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ediciones península §3
SERIE UNIVERSITARIA ° =
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HISTORIA/CIENCIA/SOCIEDAD 128 T3 5
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Sumario

Introducción 5
EL ESPACIO 23

REFLEXIONES SOBRE LA POLÍTICA DEL ESPACIO . 43

LA CIUDAD V LO URBANO 63

IZN'CliLS Y LA U T O P Í A 73

LAS INSTITUCIONES DF LA SOCIEDAD «POSTECNOLÓGICA» . 89

El espacio, la producción del espacio, la econo-


mía política del espacio . . . 93
I. Introducción 93
I I . Crisis d e l a economía política . . . . 94
III. La promoción de lo inmobiliario y la con-
versión en bienes muebles del espacio . 98
IV. Hacia la economía política del espacio . 103
V. La producción del espacio . . . . . 119

LA BURGUESÍA Y EL ESPACIO 127

LA CLASE OBRERA Y EL ESPACIO . 145


tica; este libro se basa en ellas tratando de hacerle alcan- El espacio
zar niveles más altos. Disertaciones de cierto tipo (analí-
tico) se transforman aquí en disertaciones de otro tipo
presuntamente superior. Los conceptos, otrora situados
en espacios abstractos en cuanto mentales, se sitúan aho-
ra en espacios sociales y con respecto a las estrategias que
se desplegan y se confrontan planetariamente. Lo mental
no puede disociarse de lo social, y jamás lo ha sido más 1. La exposición de hechos que viene a continuación
que en representaciones (ideológicas). En la filosofía clá- se sitúa a nivel teórico. Entra en la línea de la filosofía
sica, el «sujeto» y el «objeto» permanecían el uno ajeno al aun cuando no sea la de la filosofía especulativa, dogmá-
otro, el uno delante del otro. Se juntaban en las simas de tica y sistematizada. De dicha filosofía clásica retiene el
lo Absoluto, de la Identidad original o terminal. Hoy en afán de definir perspectivas y conocimientos a escala glo-
día, lo mental y lo social coinciden en la práctica; en el bal. Dado que esos conocimientos ya no están separados
espacio concebido y vivido. de la práctica, se trata de metafüosofía.
Dicha exposición de hechos podría tildarse de «inter-
disciplinaria» en el sentido de una crítica de las disciplinas
parcelarias. Evita el empirismo descriptivo, pero no com-
porta concepto operacional alguno. Muy al contrario, tra-
tará de subrayar en qué forma tal concepto operatorio
plantea interrogantes: ¿para quién?, ¿por quién?, ¿en in-
terés de quién?

2. Existen diferentes métodos, diferentes enfoques


por lo que se refiere al espacio, y esto a diferentes nive-
les, de reflexión, de recorte de la realidad objetiva. Por
ejemplo, no resulta imposible estudiar lo que algunos de-
nominan el biotopo; no resulta imposible estudiar el es-
pacio percibido, a saber, el de la percepción corriente a
escala del individuo y de su grupo, la familia, la adyacen-
cia, incluyendo en dicho espacio lo que se ha dado en lla-
mar «entorno» (Umvelt).
Ese estudio psicológico y sociológico puede afectar
el cuerpo y los gestos, la imagen del cuerpo y el espacio
de la adyacencia. Algunos de esos aspectos resultarían de
interés para la arquitectura y la urbanística; por ejemplo,
las cuestiones relativas a la «lateralización» del espacio.
¿Cómo distinguir c indicaren éste las simetrías y las disi-
* «Seminarios sobre el espacio», Nanterre, Oxford, etc., 1972.

