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Las lenguas indígenas de la Argentina.

Situación actual e investigaciones1

Cristina Messineo (CONICET-UBA)


Paola Cúneo (ANPCyT- UBA)

Este trabajo tiene como objetivo presentar un panorama general sobre la situación de las
lenguas indígenas habladas en el territorio argentino, atendiendo especialmente a la ubicación
geográfica de los pueblos que las hablan, a las características sociolingüísticas de las mismas
y a ciertos rasgos gramaticales y discursivos que dan cuenta de la diversidad que presenta el
mapa lingüístico de nuestro país. Dado que desde el ámbito académico y científico, los
estudios sobre estas lenguas han cobrado un especial interés en los últimos años, se hará una
breve referencia al estado actual de las investigaciones en el campo de la lingüística indígena.
La presentación de una experiencia interdisciplinaria y colaborativa entre investigadores de la
Universidad de Buenos Aires y miembros de la comunidad toba de Derqui (Pcia. de Buenos
Aires) mostrará algunos aspectos teóricos y metodológicos que caracterizan, en la actualidad,
a los proyectos sobre lenguas indígenas en peligro de desaparición.

1. La Argentina ¿país monolingüe o multilingüe?


Ante la pregunta: “¿qué idioma se habla en la Argentina?”, automáticamente uno
responde “el español”. No obstante, una mirada más sutil o, mejor dicho, un oído más atento
(tan sólo cuando uno viaja en colectivo) puede llegar a percibir otros sonidos, otras palabras,
otras formas de comunicarse entre gente cuya primera lengua no es el español. Así también,
un recorrido por las distintas zonas geográficas de nuestro país nos mostraría que el contacto
lingüístico es la regla y que el monolingüismo, la excepción. En las zonas de frontera
(Misiones, Formosa, Jujuy, etc.), por ejemplo, el español interactúa con el portugués de

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El presente trabajo constituye una versión revisada de la conferencia presentada en el Third International
Workshop on (Semi)Numerical Techniques in Polynomial Equation Solving (TERA’05) en honor a Joos Heintz
por su 60º cumpleaños. Departamentos de Computación y Matemáticas, UBA, 24 al 28 de octubre.
Agradecemos muy especialmente a Joos Heintz por su reconocimiento, aliento y apoyo a las investigaciones
sobre las lenguas indígenas de la Argentina, y agradecemos también a Ricardo Miró por su interés y compromiso
en la difusión de estas investigaciones.

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Brasil, con el guaraní de los paraguayos o con el quechua y con el aimara que hablan los
indígenas de Bolivia.
En las grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Santa Fe la población
criolla e indígena proveniente del interior del país, así como también de países extranjeros
tanto limítrofes (Paraguay, Brasil y Bolivia) como europeos y asiáticos (Italia, España,
Polonia, China, Taiwán, etc.), mantiene sus lenguas vernáculas. De esta manera, lenguas
como el italiano, el francés, el inglés, el alemán, el polaco, el ruso, el idish, el coreano, el
chino, el taiwanés, el portugués, el guaraní, el quechua, el aimara, entre muchos otros, se
hablan actualmente en las grandes ciudades del país. Claro que, muchas de ellas se utilizan
sólo en ámbitos familiares e intracomunitarios.
Así también, en lo que es hoy el territorio argentino, antes de la llegada de los españoles
existían grupos aborígenes que tenían sus propias lenguas, muchas de las cuales continúan
hablándose en la actualidad. De esta manera, a la diversidad lingüística mencionada
anteriormente se suma el contacto que existe entre las lenguas indígenas y el español –
idioma que los conquistadores españoles trajeron cuando comenzaron a establecerse en
nuestro continente hace más de 500 años. La población indígena que habita actualmente en
las provincias de Salta, Jujuy, Formosa, Chaco, Misiones, Santa Fe, Buenos Aires, La Pampa,
Neuquén, Río Negro y Chubut es mayoritariamente bilingüe, es decir, además de utilizar la
lengua vernácula en ámbitos familiares, comunitarios y religiosos habla el español en las
interacciones con los no indígenas. En síntesis, si bien el español es la lengua oficial de la
Argentina no es la única que se habla en el país. Si tomamos en cuenta la cantidad de lenguas
habladas dentro del territorio argentino, nos encontramos frente al caso de una sociedad
multilingüe en la cual, además del español, se hablan al menos unas veinte lenguas de
inmigración europea y asiática, y trece lenguas indígenas. Desde el punto de vista social,
algunas de ellas son consideradas lenguas de prestigio como el inglés, el francés, el alemán o
el italiano; otras en cambio, son lenguas minoritarias, no porque las hable un grupo reducido
de gente, sino por los derechos sociales que éstas poseen, es decir, por su desigualdad y
asimetría social frente a las lenguas mayoritarias.

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2. ¿Cuáles son las lenguas indígenas que se hablan hoy en la Argentina?
Se estima que antes de la llegada de los españoles a América, en lo que es hoy el
territorio argentino, se hablaban unas 35 lenguas indígenas. Actualmente existen sólo trece
agrupadas en cinco familias lingüísticas: toba, pilagá, mocoví, wichí, nivaclé, chorote, ava-
chiriguano, mbya, guaraní, quichua santiagueño, tehuelche, mapuche. Gracias a
investigaciones recientes (Golluscio y equipo 2005), se puede agregar a la lista el vilela,
lengua considerada desaparecida desde la década de 1960. (Censabella 2005)
Para su estudio y caracterización proponemos un recorrido de Norte a Sur por el mapa
de la Argentina, teniendo en cuenta que las fronteras lingüísticas no siempre coinciden con
los límites geográficos de los países. Por ejemplo, el quechua que hablan los collas del
Noroeste argentino también se habla en Bolivia; el mapudungun es el idioma de los mapuches
que habitan tanto en la Patagonia argentina como en Chile.
El quechua es una de las familias lingüísticas más extensas tanto geográficamente como
por la cantidad de hablantes que posee: alrededor de 12.500.000 en América del Sur (Perú,
Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina). Según Censabella (op.cit.: 28), en nuestro
país existen tres grupos diferenciados de hablantes del quechua: a) migrantes de nacionalidad
boliviana y peruana, asentados en los últimos años en las grandes ciudades, principalmente en
Capital y Gran Buenos Aires, b) indígenas denominados “collas” que habitan en el noroeste
argentino, en las provincias de Salta y Jujuy y c) población criolla de Santiago del Estero que
habla quichua santiagueño.
Del tronco lingüístico tupi-guaraní, se hablan en la Argentina cuatro lenguas: a) el
guaraní correntino, también denominado goyano, hablado principalmente en Corrientes, pero
también en Misiones, Chaco, Formosa, Rosario y Buenos Aires debido a la migración de la
población rural hacia los centros urbanos, b) el chiriguano-chané, que es actualmente el
idioma de los chiriguanos, chanés y tapietes que habitan en el norte y el nordeste de la
provincia de Salta, c) el mbyá, hablado por los indígenas mbyá de Misiones y d) el guaraní
paraguayo o yopará hablado por inmigrantes paraguayos que residen en nuestro país.
La familia lingüística mataguaya, originaria de la región chaqueña, comprende las
siguientes lenguas: a) el wichí de los indígenas wichí que habitan en comunidades rurales y

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semiurbanas de Salta, Formosa y Chaco, b) el chorote o ashuslay hablado por unas 1.500
personas en el norte de Salta y c) el nivaclé, idioma de los nivaclé o chulupíes que habitan en
la provincia de Salta, en las proximidades de Tartagal.
La familia lingüística guaycurú también es, como la mataguaya, de origen chaqueño.
De dicha familia se hablan actualmente en el Chaco argentino las siguientes lenguas: a) el
toba, hablado por unas 60.000 personas en zonas rurales de las provincias de Chaco, Formosa
y el este de Salta, y en asentamientos permanentes denominados “barrios” en las ciudades de
Resistencia, Saénz Peña, Formosa, Santa Fe, Rosario, Gran Buenos Aires y La Plata, b) el
mocoví , en el sur del Chaco y en el norte de la provincia de Santa Fe y c) el pilagá, en el
centro de la provincia de Formosa.
En el sur del país, la familia lingüística chon estaba compuesta por al menos seis
lenguas que se hablaban en la Patagonia argentina y en la Isla Grande del Tierra del Fuego.
Actualmente sólo quedan unos pocos hablantes del tehuelche o aonek’enk en la provincia de
Santa Cruz. El resto de las lenguas de esta familia se considera desaparecido.
Por último, el mapudungun (“lengua de la tierra”) es el idioma de los mapuches del
sur de Chile y Argentina. Fue considerada durante muchos años una lengua independiente,
aunque en la actualidad algunos autores la vinculan con las lenguas habladas en la región de
Cuyo y otros con lenguas del Amazonas. En nuestro país, los mapuches viven en las
provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut y algunos grupos en las provincias de La Pampa
y Buenos Aires. (Véase MAPA 1)

