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¿Son Cristianos los Pentecostales?

por J. Candeas

Presentación

INTRODUCCIÓN

Me dejó meditabundo la lectura de un buen artículo de la Revista Getsemaní, titulado


"¿Reprendéis al diablo?" y escrito por J. L. Pallarés.Me ha gustado y he hecho fotocopias del
mismo para distribuir entre mis contactos. Y esto quiere decir que lo encuentro bueno y apto para
ser distribuido.
Sin embargo, hay algo en este artículo con lo que yo no estoy de acuerdo y es que el autor
piensa que dentro de los grupos carismáticos puede haber personas que son convertidas, que han
nacido de nuevo, que son verdaderos creyentes. Y, también, Pallarés cree que algunos de estos
grupos predican el Evangelio de la Gracia de Dios.
Estas dos afirmaciones son las que me dejaron meditabundo y me impulsaron a sentarme
para escribir el fruto de mis reflexiones al respecto. Es cierto que nosotros solamente vemos lo
que está delante de nuestros ojos y por esta razón solemos equivocarnos muy a menudo. Sólo
Jesucristo, que ve lo que hay en el corazón del hombre, está llamado a saber quiénes sí y quiénes
no son verdaderos hijos de Dios. Sólo Él conoce a los Suyos, y los llama por sus nombres. Y
cuando conocemos a muchos militantes de estos movimientos del error vemos que son personas
honradas, muy religiosas, muy fervientes dentro de sus grupos. Pero nada de esto garantiza que
sean creyentes, ni tampoco lo contrario. Repito que solemos equivocarnos y al ver a personas tan
buenas como el fariseo del Templo, o como el rico que fue a Jesús, (Luc. 18:9-14, 18-30)
pensamos ipso facto que las tales son creyentes, equivocándonos. Si vemos a personas como
David o los apóstoles (2Sam. 12:1-9; Mar. 14:50,66-72) creemos que no son hijos de Dios,
equivocándonos nuevamente. Hay que repetir, pues, que sólo Jesús "Sabe lo que hay en el
corazón del hombre." Pero creo que, mirando las cosas como se ven "Debajo del sol" se puede
expresar una opinión, y yo quiero expresar la mía al respecto, aunque sé que la última palabra la
tiene el Señor, siempre el Señor, porque sólo "Él conoce a los que son Suyos." ¿Son salvos y
predican el Evangelio de la Gracia?

¿SON SALVOS LOS PENTECOSTALES?