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metrías? ¿Cómo construir en él una izquierda y una dere- 4. Un método presuntamente científico consiste en
cha, una parte superior y una parte inferior, que corres- plantear o en suponer un sistema y una lógica preexisten-
pondan a los gestos, a los movimientos, a los ritmos del tes. Dicho método asevera que el objeto estudiado debe
hallarse situado en el seno de una totalidad presupuesta.
cuerpo? Ahora bien, no tiene uno derecho a postular un siste-
Es factible elaborar una semántica acerca de los dis-
cursos sobre el espacio. También se podría concebir una ma ya existente, por ejemplo un sistema social, o un
semiología del espacio, porción de una semiótica general. sistema espacial, o un sistema urbano, para inserir en él
¿Acaso todo espacio es significante?, y en caso afirmativo elementos parciales cuya racionalidad (o irracionalidad)
¿de qué? Para hablar con mayor propiedad: ¿acaso todo se desprendería de dicha suposición, se deduciría del con-
espacio o fragmento de espacio no correspondería a un junto. Ya no tiene uno más derecho a presuponer un sis-
texto social, el mismo contexto de textos especificados, tema social o político, teórico o ideológico, que una lógica
es decir, escritos: inscripciones, carteles, etc...? De tal preexistente. En efecto, viene a ser como atribuir a dicha
suerte que se haría necesario bien sea hallar nuevamente, sociedad, la sociedad neocapitalista, una coherencia ya
bien sea elaborar los códigos de esos diferentes mensajes alcanzada, una cohesión ya realizada. Si es que existe un
sistema, se debe hacerlo patente y mostrado en vez de
para poder descifrarlos. partir de su base. Si se parte de semejante hipótesis cae
Dentro de esta perspectiva ¿acaso el espacio aparente-
mente insignificante, es decir, neutro, no significaría en uno dentro de una tautología encubierta, pues lo único
primer lugar su insignificancia, su característica de vacío que se hace es deducir consecuencias de la presuposición.
y, luego, a través de dicha neutralidad, ese vacío aparente, Otro tanto ocurre con Ja lógica. Si en algún lugar existe
algo a nivel de la sociedad entera, es decir, la sociedad una lógica e, incluso, una lógica concreta, por ejemplo la
neocapitalista? En este plano ¿acaso no sería la unidad de una estrategia, también hay que hacerla patente, es-
propiamente dicha de esa sociedad, su globalidad, las que pecificarla en tanto y cuanto difiere de tal o tal otra ló-
surgirían en el seno de semejante «realidad» espacial apa- gica concreta. Eí suponerla, por ejemplo sentar una lógica
rentemente desunida y separada, por ejemplo, una ciudad del capitalismo, una lógica de la mercadería, una lógi-
ca de la supervivencia, viene a ser como razonar por ana-
de nuevo cuño? logía con tal gestión ya realizada y que apuntando a la
cohesión, se presume, la ha alcanzado.
3. El'interés teórico general de esas investigaciones, el ¿Por qué esos preliminares? Porque es posible que el
gestualismo y la lateralización del espacio, la semiología espacio desempeñe un papel o una función decisiva en la
y la lectura de los espacios, es el de mostrar el cómo y estructuración de una totalidad, de una lógica, de un sis-
el porqué, hoy en día y ahora mismo, los sentidos se tor- tema; entonces, precisamente por ello no se le puede de-
nan inmediata y directamente teóricos, tal como lo ha ducir de ese sistema, de esa lógica, de esa totalidad. Se
dicho Karl Marx (Manuscritos de 1844). tiene, muy al contrario, que poner de manifiesto su fun-
En este plano, la relación de la teoría a la práctica no ción en dicha intención (práctica y estratégica).
es la de una abstracción trascendente a una inmediación
o a un «concreto» anterior. La abstracción teórica ya se 5. De igual forma, si bien existe un «punto de vista
halla dentro de lo concreto. Hay que detectarla en éste. clasista», resulta imposible, metodológicamente hablando,
En el seno del espacio percibido y concebido, ya se en- partir de él; se debe llegar a él. El partir del «punto de
cuentran el espacio teórico y la teoría del espacio. vista clasista», y presuponerlo a modo de un sistema

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opuesto al sistema existente, viene a ser como rechazar el b) ¿Cuál es la inserción del espacio (representado,
saber existente, como haciendo parte del sistema, y edifi- elaborado, edificado) dentro de la práctica social, econó-
car otro «sistema» basado en la denegación de dicho saber, mica o política, industrial o urbana? ¿Adonde y cuándo
y, sin embargo, utilizando sus elementos, sus fragmentos, actúa la concepción del espacio? ¿Cuándo y dentro de qué
su terminología, sus vocablos y sus conceptos. Aquí es límites se muestra eficaz dicha concepción del espacio?
cuando se presenta el dilema; si nos hallamos circunscri-
tos dentro de un determinado sistema, nuestras palabras M.B. Existiría, si se quisiese llevar el análisis hasta
y nuestros conceptos son parte integrante de él. El pro- sus últimos extremos, una dificultad análoga a la de la
pósito de quebrarlo teóricamente y prácticamente es vano. lógica y de la reflexión sobre los fundamentos de las ma-
Caso de que existiese semejante sistema, tan sólido y tan temáticas. Toda definición del espacio, o investigación so-
preñado como algunos lo suponen, la protestación no ten- bre el espacio, implica un concepto del espacio, aun cuan-
drían sentido alguno. do no fuese más que para enunciar y clasificar las propo-
En cuanto al proyecto de salir de un sistema clasista siciones. En el campo de dicha problemática, el espacio
en favor de otro sistema clasista, dicho proyecto implica es un «puro» objeto de ciencia. Por lo que se refiere a lo
la idea de saltar de un dogmatismo a otro, dando un brin- «vivido», el espacio jamás es ni neutro, ni «puro». Lo que
co verdaderamente fuera de lo común. establece de buenas a primeras una distancia entre la pro-
blemática del espacio vivido y la del espacio epistemoló-
6. Esta exposición de hechos parte, por tanto,-de una gico, planteado éste como neutro.
problemática bien deñnida, es decir, que no parte de una
definición particular, así como tampoco de una proble- 7. La problemática del espacio vivido es un aspecto
mática indefinida y demasiado general que concierne la importante y, quizás, esencial de un conocimiento de la
conciencia, la cultura, la ideología, etc. Se trata de la pro- realidad urbana. Mirada bajo ese prisma, la problemática
blemática del espacio. Sin embargo, no se hace la pre- del espacio está vinculada a la teoría de lo urbano y a su
gunta: «¿qué es el espacio?», pregunta que se plantearía ciencia, y, consecuentemente, a una problemática aun más
al matemático o, quizás, al metafísico. Que a este respec- amplia, la de la sociedad global. Para nosotros, aquí, es
to no exista una interpretación torcida. En un principio, un sesgo o un frente a través del que se puede abordar un
se trata del espacio «vivido», en estrecha correlación con conjunto de cuestiones.
la práctica social. La problemática eme se plantea a partir De entre esas cuestiones, hay las planteadas anterior-
de ese espacio abarca un conjunto de problemas parciales mente, y estas otras que citamos:
que tienen, todos ellos, un denominador común: la «espa-
cialidad». a) ¿Es que nos hallamos dentro de un círculo cerra-
do, dentro de un sistema establecido de tal guisa que su
a) ¿Cuál es el estatuto teórico de la noción del espa- fuerza recuperadora resulte irresistible hasta su desplo-
cio? ¿Cuál es la relación existente entre el espacio mental mamiento en bloque, siempre y cuando sea susceptible de
(percibido, concebido, representado) y el espacio social desplomarse?
(construido, producido, proyectado, por tanto el espacio b) ¿Acaso existe una salida, una abertura, un paso,
urbano por excelencia), es decir, la relación existente en- la posibilidad de una transición, bien sea para la acción,
tre el espacio de la representación y la representación del bien sea para el pensamiento y la imaginación, bien sea
espacio? para ambos?