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Cuadro 1: Lenguas indígenas habladas en la Argentina según grupos étnicos y regiones
geográficas (Fuente: Censabella 1999)

Lengua Grupo étnico Región

quechua collas (antiguos atacamas, Salta y Jujuy


diaguitas y omaguacas)

quichua santiagueño criollos / no indígenas Santiago del Estero

guaraní correntino / goyano criollos / no indígenas Corrientes; también Misiones,


Chaco, Formosa

guaraní paraguayo / yopará inmigrantes paraguayos frontera con Paraguay

chiriguano-chané chiriguanos, chanés y tapietes N y NE de Salta

mbyá mbyá Misiones

wichí wichís Salta, Formosa y Chaco

chorote chorotes N de Salta

nivaclé nivaclé o chulupíes Salta

toba tobas Chaco, Formosa y E de Salta

mocoví mocovíes S del Chaco y N de Santa Fe

pilagá pilagá centro de Formosa

vilela vilelas O del Chaco

tehuelche tehuelches Santa Cruz

mapudungun mapuches Neuquén, Río Negro, Chubut,


La Pampa y Buenos Aires

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Cuadro 2: Lenguas indígenas agrupadas en familias lingüísticas

Lengua Familia lingüística

quechua
quechua
quichua santiagueño
guaraní correntino / goyano
guaraní paraguayo / yopará
tupí-guaraní
chiriguano-chané
mbyá
wichí
chorote mataguaya
nivaclé
toba
mocoví guaycurú
pilagá
vilela lule-vilela
tehuelche chon
mapudungun lengua aislada

3. ¿Cuál es la situación sociolingüística de estas lenguas?


En primer lugar, no hay datos exactos ni actualizados sobre la población indígena en la
Argentina, la cantidad real de hablantes, en qué lengua aprenden a hablar los niños o si son
mayoritariamente monolingües o bilingües. El único censo indígena nacional realizado en
1966 y dado a conocer en 1968 calcula alrededor de 500.000 indígenas, aunque otros censos
no gubernamentales realizados posteriormente, llegan a casi duplicar esta cifra.
La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004 –realizada por el
INDEC a partir de una pregunta incluida en el censo nacional de 1998– recabó información
sobre la población indígena del país y, aunque por el momento sólo arroja resultados
parciales, destaca que los pueblos mapuche en la Patagonia, kolla en Jujuy y Salta y toba en
Chaco, Formosa y Santa Fe lideran la cantidad de población indígena.
Por otra parte, el uso real de estas lenguas en situaciones comunicativas es muy diverso
y depende de cada lengua en particular. Algunas de ellas, como el wichí, poseen un alto
grado de vitalidad que se manifiesta en un alto porcentaje de hablantes monolingües,

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especialmente de niños y mujeres que sólo hablan el wichí y un pequeño porcentaje de
préstamos en español. La mayoría de los chicos mapuches o tobas (que habitan en
asentamientos urbanos), en cambio, son bilingües, es decir, además de la lengua aborigen,
hablan el español. Un caso extremo es el tehuelche que posee actualmente muy pocos
hablantes. Según Fernández Garay (1998), esa lengua se halla en un avanzado proceso de
extinción ya que sus hablantes no la emplean en la comunicación cotidiana, sino que la han
reemplazado por el español. Sin embargo, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI)
considera que son más de 500 los descendientes de tehuelches, aunque este dato no presupone
que todos hablen la lengua vernácula (Censabella, op.cit.: 90). Así también existen hablantes
del vilela, originarios del Chaco occidental, huarpes de la región de Cuyo, ranqueles de La
pampa u onas de Tierra del Fuego que hasta hace muy poco se consideraban desaparecidos y
que en la actualidad empiezan a recordar términos y oraciones en la lengua que hablaban sus
abuelos y a reivindicar su origen indígena.
En este sentido vemos que los conceptos de vitalidad lingüística o su opuesto muerte
de lenguas son relativos ya que las situaciones particulares de las lenguas y de los pueblos
que las hablan no son estáticas ni definitivas. El uso real de una lengua implica procesos
dinámicos que dependen tanto del deseo y la voluntad de sus hablantes por mantenerlas o
recuperarlas como de las políticas lingüísticas del país en el que esas lenguas se hablan.
Así también, los conceptos dicotómicos de monolingüe vs. bilingüe han sido
reconsiderados a la luz del estudio de las comunidades lingüísticas modernas que, lejos de ser
homogéneas y monolingües, se caracterizan por el contacto y la diversidad de lenguas. En las
comunidades indígenas actuales encontramos, entonces, una gran variedad de tipos de
hablantes según su competencia:
a) Monolingües que hablan fluidamente la lengua vernácula, generalmente ancianos o
adultos que manejan las formas lingüísticas tradicionales.
b) En contraste con ellos, están los jóvenes, muchas veces hablantes fluidos de la lengua
nativa pero bilingües con competencia también en español. A diferencia de los ancianos,
estos hablantes a causa de su bilingüismo han introducido cambios en la lengua indígena.
Dentro de esta categoría pueden incluirse también aquellos hablantes bilingües

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competentes en la lengua vernácula pero con baja competitividad en español. Esta
diferencia depende de factores de edad, sexo, tipo de actividad laboral y
fundamentalmente del grado de escolaridad adquirido.
c) Bilingües receptivos son aquellas personas que hablan y entienden una de las lenguas
pero que poseen una competencia receptiva en la otra, es decir, que la comprenden en
mayor o menor medida pero no la hablan con fluidez. Hay varios grados de hablantes
receptivos. En uno de los extremos, podemos ubicar a los niños nacidos en el seno de
comunidades rurales que aún no han ingresado a la escuela, pero que dada la interacción
con sus mayores, por un lado y con la sociedad global, por el otro, pueden entender
español. En el otro extremo, se ubican los niños y jóvenes indígenas nacidos en
comunidades urbanas y que han aprendido el español como primera lengua. Su
competencia receptiva en la lengua indígena les permite comprender órdenes, palabras
sueltas, frases frecuentes de la lengua de sus mayores, pero no hablarla fluidamente.
d) Los denominados semihablantes (Dorian 1982) son miembros de la comunidad de habla
que no poseen fluidez ni manejo correcto de la gramática en la lengua indígena, pero son
sin embargo comunicativamente activos. Exhiben competencia para participar en eventos
comunicativos y manejarse apropiadamente en contextos étnicos de uso lingüístico porque
conocen las reglas comunicativas y sociales de la comunidad a la que pertenecen. Son
también capaces de saludar en la lengua vernácula, producir respuestas cortas a preguntas,
y reírse cuando escuchan un chiste. A su vez, interactúan con la sociedad global de
manera fluida.
e) Por último, existe una categoría que podemos llamar de recordantes, personas que en
algún momento de su vida han tenido un conocimiento de la lengua, pero que, por
diversos motivos, han perdido este conocimiento. Por ejemplo, hablantes que han sido
forzados a abandonar su lengua nativa por razones políticas o personas que nunca fueron
hablantes activos y que a causa de la paulatina retracción de la lengua han perdido su
bilingüismo receptivo (Grinevald 2003). Estos hablantes pueden recordar palabras o
frases en la lengua de sus padres o abuelos, pero no la utilizan como instrumento de
comunicación ni las transmiten a sus hijos.

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Todos estos estadios de diferentes situaciones sociolingüísticas de los pueblos indígenas
de la Argentina permiten evaluar el grado de pérdida o amenaza de las lenguas vernáculas. A
su vez, todos ellos constituyen instancias sobre las cuales, en mayor o menor medida, es
posible emprender la tarea de documentar la lengua y, a su vez, iniciar un proceso de
reactivación o revitalización de las lenguas que se encuentran en peligro. No obstante, dicha
activación depende, como veremos a continuación, de la voluntad de los propios hablantes de
usar la lengua vernácula en la mayor cantidad de contextos posibles y de transmitirla a sus
hijos, más que de la solitaria tarea del lingüista.

