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JUDÍOS CONTRA ALEMANES EN 1938.

Por ACGS.

En nuestro artículo “La vida cotidiana de los judíos durante la guerra”


(leer AQUÍ), hemos demostrado cómo aún en los difíciles momentos de la
Segunda Guerra Mundial, la vida social y comunitaria judía continuaba
existiendo.

En este artículo queremos poner el énfasis en la situación que se vivía en


Alemania desde 1938 hasta el comienzo del conflicto. Fue una época muy
difícil, donde el panorama internacional se deterioraba rápidamente y donde
además los actos de terrorismo judío contra funcionarios alemanes eran
bastante comunes.

En febrero de 1937, un judío había asesinado al líder nacionalsocialista en


Suiza, de sangre alemana, Wilhelm Gustloff. En territorios checos, los judíos
instaban a la violencia contra los alemanes residentes en la región de los
Sudetes. El 9 de noviembre de 1938 otro terrorista judío mata a un funcionario
de segundo orden de la Embajada Alemana en Paris. Esto llevó al estallido de
un verdadero pogrom dentro del III Reich.

A su vez en la segunda mitad del año 1938 las tensiones internacionales se


agudizaron, y la movilización checa evocó un peligro de guerra que, junto con
la agitación abierta de una parte influyente de la prensa occidental, también
agravó las relaciones judío-alemanas.

Cuando el judío polaco Greenspan asesinó al asesor de la embajada [Ernst]


vom Rath en París, el 9 de noviembre de 1938, después de una serie de
asesinatos contra representantes del Reich alemán en el extranjero, llegó la
llamada "Kristallnacht", el primer Pogrom en la historia alemana en siglos.

Podría probarse ante el Tribunal Militar Internacional que, como en anteriores


pogromos, especialmente en los Estados eslavos, se trató de un estallido
espontáneo de rabia popular, ante un asesinato más de un alemán adscritpo a
tareas de gobierno o representación política, por parte de un judio. Si a esto se
suma la declaración de guerra que la judería había realizado contra el Reich en
una fecha tan temprana como marzo de 1933 (leer AQUÍ) y que era de pleno
conocimiento del pueblo alemán, la situación estaba servida para el estallido de
violencia. Demostrablemente, casi todos los miembros del Gabinete, los líderes
nacionales del NSDAP, y el propio Hitler repudiaron estas acciones. Después
de producido el daño en la imagen internacional de Alemania, el gobierno del
Reich presentó esta acción como un intento judío de ubicarse como chivos
expiatorios. En realidad llamar a responsabilidad a los culpables era
prácticamente imposible, dada la magnitud de los eventos y las causas
subyacentes del mismo.

Ni interiormente ni en el exterior, estos sucesos tuvieron graves consecuecias.


La propaganda anti alemana que desde el 30 de enero venía realizando la
judería mundial, había descripto la situación de los judíos como tan mala, que
estos hechos no podían causar sorpresa. Además, poco tiempo antes, había
ocurrido la “revuelta de Roehm”, que al ser reprimida, causó muchas más
víctimas. La sola comparación de la “violencia antisemita” con la dureza en la
represión del intento de golpe de Estado de Roehm, demostraba que en
realidad las cosas no eran como se pintaban por los medios de comunicación
judíos. En la “Kristallnacht” hubieron 35 muertes, que comparadas con la
dureza con que se procedió contra viejos camaradas insurrectos, demostraban
que habían recibido un trato mucho más severo que el “enemigo mundial
judío”. En la llamada “Noche de los cuchillos largos”, fueron ejecutados diez
veces más insurrectos que en la Kristallnacht de 1938.

Desde un punto de vista estrictamente jurídico, la “Kristallnacht” fue sin dudas


una ruptura de la legalidad, producida como consecuencia de actos criminales
de la internacional judía. Desde el punto de vista político no le hizo ningún favor
a la imagen exterior de la Alemania Nacionalsocialista. Ello no quita que no se
pueda entender la violenta reacción de los alemanes.

A su vez a esa altura del año 1938, el deterioro de la situación internacional era
evidente, y muy pronto el público alemán desvió su atención de los excesos
antisemitas para centrarse en los peligros de guerra, que lo llevarían a la lucha
por su propia supervivencia.

En este marco, donde desde como dijéramos las acciones hostiles del
judaísmo internacional comenzaron en una fecha tan temprana como 1933, se
puede afirmar sin lugar a dudas, que aún en ese tiempo, en Alemania no
existía ninguna intención de aniquilamiento, asesinato o genocidio del pueblo
judío, ni a nivel nacional y mucho menos a nivel europeo o mundial.

