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Un enemigo del pueblo (Adaptación) ACTO I

Personajes En la casa de Carolina, amueblada modestamente. De un


lado está la estufa y una mesa de comedor. Del otro lado una
Carolina Sánchez - Joven egresada de la carrera de sala y un escritorio. Entre la cocina y la sala hay una
Ingeniería Ambiental, con varios años de experiencia división. Héctor y Andrés están sentados en el comedor. La
laboral. Idealista, inteligente, responsable, dedicada a su Sra. Sánchez está de pie junto a la mesa, les ofrece tamales.
familia y a su comunidad. Trabaja para una empresa que Los cubiertos, en desorden sobre el mantel, muestran que ya
construye un ecoparque y centro comercial cerca de un han comido los demás.
cenote recientemente descubierto en Cancún.
DOÑA CAROLINA— Andrés y Héctor, como llegaron
Doña Carolina Sánchez - Madre soltera de Carolina, tarde tendrán que comer su comida toda fría.
Patricia, Elisa y Mariana. Apoya a sus hijas en todo y es
sobreprotectora. Le gusta tener siempre invitados en su casa, HÉCTOR— ¡No importa! Le quedo muy rico, Sra. Sánchez.
y prepara comida siempre para muchas personas.
DOÑA CAROLINA— Gracias. A ver, dilo otra vez con esa
Patricia - Hermana menor de Carolina, estudiante de voz que haces en los videos.
preparatoria. Rebelde, de carácter fuerte, preocupada por el
medio ambiente. Se viste de modo estrafalario. HÉCTOR— “LA VOZ… ¡DEL PUEEEEBLOOOO!”

Héctor - Amigo y vecino de Carolina. Youtuber famoso de DOÑA CAROLINA — ¡Igualito! Y ya se están haciendo
Cancún. Simpático, risueño, ambicioso, impulsivo. famosos… Tenemos vecinos famosos.

Andrés - Editor y camarógrafo del canal de Youtube de ANDRÉS — Pues más o menos. La verdad, sí. Nuestro
Héctor. Consigue a los patrocinadores y piensa como canal ya tiene más de un millón de suscriptores y nos ven en
empresario. Moderado, estratégico. varios países.

Ingeniero Pedro García - Tío de Carolina, ocupa un puesto DOÑA CAROLINA— Qué bueno… (Escucha) Creo que
alto en la empresa donde trabaja Carolina. También fue ya viene Carolina con las niñas.
profesor de la universidad donde Carolina estudió. Ha
apoyado a la familia de Carolina desde hace muchos años. CAROLINA— ¿Hey, qué onda, cómo están? (Saluda a
Serio y estricto. Es un hombre alto y robusto, con bigote, y Andrés y Héctor.) ¿Y Patricia? ¡Qué raro que no haya
usa sombrero. llegado! Le presté mi laptop y necesito revisar algo.

Don Carlos Sánchez - Abuelo de Carolina y Patricia. (Todos se sientan en torno a la mesa. DOÑA CAROLINA
Cariñoso con sus nietas pero tradicionalista. aparece con postres en una bandeja.)

Elisa y Mariana - Hermanas pequeñas de Carolina, estudian DOÑA CAROLINA— De seguro no tarda tu hermana en
la primaria. (No tienen diálogos.) llegar. Y aquí les traigo el postre. Disfrútenlo.

CAROLINA— (Tomando un plato.) Gracias, madre.


PRÓLOGO (Dirigiéndose a ANDRES Y HÉCTOR) ¿Subirán algo
interesante mañana?
Fragmento de un video corto de Youtube del canal de
Héctor (llamado “La Voz del Pueblo”). Podría ser solo el ANDRÉS— Nada en particular, pero muy pronto vamos a
audio, o un video de fotos de cenotes y un parque acuático. subir el video sobre tu informe del ecoparque y el cenote.

HÉCTOR — (Hablando exageradamente, como locutor.) Y CAROLINA— Hay que esperarnos un poco. Todavía no
bueno, amigos, para el próximo video les estamos podemos publicarlo.
preparando una sorpresa, un programa sobre el ecoparque
que se está construyendo en Nuevo Cancún, cerca del cenote HECTOR— ¡Pero justo ahora es el mejor momento!
que se descubrió recientemente. Y como invitada especial
tendremos de nuevo a nuestra amiga Carolina Sánchez, CAROLINA— De todos modos espérense; les explicaré
egresada de la Universidad del Caribe, quien trabaja en este más tarde...
gran proyecto y de hecho fue quien impulsó desde el inicio
que el parque, que ya está casi listo, sea un proyecto (Patricia, con uniforme y mochila, y unos cuantos libros en
ecológico y de turismo de aventura. Así que no olviden mano, entra por la puerta del vestíbulo.)
suscribirse, y los esperamos, como siempre, en su programa
“LA VOZ… ¡DEL PUEEEEBLOOOO!” PATRICIA— Buenas tardes a todos. (Saludos recíprocos)

CAROLINA— Qué bueno que llegaste. Necesito checar


algo en mi laptop… pronto.

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PATRICIA. — Claro, gracias por prestármela hoy. Aquí CAROLINA— Un grandísimo foco de infección.
está.
PATRICIA— ¿Que el cenote...?
CAROLINA.— (Abre la laptop ansiosamente.) Vamos a
ver, vamos a ver… Sí, aquí está el email que estaba DOÑA CAROLINA— ¡Nuestro cenote!
esperando. Perdón; no tardo en regresar… (Se retira.)
HÉCTOR— Pero, Carolina…
PATRICIA. — (Sirviéndose tamales.) ¿Qué podrá ser ese
email? CAROLINA— Pues aquí está la verdad. El cenote es más
sucio que la taza de un baño público, así como suena.
DOÑA CAROLINA. — No sé; los últimos días no ha hecho Créanme. El agua es peligrosísima para la salud. Está llena
más que estar en la laptop. de bacterias y sustancias peligrosas, prácticamente
venenosas, y toda esa porquería después desemboca en el
ANDRÉS— Será de algún cliente de fuera. mar, en la playa...

