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03 - Privado I 2o17 PDF
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Persona humana
Derechos y actos personalísimos
Definición. Naturaleza jurídica
Los derechos personalísimos son los que recaen sobre ciertos aspectos o manifestaciones de
la personalidad del hombre para proteger su libre desenvolvimiento: derecho al honor, a la
intimidad, a la libertad, a la integridad física, etc.
Estos derechos subjetivos no sólo tienen reconocimiento expreso en el Código Civil y
Comercial; el derecho supranacional de derechos humanos constitucionalizado (art. 75 inc. 22
CN) establece las bases fundacionales del régimen de los derechos personalísimos, toda vez
que la dignidad personal como sus emanaciones (intimidad, imagen, identidad, honor y
derechos sobre el propio cuerpo) son reconocidos de manera explícita en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y en otros instrumentos supranacionales.
Caracteres
Estos derechos son absolutos, extrapatrimoniales, irrenunciables, relativamente disponibles
por las partes y por ende no transmisibles. Otro carácter es que la vulneración de ellos da
derecho a su titular a reclamar la prevención y reparación de los daños conforme lo estipulado
en los arts. 1708 a 1780 inclusive del Código Civil y Comercial.
Son absolutos porque se dan contra todos, erga omnes, ya que todos y cada uno de los
miembros que constituyen la comunidad jurídicamente organizada están obligados a respetar
la persona de los demás.
Decimos que son relativamente disponibles por las partes pues, de conformidad al art. 55 del
Código Civil y Comercial, se puede disponer de los derechos personalísimos bajo ciertas
condiciones: que medie consentimiento por el titular de los derechos, que éste no sea contrario
a la ley, la moral o las buenas costumbres.
Asimismo, prevé que el consentimiento no se presume, es decir que debe otorgarse en forma
clara, ya sea expresa, tácita, o incluso por vía de silencio, y “es de interpretación restrictiva, y
libremente revocable”9.
Caracteres
Los atributos participan de los siguientes caracteres:
Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la persona física pueda
carecer de alguno de estos atributos por cuanto, la determinan en su individualidad.
Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de cada clase en un
momento determinado. Así, la persona humana no puede ser capaz
e incapaz a la vez de adquirir un derecho, no puede tener más estados civiles familiares del
mismo orden, por ejemplo soltero-casado.
Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del comercio. Son
inmutables: sólo se modifican cuando se verifica el supuesto normativo que así lo prevé.
Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el transcurso del tiempo.
Nombre
Noción
Régimen legal
El prenombre
Apellido de los hijos.
Es dable señalar que el apellido, nombre familiar o patronímico, es la designación común a
todos los miembros de una misma familia, que, unido al prenombre, identifica a la persona
física, conformando su nombre propiamente dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar,
pues cada individuo lleva el apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho
grupo.
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los
cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con edad y
madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de
que un mismo matrimonio tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se haya
decidido para el primero.
Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste lleva el
apellido de ese progenitor.
Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla establecida
para los hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer apellido de alguno de los
cónyuges.
Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el orden de los
apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea el interés superior del
niño.
Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se establece que
debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con
el apellido que esté usando o, en su defecto, con un apellido común (art. 65) o bien, si la
persona tiene edad y grado de madurez suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido
que esté usando (art. 66).
Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o
sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el apellido del
otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no contraiga
nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial18.
El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con
intervención del Ministerio Público”22, debiendo “publicarse en el diario oficial una vez por mes
en el lapso de dos meses”, a fin de que presenten las oposiciones y se soliciten informes
respecto de “las medidas precautorias que existieren con relación al interesado”23.
Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, será oponible a
terceros.
Acciones de protección
Art. 71. Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa de su
nombre:
Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece que el titular
exclusivo es el interesado y, si éste ha fallecido, podrá ser ejercida por sus descendientes,
cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos.
Seudónimo
En cuanto al seudónimo, el art. 72 contempla “El seudónimo notorio goza de la tutela del
nombre”25.
El seudónimo es la designación, diferente del nombre verdadero, que una persona
voluntariamente se da a sí misma, en el desarrollo de alguna actividad específica cultural,
artística, comercial o profesional, sea con el objeto de ocultar su verdadera identidad o para
darle realce en el ejercicio de esa actividad. Puede formarse con un nombre y apellido, con un
prenombre, o con una designación de fantasía.
Como el seudónimo notorio goza de la tutela del nombre, el titular para su protección, podrá
interponer las acciones previstas para proteger el nombre, es decir las previstas en el art. 71.
Asimismo, el art. 69 ha receptado el cambio de nombre cuando existan justos motivos a
criterio del juez y el inc. “a" dispone que se considera justo motivo al supuesto en que el
seudónimo hubiese adquirido notoriedad.
Domicilio
Noción. Caracteres
El domicilio real, definido en el art. 73 del CCCN, es donde la persona humana tiene su
residencia habitual. Ahora bien, si ejerce actividad profesional o económica, lo tiene en el lugar
donde la desempeña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
Como podemos ver, la ley contempla la residencia como un elemento del domicilio, dado que
el mismo se determina en función de la residencia habitual, entendida como el lugar en el que
habitual y permanentemente habita una persona.
Elementos constitutivos del domicilio real: el domicilio real, esencialmente voluntario, está
conformado por un elemento material o corpus y el elemento intencional o animus. El primero
está constituido por la residencia de la persona que es efectiva y permanente y el animus es la
intención o propósito de permanecer en un determinado lugar. Así, el domicilio real se
constituye por la reunión de sus dos elementos.
El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley presume, sin admitir
prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que éste no es un
atributo de la persona, sólo lo es el general en todas sus clasificaciones.
El domicilio especial es el que las partes de un contrato eligen para el ejercicio de los
derechos y obligaciones que de él emanan (art. 75).
