Comenzaremos hablando de Nueva Orleans donde, con toda naturalidad convergían
varias corrientes culturales como la ópera, la música clásica Europea, músicas criollas, latinas y la música local. Y es de esta combinación que surge lo que llevaría a ser el Jazz, quien hereda elementos musicales de América latina. El jazz germinó lentamente, en sus raíces musicales criollas, estas raíces se remontan a la invasión de Europa y África por los árabes, desde las guerras santas y los mercaderes del África septentrional introduce en la lengua y el islam al África subsahariana. El llega al sur de Nigeria y a Camerún. Durante esas conquistas, las músicas africanas y europeas se arabizan. A cambio, elementos de las músicas africanas penetran en la música de los conquistadores árabes; marcando definitivamente la música de Francia Portugal y España, donde en los moros se quedan hasta 1492, antes de esa fecha cerca de 150,000 esclavos de sepa africana habían entrado en España por Sevilla y se incorporaron a la vida cultural y económica local lugar donde se hallaba la famosa casa de contratación que administraba la trata y de donde partía el mayor porcentaje de esclavos rumbo a Cuba, Santo domingo, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Panamá y México. De manera que al reanudarse la esclavitud la dirección de este sería hacia las Américas los africanos, nuevamente en contacto con los europeos se identifican con muchos elementos que componen la música de los colonos españoles, portugueses y franceses. En los tiempos que Luisiana en la colonia francesa, su capital, Nuevo Orleans, se encontraba en manos de los españoles. En esa época se produjo una gran afluencia de esclavos provenientes de las islas del Caribe francesas y españolas, así como de la Isla Trinidad. Después de la rebelión encabezada por Toussaint L’Ouverture en Haití cerca de 3000 esclavos huyeron en balsas hacia Cuba. Se instalaron en la parte oriental de la isla y aún hoy sus descendientes mantiene en varias de sus tradiciones musicales. Otros, en cambio siguen su camino hacia Nueva Orleans. Esta inmigración de dos etapas tiene repercusiones importantes para analizar el desarrollo de la música de la época, por un lado los esclavos haitianas se llevan los cinquillos de su folclor musical. Así, los cinquillo ven entraron a la vez en la música de la parte oriental de Cuba y en la música de nuevo Orleans. Al margen de Cuba y de Haití no hay que olvidar una poderosa presencia francesa. Después de la compra de Luisiana las culturas caribes penetrar lentamente la regiones del país pocos años después aparecen las primeras danzas y manifestaciones musicales al aire libre entorno del Congo square del centro de Nueva Orleans. La gamba desplegada se extiende desde las músicas africanas hasta las melodías francesas y españolas mezcladas con los ritmos africanos, la constante llegada de músicos refugiados del Caribe europeos y sudamericanos dan colores mucho más vivos en la abanico que se ofrecía en Lens se establecen colonos llegados de islas Canarias y desarrollen una sólida tradición de canciones líricas y de baladas españolas. Esta armonía que se vivía entre las distintas razas y composiciones étnicas de nivel social distinto se vieron afectados cuando en 1857 el Tribunal Supremo negó a los negros la ciudadanía. La cual habitación finalmente sería quebrantada al entrar en vigor una ley según la cual toda persona descendencia africana debía ser considerada en adelante como negro. Al punto, que las comunidades criollas percibieron su aplicación como amenaza a su identidad cultural y los que se encontraban en los medios musicales anglizaron sus nombres con objeto de disimular su origen africano. Así Ferdinand Joseph Lamenthe se convirtió en Jelly Roll Morton, Henri Francois Zenon, en George Lewis, Harold Baquet en Hal Bankay, Louis Alphonse DeLisle, en Big Eye Louis Nelson, Raymond Barrois en Raymond Burke, por mencionar algunos. Cuando las autoridades prohíben la práctica pública de las danzas, los negros y con ellos los músicos se refugian en las tabernas, abandonan los instrumentos africanos y los de los blancos: el piano y la corneta. La práctica de la esclavitud quebrando las tradiciones africanas y duró demasiado tiempo para que pudieran renacer, sin embargo los propietarios españoles toleraban que sus esclavos se reagrupan según sus orígenes en constrasta con los Estados Unidos donde fueron