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Art 57: Persona jurídica y participación

El problema se refiere a hechos delictivos que han sido cometidos en el escenario que ofrece una
persona jurídica, cuyo objeto societario o actividad desarrollada no resultan ilícitos

Establece el artículo 57 que “Cuando alguno de los hechos previstos en los dos artículos anteriores
se hubiesen producido por decisión de una persona jurídica, la pena se aplicará a los directores,
gerentes, síndicos, miembros del consejo de vigilancia, administradores, mandatarios o
representantes de la misma que hubiesen intervenido en el hecho punible, sin perjuicio de las
demás responsabilidades penales que pudieren existir”.

Utilización de los delitos de comisión por omisión. Doctrina de la posición de garante

En virtud de la deficiente redacción del art 57, los delitos llamados de comisión por omisión,
brindan una solución adecuada al problema que se viene tratando: el agente que tiene la
obligación de actuar en determinado sentido (la llamada posición de garante), mediante una
omisión permite que el resultado material se produzca. En este tipo de delitos es esencial
fundamentar la posición de garante, de la cual deriva el deber de evitar el resultado, la que
tradicionalmente se ha encontrado en la ley, el contrato o la conducta precedente.

La ley establece que la responsabilidad penal de las personas jurídicas recaerá en la de sus
administradores, directores, gerentes, pero lo hace aclarando en la medida en que “hubiesen
intervenido en el hecho punible conf. art. 57 ley 24051).

Por ultimo erstblece el art, 58. - Será competente para conocer de las acciones penales que
deriven de la presente ley la Justicia Federal.

Respecto la relación con el principio de Ultima ratio.

Muchos autores, echando mano del principio de “mínima intervención”, aludiendo a que el
derecho penal debe aplicarse como ultima ratio se han encargado de minimizar la problemática en
tratamiento

En efecto, sería inapropiado intentar evitar conductas no deseadas a través de la represión por
medio del derecho penal. Los problemas debidos a las conductas lesivas del ambiente, deberán de
resolverse a través de la razón y el acceso a la información, educando, sin depender de las
sanciones que puedan implementarse a través del derecho penal. No obstante, es necesario
señalar que la dificultad de penalizar las conductas que atentan contra el ambiente radica, entre
otros factores, en el hecho de que la mayoría no son bienes jurídicos de apropiación individual y,
sin embargo, son susceptibles de ser aprovechados por la colectividad, razón por la cual es
fundamental su protección jurídica, incluso, por la vía del derecho penal.y que más allá de las
discusiones en torno al papel de las penas en el proceso de control social, no cabe la menor duda
de que el derecho penal representa una herramienta válida para la protección del ambiente en
función de su utilidad general preventiva, tanto positiva como negativa.

6.
1. Busque un tipo penal en el que al menos sea discutible el respeto por el principio de
lesividad. Fundamente su respuesta. Encuentre un fallo en el que se trate la cuestión y
extraiga del mismo las ideas centrales.

Fallo Arriola
El Fallo Arriola (A. 891. XLIV) es una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Argentina del 25 de agosto de 2009, por el cual la corte declaró la inconstitucionalidad del
artículo 14 (segundo párrafo) de la Ley N° 23.737. Dicho pronunciamiento de la Suprema
Corte reconoce la inconstitucionalidad en el castigo, a una persona adulta por la tenencia
de marihuana para consumo personal en el ámbito privado. Para 2012, se esperaba una
reforma de la ley de estupefacientes.1 .
Corresponde aclarar que los únicos fallos obligatorios para los Tribunales inferiores son los
surgidos de los Plenarios de las Cámaras de Apelaciones de cada Fuero. El resto de las
sentencias sólo son vinculantes para las partes en litigio. La doctrina de la Corte Suprema se
considera prestigiosa pero no es obligatoria fuera del caso. Por eso algunos siguen intentando
modificar la Ley de Estupefacienes, cuyo art. 5 fija penas de entre 4 y 15 años y multa para
quien siembre estupefacientes ("Toda sustancia psicotrópica, con alto potencial de producir
conducta abusiva y/o dependencia (psíquica/física, con perfil similar a morfina, cocaína,
marihuana, etc), actuando por sí misma o a través de la conversión en una sustancia activa
que ejerza dichos efectos", conf. Disp. ANMAT Nº 885 del año 2010).