Este domicilio produce sus efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas determinadas,
es decir, tiene eficacia sólo para aquellas relaciones jurídicas para las que ha sido instituido.
Es elegido libremente por las partes y el domicilio convenido tiene fuerza de ley para los
contratantes, es decir que tiene efecto vinculante, salvo que, por acuerdo común de partes, lo
modifiquen.
Este domicilio es temporario en principio y se termina cuando la situación finaliza. Por eso no
se puede decir que éste sea un atributo de las personas, sino que puede faltar. Un ejemplo de
domicilio especial es, en el caso de las sociedades que poseen este tipo de domicilio, el de la
jurisdicción en el que se encuentra constituida; además pueden tener una sede diferente
donde funciona.
El domicilio especial participa de los siguientes caracteres:
Capacidad
Noción.
Clases. Caracteres
La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la persona–
puesto que comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que consiste en la aptitud de
las personas físicas para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil.
La capacidad tiene los siguientes caracteres:
a) las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no
pueden ser modificadas por voluntad de los particulares;
b) es principio general que tanto las incapacidades como las
restricciones a la capacidad son la excepción;
c) las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva.
Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza toda persona humana para
ser titular de derechos y deberes jurídicos. Esta aptitud se vincula muy directamente con la
personalidad humana; por ello, todas las personas son capaces de derecho y no puede
concebirse una incapacidad de derecho absoluta, es decir, que comprenda todos los derechos
y obligaciones, porque sería contrario al orden natural.
No pueden contratar en interés propio los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya
administración o enajenación están o han estado encargados;
a) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los
árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de bienes relacionados con procesos en los
que intervienen o han intervenido;
b) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos
en procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los
bienes de las testamentarias que estén a su cargo.
Capacidad de ejercicio
Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho, y prevé “Capacidad
de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las
limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial”
La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer derechos por sí mismo. Así, el principio
general es la capacidad, con las limitaciones que prevé el Código en su artículo 24, al referir a
las personas incapaces de ejercicio y las que determine en una sentencia judicial, referencia
que alude al supuesto de restricción al ejercicio de la capacidad en relación a los mayores de
edad, en las condiciones establecidas por la legislación en el art. 24 inc. “c” y 31 y ss. del
CCCN.
Estado civil
Definición
El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la posición o rol que
ocupa una persona en la sociedad, por ejemplo estado civil, o en una familia, por ejemplo
estado de padre, de hijo, etc.
Caracteres
Efectos
Prueba
Los datos concernientes a la existencia y estado civil de las personas deben recogerse de
modo fidedigno y ser custodiados en archivos oficiales, en beneficio no sólo del interesado,
sino también del Estado y de los terceros que puedan tener interés en obtener información útil.
El código establece el medio de prueba del nacimiento, matrimonio, muerte de las personas
físicas, estableciendo que se prueba con las partidas del Registro del Estado Civil y Capacidad
de las Personas, conocido como Registro Civil (arts. 96 y 420 del CCCN).
En primer lugar cabe distinguir entre persona y vida humana. Tal como señalamos
anteriormente, la noción de persona es una categoría jurídica, pues se trata de ser portador de
derechos, mientras que la vida humana es un suceso de la naturaleza, es su asiento natural.
Ausencia de la persona
Definición
El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) las normas sustantivas y
procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al procedimiento previsto a los fines
de obtener tal declaración. El fin último de esta regulación es la protección del patrimonio del
ausente, pues lo que se pretende es la designación de un curador especial a los bienes para
que estos puedan ser administrados en debida forma mientras dure el estado de ausencia.
Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para peticionar ante el
juez competente la declaración de ausencia simple, ni que la desaparición se vincule con un
hecho extremo del cual se presuma la muerte del ausente; sólo se impone que existan bienes
para cuidar, de manera tal que se adopten aquellas medidas necesarias para proteger el
patrimonio del ausente.
Procedimiento
Los artículos 80, 81, 82, 83 y 84 regulan el procedimiento para obtener la declaración de
ausencia.
Así, el art. 80 establece quiénes se encuentran legitimados para incoar el proceso de ausencia:
El Ministerio Público
Toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del
ausente.
La solicitud de la declaración deberá incoarse ante el juez el domicilio del ausente; si éste no
lo tuvo en el país o no es conocido, es competente el juez del lugar donde existen bienes, y si
hubiere bienes en distintas jurisdicciones, el que haya prevenido; todo ello conforme lo prevé el
art. 81.
“En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador provisional o adoptar las
medidas que las circunstancias aconsejan”39 a fin de la preservación del patrimonio.
Una vez oído el defensor y producida la prueba correspondiente, que tendrá por fin acreditar la
desaparición del ausente y que podrá rendirse por cualquier medio, si concurren los extremos
legales, el juez estará en condiciones de dictar la sentencia de declaración de ausencia simple
y designar al curador.
Efectos
Dictada la sentencia de simple ausencia, se designará un curador a fin de que realice los
actos de conservación y administración ordinaria de los bienes. Para el supuesto de que deba
realizar un acto que exceda la administración ordinaria, deberá requerir autorización al juez, la
que debe ser otorgada sólo en caso de necesidad evidente e impostergable.
La curatela del ausente termina por su presentación personalmente o por apoderado; por su
muerte o por su fallecimiento presunto declarado judicialmente (art. 84).
Muerte presunta
Conforme lo prescribe el art. 85, para que nazca la presunción de fallecimiento es preciso que
la persona se ausente de su domicilio sin que se tenga noticias de ella por el término de tres
años, sin requerir la norma que la ausencia de la persona haya ocurrido en virtud de una
circunstancia que traiga aparejada la muerte (supuesto de buque o aeronave naufragada,
incendio, terremoto, etc.), como ocurre en los casos extraordinarios. Por último, el plazo de
tres años debe contarse desde la fecha de la última noticia que se haya tenido del ausente.