los del 20 arrancados de sus raíces así el código negro español que rigen la actitud de los españoles deben contar en el sistema de gobierno de una nación, en la cual la danza y la música provoca las estaciones más vivas y más espirituales alejando el espíritu de tristeza y melancolía los devora constantemente la música afrocubana, cuyo pilar fundamental es el tambor, tiene sus raíces en tres principales manifestaciones culturales religiosas de origen africano: el abakuá, la santería y las religiones bantúes. Los abakuás tocan dos tipos de instrumentos: nos reserve dos reservados a sus ritos sagrados, cuatro tambores tocados individualmente por sacerdotes, y los otros los instrumentos públicos, agrupados en un orquesta de percusiones conocida como el nombre de biankomeko: cuatro tambores, una campanilla, son ajenos y dos matracas de madera. Su principal tambor se llama enchemiyá, El tambor que habla. Los consideran que la transcripción y grabación de su música ritual es una profanación En la Habana el percusionista cubano Chano Pozo, se unió a la orquesta Dizy Gillespie en Nueva York en 1946, era miembro de un capítulo de la sociedad a Abakuá, tenía la costumbre de tocar ritmo sagrados en sus congas y de cantar cantos abakuas y yorubas en la escena de la orquesta. La base de la música lucumí para la santería es el tambor batá, un tambor provisto de una piel en cada extremidad, cada una con una sonoridad particular, también hay tambores bembé, los tambores bata son habitualmente acompañados por tres güiros (cachimba, mula y caja) y por congas. Los instrumentos bantú son muy variados son principalmente los tambores yucas que acompaña la danza del mismo nombre y los ngomas, considerados como antepasados de las congas que hoy se encuentran en ciertas músicas populares occidentales. En el siglo XIX la sociedad colonial cubana se reunía el son de la rumba, expresión popular urbana que mezcla música y danza y que se encuentre, a la vez con elementos africanos y de la metrópoli española, como el flamenco andaluz. En su origen, para marcar los gringos, los músicos utilizaban unos cajones que fueron reemplazados por las congas o tumbadoras a las cuales se añadieron los dos bastoncillos de la clave. Muchos de los músicos de rumba es efiks o descendientes de ellos, trabajaban cargando y descargando los barcos de los puertos de matanzas y de la habana y eran miembros de la sociedad abakuá, poco a poco aparecieron variaciones de la rumba original, como el guaguancó, y la Columbia, que se diferencian esencialmente por sus danzas. La abolición definitiva de la esclavitud en 1886 trajo consigo una fuerte emigración de músicos negros cubanos hacia New York Lens en sus viajes llevaban consigo la contradanza fuente de influencia indiscutible para los primeros compositores de ragtime y de blues. Y como producto de las guerras hasta 1898 muchos músicos negros miembros de las tropas ministriles desembarcan en Cuba y descubren las músicas populares locales como son la contradanza, danzón, son, huaraches, rumba, etc . uno de ellos es W. C. Handy, quien se deja seducir por las células rítmicas del cinquillo haitiano y la clave. Por su parte el contacto con los colegas estadounidenses los músicos cubanos aprenden los primeros rudimentos del blues, el banjo, y en Fox Trot. Éstos intercambios musicales son los únicos puntos positivos si podemos estar de acuerdo con esto de estas guerras. En esta época se voy a ellas en la Habana y rumba el nuevo Lens esta inteligente comunicación entre los músicos afroamericanos y afrocubanos contribuyó a forjar nuestras respectivas músicas del siglo XX. Después de la penetración de la bandera y del danzón en los Estados Unidos, hace su aparición la clave cubana en cuatro con posiciones fundamentales del comienzo del siglo XX Tiger Rag de Louis Armstrong, New Orleans Joys de Jelly Roll Morton, Memphis Blues (1912) y Saint Louis Blues (1914) de W. C. Handy. Estas composiciones utilizan el ritmo del tango que se volvió bastante famoso en aquella época en lugares como Nueva Orleans, Saint Louis y Harley donde se desarrolla el movimiento Stride Piano donde la mayoría de los pianistas del época componen la banderas son influenciados también los pianistas del blues por la clave y los ritmos afrocubano. Por otro lado México geográfica y cultural mente forma parte de la cuenca del Caribe fue parte del primer siglo de la colonia y más de 