HÉCTOR— (A Patricia) ¿Estuviste en clases desde la HÉCTOR. — ¿Cómo lo sabes?


mañana?
CAROLINA — Examiné todo a fondo. Hace ya tiempo que
PATRICIA — Sí, todo el día. empecé a desconfiar. El año pasado hubo varios casos muy
serios de tifus y de fiebres gástricas entre los visitantes.
SEÑORA SÁNCHEZ— Y por lo que veo, te has traído
todavía mucha tarea. (Lava los platos.) DOÑA CAROLINA. — Es cierto, salió en los periódicos.

HÉCTOR — ¡Guau! Se nota que eres una excelente CAROLINA. — Al principio creí que los turistas habían
estudiante. (Coqueteando.) Será un suertudo el hombre que traído las enfermedades; pero después, este invierno, me
se quede contigo. enteré de nuevos casos que no salían en la prensa, y empecé
a tomar muestras del agua. Deduje que era lo mejor que
PATRICIA — (Lo ignora.) Es bueno estudiar. La verdad, un podía hacer.
poco cansado.
DOÑA CAROLINA. — Por eso estabas tan preocupada
(CAROLINA vuelve de su recámara con la laptop en la últimamente.
mano.)
CAROLINA. — Sí; puedes decir que me preocupé. ¡Y
CAROLINA.— (A todos.) Les tengo unas noticias mucho! Pero me faltaban aparatos modernos para analizar
tremendas. las muestras del agua, y tuve que enviarlas a la Universidad
del Caribe para tener un análisis técnico terminante.
ANDRÉS. — ¿Noticias tremendas?
HÉCTOR. — ¿Y tienes ya ese análisis?
DOÑA CAROLINA. — ¿Qué noticias?
CAROLINA— (Enseñando el e-mail.) Aquí está. Dice que
CAROLINA — ¡Hice un gran descubrimiento, mamá! existen “cantidades alarmantes de infusorios en el agua,
(Paseándose y pensando.) hasta cien veces más que el nivel permitido”. Así que su
uso, interno o externo, es súper peligroso. Las tuberías y el
PATRICIA. — ¿Qué es? drenaje de todo el proyecto están demasiado cerca del
cenote. ¿Te acuerdas, mamá, que escribí oponiéndome a su
CAROLINA— Vas a ver. (Levanta la laptop.) Esto plan de construcción? Pero nadie me hizo caso.
demuestra lo torpes y ciegos que hemos sido. (Se detiene al
lado de la mesa.) Se sabe que el nuevo cenote es muy sano e DOÑA CAROLINA— Pues ha sido una verdadera
higiénico, y sus aguas tienen hasta propiedades medicinales, bendición del cielo que lo supieras a tiempo.
y que es recomendable tanto para enfermos como para gente
con salud, ¿cierto? Todo mundo ha elogiado el proyecto. Le HÉCTOR— ¿Y qué vas a hacer ahora, Carolina?
han llamado el nervio vital de la ciudad, y sepa Dios cuántas
cosas más… CAROLINA— Tendremos que reparar el daño, como es
lógico. Si no, será la ruina del cenote. Pero no hay que
ANDRÉS—Es verdad, el “nuevo corazón palpitante de la preocuparse. Naturalmente, esta vez tendrán que oírme,
ciudad”. quieran o no. Escribiré una carta a la administración del
ecoparque, urgentemente.
CAROLINA— ¿Saben lo que es, en realidad, este...
magnífico cenote donde se ha invertido tanto dinero? PATRICIA— ¿Qué crees que dirá tío Pedro? Él es el
gerente de la empresa.
HÉCTOR— ¿Qué es?
CAROLINA— ¿Qué va a decir? De cualquier modo, deberá
DOÑA CAROLINA— Acaba ya. ¿Qué es? alegrarse de que la verdad salga a la luz del día.