Índice
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 1Antecedentes
 2Fallo Arriola
 3Repercusiones
 4Véase también
 5Referencias
 6EnlQáces externos
Antecedentes[editar]
En 1986 el fallo Bazterrica despenalizó la tenencia de marihuana para consumo personal. En
1990 el fallo Montalvo volvió a penalizar la tenencia para el consumo.2
En febrero 2009, La Sala I de la Cámara en lo Criminal y Correccional Federal en el fallo
‘’Dora, Carlos y otra s/sobreseimiento’’ declaró la inconstitucionalidad del artículo 5 de la ley
23.737. Se determinó que cuatro macetas de cannabis sativa, con un peso de 75g, eran para
consumo personal y por lo tanto, los imputados no encuadraban su conducta en una figura
penal.3 4
Incluso antes del fallo Arriola, la mayoría de los casos por tenencia de cantidades mínimas de
estupefacientes se cerraban antes de empezar a ser investigados, lo que indica una baja
aplicación de la ley 23.737.5
Fallo Arriola[editar]
El 16 de enero de 2006, la policía allanó una casa por la supuesta venta de droga y detuvo a
los presentes que posteriormente fueron condenados a prisión. Ese mismo día, a unas
cuadras de la casa allanada, la policía detuvo a un grupo de jóvenes que llevaban cada uno
entre uno y tres cigarrillos de marihuana. Los jóvenes fueron condenados a cumplir distintas
medidas educativas, pero apelaron.6
La sentencia estableció que el consumo de estupefacientes en el ámbito privado sin
ostentación a terceros está protegido por el artículo 19 de la Constitución Nacional. Se tuvo en
cuenta que la cantidad de marihuana que poseían los jóvenes era mínima y que los jóvenes
no presentaban síntomas de adicción.2
También se establece un cambio del viejo paradigma en donde para atacar el narcotráfico, se
atacaba al consumidor. Este paradigma implicaba un alto número de causas judiciales y un
desperdicio de los esfuerzos del Estado en la lucha contra el narcotráfico.7
El juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, consideró que imputar al consumidor se
vuelve contraproducente a la hora de testificar contra el narco, ya que el consumidor no quiere
testificar.8 Aseguró que “si cada consumidor tuviera una planta de marihuana en el balcón
entonces no habría tráfico”.9
El Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, afirmó que "no se trata sólo del
respeto de las acciones realizadas en privado, sino del reconocimiento de un ámbito en el que
cada individuo adulto es soberano para tomar decisiones libres sobre el estilo de vida que
desea".8
El máximo Tribunal consideró más que sólo la cantidad o el peso de la droga en posesión del
acusado, ya que también se analizó si la cantidad en cuestión era para uso personal o
comercial, estudiando cada caso en forma particular.10
Repercusiones[editar]
Si bien el caso Arriola fue sobre la marihuana, la sentencia no la nombra, ya que los
conceptos aplicados para establecer la inconstitucionalidad de una parte de la ley de
estupefacientes son válidos para cualquier estupefaciente. Esto fue criticado, alegando que
aumentaría la reciente ola de inseguridad, presuntamente atribuida al consumo depaco.11 8
Un fallo posterior interpretó que el consumo en lugares públicos afecta a terceros y por lo tanto
está sujeto a cargos penales.12
Tras el fallo Arriola, tres proyectos para modificar la ley 23.737 y despenalizar la tenencia para
consumo personal de estupefacientes fueron presentados en la Cámara de Diputados, tanto
por miembros del oficialismo como de la oposición.13
El entonces ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández postuló la
idea de adoptar una nueva política de estado: un Plan Quinquenal que asegure atención a
adictos y consumidores en el sistema público de salud, sin ser criminalizados.14
La intención de dicho proyecto sería modificar la ley 23.737 para despenalizar el consumo de
marihuana. En un principio, dicha modificación no abarcaba la posesión de otras drogas
ilegales.15 Posteriormente, se habló de despenalización para uso personal de cualquier tipo de
drogas.16 Aunque el poder ejecutivo decidió no presentar una iniciativa propia, dio el visto
bueno para que se aprobara la norma propuesta por Fernández.15
El proyecto de ley también prevé que la tenencia simple sea excarcelable y que para el caso
de la siembra o el autocultivo se exima de pena a quienes tienen poca cantidad. No obstante,
si bien aclara que el consumidor ya no será considerado un delincuente, no define cantidades
y la decisión de si es para consumo personal será tomada por un juez.17El proyecto agrava la
pena para los cabecillas narcos.16
En marcos de un nuevo proyecto de ley, la Iglesia rechazó la despenalización de las drogas
afirmando que esta iba a perjudicar a los sectores más humildes.18
Desde el 2009 al 2012 el consumo de marihuana aumentó un 17% mientras que el consumo
de tabaco disminuyó un 7% desde el 2007 al 2012.19
Véase también[editar]
Caso "Arriola S. y otros s/ Causa Nº 9080".
En esta sentencia, la Corte declaró la iconsitucionalidad de la norma que sanciona penalmente la
tenencia de estupefacientes para consumo personal por ser incompatible con el principio de
reserva contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional que protege las acciones privadas
que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero.

Hechos: En el marco de una investigación por tráfico y comercialización de estupefacientes se


realizó un allanamiento durante el cual resultaron detenidas ocho personas con marihuana en su
poder que, por su escasa cantidad, denotaba ser para uso personal.

La defensa de los detenidos sostuvo que el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737, que
reprime la tenencia de estupefacientes para consumo personal, es incompatible con el principio de
reserva contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional y señaló que la intervención punitiva
cuando no media un conflicto jurídico, entendido como la afectación a un bien jurídico total o
parcialmente ajeno, individual o colectivo, no es legitima.

