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El apego

El apego es sinónimo de no soltar, de no dejar ir, es


hacer vista gorda a la experiencia y más aún marcarlo
con una carga emocional que termina siendo una
mochila en el diario vivir.
En definitiva se puedes podría definir el apego como:
“el egocéntrico afán de controlar y poseer aquello que
queremos que sea nuestro y de nadie más”.
Para soltar apegos con Ho’oponopono tenemos que no
aferramos a este hacen mal, simplemente se trata de un
instrumento que usaremos cuando queramos dejar ir,
eliminar de nuestra vida aquello que nos hace sufrir al
estar aferrados a ello.
Consiste en ayudar a soltar aquello que nos hace daño,
un buen ejemplo, una relación tóxica de cualquier
índole: pareja, amistad, familia, esas que, aun sabiendo
que nos perjudican, no somos capaces de suprimir
debido a cierta dependencia emocional.
Otro caso en particular esta relacionado con el control
de los celos y el afán de poseer nacen del miedo a perder
lo que se tiene, estos son enemigos sutiles que destruyen
la confianza y la libertad, aunque pueda parecer lo
mismo, el apego es lo contrario del amor.
Es decir los seres humanos vivimos atrapados por una
perversa incongruencia, y ésta se revela, sobre todo, en
nuestra manera de relacionarnos con todo lo que
podemos ver, tocar y disfruta.
En un primer momento, sufrimos por querer lo que no
tenemos, el deseo nos lleva a poner nuestro foco de
atención en alguien o algo muy concreto, como por
ejemplo la persona que nos gusta, el trabajo soñado,
más tiempo libre o un coche deportivo.
Sin embargo, por el camino nos olvidamos de nosotros
mismos, de lo que verdaderamente necesitamos, y al
obsesionarnos con el objeto de nuestro deseo, de forma
inconsciente terminamos idealizándolo, de hecho,
llegamos a creer que cuando lo obtengamos nos
proporcionará la felicidad de la que carecemos.
Lo absurdo surge cuando finalmente conseguimos eso
que tanto anhelamos, por muy absurdo que parezca, de
pronto comenzamos a sufrir por miedo a perderlo, a que
nos lo estropeen, a que nos lo quiten, y este temor
contamina nuestra mente y nuestro corazón con dosis
diarias de ansiedad, nervios y preocupación,
atascándonos en un callejón sin salida: no podemos
vivir felices con ello ni sin ello.
De hecho, hay quien dice que el apego es “natural” y
“sano”, pues es una muestra del “amor” que sentimos
por aquello a lo que vivimos apegados, e incluso
algunos afirman con cierto orgullo que “cuanto más
apego se tiene, más se ama”, pero nada más lejos de la
realidad.
Estar apegado a alguien o algo también implica “creer
que eso que nos pertenece es imprescindible para
nuestra felicidad”.
Sin embargo, provoca en nosotros el efecto contrario,
más que unirnos, el apego nos separa de lo que estamos
apegados, mermando nuestro bienestar y nuestra
libertad.
Se ha identificad que se tiene apego cuando tienes
miedo de ser libre y volar, tienes apego cuando pierdes
tu poder interior.
Cuando te vuelves dependiente de una persona, de un
evento o de una circunstancia; inclusive cuando
fanatizas en una religión como una muleta exterior, no
como un punto de apoyo en tu proceso interior.
El desapegar no es siempre muy fácil, en esa vivencia
verás como desapegar, determinar lo que tal vez sea
necesario desprenderse, y tendrás algunas ideas sobre la
jornada del desapego, usted conseguirá a través del
Ho'oponopono transforma y cambia tu vidas.
Usted puede renunciar a los pensamientos tóxicos
como:
"Yo no soy bueno, o bueno, lo suficiente, no soy digno
de ser amado (a)" y así sucesivamente.
Desapego de los juicios...
Que las memorias rodando en la mente hicieron de
personas, definiéndolas como "personas tóxicas" en su
vida... Las personas que te sacaron abajo te hicieron
sentir profundamente mal e inadecuado (a).
Dejar ir los comportamientos tóxicos...
Derramas, excesos, envolturas con "amigos" o personas
aparentemente oportunistas que son las impresiones de
las memorias en la mente, los juicios hechos por ellas,
y con el que te identificas, que te hacen sentir mal, beber
y comer excesivamente, entre otras cosas.
Eliminar hábitos tóxicos...
Como usted pasa su tiempo se ha convertido en un
hábito, tal vez sean hábitos como descuido en mantener