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HÉCTOR. — ¿Nos dejas publicar algo sobre este DON CARLOS— Lo escuché de tu hermana Patricia, me la
descubrimiento? Entre más pronto lo sepa el público, mejor. encontré en el centro y me lo dijo. Oye, no puedo creer que
le harás eso a tu tío Pedro.
CAROLINA— Sí; les agradezco que lo hagan.
CAROLINA. — ¿Hacerle qué? Abuelo, es una
investigación muy importante para el cenote.
HÉCTOR— ¡Serás una celebridad! La compañía te lo
agradecerá y te darán un ascenso. ¡Wuuuuu! DON CARLOS— ¿Así que TÚ descubriste eso de unos
bichos raros, y que además son invisibles? Esa no te la va a
CAROLINA. (Paseándose alegremente.) — ¡Bah! No hago creer nadie, y menos tu tío, el ingeniero Pedro. ¡Ja, que
más que cumplir con mi deber. He tenido suerte. Es más, si tonterías me dices!
a la empresa se le ocurre ofrecerme un aumento de sueldo…
CAROLINA. — (Molesta.) Si creer eso es una tontería,
no lo aceptaría. No lo aceptaré.
entonces pronto todos se volverán unos tontos.
PATRICIA— ¡Hermana! Eres mi héroe. DON CARLOS— Pues sí hay muchos tontos en esta ciudad.
Pero, no te enojes, mijita. No tengo nada en tu contra. Sólo
HÉCTOR y ANDRÉS— (Levantan sus vasos.) ¡Por digo que dudo que la gente crea algo así, viniendo de una
Carolina! ¡Salud! mujer. Pero tengo que irme, sólo pasaba a saludar. (Se va y
saluda de lejos.)
CAROLINA— ¡Gracias, gracias! Estoy muy contenta. Mi
conciencia me dice con claridad que he hecho algo útil por SRA CAROLINA— Adiós, papá. (A Carolina) No le hagas
mi pueblo natal y por mis conciudadanos. caso, es de otros tiempos. Tú le haces un gran bien a tu
ciudad.
(Golpean la puerta)
ACTO II CAROLINA— (Abre la puerta) Debe ser mi tío. ¡Hola, tío!
Casa de Carolina. Patricia en la sala haciendo tarea, con (Lo saluda con un beso en la mejilla.)
Elisa y Mariana. Doña Carolina juega con ellas. Carolina en PEDRO— (Entra) Buenos días. Carolina, ayer recibí tu
la cocina con su laptop. correo sobre las condiciones del agua del cenote.
CAROLINA— ¿Lo leíste? ¿Y qué opinas?
SRA. SÁNCHEZ — Hija, ¿estás ahí? Me mandó tu tío un PEDRO (Mirando a su alrededor) — ¿Podríamos platicar a
whatsapp, dice que viene para acá. solas? (Doña Carolina jala a Patricia y se retiran a la
CAROLINA— Ok, Ma. (Camina hacia la sala.) cocina.) ¿Por qué hiciste todas investigaciones a mis
espaldas?
SRA. SÁNCHEZ— ¿Hablaste ya con él sobre el asunto del
cenote? CAROLINA— Tío, sólo quería estar segura antes de decir
algo.
CAROLINA— ¿Con mi tío? No, todavía no. Pero hace un
momento estaba hablando con Héctor. Me dijo que estaba PEDRO— Siempre has actuado de esa manera,
muy impresionado por el descubrimiento, y puso su canal de impulsivamente y sin pensar en las consecuencias, ahora
Youtube a mi disposición por si necesito ayuda. tendremos que aplazar todo el proyecto. Y mientras, nadie
puede enterarse de esto.
SRA CAROLINA— ¿Vas a necesitar ayuda?
CAROLINA— No podemos impedir que se sepa, tío.
CAROLINA— No mamá, pero aun así, me alegra saber que Además de que ya le conté todo a mis amigos Youtubers.
apoya una influencia tan grande como lo es su canal.
PEDRO. — (Luego de una corta pausa.) ¡Has sido una
SRA CAROLINA— ¿Y crees que eso te convenga, hija? imprudente, Carolina! ¿No se te ha ocurrido reflexionar en
los perjuicios que esto te puede ocasionar? ¿Y a toda la
CAROLINA— Seguro que sí. Tiene más de un millón de
ciudad?
seguidores. No sabes lo bien que me hace sentir tener el
apoyo de tanta gente. CAROLINA— ¿Por qué?
(Entra Don Carlos, abuelo de Carolina) PEDRO— Fui al municipio, y tras una plática con los
encargados, vimos una posible solución, pero nos llevará
DON CARLOS. — ¿Es cierto lo que me contaron?
más de dos años de trabajo extra.
CAROLINA— ¡Hola, abuelo!
CAROLINA— ¿Dos años? Es mucho tiempo.
SRA. SÁNCHEZ— ¿Cómo estás, papá? ¿Qué haces por
PEDRO— Además, si toda la gente se entera de que el
aquí?
cenote estuvo “supuestamente” contaminado, ya nadie
DON CARLOS. — Quería saber si es cierto eso de que una vendrá nunca a bañarse en él, y todo el proyecto no habrá
mujer hizo un descubrimiento importante, ¡eso era servido para nada. Cientos de empleos se perderán. Tú y yo
impensable en mis tiempos! nos quedaremos sin trabajo.
CAROLINA. — (Orgullosa, sonríe.) Sí abuelo, es como lo CAROLINA— Tío, no sé qué decir.
escuchaste. ¿Quién te lo contó?
PEDRO— Mira, tú siempre fuiste brillante, sin embargo
recuerda quién te puso en dónde estás y quién te dio lo que
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tienes ahora. Recuerda que yo fui quien hizo que lograras videos de youtube de La voz del Pueblo. De un lado hay un
tener esa beca en la universidad, y el puesto de trabajo que escritorio o mesa de trabajo con una laptop y algunas sillas
ahora tienes. Pero te quejas del gobierno, de las autoridades. alrededor; del otro lado de la habitación hay un tripié.
Todo lo insultas, todo lo criticas, y encima no aprecias todo
lo que he hecho por ti Así que escúchame bien: nadie puede Andrés está sentado en su escritorio leyendo hojas que están
enterarse. en un fólder. Después entra Héctor con una cámara y la
pone sobre el tripié.
CAROLINA— No podrás impedir que se sepa, los medios y
las redes lo sacarán a la luz.
HÉCTOR— ¿Ya viste la información que nos dio Carolina?
PEDRO— Por tu imprudencia, por haber involucrado a (Deja el fólder sobre la mesa.) Es increíble, destroza el
personas de fuera, quiero que con tu grupito hagas público proyecto del ecoparque con cada palabra.
que has vuelto a hacer nuevos análisis y que todo se
encuentra en orden, que fue un error, y además que confías ANDRÉS— (Deja el fólder sobre la mesa. Juega con una
en el proyecto. pelota mientras piensa.) Puede ser, pero siento que le falta
algo más; ya sabes esa gente no cae a los primeros golpes.
CAROLINA. — ¿En serio esperas que mienta así? ¿Que
abandone mis principios solo por tus caprichos? ¡Muy bien! HECTOR— Ya sé, pero daremos golpe tras golpe (golpea
Pero no harás desaparecer el peligro con engaños y
en el aire como boxeador), hasta que tumbemos para
mentiras. De eso estoy segura, tío.
siempre el poder de todos los políticos corruptos. Cuando leí
PEDRO— Desde ahora empieza a llamarme como es el reporte, sentí que venía una revolución.
debido, soy el Ingeniero García, no tu tío. Haz lo que te
digo, o me veré forzado a sacarte del proyecto. ANDRÉS — Así es. ¡Haremos historia, hermano! (Llaman a
la puerta.)
PATRICIA. — (Pasa de la cocina a la sala bruscamente.)
¡Caro, no puedes tolerar eso! HECTOR— ¡Adelante! (Carolina entra por la puerta
SRA SANCHEZ. — ¡Patricia, vuelve aquí! principal y Héctor va a su encuentro.) ¡Ah! por fin llegaste,
Caro. ¿Qué pasó?
PEDRO— Así que estaban escuchando todo. Vaya, no me
sorprende ver que ahora la menor también empieza a hablar CAROLINA— Pueden hacer el video, chicos.
como anarquista, es algo propio de tu familia, (Voltea a ver
a la señora Sánchez) No nos obligues a hacer algo que HECTOR— ¿Tenemos luz verde?
requiera medidas más drásticas, ya te advertí. (Se retira.)
SEÑORA SÁNCHEZ— Hijita, tu tío tiene el poder de ANDRES— ¡Genial!
hacer ese tipo de cosas.
CAROLINA— Así es, chicos. Ellos lo han querido. Iremos
CAROLINA— Mamá, ¿cómo puedes decir eso? Yo tengo la a la guerra. (Sonriente.)
razón y lo sabes.
SEÑORA SANCHEZ— Pero no tienes el poder. De nada HÉCTOR – (Festeja.) ¡Una guerra sin armas! ¡El poder de
sirve tener la razón si no tienes el poder. Lo único que youtube! Estoy seguro que toda la gente estará de tu lado
conseguirás será perder tu empleo y todo por lo que has después de ver el video. Lo subiremos mañana por la
trabajado durante tanto tiempo. Piensa en tus hermanas mañana, ahora mismo nos pondremos a trabajar.
hijita, no puedes hacerles eso. (Elisa y Mariana entran a la
sala.) CAROLINA— ¡Perfecto! No podemos perder un solo día....
Y este video no será más que el comienzo. (Se sienta en el
CAROLINA— Justo por ellas es que debo hacer esto. escritorio frente a Andrés.) Tengo la cabeza llena de ideas
PATRICIA— Mamá, ¿cómo puedes estar del lado de tío para muchos videos más. ¡Si supieran lo que me han hecho!
Pedro? Carolina tiene razón. Me amenazaron, pisotearon mis derechos. Pero conmigo no
podrán. Ya no sólo está en juego el asunto del cenote,
SEÑORA SÁNCHEZ— Entonces hija, ¿qué piensas hacer? ¿comprenden? Lo que haremos es purificar la sociedad
CAROLINA— Haré lo correcto. Quiero ser capaz de estar entera.
orgullosa de mí y de mi decisión.
ANDRÉS— Con cuidado, Caro. Si trabajamos con
SEÑORA SÁNCHEZ— (A punto de desmayarse) ¡Ay, moderación correremos menos peligro.
virgencita, ayúdanos!
(Carolina y Patricia la detienen, cada una de un lado.) CAROLINA — Con o sin peligro, ¡qué más da! Yo hablo
en nombre de la razón, en nombre de la conciencia.
PATRICIA— Caro ya tomó su decisión, tenemos que
apoyarla mamá. (Inflando el pecho de manera orgullosa.) HECTOR—Nunca dudé de ti, Caro.