4. Lengua indígenas, lenguas en peligro: ¿Por qué es importante


preservarlas?
En los últimos años, el interés por las lenguas minoritarias, especialmente por aquellas
consideradas “en peligro” ha crecido notablemente en los ámbitos académicos y políticos. La
vasta bibliografía sobre lenguas amenazadas da cuenta de los múltiples factores que conducen
a la reducción o discontinuidad de las lenguas en contacto y advierte sobre la gravedad de la
situación, especialmente de aquellas habladas por los pueblos indígenas. Se estima que de las
6.000 lenguas que se hablan hoy en el mundo, el 50 % está por desaparecer. No obstante, la
resistencia y la viabilidad de las lenguas amenazadas no depende solamente del número de
personas que la hablan, sino también de su efectiva transmisión intergeneracional y de su uso.
Es decir, su supervivencia depende en mayor grado de que se mantenga como lengua nativa
de una población, de que la mayoría de los niños la adquieran como primera lengua y de que
los adultos la usen en todos los contextos posibles y la transmitan a sus hijos (Grinevald
2005). A pesar de que el mantenimiento de una lengua depende fundamentalmente de las
decisiones de la propia comunidad en cuanto a su uso y transmisión, la lingüística puede
ayudar a preservarlas a través de su estudio y documentación.
Existe, además, más de una razón que justifica la necesidad de que las lenguas
“pequeñas” no desaparezcan. En primer lugar, desde el punto de vista ético, cada lengua es
parte del patrimonio humano universal y, como tal, es irremplazable. Cada lengua es, a la vez,
el medio y la manifestación del conocimiento del mundo y, por lo tanto, símbolo de la

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identidad cultural del pueblo que la habla. En este sentido, se puede decir que cada lengua
posee su propia belleza y que el mundo sería menos interesante, si tuviéramos menos lenguas
(Krauss 1996: 21). Desde una perspectiva científica, las lenguas indígenas presentan un
interés especial para los lingüistas ya que muchas de ellas codifican el conocimiento del
mundo de manera diversa a la del español o a la de otras lenguas europeas. Esta diversidad ha
contribuido a revisar y replantear conceptos y teorías basados en datos de lenguas europeas
mayoritarias y, por lo tanto, ya arraigados en la tradición lingüística occidental. Así también
ha permitido realizar agrupamientos de lenguas en tipos según rasgos comunes. Estos
estudios, denominados tipológicos, requieren del registro de la mayor cantidad y variedad de
lenguas posibles para poder comparar a las lenguas entre sí y determinar sus semejanzas y
diferencias. Evidencian, a su vez, la variedad y eficacia de procedimientos lingüísticos en
cada una de las lenguas.

5. Gramática y diversidad tipológica


Una de las primeras tareas del lingüista al analizar la gramática de una lengua es
determinar qué tipo de lengua es la que está estudiando en términos de su morfología o
gramática. Una tipología es simplemente una división de un rango de fenómenos en tipos
(Payne 1997). El valor de una tipología en el estudio de una lengua depende del alcance que
dicha tipología tenga para hacer predicciones al considerar las características más importantes
de las lenguas individuales representadas por el tipo. Por ejemplo, no tendría ninguna
importancia caracterizar una lengua por la cantidad de sonidos que emplea para expresar
nociones referidas a la naturaleza.
A lo largo de la historia de la lingüística, se han propuesto varias tipologías. La primera
de estas tiene que ver con la forma en que las palabras de una lengua son divisibles en
morfemas claramente individualizables. Según esta tipología se reconocen los siguientes tipos
de lenguas:
(1) Lenguas aislantes: Una lengua estrictamente aislante es aquella en la cual existe una
correspondencia uno a uno entre palabras y morfemas; es decir, cada palabra consiste en
un solo morfema. El chino y el vietnamita son lenguas típicamente aislantes:

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Vietnamita:
khi toi den nha ban toi chung toi bat lam bai
cuando yo venir casa amigo yo plural yo comenzar hacer tarea
Cuando llegué a la casa de mi amigo comenzamos a hacer la tarea.

Hasta el momento, no se han documentado lenguas indígenas originarias del territorio


argentino con esta tipología.

(2) Lenguas aglutinantes: En una lengua aglutinante, una palabra puede consistir de más de
un morfema, pero los límites entre morfemas son bien claros. El turco es una lengua
típicamente aglutinante:

Turco:
adam - lar
hombre - plural
hombres (caso nominativo)

adam - lar - in
hombre - plural - del
de los hombres (caso genitivo)

adam - lar - a
hombre - plural - para
para los hombres (caso dativo)

El toba, lengua de la familia guaycurú hablada en la región del Gran Chaco, es también
una lengua con tendencia aglutinante, ya que una palabra puede constituirse por más de un
morfema y cada uno de ellos expresa un significado:

Toba:
shigueuotashiguemec
shi - gueuo - ta - shiguem - ec
1 pers sing - ir - aspecto - direccional:“arriba” - locativo:“sobre”
Estoy subiendo hasta ahí.

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(3) Lenguas polisintéticas: En las lenguas polisintéticas, las palabras tienden a estar
conformadas por varios morfemas de manera tal que mediante una sola palabra es posible
expresar una oración entera. El mapuche o mapudungun, lengua indígena hablada en la
región patagónica (sur de Argentina y Chile), es típicamente una lengua polisintética
(Golluscio 1997):

Mapuche:
ngillakofkemealuinche
ngilla - kofke - me - a - lu - inche
comprar - pan - direccional - futuro - conj - 1 pers sing
Voy a comprar pan.

Es decir, mientras que en español utilizamos toda una oración para expresar
determinado significado, en mapuche el mismo significado se expresa en una única palabra.

(4) Lenguas fusionales son aquellas en las que varios componentes del significado se
fusionan en un solo morfema. El español presenta rasgos de una lengua fusional. Por ejemplo:
compr - ó. El sufijo verbal incluye el significado de 3ª persona singular, tiempo pasado,
aspecto perfectivo y modo indicativo.

Dentro de las lenguas que son aglutinantes (tipo 3), otras tipologías toman en cuenta el
tipo de procedimiento morfológico que emplea cada lengua. Por ejemplo, si son
dominantemente prefijadoras o sufijadoras. Por ejemplo, el toba es una lengua prefijadora,
es decir que, a diferencia de las sufijadoras, como el quechua, coloca los pronombres
posesivos y personales delante de la raíz:

Cuadro 3: Lenguas sufijadores y lenguas prefijadores

quechua toba español


uma-y l-qaik su cabeza
muna-ni i-wotaike él/ella quiere

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A su vez, cada lengua selecciona de la realidad significados que pueden resultar
culturalmente relevantes o salientes para sus hablantes. En toba, por ejemplo, el tiempo verbal
(pasado, presente o futuro) no aparece codificado en el verbo, como sucede en español. Pero,
la mayoría de los verbos, especialmente los de movimiento, exigen la presencia de un sufijo
que indica la trayectoria del movimiento o el lugar o punto final del movimiento. Veamos los
siguientes ejemplos:
Toba:

shi - gue - uo ñi ima’


1 - ir - Dir:“hacia adentro” CL: trid mi casa
Me voy para (dentro de) mi casa.

na saishenaq nauoxon - axasom so shiyaxaua


CL: prox dorado 3-arrastrar - Dir:“hacia el fuego” CL: dist hombre
El dorado (tipo de pez) arrastró hacia el agua al hombre.

ñi Romualdo hueta - shigem - ec ñi noyik llaq


CL:trid Romualdo 3-estar en - Dir:“hacia arriba”- Dir:“sobre” CL: trid casa
su techo
Romualdo está arriba sobre el techo de la casa.

huetau - aq shenauoq
3-estar en - Dir:“en el fuego” carne asada
El asado está en el fuego.