Decisión de la Corte:
Una norma similar había sido declarada inconstitucional por la Corte en 1986 en el caso
“Bazterrica”. Allí el tribunal había destacado que la protección constitucional de los valores de la
intimidad y la autonomía personal impedían castigar la mera tenencia de drogas para consumo.

En 1989 el Congreso sancionó una nueva ley que contradecía el principio sentado en el fallo y
mantenía la incriminación. Un año después, ya con otra composición, la Corte destacó la clara
voluntad de los legisladores y declaró legítimo el enfoque punitivo. Indicó que incriminar al tenedor
de drogas haría más fácil combatir el tráfico.

Ahora, en “Arriola” la Corte retomó y dijo “sostener” los principios sentados en “Bazterrica”. Indicó
que el artículo 19 de la Constitución sienta el principio de que el Estado debe tratar a todas las
personas (y sus preferencias) con igual consideración y respeto.

La Corte agregó que “las razones pragmáticas o utilitaristas” en las que se basaba el enfoque
punitivo fracasaron, pues el comercio de drogas aumentó notablemente pese a que por más de 18
años se castigó la tenencia. Añadió que la reforma constitucional de 1994 y los tratados de
derechos humanos a ella incorporados refuerzan la protección de la privacidad y la autonomía
personal y el principio de dignidad humana, que impide el trato utilitario de la persona.

Explicó que la idea de penar al consumidor para poder combatir el comercio de drogas difícilmente
se ajuste a dicho principio. Además, recordó que el consumidor es una víctima de los criminales
que trafican drogas, y concluyó que castigarlo produce su revictimización.

Tanto en su fallo como al difundirlo, la Corte destacó que su decisión no implica “legalizar la
droga”, y que todas las instituciones deben comprometerse a combatir el narcotráfico, y exhortó a
todos los poderes públicos a asegurar una política contra el narcotráfico y a adoptar medidas
preventivas para la salud, con información y educación que disuada el consumo.

Lamentablemente, como el fallo está compuesto por 6 votos distintos alentó muchas dudas
prácticas acerca de los alcances de la protección constitucional.
¿Se extiende sólo a la tenencia para consumo de marihuana o también a la de otras drogas? ¿Hay
alguna diferencia entre tener la droga en el bolsillo, llevarla en la mano o consumirla? ¿Acaso todo
depende de la cantidad de drogas que se tienen, o también de su exposición?