A este respecto, el Fiscal Jefe soviético Rudenko exagera hasta el punto del
absurdo, cuando afirma el 8 de febrero de 1946:
"Los conspiradores fascistas habían planeado el exterminio de los judíos del
mundo hasta el último hombre, y llevaron a cabo esta aniquilación durante todo
el tiempo de su conspiración desde 1933".
Proponerse exterminar a “los judíos del mundo”, implica una intención de
gobierno mundial por parte de las autoridades del III Reich. Afirmar que el
pueblo alemán o su gobierno estaban luchando por “la dominación del mundo”,
es simplemente una mentira típica de la propaganda de guerra, sin ningún
sustento histórico. No menos absurdo afirma que el exterminio de todos los
judíos en el mundo entero ya se estaba llevando a cabo desde 1933 hasta
1939. El representante del sistema de gobierno más antihumano de los tiempos
modernos necesitaba atribuir tal brutalidad insana al liderazgo alemán.

Siguiendo las leyes de la lógica, no aparece muy entendible que un gobierno


que promueve la emigración judía por todos los medios disponibles, quiera a su
vez exterminar a todos los judíos del mundo, los que están en su territorio
primero.

¿Cómo se entiende que mientras se instrumentalizaba un plan de exterminio


masivo, los funcionarios judíos que fueron destituidos de la administración
pública, cobraran sus pensiones hasta 1941?

El Reichskommissar de los Países Bajos, el Dr. Seyss-Inquart, pudo demostrar


ante el Tribunal Militar Internacional en Nüremberg, que los ex funcionarios
judíos destituidos, recibieron sus pensiones hasta marzo de 1941.

Cuanto más se desarrollan los acontecimientos hacia la guerra, más radicales


se hacen las medidas antisemitas y se acercan a ese estado que tanto
Churchill como Goering identificaron con la observación: "En la lucha de un
pueblo sobre la vida y la muerte no hay legalidad"[1].

Por encima de todo, sin embargo, los soldados y oficiales de las fuerzas
armadas alemanas en este periodo de aumento de la belicosidad debieron
tener en cuenta las acciones anti-judías en el contexto de la guerra.

En su declaración Nuremberg, el jefe de los medios de comunicación alemanes


durante la guerra, Ministerialdirektor Hans Fritzsche, declara bajo juramento
como testigo de la cuestión judía:
"Deseé una limitación de la influencia abrumadora de los judíos en la política, la
economía y la cultura alemanas después de la Primera Guerra Mundial, una
limitación que correspondiera a la porción numérica de los judíos en la
población alemana".
Fritzsche declara así lo que era la convicción de la abrumadora mayoría del
pueblo alemán. Los judíos luego de la Primera Guerra Mundial (y también en el
II Reich) ejercían una sobre representación en todos los ámbitos de la vida
alemana, que los transformaba en opresores del pueblo germano.

La emigración de judíos radicados en Alemania se elevó fuertemente cuanto


más duras se hicieron las normas de segregación nacionalsocialistas. El
gobierno alemán hizo todo lo posible para promover la misma, limitado por la
dificultad extrema para obtener divisas extranjeras[2].

La emigración y el exterminio eran incompatibles. La aniquilación sólo habría


sido posible si los judíos hubieran permanecido en la esfera de control aleman.
De haber existido un plan de aniquilación en ese momento, la fuerza habría
sido usada para evitar que los judíos emigraran.
[1] Churchill dijo: "En la lucha por la vida y la muerte no hay legalidad". La
versión de Goering, traducida arriba, es, "Im kampf eines volkes en leben und
tod gibt es keine legalität".
[2] Alemania tuvo grandes dificultades para obtener divisas debido al boicot
judío mundial de los bienes alemanes.

ACGS en 19:32:00
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3 comentarios:

1.

Profesor de Francés. Miguel Á. Pascale15 de junio de 2017, 16:56

YO HOY DIGO UNA SOLA COSA, Y QUIERO SER BIEN CLARO, "HEIL
HITLER"....!!!. GRACIAS.
Responder
Respuestas

1.

ACGS15 de junio de 2017, 18:25


Has hecho el comentario más hermoso que puede recibir
nuestro blog.
¡HEIL HITLER! CAMARADA!
Gracias a ti.

2.

Anónimo16 de junio de 2017, 11:22

la vera Historia saldrá a la luz y reivindicara el alma


nacional-socialista de un visionario, defensor de su pueblo
contra la opresión y la usura de la judería mundial que
hasta la fecha tiene al mundo bajo su yugo.....

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