5.1 Algo más acerca de las gramáticas de las lenguas indígenas


Mío, tuyo... ¿Quién es el dueño?
En algunas lenguas chaqueñas (toba, mocoví, wichí, etc.) las relaciones de posesión
entre un ítem poseído y un poseedor se indican directamente sobre el sustantivo, mediante un
prefijo de posesión. De esta manera, los sustantivos que se refieren a las partes del cuerpo, a

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las relaciones de parentesco o a los objetos personales llevan obligatoriamente la marca
gramatical del poseedor: mío, tuyo, suyo, etc. Los sustantivos que denotan fenómenos de la
naturaleza (agua, viento, tierra, etc.) o los objetos que no pueden ser poseídos (animal, planta,
olla, etc) son formas independientes que no llevan prefijo de poseedor obligatorio:
Sustantivos posesivados Sustantivos no posesivados
i-qaik (toba) “mi cabeza” norek (toba) “fuego”
a-los (wichí) “tu hijo” honat (wichí) “tierra”
la-qola’(toba) “su collar” na’llik (mocoví) “camino”

¿Cerca, lejos, sentado, parado, acostado o muerto? Necesito información sobre el contexto
para poder entenderte.
Otra de las características de las lenguas guaycurúes que ha llamado la atención a los
lingüistas es la presencia de determinadas partículas –antepuestas a los sustantivos– que
serían equivalentes a nuestros artículos (el, la, los, las), pero que tienen la particularidad de
indicar la forma, la posición o la distancia relativa de los objetos a los que el sustantivo se
refiere. Es decir, indican, por un lado, las características relacionadas con la forma y la
posición del referente (vertical, horizontal, tridimensional) y, por otro lado, expresan
movimiento y distancia temporal o espacial con respecto al hablante (próximo, distante,
ausente). En toba, estos clasificadores conforman un sistema de seis formas básicas, tal como
se observa en el cuadro 4:

Cuadro 4: Clasificadores deícticos en toba

da extendido, vertical
yi extendido, horizontal
ñi no extendido tridimensional

na en movimiento, próximo a la vista


so en movimiento, alejándose de la vista
ca fuera de la vista, ausente

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El uso de estos clasificadores puede verse en los ejemplos que siguen:

da yape’ “mi abuelo, parado”


vertical mi-abuelo

yi yape’ “mi abuelo, acostado o muerto”


horizontal mi-abuelo

ñi yape’ “mi abuelo, sentado”


sentado mi-abuelo

na yape’ “mi abuelo, acercándose”


cerca mi- abuelo

so yape’ “mi abuelo, alejándose”


lejos mi-abuelo

ca yape’ “mi abuelo, ausente”


ausente mi-abuelo

Como lo mencionamos más arriba, en toba el Tiempo no aparece codificado en el verbo


sino que puede inferirse a partir de tres de estos clasificadores que extienden su significado
espacial al dominio temporal: na se utiliza para referirse al tiempo presente mientras que so
indica pasado inmediato; ca, por su parte, se utiliza en el dominio temporal para referirse a
eventos acontecidos en el pasado remoto o en el futuro, ya que su significado básico es el de
“ausencia” o “fuera de la vista”.
El siguiente cuadro resume los significados espaciales y temporales de estos tres
clasificadores del toba:

ESPACIO TIEMPO
na próximo presente
so distante pasado reciente
ca fuera de la vista, ausente pasado remoto y futuro

Los ejemplos que siguen muestran el funcionamiento de los clasificadores con función
temporal:

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Toba:

n-vi’ na ’ad-qaya
3-venir CL:prox 2pos-hermano
Viene tu hermano PRESENTE

n-vi’ so ’ad-qaya
3-venir CL:dist 2pos-hermano
Vino (recién) tu hermano PASADO RECIENTE

n-vi’ ca ’ad-qaya
3-venir CL:aus2 pos-hermano
Va a venir tu hermano FUTURO

Por otro lado, los adverbios tales como co’ollaxa “en el pasado, hace mucho tiempo” o
las frases como huo’o so na’aq (“hubo un día”) introducen el marco temporal en narraciones
de eventos pasados. Por ejemplo, el uso del adverbio co’ollaxa al inicio de un relato señala
que los sucesos narrados se ubican en el “pasado remoto”. A su vez, todos los sustantivos que
se mencionan a continuación van precedidos por el clasificador so, reforzando de esta manera
la idea de pasado.

6. Discurso y diversidad cultural. De la tradición oral a la incorporación de


la escritura
La mayoría de los grupos indígenas mencionados en este trabajo son pueblos de
tradición oral y como tales poseen una importante producción verbal manifestada a través de
variados tipos de discursos.
Si bien no han desarrollado desde la antigüedad la técnica de la escritura como
herramienta de comunicación y transmisión social, muchos de estos pueblos la han
incorporado más recientemente. Este fenómeno se remonta, al menos en la región del Gran
Chaco, a la evangelización y a la traducción de la Biblia a las lenguas indígenas. Más
recientemente, en el resto del país, la reforma de la Constitución Nacional y la consecuente
implementación de planes de educación bilingüe e intercultural en diversas comunidades
indígenas del país han impulsado la necesidad de elaborar alfabetos y materiales didácticos en
muchas de estas lenguas.

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6.1 Estilos y géneros del habla
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los estudiosos de las lenguas
indígenas es la diversidad de estilos y géneros del habla reconocidos en las sociedades de
tradición oral. Los lingüistas (Hymes 1972, Sherzer 1983 y Klein 1986, entre otros) sostienen
que la producción verbal de los indígenas de América está organizada según unidades
discursivas denominadas “líneas” y que constituye, en este sentido, una forma de poesía o
arte verbal. Estas unidades están marcadas por rasgos prosódicos y de entonación, así como
también por una sintaxis particular, por el uso de determinados adverbios, el paralelismo y la
repetición. De esta manera, estructuran el discurso y permiten comprender el contenido y la
función del arte verbal en las lenguas indígenas de tradición oral.
En la lengua toba las variedades de estilo, contenido y forma determinan distintos tipos
de discursos: los saludos, las advertencias (ntelactaxanaxaco'), los consejos de padres a hijos
(nqataGako'), las rogativas (natamennaxako'), las palabras para producir resultados concretos
(n'achikiaGako'), la narración de relatos humorísticos (huayaxaqalachiigui nanaicnaxaco') y
las historias míticas (l'aqtaxanaxaco' so lta'alpi).
Estos discursos se organizan sobre la base de rasgos prosódicos siendo la sintaxis poco
relevante en la producción discursiva (Cf. Messineo 2004). De esta manera, la coocurrencia
de rasgos de entonación con otros rasgos afectivos del lenguaje (alargamiento de vocales,
tono pausado de la voz, uso de diminutivos y de léxico específico) constituyen patrones
regulares sobre los cuales se construyen algunos discursos específicos, como el nqataxac
(consejo), un género muy productivo del habla toba:

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Consejo
No debes recibir consejos de una mujer extraña
Valentín Moreno (Derqui, 2003)
Ỹ alole,
USO DE DIMINUTIVOS
Mi hijita,
hexataỹo qome’ da
no sea que mañana
’auatatacot aca ’alo ỹaqa’a
te enfrentes con una mujer extraña
cha’ayi aca ’alo ỹaqa’a PARALELISMO Y REPETICIÓN
porque esa mujer extraña
jexatae ’ena’am ana adate’e.
no es igual que tu madre.
Cha’ayi aca ’alo ỹaqa’a
Porque esa mujer extraña
ỹ aqa’a ’alo nam ’am ỹa’adema
cosas extrañas te aconseja
jexatae ena’am aỹim adate’e.
porque no es igual a mí que soy tu madre.
Na ’am sadema’
Este (consejo) que te aconsejo
chexaqñic crum.
nace de lo más profundo (de mí).
’Eectoxo cha’ayi ’am ỹañaxadete
Así es porque vos sos mi esfuerzo
cha’ayi aca ’alo ỹaqa’a
porque esa mujer extraña
e’esa da no’on
¡¡dice cosas muy liiindas!! ALARGAMIENTO DE VOCALES

jexatae ena’am ana adate’e


(pero) no es igual a tu madre
cha’ayi aca ’alo ỹaqa’a
porque esa mujer extraña
e’esa da hamae’
dice cosas muy dulces
qalqa’ saq ena’am ana adate’e.
pero no es igual a tu mamá.
Ỹ aqto’ ’am ’alo
Para que seas una mujer
ỹ aqto’ ’am shiỹaxaua
para que seas una persona
ỹ aqto’ qoỹoctegue dam anachaalataxac.
para que continúe tu vida.

18
Así también, las narraciones –sean míticas, históricas o personales– presentan una
estructura discursiva semejante y utilizan recursos retóricos y morfosintácticos similares. El
estilo narrativo toba se caracteriza por poseer una entonación descendente y por la ausencia
de léxico afectivo, rasgos que lo diferencian, por ejemplo, del consejo. Otro rasgo prosódico
característico de la narrativa toba es la introducción de pausas largas que marcan los límites
entre los distintos episodios narrados e indican el cambio de tópico o la introducción de un
nuevo participante en el evento narrado. Por otra parte, a diferencia de lo que sucede en el
consejo, en la narración las líneas tienden a coincidir con unidades sintácticas completas
(oraciones). En la narración, la mayoría de las líneas son introducidas por un conector o
adverbio que se ubica siempre al inicio; por ejemplo, formas como co’ollaxa, co’ollaq “en el
pasado”, huo’o so na’aq “hubo un tiempo” introducen el marco temporal en el que se
inscriben los eventos narrados. Los conectores copulativos (qaq “y”, nache “entonces”,
qanache “y entonces”) seguidos del verbo enac o enapec “él/ella dice”, por ejemplo, señalan
el comienzo del estilo directo. Asimismo otros conectores como hua’ “bueno, esto es (lo que
digo)”, hua’nache “así es”; nachedata “es todo (=fin)”; tachegueña “hasta aquí llega el relato
(=fin)” relacionan el evento narrado con las expectativas de la audiencia, ya sea manteniendo
al oyente interesado por el curso de los acontecimientos, ya sea indicando la finalización del
mismo.
Es interesante señalar también que la repetición de conectores en cada línea constituye
un recurso propio y esencial de la narrativa toba para señalar el camino hacia el clímax o
punto de mayor tensión del relato. De esta manera, los conectores oracionales, además de
introducir las líneas y reforzar así la estructura prosódica y sintáctica de la narración,
constituyen un ingrediente poderoso del arte verbal ya que puede ser utilizado con propósitos
estéticos para manipular las expectativas del interlocutor o de la audiencia.
Toda la narrativa toba abunda también en ejemplos de repeticiones y paralelismos. La
recurrencia de repeticiones y estructuras paralelísticas da como resultado una narración que
avanza de manera lenta, con muy pocos cambios en el contenido referencial y con la
repetición constante de la información.