Conceptualmente, ¿el acto privado es para la Corte el que se desarrolla en la intimidad o más
ampliamente el que no daña a terceros? Del fallo se desprende que la cantidad de estupefacientes
que tenían los imputados era muy escasa y que ésta no había sido exhibida públicamente. ¿Sólo
en casos similares a éste la protección constitucional tendrá aplicación?
. EL DELITO DE SEDICIÓN. 6.1. Consideraciones Generales. 39. Los antecedentes más
remotos del delito de sedición se adscriben a tiempos del Derecho Romano, donde los
actos de levantamiento insubordinado de un grupo de individuos contra la potestad de la
magistratura eran objeto de punibilidad especial. Se asemejaban e identificaban a los
actos sediciosos bajo el término de asonadas en las VII Partidas81. La Nueva Recopilación
mencionaba en su Título XI actos punibles de juntas tumultuarias para ejercer violencia
contra el orden público. Las legislaciones antiguas no distinguían claramente la sedición
del motín, configurando en sus leyes una mixtura de estructura de estos delitos. 40.
Actualmente, algunas legislaciones como la española no hacen distinción de estos delitos,
sólo ubican a la sedición dentro del rubro de los delitos contra el orden público, pero en la
estructura de la acción delictiva se resalta como primordial característica la ejecución
tumultuaria82, que de acuerdo a nuestro Código Penal es propia del delito de motín. Otras
legislaciones como la argentina -en similar situación 78 “Se trata de un delito de resultado
cortado en el que la consumación formal se adelanta al momento de la simple puesta en
peligro del bien jurídico por razones obvias, pues la lesión entrañaría el triunfo de los
rebeldes y la imposibilidad de castigarles” (VIVES ANTÓN/CARBONELL MATEU en Vives
Antón et al., 1999, p. 802). 79 Cfr. TAMARIT SUMALLA en Quintero Olivares, 1999, p. 1408.
Vid. CALDERÓN CEREZO en Calderón Cerezo/Choclán Montalvo II, 2001, p. 573 (dificultad
de punición de rebeliones exitosas). 80 CREUS II, 1996, p. 178. 81 PUIG PEÑA III, 1955, p.
105. 82 Vid. infra. cit. 98. 16 que la nuestra- distinguen sin problemas ambas figuras
delictivas conforme a su tratamiento punitivo. 41. Otro problema que hay que rescatar es
la distinción entre el delito de sedición con el delito de rebelión83. El texto penal del
artículo 347 expresa un factor distintivo84 lo que permite concluir que en la sedición los
agentes delictivos se alzan sin desconocer al gobierno legalmente constituido; en la
rebelión, no. Los fines delictivos de la rebelión responden a una naturaleza contraria a una
aceptación a la autoridad legal, por el contrario en la sedición los fines típicos se
configuran en base a no desconocer a la autoridad legal85. Es por ello que se ha
denominado en la doctrina a la sedición como una “rebelión en pequeño” en el sentido de
la menor entidad de los fines ilícitos perseguidos86, como además se le ha estimado como
un factor negativo y subsidiario respecto al tipo penal de rebelión87. Sobre ello, CUELLO
CALÓN establece que en “la rebelión el alzamiento va dirigido directamente contra los
poderes del Estado, es un alzamiento hostil al gobierno, mientras que la sedición el
alzamiento no es de hostilidad directa contra le gobierno, sino más bien contra ciertas
autoridades del Estado o clases sociales, o tiende a privar a éste o a las corporaciones
públicas o a ciertas clases de personas de sus bienes o a destruirlos”88. Por su parte,
MUÑOZ CONDE señala que “en cierto modo la sedición es una rebelión en pequeño, pero
desprovista del contenido político de este delito y, por tanto, mucho menos grave o, por lo
menos, inquietante para el Poder constituido y para las Instituciones políticas
fundamentales del 83 Ante la presencia mínima de diferencia entre la rebelión y la
sedición, según BUSTOS RAMÍREZ, se debería plantear una reforma futura en la que se
debe buscar la unificación de sus tipificaciones. “Las finalidades, aunque en general
menores con la rebelión, aparecen sin embargo confundidas con aquellas” (1986, p. 482).
84 Algunas fórmulas penales mencionan la distinción con el delito de rebelión con
expresiones como “sin desconocer la autoridad del Gobierno legalmente constituido”(así,
el artículo 123 del Código Penal de Bolivia, artículo 341 del Código Penal de El Salvador,
artículo 387 del Código Penal de Guatemala), “sin desconocer el gobierno constituido”
(así, el artículo 503 del Código Penal de Nicaragua, artículo 143 del Código Penal de
Uruguay), “sin estar comprendidos en el delito de rebelión” (así, el artículo 544 del Código
Penal de España, artículo 337 del Código Penal de Honduras), “sin rebelarse contra el
Gobierno Nacional” (artículo 229 del Código Penal de Argentina), o “sin pretender el
cambio violento del régimen constitucional” (artículo 303 del Código Penal de Panamá). 85
Cfr. ABASTOS II, s/f, p. 11; ADELA RETA, 1963, p. 96; SERRANO GÓMEZ, 2002, p. 976;
GUSTAVO CORNEJO, 1938, p. 47. En el criterio de LÓPEZ LOARTE/BERROCAL VERGARA, “la
sedición va dirigida contra la autoridad a diferencia de la rebelión que va dirigida contra la
forma de gobierno y específicamente (...) la rebelión va dirigida contra (...) el gobierno
central, mientras que en la sedición va dirigida (...) contra cualquier autoridad ya sea
municipal o regional” (2006, p. 47). “En la rebelión el ataque va dirigido contra el régimen
constitucional y contra el gobierno legalmente constituido en cambio en la sedición, el