ACTO III CAROLINA— ¡Gracias, gracias! Son ustedes unos buenos


amigos. Me siento feliz, en realidad, escuchándolos.
Departamento de Héctor y Andrés, que está en la parte ¡Bueno! (Se levanta.) Me voy, los dejaré trabajar.
superior de la casa de Doña Carolina Sánchez y sus hijos. El
departamento también sirve como estudio para grabar sus
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(La acompaña Héctor a la puerta. Se queda cerca de la proyecto sólo podrá salvarse con dinero del gobierno, es
puerta, como observando hacia afuera por una ventana.) decir, de nuestros impuestos.

ANDRÉS— Yo creo que… deberíamos ir con más cuidado ANDRÉS— ¿Qué? ¿Obligar a pagar a la ciudad? ¿Con el
en este asunto, Héctor. dinero de los ciudadanos?

HECTOR— (Desdeñoso.) ¿Qué? ¡Pues yo creo que no HECTOR. — Yo no creo que necesariamente deba ser la
debemos ser cobardes! ciudad...

ANDRÉS— Sólo digo que debemos tener cuidado. INGENIERO PEDRO— ¿De dónde va a salir el dinero, si
Tenemos que pensar estratégicamente. Ahora que nos está no? Y ya se han gastado demasiados recursos.
yendo bien con el canal no podemos dejar que se nos suban
los humos y sentirnos demasiado importantes. Lo más ANDRES— (Preocupado.) Creo que este asunto está
importante es cuidar la imagen del canal, y nuestros tomando un giro muy diferente.
patrocinadores.
HÉCTOR— (Pausa.) ¿Y entonces todo esto es un invento de
HECTOR— Está bien… lo que tú digas. (Se acerca a la Carolina?
ventana y mira al exterior.) Andrés, el tío de Carolina,
¡viene para acá! Entró por la puerta trasera y ya está INGENIERO PEDRO— Así lo creo yo.
subiendo la escalera. (Tocan a la puerta y Héctor abre.)
ANDRES— En ese caso, Carolina ha cometido una falta
(Entra el Ing. Pedro García, con su sombrero.) imperdonable.

INGENIERO PEDRO— Buenas tardes, Héctor, Andrés. INGENIERO PEDRO— Les preparé una explicación en la
¿No esperaban verme aquí, verdad? que aclaro todo el asunto, desde un punto de vista imparcial,
como debe ser. (Saca un sobre y se lo da a Andrés.) Será
HECTOR— No, no realmente. Pase, ingeniero. bueno que lo publiquen.

INGENIERO PEDRO. (Mira en torno suyo.)— Están muy HECTOR— (Se asoma por la ventana.) ¡Ahí viene
bien instalados, ¿eh? Tienen un estudio de grabación muy Carolina! Está subiendo las escaleras.
bien equipado.
INGENIERO PEDRO— (Se levanta un poco sobresaltado.)
HECTOR— ¿Equipado? Si usted lo dice. Es mejor no encontrarme con ella. Todavía tenía que hablar
con ustedes de otras cosas…
INGENIERO PEDRO— Me disculparán que no les haya
avisado de mi vista. Vengo a aclarar algunas calumnias que HECTOR. (Indicando la puerta de la derecha.)— Puede
Carolina ha estado diciendo sobre el cenote. ¿O no les usted pasar al baño y esperar un poco.
contó?
INGENIERO PEDRO— Pero… está bien. A ver si
HECTOR— Bueno, sólo insinuó algunas palabras. consiguen que se vaya pronto, ¿eh? (Desaparece por la
derecha. Su sombrero queda sobre una de las sillas. Héctor y
INGENIERO PEDRO—Ya me imagino, de seguro ella Andrés rápidamente fingen estar concentrados en la laptop.)
preparó todo para que ustedes le ayuden a divulgar la noticia
¿no es así? (Levanta el fólder en el escritorio con el reporte CAROLINA. (Entra en la habitación con varios papeles.)—
de Carolina y lo revisa.) ¡Mira nada más, aquí está el reporte Ya regresé, les tengo más información. (Deja los papeles
que escribió ella! sobre el escritorio.)