19
Narración
Cuando recién da a luz una mujer
Omar Camachi (Derqui, 2003)

Huo’o so na’aq so nsoq CONECTOR QUE INTRODUCE EL MARCO TEMPORAL: “HUBO UN

Había una vez un joven TIEMPO” O “HABÍA UNA VEZ”

ỹ axattac aso lhua


da que contó que su esposa
chita’ague da deco’o.
recién había dado a luz.
Nache somayi qalota REPETICIÓN DE CONECTORES: NACHE, QAQ, QATAQ: “ENTONCES”,
Él tenía “Y”
na l’uenecpi yi lma’.
muchas necesidades en su hogar.
Qaq somayi qaica ca lamaxashi
Y él no tenía a quién enviar
da ilaique ca l’uenec.
para que buscara lo que necesitaba.
Nache somayi detaxoỹapague’ aso lhua
Entonces él conversó con su esposa
enac: qonte selaique ca qoepaq VERBO ENAC “DICE/DIJO”: SEÑALA EL ESTILO DIRECTO
y dijo: “Mañana voy a buscar leña
qataq ca qadoxonaxanaxat chaic laue.
y hoja de palma para nuestro tejido.”
Nache somayi jec so yo’oxoñi
Entonces él se fue al amanecer
ỹ ache aso nqachepe
y llevó su hacha,
qataq aso l’qotaqui qataq lañec.
su bolsa y su soga.
Nache ividata yim no’onaxa
Entonces llegó a un campo,
nache ilalec so tala
encontró un río
nache e’eta: ¿cam she’etecum?
y se dijo a sí mismo: “¿Qué hago?
¿Sapagueta qalqo saishit da sapagueta?
¿Cruzo o no cruzo?”
(Fragmento)

6.2 Lenguas indígenas y escritura


La escritura de las lenguas indígenas ha cobrado vigencia en los últimos diez años con
la difusión de los programas educativos que las incorporan como lenguas de alfabetización.
De esta manera, ha dejado de ser una preocupación limitada a los traductores bíblicos para
insertarse en un marco institucional más amplio: la educación indígena.

20
En la Argentina, el proceso legal que reconoce los derechos de los pueblos aborígenes y
se inicia recién a partir de la reinstalación de la democracia en 1983, momento en que se
suceden una serie de leyes nacionales y provinciales que introducen cambios en las normas
gubernamentales respecto de la propiedad de la tierra, confieren a los indígenas distintos
grados de participación en el manejo de los recursos naturales, garantizan el respeto a su
identidad y reconocen el derecho a una educación bilingüe e intercultural. Dichos cambios
reflejan una profunda transformación en las relaciones entre los aborígenes y la sociedad
mayoritaria a la vez que otorgan a las minorías indígenas una paulatina autonomía. Como
consecuencia de la reforma legal mencionada, en los últimos veinte años han surgido
diferentes y variadas experiencias de educación bilingüe e intercultural, que involucran las
lenguas y los pueblos indígenas en diferentes regiones de la Argentina. Las propuestas se
desarrollan en diferentes niveles del sistema educativo, incluyen educación formal y no
formal, y se implementan tanto en zonas rurales como en centros urbanos.2
En la actualidad la escritura también comienza a ser valorada, por un lado, como una
herramienta útil para registrar la historia oral. Pero, por otro lado, en el plano social simboliza
la posibilidad de negociación e inserción con la sociedad global y la esperanza de moverse
con soltura y legitimidad en un medio tradicionalmente adverso y difícil. Entre los tobas, las
expectativas y aspiraciones respecto de la escritura se sintetizan en los siguientes argumentos
(Cf. Messineo y Wright 1996: 119-120):
“Lo que está escrito nadie puede destruir. Si no escribimos nuestra lengua, todo se perderá.”

“Si escribimos la lengua tenemos más educación, podemos conseguir un trabajo y


relacionarnos mejor con los blancos.”

“Con la escritura podemos defender nuestros derechos, recuperar nuestra tierra y


defendernos mejor.”

Con la aplicación de un modelo de alfabetización que favorezca el desarrollo de la


escritura no sólo como habilidad para decodificar información proveniente de medios cultural
y socialmente ajenos, sino para producir sus propios textos, es de esperar que escribir en su
lengua constituya para los pueblos indígenas un medio eficaz de recuperación y preservación

2
Para una recopilación de algunas de estas propuestas, véase Sistematización de Experiencias de Educación
Intercultural Bilingüe. (2004) Ministerio de Educación de la República Argentina, Buenos Aires.

21
de su patrimonio cultural y lingüístico. La recopilación, la transcripción y el análisis
etnolingüístico de las narrativas orales (incluyendo los nombres y hazañas de sus antepasados,
los sucesos míticos, las historias de vida actuales y pasadas, etc.) así como también la de otros
géneros discursivos relacionados con las prácticas de socialización infantil, como los consejos
y advertencias, entre otros, están contribuyendo a la consolidación de esta etapa.

7. Tendencias actuales en la investigación en lenguas indígenas


La preocupación por el estudio de las lenguas indígenas no tiene una larga tradición en
nuestro país. Sin embargo, en los últimos años se advierte un progresivo aumento en la
cantidad de estudiosos que se destacan por el trabajo en terreno y por el rigor y el cuidado en
el análisis e interpretación de los datos lingüísticos. Actualmente, varios equipos de
investigación están trabajando en distintas universidades de nuestro país y desarrollando
proyectos de documentación y descripción de la mayoría de las lenguas indígenas.
Las investigaciones se basan en el trabajo de campo, es decir, en la recolección de los
datos in situ e implican un trabajo continuo con hablantes nativos de esas lenguas.
Básicamente, la tarea del lingüista consiste en la documentación y el archivo de los datos
recogidos en el trabajo de campo y el análisis y la interpretación de esos datos. El objetivo
principal de la documentación es la elaboración de gramáticas y diccionarios, y la recolección
de textos en las lenguas estudiadas. La documentación y el estudio de lenguas indígenas en
peligro de extinción es una tarea reconocida actualmente por los principales organismos
internacionales de financiación.3
Así también existe una creciente preocupación por la labor en colaboración con los
propios hablantes y con las comunidades con las cuales el lingüista trabaja. Este aspecto
contribuye a la valoración y el fortalecimiento del uso de la lengua por parte de los miembros
de las comunidades indígenas que participan en los proyectos de investigación.

3
Tales como la fundación Volkswagen de Alemania (a través de la institución de DoBes en el instituto Max
Planck - www.volkswagen-stiftung.de, www.mpi.nl/DOBES), la Universidad de Londres (a través del proyecto
HRELDP - The Hans Rausing Endangered Language Documentation Project localizado en SOAS –School of
Oriental and African Studies– www.hrelp.org) o el proyecto de lenguas del Pacífico de Japon (ELPR -
Endangered Languages of the Pacific Rim), entre otros.

22
En el siguiente apartado nos referiremos a una experiencia colaborativa llevada a cabo
entre investigadores nacionales (lingüistas y antropólogos) y miembros de la comunidad toba
de Derqui (Pcia. de Buenos Aires, Argentina).