El artículo 88 prescribe el procedimiento que debe seguir el juez en orden al trámite del pedido
de declaración de fallecimiento presunto.
Deberá citarse al ausente por edictos que se publicarán una vez por
mes durante seis meses, publicación que deberá disponerse en el Boletín Oficial y en otro que
resulte de importancia.
Día presuntivo de fallecimiento. Deberá fijarse como día presuntivo del fallecimiento:
a) en el caso ordinario, el último día del primer año y medio;
b) en el primero de los casos extraordinarios, el día del
suceso y si no está determinado, el día del término medio de la época en que ocurrió o pudo
haber ocurrido;
c) en el segundo caso extraordinario, el último día en que
se tuvo noticia del buque o aeronave perdidos;
d) si es posible, la sentencia debe determinar también la
hora presuntiva del fallecimiento; en caso contrario, se tiene por sucedido a la expiración del
día declarado como presuntivo del fallecimiento.
Efectos de la declaración
En orden a los efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre el punto.
Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el testamento que
hubiese dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios deben recibir los bienes del
declarado presuntamente fallecido, previo inventario. El dominio se inscribirá en el registro
correspondiente (Registro de la Propiedad, Registro de la Propiedad del Automotor) con la
prenotación del caso, a nombre de los herederos o legatarios que podrán hacer partición de
los mismos, pero no enajenarlos ni gravarlos sin autorización judicial.
Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene noticia cierta de su
existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la devolución de
aquéllos a petición del interesado.
Efectos sobre el matrimonio: según el art. 435 inc. “b”, la declaración de ausencia con
presunción de fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro
cónyuge podrá contraer nuevo matrimonio.
La incapacidad
Noción. Clasificación
Además de las capacidades, existen las incapacidades de derecho y de hecho. Las mal
llamadas “incapacidades de derecho”, en realidad, son
incompatibilidades o prohibiciones que la ley prevé en casos concretos para evitar un daño al
interés público. Es decir, son restricciones a la aptitud genérica para ser titular de ciertos
derechos en una determinada relación jurídica.
El fin concreto de estas prohibiciones es ése: proteger el interés público y castigar al incapaz
para evitar que cometa actos o hechos que puedan ser perjudiciales para otras personas.
El art. 24 del Código Civil y Comercial establece quiénes son las personas incapaces de
ejercicio, tema sobre el que volveremos más adelante.
La incapacidad de derecho
Definición. Caracteres
La incapacidad de ejercicio
Definición. Caracteres
Esta incapacidad es susceptible de grados, ya que una persona puede carecer de capacidad
de hecho de manera absoluta, o bien, sólo para determinados actos jurídicos.
Enumeración legal
Fuera de estas situaciones excepcionales, la regla es que las personas, para gozar de la plena
facultad para ejercer los derechos, deben ser mayores de dieciocho años.
También son considerados incapaces de obrar las personas mayores de edad que no cuenten
con madurez suficiente, pues el artículo utiliza la conjunción copulativa “y”, requiriéndose
ambos requisitos para que alguien sea considerado capaz.
En definitiva, estas dos pautas, edad y madurez suficiente, predeterminan el límite, ya que, si
la persona tiene edad y madurez suficiente, puede validar su actuación autónoma; de lo
contrario es incapaz de ejercicio. (Fernández, 2014).
Sobre este supuesto, volveremos al abordar las restricciones a la capacidad, a cuya lectura
nos remitimos.
Definición
De conformidad al art. 25 del Código Civil y Comercial, menor de edad es la persona que no
ha cumplido dieciocho años y adolescente, la persona menor de edad que cumplió trece años.
Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen dieciocho años, son
“menores de edad”, especificando la denominación de “adolescente” a la persona menor de
edad que ha cumplido la edad de trece años.
La Real Academia Española define adolescencia como la “Edad que sucede a la niñez y que
transcurre desde la pubertad hasta el completo desarrollo del organismo”
a) Tratamientos no invasivos
El artículo 26 del código unificado establece una presunción de que el adolescente de entre
trece y dieciséis años puede y se considera facultado para aceptar y consentir por sí mismo
ciertos tratamientos, siempre que estos no resulten invasivos ni comprometan su estado de
salud o provoquen un riesgo grave en su vida o integridad física.
Esta presunción funcionará siempre que el adolescente pueda comprender los aspectos
esenciales relativos a la práctica propuesta, aunque, de ser necesario, una última
determinación siempre quedará en manos de los tribunales, la lex artis y la costumbre, y, por lo
general, será el médico tratante quien decida acerca de la aptitud del tratamiento, con base en
criterios que desde el ámbito médico se van pautando.
De esta manera, se reconoce una anticipación de la capacidad de los menores para dar
consentimiento o asentimiento para ciertos actos de intrusión en su cuerpo.
En el caso de desacuerdo entre el menor, el médico y los padres, deberá intervenir la justicia
a fin de que se valore la situación concreta del sujeto.
Previo a establecer la distinción entre personas con capacidad restringida y con incapacidad,
es dable señalar que el art. 31 del Código Civil y Comercial establece reglas generales en
materia de restricción a la capacidad.
Así, dispone:
Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica se rige por las siguientes
reglas generales:
Estas reglas generales que se agrupan en la norma rigen todo lo referido a las restricciones al
ejercicio de la capacidad jurídica de las personas, y son producto especialmente de la
aprobación de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (ley 26.378) y de la Ley Nacional de Salud Mental (ley 26.557).
Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos supuestos
diferenciados: a) incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los actos señalados en cada
sentencia y b) incapacidad de ejercicio absoluta.
De la lectura del art. 32 del Código se advierte que, a partir de los trece años se puede
restringir judicialmente la capacidad de una persona cuando ésta padece una adicción o
alteración mental permanente o prolongada de entidad suficiente
– elemento biológico- y se estime que de no restringirle la capacidad pueda ocasionar un daño
a su persona o a sus bienes – elemento jurídico; o excepcionalmente declarar la incapacidad
“cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno
y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de apoyos
resulte ineficaz”.
El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del sujeto, sino todo
lo contrario; promueven la libertad, la autonomía, “la comunicación, la comprensión y la
manifestación de la voluntad de la persona para el ejercicio de sus derechos”.
Asimismo, están legitimados los parientes dentro del cuarto grado, sea que se trate de un
parentesco por naturaleza, por métodos de reproducción humana asistida o por adopción, en
línea recta o colateral y, si fueran por afinidad, sólo hasta el segundo grado.
Finalmente, se prevé que puede iniciar la acción el Ministerio Público.
Se sostiene que la enumeración que realiza el mencionado artículo es taxativa de las personas
que se hallan facultadas para peticionar la declaración de incapacidad. Sin embargo, en caso
de tratarse de personas que no están legitimadas para iniciar la acción, podrán hacer una
presentación ante el Ministerio Público, a fin de que evalúe la posibilidad de iniciar el proceso.
(Rivera y Medina, 2014, p. 157).
Sentencia. Alcances
Luego de la valoración del dictamen interdisciplinario, el juez debe resolver con relación al
ejercicio de la capacidad jurídica, considerando especialmente la voluntad, deseos y
preferencias de la persona, y procurando que la afectación de la autonomía personal sea la
menor posible.
De tal modo, la sentencia puede: a) desestimar la acción; b) restringir la capacidad del sujeto
y c) declarar la incapacidad.
La sentencia que limite o restrinja la capacidad debe señalar los actos y funciones que la
persona no puede realizar por sí misma y, a fin de que tome las decisiones pertinentes, le
designará los apoyos que considere necesarios e indicará la modalidad de actuación, es decir,
si la función debe ser cumplida por dos o más personas, si la actuación debe ser conjunta o
indistinta, o si la validez de los actos jurídicos requieren del asentimiento otorgado por el
apoyo.
Asimismo, la sentencia que disponga la incapacidad deberá indicar los curadores que se
designan (puede ser una o más personas), permitiendo que la persona capaz pueda designar
quién ejercerá su curatela, ya sea mediante una directiva anticipada (art. 60), ya sea
descubriendo su verdadera voluntad por alguna manifestación (art. 43). En una palabra, la
sentencia que limite la capacidad, ya sea en forma total o parcial, es un verdadero estatuto de
cómo debe actuar la persona del incapaz.
Revisión
La sentencia puede ser revisada en cualquier momento, a instancias del interesado.
Asimismo, se impone al juez la carga de impulsar de oficio la revisión de los términos de la
sentencia en un plazo no mayor a tres años, a partir de la realización de nuevas evaluaciones
interdisciplinarias y tras haber entrevistado nuevamente en forma personal al interesado; de lo
que se desprende el rol activo que se le asigna al juez. En caso de que ello no ocurra, será el
Ministerio Público quien deberá instar a que se lleve a cabo la revisión.
El plazo de los tres años es un plazo máximo; es posible instar su revisión con anterioridad si
las circunstancias del caso así lo aconsejan.
Inhabilitados
El mencionado artículo define a la persona del pródigo como aquélla que padece una
alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que, en relación a su edad y
medio social, implica desventajas considerables para su integración familiar, social,
educacional o laboral.
Lo que la ley pretende es justamente proteger al grupo familiar –es decir a las personas del
cónyuge, conviviente, hijos menores de edad o con discapacidad– de la pérdida del
patrimonio, legitimando a promover la inhabilitación al cónyuge, conviviente, ascendientes y
descendientes.
Efectos de la declaración
Persona Jurídica
Persona jurídica
Noción
El artículo 141 del Código Civil y Comercial precisa el concepto de persona jurídica. Dispone
que “Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere
aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los
fines de su creación.”19
Así, puede conceptualizarse a la persona jurídica como categoría normativa conformada por
una colectividad de individuos o un conjunto de intereses humanos considerados
intelectivamente como un solo ser con individualidad, o como un centro de imputación con
capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, y determinar las consecuencias de
las diversas concepciones en el ámbito jurídico (Tagle, 2002).
Según Buteler Cáceres (2000), las personas de existencia ideal son abstracciones que se
originan en la realidad social y representan la posibilidad de los hombres de unir sus esfuerzos
en pos de un fin común; por ello, estos entes se encuentran provistos de personalidad jurídica y
están dotados de capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones.
Naturaleza jurídica
Existieron tres grandes posturas a lo largo de la historia que trataron de descifrar la naturaleza
jurídica de estos entes de existencia ideal; al respecto de las teorías existen distintas maneras
de agruparlas.