ANDRES— Ingeniero, el tema del cenote es muy ANDRÉS— ¡Ah! ¿eres tú, Caro?
importante, y es nuestro trabajo dar las noticias.
CAROLINA—Sí, soy yo. ¿Cómo van con el video? Estoy
INGENIERO—Lo entiendo, ése es su trabajo. Pero este segura de que se va a volver viral.
reporte es una exageración. Carolina siempre está tratando
de llamar la atención a toda costa. Tomen en cuenta que es HECTOR— Creo que… no va a ser posible grabarlo tan
mujer. Y encima ahora, por su culpa, toda la ciudad pronto. ¿Verdad, Andrés?
necesitará hacer grandes sacrificios…
ANDRES— Me temo que no. Carolina, la verdad...
HECTOR— ¿La ciudad...?
(Por la puerta aparece DOÑA CAROLINA.)
INGENIERO PEDRO— (Se sienta en una de las sillas.
Coloca su sombrero en otra silla.) Las reparaciones que DOÑA CAROLINA.— (A Carolina.) Hija, estaba segura de
propone Carolina costarán más de cien millones de pesos, que te encontraría aquí.
además de que se tendrá que parar el proyecto del cenote por
lo menos dos años. La empresa ya tiene todo su capital HECTOR. (Levantándose.)— Señora, pase, pase.
invertido, a nadie le conviene que se pare la obra, y el

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CAROLINA.— ¿A qué has venido madre?
PEDRO— (Mueve la cabeza.) ¡Se volvió loca!
DOÑA CAROLINA— (Preocupada.) Héctor, Andrés, por
favor, no vayan a publicar lo que esta niña les haya dicho. Si
lo hacen ella perderá su empleo. Es que no ves, Carolina,
pero…
ACTO IV
CAROLINA— Madre, por lo que más quieras, haz el favor
de regresar a casa y de pensar en tus cosas en vez de Auditorio de la Universidad del Caribe, en el centro del
mezclarte en este asunto. (Se calma un poco y se acerca a escenario se encuentra un atril, y a un lado del atril dos
ella.) Ya verás, todo estará bien. (Doña Carolina asiente con sillones, una planta decorativa y una mesa de centro. El
la cabeza y sale. Carolina se frota las manos y pasea de un ingeniero Pedro García ya está sentado en uno de los
extremo a otro.) sillones, y Andrés habla con un micrófono desde el atril.
Héctor está sentado entre el público, grabando con una
ANDRES— Piénsalo bien, Carolina, tu mamá podría tener cámara pequeña en la mano.
razón, además…
ANDRÉS— Buenas tardes, bienvenidos al foro de
CAROLINA. (Riéndose.)— La verdad siempre sale desarrollo sustentable que se llevará a cabo como parte de
adelante. Tenemos la razón, y además pronto tendremos el la semana de Desarrollo Humano que se hace aquí en la
apoyo de muchísima gente. (Se detiene ante una silla y universidad cada año. Agradecemos la presencia de
levanta el sombrero del ingeniero.) ¿Y qué es esto? Es el destacados representantes del sector empresarial y de las
sombrero… autoridades del gobierno municipal que hoy nos acompañan.
Como invitado especial en este foro estará el Ingeniero
HECTOR—Esto no se ve para nada bien, Andrés... Pedro García, maestro en desarrollo sustentable y exmaestro
de esta universidad. El ingeniero Pedro García es el
CAROLINA— ¡Esto… mi tío, él estuvo aquí! (Toma el responsable del proyecto del nuevo ecoparque de Cancún; él
sombrero del ingeniero.) Ya entendí. (Se lo pone y camina nos hablará de este proyecto y de la importancia que tendrá
como su tío.) Vino a sobornarlos, ¿verdad? Y al verme para nuestra comunidad. Aplausos por favor. (Se escuchan
llegar... (Rompe a reír.) Se ha largado. Cobarde. aplausos del público grabados.) Y ahora, para comenzar con
este foro, cedo la palabra al ingeniero Pedro. (Le pasa el
(Ingeniero Pedro muy irritado entra.) micrófono a Pedro y se sienta en el otro sillón.)

INGENIERO PEDRO—Vine a decirles la verdad a Héctor y PEDRO— Es un gran honor estar aquí presente en la
Andrés. Y ahora están de mi parte. Universidad del Caribe. Antes de empezar a abordar esta
agenda tan importante, me gustaría comenzar con una breve
CAROLINA. (Asombrada.)— ¿Qué estás diciendo, tío? definición personal de lo que es el desarrollo sustentable. El
desarrollo sustentable es la lucha constante para que exista
HECTOR— Nos presentaste información incompleta y un crecimiento humano tan amplio como la naturaleza nos
falsa, Caro. Nos es imposible ayudarte. Tenemos principios, pueda brindar. Como especie humana y como sociedad,
como periodistas que somos. tenemos la responsabilidad de buscar el equilibrio de los
intereses del hombre y los de la naturaleza.
ANDRES— Sobre todo después de las explicaciones que el
ingeniero nos dio. Además tenemos que pensar en la opinión ANDRÉS— Gracias, ingeniero. Es muy importante el tema
pública, nuestros suscriptores, los patrocinadores de nuestro que usted toca. (Voltea hacia el público.) A ver, al parecer
canal. tenemos una pregunta del público. (Señala hacia la parte de
atrás del auditorio, donde está sentada Carolina levantando
CAROLINA— No puedo creerlo. Par de traidores. (Toma la mano. Alguien le pasa un micrófono a Carolina.)
todos sus papeles y el fólder con su informe.)
CAROLINA— (Se levanta.) Buenas tardes. Soy Carolina
INGENIERO PEDRO— Caballeros, les dejo entonces mi Sánchez, egresada de esta universidad. Yo amo a esta
nota oficial. Conviene que el pueblo reciba buena ciudad, en ella he crecido y he visto crecer a mis hermanas.
información. Creo que éste es mi sombrero. (Lo toma de Toda mi vida he tratado de contribuir a esta sociedad, con
Carolina y se lo pone. Se acerca a la puerta para salir.) mi preparación y mi trabajo. (Hace una ligera pausa,
después habla otra vez con un volumen mayor y con una voz
HECTOR.— Muchas gracias, ingeniero. más emocional.) Pero apenas hace muy poco abrí los ojos y
pude ver el total desprecio que se tiene a la madre
CAROLINA. (Se adelanta al ingeniero para salir.) Voy a naturaleza. El proyecto del llamado ecoparque es un
convocar a una reunión con todo el pueblo. Todos van a verdadero ecocidio, si seguimos así todos vamos a morir
saber la verdad. envenenados por culpa de la iniciativa privada voraz, y del
gobierno que está lleno de inútiles… ¡y corruptos!
INGENIERO PEDRO— En ninguna parte te darán local;
estoy seguro. ANDRÉS— Por favor, Carolina, modere su lenguaje… O
tendré que pedirle que se retire. Y recuerde que estamos
CAROLINA. (Con ira.) — Ya lo veremos. (Sale.) aquí para escuchar al ingeniero Pedro García.