ataque no va dirigido contra el gobierno sino contra la autoridad para impedirle que ejerza
libremente sus funciones o para evitar el cumplimiento de las leyes o resoluciones o
impedir las elecciones generales, parlamentarias, regionales o locales” (Ibidem., p. 49). 86
VIADA en Luzón Cuesta, 2000, p. 346; CALDERÓN CEREZO en Calderón Cerezo/Choclán
Montalvo II, 2001, pp. 639-640; VIVES ANTÓN/CARBONELL MATEU en Vives Antón et al.,
1999, p. 843. Jurisprudencia Española: “La rebelión tiende a atacar el normal
desenvolvimiento de las funciones primarias de legislar y gobernar, mientras que la
sedición tiende a atacar, las secundarias de administrar o juzgar, razón por la cual por
algún autor patrio se ha calificado a la sedición como ‘rebelión en pequeño’” Sentencia del
Tribunal Supremo del 3 de julio de 1991. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ en Conde Pumpido et
al., 1997, p. 4437. 87 QUINTANO en Luzón Cuesta, 2000, p. 346. En el Código Penal
español la disposición negativa de la sedición frente a la rebelión es distinta a nuestra
legislación penal: En el tipo penal de la sedición faltan las finalidades políticas
mencionadas en el tipo de rebelión (MUÑOZ CONDE, 2001, p. 837). 88 CUELLO CALÓN II,
1980, p. 98. 17 Estado”89. Asimismo, afirma LABATUT GLENA que “difieren en la amplitud
de sus finalidades: en la rebelión el alzamiento va dirigido contra los poderes del Estado; la
sedición, en cambio, no desconoce al Gobierno legalmente constituido y persigue
objetivos menos trascendentes, lo que se traduce en una menor penalidad”90 . 6.2.
Descripción Legal, Fuentes y Antecedentes. 42. El delito de sedición se encuentra
tipificado en el artículo 347°, Capítulo I (Rebelión, sedición y motín), Titulo XVI (Delitos
contra los poderes del Estado y el orden constitucional), Libro Segundo (Parte Especial
Delitos) del Código Penal vigente: Artículo 347. “El que, sin desconocer al gobierno
legalmente constituido, se alza en armas para impedir que la autoridad ejerza libremente
sus funciones o para evitar el cumplimiento de las leyes o resoluciones o impedir las
lecciones generales, parlamentarias, regionales o locales será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años”. 43. La descripción del vigente texto
legal toma como fuente su antecedente el artículo 30791 del Código Penal de 1924.
Además cabe apreciar entre otros antecedentes al artículo 133 del Código Penal de 1863.
Con respecto a algunos proyectos, es de señalar al artículo 303 del Proyecto de Código
Penal de 1916 y el artículo 150 del Anteproyecto de Reforma de Código Penal de 1877.
6.3. Bien Jurídico Protegido. 44. Como objeto jurídico de protección se afirma al orden
constitucional y la estructura funcional de los órganos del Estado. Pero a diferencia de la
rebelión la afectación (peligro) se hallaría en menor intensidad. Así BRAMONT
ARIAS/BRAMONT-ARIAS TORRES definen a la sedición como aquellos actos cuyos ataques
son “de menos gravedad que no afectan sustancialmente el régimen establecido, si bien
entrañan desconocimiento de resoluciones que deben ser obedecidas, o impedimento
para la actuación oficial en defensa de las garantías sociales”92 . 45. Debido al grado de
afectación que implican estos actos delictivos, alguna doctrina y legislaciones han
considerado separarlos de aquellas que afectan el régimen constitucional. Como hemos
adelantado, ello se contempla en el Código Penal español de 1995 que prevé al delito de
sedición dentro de los Delitos contra el Orden Público (Título XII, Capítulo I)93 . 89 MUÑOZ
CONDE, 2001, p. 837. 90 LABATUT GLENA, 1983, p. 16. 91 “El que, sin desconocer la
autoridad de los poderes del Estado, se alzarte en armas para deponer a alguno de los
funcionarios o empleados públicos de departamento, provincia o distrito, o impedir que
tomen posesión de sus destinos los legítimamente nombrados o elegidos, o para
arrancarles alguna medida o concesión, o para impedir las elecciones locales, o para
impedir que las autoridades ejerzan libremente sus funciones o hagan cumplir sus
providencias administrativas o judiciales, será reprimido con prisión no mayor de tres
años”. 92 BRAMONT ARIAS/BRAMONT-ARIAS TORRES, 2001, p. 442. 93 Sobre ello, GARCÍA
ALBERO refiere que “la nueva ubicación sistemática del delito de sedición,
tradicionalmente incluido, junto con la rebelión, en los delitos contra la seguridad del
Estado, viene a colmar una vieja aspiración doctrinal. En efecto, más allá de la semejanza
estructural entre rebelión y 18 6.4. Elementos estructurales de la imputación al tipo
objetivo. 46. En cuanto al sujeto activo, se requiere necesariamente de la concurrencia de
una pluralidad de personas, sean civiles, militares, nacionales, extranjeros, en la que, si es
posible, mantengan un dominio de co-organización entre sus conductas a efectos de la
organización global del alzamiento y puedan responder individualmente, no podemos
imaginar que en un proceso penal sólo intervenga un individuo que responda penalmente
a título de autoría. La sedición también es un delito de convergencia, ya que hay una
concurrencia de voluntades previa a la ejecución de los actos sediciosos, es por ello que en
estos delitos exista coautoría94. Sobre el número de sujetos que deben de concurrir,
como ya señalamos resulta innecesario fijar un límite determinado bastando sólo indicar
que debe ser tal que intimide a la autoridad legal a desistir de sus funciones 95 . 47. El