7.1 Documentación y revitalización lingüística en la Comunidad Toba de


Derqui: una aproximación colaborativa
Si bien, como lo mencionamos anteriormente, existe en Argentina un interés creciente
por las lenguas minoritarias en general, y por las lenguas indígenas en particular, los trabajos
de investigación producidos en este campo no siempre trascienden el ámbito académico y en
la mayoría de los casos quedan retenidos en las bibliotecas o restringidos al circuito
científico. Así también, las investigaciones relacionadas con comunidades o grupos sociales
tienden a ser más bien “sobre el grupo” y no “con el grupo” en tanto que los temas que
incorporan tienen más que ver con los problemas teóricos del investigador que con los
intereses o necesidades de los propios miembros de la comunidad. Sin desmerecer una u otra
perspectiva, el proyecto “Derqui” intenta establecer un equilibrio entre las exigencias
académicas y las demandas que surgen del trabajo colaborativo en una comunidad
lingüísticamente amenazada.
A partir de la consideración de que la lengua no es sólo un instrumento de
comunicación sino también el “locus” en y a través del cual se (re)construye la identidad, el
objetivo principal es contribuir a la continuidad del uso del toba en todos los contextos
posibles, con especial énfasis en la colaboración comunitaria e intergeneracional. La
investigación propuesta es interdisciplinaria, adopta una metodología participativa y dialógica
y se basa en actividades que conjugan la investigación científica, la formación de recursos
humanos en el campo de la antropología lingüística y la capacitación de los indígenas en la
investigación y enseñanza formal de su lengua.

La comunidad toba de Derqui


La comunidad toba de Derqui está situada en el partido de Pilar (provincia de Buenos
Aires), a unos 50 km de la Capital Federal. Se comenzó a conformar hacia el año 1995, luego

23
de constituirse la organización civil denominada Daviaxaiqui, que nucleaba a varias familias
provenientes de distintas localidades y asentamientos del Gran Buenos Aires. Las tierras
fueron donadas por el Obispado de Morón bajo el rótulo de “reparación histórica”. La
construcción del barrio surgió como un proyecto de autogestión de las familias tobas –aunque
financiado y planificado con la ayuda de organizaciones no gubernamentales. Habitan
actualmente en la comunidad 32 familias distribuidas en 32 unidades funcionales de igual
arquitectura, construidas con material y provistas de electricidad, gas y agua potable. Unas
pocas familias poseen también teléfono. Además de las viviendas, el barrio consta de un
amplio salón comunitario con dos aulas, dos salitas y un baño, y de un comedor que provee el
desayuno y el almuerzo a los niños, a los ancianos y a las mujeres embarazadas. Aunque aún
sin edificio propio, funciona también una iglesia evangélica cuyo pastor, uno de los ancianos
de la comunidad, oficia el culto los domingos por la mañana. Frente al barrio hay una escuela
privada católica a la que concurren algunos niños de la comunidad.
Desde el punto de vista social y político, el barrio está conformado por familias
procedentes de diversas comunidades (rurales y semiurbanas) del Chaco y Formosa. Muchas
de estas familias provienen de otros asentamientos de la Capital y el Gran Buenos Aires.
(Véase MAPA 2)
Por otra parte, los jóvenes conforman muchas veces matrimonios mixtos entre criollos e
indígenas, unión que se da generalmente entre una mujer toba y un hombre criollo. La
comunidad tiene un presidente, elegido por votación, que dirige la Comisión Vecinal del
barrio. Actualmente, el jefe de la comunidad es un hombre relativamente joven, con una alta
competencia en español y que ha incorporado cierta habilidad para interactuar con los doqshe
("blancos" o criollos). Su función principal es la de ser nexo entre la comunidad y la sociedad
nacional, especialmente en la gestión de proyectos educativos y de desarrollo comunitario.
No obstante, los ancianos constituyen una fuente de referencia y consulta constante ya que se
los convoca, tal como se hacía tradicionalmente, en el caso de tomar decisiones importantes.
Las actividades económicas y de subsistencia se reducen actualmente a la producción y
venta de artesanías y a la organización de charlas sobre cultura toba en las escuelas de Capital
y Gran Buenos Aires. Por otro lado, los integrantes de la comunidad reciben diversos

24
subsidios que otorga el gobierno nacional (planes jefes y jefas de familia desocupados, planes
“abuelo”, planes “Trabajar”, que son utilizados tanto para el trabajo en el comedor de la
comunidad como para el desarrollo de una huerta comunitaria. Asimismo, funcionan varios
espacios de “trueque”, tanto en la comunidad como en la escuela o en los barrios vecinos.
Respecto de la educación formal, gran parte de los niños tobas no termina séptimo
grado. La dificultad de hablar correctamente español (según el registro más o menos estándar
de alumnos no indígenas y docentes) y la discriminación son también causas importantes que
obligan a los niños a abandonar la escuela. La mayoría de los adultos no sabe leer ni escribir,
aunque algunos de ellos han adquirido esta habilidad en las escuelas del Chaco o, unos pocos,
la han desarrollado mediante la tarea de traducir la Biblia al toba. Por otra parte, desde el año
2002, funciona en el barrio un programa de educación para adultos. Así también, unos pocos
jóvenes (entre 30 y 40 años), migrantes recientes de Chaco y de Formosa, han recibido algún
tipo de instrucción en relación con la alfabetización bilingüe. Si bien no hay en el barrio
ningún maestro toba formado, al menos cinco personas manifiestan el deseo y la capacidad
para desempeñarse como maestros bilingües.

Descripción del proyecto


El Proyecto surgió del interés conjunto de investigadores y estudiantes de la
Universidad de Buenos Aires e integrantes de la comunidad toba de Derqui por la
documentación, el estudio y la preservación de la lengua y la cultura toba. Tiene como
antecedentes directos la investigación lingüística y antropológica previa realizada por algunos
de los integrantes del proyecto en las provincias de Chaco y Formosa así como también dos
cursos sobre lengua toba dictados en la Universidad de Buenos Aires. A comienzos de 2001 y
durante dos cuatrimestres sucesivos el Centro de Idiomas (FCSO- UBA) abrió un espacio
para la enseñanza del toba dentro del programa de enseñanza de lenguas extranjeras y
minoritarias. El curso –que incorporaba como profesores a un hablante toba y a una lingüista–
ofrecía un panorama general de la lengua atendiendo no sólo a las características gramaticales
y comunicativas de la misma sino también a los aspectos etnohistóricos, culturales y
sociolingüísticos de las comunidades tobas (rurales y urbanas). Asistieron tanto

25
investigadores, en su mayoría antropólogos que realizaban su trabajo de campo en
asentamientos indígenas del Chaco, como estudiantes de Lingüística y Antropología que
deseaban adquirir entrenamiento en el campo de las lenguas indígenas.
Por su parte, enterados de que su lengua estaba siendo difundida en el ámbito
universitario y a la vez conscientes de la situación de “peligro” a la que está expuesta, algunos
dirigentes de la Asociación comunitaria Daviaxaiqui de Derqui expresaron su interés por
preservar su idioma y costumbres. Como consecuencia, en marzo de 2002 comenzó a
funcionar en la misma comunidad un taller de estudio y reflexión sobre la lengua y la cultura
indígena con la participación de ancianos, adultos, jóvenes y niños tobas e investigadores y
estudiantes de la Universidad.
El proyecto recibió recientemente (enero de 2004) el Premio Kenneth Hale que la Society
for the Study of Indigenous Languages of America otorga a proyectos colaborativos de
documentación lingüística. En agosto del mismo año, el Instituto Nacional de Asuntos
Indígenas destinó 15 becas de estudio para los miembros indígenas de proyecto.

Objetivos del proyecto


Teniendo en cuenta que el interés central de este proyecto es contribuir a revertir la situación
de amenaza lingüística y cultural de la comunidad toba de Derqui, sus objetivos específicos
son:
¨ Reflexionar y discutir sobre la situación sociolingüística y etnográfica actual de una
comunidad indígena en un contexto urbano.
¨ Fomentar la investigación dialógica y participativa basada en la continua interacción entre
investigadores e indígenas de manera tal que los intereses de la comunidad puedan
incorporarse a la investigación y los resultados de la investigación se adapten a las
necesidades del grupo.
¨ Entrenar a estudiantes universitarios en el trabajo de campo y capacitar a los propios
indígenas en la investigación y enseñanza formal de su lengua.
¨ Incentivar entre los miembros de la comunidad la lectura y escritura de la lengua indígena
y producir material escrito en esa lengua.

26
· Documentar (en toba y en español) historias étnicas, relatos mitológicos y narraciones
sobre prácticas culturales consideradas relevantes por los propios indígenas.
¨ Aportar la documentación y el material de consulta necesario para la puesta en marcha de
eventuales programas de educación bilingüe intercultural u otros planes de alfabetización.