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aceptar una verdad más que cuando es evidente. (La gente
CAROLINA— ¿Por qué? Éste es un foro público, aplaude.)
¡cualquiera tiene el derecho de expresar su opinión! (Se
escuchan algunos silbidos y abucheos ligeros grabados.) CAROLINA— ¡No salgas con tonterías, Héctor! Las
supuestas verdades que acepta la mayoría son creencias
PEDRO— Está bien, dejemos que hable… Es más, que heredadas, que defienden sin pensar. Si la democracia es la
hable desde el atril. Señorita Carolina, puede hablar usted opinión de la mayoría, la democracia es el reino de la
sobre el desarrollo sustentable, pero estamos en un foro ignorancia.
académico, así que no tiene permitido atacar aquí a personas
ni a organizaciones específicas. (Voltea a ver al público.) (El público presente estalla en enojo.)
¿Están todos de acuerdo? (El público aplaude efusivamente
expresando aprobación.) Así que ningún ataque. ANDRÉS — (En un tono severo.) Como moderador y como
¿Entendido? (El público aplaude otra vez.) ciudadano me siento ofendido ante sus declaraciones y no
permitiré que continúe, por lo que le pido que abandone de
CAROLINA—(Se sube al escenario y habla al público forma inmediata este recinto. Evítenos la pena de llamar a
desde el atril.) El verdadero desarrollo sostenible requiere los guardias de seguridad.
honestidad. Yo solamente quiero condenar… ¡la inmensa
hipocresía de la que han sido culpables las personas que CAROLINA— Son tonterías, esto es tan injusto. ¡Vamos
ostentan el poder! Lo que más me molesta es no haberme público, no puedo creer que yo soy la única que se ha dado
dado cuenta de esto antes. No es mi intención denigrar a cuenta de esto! ¿No hay nadie más aquí que piense como
nadie, estoy segura de que recibirán lo que merecen tarde o yo? (El público abuchea.)
temprano. Además, no son ellos el problema más peligroso
que nos acecha. PEDRO— (Se levanta del sillón.) Ya Carolina, no tomes
esto como algo personal.
HÉCTOR— (Se levanta desde el público, grabando con su
cámara en la mano.) Y entonces, ¿qué es? ¡Díganos! ANDRÉS— Llamen a los de seguridad para que acompañen
a esta señorita a la salida.
CAROLINA— Lo haré. Precisamente fue de lo que me di
cuenta hace poco. Es muy claro que como sociedad tenemos HÉCTOR (Sigue grabando)— ¡Esta transmisión en vivo ya
que cambiar muchas cosas. ¡Pero a nadie le interesa! El se hizo viral! ¡Esto se va a descontrolar!
principal problema que tenemos es la terrible ignorancia y la
indiferencia de la gran mayoría de la gente de nuestra PEDRO— (Intenta acercarse a ella.) Carolina deja de
ciudad. Incluyendo a muchos de los presentes. complicar las cosas.

(Muchos asistentes se empiezan a generar ruido por la CAROLINA— (con una lágrima recorriendo su mejilla) No
declaración de Carolina, Andrés intenta calmarlos.) puedo creer que te admiré por muchos años, que fuiste mi
ejemplo a seguir. No es necesario que vengan por mí, yo me
ANDRÉS— Carolina, le pedimos se retracte de lo que acaba voy. No quiero tener nada que ver con esto.
de decir.
(Carolina se baja del atril y se retira del recinto.)
CAROLINA— No me pienso retractar. Tengo la razón, lo
quieran o no. ¿A poco no es la mayoría de la gente, justo ANDRÉS— Les ofrecemos una enorme disculpa por lo
ahora, la que quiere quitarme el derecho a expresarme? sucedido a todo el público presente y al ingeniero Pedro.
Debido a este imprevisto tendremos que interrumpir este
ANDRÉS— Sí, y si la mayoría lo dice es por algo. Es foro agradeciendo su asistencia. Muy pronto definiremos
porque tienen razón. una nueva fecha para llevar a cabo este evento. De nuevo
una disculpa por lo sucedido anteriormente. Muchas gracias
CAROLINA— ¡NO! No porque la mayoría piense igual y muy buenas noches. (Se apagan las luces.)
quiere decir que tienen la razón. Esa es la más grande
mentira que se ha dicho. ¿Quiénes conforman la mayoría en
una elección? ¿Los inteligentes? Tomen en cuenta que los ACTO V
estúpidos en nuestra ciudad están en todas partes y forman
una mayoría aplastante. Casa de Carolina, ventanas con los cristales rotos. Todo
aparece revuelto. Hay algunas piedras en el suelo. Doña
PEDRO— Yo creo que se está saliendo del tema del foro. Carolina está barriendo los vidrios rotos, y se limpia algunas
(La gente aplaude.) lágrimas. Carolina levanta las piedras.

CAROLINA— Y yo, yo considero, Ingeniero García, que CAROLINA. (Deja una piedra sobre la mesa y luego otra.)
estás loco de atar. Iré al grano: la mayoría es una fuerza — Voy a guardar estas piedras, mamá. (Hace una pausa.)
repugnante, que envenena nuestra vida intelectual y el Para acordarme siempre de que no me tengo que dar por
terreno sobre el cual nos movemos. vencida hasta que haya justicia. Pero vamos a estar bien.