estado se presenta como el único titular del bien jurídico protegido, por ello se constituye
como sujeto pasivo de delito96. Ahora bien, las autoridades97 contra las que se dirige la
intimidación sólo serían consideradas como sujetos pasivos de la acción constituyéndose
como agraviados. 48. El comportamiento delictivo también consiste en un alzamiento
armado. Asume la misma estructura de acción que del delito de rebelión -de ahí la
semejanza objetiva-98. Así este alzamiento constituye un levantamiento en sentido de
desobediencia sedición, la diversa cualidad de los fines perseguidos cuestiona el
parentesco de ambas figuras delictivas: si la primera supone básicamente una afección del
orden constitucional, al dirigirse contra las instituciones fundamentales del Estado (...), la
segunda compromete exclusivamente la aplicación de las leyes o el ejercicio de las
funciones estatales, lo que lo conecta materialmente con el concepto de orden público, al
suponer una lesión o puesta en peligro de las secundarias funciones de administrar”(en
Quintero Olivares, 1999, pp. 1557-1558). 94 En ese sentido, CALDERÓN CEREZO plantea
que estamos ante un delito plurisubjetivo o de autoría colectiva (en Calderón
Cerezo/Choclán Montalvo II, 2001, p. 640). 95 SERRANO GÓMEZ señala que “no se puede
precisar el número, que en todo caso ha de tener capacidad para conseguir la finalidad
que se persigue” (2002, p. 977). 96 De la misma idea, VIVES ANTÓN/CARBONELL MATEU
en Vives Antón et al., 1999, p. 844. 97 Para SERRANO GÓMEZ la calidad de sujeto pasivo
del delito sólo puede ostentarlo las autoridades, corporaciones funcionales o funcionarios
públicos (2002, p. 977). 98 Cfr. LABATUT GLENA, 1983, p. 16; CUELLO CALÓN II, 1980, p.
98; POLAINO NAVARRETE en Cobo Del Rosal II, 1997, p. 829; ABASTOS II, s/f, p. 11. Ciertas
legislaciones penales precisan algunas características propias del alzamiento, así por
ejemplo, el artículo 229 del Código Penal de Argentina ("se alzaren en armas”, además se
aprecia una otra modalidad peculiar: “armaren una provincia contra otra), artículo 123 del
Código Penal de Bolivia (“alzaren públicamente y en abierta hostilidad”), artículo 126 del
Código Penal de Chile (“se alzaren públicamente”), artículo 544 del Código Penal de
España (“se alcen pública y tumultuariamente ... por la fuerza o fuera de las vías legales”),
artículo 341 del Código Penal de El Salvador (“se alzaren pública y tumultuariamente”),
artículo 387 del Código Penal de Guatemala (“se alzaren pública y tumultuariamente para
conseguir con violencia”), artículo 337 del Código Penal de Honduras (“se alzan pública y
tumultuariamente para conseguir por la fuerza o fuera de las vías legales”), artículo 130
del Código Penal Federal de México (“en forma tumultuaria sin uso de armas, resistan o
ataquen a la autoridad”), artículo 503 del Código Penal de Nicaragua (“se alzan
públicamente”), artículo 303 del Código Penal de Panamá (“se alcen en armas”), artículo
143 del Código Penal de Uruguay (“se alzan, pública y tumultuariamente para conseguir,
por fuerza o 19 a la autoridad legal. Además, se entiende bajo las mismas características,
es decir, de ser público, hostil, armado y colectivo. En resumen, es alzamiento público
porque los actos de levantamiento se ejecutan en lugares abiertos de concurrencia
genérica de individuos o por medios que permiten se hagan de conocimiento a otras
personas; es alzamiento hostil o violento, ya que durante el levantamiento se ejercen
actos contra personas o bienes sin exigirse que se efectúen resultados lesivos contra éstos,
bastando sólo el peligro; es alzamiento armado pues los sedicioso ejercen el
levantamiento utilizando armas, sin necesidad de que ese empleo implique ejecutar las
funciones propias de éstas; es alzamiento colectivo en el sentido de que concurre una
pluralidad de individuos en la comisión delictiva a título de coautoría99. No debemos de
olvidar que toda esta configuración estructural ha de ser asimilada como un acto de
enfrentamiento o confrontación frente a la autoridad legal. 6.5. Imputación subjetiva. 49.
Por ser un delito doloso, se requiere del conocimiento y voluntad de estar ejerciendo
actos de alzamiento armado. Además, se ejerce el alzamiento sin desconocer al gobierno
legalmente constituido, es decir, aceptando a quienes han sido legalmente elegidos como
sus autoridades, lo que no se soporta son las funciones que éstos ejercen o las que
ejecutan autoridades inferiores. Se entiende que la aceptación de la potestad estatal está
referida al gobierno central y no al regional o municipal, por ello, al sedicioso
perfectamente puede imputársele por alzarse en contra del gobierno de un alcalde sin
desconocer al gobierno central, esto dependerá de los fines típicos. No son aceptables
formas culposas menos casos de dolo eventual. 50. Un concepto de alzamiento requiere
adicionalmente de elementos subjetivos que le brinden una descripción clara, segura y
con contenido del actuar de los sediciosos, en el que se precisa en qué consistiría el
peligro que correría el bien jurídico amparado. Estos son señalados por el texto penal:
impedir que la autoridad ejerza libremente sus funciones, evitar el cumplimiento de las
leyes o resoluciones, o impedir las elecciones generales, parlamentarias, regionales o
locales100 . violencia”). 99 Para mejor precisión de estos elementos estructurales, Supra
num. 20-23. 100 Otros fines típicos de sedición en las legislaciones penales: en el artículo