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8. Primera tesis o hipótesis. El espacio es la forma sentido se da como una especie de poder legal de sustituir
pura, la transparencia, la inteligibilidad. Su concepto ex- los significados en la misma cadena horizontal, en el es-
cluye la ideología, la interpretación, la no sapiencia. En pacio de una coherencia regulada y calculada por adelan-
dicha hipótesis, la forma pura del espacio, desprendida de tado. Es en ese espacio centrado, teológico, donde la
todo contenido (sensible, material, vivido, práctico) es complicidad del significado estaba ya establecida, es ahí
una esencia, una idea absoluta análoga a la cifra platóni- donde el sentido se precede siempre a sí mismo» (L'en-
ca. La filosofía cartesiana e, incluso, la crítica filosófica jen des signes, p. 13).
kantiana conservan dicha noción. Dado que la lógica cons- Corpus, recorte, montaje, agrupamiento, emplazamien-
truye espacios de atributos, dado que los sabios constru- to, esos términos espaciales, considerados no como meta-
yen espacios de configuraciones con un cierto número de tísicos o metafóricos, sino como rigurosos, son de utiliza-
variables y parámetros, el espacio se presenta tal como ción corriente en epistemología (cf. Michel Foucault, Ar-
coherencia y modelo de coherencia. Articula lo social y lo chéoiogie dit savoir, capítulo: «Les unités du discours».
mental, lo teórico y lo práctico, lo ideal y lo real. Cf. también el libro de Maíoré sobre L'es pace hwnain, y
Los conceptos se van localizando, se sitúan con sus finalmente, Georges Gusdorf, cuya obra Sciences humain&s
concatenaciones, en el seno del espacio intelectual. Igual et pensée accidéntale, establece un cotejo entre el espa-
ocurre con los objetos, los grupos, los individuos dentro cio social y el espacio mental de las diferentes épocas).
del espacio efectivo, socialmente realizado. Lo que per- Objeciones. Esta hipótesis implica la liquidación del
mite la previa reducción del caos fenomenal. tiempo histórico así como del tiempo vivido y, por demás,
Las matemáticas por una parte y, por otra, la filosofía de forma asaz desigual (mucho más en M. Foucault que
(la fenomenología y, sobre todo, la epistemología) ponen en G. Gusdorf, por ejemplo). Comporta igualmente una
de manifiesto esa esencialidad o, para hablar con mayor tendencia hacia el cientificismo abstracto, hacia el saber
propiedad, la establecen y la constituyen. La coherencia «absoluto» constituido por un inventario del pasado (filo-
del discurso se despliega en el espacio mental que la ga- sofía, ideologías, literatura, etc.) e inserido en el espacio
rantiza. La epistemología define una topla (o se define a actual.
través de ella), a saber, un conjunto de lugares y de reco- Esa teoría del espacio no se circunscribe únicamente
rridos, topología abstracta v general que viene completa- al campo epistemológico; se sale de sus límites de una
da por una topología de las existencias concretas. manera que merece ser mencionada; algunos arquitectos
Lie aquí algunos ejemplos. La lingüística de Chomsky se consideran aún como amos y señores del espacio que
implica un concepto del espacio. Así pues, Chomsky de- conciben y realizan. Se consideran o se hacen considerar
dara que existe un nivel lingüístico en el que no se puede como los demiurgos capaces de poner por obra, en el seno
representar cada frase simplemente corno la serie finita de la sociedad, su concepción y su definición del espacio.
de elementos de un cierto tipo engendrada de izquierda a El demiurgo platónico se ha encarnado en la materia, las
derecha m e d i a n t e algún mecanismo sencillo, sino que se cifras y las proporciones, las idealidades trascendentales.
debe descubrir un conjunto finito de niveles puestos en Dicho espacio tiene las características siguientes : vacío y
orden de arriba abajo (véase a Structures syntactiques, puro, lugar por excelencia de los números y de las pro-
página 27). porciones, del áureo número, por ejemplo; es visual, y,
Sabemos que el psicoanálisis define uno o varios tópi- por tanto, dibujado, espectacular; se puebla tardíamente
cos, por ejemplo, el «ello», el «yo», el «superyo». Buscan- de cosas de habitantes y «de usuarios»; en la medida en
do1 el sentido del discurso filosófico, J. M. Rev escribe: «El que ese espacio demiúrgico tiene una justificación, linda