HECTOR (desde el público, sigue grabando)— ¡Eso no es DOÑA CAROLINA. — Con el favor de Dios, hija… ¿Te
cierto! La mayoría del pueblo tiene buen cuidado de no contestaron los de la vidriería?

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CAROLINA— (Finge estar interesada.) ¿Que volveré a
CAROLINA. — Déjame ver. (Revisa su teléfono.) Tengo tener mi puesto?
un mensaje del casero. Nos pide que desalojemos.
PEDRO— Puede ser. Yo puedo hablar con ellos. Además,
DOÑA CAROLINA — Ay, no es posible. Con lo decente al final a la gente se le olvidan las cosas.
que se veía...
CAROLINA— ¡Pues a mí no! ¡Nunca lo haré, nunca!
CAROLINA. (Mientras mira el mensaje) — Dice que no
puede hacer nada. Que tiene que pensar en su familia. PEDRO. — Carolina, una joven como tú no puede negarse,
y menos en tu situación.
DOÑA CAROLINA. — ¿Lo ves, Caro?
CAROLINA. —Sólo hay una cosa en el mundo a la que no
CAROLINA. — Sí, lo veo. En esta ciudad todos son debe atreverse una mujer libre. ¿Sabes cuál es? Una mujer
cobardes. (Pone el teléfono en la mesa.) Deberíamos irnos a libre no nunca debe atreverse a hacer algo que la haga
vivir a otra parte. A otro país. avergonzarse de ella misma.

(Entra Patricia con su mochila, cabizbaja.) PEDRO. — Suena muy bien todo lo que dices. Pero no lo
dirías así si no fuera por el testamento de tu abuelo.
DOÑA CAROLINA. — ¿Ya saliste de la escuela? (Carolina lo ve sorprendida.) ¿Ahora me vas a decir que no
sabes que tu abuelo les va a dejar todo su dinero a ti y a tus
PATRICIA. — Sí… me expulsaron. Mis compañeros se hermanas?
seguían de los videos donde sale Caro, y yo sólo les
contesté. Pero la directora dijo que soy una revoltosa. (Doña CAROLINA. — Pero si él no tiene dinero. No hace más
Carolina la abraza.) que quejarse de los impuestos... ¿Estás seguro de esto?

CAROLINA. — ¡No aguanto un momento más aquí! PEDRO. — Puedes confiar en mí. Tiene una fortuna en
Vamos a hacer las maletas y vámonos. A donde sea, no ahorros, aunque no lo parezca.
importa.
CAROLINA— (Volteando hacia el público.) Supongo que
(Tocan a la puerta. Carolina abre. Entra el ingeniero Pedro.) es una buena noticia para mi mamá y mis hermanas. Y así
yo no tendré que ser hipócrita, y me podré dedicar
PEDRO— ¡Ah! Veo que están ocupadas, regreso después. solamente a pelear por el medio ambiente. ¡Qué bien suena
eso!
CAROLINA— ¿Qué se te ofrece?
PEDRO. — Ya lo veo, ése era tu plan desde el principio. No
PEDRO— Me pidieron de parte de la empresa que hable tener que trabajar nunca.
contigo.
CAROLINA. (Con voz alterada.) — Tío, eres el ser más vil
(Doña Carolina se lleva a Patricia a la cocina. Carolina se y más inmundo que he conocido en mi vida.
queda con Pedro en la sala.)
PEDRO. — Todo ha terminado entre nosotros. Estás
PEDRO— Traigo una carta para ti de la dirección del despedida definitivamente, y ya te dije que me llames
ecoparque. Necesito que firmes de recibido. ingeniero.

CAROLINA. — Estoy despedida, ¿verdad? CAROLINA. — ¡Vete! ¡Vete de una vez! ¡Eres un ser
repugnante! (Sale Pedro.)
PEDRO. — Sí, desde hoy. Dicen que lo sienten mucho, pero
no pueden hacer nada. DOÑA CAROLINA. (Sale de la cocina, y abraza a
Carolina.) — ¡Por Dios, hija, cálmate!
CAROLINA. (Con una sonrisa.)— ¡Ah! No es la primera
vez que oigo eso hoy. (Leve pausa. Después tocan la puerta. Abre Patricia. Entra
Don Carlos, el abuelo, con una carpeta en la mano.)
PEDRO. — Carolina, hazte cargo de tu situación. Como
están ahora las cosas no vas a poder conseguir trabajo en DON CARLOS. — (Mira en torno suyo las ventanas rotas.)
ninguna parte. Si me lo permites, te aconsejo que te marches Tienen la casa muy ventilada, ¿eh? Sí, no les falta el aire
de la ciudad por un tiempo. fresco.

CAROLINA. — Eso pienso hacer. CAROLINA. — ¡Ay, abuelo! ¿Vienes a burlarte?

PEDRO—Y en la empresa yo creo que si, después de unos DON CARLOS. — Nada de eso, nada de eso. Adivina lo
seis meses, te decides a escribir unas palabras de que tengo aquí.
arrepentimiento y a retractarte de tus errores…
CAROLINA. — ¿Qué es? ¿Una conciencia más tranquila?

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DON CARLOS. — No, algo mucho mejor. Vamos a hablar, DON CARLOS. — Yo me voy. Ya lo sabes, niña. Antes de
sólo tú y yo. (Doña Carolina y Patricia salen por un costado dos horas: sí o no. (Se va. Héctor y Andrés entran.)
del escenario. Don Carlos abre la carpeta y le muestra a
Carolina varios papeles.) HECTOR. — Queríamos hablar contigo. (Pausa. Héctor y
Andrés se ven uno al otro.)
CAROLINA. (Mirándolos, extrañada.) — ¿Acciones de la
empresa del cenote? CAROLINA. — ¿Qué pretenden? ¡Digan algo!

DON CARLOS. — Sí. Con todo el escándalo que armaste ANDRÉS. — ¿Es cierto que tu abuelo anda por toda la
de la contaminación bajaron muchísimo de precio. ciudad comprando las acciones del cenote?