El verdadero Evangelio de la Gracia Soberana de Dios nos enseña, sin lugar a dudas de ninguna
especie, que son salvos aquellos que el Padre eligió para salvación desde antes de la fundación
del mundo y no hay otra alternativa. (Efes.1; 2Tes. 2:13; Rom. 8:30) Como fueron elegidos
"Desde antes de la fundación del mundo", tenía que pasar el tiempo antes de que éstos vinieran a
la Vida; había que esperar a que se hicieran los cielos y la tierra, que se creara al hombre y que
empezara a funcionar la Historia a fin de que los elegidos nacieran y fueran llamados. Y así
fuimos naciendo. Cristo nos salvó -a todos en la cruz y el Espíritu Santo viene haciendo la Obra
de darnos la vida, la fe y el arrepentimiento para convertirnos en hijos de Dios. (Jn.10:11,14-
16,27-29; 3: 5-8;Hech. 11:18; Efes. 2:8).
Pero ¿dónde están los elegidos antes de creer? Están por todos los lugares de la tierra,
cada uno de ellos militando en el ateísmo, en el agnosticismo, en la indiferencia religiosa, o en
religiones y sectas. Y allí, donde quiera que cualquiera de ellos esté, pasa el Señor y lo llama.
Puede que esté sentado ante el banco de los tributos, como Leví, o sacando agua del pozo, como
la samaritana, o subido a un árbol, como Zaqueo, o vaya por un camino respirando odio y muerte
contra los cristianos, como Saulo. Cada uno de nosotros, los que formamos la Iglesia de
Jesucristo, hemos sido hallados por el Señor que camina por todas las sendas y "pasa" por donde
están Sus elegidos, y nos llama, y cada uno "Desciende aprisa" del árbol en que nos encuentra el
Señor y le seguimos. ¿Es así o no es así? Es así, sin lugar a dudas.
Es así, sin lugar a dudas, que cuando el Señor nos llama con Su Llamada Eficaz nos hace
saltar del error. Cada uno de nosotros hemos oído Su Voz, diciendo: "Salid de ella, pueblo Mío"
(Apoc. 18:4) y si estábamos en la iglesia papista ¿podíamos permanecer dentro del paganismo?
No podíamos, porque el Espíritu del Señor nos impelía a salir de la sede del enemigo de
Jesucristo. Y el elegido, llamado en cualquier lugar de error, oye la Voz del Pastor y le sigue.
De modo que, cuando el elegido nace de nuevo, se encuentra desde entonces "Sentado a
los pies de Jesús, vestido y en su juicio cabal." (Luc. 8: 35) Ya no está sentado en el ateísmo, no
es agnóstico, ni es indiferente hacia las "cosas" del Señor", ni puede militar en religiones o sectas
falsas. Está ahora "en su juicio cabal" y el Señor no deja que nadie lo engañe en el error.(Mat.
24:4,24; Jn.10: 28-29)
¿Puede un creyente verdadero militar en los grupos pentecostales y carismáticos, donde
se sirve al diablo con el engaño? ¿Puede un creyente nacido de nuevo engañar al mundo con
doctrinas de demonios, diciendo que sanan -siendo mentira-; que, hablan en lenguas -siendo
mentira- y otras doctrinas falsas siendo mentira? Un creyente verdadero no puede y por eso,
dentro de los grupos pentecostales y carismáticos no hay personas salvas. Hay buenas personas
(hablando humanamente), hay personas muy religiosas, hay personas que se esfuerzan en hacer
el bien. Pero nada de todo esto es ser salvo. Hay, también, elegidos de Dios que aún no han
nacido de nuevo. Cuando el Espíritu Santo los llame, ellos saldrán fuera, porque "Mis ovejas
oyen Mi Voz y me siguen", dice el Señor: (Jn.10:27).
Hablaba los otros días con un hermano, viejo en el Evangelio, que me decía que él
pensaba que dentro de los grupos pentecostales había verdaderos creyentes que estaban
sinceramente convencidos de ser correctas sus enseñanzas. Yo le insistía en que un creyente
verdadero es cuidado por el Espíritu del Señor y no deja que esté "sinceramente convencido en el
error." Un creyente verdadero no puede militar -ni siquiera sinceramente engañado- donde se
está en contra de la Palabra de Dios. Yo le preguntaba: -¿Crees que los carismáticos romanistas,
agarrados a sus imágenes, en el culto a María y los santos, en la misa, etc, son salvos? -¡No! Me
respondía raudo, pero hay pentecostales que son creyentes aunque están equivocados sin ellos
saberlo, y me citaba Mat.7:22, diciendo; ¿ves cómo ellos creen que sus enseñanzas no son falsas
sino verdaderas? Yo le respondí "Los pentecostales y carismáticos que creen que sus enseñanzas
son verdaderas es porque están cegados por el diablo, pero no son verdaderos creyentes, como el
Señor enseña en este mismo texto. ¿Cuál es la respuesta del Señor a esos "sinceramente
engañados" que discutirán con Él en el Día Final? Cuando ellos dicen: "Señor, Señor, ¿no
profetizamos en Tu Nombre, y en Tu Nombre echamos fuera demonios, y en Tu Nombre
hicimos muchos milagros?" La respuesta del Señor será: "Y entonces les declararé: NUNCA OS
CONOCÍ; apartaos de Mí, hacedores de maldad" (Mat. 7:21-23) ¡NO ERAN CREYENTES!
Con esas cosas que hicieron en la tierra engañaron al mundo, porque eran falsas y se
hicieron siervos de la maldad. El Señor, a los Suyos, SÍ LOS CONOCE: Jn. 10:14.
¿PREDICAN EL EVANGELIO DE LA GRACIA?
Los que conocen el Evangelio de la Gracia Soberana de Dios saben que los grupos pentecostales
y carismáticos No predican este Evangelio, sino otro espurio, antropocéntrico, arminiano. No
tenemos más tiempo ni espacio para extendernos en este escrito y a quien quiera pedirlo, se le