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con el espacio abstracto de los filósofos, de los epistemó- ción. En esta hipótesis, el espacio viene a ser un instru-
logos. El confundir ambos espacios entraña cierto peligro. mento político intencionalmente manipulado, incluso si
Repitamos una vez más que el mayor peligro y la mayor la intención se oculta bajo las apariencias coherentes de
objeción que se pueden presentar son la evacuación del la figura espacial. Es un procedimiento en mimos «de al-
tiempo a la ve/, histórico y vivido. guien», individuo o colectividad, es decir, de un poder
(por ejemplo, un Estado), de una clase dominante (la bur-
9. Segunda hipótesis. El espacio social es un pro- guesía) o de un grupo que puede en ciertas ocasiones re-
ducto de la sociedad, comprobable y que depende ante presentar la sociedad global y, en otras, tener sus objeti-
todo de la contraslación, por ende de la descripción em- vos propios, por ejemplo los íecnócrata?. De ahí los inte-
pírica, antes de toda teorización. rrogantes que no se plantean más que en el caso de esta
¿De qué es el resultado? Para unos de una cierta hipótesis: «¿quién posee semejante representación del es-
historia, de un pasado general o particularizado. Para pacio?, ¿y, por qué?». En dicha hipótesis, la representación
otros, de diversas actividades, por ejemplo agrícola, ar- del espacio estaría siempre al servicio de una estrategia,
tesanal, industrial, etc. Dicho en otras palabras, el espa- siendo a la vez abstracta y concreta, pensada y apetecida,
cio es consecuencia del trabajo y de la división del tra- es decir, proyectada.
bajo; a este título, es el punto de reunión de los objetos Semejante espacio se va poblando atendiendo a los de-
producidos, el conjunto de las cosas que lo ocupan y de cretos del poder, con cierta arbitrariedad; en su condi-
sus subconjuntos, efectuado, objetivado, por tanto «fun- ción de instrumento, puede ejercer su acción sobre las
cional». poblaciones preexistentes, a saber, las poblaciones his-
Sea cual sea la conclusión a la cual se llegue, en dicha tóricas.
hipótesis el espacio es el objetivo o más bien la objetiva- En tanto que mediación, semejante espacio instrumen-
ción de lo social y, consecuentemente, de lo mental. Su tal permite bien sea imponer por la fuerza una cierta co-
conocimiento no puede prescindir de la acción descripti- hesión, bien sea ocultar bajo una aparente coherencia ra-
va. Una forma cobra cuerpo o se construye partiendo de cional y objetiva las contradicciones de la realidad. En
los contenidos que su conocimiento descubre o entresaca. este caso, los términos «cohesión» y «coherencia» signifi-
Se conoce, reconociéndose, bien sea de forma experimen- can regulación buscada, ansiada, proyectada, lo cual no
tal, bien sea a través de la abstracción científica metodo- significa obtenida.
lógicamente elaborada. A este título, esta hipótesis implica una ambigüedad,
La mayoría de las descripciones analíticas o críticas, una inclusión solapada del saber en el seno de la ideología
especialmente de espacio urbano, dependen de dicha hi- y de la ideología en el seno del saber; el espacio definido
pótesis, mal desbrozada como tal y, sobre todo, mal con- de esta guisa hace las veces de mediación entre esos tér-
frontada con las demás hipótesis teóricas. minos.
Semejante espacio es a la vez ideológico (es decir, polí-
10. Tercera hipótesis. El espacio no sería ni un pun- tico) y sapiencial (pues comporta representaciones elabo-
to de partida (mental y social a la vez, como en la hipó- radas). Por tanto, se le puede denominar racional-funcio-
tesis filosófica), ni un punto de llegada (un producto social nal, sin que dichos términos puedan separarse el uno del
o el punto de reunión de los productos), sino un interme- otro, y funcional-instrumental, pues la función, en el mar-
diario en todas las acepciones de ese vocablo, es decir, un co global de la sociedad neocapitalista, implica el proyec-
procedimiento y un instrumento, un medio y una media- to, la estrategia.

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En esta hipótesis-, repitámoslo una vez más, el espacio La trampa que tiende la burguesía a la clase obrera
a la par funcional c instrumental queda vinculado a la acaba siendo su propia trampa: espacio enfermo o espa-
reproducción de la fuerza de trabajo a través de! consu- cio de enfermedad social. En cualquier caso, en esta hi-
mo. Se puede decir que es a la vez el medio y el procedi- pótesis, el espacio no sería una mera representación ino-
miento de una organización del consumo dentro del marco cente, sino que «vehicularía» las normas y los valores de
de la sociedad neocapitalista, es decir, de ki sociedad bu- lu sociedad burguesa, y, ante todo, el valor de intercambio
rocrática de consumo dirigido. La aparente finalidad de y la mercadería, es decir, el fetichismo. En el punto lími-
la sociedad, el consumo, se define de hecho a través de te, ya no es exactamente la ideología que impera, sino
la reproducción de la fuerza de trabajo, es decir, de las únicamente una suerte de falsa conciencia con los dis-
cursos que ella misma engendra.
condiciones del trabajo productivo.
Las ciudades no vendrían a ser más que unidades de Objeciones. Esa vinculación del espacio en general y
consumo correlativas de las graneles unidades de produc- del espacio urbano en particular con la producción, im-
ción. Se puede decir que esta hipótesis, a su manera, con- plica únicamente la reproducción de los medios de pro-
curre con la teoría de la falsa conciencia Ynencionada ya ducción de la que hace parte la fuerza de trabajo. Ahora
anteriormente con respecto a la segunda hipótesis. Habría bien, precisamente es esta hipótesis la que conviene al
capitalismo del siglo xix, al capitalismo competitivo para
por tanto: quien el problema principal residía en reproducir mate-
1, Una conciencia verdadera, la de la clase obrera, rialmente sus medios de producción (máquinas y fuerza
cuando menos como conciencia posible representada por de trabajo) y en permitir el consumo de los productos, es
la filosofía (cf. el pensamiento sobradamente conocido de decir, su compra en el mercado. El sistema contractual
(el contrato de trabajo), y el sistema jurídico (el código
G. Lukács). civil y el código penal) bastaban prácticamente para ase-
2. A esa conciencia totalmente verdadera de la tota-
lidad vendría a oponerse una conciencia falsa, la de la gurar, con la venta de la fuerza de trabajo, esa reproduc-
burguesía. Partiendo de esas presuposiciones, Joseph Ga- ción de los medios de producción. Resulta evidente que
en estas condiciones el espacio era entonces simplemente
bel ha desarrollado una tesis, según la cual la «espaciali- funcional e instrumental. La ciudad tradicional desem-
zación» caracteriza la «falsa conciencia», una íalsa con- peñaba, entre otras, esa función de consumo complemen-
ciencia morbosa, la del enajenado (esquizofrénico), caso- tario de la producción. Pero la situación ha cambiado: el
límite de la falsa representación. Ese espacio sería el lu- sistema de producción capitalista debe defenderse sobre
gar de la rei.íicación, un-lugar al margen del tiempo, de la un frente mucho más amplio, más diversificado y más
vida y de la praxis. Bajo ese prisma, el espacio instru- complejo, a saber, la reproducción de las relaciones de
mental tendría, por consiguiente, una «función específi- producción. Esa reproducción de las relaciones de pro-
ca». En vez de definir la inteligibilidad (primera hipóte- ducción no coincide ya con la reproducción de los me-
sis), definiría la realización-reiiicación de h.s relaciones so- dios de producción; se lleva a cabo a través de lo coti-
ciales, al propio tiempo que la falsa conciencia de dichas diano de las cosas, a través de los ocios y de la cultura,
relaciones. A la teoría del espacio mental inteligible se a través de la escuela y de la Universidad, a través de las
opone la del espacio social encepado. A la teoría del es- extensiones y proliferaciones de la ciudad antigua, es de-
pacio inteligible y de la primacía (filosófica) del espacio cir, a través de la totalidad del espacio.
se opone la primacía del tiempo.