Alcances
El programa se organiza sobre la base de tres ejes interrelacionados: 1) la investigación
propiamente dicha (documentación y análisis lingüístico y antropológico), 2) el
entrenamiento de estudiantes universitarios en el trabajo de campo y 3) la capacitación de los
propios indígenas en la investigación y enseñanza formal de su lengua. Cuenta con un espacio
de reflexión y sistematización de la lengua y la cultura toba: un taller con frecuencia semanal
y sede en la misma comunidad.
1) La investigación propiamente dicha, que adopta una perspectiva interdisciplinaria y
participativa, es llevada a cabo por un equipo constituido por una lingüista, una
antropóloga, estudiantes de ambas carreras y algunos integrantes de la comunidad.
Consiste básicamente en la elicitación de material lingüístico y etnográfico. En todos los
casos se instrumentan las instancias propias del trabajo de campo, siendo el taller también
un espacio propicio para el relevamiento del material, la observación participante y el
diálogo constante con los miembros de la comunidad.
2) Dado que el trabajo de campo constituye una instancia básica para la investigación que
nos proponemos realizar, otro de los alcances del programa es el entrenamiento
continuo de estudiantes en la realización de entrevistas, la observación participante y el
registro y la documentación de interacciones, relatos de vida, etc. Más allá de la
elicitación de los datos pertinentes para la investigación, se intenta fomentar la dimensión
reflexiva que implica la relación entre investigador y grupo social investigado. En este
sentido, el taller constituye un ámbito apropiado para la reflexión y la redefinición de los
roles de investigador / investigado en el proceso de investigación. Las actividades en
terreno se complementan con reuniones quincenales que sirven de instancia para la lectura
y reflexión bibliográfica, la discusión de los datos y el delineamiento de los temas

27
específicos de investigación.
3) La capacitación de los indígenas tiene lugar en el taller, en donde se promueve el interés
y la reflexividad de los hablantes respecto de su propia lengua y cultura, y de la situación
de contacto lingüístico toba-español. La modalidad de trabajo consiste en la selección de
diversos aspectos para el estudio de la lengua toba en todos sus niveles (fonología,
gramática y discurso) y dimensiones (oral y escrita) y su comparación con el español así
como también para la investigación etnográfica. Los integrantes del taller (incluidos
investigadores y estudiantes) proponen temas específicos que desean investigar y que
luego desarrollan individualmente en cada reunión (terminología del cuerpo, de relaciones
de parentesco, de plantas y animales, relatos y consejos sobre la salud y la enfermedad,
términos de parentesco, las plantas, sus características y propiedades, la legislación sobre
el aborigen, la historia de la comunidad, etc.). Las exposiciones generan discusiones
diversas sobre la forma de escribir el toba, el significado de las palabras y frases, la
traducción al español, la alternancia de variedades dialectales, la manera “correcta” e
“incorrecta” de hablar y escribir ambas lenguas, la vigencia de determinadas creencias o
prácticas tobas y su contraste con las de la sociedad mayor, etc. Dichas exposiciones van
acompañadas de una sistematización de la lengua, bajo la forma de clases de gramática
contrastiva toba-castellano.
El taller provee también un contexto amplio y heterogéneo para promover y
documentar los juicios de los mayores sobre el habla de los más jóvenes, la actitud de los
propios hablantes sobre las lenguas y en contacto y variedades dialectales coexistentes, las
representaciones acerca de la escritura de la(s) lengua(s), etc.

Algunas reflexiones sobre la continuidad del uso del toba en la comunidad


Frente a la tendencia de que el contacto entre lenguas sociopolíticamente asimétricas
produce la desintegración o retracción de la lengua dominada, nuestro trabajo en Derqui
adopta una postura menos radical: considera a la lengua vernácula en un proceso de
transformación dinámica (Courtis y Vidal 2002). Si bien es cierto que la gente utiliza más el
español, ya que desaparecen algunas de las situaciones sociales en las que se actualiza el uso

28
del toba, existe una reserva lingüística que se filtra cuando ellos hablan español o que se
activa como capital simbólico en determinadas situaciones frente a interlocutores no
indígenas. Esta reserva se hace también evidente en el uso de las normas sociolingüísticas de
los semihablantes (niños y jóvenes con competencia receptiva del toba) . La mayoría de los
jóvenes y aún los niños poseen –en algún grado– una comunicativa y receptiva de la lengua
toba (fomentada por las frecuentes visitas de gente toba proveniente del Chaco). Esto los
habilita a participar de determinadas situaciones comunicativas en las que se habla sólo en
toba (por ej.: entender un chiste o obedecer una orden o pedido, responder a un saludo).
Una distinción sociolingüística clásica basada sólo en la actividad productiva del habla
permitiría diferenciar en Derqui –según el grado y tipo de competencia lingüística– sólo dos
categorías de hablantes: los ancianos y adultos que hablan fluidamente el toba, y los jóvenes y
niños, que no lo hablan. No obstante, la habilidad receptiva de estos últimos los coloca dentro
de los márgenes de la comunidad de habla, lo que constituye un punto de partida interesante
para la recuperación lingüística.
Partiendo de la consideración de que la reactivación del uso de la lengua toba en
contextos más amplios implica un proceso dinámico y constante, es difícil arribar a
conclusiones aún después de más de cuatro años de trabajo. Simplemente nos detendremos en
algunos puntos más significativos de este proceso.
El hecho de que el toba de Derqui sea de interés para un grupo de estudiantes e
investigadores de la UBA, ya de por sí resulta para sus hablantes algo sospechoso.
Acostumbrados al turismo cultural, la gente de Derqui manifiesta su desagrado frente a “los
saqueadores” de la cultura. Una estrategia defensiva ha sido para algunos fijar un arancel de
30 $ para la “venta” de infomación pertinente. Al principio fue muy difícil explicar nuestros
intereses y propósitos y debimos negociar y aceptar la siguiente propuesta: “Nosotros les
enseñamos toba, pero si no nos van a pagar, entonces ustedes nos tienen que enseñar
castellano, para poder defendernos en la sociedad blanca”. Así comenzó el taller: un
intercambio lingüístico del toba por el castellano.
Luego surgieron necesidades concretas. El funcionamiento de un programa de salud
que incluía agentes sanitarios tobas despertó el interés por la terminología sobre el cuerpo

29
humano y la salud en lengua toba. Entre todos, durante aproximadamente un mes
confeccionamos un glosario para las partes del cuerpo y la salud, y se produjeron
interacciones en toba relacionadas con la situación comunicativa “visita médica”. Este trabajo
activó el interés de otros participantes por la sistematización de la gramática toba y la
investigación sobre el pio’oxonaq (médico toba o shamán). La gente comenzó a escribir en su
casa relatos, poemas, canciones que recordaban de su estadía en el Chaco o de sus abuelos.
Ese material se convirtió en textos que fuimos transcribiendo y traduciendo al español. Esta
tarea siempre va acompañada de comentarios, reflexiones antropológicas y discusiones sobre
terminología, equivalencias en la traducción e interpretaciones de ciertas categorías de la
cosmovisión y las costumbres qom (tobas).
Otra actividad interesante fue la traducción al toba del artículo 75 de la Constitución
Nacional. Dada la dificultad idiomática y conceptual de este artículo, la traducción del
artículo dio lugar a la visita de una experta en legislación indígena. Este intercambio fue
sumamente fructífero ya que detrás de las cuestiones lingüísticas pudieron manifestarse dudas
y conflictos relacionados con la temática.
En mayo de 2003, la gente de Derqui presentó al INAI4 un proyecto de
“Fortalecimiento de la lengua y la cultura toba en Daviaxaiqui”. Este acto señaló un paso
importante en la metodología de trabajo: de autores del proyecto pasamos a ser simplemente
asesores.
Actualmente los temas de investigación se negocian y ellos son capaces de hacernos ver
que temática vale la pena investigar y cuál no. Un ejemplo significativo es la investigación en
curso que algunos integrantes del taller están realizando: la recuperación de la historia de los
nataxala’pi (caciques ¿?) del Chaco y el uso y la resignificación del término “cacique” en la
actualidad. Dicha temática es crucial para entender y quizás resolver el conflicto político
entre los ancianos tobas y los jóvenes caciques actuales de las comunidades urbanas.
Muy recientemente, los qompi de Derqui se apropiaron de una de las técnicas casi
exclusivas de la antropología lingüística: el registro de discursos e interacciones por medio

4
Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Comisión sobre “Educación Intercultural” dependiente de la
Secretaría de Desarrollo y Acción Social de la Nación

30
del uso del grabador. Graban sus propios discursos en qom l’aqtaqa (lengua toba) que luego
traen al taller para transcribir, traducir y comentar.
No queda duda de que en Derqui se está produciendo una redefinición de la relación
asimétrica que caracterizó los roles tradicionales del “investigador” y el “informante”
adoptando una postura dialógica de co-construcción del conocimiento entre los sujetos
sociales involucrados. Lo más interesante, sin embargo, es la sensación que uno tiene cuando
todo escapa del propio control. Aún así esta sensación se nutre de una mutua y creciente
confianza entre la gente de Derqui y nosotros, afianzada por la continuidad de los encuentros
en el taller.