Buteler Cáceres (2000), las clasifica o agrupa de la siguiente manera:
c. Las teorías realistas: éstas reconocen que el sujeto creado por sus
miembros conforma un ente diferente. Estas teorías a su vez presentan diferentes posturas:
i). Las que se fundan en la voluntad: sostienen que la persona
jurídica es un verdadero ente semejante al organismo de las personas físicas, se basa en una
fantasía que asimila biológicamente y orgánicamente a las personas físicas y jurídicas. Este
grupo a su vez tienen un subgrupo:
ii). La teoría del órgano: este es un concepto que se toma en la
actualidad y reemplaza el concepto de la representación de la persona jurídica por el del
órgano de voluntad de la misma
iii). Las que se basan en los intereses: y sostienen que las personas
jurídicas poseen un interés distinto al de los miembros que las componen, entonces este ente
representa la configuración jurídico legal de ese interés
iv). La teoría de la institución: de Hauriou, quien sostiene que la
persona jurídica es una institución, es una idea de obra o de empresa que se realiza y dura
jurídicamente en un medio social; para la realización de esta idea, se organiza un poder que le
procura los órganos necesarios. Por otra parte, entre los miembros del grupo social interesado
en la realización de la idea, se producen manifestaciones de comunión dirigidas por órganos
de poder y reglamentadas por procedimientos. El elemento más importante de toda institución
corporativa es la idea de la obra a realizar. Todo cuerpo constituido lo es por la realización de
una obra o de una empresa. La idea de la empresa es el objeto de la empresa, porque la
empresa tiene por objeto realizar la idea. El segundo elemento de toda institución corporativa
es un poder de gobierno organizado para la realización de la idea de la empresa, y que está a
su servicio. Y el tercer elemento de la institución corporativa, para Hauriou, es la
"manifestación de comunión" de los miembros del cuerpo y también de los órganos de
gobierno, tanto en la idea de la obra a realizar como en los medios a emplear.
Buteler Cáceres adhiere a la concepción realista, destacando que la persona jurídica es
una realidad, pero es tan sólo realidad-idea, realidad que vive en el mundo del pensamiento
jurídico.
Clasificación
Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.
La distinción de las personas jurídicas en públicas y privadas tiene gran interés práctico.
Lloveras de Resk (1995) entiende que son personas jurídicas públicas aquellas que son
titulares de poderes o prerrogativas públicas. Mientras que son personas jurídicas privadas las
que no los poseen, lo cual determina que las personas públicas sean reguladas
principalmente por el derecho público, y que las personas jurídicas privadas lo sean por el
derecho privado respectivo, sobre todo en orden a su creación, organización y funcionamiento
(Lloveras de Resk, 1995, p. 302). Esta afirmación no importa desconocer que las personas
jurídicas públicas pueden desarrollar parte de su actividad en el ámbito del derecho privado y
las personas jurídicas privadas pueden hacerlo en el campo del derecho público, con lo cual
cada una de estas personas se regirá por la rama del derecho que corresponda a esa
actividad.
Noción
La persona jurídica resulta no sólo una regulación del derecho constitucional de asociarse con
fines útiles y una forma de ejercer libremente una actividad económica, sino que constituye
una realidad jurídica que la ley reconoce como medio técnico para que todo grupo de
individuos pueda realizar el fin lícito que se propone.
Hemos señalado que la persona jurídica tiene personalidad jurídica y que, por ende, posee
atributos: el nombre para individualizarse, el domicilio para determinar la ley aplicable y la
jurisdicción donde puede demandar o ser demandada, la capacidad siempre de derecho y
limitada al objeto para el que se constituyó y el patrimonio, a los fines del cumplimiento de sus
fines.
El nombre o razón social es un atributo de las personas jurídicas, toda vez que es necesario a
los fines de su individualización y designación que permita distinguirlas.
De acuerdo a lo normado en el art. 151 del Código, el nombre debe reunir los siguientes
requisitos:
En primer lugar, cabe distinguir entre domicilio y sede social. El término “domicilio” remite a la
indicación genérica de la ciudad, localidad o región donde se ha constituido la sociedad,
mientras que el término “sede” alude al lugar geográfico concreto (dirección) donde se ha
instalado la persona jurídica. Por ejemplo, Córdoba capital es el domicilio y Bv. San Juan 710
es la sede.
En el estatuto de las personas jurídicas deberá consignarse obligatoriamente el domicilio y la
sede o dirección, esto es, no sólo la ciudad o localidad sino también la calle, número y
designación de la unidad funcional si la hubiera.
Por otro lado, el precepto establece que la persona jurídica que posee muchos
establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos
establecimientos, pero sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas.
Por último, prevé que, para el caso que se quiera cambiar el domicilio, debe modificarse el
estatuto, y, si se quiere cambiar la sede, puede ser resuelto por el órgano de administración.
Las notificaciones que se realicen en la sede inscripta de la persona jurídica serán vinculantes,
aunque ya no funcione allí, pues lo que se pretende es proteger los derechos de terceros que
contraten con el ente social.
Patrimonio
El patrimonio constituye un elemento esencial de la persona jurídica; es un atributo y,
consecuentemente, no se concibe la idea de persona jurídica sin patrimonio.
Es por ello que el artículo 154 del código de fondo estatuye: “la persona jurídica debe tener un
patrimonio”.
Así, el patrimonio comienza a formarse desde el mismo momento en que los socios se
comprometen a realizar aportes y es el conjunto de bienes de la persona jurídica con el cual la
sociedad actúa y afronta el pasivo que lo integra.
Este patrimonio no se confunde con el de los individuos que concurren a conformar el sustrato
material de la entidad.
La regla general en materia de capacidad de las personas jurídicas es que tienen capacidad
de derecho para todos los actos y todos los derechos que no les estén expresamente
prohibidos.
Esta capacidad, sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de especialidad y
de la naturaleza de las cosas.
creación, pero ello no significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios
para la mejor obtención de aquél.
b) Limitaciones impuestas por la naturaleza de las cosas: las
personas jurídicas no pueden ser titulares, por ejemplo, de los derechos potestativos.
Representación
El deber de obrar con lealtad tiene por fundamento la obligación de fidelidad del mandatario
(art. 1324 CCCN), que se extiende a todos los casos de representación de intereses ajenos, y
el deber de buena fe (art. 9 CCCN).