enviará gratuitamente lo que los pentecostales predican en verdad. Pero sí añadiremos, como
muestra del Evangelio falso que predican los grupos pentecostales y carismáticos, las siguientes
citas, oídas en sus reuniones y en sus escritos:
Cuando se dirigen al hombre predicándole el modo de ser salvo, le dicen: "Tú puedes
venir a Cristo y serás salvo". Esto es una mentira satánica. La Palabra de Dios dice lo contrario:
"Ninguno puede venir a Mí, si el Padre que me envió no le trajere. " (Jn. 6:44). También le dicen
ellos al hombre: "Si tú quieres, puedes ser salvo." Es otro engaño del evangelio falso que ellos
predican. La Palabra de Dios dice lo contrario: "Y no queréis venir a Mí" (Jn.5:40) También le
dicen al hombre que él puede abrir su corazón a Cristo, engañándole siempre con estas palabras
falsas, porque la Palabra de Dios dice que es el Señor Quien abre el corazón de las personas:
"Entonces una mujer llamada Lidia, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que
estuviese atenta a lo que Pablo decía. "(Hech. 16:14).
No hay ni un sólo versículo en la Biblia en que veamos a Jesús o a los apóstoles decirles a
los hombres el "tú puedes" carismático o pentecostal. Jesucristo, y cualquiera de los apóstoles,
hablan imperativamente: "Tienes que creer", "Venid a Mí", "Arrepentíos" y cuando predicamos
el Evangelio de la Gracia Soberana, el elegido de Dios recibe, juntamente con la Palabra, el
Poder del Espíritu para recibir la Vida y entonces sí creer, arrepentirse, etc. Todos los seres
humanos nacen muertos espiritualmente y un muerto no puede oír, ni obedecer lo que se le
ordene. Pero cuando Cristo está trabajando en ese muerto, éste sí obedece: ¡Lázaro, Ven fuera!
gritó el Señor, y Lázaro obedeció.
Hubiera sido un evangelio falso, decirle: "Lázaro, tú puedes salir fuera", porque un
muerto no puede hacer nada. El Evangelio: de la Gracia Soberana le manda a los muertos
espirituales y éstos, por el Poder del Espíritu, son resucitados y obedecen.
No predican el Evangelio de la Gracia Soberana de Dios los pentecostales o carismáticos,
sino el falso evangelio del poder del hombre, que por un acto de su "libre" albedrío, "puede"
abrir su corazón, "recibir" a Cristo y "ser salvo." Este evangelio de obras no es el genuino, por
Gracia, en donde Dios lo hace todo y la salvación es Suya desde la A hasta la Z, "porque no
depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia." (Rom. 9:16)
Concluimos, pues, creyendo que no son salvos los pentecostales o carismáticos, porque
no han recibido el verdadero Evangelio de la Gracia Soberana de Dios y se dedican a engañar al
mundo con enseñanzas falsas. Enseñanzas falsas que llevan el dolor a los corazones y hacen
derramar lágrimas de los ojos. Cada vez que los "ungidos" y "ungidas" se acercan a una ciudad a
todo "bombo y platillo", prometiendo sanar a todos los enfermos, el diablo bate palmas de
solidaridad. No digo "palmas de gozo" porque el diablo y sus seguidores no conocen el gozo en
sus corazones. Digo "palmas de solidaridad", porque él está de acuerdo en que se engañen a las
personas.
Recién convertido asistí a una convocatoria pentecostal. Fue la primera y última vez que
entré a una convocatoria de este tipo, porque lo que vi allí me espantó, y me hizo aborrecer el
pentecostalismo para siempre. El "ungido" de turno, venido desde América, había sido anunciado
por toda la ciudad con grande aparato propagandístico. Se invitaba a todos a venir al lugar en
donde el "ungido" predicaría el "evangelio" y sanaría a todos los enfermos. Sentado en mi butaca
presencié, con dolor de corazón, lo que el príncipe de este mundo es capaz de inculcar en los
corazones de sus siervos. El "evangelio" predicado fue una serie de textos que hablan de sanidad,
muy mal interpretados, con los que bombardeó la psique de los presentes. Luego, el payaso
religioso hizo levantar a todos los presentes (yo no me levanté) y a todos, inconversos y
creyentes que habían en la sala, les hizo "rezar" ¡¡el Padrenuestro!! Y al fin, entre sollozos y a
gritos, invitó a los enfermos "que tuvieran fe" que se levantaran sanados. No sanó a nadie. Y a la
salida, vi a muchos de los enfermos llorar llenos de pena porque no habían sido sanados. ¿Son
salvos estos hijos de Satanás y los que siguen sus enseñanzas? Más adelante supe que este
"sanador" había tratado de curar a la hija inválida de un policía y como tampoco la sanó, tuvieron
que meterse por medio varias personas a fin de evitar que el padre de la niña, viendo a su hija
llorar desilusionada, le diera una paliza al "ungido."
Termino, pues, reiterando que, como en el romanismo, en las sectas falsas, en las
religiones falsas, pueden haber elegidos de Dios en los grupos pentecostales o carismáticos, pero
cuando éstos vienen a la Luz, salen de las tinieblas para sentarse a los pies del Señor, vestidos de
salvación y en su juicio cabal para comprender, asimilar y predicar Sus verdaderas enseñanzas:
el Evangelio de la Gracia Soberana de Dios.
Si desea recibir más información, y otras lecturas gratuitamente, escriba a:

J. CANDEAS.
Apdo. Nº 2; 11300.
La Línea (Cádiz- España).

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