideresas y líderes
sociales así como las defensoras y defensores de derechos humanos del Cesar, el 18 de
enero de 2017 las organizaciones sociales que confluyen en la Mesa de Derechos Humanos
y Territorios del Cesar elevaron ante el Ministerio del Interior un derecho de petición a
través del cual solicitaban que “se instale y formalice la Mesa de Garantías del Cesar” ya
que consideran que este es el escenario más adecuado para que la institucionalidad
concernida, de manera articulada y coordinada, y con la participación de las
organizaciones sociales focalizadas en riesgo en el IR. No. 040-16.A.I. se tomen las medidas
de protección y prevención que el contexto actual amerita.
85
h. VALLE DEL CAUCA
86
Por la misma época, en 2011, se menciona que Héctor Mario Urdinola Álvarez conocido
con el alias de “Chicho Urdinola” en su calidad de jefe del grupo “Los Machos” –creados
por Diego Montoya, extraditado- enfrentados al grupo de Los Rastrojos –creados por Wílber
Varela, muerto- desde el año 2002 (cuando se produce la muerte del jefe del cartel del
norte del Valle Iván Urdinola Grajales), llego a una alianza con “los Urabeños” para
confrontar a sus enemigos los Rastrojos, lo que dinamiza el cruento enfrentamiento en
varios municipios (barrios de Cali, La Unión, Roldanillo, La Victoria, Zarzal, Buenaventura)
el que persiste hasta nuestros días.
En febrero de 2014 una cuadrilla del ELN hace su aparición en zona rural del municipio El
Cairo montando un retén en la vía principal que bifurca y conduce al municipio San José
del Palmar (Chocó), significando este hecho el retorno de esta organización a este
departamento donde han logrado aposentarse en sectores de la cordillera central (El
Dovio, Bolívar, Trujillo, El Cairo) en los cuales hacen presencia irregular, especialmente
los lugares aledaños al cañón de Garrapatas.
87
Con la desmovilización de la guerrilla de las FARC, amplios sectores rurales de los
municipios reseñados dejan de tener un actor armado ilegal que fungiera como autoridad
de facto bajo el poder que brindan las armas y su uso contra población civil cuando así lo
consideraban necesario. Hay la incógnita si el Estado tendrá la capacidad de hacer
presencia integral permanente e interinstitucional en esos sectores para garantizar los
derechos de sus habitantes; pero también si los grupos ilegales que continúan en el
departamento tienen la capacidad y/o el interés de incidir o hacer algún tipo de presencia
en dichos territorios.
Con la desmovilización de las FARC, tres son las organizaciones de mayor envergadura que
se pueden identificar en el Valle por ahora:
ELN. Básicamente en la actualidad con alguna presencia en la cordillera occidental
y al norte de Buenaventura en límites con el Chocó.
AGC. No se conoce una estructura como tal, su incursión se ha facilitado mediante
alianzas con bandas locales las cuales fungen o usan el nombre de esta organización al
desarrollar las actividades criminales concentradas especialmente en sectores urbanos.
Rastrojos. Las autoridades han afirmado su desaparición como organización
quedando algunos reductos a los cuales llaman disidencias, sin embargo pareciera en estos
momentos buscan una reorganización.
Pequeños carteles. Sujetos dedicados al narcotráfico que dinamizan la criminalidad
al sostener diversas alianzas de mutuo beneficio con los diferentes grupos armados según
varíe la situación y el sector geográfico donde se presente dicha variación. Son los
encargados de cooptar sectores sociales que requieren para la fluidez en el negocio como
miembros de la Fuerza Pública, la Fiscalía, políticos locales, entre otros.
88
15. RECOMENDACIONES Y REQUERIMIENTOS
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Unificar los parámetros de evaluación de riesgo que deben aplicar los analistas, a través
del establecimiento de procedimientos de obligatorio cumplimiento, en especial
respecto a la verificación de información recolectada por parte de los analistas, con el
fin de evitar que se introduzcan criterios subjetivos en la valoración.
Adoptar un protocolo sobre el trámite de los casos de emergencia, que defina con
claridad los conceptos de inminencia y excepcionalidad, que sustentan la
discrecionalidad de que goza el Director de la Unidad Nacional de Protección para
ordenar que se adopten medidas provisionales de protección. En el protocolo,
considerar si las medidas de emergencia estarían sujetas a límite presupuestal.
90
disponer de los recursos económicos, humanos y logísticos para la atención de tales
casos.
• A la Policía Nacional:
91
ANEXOS
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