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11. Cuarta hipótesis. Del espacio no se puede decir esencial la de ser unida-desunida, disociada y, mantenien-
que sea un producto como cualquier otro, un objeto o do una unidad, la de la fuerza dentro de la fragmenta-
una suma de objetos, una cosa o una colección de cosas, tación. Ese espacio homogéneo-quebrado, no es tan sólo
una mercadería o un conjunto de mercaderías. No se el espacio global de la ordenación o el espacio parcelario
puede decir que sea simplemente un instrumento, el más del arquitecto y de Jos promotores, sino que es también
importante de todos los instrumentos, el presupuesto de el espacio de las obras de arte, por ejemplo el del mobla-
toda producción y de todo intercambio. Estaría esencial- je y del design. Es el esteticismo el que unifica los frag-
mente vinculado con la reproducción de las relaciones mentos funcionales de un espacio dislocado, realizando de
(sociales) de producción. Dicho en otras palabras, esta esta suerte sus caracteres homogéneos y quebrados.
teoría abarca la tercera hipótesis, llevando más adelante Ese espacio homogéneo y, sin embargo, dislocado, tro-
su análisis y modificándola en cierta medida. Para com- ceado y, sin embargo, ordenado, desarticulado y, no obs-
prenderla, se debe tomar como referencia no la produc- tante, sujetado, es el espacio en donde el centro se petri-
ción en el sentido restringido de los economistas —es de- fica al propio tiempo que estalla, por ejemplo en los cen-
cir, el proceso de la producción de las cosas y de su tros comerciales, lugares donde lo monofuncional sigue
consumo—, sino la reproducción de las relaciones de pro- imperando pero con un decorado y un esteticismo no fun-
ducción. En esta amplia acepción, el espacio de la pro- cionales, con simulacros de fiestas y una simulación de lo
ducción implicaría, por tanto, y encerraría en su seno la lúdico. Es el espacio en el que Ja conexión constreñidora
ñnalidad general, la orientación común a todas las acti- se lleva a cabo merced a intercambiadores entre las partes
vidades dentro de la sociedad neocapitalista. £1 espacio dislocadas: el espacio a la vez informe y duramente cons-
constituiría, pues, una especie de esquema en un sentido treñidor de las periferias y de los arrabales, donde el
dinámico que sería común a las actividades diversas, a los barraquismo, los bidonvilles, los barrios de emergencia
trabajos divididos, a la cotidianidad, a las artes, a los completan los suburbios residenciales; donde reinan nor-
espacios creados por los arquitectos y los urbanistas. Ven- mas que imponen determinados modus vivendi, en tanto
dría a ser una relación y un sustentáculo de inherencias que se dedica al espacio toda clase de discursos, de inter-
en la disociación, de inclusión en 3a separación. pretaciones, de ideologías y de valores «culturales», artís-
Vendría a ser por tanto un espacio a la vez abstracto- ticos, etc.
concreto, homogéneo y desarticulado, lo que se debería Los lugares de esparcimiento, así como también las
reencontrar en la ciudad nueva, en la pintura, la escultura nuevas urbes, están disociados de la producción hasta que
y la arquitectura, así como también en el saber. los espacios de esparcimiento aparezcan desligados del
Precisemos debidamente y hagamos hincapié sobre trabajo y «libres», cuando, de hecho, están vinculados a
este análisis de un espacio homogéneo y desarticulado. Se los sectores del trabajo dentro del consumo organizado,
trata de la producción en el más amplio sentido de la pa- dentro del consumo estipulado. Esos espacios separados
labra : produción de las relaciones sociales y reproducción de la producción, como si en ellos se pudiese olvidar el
de determinadas relaciones. En este sentido la totalidad trabajo productivo, son los lugares de recuperación. Esos
del espacio se convierte en el lugar de esa reproducción, lugares a los que todo el mundo se esfuerza en propor-
incluido el espacio urbano, los espacios de ocios, los espa- cionar un aspecto festivo y de libertad, que se adornan
cios denominados educativos, los de la cotidianidad, etc. con signos que no tienen a la producción y a) trabajo
Esa reproducción se realiza a través de un esquema rela- como símbolos significativos, esos Jugares, precisamente,
tivo a la sociedad existente que tiene como característica están estrechamente relacionados con el trabajo prodtic-
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tivo. Se trata de un ejemplo típico del espacio a la ve/ 1. El capital y el beneficio del patrono, es decir, de
dislocado y uniíicado. Son precisamente lugares donde la burguesía.
se reproducen las relaciones de producción, lo que no 2. La propiedad del suelo con las múltiples rentas
excluye sino incluye la reproducción pura y simple de la que proporcionan el subsuelo, el agua, el terreno edifica-
íuer/a de trabajo. Todo esto se puede leer en esos espa- do, etc.
cios, aun cuando con dificultad, pues el texto y el con- 3. El trabajo con el salario correspondiente que va
texto están emborronados (como un borrador). Lo que a parar a manos de Ja clase obrera.
se lee con diíicultad se puede concebir claramente si se Esos tres elementos unidos en la sociedad en funcio-
parte del concepto del espacio, por una parte desarticula- nes están representados como separados, y su separación
do y desunido, y, por otra, organizado y unido nuevamen- tiene un sentido objetivo puesto que cada grupo parece
te por el poder. recibir una parte determinada de la «renta» global de la
A este espacio, cuyas «propiedades» se sitúan en la sociedad. Existe, pues, apariencia enajenada de las rela-
articulación de la forma y del contenido, corresponde un ciones sociales, apariencia que desempeña un papel «real».
tiempo que posee idénticas «propiedades». El üempo, Es el espejismo de la separación en el seno de una unidad,
bien supremo, mercadería suprema, se vende y se com- la de la dominación, del poder económico y político de la
pra : tiempo para el trabajo, tiempo para el consumo, burguesía.
tiempo para el ocio, tiempo para circular, etc. Dicho tiem- La separación es, a la par, falsa y verdadera. Los ele-
po se organiza en función del trabajo productivo y de la mentos que figuran separados tienen tendencia en ase-
reproducción de las relaciones de producción dentro de la mejarse a fuentes distintas de la riqueza y de la produc-
cotidianidad. El tiempo «perdido» no lo es para todo el ción cuando, de hecho, es únicamente debido a su acción
mundo, pues cuesta muy caro. El supuesto «tiempo libre» común que se produce dicha riqueza. En tanto que fuen-
es únicamente tiempo incomplexo y mantenido como tal tes distintas de la riqueza social, parecen recibir la parte
en la coyuntura general. Por lo que se refiere al tiempo que les corresponde de la «renta» nacional, lo que disi-
perdido inexorablemente, en transportes y formalidades, mula el hecho de que la riqueza social coincide con la
ya sabemos de qué forma está ligado de manera dislo- plusvalía global. Ese capítulo decisivo de El Capital puede
cada al tiempo dedicado al trabajo. encontrarse en el libro III, sección 7, capítulo 48.
El tiempo homogéneo en tanto que tiempo manipula- En esta hipótesis, la ideología coincide con la prácti-
do, organizado en estadísticas bien definidas es, al propio ca : la separación que reina en el seno de la sociedad bur-
tiempo, dislocado, incomplexo, tiempo de trabajo, tiempo guesa. La ideología consiste en aceptar la disociación y
denominado libre, tiempo perdido sin provecho, etc. en considerarla como real. Se abandona entonces la idea
Para comprender ese esquema del tiempo y del es- de unidad concreta que constituye la sociedad burguesa,
pacio, debe uno remitirse al capítulo poco conocido de y se acepta el espejismo que ésta le sustituye (a la plus-
Marx que se halla al final de su obra El Capital, y que valía global, la teoría de la renta nacional y de sus diver-
tiene por título: «La fórmula trinitaria». En ese compli- sas fuentes). Una vez que se ha admitido el esquema uni-
cado capítulo, Marx explica la sociedad burguesa, a sa- do-desunido que caracteriza la práctica de la sociedad
ber, la conjunción-disyunción de sus elementos. Recorde- burguesa, se puede aseverar no importa qué cosa. ¿La
mos rápidamente los términos del análisis; existen, den- ideología? Es mera palabrería que se aparta por com-
tro de la sociedad en funciones, es decir, dentro de la pro- pleto de los «temas».
ducción y la reproducción de las relaciones: Nuestra hipótesis sobre el espacio unido-desunido se

