La Bahía de Samanco, o ¿El gran circuito de playas de Samanco?

La bahía, con la singular forma de media luna, es, junto a la Bahía de Chimbote, uno de los
atractivos turísticos de la población chimbotana y alrededores. Pero es esta, más que la otra que
solo es factible para la industria de la pesca, más asequible para ser determinada como un
atractivo turístico. Sin embargo, con la poca participación por la parte ciudadana y la gestión
municipal y/o regional, sólo se tilda como un conjunto de playas separadas por la distancia. Si
se toma en cuenta que cada uno de estas playas tiene algo especial, como una peculiaridad, una
especie de simpatía que atrae a la gente, decimos que estas funcionan para el turismo. Sin
embargo, lo harían mucho mejor si se tratarán no de forma autónoma, si no colectiva.

Una idea que se sugiere es la implantación de un malecón a lo largo y ancho de la bahía. Una
idea innovadora, que sería rescatable por cierta parte, al modernizar y amplificar la poca
infraestructura que contienen alguna de esas playas, pero de la forma razonable y ecologista,
estaríamos urbanizando áreas que de por sí son naturales. La intención que se tiene es parcial,
y podría ser fundamentada en cuanto no afecte la naturaleza misma de la bahía.

La gran diversidad biológica que se dispersa en sus aguas permite un ecosistema asombroso
para nosotros y de subsistencia pacífica para las especies que la habitan. La invasión de esta por
deportes acuáticos sería un ideal pérfido. Quizás se dispondría de áreas específicas que no
ejerzan maleficio alguno sobre los seres que están mucho antes que nosotros.

Si entendemos esto como la creación de una ciudadela en la playa estaríamos casi acertados.
Pero entonces, como nos hace referencia el título ¿qué nos hace falta para crear el gran circuito
de playas? ¿Qué es lo que deberíamos agregar al pobre recorrido que sostiene esta bahía para
los turistas o los mismos locales? ¿O quizás quitar?

La mayoría de los que hemos ido a visitar estas playas es solo un paseo de entrada de día, cuando
el sol comienza a calentar la arena, y salida al crepúsculo, ¿Por qué no estar más de un día ahí?
¿Tal vez una semana?

Las ideas están puesta sobre la mesa, es solo cuestión de inferir con las inquietudes acerca de
los contratiempos y desventajas que representa, pero también mirando como visionario la
importancia y el potencial de este posible circuito de playas que más que como mera
imaginación, nace como una iniciativa para la exposición de la provincia del Santa como
atractivo turístico para el Perú, y seguramente, del mundo.