su casa o hasta su vida desordenada, o fumar, o hábitos
como comer demasiado, pensar y hablar demasiado.
Cuando existe una división entre lo que es y lo que uno
cree que debe ser, se crean estados de angustia,
insatisfacción, dolor, miedo y resentimientos que deben
ser sanados, el individuo, que vive fragmentado, debe
volver a la unidad, y ésta sólo se alcanza sabiendo cuál
es la enseñanza evolutiva escondida tras cada ciclo de
experiencias.
Cuando lo conocido se derrumba y el horizonte cambia,
es importante preguntarnos ¿qué debo aprender ahora?
¿Cuál es la razón para que el universo me haya colocado
en esta situación?
Para disolver apegos es necesario un cierre.
Lo que quedó atrás y ya no tiene validez, no debe ser
alimentado con la energía del pensamiento por más
tiempo.
No es posible avanzar por el camino con la mirada fija
en el espejo retrovisor, cuando hay obsesión con
imágenes repetitivas, que vienen del pasado, es señal de
que todavía queda algo pendiente por disolver y
transformar, entonces, con es allí donde debemos usar
la técnica para la transformación y perdón de viejas
heridas, aquellas que sólo con el roce del recuerdo
sangran nuevamente, de todas nuestras memorias
dolorosas, guardadas en muestra mente subconsciente,
repitiendo una y otra vez, proyectándose para sanar.
El desapego no es una condición negativa, sino una
condición vigilante, positiva, que nos libera de algo que
impide en nosotros el contacto con el alma, ese algo es
el miedo de la libertad, tenemos apego cuando tenemos
miedo de la libertad, tenemos apego cuando perdemos
el poder interior, tenemos apego cuando nos volvemos
dependientes de una persona, de un evento, de una
circunstancia; inclusive de la religión como una muleta
exterior, no como un punto de apoyo interior.
El apego nos hace perder el poder, porque nos hace
perder el punto de apoyo interior y éste es autonomía,
la autonomía es la condición del alma, del contacto de
la personalidad con el alma, solamente cuando seamos
autónomos, nos aceptemos, nos reconozcamos,
tengamos autonomía interior y seamos nosotros
mismos; entonces el alma podrá anclarse en nuestro
vehículo.
Es un estado emocional que tiene dos puntas, una
positiva y otra negativa, el primero es el estado de
placer y la emoción que sientes cuando logras aquello a
lo que estás apegado.
El segundo es la sensación de amenaza y la tensión que
lo acompañan, lo que te hace vulnerable al desorden
emocional y amenaza constantemente con perder tu
paz.
Pocas personas llegan a éste entendimiento y se aferran
sin querer soltar, creando sufrimiento en su mente
proyectándolo en todas las áreas de la vida.
Uno de los problemas con el apego trae consigo
emociones tóxicas como la preocupación y la
frustración y otro que nos aleja de la fuente interna de
la paz y la tranquilidad tomando en cuenta que el control
de nuestras vidas esta en nosotros mismos.
"Tu bienestar depende única y exclusivamente de ti"
No coloques tu felicidad en algo material, no coloques
tu felicidad o bienestar en otra persona porque si es así,
tu felicidad te la pueden robar, tú bienestar o felicidad
puede morir y de un segundo a otro la vida es una
miseria, un sufrimiento incontrolable que no tiene por
donde entenderse.
Aprender el Desapego "No es ninguna batalla"... solo se
trata de comprender y soltar, agradecer, fluir, gozar,
Amar incondicionalmente y confiar que todo aquello
que necesitas ya se halla en tu interior, todo lo demás
son experiencias que vienen y van, necesarias para
nuestra evolución, que hay que disfrutarlas y vivirlas
con intensidad, pero sin aferrarte como si fuera tu
respirar.
El desapego con la técnica se logra entregando todo a la
Divinidad, sin condición dejando todo en sus manos
solo la Divinidad sabe lo que es correcto y perfecto para
nosotros.
Borrando memorias de apegos emocionales:
Aceptar las pérdidas + Asumiendo la responsabilidad +
Compartir +Corazón partido + Desapego y cambio +
Dolor del alma + Falta de amor + Gratitud + Patrones
ancestrales + Perdón + Pertenencia + Segunda placenta
+ Talentos olvidados + Anclar las creencia
La razón es que los apegos siempre van enlazados a un
sentimiento, de ahí que resulte tan difícil poder
manejarlos…

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