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relaciona, pues, directamente con el esquema tripartito nominador común bajo el influjo de tal o cual interés.
utilitario de la sociedad capitalista según Marx. Esta hi- Por lo que se refiere a la división del trabajo entre aque-
pótesis se sitúa entre aquélla de la falsa conciencia que llos que intervienen en el espacio, a saber, el arquitecto,
excluye la ideología, y aquélla de la ideología que im- el promotor, el urbanista, el contratista, etc., esa división
plica interpenetración de lo verdadero y de lo falso, y del trabajo lleva a cabo esa mezcla de unificación cons-
que excluye la falsa conciencia. treñida y de desarticulación que tratamos de analizar.
Hay, pues, una praxis: las separaciones sostenidas, Se podría bien demostrar que el espacio de la pintu-
mantenidas, por tanto representadas a través de la ac- ra y de la escultura es precisamente ese espacio desgarra-
ción que mantiene hasta en su disociación los elementos do, troceado y, sin embargo, determinado globalmente.
de la sociedad. Esa acción es precisamente el esquema del
espacio, esquema generador ligado a una praxis, a una 12. Hagamos nuevamente hincapié en el hecho de
realidad y a una verdad dentro de los límites de esa so- que la totalidad del espacio se convierte en el lugar de la
ciedad. Dicho esquema es, por tanto, ideología ligada a reproducción de las relaciones de producción.
un cierto conocimiento dentro de los límites de una prác- En tiempos pasados, tanto el aire como el agua, la luz
tica social. Dicha representación es, a la vez, aparente, como el calor, eran, directa o indirectamente, atributos
puesto que los elementos que disocia están ligados entre de la naturaleza. Esos valores de utilización han entrado
sí, y real, puesto que los elementos que mantiene están a formar parte de los valores de intercambio; su utiliza-
disociados. Da lugar a discursos más o menos aberrantes ción y su valor de utilización, junto con los placeres na-
cuya relación con el conocimiento o el error varía según turales vinculados a la utilización, se van difuminando;
si se toma como referencia la praxis burguesa (separación al propio tiempo que se compran y se venden, se van ha-
y disociación) o cualquier otra praxis admisible. ciendo cada vez más escasos. La naturaleza igual que el
El espacio arquitectónico y urbanístico, en su condi- espacio, junto con el espacio, se ve a veces destrozada,
ción de espacio, ofrece esa doble faceta; desarticulado c, fragmentada, vendida bajo forma de fragmentos y ocupa-
incluso, desmenuzado bajo la coherencia ficticia de la mi- da globalmente. Se ve aniquilada como tal y reorganiza-
rada, espacio de constreñimientos y de normas dispersas. da siguiendo las exigencias de la sociedad neocapitalista.
Posee ese carácter paradógico que tratamos de definir Las exigencias de la reconducción de las relaciones so-
aquí: unido y desunido. Es de esta manera que a la vez ciales envuelven de esta guisa la venalidad generalizada
se ve dominado (por la técnica) y no es apropiado (para de la propia naturaleza. La escasez de espacios libres en
su utilización). El espacio es inmediato y mediato, es de- las zonas industrializadas y urbanizadas ofrece, por de-
cir, que pertenece a un cierto orden cercano, el orden de más, un fuerte contraste con el vacío de los espacios aún
la adyacencia, y a un orden más alejado, la sociedad, el no ocupados, los desiertos terrestres y los espacios inter-
Estado. El orden cercano y el orden más alejado no tie- planetarios ; por consiguiente, el alto precio alcanzado por
nen más que una coherencia aparente que no impide para los espacios ocupados y la escasez, cada día mayor, de los
nada la desarticulación. espacios aún por ocupar, constituye un fenómeno re-
Este espacio depende de intereses divergentes y de ciente cuyas consecuencias son cada vez más graves.
grupos diversos los cuales, sin embargo, hallan una cierta Dicho espacio, al ser lugar y ámbito de la práctica
afinidad común dentro del Estado. Depende de una oferta social en el seno de la sociedad neocapitalista (es decir,
y de una demanda que pueden no conservar relación al- de la reproducción de las relaciones de producción), mar-
guna entre ellas y que, no obstante, tienen un mismo de- ca netamente los límites de dicha sociedad.