544 del Código Penal de España, “para impedir (...) la aplicación de las Leyes o a cualquier
autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones
o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales”; en
el artículo 229 del Código Penal de Argentina, “para cambiar la Constitución local, deponer
alguno de los poderes públicos de una provincia o territorio Federal, arrancarle alguna
medida o concesión o impedir, aunque sea temporalmente, el libre ejercicio de sus
facultades legales o su formación o renovación en los términos y formas establecidos en la
ley”; en el artículo 123 del Código Penal de Bolivia, “para deponer a algún funcionario o
empleado público, impedir su posesión u oponerse al cumplimiento de leyes, decretos o
resoluciones judiciales o administrativos, ejercer algún acto de odio o de venganza en la
persona o bienes de alguna autoridad o de los particulares o trastornar o turbar de
cualquier otro modo el orden público”; en el artículo 126 del Código Penal de Chile, “el
propósito de impedir la promulgación o la ejecución de las leyes, la libre celebración de
una elección popular, de coartar el ejercicio de sus atribuciones o la ejecución de sus
providencias a cualquiera de los poderes constitucionales, de arrancarles resoluciones por
medio de la fuerza o de ejercer actos de odio o de venganza en la persona o bienes de
alguna autoridad o de sus agentes o en las pertenencias del Estado o de alguna
corporación pública”; en el artículo 126 del Código Penal de Colombia, “impedir
transitoriamente el libre funcionamiento del régimen constitucional o legal vigentes”; en
el artículo 341 del Código Penal de El Salvador, “1) Impedir, por actos directos, la
promulgación o ejecución de las leyes o la celebración de un acto eleccionario o del
escrutinio; 2) 20 51. Impedir que la autoridad ejerza libremente sus funciones. Lo que el
agente trata con este fin es obstaculizar el cumplimiento de las funciones de la autoridad,
se estorba la ejecución de los actos de la autoridad. Este impedimento debe ser entendido
por los sediciosos como uno a la libertad de cumplimiento de los roles de la autoridad. Un
ejercicio libre de funciones no puede darse con la compulsión directa de los sediciosos,
violencia física contra el ejercicio funcional, o mediante amenazas: o los sediciosos
contravienen la libre ejecución funcional atacando directamente a la autoridad, o
mediante actos u otros medios logran intimidarlo para que se desista de sus funciones. De
hecho que la segunda hipótesis concurriría en la mayoría de los casos y es suficiente para
la sedición. Si la autoridad se ha simpatizado con los objetivos de los sediciosos y no tiene
ninguna resistencia a que deje de ejercer sus funciones, la adecuación del término
impedimento a este caso no se cumple, el fin delictivo puede no adecuarse. Además, el
impedimento se debe entender en sentido temporal, antes que duradera o definitiva, en
el mismo sentido de la expresión, ya que no se requiere que las funciones sean estorbadas
en forma absoluta, sino sólo libremente101. Hay que precisar que el impedimento se
dirige a las facultades derivadas del cargo de la autoridad y no a Impedir que las
autoridades ejerzan libremente sus funciones o hagan cumplir las providencias
administrativas o judiciales; 3) Deponer a algún funcionario de la Administración Pública o
impedir que tomen posesión de su cargo los que hayan sido legítimamente nombrados o
electos; y, 4) Ejercer, con fines políticos o sociales, algún acto de coacción contra las
pertenencias del Estado o de algún organismo descentralizado”; en el artículo 387 del
Código Penal de Guatemala, “1o. Deponer a alguno o algunos de los funcionarios o
empleados públicos o impedir que tomen posesión de su cargo quienes hayan sido
legítimamente nombrados o electos. 2o. Impedir, por actos directos, la promulgación o
ejecución de las leyes o de resoluciones judiciales o administrativas. 3o. Ejercer actos de
odio o venganza en la persona o bienes de alguna autoridad o de sus agentes. 4o. Ejercer,
con fines políticos o sociales, algún acto de coacción contra los particulares, contra una
clase social o contra las pertenencias del Estado o de alguna entidad pública. 5o. Allanar
los centros penales o lugares de detención o atacar a quienes conducen presos o
detenidos de un lugar a otro, para liberarlos o maltratarlos”; en el artículo 337 del Código
Penal de Honduras, “1) Impedir la celebración de elecciones para autoridades nacionales,
departamentales o municipales; 2) Impedir que tomen posesión de sus cargos los
funcionarios legítimamente elegidos o nombrados; 3) Impedir a cualquier autoridad el
libre ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus resoluciones; 4) Impedir la
aprobación, sanción, promulgación, publicación o ejecución de alguna ley; 5) Realizar
algún acto de odio o venganza contra los particulares o contra los servidores del Estado o
contra sus bienes con finalidad política o social; o 6) Allanar los centros penales o atacar a
los custodios de presos, bien para rescatar o bien para maltratar a éstos”; en el artículo
503 del Código Penal de Nicaragua, “1º Deponer a alguno o algunos de los empleados
públicos de departamento, distrito o pueblo, o impedir que tomen posesión del destino
los legítimamente nombrados o elegidos. 2º Impedir la promulgación o ejecución de las
leyes o la celebración de las elecciones en algún departamento, distrito o pueblo. 3º