El administrador se debe conducir con la corrección de un hombre honrado, en defensa de los
intereses cuya administración se le ha confiado, por encima de cualquier otra consideración,
evitando obtener un beneficio particular a expensas de la persona jurídica. Tiene prohibido
contratar con ésta, salvo que se trate de contratos referidos a su actividad ordinaria y en las
mismas condiciones en que el ente lo hubiera hecho con terceros. Deberá abstenerse de
intervenir en la toma de decisiones en las que tenga un interés contrario a la persona jurídica y
no podrá competir con ella. (Roitman, 2006).
Responsabilidad civil
Responsabilidad contractual y extracontractual
Responderán ilimitadamente con todo su patrimonio por los daños que produzcan a la
persona jurídica, pues quien causa un daño debe repararlo, y solidariamente entre los
administradores que faltaren a sus obligaciones de lealtad y diligencia en los casos de
administración plural.
Para que surja la responsabilidad, es necesario que hayan ocasionado un daño causado ya
sea por dolo o culpa, en el ejercicio o con ocasión de sus funciones.
Así, en las relaciones que tienen por contenido los derechos personalísimos o los derechos
humanos, el objeto está dado por las diversas manifestaciones o proyecciones que integran la
personalidad de la persona física, como su honor, libertad, integridad física o espiritual; en las
que tienen por contenido los derechos subjetivos potestativos, el objeto está dado por el
conjunto de deberes y prerrogativas de los padres para la educación y pleno desarrollo de la
personalidad de sus hijos. En las que tienen por contenido los derechos reales, el objeto es la cosa,
objeto material susceptible de valor, sobre las que se ejercen las facultades o prerrogativas del
titular.
Por otro lado, en las relaciones jurídicas que recaen sobre derechos personales o de crédito, el
objeto se proyecta sobre la conducta del deudor, denominada prestación y por último, en los
derechos intelectuales el objeto es la obra científica, literaria o artística, la expresión de ideas,
procedimientos, es decir, el producto del intelecto humano.
En una palabra, objeto de las relaciones jurídicas puede ser: cosas, hechos u objetos
inmateriales. (Tagle, 2002).
De la lectura de los fundamentos del anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación se
sigue que se identifica a los bienes con la valoración económica.
Se explica allí que, para este fin, no es determinante si son materiales (cosas) o inmateriales,
porque lo que interesa es que tengan valor, y este elemento es económico y no afectivo. Así, la
noción de bien está estrechamente vinculada al enfoque económico y, por lo tanto, no podría
aplicarse a los bienes ambientales, o al cuerpo, o partes del cadáver.
En relación a las cosas, se las define como los objetos materiales susceptibles de tener un valor.
Desde el punto de vista físico, cosa es todo lo que existe; no sólo los objetos que pueden ser
propiedad del hombre, sino también todo lo que en la naturaleza escapa a esta apropiación
exclusiva: el mar, el aire, el sol, etc. Desde el punto de vista jurídico, esta noción se ha circunscripto
para no abarcar toda la materialidad ni la utilidad, y por ello “debemos limitar la extensión de
esta palabra a todo lo que tiene un valor entre los bienes de los particulares”.
El artículo 16 del código único prevé que los derechos individuales pueden recaer sobre bienes
susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas y las disposiciones
referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser
puestas al servicio del hombre.
Distintas clasificaciones
Importancia e interés práctico
El Código Civil y Comercial contiene varias clasificaciones de las cosas consideradas en sí mismas:
a) muebles e inmuebles; b) cosas divisibles e indivisibles; c) cosas principales y accesorias; d)
cosas consumibles y no consumibles; e) cosas fungibles y no fungibles.
La importancia de estas clasificaciones radica en que, según el estatuto que reciba la cosa, el
régimen jurídico que se le aplique variará.
Mientras que el contrato de mutuo, por ejemplo, sólo puede recaer sobre cosas fungibles, pues
el mutuario, al término del contrato, no estará obligado a devolver lo mismo que recibió sino igual
cantidad de cosas de la misma calidad y especie (art. 1525).
Criterios de distinción
Así, son inmuebles por su naturaleza: el suelo, es decir la corteza terrestre, lo incorporado
orgánicamente a él, como los vegetales, y lo que está debajo de él, es decir los árboles, ríos,
minerales enterrados, etc.
Son inmuebles por accesión: las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión
física al suelo con carácter de perdurabilidad, como son todas las clases de construcciones, casas,
edificios, obras de infraestructuras en general. Las cosas muebles que se incorporan de manera
permanente a todas estas construcciones, como las estufas de una casa, las ventanas de un
edificio, las barandas, etc. son también inmuebles por accesión, mientras permanezcan en esa
condición (Rivera y Medina, 2014).
El precepto mencionado (art. 226) establece la regla general de que “los muebles forman un todo
con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad”, por lo que,
celebrado un negocio jurídico sobre el inmueble, todo lo que esté en él, adherido e inmovilizado
con carácter perdurable, forma parte de la contratación, salvo acuerdo en contrario.
Ahora bien, no se consideran inmuebles por accesión las cosas que se adhieren transitoriamente
al suelo (una carpa), ni las afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del
propietario, como ser las semillas puestas intencionalmente por el dueño del inmueble, o los
utensilios o máquinas de labranza, los animales puestos para el cultivo, entre otros.
Art. 227: “Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden desplazarse
por sí mismas o por una fuerza externa”.
Este concepto engloba las cosas que pueden transportarse fácilmente de un lugar a otro, movidas
ya por una influencia extraña, como son los automóviles, o por sí mismas, como son los animales
que se denominan semovientes.
Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser
destruidas, cada de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a
la cosa misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y
aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario
corresponde a las autoridades locales.