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Por mucho que los dirigentes políticos, cuya táctica una superestructura de la sociedad denominada industrial
expresa hoy en día las alianzas y compromisos entre el (capitalista o no),tal como lo sugiere la hipótesis de la
ejército y la tecnocracia, alerten la opinión, formen comi- falsa conciencia? ¿Acaso sería únicamente una represen-
siones y comités de estudios, creen administraciones y tación más cercana que las demás de la práctica?
ministerios; por mucho que susciten proposiciones; ya Será por tanto necesario precisar esos términos y ese
pueden movilizarse los expertos, movilizar a los sabios, concepto: la producción del espacio.
plantear los problemas del medio ambiente y de la con-
taminación; ya pueden buscar conscientemente o no a 13. Espacio y lógica. Semejante ambigüedad vuelve
desplazar en esa dirección tanto los objetivos como las a hacer acto de presencia. ¿Dónde se sitúa la lógica (plan-
luchas políticas; ya pueden presentarlos como siendo sim- teada, supuesta, impuesta)? Existe hoy en día un sor-
ples etapas para alcanzar una realidad de mayor catego- .préndente abuso de la noción (mal elucidada) de lógica.
ría, con el concurso de las ciencias humanas o sin su con- A lo largo de no pocos discursos, se describe la «lógica
curso. Ya pueden pretender que los problemas urbanos, del ser viviente», la «lógica del saber» (la epistemología),
desde ahora mismo, son asunto de todos, o, al contrario, la «lógica de la supervivencia», la «lógica del urbanis-
que es a los técnicos y a los tecnócratas a quienes perte- mo», la «lógica de la mercadería», la «lógica del Estado»,
nece resolverlos. Hay que comprender que esa sociedad etcétera. Ese abuso presenta puntos de analogía con el del
no puede salirse de su espacio, que no puede rebasarlo, sistema (o las sistematizaciones con la lógica que impli-
aun suponiendo que tal o cual lo proponga. Esta sociedad can). ¿Acaso ese abuso es social o político, ideológico o
no puede más que tender hacia la sistematización de ese práctico, implicado en el discurso o la inconsciencia?
espacio, es decir, hacia una lógica que jamás puede lle- ¿Acaso tendría el espacio su lógica? Ora el espacio
var hasta sus últimos extremos. depende de uña lógica preexistente, superior y absoluta,
Se habla de «producción del espacio». Esta expresión cuasi teológica; ora es la lógica personificada, el sistema
marca un paso hacia delante en la reflexión arquitectónica de la coherencia; ora, finalmente, permite la coherencia,
y urbanística, rebasando esos sectores y haciendo recaer autorizando la lógica de la acción (praxeología o estrate-
su peso sobre el conjunto de la sociedad. Signiñca que no gia). Se encuentran aquí las diferentes tesis sobre el es-
se considera el espacio como un dato a priori, bien sea pacio, ora tomado como modelo, ora como instrumento,
del pensamiento (Kant), bien sea del mundo (positivismo). ora como mediación.
Se ve en el espacio el despliegue de una actividad social. Proposiciones. Al no tener el espacio una lógica in-
Se establece, pues, un distingo entre el espacio social y terna y propia, remite a la lógica formal y a la metodolo-
el espacio geométrico, es decir, mental. A pesar de todo, gía general. El espacio común a las actividades diversas y
la expresión no deja de ser ambigua. En efecto, toda so- parcelarias, en el marco impuesto de la sociedad burgue-
ciedad produce «su» espacio o, si se prefiere, toda socie- sa, ese espacio es un esquema del que se sirve esa socie-
dad produce «un» espacio. ¿Qué ha surgido de nuevo en dad para intentar constituirse en sistema, con el fin de
la sociedad en la que la mantenencia de las relaciones de alcanzar la coherencia. ¿En qué forma? Camuflando sus
producción se torna determinante, en la que, sin embar- contradicciones, incluidas las del propio espacio, ese fon-
go, las técnicas y las fuerzas productoras han alcanzado do a la vez global y pulverizado, unido y desunido. La es-
un nivel desconcertante? ¿Qué significa la palabra «produ- trategia de clases trata de asegurar la reproducción de
cir»? ¿Acaso significa «cosas», objetos, mercaderías? Ha- las relaciones esenciales a través de la totalidad del es-
blando en términos marxistas, ¿acaso ese espacio sería pacio. En esta hipótesis, no existe espacio absoluto, bien

