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Las principales características del desierto tienen que ver con la calidad de sus suelos y con el
nivel de precipitaciones que estas zonas reciben a lo largo del año. Así, podemos decir que lo
que diferencia de manera evidente a los desiertos del resto de los ecosistemas es que poseen
escasas precipitaciones y por lo tanto sus suelos son áridos o no aptos para el cultivo. Al mismo
tiempo, los desiertos poseen una importante amplitud térmica, lo cual significa que mientras
que las temperaturas suelen ser muy altas durante el día y muy bajas durante la noche. Esto
también suma elementos para hacer de este espacio un lugar poco agradable para la vida
permanente en él.
Debido a estas condiciones, los desiertos se caracterizan por tener muy escasa vegetación así
como también animales que son específicos de esas áreas y que cuentan con elementos
particulares para subsistir. La flora y la fauna desértica son sin embargo muy escasa, entre las
especies animales podemos mencionar diferentes tipos de lagartos, lagartijas, insectos,
alacranes, aves rapaces y camellos. Las plantas típicas de los desiertos son los cactus y las
palmeras así como también pequeños arbustos que no alcanzan demasiada altura y que sirven
principalmente de refugio para los animales desérticos.
RIOS
El término río proviene del latín rius. Se trata de una corriente natural de agua
continua que desemboca en otra similar, en un lago o en el mar. Cuando un río
desemboca en otro, se lo conoce como afluente.
Cada río posee un cierto caudal, que no suele ser constante a lo largo del año. En
los períodos con mayor cantidad de precipitaciones, el caudal aumenta. En
cambio, cuando llueve poco o se experimentan elevadas temperatura, el caudal
desciende e, incluso, en situaciones extremas el río puede secarse.
Un río puede ser: perenne, cuando el curso de agua se encuentra ubicado
en zonas con lluvias abundantes o donde se registra una alimentación freática
suficiente; estacional, cuando está ubicado en regiones donde las estaciones
son muy diferenciadas y el clima es de tipo mediterráneo; transitorio, cuando
está situado en zonas de clima seco o desértico; o alóctono, cuando se
encuentra en una zona árida y sus aguas provienen de otras regiones más
lluviosas.
Otra clasificación posible del río es según su geomorfología.
Un río rectilíneo tiene una sinuosidad baja y cuenta con un único canal. Un
río anastomosado, en cambio, tiene canales múltiples y una gran capacidad de
transporte y sedimentación. Por último, un río meándrico presenta sinuosidad
alta y un canal único.
El río más largo del mundo es el Amazonas, con 6.800 kilómetros de extensión,
seguido directamente por el Nilo, con 6.450 kilómetros.
Acerca de los efluentes
Una compleja evolución ha sido la que ha tenido el término que ahora vamos a
analizar. Su origen etimológico lo encontramos en el latín y concretamente en la
palabra cordellum que era el diminutivo de chorda que puede definirse como
“cuerda”. No obstante, desde ese principio después se ha ido modificando y
adaptando a otras lenguas como el catalán y el castellano.