Así las cosas, para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos:
Ahora bien, las cosas no podrán ser divididas, aunque se den todos los requisitos desarrollados
anteriormente, si su división convierte en antieconómico su uso. Esto puede ocurrir con una
colección de monedas, por ejemplo, o con la división de la tierra en parcelas que impidan su
adecuado aprovechamiento (en tal caso, ello dependerá de las características del suelo, pues
puede influir, para determinar si es divisible o no, cuán fértil sea la tierra o la extensión del
terreno o el clima).
Es por ello que, en materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario les
corresponde a las autoridades locales, pues es un problema de política económica agraria.
El artículo 229 dispone: “Cosas principales. Son cosas principales las que pueden existir por sí
mismas”. Por su parte el art. 230 prevé:
Cosas accesorias. Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son determinadas
por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurídico es el de la cosa
principal, excepto disposición legal en contrario.
Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea posible distinguir la
accesoria de la principal, es principal la de mayor valor. Si son del mismo valor no hay cosa
principal ni accesoria.
Así, son cosas principales las que tienen una existencia propia e independiente de cualquier otra
(por ejemplo un auto); y accesorias las que jurídicamente carecen de existencia propia por
depender de otras, por ello siguen la suerte de la principal.
a) Las cosas que se extinguen con el uso que de ellas se haga, como
los alimentos.
b) Las que dejan de existir para su propietario, como el dinero.
Art. 232: “Cosas fungibles. Son cosas fungibles aquellas en que todo
individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y
pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad”.
De la definición legal resulta que la expresión “fungibles” significa
“equivalentes”, “sustituibles”, con lo que las cosas fungibles presentan
dos características esenciales: cada cosa es perfectamente equivalente a
otra y pueden ser sustituidas las unas por las otras, siendo de la misma
especie y calidad. Así, una tonelada de arroz o diez kilos de azúcar de
determinada marca son fungibles.
Ahora bien, este carácter no sólo está dado por la naturaleza de la cosa,
sino también depende de la voluntad del sujeto, pues un libro nuevo es
equivalente a otro de iguales características, pero no lo es si se trata de
un ejemplar con una especial dedicatoria.
Frutos y productos
EFIP 1
PRIVADO I - 2017
Los frutos y los productos son cosas que produce la cosa, pero entre
ambas categorías existen diferencias sustanciales: a) los frutos se
producen y reproducen en forma periódica y regular; los productos no se
reproducen; b) la extracción de los frutos no altera ni disminuye la
sustancia de la cosa, que continúa siendo la misma; la extracción de los
productos, por el contrario, trae como consecuencia la extinción
paulatina de la cosa (Tagle, 2002, p. 67).
Por ejemplo, una vaca produce leche como fruto y carne como
producto. La norma clasifica los frutos en:
El patrimonio
Definición. Caracteres
Por otro lado, los patrimonios especiales son conjuntos de bienes que
están afectados a un fin determinado y sujetos a un especial régimen
legal. En cuanto a sus caracteres, podemos decir:
Su existencia depende de la ley: la voluntad del titular de los bienes no
es suficiente por sí sola para crear un patrimonio especial, sino que se
trata de supuestos previstos por la ley.
Está sujeto a un régimen legal especial: el patrimonio especial es
independiente del patrimonio general, los bienes que lo integran sólo
responden por determinadas deudas. (Tagle, 2014).
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Vivienda
Definición
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PRIVADO I - 2017
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La voluntad jurídica
Definición. Importancia
La voluntad individual apreciada en el mundo de las relaciones jurídicas
juega un papel fundamental.
Así, Buteler Cáceres (2000) explica que, si partimos de los atributos de
las personas y, dentro de ello, de la capacidad, se advierte que la
voluntad o la aptitud de voluntad es el presupuesto primario,
indispensable de la capacidad de hecho.
El discernimiento. Definición
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La intención. Definición
La libertad. Definición
La libertad consiste en el imperio de sí, en la posibilidad de elección sin
coacción, en la determinación propia, la independencia de la voluntad.
Consiste en la posibilidad de elegir entre distintas opciones sin presiones
de ninguna naturaleza.
Este concepto comprende dos aspectos: la libertad física y la libertad
moral o libre albedrío.
Así, la libertad moral es la espontaneidad en la determinación adoptada
por la persona, sin ningún influjo extraño que pueda torcerla o
desvirtuarla.
La libertad física es el poder material de hacer lo que de antemano se ha
resuelto hacer, o bien, abstenerse de hacer lo que de antemano se ha
resuelto no hacer.
Elemento externo
La manifestación de la voluntad: noción
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Así, por ejemplo, en diversas normas, la ley hace prevalecer la buena fe,
la confianza o la responsabilidad a fin de proteger al destinatario de la
declaración. Ello sucede en la adopción del error reconocible (arts. 265 y
266), en la preeminencia de la buena fe en el ejercicio de los derechos –
como en la ejecución e interpretación de las relaciones jurídicas (arts. 9,
10) –, así como en el no amparo del dolo recíproco (art. 272) ni de la
simulación dirigida a perjudicar terceros (Arts. 333 y 334). (Rivera y
Medina, 2015).
El error. Noción
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Así las cosas, para que el error de hecho pueda ser invocado por quien
lo ha sufrido, debe tratarse de un error esencial, espontáneo y además
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reconocible.
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Ahora bien, dentro del error de hecho caben dos categorías: error esencial y
error accidental.