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sea vacío, bien sea lleno, si no es para el pensamiento Reflexiones
filosófico-matemático. El espacio mental y social es un sobre la política del espacio *
espacio específico, por tanto cualificado, incluso si no se
percata uno de ello. Se trata de una modalidad de la pro-
ducción en una sociedad determinada en cuyo seno se
manifiestan tanto contradicciones como conflictos.
Existen, pues, contradicciones del espacio, incluso si
se las disimula y camufla. En dicha sociedad, lo «real» Resulta ahora posible echar una mirada retrospectiva
sobre lo que ha sido dicho y hecho en el transcurso de la
se encuentra al final y no al principio. A este título, en- última década. Esa mirada retrospectiva permite esta-
globa lo que se deja integrar como los procesos integrado- blecer un balance. Por otra parte, hoy en día, en los albo-
res. Engloba lo que se deja reducir, incluido lo imagina- res de 1970, algo se está fraguando en las altas esferas:
rio. Esta sociedad no obedece a una lógica; repitámoslo un cambio de perspectiva, cambio más o menos real que
una vez más: tiende hacia ella. Esta sociedad no repre- debemos tratar de comprender y de aquilatar... Hasta
senta un sistema; se esfuerza en serlo, aunando el cons- hace muy poco tiempo imperaba, en materia urbanística,
treñimiento y la utilización de las representaciones. una teoría, o más bien una ideología que jamás había
Las contradicciones del espacio no son producto de quedado completamente expresada. Dicha ideología, se-
su forma racional tal como se desprende en las mate- gún mi punto de vista, podía compendiarse en tres pro-
máticas ; son producto del contenido práctico y social y, posiciones :
más específicamente, del contenido capitalista. Efectiva-
mente, ese espacio de la sociedad capitalista pretende ser 1. Existe una acción coherente denominada urbanis-
racional, cuando, de hecho, en la práctica, está comercia- mo a veces empírica, a menudo aplicando los conceptos
lizado, desmigajado, vendido por parcelas. Así es como . o los resultados de tina ciencia determinada (demografía,
a la vez es global y pulverizado. Parece lógico y está ab- economía política, geografía, etc.), ora teniendo en cuenta
surdamente recortado. Esas contradicciones saltan a la resultados y datos interdisciplinariost pero acercándose
vista en el plano institucional. En este plano, se percata mediante esos diversos procedimientos a una práctica
uno de que la burguesía, clase dominante, dispone de un científica y técnica a semejanza de tal ciencia ya constitui-
doble poder sobre el espacio; en primer lugar, a través da, por ejemplo la economía política.
de la propiedad privada del suelo, que se extiende a la 2. Existe por parte de los urbanistas o de algunos
totalidad del espacio, excepción hecha de los derechos de de ellos, una reflexión metódica sobre esa práctica, refle-
las colectividades y del Estado, y, en segundo lugar, a xión de orden teórico que apunta implícita o explícita-
través de la globalidad, a saber, el conocimiento, la es- mente a la constitución de una epistemología, es decir,
trategia, la acción del Estado propiamente dicho. Existen de una región del saber que contiene núcleos de saber
conflictos inevitables entre esos dos aspectos, y especial- adquirido, en resumidas cuentas, lo que designa el tér-
mente entre el espacio abstracto (concebido o conceptual, mino de epistemología.
global y estratégico) y el espacio inmediato, percibido, vi- 3. Esta reflexión capaz de elevar hasta el lenguaje
vido, desmigajado y vendido. En el plano institucional,
esas contradicciones se hacen patentes entre los planos * Conferencia pronunciada en el Instituto de Urbanismo de
generales de ordenación y los proyectos parciales de los París, el 13 de enero de 1970. «Espaces et Sociétés», núm. 1, no-
negociantes de espacio. viembre de 1970.

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