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Gante en un día

El casco histórico de Gante es pequeño y cómodo para visitar a pie, ya


que muchas de sus calles son solo peatonales: en este itinerario os
proponemos un recorrido por Gante en un día donde conoceremos sus
principales atracciones turísticas y pasearemos por sus calles, a través de una
ruta pensada para que aprovechéis al máximo vuestras horas en la ciudad.

La Iglesia de San Nicolás en Gante.

Si en lugar de prepararlo por vuestra cuenta (y sobre todo, si tenéis poco tiempo)
preferís conocer Gante de la mano de un guía local que os acompañará a recorrer la
ciudad con explicaciones en español y transporte de ida y vuelta desde Bruselas, no os
lo penséis y reservad ya nuestra excursión de un día a Gante o laexcursión de Gante
y Brujas en un día. ¡No os arrepentiréis!

Mañana
Comenzamos nuestro itinerario de un día en Gante con la llegada a la estación
de tren de Sint-Pieters, desde donde cogeremos el tranvía 1 (salid de la
estación y veréis las dársenas justo enfrente) hasta el centro. Si os apetece
más caminar, a pie desde la estación hay media hora larga (no tiene pérdida
porque el centro está indicado continuamente).
Bicis y cerveza: dos elementos omnipresentes en Gante.

Una buena idea para conocer mejor la ciudad es que al llegar bajéis caminando hasta el
casco histórico y a la vuelta, que estaréis más cansados, volváis hasta la estación en
tranvía.

Una vez en el centro comenzaremos nuestro recorrido en la Sint-


Baafsplein, donde nos toparemos con las dos primeras grandes torres de
Gante, que por algo es conocida como la “ciudad de las tres torres”: la primera
pertenece a la Catedral de San Bavón, donde os recomendamos entrar para
no perderos la gran obra del flamenco tardío, La Adoración del Cordero
Místico (la catedral es gratuita, pero para ver este políptico tendréis que pagar
entrada).
El Belfort de Gante.

La segunda torre que llamará vuestra atención será la del campanario


o Belfort de Gante, coronada por una veleta en forma de dragón. Si queréis
disfrutar de una buena panorámica de la ciudad esta es vuestra oportunidad,
pues un ascensor os elevará casi cien metros hasta su cubierta superior.
Al salir, no olvidéis acercaros al edificio contiguo, la antigua Lonja de
Paños, donde se custodiaban los privilegios concedidos a la ciudad.
Continuad por la Cataloniëstraat unos minutos hasta que veáis la tercera de
las famosas torres de Gante ante vosotros, la de la bellísima Iglesia de San
Nicolás, con sus tejados cónicos cubiertos de piedra grisácea (la iglesia es tan
característica que no la confundiréis).
Casco histórico de Gante.

Atajando por uno de los laterales de la Iglesia de San Nicolás llegaréis


enseguida a la plaza Korenmarkt, que está justo al lado.
Si coincide que estáis visitando Gante en verano, podéis refrescaros en la heladería
DAMASS, donde hacen unos helados caseros buenísimos.
El cruce entre estos muelles es una de las mejores vistas de Gante.

Callejeando por detrás de las calles de Korenmarkt encontraréis también las


zonas de los antiguos muelles de Graslei (muelle de las hierbas)
y Korenlei (muelle del trigo), dos de las imágenes más conocidas de Gante,
separados por el río Lys. Sobre él se encuentra también el famoso Puente de
San Miguel.
Si os colocáis justo en el centro del puente de San Miguel veréis las tres torres
de Gante: el Belfort, la de la Catedral de San Bavón y la de la Iglesia de San
Nicolás).
Uno de los canales de Gante.

Podéis comer por este barrio, que está lleno de restaurantes, pero echad un vistazo a las
cartas expuestas fuera antes de entrar para evitaros sorpresas con la cuenta, ya que se
trata de una zona muy turística.

Tarde
Atravesando el Graslei llegaréis hasta el Castillo de los Condes de Flandes o
Castillo de Gravensteen, al que podréis acceder atravesando su foso medieval.
En él podréis visitar las estancias interiores, donde destaca la Sala de Torturas,
y subir a sus torreones para ver Gante desde otra perspectiva.
El Castillo de los Condes de Flandes.

Poco antes de llegar al Castillo de los Condes de Flandes se encuentra Julie’s


House (Kraanlei, 13), una pastelería casera no apta para dietas. El local, con una
decoración vintage muy acogedora, ya invita a entrar por sí solo, pero es que las tartas
están de chuparse los dedos. Nosotros merendamos tan bien que no pudimos evitar
llevarnos un par de porciones de vuelta a Bruselas para desayunarlas al día siguiente.
Así de apetecibles son los pasteles de Julie’s House.

Una vez hayáis visitado el Castillo de los Condes de Flandes, que no os llevará
más de una hora/hora y media, os invitamos a pasar el resto de la
tarde callejeando por Gante para degustar ese ambiente tan particular que se
respira en la ciudad. Si os perdéis por las calles que rodean al castillo estaréis
en el barrio de Patershol, uno de los barrios con más encanto de Gante, donde
restaurantes de calidad conviven con antiguas casas de pescadores y
boutiques de nuevos diseñadores.
En Gante se mezclan antiguos edificios históricos con callejones llenos de grafitis.

Si os apetece conocer un bar diferente y con buena música donde tomar algo mientras
descansáis antes de volver a Bruselas, os recomendamos Mosquito Coast(Hoogpoort,
28). Lo encontramos por casualidad callejeando por detrás de la catedral y nos encadiló
con su ambientación viajera (¡tiene hasta una biblioteca llena de guías de viaje!). En esa
misma calle tenéis también varias tiendas interesantes, como una pequeña orfebrería
cuyo dueño trabaja sentado en la puerta.
Mosquito Coast, uno de nuestros bares favoritos en Gante.

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