CAROLINA. — ¿Y tú las compraste? CAROLINA. — Sí, las estuvo comprando hoy, pero… (Más
serena.) Vamos a ver, ¿qué quieren ustedes?
DON CARLOS. — Todas las que pude. Es un buen
porcentaje de la empresa. ANDRÉS. — Bueno, ahora que sabemos de qué se trata este
negocio, estamos dispuestos a ofrecerte todo el apoyo de La
CAROLINA. — (Sobresaltada.) ¿Por qué? Voz del Pueblo. Cuando te retractes las acciones del cenote
volverán a subir y vas a ser millonaria. Pero para eso vas a
DON CARLOS. — Caro, si eres tan lista, todo tiene necesitar un medio de comunicación como el nuestro, que
solución. Muchos años trabajé en un hotel cerca de ese llegue a muchísima gente.
cenote. Vamos a ver si eres tan valiente. ¿Sabes con qué
dinero he compre esas acciones? Con el que iban a heredar CAROLINA. — Ya entiendo. Muy bien. ¿Y, digamos,
tus hermanas y tú. Dices que los desechos de los hoteles cuáles serán sus honorarios en este negocio?
contaminan el cenote y las playas, veremos si lo sigues
diciendo aunque con eso afectes a tus hermanas. HÉCTOR. — Bueno, nosotros quisiéramos apoyarte gratis,
claro, pero La Voz del Pueblo está pasando por un momento
CAROLINA. (Nerviosa.) — ¡Cómo! ¿Con el dinero de la difícil. Sería una pena que desapareciera, sobre todo ahora
herencia de mis hermanas? Yo no lo necesito, pero ellas sí. que hay tantos problemas sociales que solucionar. Tenemos
No tenías derecho de hacer eso. que seguir luchando por el pueblo.

DON CARLOS. —Toda su herencia se fue para el cenote. CAROLINA. — Es cierto. Cualquiera que ame a la ciudad
Si la quieres ahora vas a tener que retractarte y trabajar para tendría que ayudarlos. (Estallando.) Pero, ¡yo soy una
limpiar la reputación de los hoteles. ¿Lo harás? enemiga de esta ciudad! ¿No lo sabían? ¿Dónde está mi
teléfono? ¿Dónde dejé mi teléfono? (Atraviesa rápidamente
CAROLINA (Enojada.) — Antes de comprar las acciones el escenario. Toma un paraguas.) Esto me va a servir por
debiste haberme dicho algo. Además yo no estoy engañando ahora. (Lo apunta hacia Héctor y Andrés.)
nadie, tengo la razón.
HÉCTOR. — ¿Caro, qué vas a hacer?
DON CARLOS. — Carolina. Piensa en tus hermanas y en tu
madre. CAROLINA. — Afuera, váyanse de aquí. ¡Por la ventana, o
por donde sea! ¡Y rápido!
CAROLINA. (Acercándose a su abuelo cada vez más.) —
¿Cómo se te ocurrió algo así? ¿Cómo no te importó el daño HÉCTOR— ¡Ten piedad, soy débil, indefenso! (Gritando.)
que les haces a tus nietas? (Pausa.) Ahora te miro, y solo ¡Ayuda! ¡Ayuda! (Se van.)
pienso en un monstruo.
(Entran Doña Carolina y Patricia.)
DON CARLOS. — Será mejor que me vaya. Quiero saber
antes de dos horas tu decisión: sí o no. Y si es negativa, le DOÑA CAROLINA. — ¿Pero qué pasa aquí? ¿Qué es lo
voy a donar todas las acciones al asilo de ancianos. que querían, hija?

CAROLINA. — ¿Y qué piensas dejarnos, entonces? CAROLINA. — Ya te diré luego, mamá, ahorita tengo
cosas que hacer. (Levanta su teléfono y teclea.) “Mi
DON CARLOS. — Ni un peso. respuesta es: ¡No! ¡No y no!”

(ANDRÉS y HECTOR aparecen por la puerta del vestíbulo, DOÑA CAROLINA. — ¿Qué es eso?
nerviosos.)
CAROLINA. — Ya verás. Por lo pronto, no nos iremos de
ÁNDRES. ¿Se puede? ¡Hola, Don Carlos! ¿Cómo está la ciudad. Nos quedaremos aquí.
usted, cómo le va?
PATRICIA. — ¿Aquí en Cancún?
CAROLINA. (Observando a los recién venidos.) — ¿Cómo
se atreven ustedes a venir a mi casa después de todo lo que CAROLINA — Sí. La guerra apenas comenzó y nos
pasó? quedaremos aquí hasta que ganemos. Ahora realmente voy a
empezar a trabajar. Me quedan muchos descubrimientos por

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hacer. Y podré disponer de todo el tiempo que quiera,
porque ya me han quitado mi cargo en el cenote.

DOÑA CAROLINA. — Me lo temía. (Resignada pero no


triste.)

CAROLINA. — Ven aquí mamá. (La lleva a la ventana.)


¿Ves cómo el sol nos envía sus rayos generosos y cómo nos
refresca la brisa del mar que entra por la ventana? Eso, eso
es lo que de verdad importa.

DOÑA CAROLINA. — Sí, pero no podemos vivir


únicamente de rayos de sol y brisa de mar.

CAROLINA. — Con economizar un poco, verás cómo se


arregla todo. Es lo que menos me preocupa. Tengo mucho
trabajo por hacer.

PATRICIA. — (Se acerca a ellas, sonríe.) Así es, hermana.


Todavía tienes mucho por hacer.

CAROLINA. — Muy bien. Entonces, comencemos con la


cacería de lobos, que por aquí abundan.

DOÑA CAROLINA. — Mientras no sean los lobos los que


te cacen a ti.

CAROLINA. — ¿A mí, que ahora soy la mujer más


importante de la ciudad?

DOÑA CAROLINA. — ¿Importante?

CAROLINA. — Sí. Y me atrevo a decir que soy una de las


mujeres más importantes del mundo. Es un descubrimiento
que acabo de hacer.

PATRICIA. — ¿Otro?

CAROLINA. — Sí, otro. Escuchen: la persona más


poderosa del mundo es la que más sigue luchando aun
cuando nadie crea en ella.

DOÑA CAROLINA. (Sonríe y asiente con la cabeza, con


lágrimas de felicidad. La abraza.) — Sí, mi hija. Creemos en
ti. Saldremos adelante, ¡Caro!

PATRICIA. (Las abraza también.) — ¡HERMANAAAAA!

FIN

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