Impedir que las autoridades desempeñen libremente sus funciones o hagan cumplir sus
providencias administrativas o judiciales. 4º Ejercer actos en contra de la persona o bienes
de cualquier funcionario público o contra alguna clase determinada de ciudadanos. 5º
Allanar los lugares de prisión para atacar a los conductores de reos, bien sea para salvar
éstos o maltratarlos”; en el artículo 303 del Código Penal de Panamá, “para impedir el
cumplimiento de alguna norma legal o sentencia o impidan el funcionamiento del régimen
constitucional vigente”; en el artículo 143 del Código Penal de Uruguay, “1° Deponer a
alguno o algunos de los empleados de la Administración, o impedir que tomen posesión
del destino los legítimamente nombrados o elegidos. 2° Impedir, por actos directos, la
promulgación o ejecución de leyes, o la celebración de las elecciones en alguno o algunos
de los Departamentos. 3° Obstar a que las autoridades ejerzan libremente sus funciones, o
hagan cumplir sus providencias administrativas o judiciales. 4° Ejercer actos de odio o
venganza en la persona o los bienes de alguna autoridad o de sus agentes. 5° Ejercer, con
un objeto político o social, algún acto de odio o de venganza contra los particulares o
cualquier clase del Estado, o contra sus bienes. 6° Allanar los lugares de prisión, o atacar a
los que conducen presos de un lugar a otro, para salvarlos o maltratarlos”. 101 PACHECO
OSORIO, 1986, p. 64. 21 otras distintas a ella. Dichas facultades lo podemos hallar dentro
de reglamentos y normas que regulan las funciones de las autoridades (a ellas debemos
ceñirnos al momento de clasificar típicamente los fines de los sediciosos). Algunos
doctrinarios como SOLER señalan que lo que se busca impedir es la función de la autoridad
general102 . “El alzamiento puede estar determinado por el propósito de impedir que la
función sea ejercida en determinado caso; pero el medio debe consistir en impedir la
función en general”103. Por nuestra parte, estimamos que la función debe
corresponderse a lo señalado en la normatividad correspondiente, atendiendo a la vez la
afectación que ésta implica para el bien jurídico. 52. Evitar el cumplimiento de leyes o
resoluciones. Los sediciosos buscan que las leyes o resoluciones no sean ejecutadas. Se
obstaculiza el carácter imperativo de sus mandatos. Comúnmente estos hechos ocurren
durante la puesta en vigencia de las normas, por ello, es lógico deducir también que
cuando el legislador precisa leyes o resoluciones se está refiriendo a éstas en sentido de
estar en vigencia y no bajo proyectos. Cuando hace mención a leyes, se dirige a leyes
ordinarias, leyes orgánicas, reglamento del Congreso, decretos leyes y decretos
legislativos, en relación a las resoluciones se refiere a los decretos de urgencia,
resoluciones legislativas, resoluciones administrativas, decretos supremos, resoluciones
directorales, resoluciones ministeriales, ordenanzas entre otras . Debido al sentido amplio
como el texto legal expresa al termino “resoluciones” es necesario tomar en cuenta la
trascendencia de éstas para exigir la intervención punitiva104. Se excluye dentro de este
grupo normativo a la Constitución y a los Tratados Internacionales. 53. Impedir las
elecciones generales, parlamentarias, regionales o locales. Con el alzamiento los
sediciosos pretenden obstaculizar o hacer dificultoso la celebración de los comisios
electorales. Las elecciones pueden ser presidenciales, parlamentario, regionales o
municipales. Los actos deben dirigirse al mismo hecho del sufragio popular y no antes o
después de ella. El alzamiento se adecua en los días de las elecciones y no en otras
temporadas, caso contrario subsiste imputar la conducta por el delito de perturbación
electoral. Se aprecia que la comisión por coautoría del delito de perturbación electoral
guarda semejanzas típicas con la sedición, por ello, se constata concurso ideal cuando el
alzamiento en sí constituya una perturbación antes que impedimento del proceso
electoral. 6.6. Tipo Imperfecto Realizado. 54. Estamos ante un delito de resultado, basta
que los sediciosos se alzen en armas para que el tipo penal se perfeccione sin necesidad
de que el fin delictivo se haya concretizado (consumación formal). Es un delito de
actividad en el sentido que sólo se requiere del alzamiento sin necesidad de exigir algún
resultado. La tentativa resulta de difícil configuración. Jurisprudencia: “Carece de
fundamento la imputación dirigida al periodista encausado a título de tentativa de
sedición, toda vez que en los delitos formales no se considera delictiva la simple tentativa.
No incurre en delito de sedición el procesado autor de un artículo periodístico en el que
formula una invocación a los Institutos 102 SOLER V, 1978, pp. 68-69. 103 Ibidem., p. 69.
104 MUÑOZ CONDE, 2001, p. 977. 22 Armados para que conjuren la anomalía de los
frecuentes contrabandos que, afirma, se realizaban en una de nuestras fronteras ante la
pasividad de determinados funcionarios públicos”105 . 6.7. Pena. 55. Se sanciona la
conducta con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años. Si los
agentes delictivos, durante la comisión delictiva, fueran funcionarios, servidores públicos o
miembro de las fuerza armadas o de la Policía Nacional se sancionará además con
inhabilitación de uno a cuatro años conforme al artículo 36 incisos 1, 2 y 8.

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