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Por otro lado, el art. 270 del Código prevé el error en la declaración y el
error en la transmisión. El primero consiste en que lo querido queda
desvirtuado en su manifestación externa por distracción,
apresuramiento o inadvertencia. Esta categoría tiene dos variantes: la
primera, cuando hay una divergencia entre la voluntad interna y la
declaración, que puede darse al haber escrito algo incorrecto (lapsus
calami) o empleado palabras no queridas (lapsus linguae), por ejemplo,
si escribo “compro” cuando, en realidad, quiero decir “vendo”. La
segunda variante se da cuando ni siquiera tenía la intención de
manifestar algo, por ejemplo: si alguien ingresa a una sala de remate y
levanta la mano para saludar, y se interpreta que está ofertando.
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“intención”.
Por otro lado, está el error accidental, que es el que recae sobre las
cualidades no sustanciales de las cosas o sobre los motivos no
determinantes del acto, por lo que no acarrea la nulidad.
El artículo 268 del Código Civil y Comercial prevé “Error de cálculo. El
error de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino solamente a su
rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento”.28
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Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia
o ardid. La conducta o maniobra empleada debe ser apta para inducir a
engaño a una persona que pone la diligencia necesaria en los asuntos,
calidad que ha de ser
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veremos.
Debe probar un daño importante: el artículo no sólo requiere que la
víctima haya sufrido un daño, sino que éste haya sido de relevancia, con
cierta significación para la persona que lo sufre, pero no sólo de
significación económica, pues puede tratarse de un daño moral. (Tagle,
2002).
Ausencia de dolo de ambas partes: quien obra con dolo no puede
pretender que se anule el acto alegando el cometido en su perjuicio por
la otra parte. Ello así, pues se trata de una exigencia negativa, cuyo
fundamento radica en la regla de que nadie puede alegar la propia
torpeza. Además, se trata de un deber moral que deben presidir las
relaciones entre las personas, por ello “quien juega sucio no tiene
derecho a exigir juego limpio” (Rivera y Medina, 2014, p. 626).
La violencia. Noción
Clases. Efectos
Estas amenazas deben ser graves, es decir, deben tener aptitud para
crear el temor racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a
la situación del amenazado y las demás circunstancias del caso (art. 276
del CCCN).
La gravedad se valorará teniendo en cuenta los bienes jurídicos –que
pueden ser de naturaleza patrimonial o no; la vida, la salud, la honra, la
reputación, la intimidad, etc.– del propio amenazado, así como de
cualquier otro sujeto en tanto y en cuanto se demuestren aptos para
alterar la conducta del afectado.
Asimismo, el mal amenazado ha de ser inminente, no necesariamente
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Acto jurídico
Definición. Caracteres
El artículo 259 del Código Civil y Comercial define al acto jurídico en los
siguientes términos: “El acto jurídico es el acto voluntario lícito que
tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
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2) Acto lícito: el acto jurídico debe ser conforme a los preceptos del
derecho, pues no podría concebirse que el ordenamiento tutelara actos
contrarios al ordenamiento mismo. De modo que, cuando aparece en
sus elementos lo contrario a la ley, al orden público o a las buenas
costumbres, la ilicitud se comunica a todo el acto que, en consecuencia,
es inválido.
Elementos esenciales
En relación al sujeto: voluntad, capacidad, parte otorgante y
representante
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Elementos accidentales
Las modalidades. Enumeración
Concepto
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Clases de condición
Por su parte, el art. 344 del CCCN prevé las condiciones prohibidas,
disponiendo la nulidad del acto jurídico cuando se haya establecido el
acto sujeto a un hecho imposible, contrario a la moral y a las buenas
costumbres, prohibido por el ordenamiento jurídico o que dependa
exclusivamente de la voluntad del obligado.
Definición y fundamento
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La lesión
Definición. Presupuestos de procedencia:
subjetivos y objetivos
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Presupuestos de procedencia
El elemento subjetivo
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Prueba. Presunción
El artículo 332 del Código establece una presunción iuris tantum de la
explotación en caso de “notable desproporción”. Es decir que, probada
la notable desproporción de las prestaciones, se genera una
presunción iuris tantum sobre la existencia del vicio, es decir que
quedan acreditados o presumidos los dos elementos subjetivos que
figuran en el articulado, el aprovechamiento y la situación de
inferioridad de la víctima. La carga de la prueba para sostener la
ausencia de esos requisitos incumbe al que sostenga lo contrario.
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PRIVADO I - 2017
La simulación
Definición. Elementos
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Clases de simulación
Por otro lado, la simulación se clasifica en lícita e ilícita, que tendrá que
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El artículo 335 del Código Civil y Comercial regula esta cuestión. Así prevé:
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Ello es así, toda vez que las partes se pusieron de acuerdo en eludir
una prohibición legal o perjudicar a terceros, por lo que pierden, en
principio, el derecho de impugnar el acto por el vicio de simulación.
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El fraude
Noción
La noción de fraude implica una inmediata referencia al engaño, al acto
contrario a la verdad y al recto proceder. El fraude supone una conducta
tendiente a eludir los efectos de una norma imperativa o de origen
convencional, utilizando otra vía negocial no reprobada por ley. El
fraude se configura mediante actos reales, serios y no aparentes, no
simulados. No diverge la voluntad de la realidad declarada, sino que
esta realidad amparada en una norma legal elude las disposiciones de
otra o perjudica a un tercero. Este fraude no es otro que el fraude a la
ley y que está contemplado en el art. 12 del Código Civil y Comercial.
El fraude a los acreedores
La acción de inoponibilidad
En primer lugar, cabe señalar que el efecto de la acción de fraude no es la
nulidad, sino la inoponibilidad. Este efecto implica que el acto
otorgado por el deudor en fraude a los acreedores es válido entre éste
y el tercero con quien celebró el acto y sólo queda privado de eficacia
frente al acreedor que acciona, es decir que no puede hacerse valer
contra él en la medida necesaria para la satisfacción de su crédito.
Titulares de la acción
Requisitos de procedencia
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