250,000 esclavos entraron en el país en tres oleadas sucesivas los primeros del Sudán islámico los segundos de las tribus bantú es del Congo y los terceros del golfo de Guinea. Esto provocó casi tres siglos, que la región del golfo de México establecieron estructuras socio cultural similar a la del modelo del Caribe hispano, los músicos viajaban libremente entre Veracruz, Yucatán, La Habana, Puerto Rico y Venezuela, dejando a su paso las huellas de su folclor mientras se empapaban de lo que iban conociendo. De esta manera llegó el chuchumbé, danza popular de los mestizos en el siglo XIX la polka, la mazorca y la danza manera, seguida por el danzón y el son cubano antepasado de la salsa. Éstos elementos entrar a México por la península de Yucatán y el puerto de Veracruz por eso ciertos aspectos del musical cubano no serán ajenos a los músicos mexicanos que ir ando en Luisiana a finales de siglo la influencia musical cubana llega, pues a Nueva Orleans directa de Cuba, por la vía marítima o directamente a través de México. La banda del octavo regimiento de caballería y del ejército mexicano, compuesto por 67 músicos y dirigida por Encarnación Payen, inaugurando la exposición mundial industrial y de la algodón en Nueva Orleans, el 16 de diciembre de 1984. Les todavía de esta señala el apogeo de los músicos mexicanos en nuevo Orleans que, desde el comienzo de la década de 1880, tenía la costumbre de tocar sobre los barcos a vapor recorriendo el río Misisipi. Entre los muchos músicos que recorrieron Luiciana durante la segunda mitad del siglo XIX hablaremos de dos con una importancia muy particular cada uno empezando por Sebastián E. De Yradier compositor vasco residente durante largo tiempo en la habana y autor del primer gran éxito latino en los Estados Unidos, una habanera llamada La Paloma. Obra que inspiró a numerosos compositores mexicanos que la consideran como un modelo de la balada. También compuso El Arreglito, que vi se insertó en su ópera Carmen, con el título de “Habanera”. El segundo es Juventino Rosas, quien según su biógrafo Jesús Frausto, llego por primera vez en Nueva Orleans en 1885 durante una gira por el sur del país con la orquesta típica mexicana (grupo de músicos, cuyo director adjunto era él, con José Reyna). También es el compositor del célebre vals sobre las olas, que llegaría ser el tema favorito de los músicos locales y de las primeras orquesta de jazz en Luisiana. Sin embargo, es flor en su Ramos el que ejerce un efecto determinante en el escenario musical de nuevo Orleans, fue el primer músico mexicano de importancia que se estableció de manera permanente en nuevo Orleans. Ingreso a la banda del octavo regimiento de caballería mexicana a lo largo de toda su carrera trabajo en orquestas de teatro, de circo y de restaurantes. Ramos fue el primer músico que introdujo el saxofón en Nuevo Orleans. Y tocaba según corresponde su familia el fagot, el clarinete bajo, la flauta, el piano y varios instrumentos de cuerdas. Por último y convine mencionar al cornetista cubano Manuel Pérez. Quien se instaló en una Orleans en 1899, es citado por los historiadores como el músico cubano más importante de nuevo Orleans a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX la razón de esta atención es difícil de explicar cómo es difícil saber si alguna influencia sobre la escena local en todo caso era conocido como intérprete de Virtuoso de himnos funerarios. Participaba igualmente en la fanfarria Onward Brass Band. En la que varios músicos participaban en orquestas de ellas que dejaban mayor espacio para la improvisación y a todo esto Manuel Pérez representa un símbolo que la comunidad cubana en Estados Unidos tiene como un orgullo. Con todo lo ya dicho el origen de los ritmos afroantillanos parece un poco más claro conociendo la ruta que tuvo de acceso y los puntos por los que fue entrando América América central y América del Sur como el apogeo se va dando en los principales puertos, ayudando la comunicación entre los músicos en diferentes puntos del mundo simultáneamente combinando y trayendo consigo sus raíces y aprendiendo los nuevos ritmos y estilos que surgían de las funciones de los bailes tradicionales de cada una de las regiones como las nuevas agrupaciones que se formaban combinar a los diversos músicos de cada una de ellas combinando sus conocimientos y su amor por la música el interés de generar algo nuevo y dejar una huella