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¿Derecho a defenderse o a matar?

Karem Benique Chacón.


Centro de Estudios Liberales

Algunos aún logramos recordar el polémico caso en diciembre del 2011, días
antes de año nuevo, aquella tarde por la segunda cuadra de la oscura calle
Trípoli, en Miraflores, Luis Miguel Llanos, empresario y deportista de artes
marciales, observó que su novia de aquel entonces, la hija de un embajador
peruano, forcejeaba contra dos sujetos que intentaban robarle la camioneta.
Los esfuerzos por parte de ella eran en vano, había pocas personas por el
lugar. Llanos tomó el arma y no dudó un momento en disparar, fue así como el
primer delincuente cayó con una bala en la frente y dos en el estómago, al
segundo delincuente el disparó le penetró en la cabeza. “Acaso los
delincuentes tienen piedad” nos repetimos seguidamente, la suerte de aquella
noche no la vivimos todos, a su vez estos casos logran acabar en sangre
inocente y lágrimas de la familia. Llanos tenía licencia para portar armas y
arguyó que su acción se produjo en legítima defensa. La Fiscalía no estuvo de
acuerdo y pasó a la denuncia por homicidio y abuso de su derecho de legítima
defensa. Para la Fiscalía, Llanos había hecho abuso excesivo de la fuerza
(argumento citado en variadas ocasiones), pronto Llanos se convirtió en una
especie de justiciero colectivo. El libre porte de armas para defenderse es de
considerar cuando las instituciones no funcionan: un delincuente va a pensar
dos veces en cometer un crimen sabiendo que la gente está armada; prohibir
las armas no hace que los delincuentes no las consigan para cometer
crímenes, y éste último caso es aún peor.

Una vez más, la vieja polémica sobre el libre porte y uso de armas en los
Estados Unidos vuelve a revivirse como en años anteriores justo después de
masacres en lugares públicos. Se pide un mayor control por parte del estado y
se cuestiona fuertemente éste derecho constitucional fundamentado en la
Segunda Enmienda de 1791. Pero si analizamos la evolución de la legislación
en los Estado Unidos, desde la admisión de los distintos gobiernos que fueron
instalándose, comprobamos los legisladores ahora han usurpado la mayoría de
poderes llegando a un control que vuelve nuestra libertad ciertamente estrecha.
Esto nos lleva a citar a dos grandes economistas F.A.Hayek y Ludwig Von
Mises, cuando señalan que las intervenciones del Estado derivan en más
intervenciones del Estado. Una vez que este se ha involucrado y ha
distorsionado un sector, solo creará un círculo vicioso de miseria que
supuestamente requiere más intervencionismo. Los enemigos de la libertad
apelan a instintos arraigados, el anhelo y búsqueda de sociedad a la medida
del hombre.

No es verdad que a mayor control mayor seguridad, algunos otros países


donde es legar portar armas son Finlandia, Rusia, Republica Checa, Serbia y
Suiza, éste último es remarcable ya que siendo uno de los países más seguros
del mundo, el 25 % tiene un arma de fuego en su hogar; es más, el gobierno
obliga a cualquiera que haya prestado servicio militar a mantener un rifle en
casa. En países como Suiza o Islandia, en los que la población está
fuertemente armada, la tasa de homicidios es bastante baja. Los delincuentes
saben que sus malas acciones probablemente tendrán consecuencias. ¿Hay
más crímenes cometidos con armas de fuego en estos países o en
Latinoamérica (donde hay un alto control)?

La gran mayoría de masacres a lo largo de la historia de los Estados Unidos


han sido perpetradas en lugares “gun free”. Ocasiones en las que criminales
han intentado atacar en sitios donde la población está dotada de armas no han
tenido éxito. Como bien menciona Vanesa Vallejo en el Panampost acerca del
debate del libre uso de armas, no tiene sentido esperar que los criminales
acaten las leyes, precisamente lo que hacen los asaltantes, violadores y
asesinos, es vivir en la ilegalidad. Si el Estado de verdad quiere salvaguardar la
integridad de sus ciudadanos, prohibir el porte de armas es entonces facilitarles
el trabajo a los delincuentes dejando a la sociedad aún más indefensa ante
cualquier ataque.

Los únicos que quedarán desarmados al expedirse una ley en contra de la libre
tenencia son los ciudadanos decentes, aquellos que cumplen las normas.

¿Por qué no nos damos una oportunidad y actuamos como ciudadanos adultos
que somos y le damos una oportunidad a la libertad?

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