MATERIAL INFORMATIVO COMPLEMENTARIO


Bilingüe: Persona que posee la capacidad de utilizar dos sistemas lingüísticamente
diferenciados. Sin embargo, cuando se habla de pueblos o comunidades se hace referencia al
bilingüismo social que se relaciona con las poblaciones, más que con los individuos.
Contacto lingüístico o lenguas en contacto: Si analizamos los espacios sociales habitados
por personas que no tienen una misma lengua, debemos distinguir entre grupos de hablantes
de la lengua A, grupos de la lengua B, y un tercer grupo de hablantes de A y B. Estos últimos
serían los únicos bilingües efectivos. En este caso la situación se denomina de “lenguas en
contacto”.
Estilos y géneros del habla: Se entiende por estilo de habla un tipo reconocible de uso del
habla que se distingue de otros tipos por sus rasgos formales (Urban 1984: 312). En la
investigación empírica, la noción de estilo se mezcla necesaria e imperceptiblemente con la
de género, aunque en términos teóricos esta última toma en cuenta el significado o función
del discurso más que sus rasgos formales, diferenciando así modos de habla como, por
ejemplo, el contraste entre cuento, mito, canción, consejo, etc.
Familia lingüística: Conjunto de una o más lenguas que derivan de un tronco lingüístico
común, que si no está documentado puede reconstruirse a partir de los datos de las lenguas
derivadas.
Lengua mayoritaria: Aquella de uso generalizado, pero fundamentalmente equivalente a la
lengua estándar, culta o de prestigio.
Lengua minoritaria: Más que por el tamaño del grupo humano, las lenguas minoritarias se
definen por los derechos sociales que poseen, o sea, por su desigualdad y asimetría social
frente a las lenguas mayoritarias. Esta situación no depende de las características intrínsecas
de cada lengua, sino de factores exclusivamente políticos.
Lengua oficial: Aquella reconocida por el estado como forma de comunicación habitual y
legal para todos los trámites usuales en la vida ciudadana: desde la inscripción en el registro

31
civil hasta las argumentaciones del proceso judicial. En los países colonizados, la lengua
oficial es comúnmente la impuesta por el colonizador.
Lengua vernácula: También denominada aborigen o indígena, es la lengua propia de las
poblaciones nativas que preexistían a la colonización. Son lenguas minoritarias ya que están
en relación de desigualdad social con las mayoritarias
Leyes nacionales y provinciales: El marco legal que reconoce los derechos de los pueblos
aborígenes comenzó a gestarse a partir del retorno a la democracia en 1983. Dicho marco
legal, constituyó un proceso particular porque se sancionó primero la ley provincial de
Formosa en 1984 que resultó el modelo fundamental para la sanción de la Ley Nacional
23.302 (1985) y para otras leyes provinciales que se van promulgando en años posteriores:
Ley 6373 de Salta (1986), Ley 3258 del Chaco (1987), Leyes 2435 y 2727 de Misiones (1987
y 1989 respectivamente), Ley 2287 de Río Negro (1987), Leyes 3657, 3623 y 3667 de Chubut
(1991) y Ley 11078 de Santa Fe (1993) (Cf. Gerzenstein y otros, op.cit.: 5). En el año 1994 se
reforma la Constitución Nacional y se deroga el artículo 65 de la Constitución de 1953, que
otorgaba al Congreso la facultad de mantener a los indios en reservas y convertirlos a la
religión católica. Dicho artículo se reemplaza por el artículo 75, inc.17, que expresa lo
siguiente:
“Corresponde al Congreso: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos
indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una
educación bilingüe e intercultural, reconocer la personería jurídica de sus
comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que
tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el
desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, no susceptible de
gravámenes y embargos. Asegurar su partición en la gestión referida a sus recursos
naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer
concurrentemente estas atribuciones.”
Monolingüe: Persona que habla sólo una lengua. El término extiende su uso al de sociedad
monolingüe, es decir, comunidades donde no existe el contacto de lenguas.
Muerte de lenguas: Desaparición, extinción o desplazamiento de una lengua por otra. Según
los estudios sobre muerte de lenguas (Fernández Garay, op.cit.: 20) son muy diversos los
factores que contribuyen al proceso de extinción de las lenguas: políticos, económicos,
migratorios, educacionales, etc.
Multilingüe o plurilingüe (sociedades): Países o estados en los que conviven distintos
sectores humanos que hablan lenguas distintas. La mayoría de los países en el mundo poseen
situaciones multilingües.
Paralelismo: El paralelismo es un recurso estilístico que consiste en la repetición o
recurrencia de elementos (una misma estructura fonética o morfosintáctica) para expresar un
mismo pensamiento en diferentes frases o líneas. Generalmente tiene una función retórica o
un efecto poético.
Políticas lingüísticas: Concepciones y decisiones políticas que se refieren a los asuntos
lingüísticos de una comunidad. Las políticas lingüísticas del siglo XIX en nuestro país

32
decidieron que los indígenas y los inmigrantes debían aprender el castellano en la escuela,
dando lugar al desplazamiento de las lenguas vernáculas. (Cf. Gerzenstein A. y otros, 1998:
157).
Prefijo: Es una forma ligada a la palabra, con significado propio, que se coloca delante de la
raíz. Por ejemplo, des-control.
Préstamos: Palabras que se incorporan a una lengua y que provienen de lenguas que se hallan
en contacto con ésta.
Primera lengua o lengua materna: Es la adquirida en la primera infancia. El término
“materna” hace referencia a que esta se transmite directamente de madre/padres a hijos. Sin
embargo, en algunas sociedades con características patriarcales es el padre o los abuelos los
encargados de transmitir y enseñar la lengua a sus hijos.
Sufijo: Es una forma ligada a la palabra, con significado propio, que se coloca detrás de la
raíz. Por ejemplo, papel- es.
Vitalidad (grados de): En contraposición a la situación de muerte o extinción de una lengua,
se utiliza la metáfora de “vitalidad” para referirse al uso real y efectivo de las lenguas en
todas las situaciones comunicativas.

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35
MAPA 1: Las lenguas indígenas de la Argentina

LEN G U A S
IN D ÍG E N A S
D E LA
A R G E N T IN A

36
MAPA 2: Localidades chaqueñas de origen de los tobas de Derqui (Buenos Aires)
Fuente: Ana Dell’Arciprete, 2002

LA CA NG AYE
E S P IN IL L O BA RTO LO M É
D E L A S C A SA S
EL C O LC H Ó N
L A P R IM A V E R A
B E R M E JIT O
M IR A F L O R E S
PA S O S O SA
C A S TE L L I PA M PA L O T E 68 L O C A L ID A D E S C H A Q U E Ñ A S
D E L IN D IO
S Á E N Z Q U IT IL IP I M IS IÓ N
PEÑA L A I SH Í

D E O R IG E N D E L O S
M AC H AG A I
C O L O N IA
A B O R IG E N G R A L . V E D IA
A R G E N T IN A LA S
PA L M A S
R E S IS T E N C IA

Q O M P I D E D A V IA X A IQ U I

(D e rq u i, G ra n B u e n o s A ire s )

0 50 100 km

A s e n ta m ie n to s to b a s e n
2
e l G r a n B u e n o s A ir e s
1 R ío d e la P la ta
1. C o m u n id a d D a v ia x a iq u i ( D e rq u i) C iu d a d
2. C o m u n id a d Y e c ta q a i (P a c h e c o )
3. R a m o s M e jía
de
4. F u e r te A p a c h e (C iu d a d e la ) B u enos
4
5. C o m u n id a d "1 9 d e a b ril" ( D o c k S u d ) 3
A ir e s 5 6
6. B e rn a l E s te 8
A n a D e ll’A r c ip r e te

7 9
7. B a rr io Q o m p i L ’o n a ta c
8. C o m u n i d a d I. A .P .I . ( B e r n a l O e s te ) 10 11
G r a n B u e n o s A ir e s
9. B a rrio E u c a lip tu s
10. B a rrio S a n ta A n a
11 . C o m u n id a d d e E z p e le ta
12. B a r r io L a s M a lv in a s , N ’ta u n a ’t N a m Q o m 12 13
13. B a rrio L a E s p e r a n z a
14. C o m u n id a d N o ’o le g a x a n a q 14
15
15. B a rrio L a Q u in ta

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