Electivo Neoliberalismo, Biopolítica y Clínica psicoanálitica
Resumen Clase del 3 de marzo de 1979 “El
nacimiento de la biopolítica” Michel Foucault
Profesor: Dr. Rodrigo de la Fabian.
Estudiante: Sebastián Vásquez V.
Santiago, lunes 22 de enero de 2018.
El autor parte el texto señalando que a nivel contextual los tipos de neoliberalismo que se desarrollan en Estados Unidos, Francia y Alemania no son muy diferentes. Sin embargo, el neoliberalismo estadounidense se desarrolla ante la existencia de un new deal y una la crítica particular sobre el mismo: bajo un contexto político calificado de keynesiano, implementado en la era Roosevelt (1933-1934). Donde uno de los textos fundamentales es el Simons, en la escuela de Chicago titulado “un programa positivo para el laissez-faire”. Luego, la otra característica contextual que Foucault analiza es la presencia de pactos de guerra entre las naciones, asegurando soportes sociales como un tipo organización económica, en el cual la seguridad de las personas que se “les pedía matar” estuviera resguardada posteriormente. Finalmente, el tercer elemento es el fortalecimiento de la administración federal a través de programas económicos y sociales. En este punto, es fundamental para Foucault, comprender que una de las diferencias entre el neoliberalismo europeo y el estadounidense es la implantación, en éste último de una política liberal, como principio legitimador de la propia independencia de la nación. Posteriormente analiza la propuesta del liberalismo, como utopía. Al igual que fue el comunismo o el socialismo en períodos precedentes. Para Foucault, es importante dar cuenta de cómo el liberalismo se constituye en una manera de ser y pensar el mundo. Como estilo general de pensamiento, análisis e imaginación de sujeto. Para esto propone dos tipos de focos analíticos: la idea de “capital humano” y la gestión de la delincuencia y la criminalidad. En torno a la noción de capital humano, Foucault sitúa el hecho de “un adelanto del análisis económico” y, que, a partir de este adelanto, toda una seria de esferas de la vida antes inexploradas comienzan a ser realizados desde el marco de inteligibilidad neoliberal. Luego, reintroduce las propuestas de teóricos liberales, como Schultz, Becker, Mincer y Robbins, que a diferencia de Marx consideran que el problema de la relación fuerza de trabajo/capitalismo, no está en el origen del carácter “Real del capitalismo”. Si no, más bien relevan una crítica teórica, respecto a cómo en el discurso económico, el trabajo se vuelve objeto de abstracción (describiendo procesos y fenómenos, como la plusvalía, por ejemplo) siendo que el trabajo es ante todo una actividad. Foucault, en este punto problematiza el cambio de registro en una cita de Robbins “la economía es la ciencia del comportamiento humano (…) como una relación entre fines y medios que tienen usos que son excluyentes mutuamente”. Aquí radica el cambio. La economía deja de ser un análisis de procesos (como Marx lo hace en el capital), pasando a ser ante todo el estudio de la racionalidad interna que programa de forma estratégica la actividad de los individuos. El análisis económico no estriba en el trabajo como objeto, sino en el sujeto que trabaja, como sujeto económico activo ¿qué significa el trabajo para quién trabaja? Respondiendo a la pregunta anterior, los teóricos liberales enfatizan que el trabajo es ante todo un ingreso, es decir, un flujo de capital. Donde, el capitalismo vuelve al trabajador una “maquina” con idoneidad y aptitudes que lo alienan irremediablemente. A partir de lo anterior, es que la relación que se establece entre el trabajador y su ingreso (ya no el intercambio por la fuerza de trabajo) es una relación máquina-idoneidad, donde el sujeto se convierte en una “especie de empresa de sí mismo”. Foucault, continua y propone un retorno del homo economicus, no en su concepción clásica como el socio del intercambio. Si no, más bien la emergencia de un homo economicus como empresario de sí mismo. Así, el hombre de consumo es, ante todo, un productor. “Un productor de su propia satisfacción”. Por tanto, la renta (el salario) es indisociable de la persona que la produce, haciendo que el individuo comienza a circular al interior del discurso económico como “capital humano”. A continuación, el autor, introduce la problemática del potencial genético de los individuos como máquinas-flujo al interior del neoliberalismo, señalando que los efectos racistas de la genética son la gran problemática de la actualidad. Haciendo que la inversión educativa -entre otras temáticas emergentes- se torne central para la producción de capital humano avanzado en las sociedades contemporáneas. De esto se deriva la importancia del factor ambiental para la estimulación del desarrollo niños/as en consideración de las diferencias estructurales de capitales culturales de su familia, lo que se repite al analizar la salud y la higiene pública. Finalmente se analiza el fenómeno de la migración, donde la movilización de los sujetos también es una forma de inversión de capital humano. En la búsqueda de una mejora en la remuneración y el ingreso, el migrante es un empresario de sí mismo. De aquí, se introduce la idea de innovación, en contraposición a las hipótesis sobre el imperialismo (Rosa Luxemburgo). Haciendo de la innovación, la inversión y el desarrollo del capital unos de los leitmotiv, no solo de las políticas económicas, si no, también de los proyectos sociales, culturales y educativos de los estados neoliberales en occidente. Al mismo tiempo, que ésta se convierte en una de las explicaciones sobre las condiciones de sub-desarrollos de los países del tercer mundo, donde sus dificultades no radican en el desarrollo de políticas económica globales o proyectos generales, si no, en su incapacidad de invertir en el desarrollo de capital humano en diferentes áreas o disciplinas específicas. Explicación de la noción del empresario de sí mismo: A partir del texto de Foucault, el concepto de empresario de sí mismo se debe comprender como uno de los paradigmas centrales para explicar la constitución de los sujetos (sujeción y subjetivación) en la modernidad. En la reinvención (retorno) del homo economicus tradicional, como socio del intercambio. El homo economicus del neoliberalismo, se enfrenta al imperativo de conjugar producción y satisfacción de forma simultánea. Como hemos podido revisar durante el curso, la pregunta sobre como “decir sí” al deseo de los sujetos, se puede resolver éticamente con la metáfora del empresario del sí mismo. Es decir, aquel sujeto que invierte libremente en su propio desarrollo, contribuyendo de forma directa a la circulación de bienes, como máquina-flujo al interior del capitalismo. Al mismo tiempo, que siente que sus acciones- su actividad como trabajador- responde a un proyecto personal, autónomo y libre donde la inversión de tiempo, dinero, trabajo y movilidad (como los migrantes) tiene como consecuencia directa alcanzar el bienestar personal, la felicidad y la adecuación entre su deseo y la producción capitalista global. El empresario del sí mismo, es el leitmotiv que Foucault releva para pensar las relaciones de poder que se establecen entre los sujetos, las instituciones disciplinarias y securitarias y, su propia biografía. Donde la circulación de individuos por diferentes espacios, más que ser considerada un ejercicio biopolítico de control sobre el cuerpo individual, responde a técnicas gubernamentales (un nuevo arte de gobernar) particular que gestiona, regula y modula la vida en comunidad de las diferentes poblaciones, en función de predecir y calcular su deseo de invertir en la propia individualidad. Referencias: Foucault, M. (2012). Clase del 14 de marzo de 1979. El nacimiento de la biopolítica. Pp. 249- 274.